LA PELOTA SIGUE RODANDO Fernando Carrión M. El mundial de Sudáfrica 2010 ha concluido este domingo último, con un nuevo campeón a escala planetaria: España. Con este torneo termina un proceso en el que se clasificaron 32 de las 208 selecciones inscritas en la FIFA, para disputar en 10 sedes los 64 partidos de fútbol que tiene esta fase final. El éxito ha sido notable, a pesar de las voces discordantes que siempre dudaron –por prejuicios étnicos y económicos- que un país africano pudiera organizar una cumbre ecuménica de este nivel. Concluyó este mundial, pero el balón no se detiene. Es muy probable que hacia el futuro este torneo signifique un quiebre de aguas en algunos campos, entre los que están: la incorporación de la tecnología al arbitraje, la democratización en la designación de sedes, el desarrollo de un nuevo periodismo nacido de las redes sociales y la emergencia de nuevas formas de intromisión de lo político en el fútbol, entre otros. ¿Cuál es la importancia de un liderazgo como el de Mandela en el éxito deportivo de este mundial? Todos los cambios observados, más otros que seguirán ¿qué le plantean al futbol ecuatoriano? ¿Cuándo se elije al cuerpo técnico y que línea debe seguir nuestra selección? ¿Qué aprendieron los dirigentes deportivos en este mundial? ¿Un periodismo que no tiene bases universitarias acordes con las tecnologías de la comunicación y del desarrollo táctico de este deporte a donde nos lleva? En fin, son muchas preguntas que buscan respuesta. La política ha estado presente en este mundial, para bien y para mal. Nelson Mandela comprendió el papel del deporte para romper las barreras del apartheid y para integrar al África al mundo: le hizo campeón mundial al equipo de rugby el Springboks, para mostrarles a los negros la necesidad de la representación colectiva y ahora con el mundial de fútbol, deporte de los negros, le trae al mundo a que descubran este continente diverso y complejo, rompiendo la visión de la barbarie construida por la civilización. También está el impacto que se verá en la España de los campeones, en el ámbito de la legitimación del liderazgo de Zapatero y en el impulso –según estimacionesdel 0.7% en la economía. En contrapartida, habrá que ver lo que ocurre en Chile en la confrontación de la presidencia de la República y el entrenador de su selección; en Francia con el conflicto planteado entre el presidente Sarcozy y la FIFA; o en Nigeria, México y otros países. Hoy en día entender el fútbol implica entender una industria masiva y con enlaces productivos con el intercambio y el consumo que son parte de un circuito mundial de la economía. Los modelos de gestión, por ejemplo, en el caso español, que le permite llegar a superar su tara histórica de no tener una buena selección gracias a su anclaje en el “prototipo Guardiola”, venido desde la cantera. No así Italia que tiene equipos que son un catalogo de nacionalidades, que excluye a los jugadores italianos. La relación entre países exportadores e importadores lleva a que la lógica deficitaria de la balanza comercial imponga los modelos de gestión que no requiere de las divisiones inferiores. Adicionalmente, el paso de hinchada a tele audiencia hace que el consumo del fútbol no tenga parangón con ninguna de las industrias de punta actual. La final del mundial la miraron cerca de 800 millones de personas por medio de la televisión y, otro tanto, por medios virtuales. CITAS “¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales.” Galeano, Eduardo Es el desarrollo de un deporte que supo aunar esfuerzos con el avance de la aviación y la técnica televisiva para conquistar el mundo. Blatter, Joseph S. Cuando un hombre ve tres partidos de fútbol seguidos, debería ser declarado legalmente muerto. Bombeck, Erma Las finales se ganan, no se juegan. Cúper, Héctor Hay tanta política en el fútbol que no creo que Henry Kissinger hubiera durado ni cuarenta y ocho horas en el Manchester United. Docherty, Tbmmv Es curioso: sólo juegan once, pero sus hazañas, sus fracasos, sus derrotas, sus victorias, su buen o mal juego, sus goles marcados y encajados, su posición en la tabla, sus lesiones... nos atribuimos todos los aficionados. Co ñi Zubieta, Carlos