Situación del personal de oficiales y tripulantes de la Armada

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LA ARMADA DURANTE EL PERIODO ALFARISTA... (1895-1916)
Situación del personal de oficiales y tripulantes de la Armada.
En lo que concierne al personal naval: los oficiales superiores en servicio eran pocos; ya antes
hemos dicho que la transformación política de 1895, tuvo como consecuencias que los antiguos
oficiales navales profesionales, como Bayona y otros, fueron remplazados por improvisados
marinos de guerra cuyos únicos antecedentes eran haber servido antes a las órdenes del general
Alfaro en las campañas de la revolución liberal: James F. Power, es el principal exponente de
esta generación de marinos; fue remplazado como Comandante del “Cotopaxi” por el capitán
de fragata Rafael Andrade Lalama, graduado en la Escuela Naval que funcionó a bordo del
transporte “Nueve de Julio”.
El capitán de fragata Rafael Andrade Lalama era el oficial
naval ecuatoriano, en servicio, de mayor jerarquía; todos
los oficiales subalternos, eran aquellos graduados en la
Escuela Naval a bordo del “Marañón”, en los cursos que
se realizaron a bordo del “Libertador Bolívar” y en la
Escuela Naval que funcionó en la ciudad de Quito, todos
oficiales jóvenes sin la experiencia que se adquiere en
largas navegaciones.
Los pocos oficiales que quedaron de la Misión Naval de
Chile llenaban los vacíos que había en los principales
puestos de mando. En el cazatorpedero “Libertador Bolívar”,
el Comandante era un oficial chileno, lo mismo que los
ingenieros y después, durante la campaña, el Jefe de Máquinas
y otros oficiales ingenieros del “Constitución” fueron
extranjeros contratados, lo mismo se observa en el “Patria”.
Capitán de fragata Rafael Andrade Lalama, comandante del cañonero “Cotopaxi”. Foto Archivo del Inhima.
En cuanto a las tripulaciones, el cambio político de 1895, no tuvo consecuencias importantes.
Muchos tripulantes antiguos siguieron en servicio a bordo del “Cotopaxi”, aunque en el
“Libertador Bolívar” había numerosos contratados chilenos, especialmente en máquinas y
calderas. Los marineros y grumetes eran reclutados, directamente por los comandantes de
los buques, entre los antiguos que antes habían servido a bordo, sin embargo en ocasiones se
contrataba a individuos sin instrucción ni experiencia.
Primera fase de la Campaña
El 29 de octubre de 1913, el Gobierno declaró al Ejército en estado de campaña, y se formó
la brigada “Esmeraldas” con los batallones “Guayas”, “Constitución”, “Quito”, el batallón de
Reserva No 64 (formado a base de la columna Esmeraldas), Policía de Quito, una sección de
artillería con dos cañones Krupp y todos los destacamentos sueltos que ya estaban en diversos
lugares de la provincia. El coronel Celín Arellano fue designado comandante de la brigada.
Ésta se completó con 1.244 hombres, casi en su totalidad procedentes de la Sierra.
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