INTUICIÓN Representación de la sensibilidad máximamente dedicada a dar cuenta de un contenido exterior al sujeto humano que representa. Figura de conciencia que da noticia de un existente que no nos detenemos aún a diferenciar (para lo que se requiere conceptos). Tipo de conocimiento primario por el que somos conscientes de un algo existente que nos afecta. Para que la intuición se produzca, se requiere que algo existente se de a un sujeto afectándole. Ella es la conciencia primaria de algo que afecta a la subjetividad y está máximamente destinada a representar eso que afecta. De ahí que Kant hable de esta intuición como de una intuición derivada, no originaria, esto es, que sólo se produce porque existe un objeto que se le ofrece afectándole y del cual da noticia. Esto por lo que se refiere a la intuición sensible o empírica que, como dice Kant, es aquella a que se refiere el objeto por medio de una sensación (B34, A20). Para Kant, hay también un tipo de intuiciones que llama puras, de origen no empírico, que son aquéllas en las que no se encuentra nada perteneciente a la sensación. Ellas son el ESPACIO y el TIEMPO que, como formas de la sensibilidad, constituyen las condiciones en las que los objetos son intuidos, formas que, por otra parte, tienen su origen en la propia capacidad receptiva o intuitiva del sujeto humano, en el hecho de ser hombres, seres que sólo discriminan lo que pueden representar discursivamente, esto es, espaciotemporalmente. Espacio y tiempo -forma de la sensibilidad externa uno, y forma de la sensibilidad interna, el otro-, son las intuiciones que acompañan todo ejercicio de la receptividad, ya externa ya interna y constituyen las condiciones en las que llevamos a conciencia nuestras representaciones empíricas y sus contenidos. La sensibilidad pura, así, es una con la propia dimensión representativa o intuitiva del sujeto humano, y en cuanto tal es fruto de la capacidad receptiva del mismo. Incapaz de representar si no le son dados los objetos, e incapaz de conocer sin el concurso de las intuiciones por las cuales nuestros pensamientos se refieren a objetos, el sujeto humano no puede intuir intelectual o inteligiblemente. Ahí está la razón por la cual nuestro entendimiento es un entendimiento reflexivo, esto es, que sólo se pone a trabajar cuando le son dados los objetos vía sensibilidad. Y de ahí también el motivo del rechazo kantiano de la intuición intelectual o, lo que es lo mismo, del entendimiento intuitivo -que sería propio de un sujeto absoluto que no necesita intuir, percibir, para conocer-, como órgano de conocimiento de una subjetividad que, para el criticismo, sólo puede ser finita o limitada. La sensibilidad sólo puede intuir; el entendimiento sólo puede pensar. En esta fórmula se expresa la tesis de que la única intuición posible para el hombre es la intuición sensible derivada. Kant nada sabe de un entendimiento que daría existencia a un presunto objeto por el mero hecho de pensarlo. La subjetividad kantiana es finita; su entendimiento sólo reflexivo. (Neus Campillo, Manuel Ramos: Materiales de Historia de la Filosofía para COU y Bachillerato Experimental: Kant. Generalitat Valenciana. Conselleria de Cultura, Educació i Ciencia)