El tiburón ballena Erica Torrens Rojas Un pez gigante de 15 metros de longitud y más de 18 toneladas de peso nos visita cada año, durante cinco meses, en las costas de Baja California y en Holbox, una pequeña isla frente a la península de Yucatán. 30 ¿cómoves? de de nuestro planeta y alberga a un sinnúmero de especies de animales y plantas que nunca dejarán de fascinarnos con sus extraordinarias formas, colores y maneras de vivir. Entre los animales marinos, los peces nos resultan más familiares pues están por doquier, representan una de las bases de nuestra alimentación y hay cientos de especies. De hecho, constituyen la mitad del árbol taxonómico de los vertebrados y exhiben una diversidad asombrosa. Los hay extremadamente pequeños, de unos cuantos gramos, hasta los enormes, que llegan a pesar toneladas. Los hay herbívoros y carnívoros; algunos cuentan con toxinas para defenderse de sus depredadores, otros tienen una gran capacidad de camuflaje para pasar inadvertidos entre la arena o los corales; unos viven en lugares muy altos, como el lago Titicaca entre Perú y Bolivia, y otros en zonas muy profundas, como las fosas oceánicas. También los hay de agua dulce y salada, los que se hallan debajo de los hielos polares o en aguas tropicales. Entre todos los peces, el Foto: Jorge Fontes / ImagDOP* EL OCÉANO es el hábitat más gran- tiburón ballena es una especie particularmente interesante por su historia evolutiva y sus adaptaciones. Los tiburones han habitado nuestro planeta desde hace unos 350 millones de años y, como sucede con las tortugas y los cocodrilos, su forma y estructura no han cambiado en forma significativa desde entonces. Esto quiere decir que están extraordinariamente bien adaptados a los mares. Todos cuentan con aletas pares: las pectorales y las pélvicas, y con aletas impares relativamente rígidas y muy gruesas: la caudal y, en algunos casos, la anal. Son conocidos como peces cartilaginosos porque las únicas partes osificadas de su esqueleto son las espinas, las vértebras y los dientes. El resto de su esqueleto es de cartílago. Además, a diferencia de la mayoría de los otros peces, carecen de vejiga natatoria (órgano que permite al pez estabilizarse en el agua); por eso tienen que moverse continuamente para no hundirse. Su piel está cubierta de unas curiosas escamas pequeñas, en forma de placas afiladas y puntiagudas, que son en realidad dientes epidérmicos compuestos de pulpa dentaria, marfil y esmalte. Por eso su piel se siente como lija. Estas escamas no aumentan de tamaño con el crecimiento del tiburón, como sí ocurre en la mayoría de los peces. Por otro lado, es bien sabido que los tiburones son cazadores extraordinarios, con sentidos muy agudos que los hacen ser depredadores muy exitosos. Tienen un gran sentido del olfato; son capaces de detectar a grandes distancias sustancias disueltas en el agua y seguirlas hasta su origen. Por ejemplo, pueden detectar un microgramo de sangre de atún a más de un kilómetro de distancia. También su sentido del oído está muy desarrollado y son sobre todo sensibles a los sonidos de baja frecuencia. Pero quizá lo más sorprendente es que pueden percibir los campos eléctricos de bajísima intensidad de muchos seres vivos, y esto les permite detectar todo tipo de presas. Son incluso capaces de localizar presas enterradas en el fondo del océano. Los campos eléctricos se producen por las corrientes eléctricas de los impulsos nerviosos de los animales. Los tiburones detectan estas corrientes a través *Cortesía Departamento de Oceanografía y Pesca, Universidad de las Azores. Foto: Jorge Fontes / ImagDOP* Peces de cartílago Tiburón ballena cerca de Brasil. de una gran cantidad de poros superficiales, ubicados sobre todo en la cabeza y en el hocico, conectados por medio de canales llenos de una sustancia conductora de electricidad. Los canales se comunican con una pequeña cámara interior llamada ampolla de Lorenzini, que es el sistema electrosensorial de los tiburones. Ésta les permite detectar los campos eléctricos y saber la posición, el tamaño, la velocidad y otros detalles de sus presas. La ampolla y sus otros sentidos convierten a los tiburones en una verdadera máquina de cazar. Pero además cuentan con una impresionante qui- jada, con varias hileras de dientes afilados. El tiburón blanco, por ejemplo, tiene cinco, con cerca de 5 000 dientes puntiagudos. Y los tiburones producen dientes nuevos toda su vida y por ello nunca pierden la habilidad de conseguir alimento. Sus dientes no están fusionados a las mandíbulas y esto permite que se reemplacen con rapidez, algo que no ocurre en los peces óseos. Suele pensarse que los tiburones son animales agresivos con el ser humano, pero la realidad es que muy pocos lo atacan. De hecho, de las más de 300 especies que se conocen actualmente en todo el mundo, ¿cómoves? 31 solo el 5% se consideran peligrosas para el ser humano. La mayoría de las especies agresivas se encuentran en el grupo de los Carcarriniformes, como las tintoreras y los tiburones martillo. De todos los tiburones que hay en el mundo, el tiburón ballena es el más grande que se conoce: puede sobrepasar los 15 metros de longitud y pesar más de 18 toneladas. Su forma es alargada y aplanada, de color gris oscuro con manchas blancas o amarillas en todo el cuerpo. Las manchas son únicas en cada tiburón, como las huellas digitales en cada ser humano. Tiene un hocico ancho con unos ojos muy pequeños en ambos extremos. Aunque sus mandíbulas están armadas de muchos dientes pequeños ordenados en tres filas, se alimenta de algas, plancton y diminutos crustáceos. De hecho, el tiburón ballena es una de las tres especies de tiburones filtradores que hay en el mundo; esto quiere decir que no representan ningún peligro para los seres humanos y que se puede nadar cerca de ellos. Pertenecen al grupo de los cordados, a la clase de los Condrictios, al orden de los Orectolobiformes, a la familia Rhincodontidae y su nombre científico (género y especie) es Rhincodon typus. Se distribuyen ampliamente en aguas tropicales y templadas, costeras y oceánicas. Son naturales del Océano Pacífico, desde Japón hasta Australia y de California hasta Chile; del Océano Atlántico, desde el Tiburón ballena y rémora. norte de los Estados Unidos hasta Brasil y desde Senegal hasta el Golfo de Guinea, y del Océano Índico, incluyendo el Mar Rojo y el Golfo de Arabia. El único mar templado donde no se han observado tiburones ballena es el Mediterráneo. En contraste con la mayoría de los tiburones bentónicos —que viven cerca del fondo— del mismo orden (Orectolobiformes), el ballena es pelágico, esto es, vive en mar abierto, principalmente en aguas con temperaturas de entre 21 y 30º C. Hasta hace poco, su manera de reproducirse era un misterio. Si bien se sabía que su reproducción es interna, es decir, que es Observar tiburones ballena en Holbox En aproximadamente hora y media a bordo de una pequeña embarcación, uno puede tener la suerte de verse rodeado por estos gigantes que se alimentan pacíficamente muy cerca de la superficie. Una vez que se ha logrado reconocer el primero, pronto comenzará a ser evidente que son varios los tiburones que nadan cerca de nosotros y es entonces cuando podemos experimentar la inigualable sensación de verlos de cerca, saltando al agua. La primera reacción que uno tiene es, generalmente, de temor, pues pocas veces nos hemos visto al lado de seres tan enormes en un medio que no es el nuestro, pero poco a poco aprendemos a relajarnos y a disfrutar del nado junto a estas criaturas. Para llegar a Isla Holbox desde Cancún hay que seguir la carretera federal 180 hacia el oeste, alrededor de 150 km hasta Nuevo Xcan y luego dirigirse hacia el norte otros 100 km hasta Chiquilá. Desde ahí se tiene que cruzar la Laguna Yalah en lancha hacia la isla (10 km). Si visitas la Isla Holbox y quieres tener la experiencia de ver un tiburón ballena de cerca, es 32 ¿cómoves? importante seguir algunas recomendaciones para promover la conservación de estas criaturas: 1) Contratar a un prestador de servicios local para realizar el viaje. Es increíble lo mucho que podemos aprender de las personas que han cuidado, a su manera y durante muchos años, la fauna local. Además, pueden darte datos interesantes, como la primera vez que estos tiburones fueron vistos en la región, y decirte los nombres con los que conocen a los animales; por ejemplo, a los tiburones ballena los llaman “dominó” por los puntos que tienen en el cuerpo. 2) Seguir las instrucciones que se dan para la actividad. Es muy importante que te mantengas a prudente distancia de estos gigantes, pues aunque son pacíficos, al percibir un ligero roce pueden moverse de manera inusual y lastimarte de un coletazo. La actividad debe ser segura para ti, pero también debe ser del mínimo impacto posible para los tiburones ballena. Foto: Erica Torrens Rojas Gigante de los mares necesario que el macho inserte uno de sus órganos copuladores (cuentan con dos, ya que son extensiones de las aletas pélvicas) dentro de la hembra para fecundar a los huevecillos que ella tiene en su interior, no se tenía la certeza de si estas criaturas son ovíparas (que una vez fecundados, los huevos se liberan y eclosionan en el mar) u ovovivíparas (que los huevos se abren en el interior de la hembra, para parir crías vivas). Este misterio se resolvió apenas en 1995, cuando se encontró una hembra de tiburón ballena en las costas del este de Taiwán, que había sido arponeada por un pescador local. Al abrirla encontraron que tenía dos úteros gemelos y en ellos había un total de 300 embriones, con tamaños de entre 42 y 63 centímetros. Este número es mucho mayor que el promedio de embriones en los demás tiburones, que tienen normalmente entre cinco y 15 crías por parto. Además, el descubrimiento probó que el tiburón ballena es una especie ovovivípara. No hay datos exactos de cuánto vive un tiburón ballena; se piensa que llegan hasta los 60 años, pero podría ser mucho más. Como sucede con otras especies que tienen importancia comercial, estas criaturas han sido cazadas en exceso por la gran cantidad de aceite que guarda su hígado (el de un macho adulto puede contener hasta 1 600 litros de aceite) o bien porque su carne se come. En Taiwán se capturan aproximadamente 100 tiburones ballena cada año. En algunos países donde la presencia de estos tiburones es predecible se promueven cada vez más excursiones para observarlos y nadar con ellos; por ello se han vuelto importantes en algunas economías locales basadas principalmente en los servicios turísticos. No existen muchos sitios alrededor del mundo donde se pueda observar el tiburón ballena por periodos prolongados. En México tenemos la suerte de encontrarlos en La Paz y en la Bahía de los Ángeles, ambos en Baja California, así como cerca de la Isla de Holbox. Holbox es una isla paradisíaca ubicada en el noreste de la Península de Yucatán, a 280 km de Cancún, donde viven familias de pescadores. En sus playas y en las pequeñas islas aledañas pueden observarse cientos de aves. En invierno llegan desde Canadá los pelícanos blancos y Foto: Erica Torrens Rojas todo el año anidan cormoranes, patos buzo, gaviotas, fragatas y flamencos. Pero para nuestra historia, lo más importante es que las aguas de Holbox albergan a varios tiburones ballena cada año y es posible nadar con ellos (véase recuadro). La temporada para observarlos es entre mayo y septiembre. Se piensa que los tiburones ballena llegan durante esta época Foto: Erica Torrens Rojas Ilustración: JP Barreiros / ImagDOP* Observar en vez de matar Nado con tiburones cerca de Holbox. por la gran cantidad de nutrientes de las aguas de la región, reflejada en las grandes concentraciones de plancton de las que se alimentan. Conservación El tiburón ballena tiene ciertas características que lo hacen particularmente susceptible a la sobreexplotación, como su gran tamaño, lento crecimiento y longevidad. Estas características indican, además, que las poblaciones se recuperan muy lentamente de cualquier sobrepesca. El tiburón ballena está incluido en la lista roja de animales amenazados de la Unión para la Conservación Mundial (World Conservation Union), en la categoría de “indeterminado”, que se aplica a las especies raras, vulnerables o amenazadas de las que no se tiene información suficiente para colocarlas en una sola categoría. En el Golfo de México se Rhincodon typus sale a la superficie cerca de Holbox. considera a esta especie como dependiente de conservación, lo que quiere decir que el número de tiburones ballena se ha reducido pero está en recuperación bajo un plan de manejo. En el Golfo de California no se considera en riesgo alguno. En nuestro país, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) está haciendo lo suyo para conservar el tiburón ballena, apoyando a los prestadores de servicios turísticos locales en Baja California, en la Bahía de los Ángeles y en la penísula de Yucatán, en Holbox. Con planes de manejo se está intentando ordenar la actividad ecoturística del nado con tiburones. La idea es determinar el número de prestadores de servicios que pueden llevar a personas a nadar con los tiburones, para así limitar la actividad y que no se salga de control. Sin embargo, hasta no determinar las proporciones en que estos tiburones tendrían que aumentar en ciertas áreas, su diversidad natural, abundancia y distribución, y el impacto de esta nueva industria turística, no se podrá realmente consolidar ningún plan de manejo. Por ello es importante que todos respetemos la naturaleza y que los biólogos continuemos estudiando las especies que habitan en nuestro país. ¿No sería maravilloso poder asegurarles a los tiburones ballena, que han vivido en el planeta mucho más que nosotros y desde antes que los dinosaurios, que van a poder seguir surcando las aguas de los océanos por mucho tiempo más? Erica Torrens es estudiante de maestría en la Unidad Académica Puerto Morelos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, de la UNAM. ¿cómoves? 33