Oficio 155-050752 de 1 de octubre de 2.004 Tema: Inscripción de liquidación voluntaria durante ejecución de un acuerdo de reestructuración Me permito presentar respuesta a su comunicación radicada en este Despacho con el No. 2004-01-140381 de 27 de septiembre de 2.004, mediante la cual informan sobre la decisión adoptada por la Asamblea General de Accionistas de C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. de disolver y liquidar la empresa. Al respecto me permito manifestarles lo siguiente: 1. No es posible que los accionistas de una empresa admitida a la negociación de un acuerdo de reestructuración decidan optar por la liquidación voluntaria de la misma. En efecto, sobre el particular esta Superintendencia ha considerado que: 1.1. Un proceso concursal o concurso de acreedores es un proceso universal, promovido a instancia del deudor, por pedido de uno o más acreedores, o de oficio, que consiste, básicamente, en una ejecución colectiva de los acreedores contra su deudor común. Los principales objetivos que persigue un proceso concursal son: a). Garantizar que los bienes del deudor no sean dispersados a través de ejecuciones individuales de sus acreedores. b). Garantizar el pago, en el orden de prelación legal, de las acreencias a cargo del deudor, de manera que sea protegido el crédito. c). Brindar una ayuda al deudor insolvente para favorecer el mantenimiento de la empresa como unidad económica de explotación. 1.2. Los procesos concursales son, básicamente, de dos tipos: de reorganización y de liquidación o quiebra. Los procesos de reorganización están encaminados a lograr la recuperación o supervivencia del deudor insolvente, mientras que los de liquidación o quiebra están encaminados, como su nombre lo indica, a liquidar o ejecutar su patrimonio y a distribuir los bienes o el producto de los mismos a favor de sus acreedores. 1.3. Las liquidaciones obligatorias reguladas en la Ley 222 de 1.995 son procesos concursales y los acuerdos de reestructuración, si bien no son procesos sino contratos entre los acreedores internos y externos de las empresas en reestructuración, son asimilables a los procesos concursales, pues producen los mismos efectos. 1.4. Los principios de los procesos concursales, de conformidad con lo expuesto por la doctrina, pueden definirse así: Principio de universalidad: : "(...) alude a la necesidad de que la totalidad de los bienes del deudor se vinculen al concurso". (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 357) Principio de la colectividad: "(...) alude a la necesidad de que la totalidad de los acreedores del deudor en crisis deben concurrir al proceso concursal" (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 359). Principio de igualdad: "(...) el principio de igualdad se expresa en la conocida máxima latina par conditio omnium creditorum que refleja la necesidad de que exista un tratamiento homogéneo para todos los acreedores que concurren al proceso". (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 360). 1.5. Adicionalmente, es necesario anotar que el derecho concursal está caracterizado por su especial naturaleza, pues es concebido como una disciplina regida por normas autónomas de aplicación preferente. Sobre el particular, la doctrina estima que "(...) las disposiciones generales de derecho privado, deben, en múltiples ocasiones, ceder a las normas de orden público que gobiernan los trámites del concordato y la liquidación obligatoria. Estas máximas surgen de la consideración según la cual, las circunstancias extraordinarias de insolvencia del empresario deudor, impiden la aplicación de las disposiciones que orientan los procesos de ejecución coactiva de las obligaciones mediante procesos judiciales separados". (Reyes Villamizar, Francisco. Reforma al Régimen de Sociedades y Concursos. Temis S.A., 1.999. Pág. 355). 1.6. C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. fue admitida el 22 de julio de 2.002, por la Superintendencia de Sociedades, a la negociación de un acuerdo de reestructuración, en los términos de la Ley 550 de 1.999. El acuerdo de reestructuración se celebró, en los términos del parágrafo del artículo 31 de la Ley 550 de 1.999, el 12 de marzo de 2.003. Fueron objeto de dicho acuerdo de reestructuración todas las obligaciones de la empresa causadas antes del 22 de julio de 2.002, mientras que las causadas con posterioridad a dicha fecha tienen el tratamiento descrito en el numeral 9º del artículo 334 de la Ley 550 de 1.999. 1.7. Con base en lo anterior, es claro que la admisión de C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. a la negociación de un acuerdo de reestructuración, tiene el efecto de sujetar su situación al régimen concursal establecido en la Ley 550 de 1.999. Por lo tanto, si la empresa desea dar por terminado el acuerdo de reestructuración celebrado el 12 de marzo de 2.003, es necesario que respete el régimen contenido en la Ley 550 de 1.999. 1.8. Las causales de terminación del acuerdo de reestructuración son las establecidas en el artículo 35 de la Ley 550 de 1.999. Las mismas pueden ser divididas, básicamente, en dos grupos: aquellas que atienden al cumplimiento del acuerdo de reestructuración y aquellas que atienden al incumplimiento del mismo. hoy 1.9. Por lo tanto, estima este Despacho que al no estar incluída la terminación por decisión de los asociados de dar por disuelta la sociedad como una de las causales para dar lugar a la figura de terminación del acuerdo, es necesario respetar las causales expresamente establecidas en la ley. En efecto, el artículo 31 del Código Civil es claro cuando dispone: "ARTÍCULO 31. Lo favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta para ampliar o restringir su interpretación. La extensión que deba darse a toda ley se determinará por su genuino sentido, y según las reglas de interpretación precedentes". 1.10. En consecuencia, este Despacho concluye que el acuerdo de reestructuración sólo puede terminarse por la configuración de cualquiera de las causales de terminación descritas en el artículo 35 de la Ley 550 de 1.999. Cualquier otra hipótesis es inadmisible y, por lo tanto, la sociedad deberá seguir bajo el régimen de los acuerdos de reestructuración de la Ley 550 de 1.999. 2. Con base en lo anterior, este Despacho les manifiesta que no es procedente la disolución por decisión de los accionistas de C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. y, en consecuencia, a la fecha está oficiando a la Cámara de Comercio de Bogotá para que reverse la inscripción de la disolución y liquidación voluntaria de la sociedad. La sociedad C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. sigue bajo acuerdo de reestructuración. 3. De otro lado, tanto el promotor como la representante legal deberán dar explicaciones a este Despacho, por separado, en un plazo máximo de diez (10) días a partir de la fecha del presente oficio, sobre las razones por las cuales obviaron las disposiciones de los artículos 35 y 36 de la Ley 550 de 1.999 y del Decreto 090 de 2.000, al haber inscrito la terminación del acuerdo de reestructuración por decisión de los socios de C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A., en violación al régimen contenido en la Ley de Intervención Económica y sus decretos reglamentarios. Se les advierte que las respuestas que den, pueden dar lugar a la imposición de las sanciones previstas en el numeral 3º del artículo 86 de la Ley 222 de 1.995. 4. Igualmente, ordenamos a la representante legal de C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. que informe los nombres y direcciones de notificación de los accionistas de C.I. AGROQUÍMICA COLOMBIANA DE CALDAS S.A. y que envíe copia del acta en la cual conste la decisión tomada por la asamblea general de accionistas el 16 de septiembre de 2.004