Ofrecemos a nuestros lectores el guión que gentilmente nos ha cedido el sacerdote Pepe Alcaraz, amigo y colaboradorde nuestra Casa Familiar de Hellín y que moderó el taller de “pastoral” en el último encuentro de Voluntariado de Granada, en el que participaron miembros del equipo de redacción de la Comisión de Pastoral del Enfermo. Nos preguntamos: Dialogamos ¿ Por qué soy Voluntario /a en la cruz Blanca? ¿ Cuando entro en contacto con ellos? ¿ Qué hago en la casa donde colaboro? ¿ Veo mi trabajo como un servicio eclesial? ¿ Relaciono mi trabajo con la vida evangélica ? ¿ Conozco y participo en la vida evangélica de los Hermanos ? Ponemos en común.... Como se vive el Evangelio en Cruz blanca. Antes de ir directamente a la vivencia del Evangelio en Cruz Blanca daremos unas pinceladas de lo que supone vivir una vocación y un carisma: Vocación. Puede entenderse en el sentido más amplio de llamada a la vida humana, sin más, o a la vida de la fe, a la vida cristiana. Dentro de esta última suele entenderse y así lo haremos aquí en cuanto llamada del Espíritu a un bautizado para un estado de vida cristiana, dentro de las diversas formas que a lo largo de la historia han permanecido establemente en la vida de la Iglesia: vida consagrada, vida matrimonial. También puede entenderse la palabra Vocación en un sentido aún más particular, como una llamada más determinada dentro de cada uno de los estados anteriores: por ejemplo, cuando se dice de alguien que tiene vocación de cartujo, de diácono, de misionero, de servicio a los más pobres como es el caso que nos ocupa. — — Carisma. Esta palabra ha hecho correr ríos de tinta, y es difícil de simplificar, sin traicionar sus riquísimos matices Podríamos decir que es como la gracia concreta que el Espíritu Santo da al cristiano para que realice la vocación a la que ha sido destinado, bien en el sentido de estado de vida el carisma de la vida religiosa - bien en cuanto a circunstancias individuales especiales, que necesitan también una especial fuerza de Dios el carisma para el martirio, el carisma de los fundadores...- En ocasiones, los carismas tienen un brillo llamativo y destacan de forma - — - — extraordinaria en la vida de sus contemporáneos, como Francisco de Asís. Pero en otros, en la mayoría de los casos, aun dentro de una vida de fe profunda y de gran caridad, se mantienen dentro de unas formas serenas y discretas, que parecen normales dentro de la vida de la Iglesia. Hubo un tiempo en la Iglesia en el que se creía que solamente se dieron carismas en los momentos fundacionales o,si acaso, en algunas personas extraordinarias y más bien pocas. Hoy es más corriente, especialmente después del Concilio Vaticano II sobre este campo, volver a la concepción de que cada vocación cristiana recibe del Espíritu su propio carisma y que, por tanto, existen carismas permanentes. Habría entonces que matizar que estos carismas son ordinarios, lo cual no quiere decir que no sean siempre una gracia especial para cada persona, como un traje a la medida. Por eso, la mejor piedra de toque de los carismáticos, en el sentido extraordinario de la palabra, seria la sencillez, la humildad y la docilidad a la Iglesia. Servicios: Entendemos por servicios todas aquellas actividades que con cierta continuidad realizan los cristianos en orden a promover la misión y el testimonio de la Iglesia. Hacerse uno mismo la propia comida no es un servicio, hacer la comida porque uno es cocinero en un restaurante para poder vivir tampoco esun servicio. Hacer la comida por amor y desinteresadamente para alguien que lo necesita es un servicio; prestarse a formar parte de un equipo de voluntariado , que atienda y acompañe a los olvidados es un servicio eclesial. Que se hace por amor a Dios y a los hermanos. Vivencias del evangelio de los hermanos de Cruz Blanca La experiencia contemplativa de San Francisco nace del encuentro con Dios, encarnado en Cristo Jesús, que se hizo pobre para que nosotros fuésemos ricos (2 Co 8,9.) de igual modo los hermanos Franciscanos de Cruz Blanca intentan desde la contemplación del Evangelio vivir la dimensión apostólica y contemplativa como forma peculiar de vida, el servicio de los más necesitados. , Los hermanos viven la fe desde Jesús y para Jesús, en eso ocupan su vida, te pueden ayudar en el camino, te pueden presentar la verdad de Dios, ponértelo al alcance de la mano. Si trabajas como El por la justicia, si te entregas al servicio de los más necesitados, verás que corto es el camino para encontrarte con Dios. El fruto del encuentro con Dios es la fe. Aprenderás a vivir desde ella como se aprende a vivir desde el amor. Son ellos quienes nos atrapan, nos tienen y nos sostienen. En la fe y en el amor o se está o no se está; en el amor se está enamorado, en la fe se está con-fiado viviendo desde la fidelidad. , Leyendo el Evangelio de Lucas (Lc 10,25-37) aparece la figura de buen Samaritano, figura que en ciertos momentos podemos comparar con los hermanos; en la vivencia del amor y de la caridad evangélica. Aparece en el pasaje la palabra “acercándose” (v,34) Pero para acercarse tenía que bajar de su cabalgadura, de esta manera empieza a practicar el amor, de una manera discreta. Hoy por desgracia, en vez de caridad “secreta” (Mt, 6,4), parece que abunda una caridad espectacular, ruidosa, pregonada a bombo y platillo, que gusta estar en todas partes. Vivencia de la fraternidad: La comunión fraterna es un elemento esencial en la forma de vida de los hermanos franciscano de cruz blanca; siguiendo las experiencia de la primitiva fraternidad franciscana, ya que la comunidad no es fundamentalmente un grupo que se reúne en la iglesia a rezar o celebrar los sacramentos, por encima de eso, es un grupo que ha comenzado a vivir de otra manera, con los valores evangélicos, la vida de cada día. La comunidad no es un refugio para darse palmaditas en la espalda y animarse unos a otros ponderando lo buenos que somos; la comunidad es el lugar para compartir el servicio y la solidaridad. Jesús no proclama el evangelio sólo para los que quieran ser justos, eso se logra por muchos medios; lo hace para los que quieren ser perfectos (Mt 5,48) y tienen la osadía de intentar hacer realidad la utopía de un mundo nuevo. La fraternidad no es un punto de partida, pues los hombres realmente no somos hermanos, es un punto de llegada. Sí, podemos llegar a ser todos hermanos y Jesús nos invita a intentarlo. El camino evangélico de la fraternidad es hacer de cada persona un prójimo, sustituir los lazos habituales de las relaciones por los de la fe, que son más universales y consistentes. Vocación de servicio: Como aparece en las Constituciones de los hermanos Franciscano de cruz Blanca en el título V —32 “viendo en cada hombre a nuestro verdadero hermano al que acogemos y servimos” Los hermanos siguiendo el ejemplo de Jesús que supo rebajarse y hacerse servidor de todos. Lo intenta vivir en su vida. Por eso quienes deseen seguirle deberán tener su misma actitud: buscar antes todo el interés de los demás y no el propio (FIp 2,4), siendo servidor, esclavo, de los demás; pues Jesús no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida por muchos , (Mt 20, 27-28). Un gesto emblemático de esta actitud es el que realiza Jesús en la última cena, cuando se pone de rodillas ante sus discípulos para lavarles los pies y concluye diciéndoles: “si yo el maestro y el Señor os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Os he dado ejemplo para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13,14-15). Para servir a los demás como lo hace Jesús, se necesita una actitud de sincera humildad. Dar de sí todo lo que se pueda, y, al mismo tiempo, aceptar la ayuda de los demás cuando uno la necesite. El que sirve reconoce que todo lo que tiene y es le viene de Dios; y como regalo de Dios, lo pone al servicio de los demás; y cuando recibe ayuda, sabe que es Dios mismo quien se sirve de los demás para echarle una mano. Conviene recordar que servir con humildad es ser serviciales, no serviles o falsos humildes que se achican para engrandecer al poderoso o dejarse explotar como un tonto. El cristiano servicial no renuncia a su dignidad de persona, y ve en el otro a un hermano; sirve con amor a personas iguales que él, para hacer entre todos una sociedad fraterna, de personas iguales en dignida~i Aceptar a Jesús, continuar su tarea de extender el reino, para los hermanos, implica volcarse en servir al prójimo de forma radical, como lo hace Dios mismo. En varias parábolas, con palabras e imágenes, te anima Jesús a dar lo mejor de ti mismo. No hay que ser tacafto, hay que hacer fructificar los talentos y no enterrarlos (Mt 25, 14-30); hay que dar fruto (Mt 7, 15-20 ); la esperanza es una virtud activa (Mt 25 ). Como San Pablo, el cristiano ha de sentirse apremiado por el amor de Cristo (2 Cor 5, 14 ) y por amor a sus hermanos (2 Cor 11,2) Vivencia de la fe por medio de la oración: Jesús nos enseña a rezar como enseñó a sus discípulos .Porque rezar es responder a Dios que se dirige a nosotros por medio de Jesucristo. La oración es diálogo amoroso y silencio contemplativo para el conocimiento mutuo. Nos equivocamos al entender la oración como medio para pedir algo a Dios, o a los santos para que influyan en El, y nos ayuden a conseguir nuestros deseos. La oración, como decía santa Teresa, es encuentro de amistad, es charlar, responder con sencillez, admirar, darse a conocer, es algo gratuito y desinteresado que refuerza la unión de los amigos. No es un diálogo interior con nosotros mismos, ni una referencia a un Dios abstracto; es una relación con un Dios personal, que actúa en la vida de cada individuo y en la vida del mundo Desde este planteamiento la oración sencilla de los hermanos de Cruz Blanca, no los aísla de los ruidos de la vida y de las preocupaciones de los . hombres en su enfermedad e indigencia, sino que hacen de todo ello oración y lo presentan a Jesús. No se trata de evitar las distracciones sino de acoger la vida y entregársela a Dios: unas veces será para pedir perdón, otras para dar gracias, otras solicitar ayuda, y siempre para implorar que nada ni nadie quede apartado de su finalidad y consiga llegar a la perfección total. En todo caso, la oración del Hernano es una relación de amor: el que Dios le tiene y el que el pone. Porque el valor primordial de la oración no es descubrir ideas, conocerse mejor, o saber más; sino amar a Dios. Decía SIA. Teresa que orar no es pensar mucho sino amar mucho. En la Eucaristía el Hermano descubre a Jesucristo y a intentar vivir lo mismo que El el servicio a los más necesitados; ya que ésta es partir y compartir el mismo pan,. El símbolo central del sacramento es una comida compartir el pan, o sea, la vida. En la Eucaristía comparten su vida : alegrías, sufrimientos, preocupaciones ,problemas, esperanzas... Ya que tienen que preocuparse por el bien de los demás, y todos deben esmerarse especialmente por ayudar a los más débiles. , En la Eucaristía se identifican con Jesús y su estilo de vida: hacer lo que él hizo y vivir como el vivió. No es importante el rito como la experiencia celebrada: Jesús se entrega por todos hasta la muerte, Dios renueva su alianza con su pueblo reunido en asamblea, ellos refuerzan los lazos de unión y de amor entre ellos, con Dios y con Jesús; se comprometen, con el signo de una comida, a compartir y repartir su vida para el bien de todos tal como lo hizo Jesús. , Finalmente, los hermanos tienen como modelo a Maria, porque se hace sirva del Señor, lo que equivale a depender totalmente de la voluntad divina y a ponerse a disposición de Dios; lo que equivale a estar disponible para servir a los demás; lo mismo que Ella, que dejó su casa y su familia para irse ayudar a su prima Isabel. Maria nos enseña que seguir a Jesús, aceptar su mensaje y cumplirlo, tiene una gran dosis de misterio. Ella no comprendió todo lo que le aconteció en la vida, pero se dejó conducir por Dios a pesar de la oscuridad y del sin sentido aparente. María tomó partido por Dios, no se desesperó, al contrario lo aceptó todo: María es la mujer siempre fiel a Dios, hasta la cruz. Fidelidad que nos pide también a nosotros.