SECRETOS DE UN VENCEDOR Romanos 8:37-39 La naturaleza de nuestros pensamientos se constituye en la base de nuestros comportamientos. Si pensamos negativamente de las circunstancias, es obvio que nuestras acciones siempre estén impregnadas de inseguridad y duda. A una persona promedio, le resulta más fácil pensar negativamente, que pensar con esperanza, confianza y fe. Pareciera que la incredulidad es el camino más corto y sencillo. Ciertamente la Biblia nos anima y exhorta a pensar con fe. La palabra de Dios nos anima a pensar como vencedores y no como perdedores. ¿Cuál crees que es el patrón de tu mentalidad? ¿Piensas como un vencedor o como un perdedor? Consideremos algunas diferencias entre ambas formas de pensar: Mentalidad de perdedor 1. 2. 3. 4. Siempre “ve el problema” en los demás. Su éxito depende de otros: no se hace responsable por los resultados. Ignora los alcances del sacrificio de Cristo. Las pruebas lo abaten y lo destruyen. RECONOCE SUS FALENCIAS Y DEBILIDADES Y LAS CORRIGE Un vencedor no busca la paja en el ojo ajeno, más bien, se esfuerza por quitar la viga de su propio ojo. Mateo 7:5. Se requiere madurez espiritual para reconocer que la gente no es la culpable de nuestras frustraciones. Para el vencedor, las personas no son un estorbo, pues reconoce que si Dios está de su lado, nada podrá impedir que alcance buenos resultados. Romanos 8:31. 1 Meditemos: ¿Te identificas con alguna(s) de las características de la mentalidad de un perdedor? TRABAJA AGUERRIDAMENTE Un vencedor no baja la guardia, por el contrario, cada día encuentra razones para seguir luchando y perseverando con el propósito de cumplir sus sueños. Reconoce que su éxito no está del todo en sus manos, por tanto, es consciente que Dios hace una parte, pero él debe hacer la otra. Jesús murió y nos dio la victoria, nadie puede acusarnos, nadie puede condenarnos, sin embargo, con ésta verdad en el corazón debemos esforzarnos y trabajar cada día de nuestra vida. Romanos 8: 33-34. 2 Se imagina Jesús diciendo al Padre: “Padre, la gente a la que me enviaste a salvar es dura de corazón, por eso perdí los estribos y mi muerte en la cruz no tuvo ningún efecto”. Jesús tuvo que padecer hasta final cuidando de su propia cordura, de tal manera que al morir, el poder de Dios fuese desatado para redimir toda la Creación. VIVE SEGÚN EL PODER DE DIOS Un vencedor jamás debe quitar su mirada de Jesús y de Su poderosa obra en la cruz. La fuente de toda gracia y de toda fortaleza proviene exclusivamente de la cruz de Cristo. El vencedor es consciente que nada puede lograr por sus propios medios, sin embargo, se ejercita en la confianza, en la fe y en el poder del Salvador, de Su resurrección y reinado soberano. Romanos 8:34. 3 LAS PRUEBAS LO FORTALECEN, LO PROMUEVEN Y LO DESAFÍAN El vencedor siempre encontrará en las dificultades de la vida una oportunidad de crecimiento y superación. Valora mucho la experiencia que puede adquirir a través de las situaciones adversas, por tanto no las subestima. Si tropieza se levanta. Si pierde fuerza siempre encuentra razones para renovarse y continuar. Su amor por Cristo supera el poder de cualquier fuerza humana o sobrehumana que quiera destruirlo. Romanos 8:35-39. 4 Aplicación 1. No te conformes con los pequeños resultados, piensa en grande. 2. Reconoce que las tribulaciones y pruebas son una oportunidad de crecimiento; no son para destruirte. Para concluir la reunión A través de la lectura de la Biblia, cultiva pensamientos de vencedor y educa tu mente para disfrutar de los beneficios de la victoria de Cristo en la cruz.