IZQUIERDA UNIDA EXIGE AL GOBIERNO LA ELIMINACIÓN PROGRESIVA DE LA ENERGIA NUCLEAR EN ESPAÑA (Resolución aprobada por la Comisión Permanente de Izquierda Unida en su reunión del 17 de octubre de 2005) Izquierda Unida propone el cierre progresivo de todas las centrales nucleares existentes en España: Zorita (con cierre previsto en 2006), Garoña, Almaraz I y II, Trillo, Ascó I y II, Vandellós II y Cofrentes, estableciendo un calendario de cierre y desmantelamiento a partir del cumplimiento de los veinticinco años de funcionamiento de las centrales nucleares y acompañando este calendario con una decidida política de introducción de energías renovables y de mejora de la eficiencia eléctrica. Muchas son las razones que nos llevan a este planteamiento. En primer lugar el tema de los residuos de alta radioactividad que producen estas centrales. Las piscinas de las centrales nucleares españolas están casi llenas de residuos de alta radiactividad, altamente nocivos para el hombre y la biosfera. Los defensores de esta energía no han sido incapaces de encontrar una solución mínimamente razonable a este tema que hipoteca el futuro de nuestra descendencia. En segundo lugar un grave problema de seguridad. Los accidentes de Chernobil y de las Tres Islas existieron. El accidente de Vandellós I, que estuvo a punto de convertirse en una catástrofe, existió y supuso la parada definitiva de esta central nuclear., Las centrales nucleares envejecen, y su obsolescencia produce un aumento de los problemas de seguridad. Los recientes accidentes de este año de las centrales de Vandellós II, Cofrentes etc. nos indican que a una central nuclear le ocurre lo mismo que a cualquier instrumento: Su seguridad disminuye con la edad, sus averías aumentan. En tercer lugar porque las reservas mundiales de uranio son escasas y una proliferación de centrales nucleares como pretenden los lobbys nuclearistas ocasionaría, en pocos años, problemas parecidos en el coste del uranio a los que tenemos actualmente con el precio del petróleo por el aumento de consumo. Por todo ello, es un absurdo que los defensores de la energía nuclear se apoyen cínicamente en el cumplimiento del Protocolo de Kyoto para extender esta energía, o al menos impedir su cierre progresivo. La energía nuclear no es la solución a Kyoto, ya que, por sí misma, es un problema mucho peor que el efecto invernadero. Y ello sin tener en cuenta que ha estado siempre asociada al desarrollo y producción de las armas nucleares. Izquierda Unida afirma que es posible cumplir con el Protocolo de Kyoto (aunque reconocemos que la imprevisión del PP lo haya puesto, en estos momentos, muy difícil en España) y, a la vez, avanzar en la supresión de la energía nuclear. El camino es el desarrollo de las energías alternativas (eólica, solar, biomasa etc.) y la mejora de la eficiencia energética. El nuevo, realmente muy viejo, discurso nuclearista ni resuelve los problemas de la energía, ni contribuye al cumplimiento del Protocolo de Kyoto ni, por supuesto, es sostenible ni responsable a nivel medioambiental. Queremos recordar que siete países de la Unión Europea, algunos con mayor nivel de desarrollo que nosotros como Italia, Dinamarca o Austria no utilizan la energía nuclear. Cuatro países más, Alemania, Suecia, Bélgica y Holanda tienen calendarios y/o programas de cierre de sus centrales nucleares. Sólo un país, Finlandia, ha decidido en los últimos años iniciar la construcción de una central nuclear. El balance total es claro: La energía nuclear es una energía en declive en Europa por problemas económicos (sólo es rentable si externaliza muchos de sus costes), por problemas de seguridad y por la imposibilidad de encontrar una solución razonable a sus residuos. El gobierno del PSOE ha dado pasos positivos en defensa al traer las tropas de Irak, en libertades civiles instaurando el matrimonio entre personas homosexuales, en política hídrica al abolir el trasvase del Ebro. Desgraciadamente, en temas de energía la política de este gobierno sigue pareciéndose demasiado a la del anterior gobierno del Partido Popular. Ningún paso serio en el camino de la sostenibilidad energética se ha dado hasta el momento. Izquierda Unida está convencida de que es el momento de hacer una opción clara por una nueva cultura de la energía que suponga a la vez, suprimir las centrales nucleares, apostar seriamente por las energías alternativas y desarrollar planes ambiciosos de mejora de la eficiencia energética. Una política decidida en este sentido, acompañada de las inversiones necesarias en I+D, nos permitiría situarnos en la vanguardia tecnológica y empresarial del cambio energético que se va a realizar necesariamente en el mundo a lo largo de las próximas décadas. Es paradigmático el ejemplo de la energía eólica, donde España ocupa una posición destacada. Un ejemplo a seguir en todas las ramas de la nueva cultura de la energía.