S.I. PASCUAL-PASCUAL SIMPOSIO: TRATAMIENTO DE LA ESPASTICIDAD. OPCIONES TERAPÉUTICAS la TBA para el tratamiento de la PCI espástica, y se destaca que su uso debe formar parte de un planteamiento global. Se resumen los resultados positivos de una serie de 278 pacientes con PCI espástica, tratados con TBA, así como los efectos adversos. Resultados. El 19% de estos pacientes presentaron una respuesta ligeramente positiva, con modificación del tono, pero sin repercusión funcional, el 49% objetivó una respuesta moderada, el 17,5%, una mejoría marcada, y un 5% mostró mejoría marcada y por un tiempo prolongado. De 224 pacientes con más de un año de evolución, el 9,5% presentaron efectos adversos, leves y transitorios en todos los casos. Conclusión. La TBA puede considerarse eficaz y segura en dosis terapéuticas, siempre que la indicación sea correcta y se acompañe de un tratamiento de fisioterapia bien orientado. [REV NEUROL 2003; 37: 74-80] Palabras clave. Efectos adversos. Espasticidad. Parálisis cerebral. Seguridad. Toxina botulínica tipo A. Tratamiento. ções da TBA para o tratamento da PCI espástica, e destaca-se que o seu uso deve fazer parte de uma abordagem global. São resumidos os resultados positivos de uma série de 278 doentes com PCI espástica, tratados com TBA, assim como os efeitos adversos. Resultados. 19% destes doentes apresentaram uma resposta ligeiramente positiva, com modificação do tónus mas sem repercussão funcional; em 49% objectivou uma resposta moderada, em 17,5% melhoria marcada e 5% mostraram melhoria marcada durante um período prolongado. Dos 224 doentes com mais de um ano de evolução, 9,5% apresentaram efeitos adversos, ligeiros e transitórios em todos os casos. Conclusão. A TBA pode considerar-se eficaz e segura na dose terapêutica, sempre que a indicação seja correcta e se acompanhe de um tratamento de fisioterapia bem orientado. [REV NEUROL 2003; 37: 74-80] Palavras chave. Efeitos adversos. Espasticidade. Paralisia cerebral. Segurança. Toxina botulínica tipo A. Tratamento. Tratamiento preventivo y paliativo con toxina botulínica de la cadera en el niño con parálisis cerebral infantil S.I. Pascual-Pascual USE OF BOTULINUM TOXIN IN THE PREVENTIVE AND PALLIATIVE TREATMENT OF THE HIPS IN CHILDREN WITH INFANTILE CEREBRAL PALSY Summary. Introduction. The bilateral spastic cerebral palsy (CP) usually produces hip abnormalities, already presents in many cases before 2 years of age, whose diagnostic requires X-ray because clinical exam do not detect some of them. The prognosis of CP hip disorders with conventional treatment is bad, progressive, and limits the possibility of independent gait. Botulin toxin type A infiltrated in adductors, medial ischiotibials and iliopsoas, in addition to physiotherapy and orthosis, gives better results. Patients, methods and results. In our cases (98 cases, 193 hips) the natural evolution before (BT-A) treatment had been of progressive lateral migration of femoral head (86% got worse, and 11,4% became luxated), and after the onset of it the progression stopped in 74% of hips and reverted in other 14%. Conclusions. It is very important to start early the BT-A treatment and infiltrate systematically every 3-4 months in order to obtain good results. Stopping the treatment increase the chances of subluxation or luxation. BT-A is also a good treatment for hip pain in spastic CP. [REV NEUROL 2003; 37: 80-2] Key words. Botulinum toxin. Cerebral palsy. Hip luxation. Prevention and treatment. Spasticity. Spastic hip. INTRODUCCIÓN Se sabe desde hace décadas que el niño con parálisis cerebral infantil (PCI) bilateral tiene restringidas las posibilidades de alcanzar la marcha autónoma. Casi todos los niños con PCI hemipléjica consiguen andar, pero sólo lo logran el 60-70% de aquellos con PCI extrapiramidal o bilateral espástica en la serie de Crothers y Paine (1959) [1]. El pronóstico de deambulación independiente se ha ligado especialmente a la adquisición de la sedestación autónoma antes de los 2 años y a la consecución de diversos signos motores [2,3]. Para adquirir estas funciones es especialmente importante el buen grado de movilidad de las caderas. La espasticidad de los aductores, de los isquiotibiales y de los flexores de las caderas suele presentarse en la PCI bilateral, e impide o dificulta la sedestación independiente y el gateo y limita la posibilidad de deambular. Por ello, no sorprende que en la Recibido: 29.04.03. Aceptado tras revisión externa sin modificaciones:07.05.03. Servicio de Neurología Pediátrica. Hospital La Paz. Madrid, España. Correspondencia: Dr. Samuel Ignacio Pascual. Santiago de Compostela, 92, 2.º G. E-28035 Madrid. E-mail: ipascualp.hulp@salud.madrid.org 2003, REVISTA DE NEUROLOGÍA 80 literatura de los últimos años, en los que va cambiando la incidencia de los diversos tipos de la PCI, con incremento de la proporción de las dipléjicas, no haya mejorado la autonomía para la marcha de los niños con PCI. Lin et al [4,5] encuentran que sólo un 38% de los niños con PCI bilateral nacidos entre 1989 y 1992 en una región de Inglaterra, consigue la marcha. El tratamiento de la espasticidad de la PCI con toxina botulínica (TB) se inició en la pasada década, y se fijó como primer objetivo el pie equino; pero en los últimos años hemos observado cada vez más la dimensión de la repercusión de la espasticidad en las caderas dipléjicas y tetrapléjicas, cuyas consecuencias son graves y pasan frecuentemente desapercibidas hasta hacerse irreversibles [6]. La evolución natural de las caderas en la PCI es de empeoramiento progresivo, como ocurre con la espasticidad distal de las piernas –aunque en las caderas las consecuencias son más graves–. En un estudio poblacional realizado en el sur de Inglaterra, ya se observa que a los 18 meses de vida los niños con PCI bilateral tienen mayor desplazamiento lateral de la cabeza femoral que los controles normales. De los niños con PCI que no pueden caminar a los 5 años, un 58% sufre luxación de cadera, generalmente bilateral [7,8]. REV NEUROL 2003; 37 (1): 80-82 TRATAMIENTO DE LA ESPASTICIDAD La marcha del niño con PCI que consigue andar se deteriora con el tiempo. Disminuye su velocidad, la longitud del paso, la duración del tiempo de apoyo en un solo pie y el movimiento de la pelvis, rodilla y tobillo [9], e incluso, se pierde en la adolescencia o en la edad adulta en casi la mitad (44,8%) de los casos de PCI bilateral [10]. La prevalencia de la subluxación o luxación de la cadera varía, según los estudios, entre el 28 y el 59% de los adultos no ambulantes con PCI [11,12]. A los 18 meses de vida, las cabezas femorales muestran un grado de migración lateral significativamente mayor en los niños con PCI que en los controles, y el 36,2% de los niños con PCI dipléjica o tetrapléjica necesitan tratarse de sus caderas a los 5 años o antes [13]. Gran parte de las caderas con más del 20% de migración y casi todas las que han migrado más del 33%, necesitarán tratamiento. La dislocación de la cadera, además, es frecuentemente dolorosa, entre el 18 y el 50%, siendo mayor esta proporción cuando la luxación es completa [14]. En un estudio multicéntrico reciente de 234 adolescentes y adultos con PCI no ambulantes, se notifica dolor importante en el 47,2%, más frecuente, como es lógico, en los que tenían caderas luxadas o subluxadas, pero también presente en el 22% de las caderas con menos del 33% de migración [15]. El dolor lo consideraba intolerable el 25% de los que lo sufrían. El tratamiento de la cadera luxada o subluxada es costoso y en una alta proporción precisa reintervenciones [16,17]. Si el porcentaje de migración lateral de la cabeza femoral es superior al 40% a los 5 años, ya ha pasado el tiempo de la cirugía de partes blandas y se debe realizar una reconstrucción de la cadera con corrección del fémur y acetábulo [18], una cirugía compleja y traumática, con alta tasa de dolor posterior. La cadera subluxada dolorosa en la adolescencia es prácticamente intratable [19]. El objetivo inicial del tratamiento de las caderas espásticas es prevenir la deformidad y la luxación o subluxación de las mismas y, del mismo modo que en la espasticidad de los miembros, es cuestión de tratar antes de que sobrevenga el progresivo acortamiento fijo de músculos y tendones. La fisioterapia, las ortesis y la TB son las armas en este primer estadio. El tratamiento con TB interfiere con los mecanismos de liberación de vesículas de acetilcolina en el terminal del axón, lo que impide la contracción muscular. La TB tipo A actúa como proteasa de la SNAP-25, una de las múltiples proteínas que ligan la vesícula de acetilcolina a la membrana del axón para proceder a su exocitosis [20]. Hay ya suficientes estudios de doble-ciegoy abiertos en los que se demuestra la utilidad de la TB en la espasticidad infantil [21], y se ha demostrado experimentalmente que previene las contracturas [22]. PACIENTES Y MÉTODOS En nuestra serie de PCI, cada vez es mayor la proporción de casos tratados con TB tipo A por alteración de las caderas. Representaban el 20% de todos los tratados con TB hasta 2001 [23], y el 25% en la actualidad. Desde 1996, hemos tratado 98 casos (193 caderas) de edades comprendidas entre 1 y 12 años, con seguimiento posterior de 1-6 años. Los resultados serán objeto de otra publicación. El objetivo del tratamiento ha sido alguno de los siguientes: – Mejorar la marcha en los niños ambulantes. – Prevención de la subluxación o luxación de las caderas. – Limitar la deformidad de las caderas ya luxadas, mejorar la higiene perineal. – Tratar el dolor. REV NEUROL 2003; 37 (1): 80-82 La evolución natural de nuestros casos previa al tratamiento con TB, y de acuerdo con las pautas de tratamiento convencional –fisioterapia y tratamiento postural, pocas veces con ortesis–, había sido mala. El desplazamiento lateral de la cabeza femoral en la radiografía anteroposterior crecía y era, en promedio, del 13% al año de edad, del 22% a los 2 años, del 28% a los 3 años, del 32% a los 4 años, en las 165 caderas con control radiográfico previo. Sólo el 6% de las caderas habían mejorado con tratamiento convencional (ortesis) y otro 8% habían conseguido mantenerse estables en los últimos controles. Veintidóscaderas (11,4%) ya se habían luxado, con migración superior al 50%, antes de iniciar las infiltraciones con TB. La edad a la que terminaron de luxarse fue muy variable, entre 1 y 9 años. En nuestros pacientes infiltramos los músculos aductores, rectos internos, isquiotibiales mediales y psoas ilíaco, según se requiriera. En el caso del psoas ilíaco, optamos por un abordaje directo, 1 cm por debajo del ligamento inguinal en dirección al cuello femoral, con control electromiográfico. Se han descrito otras técnicas de acceso a estos músculos [24,25], como la vía posterior lumbar con control de TAC, o la vía anterior a través del peritoneo, pero la primera es más costosa y las otras son más peligrosas. El psoas ilíaco lo tratamos si existe flexión de la cadera y en el control electromiográfico se observa espasticidad en el músculo. Infiltramos los aductores corto, largo y magno generalmente en dos puntos, los recto s internos en 1-2 puntos, y los semitendinoso y semimembranoso en 2-3 puntos, con utilizando las dosis habituales [6,26]. La dosis total infiltrada por sesión es de 10-15 U/kg de Botox ® o 30-40 U/kg de Dysport® . Repetimos las dosis cada 3-4 meses; recomendamos el tratamiento postural y férulas en abducción de caderas, así como la fisioterapia. RESULTADOS La evolución posterior al tratamiento ha sido muy positiva, especialmente en aquellos casos con una migración lateral inferior al 33%. Tres de las 22 caderas ya previamente luxadas (13,6%), consiguieron reducirse hasta un grado de migración inferior al 50%. El promedio de migración lateral en el conjunto de los casos tratados permaneció estable tras 4 años de seguimiento, lo que contrasta con el empeoramiento progresivo previo al tratamiento, ya comentado. Al final del seguimiento, sólo un 13,6% de las 120 caderas radiografiadas se luxaron. El grado de migración creció más del 10% respecto de la previa en el 12% de los casos, disminuyó más del 10% en otro 14% de los casos, y permaneció estable en un 74%. Estos son resultados francamente buenos, si tenemos en cuenta el pronóstico de la cadera espástica. Como consecuencia de la mejor movilización activa conseguida, todos los niños ambulantes mejoraron la marcha, tanto la estabilidad como la velocidad, y la estética, especialmente al disminuir la flexión de la cadera tras inyectar en el psoas ilíaco. Respecto de las otras indicaciones del tratamiento, en todos los casos gravemente afectados, con caderas ya luxadas, se facilitó la higiene y el cuidado perineal. En cuanto al dolor de las caderas, todos excepto uno refirieron que desaparecía durante 3-4 meses, y requirieron reinfiltración pasado este tiempo. En un paciente, cuyo dolor apenas mejoró, se implantó una bomba intratecal de baclofén, con buen resultado. DISCUSIÓN El tratamiento de las alteraciones motoras de la PCI no es fácil, y no hay ningún método que resuelva por sí solo el problema, especialmente si nos referimos a las alteraciones más graves, como suelen ser las caderas espásticas. La exploración clínica no detecta el problema en una amplia proporción de los casos, de modo que es preciso realizar un estudio radiológico a todo niño con PCI dipléjica o tetrapléjica hacia los 2-2,5 años. La evolución de nuestros casos previa al tratamiento con TB había sido progresiva, similar a la que se indica en la literatura, especialmente entre los 2 y los 5 años de edad. El tratamiento preventivo es básico, y, al igual que en la espasticidad de los miembros, debe constar de fisioterapia, férulas en abducción y TB; si se precisa, también de cirugía. En cuanto 81 S.I. PASCUAL-PASCUAL a la TB, nosotros infiltramos a los niños con migración por encima del 10-15% producida por espasticidad. En nuestra opinión, no conviene darse por satisfechos con una aceptable evolución a corto plazo, dado que con los años, en general, se observa una cierta pérdida de función motora y la tendencia al desplazamiento lateral de la cabeza femoral persiste durante toda la infancia. Causa más problemas en esta patología la actitud conservadora y conviene reinfiltrar sistemáticamente con TB siempre que se mantenga su eficacia, ya que los efectos adversos son raros, mínimos y fugaces. BIBLIOGRAFÍA 1. Crothers B, Paine RS. Natural history of cerebral palsy. Classics in Developmental Medicine, n.º 2. London: Mac Keith Press; 1988. 2. Bleck EE. Locomotor prognosis in cerebral palsy. Dev Med Child Neurol 1975; 17: 18-25. 3. Sala D, Grant AD. Prognosis for ambulation in cerebral palsy. Develop Med Child Neurol 1995; 37: 1020-6. 4. Lin JP, Scrutton D, Baird G. The changing natural history for walking in bilateral cerebral palsy. Develop Med Child Neurol 1999; 41 (Suppl): 17. 5. Lin JP. Can we alter the natural history for walking in bilateral cerebral palsy? Develop Med Child Neurol 2001; 89 (Suppl): 9-10. 6. Pascual-Pascual SI. La toxina botulínica en la espasticidad infantil. Sistema Nervioso SN 1999, 4: 153-65. 7. Scrutton D, Baird G. Surveillance measures of the hips of children with bilateral cerebral palsy. Arch Dis Child 1997; 76: 381-4. 8. Spencer JD. Reconstruction of dislocated hips in children with cerebral palsy. Br Med J 1999; 18: 1021-2. 9. Johnson DC, Damiano DL, Abel MF. The evolution of gait in childhood and adolescent cerebral palsy. J Pediatr Orthop 1997; 17: 392-6. 10. Bottos M, Feliciangeli A, Sciuto L, Gericke C, Vianello A. Functional status of adults with cerebral palsy and implications for treatment of children. Dev Med Child Neurol 2001; 43: 516-28. 11. Samilson R, Tsou P, Aamoth G, Green W. Dislocation of the hip in cerebral palsy. Pathogenesis, natural history and management. J Bone Joint Surgery (Am) 1972; 54: 863-73. 12. 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Su diagnóstico no sólo requiere una exploración clínica, sino también radiografía de caderas. El pronóstico, con la evolución natural y el tratamiento convencional (fisioterapia, ortesis), no es bueno; suele producirse una tendencia a la subluxación o luxación progresivas y se limitan las posibilidades de alcanzar la marcha autónoma. La toxina botulínica (TB) infiltrada en los músculos aductores, isquiotibiales mediales e iliopsoas, añadida al tratamiento convencional, mejora los resultados. Pacientes, métodos y resultados. En nuestros 98 casos (193 caderas) tratados, la evolución natural previa al tratamiento con TB fue de progresivo desplazamiento lateral de la cabeza femoral (el 86% había empeorado y el 11,4% se había luxado), y, tras el comienzo del tratamiento, se estabilizó el 74% de las caderas y mejoró el 14%. Conclusiones. Es muy importante comenzar pronto el tratamiento con TB e infiltrar sistemáticamente cada 3-4 meses para obtener los mejores resultados. Suspender el tratamiento aumenta las posibilidades de luxación o subluxación. Además, la TB da muy buenos resultados en el tratamiento del dolor de la cadera luxada. [REV NEUROL 2003; 37: 80-2] Palabras clave. Cadera espástica. Espasticidad. Luxación de caderas. Parálisis cerebral. Prevención y tratamiento. Toxina botulínica. TRATAMENTO PREVENTIVO E PALIATIVO DA ANCA NA CRIANÇA COM PARALISIA CEREBRAL INFANTIL COM TOXINA BOTULÍNICA Resumo. Introdução. A paralisia cerebral espástica bilateral produz frequentemente alterações das ancas, que em muitos casos já se apresenta antes dos 2 anos de idade. O seu diagnóstico requer não só o exame clínico, como também radiografia das ancas. O prognóstico com a evolução natural e o tratamento convencional (fisioterapia, ortese) não é bom, habitualmente tem a tendência para evoluir para a subluxação ou luxação progressiva e limita as possibilidades de alcançar a marcha autónoma. A toxina botulínica (TB) infiltrada nos músculos adutores, ísquio-tibiais internos e psoasilíaco, adicionada ao tratamento convencional, melhora os resultados. Doentes, métodos e resultados. Nos nossos 98 casos (193 ancas) tratados, a evolução natural prévia ao tratamento com TB foi de progressivo deslocamento lateral da cabeça do fémur (86% tinham piorado, 11,4% tinham-se luxado), e, após o início do tratamento, estabilizaram 74% das ancas e melhoraram 14%. Conclusões. É muito importante começar rapidamente o tratamento com TB e infiltrar sistematicamente cada 3-4 meses para obter os melhores resultados. Suspender o tratamento aumenta as possibilidades de luxação ou subluxação. Além disso, a TB dá muito bons resultados no tratamento da dor da luxação da anca. [REV NEUROL 2003; 37: 80-2] Palavras chave. Anca espástica. Espasticidade. Luxação da anca. Paralisia cerebral. Prevenção e tratamento. Toxina botulínica. 82 REV NEUROL 2003; 37 (1): 80-82