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Diario Comercial, Económico y Empresarial Nro 80 – 29.06.2016
Contratos Conexos. II Parte
Rubén S. Stiglitz
3. Grupo de contratos o contratos conexos, vinculados o coligados. La conexión funcional (continuación).
Importancia de la cuestión
La referida autonomía puede producir consecuencias jurídicas contrarias al propósito empírico perseguido por
las partes lo que podría llegar a implicar que alguno de los contratantes quede posicionado en una situación de
debilidad frente al otro. De allí la conveniencia de que, a la pluralidad de contratos, se le adicione la
circunstancia de la ineludible (necesaria) vinculación funcional de contratos distintos o, si se prefiere, conexidad
causal entre los mismos.
Caso contrario, si se llegara a sostener la independencia de los contratos entre sí, nos hallaríamos con hipótesis
extrañas a la voluntad común. Es el caso de una operación global consistente en un vínculo entre un banco, un
comerciante que ofrece la posibilidad de adquirir a crédito bienes de consumo y un consumidor interesado en la
adquisición a crédito de bienes o servicios. El último deberá celebrar dos contratos (compraventa y préstamo). Si
se sostiene la independencia de cada uno de los dos contratos, la denegación del crédito por parte del banco no
afectará la compraventa, la que deberá cumplirse tal como ha sido pactada. O viceversa, si el préstamo es
otorgado y el objeto prometido por el comerciante no es entregado o tiene vicios ocultos, el comprador deberá
cumplir acabadamente con el contrato de mutuo celebrado con el banco.
De allí la importancia de considerar como elemento definitorio y esencial del contrato coligado la vinculación
funcional entre contratos distintos.
4. Grupo de contratos o contratos conexos, vinculados o coligados. La conexión funcional (continuación). Sus
efectos. La propagación de la ineficacia. Rescisión unilateral. Excepción de incumplimiento
La importancia que porta la conexión funcional de los contratos conexos o coligados, queda expuesta en los
efectos, de los cuales rescatamos la comunicabilidad de la ineficacia (nulidad, anulabilidad, resolución o
rescisión) de uno sobre otro u otros vinculados (ineficacia en cadena o propagada).
En este caso, y para resolver sobre cuándo la ineficacia de un contrato habrá de extenderse a otro, cabe indagar
en torno a la finalidad de la conexión. Sobre el particular señalamos que, cuando concurren contratos coligados a
la consecución de un propósito práctico programado por las partes, la ineficacia de uno de los contratos se
propaga al conjunto, cuando el resultado del proyecto contractual sólo pueda alcanzarse mediante la sobrevida
del conjunto de los contratos1. Como se repara, es la solución prevista para la nulidad parcial (artículo 389,
CCCN): “…Nulidad parcial es la que afecta a una o varias de sus disposiciones. La nulidad de una disposición
no afecta a las otras, si son separables. Si no son separables porque el acto no puede subsistir sin cumplir su
finalidad, se declara la nulidad total. En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto
de acuerdo a su naturaleza y los intereses que razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes”.
Como se advierte, volvemos sobre la causa o finalidad común incorporada al contrato o al propósito práctico
perseguidos por las partes de los dos o más contratos celebrados. De modo que la propagación de la ineficacia de
un contrato coligado a otro será pertinente si tras la desaparición del primero, el segundo pierde su razón de ser y
se hace imposible alcanzar el propósito que conexa a ambos contratos2.
Ante la hipótesis de varios contratos funcionalmente coligados entre sí es inadmisible la rescisión unilateral de
uno de ellos cuando con ella se fracture la economía del contrato. Para ello habrá de indagarse en torno a la
eventual incidencia que produzca la extinción de un contrato sobre el otro ya concluido. En este caso, habrá que
aplicar el criterio expuesto precedentemente sobre cuándo es procedente la propagación de la ineficacia y
verificar si el único contrato subsistente es suficiente para alcanzar la finalidad común.
En cuanto a la excepción de incumplimiento, como su razón de ser radica en la correspectividad de las
prestaciones, su procedencia se halla condicionada a la inejecución de obligaciones nacidas de un mismo
1DÍEZ-PICAZO, L., Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial. Introducción. Teoría del contrato, Thomson-Civitas, Madrid, 2007, nº 15, pág.
574.
2 LÓPEZ FRÍAS A., Los contratos conexos, Bosch, Barcelona, 1994., pág. 299.
contrato. Si las prestaciones incumplidas lo son de contratos distintos, será necesario que los mismos hayan sido
celebrados por las mismas partes, que sean correspectivas y de la misma importancia. Lo expresado significa que
si el incumplimiento es atribuible a un tercero o si la prestación incumplida es accesoria, no procede la referida
excepción3.
5. Grupo de contratos (continuación). Interpretación
Como se advierte, el tema que nos ocupa traduce, jurídicamente, una realidad económica contemporánea. Integra
un capítulo de “realismo” fundado en un postulado: a una complejidad creciente de operaciones económicas,
deben corresponder reglas jurídicas que evolucionen al ritmo de las transformaciones económicas de la
sociedad4.
Y en lo que concierne al grupo de contratos constituido como, por ejemplo, el mutuo y el seguro, podemos
calificarlo de “conjunto de contratos complejo” pues requiere de la gestación de una conjunción de negocios
organizados en torno de un “personaje clave”, de un promotor, que es quien está en relación contractual
inmediata con cada uno de los participantes del grupo, como podría serlo el banco, quien asume a título
principal, la realización (la obtención) del objetivo común5.
La búsqueda de ese fin, considerada esencial, se fundamenta en la identidad, al menos parcial, de la causa final
que, en definitiva, estaña los contratos que integran el conjunto.
Finalmente, en materia de interpretación, se tiene decidido que “los contratos vinculados entre sí por haberse
celebrado en cumplimiento de una operación económica global deben interpretarse conjunta y coherentemente
sin soslayar la finalidad supracontractual que puede surgir a través de la red de vínculos”6.
A su vez, la directiva de interpretación recogida por el Código Civil y Comercial establece que “Los contratos
conexos deben ser interpretados los unos por medio de los otros, atribuyéndoles el sentido apropiado que surge
del grupo de contratos, su función económica y el resultado perseguido” (artículo 1074, CCCN).
6. Los contratos conexos en el Código Civil y Comercial. Definición, interpretación y efectos
El Código Civil y Comercial de la Nación, contrariamente a lo acontecido con su antecedente más próximo el
proyecto de 1998, reguló los contratos conexos, incluyendo para ello tres disposiciones. Por la primera de ellas,
se define al contrato conexo: “Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre
sí por una finalidad económica común previamente establecida, de modo que uno de ellos ha sido determinante
del otro para el logro del resultado perseguido. Esta finalidad puede ser establecida por la ley, expresamente
pactada, o derivada de la interpretación, conforme con lo que se dispone en el artículo 1074” (artículo 1073
cccn), al que ya hemos hecho referencia supra al examinar las reglas de interpretación. En cuanto a los efectos,
se establece que “según las circunstancias, probada la conexidad, un contratante puede oponer las excepciones
de incumplimiento total, parcial o defectuoso, aún frente a la inejecución de obligaciones ajenas a su contrato.
Atendiendo al principio de la conservación, la misma regla se aplica cuando la extinción de uno de los contratos
produce la frustración de la finalidad económica común” (artículo 1075, CCCN).
3
LÓPEZ FRÍAS A., op. cit., pág. 304.
4
GHESTIN J., Traité de Droit Civil. Les obligations. Les effets du contrat, L.G.D.J., París. 1992, nro. 913, pág. 898, donde critica el
postulado expresado en el texto, sosteniendo que el Derecho no puede reducirse a una “ciencia de los hechos” pues podría llegar a dudarse de la
exacta traducción de los hechos por el Derecho pues “la aprehensión jurídica de la realidad no es el registro de hechos en bruto: es una
traducción” que si es deformante “puede ser una traición”.
5
TEYSSIE, BERNARD, Les groupes de contrats, L.G.D.J., París, 1975, nro. 174, pág. 95.
6
CNCom., Sala B, 2-XII-2003, “Frigorífico Rizoma c. Argencard S.A.”, JA, 2005-I-138.
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