Ministerio Público Procuración General de la Nación V Diego Fernando s/causan° 7841 S.C. V. 472, 1. XLIX Suprema Corte: La Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal rechazó el recurso interpuesto por el representante del Ministerio Público Fiscal contra la decisión del tribunal oral que declaró nulo todo lo actuado a partir de la detención y requisa personal de Diego Fernando V . ordenó su inmediata libertad y archivó la causa. El Fiscal General interpuso recurso extraordinario por considerar que el fallo dio un alcance erróneo a la garantía del artículo 18 de la Constitución Nacional y a las normas procesales que la reglamentan. Señaló, como antecedentes relevantes para la resolución del caso, que el proceso se inició con un informe de un miembro de la policía de la provincia de Salta en el que relata que se encontraba realizando tareas de prevención de delitos relacionados con estupefacientes en la terminal de ómnibus de la capital provincial cuando un informante, que prefirió no dar a conocer su identidad, le dijo que un paquete de marihuana había sido despachado por un servicio de la empresa Mercobus desde Córdoba hacia la ciudad de Salta, remitido por M. V para Diego Fernando V información fue transmitida al juzgado federal, Tal que impartió -por teléfono- la instrucción de vigilar en el lugar si alguna persona retiraba la encomienda y, en su caso, proceder a su demora y poner en conocimiento dicha circunstancia. Una Fernando V persona, luego identificada como Diego , se presentó a retirar la encomienda y allí fue detenido e inmediatamente trasladado a la seccional policial, donde con autorización del juzgado interviniente se abrió la encomienda que efectivamente contenía ochenta y tres gramos de marihuana. Para la Cámara de Casación, el proceder de las autoridades supuso una injerencia en el ámbito privado del imputado sin una investigación que le diera sustento ni una orden judicial formal que lo autorizara. Esa conclusión se basa en la premisa de que un conocimiento que un funcionario policial informa como obtenido a través de una fuente desconocida no equivale a las circunstancias que razonable y objetivamente permiten justificar la realización de ese tipo de medidas sin orden judicial, según el tenor del artículo 230 bis del Código Procesal Penal. El Fiscal General criticó ese razonamiento por haber desatendido circunstancias relevantes que rodearon el procedimiento y que, si son valoradas en conjunto, permiten concluir que la policía actuó en los límites de sus facultades y con permanente control judicial. En ese sentido, destacó que el oficial interviniente explicó cuál era la fuente de su conocimiento y el contenido preciso de los datos suministrados, que inmediatamente fueron transmitidos a las autoridades judiciales, bajo cuya dirección y control se adoptaron las medidas cuestionadas. Por lo tanto, la decisión de la cámara ha roto, según el apelante, el equilibrio que debe existir entre el derecho del individuo sometido a proceso y el deber del Estado de perseguir y sancionar los delitos. La reseña que antecede permite advertir que el remedio federal resulta formalmente procedente, pues su fundamentación se vincula de modo estrecho con el alcance atribuido Ministerio Público Procuración General de la Nación V ,Diego Fernando s/causano 7841 S.C. V. 472, L. XLIX al derecho que resguardan los artículos 18 y 19 de la Constitución Nacional y con la aplicación de la ley federal 23.737. Por lo tanto, más allá de los aspectos de hecho, prueba y derecho común que abarca la doctrina de la arbitrariedad que se invoca, el caso suscita cuestión federal con arreglo al artículo 14, inciso 3°, de la ley 48, toda vez que la sentencia apelada los ha resuelto de modo contrario a la pretensión del Ministerio Público (conf. Fallos: 295: 1 005, considerando 2°; 311 :2464, considerando IV del dictamen de esta Procuración General, al que se remitió V.E.; 315:129). En cuanto al fondo de la cuestión, creo pertinente señalar que al dictaminar en la causa "A Felicio y otros", letra A, número 702, libro XLVII, el 19 de septiembre de 2012, esta Procuración General consideró que no es conveniente fijar una regla abstracta que invalide sin excepción cualquier restricción a garantías procesales cuando ha sido dictada sin otro antecedente que una denuncia anónima, y postuló que el criterio que debe orientar la evaluación de estos casos más bien requiere tener un cuenta todas las circunstancias que rodearon la situación en concreto. En el sub lite, y tal como está consignado en los antecedentes expuestos por el recurrente en su escrito de fs. 8/20, la noticia anónima no contenía detallada indicación de "vagas afirmaciones", modo, tiempo y lugar SIllO de los una muy hechos, incluyendo el nombre del sospechoso. Además, la denuncia no aludía a una actividad que se venía desarrollando en un domicilio fijo, sino a un paquete de estupefacientes en tránsito, de arribo inminente y con destino posterior incierto que, a la luz de la expenenCIa, y en caso de no lograrse la incautación, comprometería el éxito del procedimiento. Por añadidura, el oficial interviniente comprobó que el suj eto que retiró la encomienda era el que había sido denunciado, y no hubiera sido prudente desechar tal circunstancia como indicio objetivo de la verosimilitud de la denuncia y, por lo tanto, justificación de una sospecha razonable. Y, por fin, el procedimiento se llevó a cabo con la debida noticia al juzgado a cargo y de acuerdo con las instrucciones que desde allí fueron impartidas. De lo dicho se extrae que la conclusión adoptada por el a qua ha asignado a la garantía constitucional en análisis un alcance que desatiende las enunciadas características del caso valoradas en conjunto y, a la vez, importa una renuncia del Estado a la debida persecución de este delito. Por ello y los demás fundamentos expresados por el Fiscal General en su apelación extraordinaria, mantengo la queja interpuesta. Buenos Aires, Es Copia ltó de diciembre de 2013. Eduardo Ezequiel Casal ADRIA ~cre riaAdministrativa / ocu;ó GeneraldelaNackln