CAPÍTULO 42 TRASPLANTE DE MEMBRANA AMNIÓTICA Mario A. Di Pascuale, Edgar Mauricio, Scheffer C. G. Tseng 1. REVISIÓN HISTÓRICA La membrana amniótica (MA) es la capa más interna de la placenta y consiste en una matriz estromal avascular y una gruesa membrana basal. El trasplante de MA se ha utilizado como recubrimiento o como injerto en diferentes subespecialidades quirúrgicas en la literatura temprana (1). En la literatura inglesa, De Rotth (2) en 1940 utilizó una membrana fetal viva, incluyendo tanto amnios como corion, como injerto para la reconstrucción de la superficie conjuntival en casos de simbléfaron y defecto conjuntival, pero la tasa de éxito era baja, probablemente debido a la inclusión de células vivas y corion. Brown (3) en 1941 propuso el uso de peritoneo de conejo como parche (recubrimiento) temporal para cubrir la superficie ocular quemada de forma aguda para así promover la curación y prevenir la extensión de la necrosis. Partiendo de esta idea, Sorsby et al (4,5) en 1946 y 1947 utilizaron MA «seca» químicamente procesada, llamada «amnioplastina», como un parche temporal para tratar las quemaduras oculares agudas. Mostraron que cuanto más temprana era la intervención, más corta era la hospitalización. Aunque se observó un apreciable éxito, la amnioplastina tenía que ser reaplicada de forma repetida. En 1965, Roper-Hall (6) revisó el tema de las quemaduras químicas y concluyó que «Se han defendido en ocasiones otros materiales como injertos temporales con variable entusiasmo», dando a entender que el uso de MA como uno de esos materiales no era corroborado por la comunidad oftalmológica. Kim y Tseng (7) in 1995 reintrodujeron la MA para usos oftalmológicos en el tratamiento de córneas con deficiencia total de células madre limbares en un modelo de conejo. Como se describirá con detalle más abajo, desde entonces varios investigadores han referido resultados alentadores (fig. 1). Atribuimos tal oleada de interés a un método mejorado de procesamiento y conservación, que mata a las células amnióticas pero mantiene la matriz inherente y las propiedades del amnios. 2. ¿CÓMO ACTÚA LA MEMBRANA AMNIÓTICA? Los resultados de varios estudios indican que los potenciales mecanismos de acción de la MA podrían incluir los siguientes, resumidos en la tabla 1. Tabla 1. Mecanismos de acción y efectos observados con el trasplante de membrana amniótica Mecanismos de acción — Prolonga la vida media y mantiene la clonogenicidad de las células epiteliales progenitoras. — Promueve la diferenciación de las células epiteliales no caliciformes. — Promueve la diferenciación de las células caliciformes cuando se combina con fibroblastos conjuntivales. — Elimina las células inflamatorias mediante su actividad antiproteasa. — Suprime el sistema de señalización del TGF-β, previene la diferenciación miofibroflástica y mantiene el fenotipo fibroblástico normal. Figura 1: Número de publicaciones desde 1940 hasta 2003 con respecto al trasplante de MA en oftalmología (fuente: búsqueda en Medline). Efectos clínicos — Facilita la epitelización — Mantiene el fenotipo epitelial normal — Reduce la inflamación — Reduce la vascularización — Reduce la formación de cicatrices 402 Superficie ocular La membrana basal de la MA puede apoyar el crecimiento de las células progenitoras epiteliales al prolongar su ciclo vital y mantener su clonogenicidad. Esta acción apoya por qué el trasplante de MA puede ser usado para expandir las células madre limbares residuales y las células corneales transitorias amplificadas durante el tratamiento de la deficiencia límbica parcial (8,9) y para facilitar la epitelización de los defectos epiteliales corneales persistentes con ulceración estromal (10-13) y perforación (11,12,14). En cultivos tisulares, la MA favorece el crecimiento celular epitelial a partir de cultivos de explantes (15-17) y otros cultivos (18,19), y mantiene la normal morfología y diferenciación (17) de su epitelio corneal (15,18) y conjuntival (17). El complejo resultante células epiteliales-MA puede ser transplantado de nuevo para reconstruir la superficie corneal dañada en humanos (19-23) y conejos (16,19,24). La cara estromal de la membrana suprime la señalización del TGF-β y la diferenciación miofibroblástica de los fibroblastos corneales y limbares humanos normales (25) y de los fibroblastos conjuntivales normales y los de pterigión (26). Esta acción no es sólo significativa desde el punto de vista patológico como ha sido indicado arriba, sino también relevante desde el punto de vista fisiológico ya que es importante para mantener el fenotipo normal de los queratocitos (27). Esta acción también explica por qué el trasplante de MA reduce las cicatrices en la reconstrucción de la superficie conjuntival (28-30), previene la cicatriz recurrente tras retirada de pterigión (31-35) y reduce la nubécula corneal tras queratectomía fototerapéutica (PTK) y queratectomía fotorrefractiva (PRK) (36-38). La supresión por la MA de la señalización del TGF-β no puede ser explicada por el hallazgo de que también contiene varios factores de crecimiento (39,40). El estroma de la MA también elimina células de Figura 2: MA como injerto permanente para reconstrucción conjuntival en una resección de conjuntivocalasia. 2A y 2B. Había muchos pliegues conjuntivales en este ojo con conjuntivocalasia, lo que interrumpía el menisco lagrimal inferior, tal y como se pone de manifiesto mediante la tinción con fluoresceína. 2C y 2D. El mismo ojo 12 meses tras trasplante de MA mostrando un superficie conjuntival no inflamada con un menisco lagrimal continuo. inflamación aguda mediante su estimulación hacia la rápida apoptosis (37,38) y contiene varias formas de inhibidores de proteasas (41). Esta acción explica por qué la inflamación estromal se ve reducida tras trasplante de MA (10,30) y la neovascularización corneal se ve mitigada (42). También justifica por qué puede reducirse la apoptosis de queratocitos y prevenir así la nubécula estromal en la PRK y PTK gracias a la MA (36-38). Además, el estroma de la MA también impide la infiltración por células inflamatorias crónicas como linfocitos y macrófagos en un modelo murino de queratitis por el virus del herpes simple-1 (HSV-1) (43). Son necesarios futuros estudios para discernir si las acciones anti-inflamatorias de la MA están relacionadas con la supresión de la señalización por TGF-β y para resolver el mecanismo de acción molecular exacto ejercido por los componentes solubles o insolubles de la MA. 3. USOS CLÍNICOS DE LA MEMBRANA AMNIÓTICA De acuerdo con sus mecanismos de acción, el trasplante de MA ha demostrado ser un procedimiento quirúrgico efectivo y seguro, aprovado por la FDA en 2001 y por Medicare en los Estados Unidos en enero de 2004 para tratar muchos transtornos de la superficie ocular. La MA ha sido utilizada para reemplazar el tejido dañado como un injerto permanente o para cubrir y proteger el tejido subyacente como un injerto temporal (parche). 3.1. Como injerto permanente para la reconstrucción de la superficie conjuntival Debido a que la MA puede facilitar la epitelización, mantener un fenotipo epitelial conjuntival normal con células caliciformes (44,45) y reducir la inflamación, vascularización y cicatización, el trasplante de MA puede ser utilizado para la reconstrucción de la superficie conjuntival con el objetivo de restablecer un estroma normal y proveer una membrana basal sana para la proliferación y diferenciación de epitelio renovado. Como alternativa al injerto conjuntival, la MA puede usarse para reconstruir la superficie conjuntival tras resección de lesiones conjuntivales grandes como pterigiones (32-35,46), neoplasia intraepitelial conjuntival y tumores (30,47-49), cicatrices y simbléfaron (28-31,45,50) y conjuntivocalasia (fig. 2) (31,32,34,51). Como injerto para sustituir un autoinjerto conjuntival, la MA también puede ser utilizada para reparar ampollas de filtración con fuga (52). Ya que la MA puede sustituir al autoinjerto conjuntival, puede ser una mejor alternativa al injerto de membrana mucosa en las plastias para corrección de anomalías palpebrales y para la reconstrucción orbitaria. A diferencia del autoinjerto conjuntival, la MA no contiene ninguna célula viva epitelial ni estromal del donante, por lo que la reconstrucción efectiva en el sitio de interés depende de la invasión de las células del receptor circundantes. Por lo tanto, el área reconstruida puede ser muy grande siempre que el lecho Capítulo 42. Figura 3: MA como injerto permanente para reconstrucción conjuntival con inflamación y cicatrización circundantes. 3A. Aspecto preoperatorio del ojo izquierdo con pterigión siete veces recurrente asociado a simbléfaron y restricción a la motilidad. 3B. El mismo ojo cinco meses tras la resección del pterigión y la reconstrucción del fórnix con mitomicina C intraoperatoria, trasplante de MA y autoinjerto conjuntival, que lleva a un fórnix profundo y a una córnea y una conjuntvia bulbar nasal libres de cicatrices. 3C. Aspecto preoperatorio de un ojo con quemadura química complicada con simbléfaron en el fórnix superior y deficiencia total de células madre limbares. 3D. El mismo ojo 26 meses tras reconstrucción del fórnix mediante aplicación de mitomicina C, trasplante de MA y aloinjerto queratolimbar, seguido de trasplante corneal y extracción extracapsular de la catarata con implante de lente intraocular, resultando un fórnix superior profundo no inflamado y una córnea clara. subyacente no sea isquémico y la conjuntiva que la rodee tenga un epitelio y un estroma subconjuntival normales. Sin embargo, si el tejido del huésped circundante no es normal, por ejemplo en enfermedades tales como el pterigión (fig. 3), el síndrome de Stevens-Johnson, las quemaduras oculares (fig. 3) y el penfigoide ocular cicatricial, son necesarias medidas adyuvantes adicionales para suprimir la inflamación y la proliferación fibrovascular, tales como la aplicación intraoperatoria de mitomicina C, para favorecer el éxito del trasplante de MA. Si el epitelio circundante muestra metaplasia escamosa grave, puede ser también necesario incorporar, al mismo tiempo del trasplante de MA, un trasplante de células madre conjuntivales o epiteliales limbares usando un autoinjerto conjuntival o un aloinjerto queratolimbar respectivamente (fig. 3) para favorecer el éxito del tratamiento. 3.2. Como un injerto permanente para la reconstrucción de la superficie corneal La MA puede ser también utilizada como injerto permanente para la reconstrucción de la superficie corneal en varias enfermedades corneales. Varios estudios han demostrado que la MA puede favorecer la curación de úlceras Trasplante de membrana amniótica 403 Figura 4: MA como injerto permanente y como parche temporal para la reconstrucción de la superficie corneal. 4A. Un ojo con perforación corneal y cámara anterior estrecha debido a una queratitis por herpes simple. 4B. El mismo ojo tres meses después de trasplante de MA como injerto permanente y cubierto con otra MA como parche temporal, mostrando una córnea curada y no inflamada con una cámara anterior profunda. Señal. Aspecto antes de la retirada del parche temporal de MA de la córnea. 4C. Queratopatía en banda y bullosa en un ojo ciego y doloroso. 4D. Dos meses tras retirada de la banda de calcio y trasplante de MA como injerto permanente mostrando una córnea clara no dolorosa. corneales persistentes o perforaciones producidas por diferentes causas, incluida la queratopatía neurotrófica (1013,31,53,54) (fig. 4) y la queratopatía en banda (fig. 4) (10). Este abordaje es superior a los flaps conjuntivales o la tarsorrafia ya que preserva una apariencia estéticamente más aceptable. Un estudio multicéntrico muestra que el trasplante de MA puede ser usado para tratar queratopatía bullosa sintomática causada por afaquia, pseudofaquia o injertos corneales fallidos (55,56). Las quejas de los pacientes en cuanto a dolor, erosión recurrente e infección previos a la cirugía son en gran parte resueltos, si no totalmente eliminados. A pesar de que estaba destinado a los pacientes sin potencial visual (56) (fig. 4), puede ayudar a eliminar el dolor en los pacientes en lista de espera y a establecer una superfice ocular no inflamada previa al trasplante corneal. La deficiencia limbar parcial puede ser ahora reconstruida mediante esta técnica sin el uso de trasplante límbico (8,9,57). Este resultado puede explicar por qué el trasplante de MA ayudaba a reconstruir superficies corneales, hecho observado por primera vez en experimentos con conejos (58), e indica que los pacientes con déficit limbar parcial pueden ser ahora tratados sin trasplante de células madre. Debido a que la MA puede ayudar a restablecer un estroma limbar no inflamado, puede ser utilizado en conjunción con un pariente donante vivo (57), un aloinjerto queratolimbar (8,59-62) (figs. 3 y 5) y con un autoinjerto limbar conjuntival tanto para el ojo donante como para el receptor (63) (fig. 5). 404 Superficie ocular 3.3. Como injerto temporal (parche) para suprimir la inflamación de la superficie ocular y la angiogénesis Figura 5: MA como injerto permanente y parche temporal en conjunción con aloinjerto queratolimbar o autoinjerto conjuntival limbar en dos pacientes con deficiencia total de células madre limbares bilateral y unilateral respectivamente. 5A. Un paciente con déficit total bilateral de células madre limbares con queratopatía en banda debida a quemadura química. 5B. Doce meses tras cirugía en dos pasos: resección del pannus con trasplante de aloinjerto queratolimbar y trasplante de MA como injerto permanente seguido por trasplante corneal y extracción de catarata e implante de LIO con trasplante de MA como parche, resultando una córnea clara. 5C. Un paciente con síndrome de Stevens-Johnson y déficit total unilateral de células madre limbares. 5D. El mismo ojo diez meses tras resección de pannus con trasplante de autoinjerto limbar conjuntival tomado del ojo contralateral y trasplante de MA como injerto permanente y otra como parche temporal, resultando una superficie ocular no inflamada y una córnea clara con una mínima nubécula central. La MA puede ser utilizada como un injerto temporal (parche) para reducir la inflamación aguda con el objetivo de prevenir la cicatrización y facilitar la epitelización en quemaduras químicas agudas en modelo de conejo (64) y en pacientes humanos (65,66) en el síndrome agudo de Stevens-Johnson/necrolisis tóxica epidérmica (67). La MA puede ser también utilizada para suprimir la inflamación crónica refractiva en varios procesos de la superficie ocular (68) incluyendo las úlceras en escudo de la queratoconjuntivitis vernal (69). Experimentalmente, cuando es usado como un injerto temporal, la MA puede reducir la nubécula corneal tras PRK o PTK (36,38), un efecto demostrado en pacientes humanos (31,64), y reducir la inflamación crónica causada por el virus del herpes simple (HSV) (31,43). En la escleromalacia, la MA con injerto escleral preservado ayuda a reducir la inflamación, el dolor y facilita la epitelización y el relleno de grandes defectos esclerales (70). En una comunicación personal aún no publicada (Kenyon et al., 2003, comunicación personal) se expone que la MA como injerto temporal ayuda a reducir la inflamación y vascularización y promueve la curación epitelial en pacientes que reciben una queratoplastia penetrante o lamelar por una, de otra manera, enfermedad corneal de alto riesgo como una quemadura química grave (fig. 6). Una versión sin sutura de la MA, llamada «ProKera», ha sido recientemente desarrollada por BioTissue, Inc., en los Estados Unidos y ha sido aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) en diciembre de 2003 para facilitar la comodidad del trasplante de MA como injerto temporal. Investigaciones más avanzadas pueden descubrir aplicaciones adicionales en esta área. 4. COMPLICACIONES Y LIMITACIONES Figura 6: MA como injerto temporal (parche). 6A. Aspecto preoperatorio de un ojo con quemadura química grave e isquemia tras aloinjerto queratolimbar e injerto corneal fallido. Apréciese la neovascularización en el injerto (marcado por una flecha). 6B y 6C. El mismo ojo al día siguiente y al sexto día tras nuevo trasplante corneal con MA como parche temporal. 6D. Aspecto del mismo ojo tras retirada de la MA mostrando un trasplante corneal claro con vascularización significativamente reducida (ver flecha). El trasplante de MA es un método seguro para la reconstrucción de la superficie ocular con una tasa muy baja de infecciones microbianas, especialmente si la MA se prepara de acuerdo con la «la buena práctica en bancos de tejidos» (Good Tissue Banking Practice) establecida por la FDA (71). Como cualquier otro trasplante en la superficie ocular, el trasplante de MA no es una excepción y no puede ser realizado en ojos asociados con déficit lagrimal grave, queratinización difusa (72), ausencia de parpadeo en estado neurotrófico grave e isquemia estromal. Ya que la MA preservada no contiene células vivas, no hay problema de rechazo de aloinjerto. No obstante, por esta razón, la curación final del área cubierta de MA depende de la migración y proliferación de las células circundantes del huésped. Como se ha mencionado arriba, si el tejido del huésped circundante permanece anómalo, la MA sola no es suficiente. Si el tejido del huésped circundante se caracteriza por una inflamación intensa o crónica, la inyección subconjuntival de triamcinolona de liberación retardada puede ser de ayuda (35). Sin embargo, si el tejido del huésped circundan- Capítulo 42. te se caracteriza por proliferación fibrovascular descontrolada, la aplicación intraoperatoria de un antimetabolito como la mitomicina C puede resultar necesario (fig. 3). Si el tejido circundante del receptor es isquémico, deben considerarse medidas para aportar vasculatura del huésped mediante una plastia de tenon (73) o un injerto pediculado. Si las células epiteliales circundantes del huésped están intrínsecamente alteradas, se requiere trasplante adicional de células madre conjuntivales o limbares (figs. 3 y 5). Nuevas terapias que puedan corregir los factores limitantes antes mencionados aumentarán aún más el éxito del trasplante de MA en la reconstrucción de la superficie ocular. Futuras investigaciones dirigidas a conseguir una comprensión más profunda del mecanismo molecular por el cual el trasplante de MA funciona desvelarán sin duda otros tratamientos basados en las nuevas propiedades de la MA. BIBLIOGRAFÍA 1. Trelford JD, Trelford-Sauder M. The amnion in surgery, past and present. Am J Obstet Gynecol 1979; 134: 833-45. 2. de Rotth A. Plastic repair of conjunctival defects with fetal membrane. Arch Ophthalmol 1940; 23: 522-5. 3. Brown AL. Lime burns of the eye: Use of rabbit peritoneum to prevent severe delayed effects. Arch Ophthalmol 1941; 26: 754-69. 4. Sorsby A, Symons HM. 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