Epílogo: Manifiesto a la Manera de Quien, Saliendo, Se Queda 164 Manifiesto a la manera de quien, saliendo, se queda vive en el mundo, coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Por eso, no temo la crítica al trabajo que se realizó en la secretaría en estos dos años y medio en que aquí estuve como secretario. Considero que la crítica, cuando se hace de manera ética y competente, logra que nuestras acciones se profundicen o se reorienten. Aprendemos con ellas. división social del trabajo existente. Mediante una “dialéctica con la naturaleza”, este investigadorsoñador incansable perseguía aquello a lo que el desarrollismo no dejó espacio en su afanosa aplicación de modelos energéticos capitalistas, en un sistema que jerarquiza el capital sobre el ser humano, la ganancia sobre el medio ambiente, el dinero sobre el bienestar verdadero. Continúen contando conmigo en la. Construcción de una política educacional, de una escuela con otra “cara’’, más alegre, fraterna y democrática. Militante radical de los Derechos Humanos, hunde sus sueños en la realidad para transformarla, para crearla a imagen y semejanza de la naturaleza. Artista puesto a un costado de lo creado, mirando a la cara de la creación. En sus clases, lo imaginamos difundiendo sueños, ideas y conocimientos que sirvieran para la defensa del pueblo, contra un sistema cuyas academias son la escuela donde se gesta la nueva generación de la misma clase en el poder con su terrible cúmulo de “saberes” que no son más que una poderosísima arma de dominación sobre nuestro pueblo sumido en la ignorancia. RECORDANDO LA ACADEMIA La obra de Ibrahím López García es una apuesta sensata por un desarrollo tecnológico diametralmente opuesto al actual, uno que no se basa en el consumo de combustible fósil altamente contaminante, ni subsiste en el vil mundo de las patentes, lo contratos y los secretos que perpetúan el gran robo por las clases dominantes de los recursos, las ideas y las fuerzas del pueblo; el mismo que alienado re-produce y consume lo que esta tecnología devuelve al planeta. Así, la obra de López García -que tiene su bagaje en una concepción rigurosamente humanista de la Ciencia, constatable en sus estudios, palabras y acciones- es una obra en pro¬funda y constante subversión ante los preceptos científicos y los procedimientos basados en la IBRAHÍM LÓPEZ GARCÍA. UN EJEMPLO DE PERSEVERANCIA Y HUMILDAD AL SERVICIO DE LA CIENCIA Y UN PROFETA DE LO QUE SERÁ EL FUTURO DE LA TÉCNICA Hablar de Ibrahím López García es hablar de un maestro estudioso y humilde que es capaz de penetrar en la esencia misma de las cosas. Nos conocimos en 1957 cuando Cuadernos Latinoamericanos. Año 26 Enero - Junio (pp.162-167) Epílogo Ibrahím construía una membrana de gran luz laminar de concreto, en San Cristóbal. Yo, al lado, en la misma plaza, concluía una iglesia de ladrillo y techos de madera soportados por hilos de acero; ese día recibí una clase magistral de teoría de las membranas. Al igual que Eduardo Torroja, Félix Candela a Nervi, dominaba a perfección la teoría de modelos y todas sus obras pasaban primero la fase experimental y por sobre todo la observación que tenía Ibrahím sobre las estructuras naturales; de las hojas de las palmeras, intuyó Ibrahím, sus primeros modelos laminares, entre ellos su estructura plegada de un paraboloide que se mueve sobre una parábola dando una resistencia laminar no experimentada antes; por este camino Ibrahím va a constituir una gran cantidad de membranas que se equiparan en audacia y diseño a lo que se hacía en el exterior en la misma época. Hablaré de alguna de ellas en particular, es notorio el toro parabólico de un hangar del aeropuerto de la base militar de Palo Negro en Maracay, del techo de paraboloide de gran luz del stadium de Maracay y con un diseño que Eduarda Torroja había experimentado con bóvedas laminares en el hipódromo de la Zanquela en Madrid y que en Maracay es llevado al máximo de la sencillez constructiva aprovechando 165 la superficie reglada del paraboloide y los andamios montados sobre patines con apoyos telescópicos que le permitieron derrotar todos los presupuestos que compitieron para la construcción. Es importante anotar que tres grandes estructuras laminares construidas por Ibrahím fueron saboteadas por problemas políticos, ó habiéndose comprobado, por ejemplo como una noche al desencofrar una membrana del stadium de Maracay se descubrió el acero de la estructura cortado a segueta y gracias al sistema de encofrado pudo repararse el daño y acusar a los saboteadores, dolorosamente profesionales de la ingeniería. Un gran paraboloide plegado en San Carlos fue destruido y, su obra maestra laminar, el techo del salón del Colegio de Ingenieros de Falcón, su estado natal, un paraboloide laminar de concreto de 4 centímetro de espesor que soportó más de 10 años vientos de más de doscientos kilómetros por hora que, como decía Ibrahím era, una hoja más que volaba y se movía con el viento. Por una decisión de hacer una tabiquería interior y dividir el salón, Ibrahím envió una carta avisando el peligro de agregar apoyos internos a una estructura que se diseñó totalmente libre apoyada en sus extremos y pronosticó la explosión de la membrana, los colegas no hicieron caso de las recomendaciones y terminaron por Cuadernos Latinoamericanos. Año 26 Enero - Junio (pp.162-167) 166 Manifiesto a la manera de quien, saliendo, se queda tabicar la estructura, produciéndose en consecuencia el colapso de la misma. Pero lo más importante del trabajo soñador de Ibrahím es su proyecto de naves voladoras, donde apoyado en la desgravitación que se produce en una cúpula al ser atacada por el viento y comparándola con ia velocidad que adquieren las conchas marinas, como la tortuga, intuyó un modelo de nave voladora y un motor magnético de polos magnéticos en la periferia para producir una nave giratoria giroscópica capaz de penetrar al espacio cósmico, por un mecanismo similar al de una bala que rota para facilitar la perforación del aire o de un barreno helicoidal que al girar penetra en los campos sólidos. Este trabajo está en uno de sus libros, Sobre trompos, cúpulas y vuelos, donde un sueño posible aún espera su conclusión. Entre los aportes ingeniosos de esta nave estaba la cualidad de succionar el aire y utilizarla como una inmensa bomba voladora para secar inundaciones o trasegar los ríos. En una carta mía a Ibrahím de esa época (1970), yo recomendaba a Ibrahím el estudio de los huracanes, los remolinos y aún de las nebulosas, cuyas fuerzas mecánicas producen daños gigantescos. de los materiales; al igual que Gaudi diseñaba sus catedrales con antifuniculares de acero para luego fotografiarlas e invertirlas y realizarlas en piedra, Ibrahím propone solidificar el aire y considerar líquidos los materiales permitiendo diseñar por el camino inverso. Este trabajo es poco conocido y es uno de los aportes fundamentales para una nueva interpretación de la fenomenología de los materiales. Sus trabajos sobre la energía solar y la muerte de la energía fósil abren las puertas a lo que él llama la nueva era del año dos mil. Estos escritos sobre la energía apoyados de un sólido pensamiento filosófico donde manifiesta su deseo vehemente de que el hombre en simbiosis con el mundo biológico logre avanzar en una dirección correcta, nos comprueban la calidad y la solidez de sus trabajos que sobradamente merecen ser reconocidos, recogidos, publicadlos, convertidos en material docente; por ello el que se recoja para el Premio Nacional de Ciencia mención ingeniería, está sobradamente justificado por la dimensión y la profundidad de su obra y sobre todo por una vida humilde y modesta dedicada por entero a abrir caminos para la redención del hombre. FRUTO VIVAS (ABRIL DE 1991) Entre sus aportes a la teoría del cálculo estructural es notoria su propuesta de invertir el estado Cuadernos Latinoamericanos. Año 26 Enero - Junio (pp.162-167) Epílogo 167 EL SUEÑO Hay algo terriblemente soez en la mente moderna; la gente, que tolera toda suerte de mentiras indignas en la vida real, y toda suerte de realidades indignas, no soporta la existencia de la fábula. OCTAVIO PAZ PARA JULYRMA Había una vez un hombre bueno llamado Ibrahím. Era un genio, un mago, un ilusionista, que andaba lleno de ciencias, de sueños y de amor. Como es lógico, este hombre maravilloso había nacido en Cabure y como yo tuve la suerte de nacer en el mismo lugar y algunos creen que soy poeta, naturalmente, Ibrahím y yo fuimos amigos. Durante la infancia practicamos los mismos juegos, fuimos a la misma escuela y compartimos miedos y alegrías. Más tarde anduvimos juntos un largo trecho compartiendo la idea de cambiar el mundo. Últimamente habíamos establecido una hermosa relación: cada vez que nos encontrábamos yo le hablaba de los nietos y él me entregaba sus sueños y sus nuevos conocimientos e invenciones, así por ejemplo; —Yo le decía Ricardo, mostrándole una cascada musical; y él me hablaba de las galaxias y me regalaba un caballo cósmico. —Yo le decía Patricia, liberando un centenar de mariposas; y él me hablaba del cosmos y me convencía de que somos polvo de estrellas. —Yo le decía Hugo Alejandro, haciendo brotar un chorrito de agua de la tierra y él me hablaba de la sed y me entregaba la forma de bebemos el agua del mar. —Yo le decía Alejandra, entregándole un ramo de rosa; y él me hablaba de la contaminación ambiental y me regalaba una cocina solar. —Yo le decía Miguel Antonio, entregándole la cabecera de un río; y él me hablaba de la participación comunitaria, de la utilización de materiales elaborados por los beneficiarios y me ponía en posesión de una vivienda popular. —Yo le decía Eugenio Andrés, regalándole los juguetes de mi infancia; y él me hablaba de la necesidad de defender a la tierra y me descubrir las posibilidades de la energía magnética. Cuadernos Latinoamericanos. Año 26 Enero - Junio (pp.162-167) 168 Manifiesto a la manera de quien, saliendo, se queda —Yo le decía Pedro Rafael, mostrándole una parábola que va desde mi padre hasta mi nieto; y él me hablaba de la estabilidad del movimiento y me entregaba su nave universal. Sin embargo, no todos queríamos a Ibrahím. Los circunspectos señores del claustro universitario, los prósperos constructores del cemento y la cabilla; los vendedores de gas y energía eléctrica, los fabril antes de licores y cigarrillos; los importadores de aviones y automóviles; sintieron amenazados sus sacrosantos intereses y declararon la guerra a los sueños de Ibrahím: le negaban los recursos para sus investigaciones saboteaban el proceso de sus experimentos y robaban el resultado de su trabajo; pero, como Ibrahím no se rendía, cambiaron de táctica y lo declararon loco, apedrearon su casa, le negaron el pan y el agua y terminaron pretendiendo sepultarlo debajo de una espesa caja de silencio. Ibrahím continuaba erguido y desafiante; pero un día sintió un inmenso cansancio y recogió sus sueños, sus angustias y sus esperanzas, los metió en una pequeña alforja, montó en su en su caballo cósmico y se fue a vivir en otra galaxia. Desde entonces yo ando solo con el amor de mis nietos y con la esperanzada seguridad de que el galáctico caballo de Ibrahím anda suelto por el aire. Cuadernos Latinoamericanos. Año 26 Enero - Junio (pp.162-167)