Quiénes pueden contratar con Entidades estatales. Se recibió su

220-63007
Asunto: Quiénes pueden contratar con Entidades estatales.
Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 366,074-0, por medio del cual transcriben las
cláusulas alusivas a las facultades del representante legal y al objeto social de una compañía comercial, con miras
que se les informe si la misma puede contratar con entidades estatales.
Sea lo primero manifestarle que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1502 del Código Civil, "Para que
una persona se obligue a otra por un acto o declaración de voluntad, es necesario: 1º. que sea legalmente capaz;
2º. que consienta en dicho acto o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio; 3º. que recaiga sobre un
objeto lícito; 4º. que tenga una causa lícita. - La capacidad de una persona consiste en poderse obligar por sí
misma, y sin el ministerio o autorización de otra."
Por su parte, una persona jurídica, según la define el artículo 633 del Código Civil es "...una persona ficticia, capaz
de ejercer derechos y contraer obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente..."
En lo que a la capacidad jurídica de una sociedad comercial se refiere, se observa que esta se encuentra plasmada
en el artículo 99 del Código de Comercio al expresar que la misma "...se circunscribirá al desarrollo de la empresa
o actividad prevista en su objeto. Se entenderán incluidos en el objeto social los actos directamente relacionados
con el mismo y los que tengan como finalidad ejercer los derechos o cumplir con las obligaciones, legal o
convencionalmente derivadas de la existencia o actividad de la sociedad.", esto es, que ninguna compañía puede
traspasar los límites que estatutariamente se haya trazado.
De ahí la importancia de enunciar en forma clara y completa las actividades principales comprendidas dentro del
objeto social, las que de enunciarse en forma indeterminada o que no tengan relación directa con aquél, la ley le
impone como sanción la ineficacia (numeral 4º., artículo 110 del Código de Comercio)
Como se observa de la norma en comento, el legislador circunscribe la capacidad de la sociedad a las actividades
pactadas en su objeto social, esto es, que sólo puede desarrollar las allí establecidas, junto con las que con éste se
relacionen directamente. Como se observa, en ninguna parte prevé que para poder contratar con el Estado sea
requisito que así se haya pactado en los estatutos, pues teniendo personería jurídica es dable concluir que puede
acceder a contratar, bien con personas jurídicas de derecho público o bien con personas del derecho privado.
Cosa diferente la constituye el hecho que para poder contratar con el Estado es necesario a la luz de la Ley 80 de
1.993, el cumplimiento de algunos requisitos, Vr, Gr., que las personas jurídicas nacionales y extranjeras,
acrediten que su duración no será inferior a la del contrato y un año más (Art. 6º. de la Ley 80 de 1.993); que no
se encuentre dentro de ninguna de las inhabilidades referidas en la misma ley (artículo 8º y siguientes); que esté
inscrita en el registro único de proponentes a que se refiere el artículo 22 de la ley en comento (obligación
que aplica respecto de todas las personas naturales o jurídicas que aspiren a celebrar con las entidades estatales,
contrato de obra, consultoría, suministro y compraventa de bienes muebles), inscripción que cobra vital
importancia, pues a través de ésta las entidades estatales pueden documentarse sobre ciertos detalles importantes
respecto de las personas con las cuales aspiran a celebrar algún tipo de contrato administrativo, pues a través de
éstos es posible conocer, entre otros, su experiencia, oportunidad de ejecución, antigüedad, tratándose de
personas jurídicas etc.
Respecto de las facultades del representante legal se le manifiesta, que de acuerdo con lo previsto en el artículo
196 del Código de Comercio. "La representación de la sociedad y la administración de sus bienes y negocios se
sujetarán a las estipulaciones del contrato social, conforme al régimen de cada tipo de sociedad. - A falta de
estipulaciones se entenderá que las personas que representan a la sociedad podrán celebrar o ejecutar todos los
actos o contratos comprendidos dentro del objeto social o que se relacionen directamente con la existencia y el
funcionamiento de la sociedad"
Como se aprecia, la norma predica respecto de las atribuciones que tiene el representante legal en orden a ejercer
la empresa social dentro de los parámetros estatutarios, pero de ninguna manera respecto de las personas con las
cuales puede contratar, diferente es la extralimitación de funciones, evento en el cual tendrá que responder en los
términos previstos en el artículo 24 de la Ley 222 de 1.995)
Lo anterior quiere decir que la sociedad de su interés, sin necesidad de que lo tenga así concebido en sus estatutos
o dentro de las facultades de sus administradores, puede aspirar a contratar con un persona natural o jurídica de
derecho privado o público.
En relación con el segundo interrogante, se les manifiesta que el contrato comercial de cambio, tal y como lo
manifiesta el doctor José Ignacio Narváez, se basa en el concepto bipartidista consagrado en el artículo 1495 del
Código Civil, según el cual "… es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa. Cada parte puede ser de una o de muchas personas", y añade, "… siempre presupone un intercambio
o cruzamiento de prestaciones, las cuales se agotan con la realización o cumplimiento de las mismas. La
prestación de cada parte se estipula a favor de la otra. Por esta razón los intereses de los contratantes son
opuestos y en cierta medida contradictorios o de "satisfacción contradictoria". Además no existen sino dos partes y
ese número es inmodificable. Si una de ellas cede sus derechos a un tercero habrá una novación, que no altera la
situación bipartidista del contrato". (Teoría General de las Sociedades, Ed. Legis, cuarta edición, Pág. 53).
En los anteriores términos se da respuesta a su consulta, y se le advierte que el alcance de la misma es el previsto
en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.