Rev. Col, Anest. 7: 172, 1979 Substitutos o Expansores de Volumen Plasmático Dr. Carlos Camayo Ortiz* Extracto El lector no encontrará aquí la descripción de tal o cual expansor o substituto de volumen en particular, sino una revisión de conceptos fisiológicos, fisiopatológicos, el fenómeno de la hemodilución, indicaciones de la substitución o reemplazo, iatrogenia y alginas críticas a la monitoria que se utiliza durante la expansión de volumen en general. Nomenclatura Definitivamente la mejor forma de nominar estos compuestos es como substitutos o expansores de volumen plasmático. Pues como todos comprendemos la primordial función que cumplen, es una de las funciones del plasma, cual es la de expandir, substituir o reemplazar el volumen perdido ya sea intravascular o intersticial, Substitución de volumen Aunque el tema de esta conferencia se refiere especialmente a infusiones para reemplazar pérdidas de volumen sanguíneo, plasma o déficit de agua y electrolitos; es importante recordar que de acuerdo con las circuns* Anestesíólogo Hospital Universitario e ISS. Cali1 Cursillo regional de anestesiología. Buga, Octubre 28 de 1978. tancias, el reemplazo de volumen se puede hacer con: Sangre total homologa, plasma total, fracción proteínica del plasma, fracción de albúmina plasmática, glóbulos rojos empacados y lavados, transfusión de sangre autóloga, suspensiones coloides sintéticas de larga y corta duración y soluciones electrolíticas. Sangre total homologa. En relación a su uso, la tendencia actual es ahorrar este tipo de terapia, debido a problemas conocidos tales como transmisión de hepatitis viral, reacciones hemolíticas accidentales, costos y desnutrición de la mayoría de nuestros ciudadanos que son los donantes. Igual comentario merece el uso de plasma, Fracciones proteinica o de albúmina, No dejamos de reconocer su importancia, pero refiriéndonos específicamente al uso de albúmina, esta arma terapéutica está lejos del alcance del promedio de nuestro pueblo, por sus altos costos. Mientras 50 grs. de sero-albúmina cuestan 126 dólares, en cambio, un litro de solución de lactato de Ringer cuesta 0.82 de dólar(l). Lo contradictorio es que la materia prima para extraer las fracciones de proteína y albúmina plasmática, llega ai mundo desarrollado, de los países donde mucha gente necesitaría más proteínas(2). Glóbulos rojos empacados. Muy recomendada su aplicación en ancianos, cardiópatas, urémicos y personas con disfuncíón hepática; no hay que olvidar que también representan un volumen, desde luego menor que el que tendrían en sangre total, lo que significa que su uso en los ejemplos anteriores no puede ser muy liberal. Deben ser lavados varias veces para desproveerlos de residuos plasmáticos, Sangre autóloga. La transfusión de sangre autóloga ya sea recolectada pre-operatoriamente o del campo operatorio (aneurismas disecantes), cada día perfecciona sus métodos de recolección, luchando contra los problemas y los costos de la transfusión de sangre homologa. Fisiología, fisiopatología, propiedades físicas En agosto de 1969, en el IX congreso colombiano de anestesiología, celebrado en Medellín, nos correspondió presentar unas observaciones sobre la incidencia en los signos vitales, de un complejo de polipéptidos, denominado Hemaceel; las apreciaciones se realizaron en cincuenta pacientes con problemas de hipovolemia(3). En esa oportunidad nos preocupaba especialmente qué acontecía con la infusión de este complejo y compuestos afínes, desde el momento en que ingresaban al organismo y cuál era su comportamiento a nivel del glomérulo renal, del túbulo proximal, del asa de Henle, del túbilo distal y finalmente qué se obtenía a nivel del tubo colector. Hoy nuestra preocupación se ha extendido a pensar qué ocurre a nivel del sector mierovaseular pulmonar y la respuesta de la unidad cardio-pulmonar, qué ocurre en el área cerebral y cuál es el papel de la función hepática en la metabolización de estos compuestos. Así mismo, en esa oportunidad, en una forma muy simple, nos permitimos diagramar el movimiento transcapilar de los líquidos durante hemorragia y lo que acontecería con la terapia de reemplazo con Hemaceel, según las ideas de Shires y colaboradores(4) (3). Para comprender mejor la terapia de volumen o de reemplazo de pérdidas, es indispensable explicar qué acontece en la microcirculación en estado normal y qué sucede cuando se presentan pérdidas ya sea de sangre total, plasma o estados de deshidratación. Al mismo tiempo es conveniente ilustrar qué acontece cuando la terapia de reemplazo se hace, sea con soluciones electrolíticas o con suspensiones coloidales sintéticas (Dextrán, Hemaceel). Usualmente existen dos fuerzas o presiones tanto a nivel del área intersticial capilar como en el área intravascular microcircular, la una es la presión hidrostática que traduce acción de bomba cardíaca y la otra es la presión oncótica o coloide-osmótica producida por las proteínas plasmáticas y que tiene gran capacidad de retención de agua dentro del sector intravascular, así como de atracción de la misma del sector intersticial. Morfológicamente la unidad capilar comprende un sector precapilar o arteriolar o de entrada de flujo, donde la presión oncótica de las proteínas es menor .que la hidrostática, permitiendo el ofrecimiento de líquidos al espacio intersticial y por otra parte un sector postcapilar o venular donde la presión oncótica es mayor que la hidrostática permitiendo el movimiento transcapilar de líquidos hacia el plas173 ma circulante intravascular. Normalmente la cantidad de líquido que ingresa al plasma circulante por los capilares venosos es igual al que se pierde o egresa por los capilares arteriales)5). También normalmente la presión hidrostática capilar más la presión oncótica intersticial y la presión oncótica del plasma más la presión hidrostática intersticial, son fuerzas de igual magnitud, aunque de dirección opuesta. Para efectos de simplificar, las presiones intersticiales no se tienen en cuenta(6). Los conceptos transcritos anteriormente están involucrados en lo que se conoce como la hipótesis de Starling publicada en la primera década de este siglo y que en la actualidad ha sido demostrada con el advenimiento de los isótopos radiactivos(7). Conceptos fisiopatológicos Cuando hay pérdidas de volumen, sangre, plasma, agua y electrolitos; las respuestas de la sabiduría orgánica tienden a una adaptación interna a la nueva situación. La más espectacular de las adaptaciones internas a la pérdida de sangre es el reemplazo del volumen intravascular por ingreso de plasma desde el espacio intersticial, este rellenamiento intravascular transcapilar ocurre inmediatamente después de la hemorragia, activado primariamente por una disminución en la presión hidrostática en el sector venular del capilar(6) (8). El volumen sanguíneo se restaura en doce a treinta horas(8), si la hemorragia no es excesiva, por ejemplo, menos del 15% y suspendida su fuente de pérdida. El arribo de albúmina preformada desde el espacio intersticial y la linfa hepática mantiene la presión oncótica del plasma, mientras tanto la capacidad de transporte de oxígeno se va reduciendo(8), el resultado es una Anemia Normovolémica estabilizada(8), es decir, donde los 174 signos vitales se espera encontrarlos compensados, en relativo equilibrio. Inherente a lo anterior se produce hemodilución espontánea, disminución de la viscosidad sanguínea, mejor perfusión microvascular lo que se traduce en hematocritos bajos. Mecanismo de la terapia de reemplazo Los partidarios de la terapia de soporte de volumen sanguíneo con suspensiones coloides, suecos y germanos, aducen que estas actúan gracias a tres de sus propiedades físicas: 1) expansión de volumen intravascular por largo tiempo, derivado de un paso molecular promedio por encima del umbral de filtración renal y una distribución de ese peso molecular en un rango estadístico estrecho; 2) efecto coloide osmótico o capacidad de retención de agua por gramo de suspensión administrada; 3) efectos sobre la viscosidad de la sangre que al disminuirla gracias a su poder hemodilutorio, provocan disminución de las cifras del hematocrito(6). Los que defienden estos compuestos utilizan la mitad de volumen de reemplazo que la que utilizan los partidarios de soporte de volumen sanguíneo con soluciones electrolíticas. Es decir, que los que se inclinan por el uso de estas últimas (Shires), lo hacen reemplazando 1 cc. de pérdida sanguínea con 3, 4 y hasta 5 c.c. de la solución electrolítica(9); obteniendo con esta proporción la expansión de volumen, el efecto osmótico se obtiene gracias a la concentración miliosmolar de cada litro de solución electrolítica administrada y el efecto sobre la viscosidad o hemodilutorio se traduciría en la baja del hematocrito. Cuando se administran suspensiones coloides el 50% se distribuye en el sector intravascular y el otro 50% pasa al espacio intersticial; en cambio, cuando se administran soluciones electrolíticas, el 25% permanece en el sector intra- vascular, mientras que el 75% pasa al intersticio(10). Hemodilución En esta revisión de los expansores de volumen encontré importante extenderme sobre el fenómeno de la hemodilución. Se define como la dilución de los constituyentes de la sangre, es el resultado de las modificaciones de la viscosidad de la sangre, bien por el movimiento trascapilar espontáneo de líquidos del espacio intersticial, o bien, provocado por la terapia de volumen. Últimamente la hemodilución ha adquirido importancia, especialmente la que se denomina Hemodilución Normovolémica, debido a su aplicación en el campo clínico, Hemodilución moderada significa una disminución del hematocrito de su valor normal a 30 ó 25 %. Hemodilución extrema o severa significa disminución del hematocrito a 10% o menos(ll). Recientemente Moore(8), sugirió cuatro tipos de hemodilución: a) Anemia post-hemorrágica normovolémica estabilizada, que resulta del movimiento transcapilar espontáneo de líquidos, después de una hemorragia del 10 ó 15% del volumen sanguíneo. b) Anemia post-hemorrágica hipovolémica estabilizada, que se origina de una pérdida más severa de sangre con insuficiente rellenamiento transcapilar, donde se sostiene un contenido de oxígeno más alto por unidad de volumen sanguíneo. c) Hemodilución normovolémica aguda, donde pérdidas agudas de sangre son reemplazadas por líqui- dos y el volumen circulante es mantenido en su rango normal; a este tipo de hemodilución es a la que se le ha atribuido aplicaciones clínicas. d) Hemodilución hipervolémica aguda que resulta del tratamiento masivo con soluciones coloides y otras en el shock hemorrágico. Cambios fisiológicos en la hemodilución Por razones anatómicas las más bajas ratas o velocidades de deslizamiento se encuentra en el área postcapilar que corresponde a la más amplía área transversa y por consiguiente se encuentra la más baja velocidad media de flujo de la circulación total(ll). Así mismo, el fenómeno de agregación y desagregación celular se observa predominantemente in vivo en este lugar. La viscosidad de la sangre total es fundamentalmente determinada por los glóbulos rojos y proteínas plasmáticas, entre estas el fibrinógeno y las alfa 2 globulinas ejercen el más pronunciado efecto en la inter-acción celular (11). La hemodilución normovolémica produce efectos: 1) sobre la viscosidad; 2) sobre el volumen minuto y flujo sanguíneo a los órganos; 3) sobre el flujo microcirculatorio y oxigenación tisular; 4) sobre la extracción de oxígeno por los tejidos. Efectos sobre la viscosidad. El más importante efecto de la hemodilución es reducir la viscosidad disminuyendo el hematocrito, también se afecta la viscosidad del plasma dependiendo de la viscosidad y de las propiedades oncóticas del hemodiluente utilizado; la más pronunciada disminución de la viscosidad sanguínea en las vénulas 175 se manifiesta cuando el hematocrito se encuentra entre rangos de 25 a 30%, por debajo de estas cifras no se va a reducir más el factor viscosidad(ll). Efecto sobre el volumen minuto y flujo sanguíneo. El volumen minuto aumenta como consecuencia de un mejoramiento del retorno venoso y del volumen latido, la frecuencia cardíaca cambia ligeramente; el flujo sanguíneo total a la mayoría de los órganos aumenta en proporción directa al incremento del volumen minuto. Efecto sobre el flujo micro-capilar y oxigenación tisular. El contenido normal de oxígeno de la sangre es igual a 20.4 c . c , esta cifra disminuye en la hemodilución normovolémica; pero esta disminución puede compensarse por aumento del flujo nutricional a los órganos, aumento de la extracción de oxígeno por los tejidos que se manifiesta por disminución del p02 de la sangre venosa y como un tercer mecanismo de compensación disminuye la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno, o sea, que la curva de disociación se desvía a la derecha(ll). Extracción de oxígeno por los tejidos. Simultáneas y continuas medidas de la oxigenación tisular local por medio de electrodos de superficie (Kessler), han probado que el suministro local de oxígeno a los tejidos es más homogéneo y no está obstaculizado; la extracción de oxígeno no cambia y es una reserva operacional adicional cuando hay hipovolemia, de acuerdo con esto la p02 venoso central permanece sin cambio durante la hemodilución. Aplicaciones clínicas. La hemodilución tiene aplicaciones en el shock, en la policitemia, en la autotransfusión y en otras situaciones críticas que citaremos más adelante. 176 Reemplazo de volumen y shock. El problema básico de un estado shock establecido, es el impedimento del flujo mícrocapílar y el intercambio de los productos nutritivos y de desecho; existen agregados celulares y formación de rollos por aumento de la viscosidad a nivel venular, por eso la hemodilución es un arma primordial en la terapia de shock. Entonces el mejor plan será pensar en la hemodilución normovolémica para restablecer el flujo capilar y según la anemia dilucional producida, administrar transfusión de glóbulos rojos para proveer adecuado contenido de oxígeno. Policitemia. La reducción deseada del hematocrito y por consiguiente de la viscosidad debe hacerse con flebotomía e intercambio de sangre por suspensiones coloides o soluciones electrolíticas, el hematocrito no debe reducirse por debajo del 2 0 % . Auto-transfusión. Hay dos tipos de auto-transfusión: una, la que utiliza la sangre perdida en el campo operatorio y otra la que utiliza volúmenes de sangre del paciente obtenidos el día anterior o inmediatamente antes de una intervención, cuando nos referimos a este último tipo se aplica lo que hemos venido comentando, es decir, la hemodilución provocada normovolémica, o sea, un intercambio de sangre del paciente por substituto de volumen plasmático. Una persona con un hematocrito de 45% y una pérdida intraoperatoria de 2000 c . c , significa que 900 c.c. de glóbulos rojos son inevitablemente perdidos, por el contrario una persona con un hematocrito de 20 %, solamente perderá 400 c.c. de glóbulos rojos con el mismo volumen de pérdida. La remoción antes de cirugía de una parte de los eritrocitos para retransfusión posterior, será un ahorro, puesto que la pérdida de sangre en un paciente diluido, se referirá a pérdida de plasma y substituto de volumen plasmático utilizado en la hemodilución. La retransfusión de sangre autóloga comenzará cuando la sangre intraoperatoria perdida exceda los300c.c.(II). Por ser de importancia deben citarse las ventajas de la hemodilución en circulación extracorpórea (Lavers), así como la aplicación de la hemodilución extrema en hipotermia para coma hepático grado IV; intoxicación por monóxido de carbono y problemas de incompatibilidad sanguínea. ¿Cuál será el mejor hemodiluente? Es lo mismo que preguntar ¿cuál será el mejor substituto de volumen y debe elegirse de acuerdo con las circunstancias? Los partidarios de las suspensiones coloides defienden éstas debido a sus tres propiedades físicas bien definidas como comentamos antes y los que se inclinan por las soluciones electrolíticas tienen que aceptar que se requieren mayores volúmenes para lograr los mismos objetivos. Peter y col. (11) recomienda mitad de albúmina y mitad de Dextrán 70, por razón de costos; limita el uso de Dextrán para evitar complicaciones hemorrágicas. Indicaciones de la substitución de volumen En general, cuando hay que substituir o reemplazar pérdida de líquidos hay que pensar en tres tipos de depleción: 1. Pérdida de sangre. 2. Pérdida de plasma. 3. Deshidratación: Depleción de agua Depleción de electrolitos Depleción mixta. Aunque el cuadro clínico de cada una de estas situaciones puede ser predominante, esto no quiere decir que signos de una y otra situación se puedan encontrar, de ahí, la importancia de la ayuda del laboratorio para discernir cuál es el tipo predominante de pérdida, aunque lo esencial en el momento crítico es mantener el volumen sanguíneo. Ejemplos de las tres situaciones anteriores son: el trauma severo, el shock hipovolémico, shock y sepsis, quemaduras extensas e intervenciones complejas y de larga duración. La ayuda paraclíníca para diferenciar estos problemas consiste en solicitar al laboratorio los siguientes datos: Hemoglobina, Hematocrito, Nitrógeno ureico, urea sanguínea, proteínas, volumen urinario y características de la orina emitida, entre otros. Iatrogenia en la substitución de volumen. Durante la terapia con líquidos el médico se puede encontrar o enfrentar con los siguientes conflictos: a) hipervolemia, b) hipovolemia, c) hipoalbuminemia, d) problemas por hemodilución, e) problemas de coagulación y grupos sanguíneos, f) reacción anafilactoide. Hipervolemia. Se produce cuando se infunden grandes cantidades indiscriminadas de líquidos, usualmente ocurre por imprevisión y angustia del terapista de líquidos cuando se propone equilibrar una situación de hipovolemia. Esto se puede evitar relacionando el tratamiento de líquidos en base al peso y la talla de la persona, de lo cual se deduce la superficie corporal; la valoración de las funciones cardio-pulmonar y renal previamente, durante e inmediatamente después del tratamiento, es también importante; el evaluar previamente el estado clínico de hidratación puede descubrir un fenómeno de hiperhidratación; toda carta de registro de 177 líquidos debe poseer una columna de control discriminatorio de pérdidas así como de reemplazos. El médico no se puede quedar FRESCO, aplicando el lenguaje de nuestra actual juventud, cuando ha infundido volúmenes por encima de 4 6 5 mil c.c. en situaciones críticas. Hipovolemia. Parece contradictorio citar esta situación, pero también es consecuencia de la falta de una cuidadosa valoración de los parámetros citados anteriormente. Es un hecho que cuando existen funciones cardiopulmonar y renal alteradas, estados de edema cerebral, es mejor inclinarse por una hipovolemia moderada. Hipoalbuminemia. Es consecuencia de la dilución de las proteínas plasmáticas producida por el uso de grandes volúmenes(8), por tal motivo una reducida síntesis de la albúmina por mal funcionamiento hepático debe ser una contraindicación de la extrema hemodilución (11). La hipoalbuminemia favorecería la acumulación de líquidos en el intersticio pulmonar(l), concepto este controvertido. Los estudios de Brigham y los de Zarins indican que la diferencia de la concentración de albúmina entre el plasma y el intersticio pulmonar es muy pequeña, si existiera una barrera efectiva a nivel de la membrana capilar pulmonar entonces la diferencia sería tal vez mayor. Además ambos investigadores coinciden en que el sistema linfático pulmonar es eficiente en la depuración de la albúmina intersticial. Estos estudios pueden explicar por qué la hipoalbuminemia no necesariamente conduce a edema pulmonar. Estudios comparativos recientes( 1) en la disminución de las proteínas sanguíneas entre soluciones de lactato de Ringer y suspensiones de albúmina más lactato de Ringer no indican diferencias muy significativas. 178 Problemas de coagulación. Los factores de coagulación también son diluidos, estudios recientes indican que durante la hemodilucíón isovolémica la coagulación sanguínea se prolonga y que la restauración de sangre fresca rápidamente mejora la coagulabilidad; las plaquetas son restauradas por la médula ósea(8). En la aplicación de la hemodilución debe tenerse muy en cuenta el funcionamiento hepático(II). Reacciones anafilactoides. Todo substituto coloide tiene el riesgo de una respuesta anafilactoide, estudios estadísticos recientes en múltiples centros (12), describen 69 casos de reacciones, entre 200.906 infusiones. La frecuencia de reacción severa (shock, paro cardiopulmonar), fue de 0.003% con suspensiones de proteínas; 0.006% para almidón hidroxi-etil y 0.038 para gelatinas, los dextranos presentaron una frecuencia de 0.008%. Muy a pesar de esto la transfusión de sangre homologa tiene un riesgo más alto. Problemas de la hemodilución. Además de hipervolemia y dilución acentuada de los constituyentes de la sangre antes comentados, la preocupación más importante concierne con la capacidad de transporte de oxígeno de los eritrocitos. Esta capacidad está disminuida y puede ser solamente compensada con un aumento del volumen minuto cardíaco en las personas con buena reserva. El organismo también puede aumentar la extracción de oxígeno en los tejidos, como un esfuerzo para mantener el suministro del mismo, esto significa que más oxígeno es removido de cada glóbulo rojo cuando pasa por los tejidos(8). Si el contenido de oxígeno de la sangre venosa mezclada está por debajo del 70% de saturación con un nivel hematocrito normal, uno puede concluir que el organismo tiene áreas de anaerobiosis tisular reflejada en aumento de la concentración de lactato(8). Además la hemoglobina y los compuestos carbamino de los glóbulos rojos están entre los mayores bufers celulares, si el volumen celular disminuye esta capacidad bufer se afecta(8). El pensar en estos azares, nos inclina a elegir una población que no se afecte riesgosamente en su fisiología cuando tengamos que aplicar clínicamente la hemodilución. Esta tiene sus límites de seguridad. Comentarios a la monitoria Cuando se habla de substitución o expansión de volumen en general, es indispensable controles clínicos y de laboratorio. Controles clínicos: 1. Peso, talla, superficie corporal. 2. Registro discriminatorio de pérdidas y reemplazos. 3. Registro de presión arterial directa, según las circunstancias. Peso, talla, superficie corporal Todo registro de anestesia moderno o de cuidados intensivos debe incluir en sus casillas estos parámetros. Sin conocerlos no es posible calcular o relacionar los porcentajes de agua total del organismo, del agua intracelular y extracelular, el volumen plasmático y globular y el del espacio intersticial; además permite el cálculo de déficit o exceso de electrolitos. El peso y la talla permiten saber la superficie corporal ya sea por medio de fórmulas o nomogramas, xeroscopias de estos deberían existir en las salas de operaciones, cuidados intensivos y donde quiera que haya que valorar líquidos. Registro discriminatorio de pérdidas y reemplazos, diuresis El registro horario y discriminatorio de pérdidas así como la diuresis horaria es otro requisito de un buen registro de anestesia. Este debe tener casillas que enfrente pérdidas e infusiones discriminados, para efectuar un balance más o menos aproximado del estado de volemia. Ver figura 1. Página siguiente. 4. Registro de presión venosa central y presión en cuña pulmonar. Control clínico de la función cardiopulmonar 5. Control clínico de funciones cardíaca y pulmonar. La inspección cuidadosa permite descubrir alteraciones de coloración y turgencia de la piel y mucosas, ingurgitación venosa yugular, quemosis; la auscultación permite valorar la intensidad y la frecuencia cardíaca, esta clínicamente es el índice o reflejo del volumen minuto; la auscultación pulmonar descubre fácilmente los estertores de un pulmón húmedo y la cuidadosa observación en sala de recuperación nos permite oír la tos húmeda de un paciente sobrecargado de líquidos. Arnold Rosen ha escrito(9) que el edema intersticial pulmonar puede preceder a la elevación de la 6. Coloración de piel y mucosas, rellenamiento capilar. 7. Registro indirecto de presión arterial. 8. Medida horaria de volumen urinario. Con pocas excepciones (presión cuneiforme pulmonar, volumetría con métodos de dilución), la mayoría de los controles se pueden realizar. 179 presión venosa central y consiguiente falla del ventrículo derecho, por tanto la medida de presión venosa no necesariamente estarían aumentadas. Estodemuestra la importancia de una humilde inspección y auscultación del enfermo, Controles de laboratorio Presión venosa central. Es esencial que el catéter quede bien ubicado en la aurícula derecha, haciéndolo radioopaco o utilizando los catéteres ' 'centrasil'' suministrados por laboratorios Travenol. 4. Gases sanguíneos, contenido de oxígeno. La interpretación de la presión venosa es el reflejo de la combinación de muchas influencias, entre otras, funcionamiento cardíaco per se, volumen sanguíneo, tono vascular; por lo cual no se puede considerar absolutamente como índice de volumen(13). La observación de un rápido reflujo de sangre por un catéter correctamente colocado en aurícula derecha puede ser el indicador más simple de una sobrecarga de líquidos. Presión arterial directa. Es esencial en el enfermo crítico o en operaciones de alto riesgo, además de facilitar la interpretación de perfusión tisular, facilita la toma de muestras para hemoglobina, hematocrito, gases sanguíneos y electrolitemía; con algunos de estos informes se puede calcular el contenido de 02 de la sangre, tan indispensable en la aplicación de la hemodilución normovolémica y autotransfusión. 1. Hemoglobina y hematocrito. 2. Nitrógeno ureico y urea. 3. Medida de proteínas sanguinas. 5. Electrolitemia y características físicas de la orina. 6. Estudios de coagulabilidad. Hemoglobina y hematocrito. Cambios en el hematocrito no son una medida directa del déficit del volumen sanguíneo, sino un índice del movimiento transcapilar de líquidos que toma 12 a 36 horas(13) (8). Estas modificaciones de la cifra hematocrito como única guía no son válidos para reemplazo de sangre, durante y después de la administración de líquidos, diuréticos y transfusiones. En cambio sí es un parámetro útil para valorar el estado de viscosidad de la sangre y preocuparse por la capacidad de transporte de oxígeno. Medida de proteínas y factores de coagulación. Para hemodiluir un organismo deben solicitarse antes, durante y después de la hemodilución; con estos parámetros se pueden descubrir fallas de la función hepática, que contraindican estados de hemo^ dilución, especialmente de límites extremos. BIBLIOGRAFÍA l.Lowe R. J. Cristalloid vs. colloid in the etiology of pulmonary failue after trauma, A randomized trial in man. Surgery, 81, p.p. 676-83. June, 1977. 3.Camayo Carlos, Torres H. Roure J. Hemaccel y signos vitales. IX congreso col. anestesiol. Medellín. Agosto, 1969. Trib. Médica, 44, 6, p.p. A3-16, febrero, 1972. 2.Gruber U. 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