la balanza de pagos y el tipo de cambio(*)

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LA BALANZA DE PAGOS
Y EL TIPO DE CAMBIO
(*)
El crecimiento de los países del mundo se ha visto acompañado de intercambios
económicos rápidamente crecientes entre las diversas economías nacionales que lo
componen. Como consecuencia de ello, el grado de integración entre las economías ha
aumentado de tal forma que han ido pasando de constituir sistemas relativamente
autónomos y cerrados a convertirse en partes de un todo y, en consecuencia, a ser
extremadamente sensibles a lo que ocurre fuera de sus fronteras. No es infrecuente hoy
día el caso de países donde las importaciones y/o las exportaciones representan
proporciones altísimas, superiores incluso al 60% de su Producto Interior Bruto, y
también es cotidiano el observar cómo miles de millones de dólares se conceden en
préstamos a países diversos por parte de otros donde el ahorro interior excede su
inversión interna. La economía mundial está cada vez más dominada por los
movimientos de capitales; cada día, miles de millones de dólares se intercambian vía
satélite y se distribuyen por el mundo con efectos tremendos sobre las economías
nacionales. Paradójicamente, los debates económicos suelen centrarse en discusiones
sobre el comercio mundial y muchas veces se olvida que los movimientos de bienes y
servicios son complementarios, casi siempre, a los movimientos financieros (de
capitales).
Cualquier intento de análisis económico de un país resultaría inútil si no se dispone de
información abundante acerca de sus transacciones económicas con el exterior.
Precisamente la Balanza de Pagos registra las transacciones económicas entre los
residentes de un país y los del resto del mundo, por lo que constituye un documento
esencial para el estudio y análisis de la economía de un país, así como para la adopción
de su política económica. El concepto de residencia se basa en el lugar donde está
ubicada la persona o institución que interviene en la transacción.
Las relaciones económicas de un país, en el marco de la Balanza de Pagos, ponen de
relieve el papel de las transacciones de las cuentas de capital y financiera y su
interdependencia con las transacciones comerciales de bienes y servicios, y los niveles
de producción y renta.
Dentro de las transacciones económicas de un país con el resto del mundo tienen
especial importancia, tanto por su magnitud, como por la fuerte influencia que ejercen
sobre los demás parámetros de la economía (precios, producción, renta, empleo, etc.)
(*)
Original del profesor Rafael Pampillón del Instituto de Empresa.
Versión original del 4 de Diciembre de 1997. Última revisión, 27 de Octubre de 1999.
Publicado por el Departamento de Investigación del Instituto de Empresa. María de Molina, 13. 28006
MADRID, España.
Prohibida su publicación total o parcial sin el permiso escrito del Instituto de Empresa.
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las operaciones de exportación o de importación. Este hecho, obliga, antes de entrar en
la balanza de pagos en sí, a exponer, si bien de manera muy breve y, por tanto,
superficial, las explicaciones que la Teoría Económica ha tratado de dar a estos
intercambios comerciales entre los países.
EL COMERCIO INTERNACIONAL
La Teoría del comercio internacional trata de aislar las causas que conducen a que los
individuos residentes en un país vendan en el exterior algunos de los bienes que
producen y, por el contrario, se surtan de otros bienes del exterior, aunque en la mayor
parte de los casos puedan producirlos en el interior. El segundo propósito de esta
disciplina es determinar cuáles son los factores que intervienen a la hora de determinar
la relación de intercambio; es decir, los precios relativos a que se producen estos
intercambios con el exterior.
Por lo general, puede decirse que las diversas teorías se han basado en las diferencias
entre los países para explicar los flujos comerciales que se producen entre ellos. En un
principio, la diferencia básica se estimó que era la capacidad tecnológica de los diversos
países para producir diferentes productos; así, Portugal sería capaz de obtener más vino
que Inglaterra aplicando los mismos medios para su producción, en tanto que Inglaterra
dispondría de mejor tecnología para fabricar textiles. Inglaterra podría, por tanto,
especializarse en la producción de textiles y comprar su vino en Portugal, mientras este
segundo país hacía lo opuesto. Posteriormente se vio que aunque un país emplease una
tecnología peor que otro para producir determinados bienes, seguía siendo beneficioso
para ambos el realizar intercambios comerciales.
En última instancia, por lo tanto, son las diferencias en los precios de producción de un
bien en distintos países, ya sean debidas a diferentes tecnologías o a distintas dotaciones
de factores, las que explican el porqué de la especialización de los países en la
producción de determinados bienes y en su exportación al exterior mientras tienden a
importar aquellos bienes que se producen más baratos fuera de sus fronteras. Aunque el
precio resulta la guía básica, no se pueden despreciar otros factores tales como la
calidad del bien, las mayores o menores facilidades de pago, así como el plazo en el que
se pueden obtener cantidades importantes del bien, que dada su gran diversidad actual
según el proveedor tienen también una importancia capital.
Aunque las motivaciones y los fines del comercio internacional son básicamente los
mismos que los del comercio interior, intervienen en el primero factores importantes
que no intervienen en el segundo, como son, entre otros, las diferentes legislaciones,
controles de calidad, gustos, y especialmente la existencia de barreras arancelarias y de
monedas diferentes entre los países, lo que da una importancia primordial al tipo de
cambio de las monedas, ya que lo que interesa a un exportador o importador es el
número de unidades de su propia moneda nacional que va a obtener por sus
exportaciones o pagar por lo que importa, y no en qué cantidad de moneda extranjera se
traduce. Como veremos, este tipo de cambio se ve afectado no sólo por la magnitud
relativa de los flujos comerciales de importación y exportación, sino también por lo que
ocurra en los demás epígrafes de la Balanza de Pagos.
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El comercio internacional ha pasado, de una situación en la cual los países podían
contar con ventajas comparativas estables a largo plazo, a otra de carácter dinámico con
continuas variaciones de las mismas. Desde la década de 1970, los empresarios han
dedicado buena parte de su tiempo a subsanar las consecuencias de las fluctuaciones
externas originadas por las variaciones experimentadas en los precios de los productos
energéticos, los tipos de interés, los tipos de cambio y las tasas de inflación.
LA BALANZA DE PAGOS
A pesar de su nombre, la Balanza de Pagos de un país no es en absoluto un balance. Es
simplemente un listado de las transacciones habidas entre los sectores institucionales
de un país (el sistema crediticio, las Administraciones Públicas y otros sectores
residentes) y el resto del mundo. La elaboración de la balanza de pagos de una nación se
rige por un sistema de doble entrada, semejante a la contabilidad nacional, con sus
propias reglas, convenciones y plan contable. La balanza de pagos se puede representar
de distintas maneras, pero siempre refleja el comportamiento de los países en el ámbito
económico internacional. Su metodología está adaptada a la realidad actual de la
operativa exterior de los países desarrollados y, muy especialmente, de sus mercados
financieros.
La Balanza de Pagos es un documento contable donde se registran sistemáticamente
todas las transacciones económicas ocurridas, durante un período de tiempo, entre los
residentes de un país y los residentes del resto del mundo. El período de tiempo
normalmente utilizado es el año, si bien numerosos países elaboran balanzas de pagos
semestrales o trimestrales. En cuanto a la determinación de la residencia, en el caso de
las personas físicas se utiliza el criterio de su residencia habitual, por lo que son
considerados residentes del país que elabora la balanza todas aquellas personas,
nacionales o extranjeras que residan de forma permanente en el país, así como aquellas
destacadas en el extranjero en misiones diplomáticas o militares. Así, los turistas o
emigrantes de temporada son considerados residentes en el país de donde procedan,
mientras que los emigrantes que se establecen en un país receptor se consideran
residentes en ese país. En el caso de las personas jurídicas, se consideran residentes a
todas aquellas empresas domiciliadas en el país, así como las filiales o sucursales de
sociedades extrajeras, que obtengan en él una parte considerable de bienes o servicios,
mantengan registros contables independientes, paguen impuestos en ese país, tengan
una presencia física evidente, etc.
Las transacciones que se registran pueden ser de varios tipos:
• Intercambio de bienes, servicios y rentas por bienes, servicios y rentas.
• Intercambio de bienes, servicios y rentas por instrumentos de crédito (préstamos,
letras, divisas, etc.).
• Intercambio de instrumentos de crédito por instrumentos de crédito.
• Concesión u obtención de bienes, servicios y rentas sin contrapartida.
• Concesión u obtención de instrumentos de crédito o divisas sin contrapartida.
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Estos dos últimos tipos de operaciones, que no implican contrapartida se denominan
transferencias, corrientes o de capital, aunque su distinción no es sencilla, no solo de
instrumentar, sino de definir conceptualmente.
Todas estas operaciones se registran en la Balanza de Pagos y se ordenan en torno a
tres grandes cuentas básicas: corriente, de capital y financiera.
La Cuenta Corriente recoge las anotaciones por ingresos y pagos de las transacciones
corrientes de un país con el resto del mundo. Por consiguiente, se obtiene su saldo como
agregación de los saldos de las balanzas de mercancías, servicios, rentas y transferencias
corrientes. Así todas aquellas operaciones que implican la compra o venta de bienes
entre residentes y no residentes, traspasen o no las fronteras físicas, se anotan en la
balanza de mercancías también llamada balanza comercial.
La Balanza de Servicios recoge todas aquellas transacciones que implican ingresos o
pagos por los servicios. Incluye, por lo tanto, ingresos y pagos por turismo, royalties,
asistencia técnica, alquileres, transporte, etc.
La Balanza de Rentas incluye las rentas de trabajo como remuneración de los
trabajadores por su aportación al proceso productivo y las de inversión que surgen como
remuneración de algún activo o pasivo financiero. Por consiguiente, la rúbrica rentas de
inversión recoge los ingresos y los pagos que generan los instrumentos financieros que
tienen los residentes en el extranjero y los no residentes en el país. Su saldo viene
determinado por el conjunto de activos y pasivos que, en un momento dado, mantiene
una economía frente al exterior, y, por tanto depende también de la evolución de los
diferentes tipos de interés.
La Balanza de Transferencias recoge todas aquellas operaciones corrientes con el
exterior que no implican contrapartida.
Al conjunto de las balanzas de servicios, rentas y transferencias se le denomina, a veces,
balanza de invisibles por el carácter no tangible de las operaciones que recoge, en
contraste con el movimiento de bienes tangibles que recoge la balanza comercial o de
mercancías.
La suma de estas cuatro balanzas (Comercial, Servicios, Rentas y Transferencias) recibe
el nombre de cuenta corriente, que recoge, por lo tanto, todas aquellas operaciones
que, o bien suponen una retribución a los factores de producción nacionales o
extranjeros que han producido los bienes y servicios exportados o importados, o bien
aumentan la renta disponible nacional o extranjera. Las principales modificaciones
respecto a la anterior balanza por cuenta corriente (Cuarto Manual del FMI) radican en
la configuración de una balanza de rentas independiente de la balanza de servicios y en
la exclusión de las transferencias de capital de la balanza de transferencias, ya que pasan
a formar parte de la cuenta de capital.
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• La Cuenta de Capital incluye las transferencias sin contrapartida de capital, y la
adquisición y disposición de activos no producidos, no financieros, como tierra y
subsuelo, y las transacciones de activos intangibles, como patentes, derechos de
autor, franquicias, etc. Las transferencias de capital son, con gran diferencia, la
rúbrica más importante de esta cuenta.
• Por último, la Cuenta Financiera recoge las operaciones financieras integradas
anteriormente, en el Cuarto Manual, en la balanza de capitales y está estructurada en
cuatro balanzas, diferenciadas por el tipo de activos y pasivos financieros en que se
materializan las operaciones correspondientes: inversiones directas, inversiones de
cartera, otra inversión y variación de reservas. Además, las distintas rúbricas que la
integran, excepto la variación de reservas, se subdividen en tres sectores
institucionales: sistema crediticio, administraciones públicas y otros sectores
residentes. Recoge todas aquellas operaciones que afectan a la posición deudora o
acreedora del país frente al exterior. Las operaciones que implican un aumento de la
posición acreedora del país frente al exterior (concesión de créditos, aumento de
reservas de divisas, etc.) o un descenso de su posición deudora, se denominan
exportaciones de capital y se recogen como variación de activos; mientras las
operaciones que hacen aumentar la posición deudora (obtención de préstamos,
inversiones extranjeras, etc.) o disminuir la posición acreedora se denominan
importaciones de capital y se recogen como variación de pasivos.
La rúbrica de inversiones directas incluye las operaciones que reflejan un objetivo del
inversor de obtener una rentabilidad permanente en la empresa invertida, alcanzando un
grado significativo de influencia en sus órganos de decisión. El Quinto Manual define
como inversor directo al propietario de un 10% o más del capital de la empresa
invertida. Las inversiones de cartera recogen las transacciones en valores negociables,
excluidas las que, materializadas en acciones, cumplen los requisitos para su
consideración como inversiones directas. Se subdivide en cuatro componentes
principales: acciones, bonos y obligaciones, instrumentos del mercado monetario e
instrumentos derivados. El Quinto Manual no considera relevante la separación de las
operaciones de cartera entre el corto y el largo plazo, desapareciendo, por tanto, el
concepto de balanza básica. La rúbrica otra inversión, recoge las operaciones de
préstamos comerciales y financieros, separando el corto del largo plazo, y las de
depósitos, incluidas las tenencias de billetes extranjeros.
La variación de reservas incluye todos los activos financieros libremente disponibles y
controlados por la autoridad monetaria. Su destino es para financiar directamente
desequilibrios de la Balanza de Pagos, para regular indirectamente la magnitud de tales
desequilibrios, y para actuar sobre el tipo de cambio. Sus principales componentes son
oro, derechos especiales de giro, posición de reservas en el FMI, activos en moneda
extranjera y otros activos.
Para la anotación de las operaciones entre residentes y no residentes, las balanzas
mencionadas disponen de una columna de ingresos y otra de pagos. Todas las
operaciones que podrían generar entradas de divisas para el país se anotan en la
columna de ingresos, por lo que, mientras en la cuenta corriente y cuenta de capital son
las exportaciones de bienes, ingresos por rentas, servicios y transferencias, etc., en la
cuenta financiera aparece la variación de pasivos en ingresos (importaciones de capital
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financiero). Todas las operaciones que podrían generar salidas de divisas para el país se
anotan en la columna de pagos, por lo que, mientras en la cuenta corriente y cuenta de
capital son las importaciones de bienes y pagos por rentas, servicios y transferencias,
etc., en la cuenta financiera aparece la variación de activos en pagos.
Se contabilizan como variación de pasivos las operaciones de la cuenta financiera que
integran la adquisición por no residentes de activos productivos y financieros emitidos
por residentes, y los pagos derivados de su venta o amortización. Los aumentos de
pasivos implican que se ha dado un flujo financiero neto de adquisiciones por parte de
no residentes. Las disminuciones de pasivos implican que se ha producido un flujo
financiero neto de salida, al ser menores los ingresos derivados de las adquisiciones por
extranjeros que los pagos a consecuencia de la venta o amortización de activos. Desde
la óptica nacional, un signo positivo en las columnas de variación de pasivos, supone
un aumento de los pasivos frente a no residentes, y un signo negativo, una disminución.
Integran la variación de activos la compra por residentes de activos productivos y
financieros emitidos por no residentes y restando su venta o amortización. Los
aumentos de activos implican que se ha producido un flujo financiero neto de salida, al
ser mayores los pagos derivados de las adquisiciones por residentes de activos emitidos
por no residentes que los ingresos a consecuencia de su venta o amortización. Las
disminuciones de activos implican que se ha producido un flujo financiero neto de
entrada, al ser menores los pagos de las adquisiciones por residentes de activos
emitidos por no residentes que los ingresos a consecuencia de su venta o amortización.
Desde la óptica del país, un signo positivo en las columnas de variación de activos
supone un aumento de los activos frente a no residentes, y un signo negativo, una
disminución.
Las reservas son, por definición, un activo del país frente al resto del mundo. Por tanto,
sus aumentos han de contabilizarse, con signo más, como variación de activos y sus
disminuciones, también como variación de activos, aunque con signo menos.
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ESQUEMA DE UNA BALANZA DE PAGOS
INGRESOS
Exportación de mercancías (1)
PAGOS
Importación de mercancías (2)
Exportación de servicios (3)
Rentas del trabajo e inversión (5)
Importación de servicios (4)
Transferencias corrientes (7)
Rentas del trabajo e inversión (6)
Transferencias corrientes (8)
Transferencias de capital (9)
Transferencias de capital (10)
Variación de activos (12)
Variación de pasivos (11)
Variación de reservas (13)
Errores y omisiones (14)
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Pongamos un ejemplo con datos referidos a la Balanza de Pagos de un país, para un año
concreto, en miles de millones (millardos) de pesos:
INGRESOS
PAGOS
A. Cuenta Corriente
(1)
9889,1
(2)
11855,8
(3)
4546,2
(4)
2595,1
(5)
1162,3
(6)
2257,0
(7)
1259,2
(8)
1061,5
Suma
16856,8
Suma
17769,4
B. Cuenta de Capital
(9)
416,6
(10)
69,6
C. Cuenta Financiera
(11)
177,8
(12)
-549,7
(13)
-7,1
Suma
-556,8
D. Errores y Omisiones
Total
17451,2
(14)
169,0
Total
17451,2
La agregación de los saldos de A+B es idénticamente igual a la agregación, con signo
cambiado, de (C+D). A+B = - (C+D)
Del esquema anterior se puede comentar lo siguiente referido al año:
Se produce un déficit en la Balanza Comercial (línea continua gruesa), ya que las
importaciones (2) por importe de 11855,8 mm de pesos, superan a las exportaciones (1)
por importe de 9889,1 mm de pesos.
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La Balanza de Invisibles (Servicios, Rentas y Transferencias) genera un superávit por
un importe de 1054,1 mm de pesos, al ser los ingresos (3+5+7) superiores a los pagos
(4+6+8).
La Balanza por Cuenta Corriente (línea discontinua) registra un déficit de 912,6 mm de
pesos, ya que los ingresos (1+3+5+7) no alcanzan a cubrir todos los pagos corrientes
(2+4+6+8).
Durante el año, se observa un considerable flujo neto de recursos exteriores recibido por
la economía debido a una reducción significativa de los flujos de salidas de capitales
(12) junto con entradas de capitales por inversiones (11) y, todo ello, en un marco de
apreciable reducción de las necesidades de financiación exterior que se tradujo en una
mínima reducción de las reservas centrales (13).
Unos ejemplos, junto con el cuadro adjunto pueden ser útiles para ilustrar estas
anotaciones. Supongamos que un exportador realiza una venta al exterior por valor de
10 millones de pesos a pagar dos años después. La exportación, puesto que genera
ingresos, se anota en la columna de ingresos (recuadro 1), mientras que la concesión del
crédito a dos años da lugar a una anotación en la columna de variación de activos
(recuadro 12), ya que al aumentar la posición acreedora en el país frente al exterior,
representa una exportación de capital. Si la venta se hubiese realizado al contado, esta
segunda anotación sería sustituida por un aumento de las reservas de divisas, lo que
quedaría anotado en el recuadro 13. La importación de un bien que debiera pagarse a los
seis meses originaría una anotación en el recuadro 2, y otra por el mismo valor en el
recuadro 11.Alternativamente se podría contabilizar como crédito comercial a corto
plazo en la rúbrica de errores y omisiones. Por su parte, la transferencia de 1.000 euros
de un emigrante del país en Alemania a su familia en el país se anotaría en el recuadro
7, y daría lugar a un aumento de 1.000 euros en las reservas de divisas, que quedaría
registrado en el recuadro 13. Por último, si el Gobierno del país en cuestión hace uso de
un crédito a largo plazo por 100 millones de dólares concedido por un organismo
internacional, se anotará, como una importación de capital a largo plazo (variación de
pasivos en la cuenta financiera), como variación de pasivos, ya que aumenta la posición
deudora del país frente al exterior, en el recuadro 11, pasando esos 100 millones de
dólares a engrosar las reservas de divisas del país (recuadro 13).
Como cada operación origina siempre dos anotaciones por idéntico valor, una en
ingresos y otra en pagos, la suma de una columna debería ser exactamente igual a la
suma de la otra. Sin embargo, normalmente la información respecto de muchas
operaciones es incompleta y sólo se detecta una parte de la operación (por ejemplo, el
paso de una mercancía exportada por la Aduana, no registrándose el ingreso en divisas
correspondiente al cobro de esta exportación). Esto da lugar a que al sumar las dos
columnas, su valor no sea igual, por lo que hay que añadir una cuenta de errores y
omisiones netos que se coloca en aquella columna cuyo valor sea inferior con objeto de
igualar el valor total registrado en las dos columnas, así, en el esquema representado en
el cuadro, los errores y omisiones aparecen en la columna de pagos. Aunque,
normalmente, los errores que se producen en una columna son bastante similares a los
originados en la otra, por lo que los errores netos son relativamente reducidos; en años
en que haya inestabilidades en el tipo de cambio o presiones especulativas no es extraño
que los errores y omisiones netas equivalgan al 2 ó 3% de la suma total de una columna.
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Estos son los llamados leads y lags del comercio exterior, es decir, adelantos y retrasos
entre el movimiento físico de las mercancías por las fronteras y su cobro o pago
correspondiente. Pero los errores y omisiones también aparecen como consecuencia de
la evasión de divisas
INTERPRETACION
Al añadir la rúbrica de errores y omisiones, la balanza de pagos queda siempre
contablemente equilibrada, de la misma manera que el balance de una empresa siempre
aparece contablemente equilibrado, al sumarse exactamente en el mismo valor las
columnas de ingresos y pagos.
¿Qué valor tiene entonces la balanza de pagos como instrumento del análisis
económico?. Sencillamente, proporcionarnos una información detallada de cómo son las
relaciones económicas entre un país y el resto del mundo durante un año. Interesa saber
dónde, cómo y cuándo se produce un saldo positivo o negativo. Los analistas deben
señalar dónde se producen las situaciones de déficit o superávit.
El hecho de que el equilibrio contable se cumpla necesariamente, no significa que la
balanza de pagos haya de registrar un equilibrio en sentido económico.
El problema reside en encontrar qué cuentas de la balanza de pagos se han de considerar
para ver si se registra un déficit o un superávit. Para poder establecer si se produce un
equilibrio o un desequilibrio de la balanza de pagos, en sentido económico, es necesario
separar un determinado grupo de transacciones y comprobar el saldo que presenta. Así,
por ejemplo, si queremos saber si hay equilibrio en las transacciones comerciales,
compararemos los ingresos por exportación de bienes con los pagos por importación de
bienes. En el caso del esquema representado, se produce un déficit de la balanza
comercial al ser las importaciones (2) superiores a las exportaciones (1). Es obvio que si
la balanza global está equilibrada, este saldo es exactamente igual, pero de signo
contrario al que presenta el conjunto de las demás partidas (recuadros 3 a 14), de las que
se suele decir que quedan por debajo de la línea.
El problema que se presenta entonces es dónde trazar la línea entre las transacciones
seleccionadas y las restantes, de forma que se agrupan «por encima de la línea» todas
aquellas transacciones cuyo saldo sea el más útil a la hora de medir el equilibrio
económico de la balanza de pagos. Se dirá entonces que la balanza de pagos registra un
déficit. Puesto que se trata de decidir qué grupo de transacciones dan un saldo más
significativo económicamente, las opiniones son muy diversas respecto a donde trazar la
línea, variando además según cuál sea el país y el momento en el tiempo. Por ello,
trataremos aquí de describir los criterios más ampliamente utilizados para medir el saldo
de la balanza de pagos, exponiendo las consideraciones económicas que llevan a la
adopción de cada uno de los criterios y los problemas que cada uno de ellos plantea:
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CRITERIO DE LA CUENTA CORRIENTE 1
Sin duda, el criterio más ampliamente utilizado es el de la balanza corriente, que como
vimos, incluye todas las transacciones comerciales, rentas y servicios, junto con las
transferencias. Todas estas transacciones son las que, bajo este criterio, se sitúan por
encima de la línea, considerándose su saldo como la medida más adecuada del déficit o
superávit de la balanza de pagos.
Dos razones básicas se aducen para justificar la adopción de este criterio. En primer
lugar, la cuenta corriente está constituida por partidas que se pueden considerar
irreversibles, en el sentido de que no se devuelven normalmente las mercancías, ni los
servicios, ni las rentas, importados o exportados, ni las transferencias recibidas o
enviadas, en contraste con la cuenta financiera, donde la mayor parte de las operaciones
son perfectamente reversibles (por ejemplo, la devolución de un préstamo del exterior).
Por ello, resulta más fácil medir y predecir los efectos de una determinada línea de
política económica sobre la cuenta corriente que sobre los movimientos de capital
(cuenta financiera). Existe una segunda razón fundamental en favor de este criterio: El
saldo de la cuenta corriente (junto con el saldo de la cuenta de capital) nos indica la
diferencia existente entre el ahorro y la inversión nacionales del periodo, y equivale a
la variación neta de la posición deudora o acreedora del país frente al exterior (saldo
de la cuenta financiera).
Así, un déficit por cuenta corriente implica un aumento en la posición deudora del país
frente al exterior, es decir, que durante ese año, el país ha recibido un préstamo neto del
exterior por el valor del déficit corriente, que habrá que financiar, bien con movimientos
autónomos de capital que son independientes de la situación de la balanza corriente y de
la de capital (por ejemplo la inversión directa extranjera), o bien con movimientos
compensatorios o acomodaticios de capital (que se encuentran en la cuenta financiera)
que son inducidos por las autoridades económicas para complementar la financiación de
dicho déficit (por ejemplo, la venta de deuda nacional a no residentes). Por el contrario,
un superávit por cuenta corriente implica la concesión de un préstamo neto del país al
exterior, puesto que su posición acreedora aumenta en la misma cuantía del superávit
corriente. En este caso, el ahorro realizado en el país ha sido suficiente para financiar la
inversión interna y además conceder un préstamo neto al extranjero (aumento de la
posición acreedora). En el primer caso, en contraste, el ahorro nacional ha sido
insuficiente para atender a la inversión interna, por lo que ha necesitado ser
complementado por un préstamo neto del exterior. El saldo de la balanza corriente, a
través de su equivalente al préstamo neto al/del extranjero es, por tanto, un concepto de
la Contabilidad Nacional, con lo cual se integra fácilmente dentro del núcleo de las
estadísticas económicas de un país.
La principal objeción que se hace a este criterio es que un déficit en la cuenta corriente,
lejos de indicar una situación desequilibrada y preocupante de una balanza de pagos,
puede ser algo perfectamente normal y deseable.
1
Cuando se habla del criterio de cuenta corriente se sobrentiende que nos estamos refiriendo a la suma de los
saldos de la balanza por cuenta corriente mas la balanza de capital
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Así, por ejemplo, un país que necesite obtener en el exterior abundantes recursos reales
para promocionar su desarrollo, buscará la obtención de un préstamo neto del extranjero
con el que poder financiar una inversión interna superior al ahorro realizado en el país, y
como sabemos, un préstamo neto del extranjero implica la consecución de un déficit por
cuenta corriente. De igual modo, un superávit por cuenta corriente puede no ser
deseable para un país que sea exportador neto de capital. Las entradas netas de capitales
a largo plazo y corto plazo procedentes del exterior, si bien pueden ser suficientes para
financiar el déficit corriente, también pueden apreciar el tipo de cambio de la moneda
del país. Si es así, se puede provocar un deterioro aún mayor de la balanza comercial y,
por consiguiente, de la cuenta corriente. O alternativamente, hacer frente a dicha
apreciación mediante intervenciones oficiales en los mercados cambiarios. El control de
la inflación que se precisa para mantener la competitividad de la economía implica que
la financiación del déficit corriente sea con capitales estables y no especulativos.
En cualquier caso, no hay que olvidar que el déficit exterior tiene un importante
componente cíclico. Es decir, en lo que se refiere a las importaciones, hay unanimidad
a la hora de aceptar que en las épocas de expansión, las importaciones crecen incluso
por encima de lo que lo hace el PIB. En épocas de recesión, las importaciones crecen
por debajo de lo que lo hace el PIB. En cuanto a las exportaciones no poseen un claro
comportamiento cíclico. La conjunción de ambos factores, hace que el saldo exterior
empeore en épocas de expansión y que mejore en las recesiones; esto es, que el saldo
exterior sea contracíclico. Extraer este componente puede ayudar a interpretar de forma
correcta las cifras del sector exterior, especialmente en lo que se refiere a su
sostenibilidad, ya que no es tan preocupante una determinada cifra de déficit exterior en
épocas de bonanza como en épocas de recesión, y viceversa.
CRITERIO DE RESERVAS
Según este criterio, quedan por encima de la línea todos los movimientos de las
balanzas corrientes y de capital además de todos los movimientos de capitales (que tal
como hemos explicado se encuentran en la cuenta financiera). El saldo de esta balanza
coincide, pues, con la variación experimentada por las reservas oficiales del país, que es
lo único que queda por debajo de la línea. No debe olvidarse que las reservas de oro y
divisas de un país son activos frente al exterior y que, por tanto, un aumento de reservas
es un incremento de activos. De ahí que los movimientos de divisas estén incluidos en la
cuenta financiera.
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tc =
-13S
Peso
$
130
EC08/67
1
S
0
0
A
2
B
C
MAX
D
MIN
120
D
D
2
1
$
La razón por la cual este criterio ha sido recomendado en el pasado por el Fondo
Monetario Internacional es que lo que realmente importa a la hora de mantener un tipo
de cambio fijo son las reservas de las que se dispone para actuar sobre el mercado de
cambios. En efecto, el tipo de cambio no es más que el precio, en términos de moneda
nacional, de una divisa extranjera, y para regular ese precio es necesario disponer de un
«stock» de la mercancía (en este caso un volumen de reservas de divisas). Supongamos,
por ejemplo, que el citado país estuviese comprometido a mantener el tipo de cambio
del peso entre los 120 y los 130 pesos por dólar. Si la oferta de dólares por parte de
aquellos que los reciben y los desean cambiar a pesos (por ejemplo, exportadores de
bienes y servicios o importadores de capital) viene representada por S1 y la demanda de
dólares a cambio de pesos (de importadores de bienes y servicios o exportadores de
capital) es D1, si la demanda de dólares se desplazase hasta la posición D2 (debido, por
ejemplo, a un aumento en el valor de las importaciones), las fuerzas del mercado por sí
solas harían que el peso se depreciase por encima de los 130 pesos por dólar, ya que a
este tipo de cambio la cantidad de dólares demandada (OB) supera a la cantidad
ofrecida (OA). Para mantener el tipo de cambio dentro del intervalo permitido, las
autoridades tendrían que echar mano de sus reservas de divisas para, ofreciendo una
cantidad AB de dólares, complementar la oferta autónoma de dólares (OA) y poder
satisfacer así a toda la demanda. Si, por el contrario, hubiese aumentado la oferta de
dólares de S1 a S2, siendo D1 la curva de demanda, el mercado determinará una
apreciación del peso por debajo de los 120 pesos por dólar. Para mantener el tipo de
cambio en este tope mínimo, las autoridades tendrían que comprar una cantidad CD de
dólares, pues el resto de la cantidad ofrecida a este tipo de cambio lo adquiriría la
demanda autónoma (O'C). En este caso las autoridades verían aumentar sus reservas de
divisas por el valor de los dólares que han debido adquirir.
El criterio de las reservas, que puede ser útil en un contexto de tipos de cambio fijos, ha
perdido gran parte de su interés desde que la mayoría de las monedas han adoptado un
tipo de cambio flotante abandonando el compromiso de mantener una paridad fija. Bajo
este nuevo régimen de cambios flotantes, los desequilibrios no se traducen en pérdidas o
aumentos de reservas sino en depreciaciones o apreciaciones de la moneda
correspondiente, si bien, en la práctica, la mayoría de los países utilizan sus reservas
para anular movimientos especulativos o para suavizar las variaciones en la cotización
de su moneda.
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CRITERIO DE LA BALANZA BÁSICA
Tradicionalmente, la balanza básica ha incluido, además de las transacciones
englobadas en las balanzas corriente y de capital, los movimientos de capital a largo
plazo, y bajo este criterio, era el saldo de esta balanza básica el que se tomaba como
medida del saldo exterior de la economía.
La teoría que subyace a este criterio es que los movimientos de capital a largo plazo
tienen un comportamiento bastante estable, en contraste con los movimientos de capital
a corto plazo. En consecuencia, puede considerarse que los capitales a largo plazo son
irreversibles en un periodo corto de tiempo y se pueden incluir por encima de la línea
junto con las transacciones, típicamente irreversibles, de las balanzas corriente y de
capital. Se considera, por lo tanto, que un déficit en la balanza corriente y de capital no
es significativo si puede ser financiado con capitales a largo plazo, y que, en cambio un
déficit de la balanza básica si resulta preocupante, puesto que sólo puede ser financiado
por capitales a corto plazo, cuya naturaleza volátil y fácilmente reversible les hace poco
fiables como fuente estable de financiación.
Aunque el razonamiento lógico que sostiene este criterio es perfectamente coherente, se
pueden plantear también numerosas objeciones. En primer lugar, numerosas
operaciones de capital a largo plazo son fácilmente reversibles, por lo que perdería
sentido el pasarlas por encima de la línea. Más importante, sin embargo, es una segunda
objeción: muchos de los movimientos de capital a largo plazo tienen un carácter
acomodante; es decir, que no se producirían por sí mismos, sino que se producen
precisamente porque habiendo un déficit en la balanza corriente2, las autoridades
obtienen y fomentan la obtención de créditos a largo plazo. En estas circunstancias, la
balanza básica podría estar equilibrada, pero el país estaría contrayendo una elevada
deuda externa, por lo que la situación no podría mantenerse indefinidamente, ya que
llegaría un momento en que la carga financiera por intereses, y la propia devolución de
estos créditos se hiciese insoportable para el país.
Frecuentemente, se ha sugerido un criterio intermedio entre la balanza corriente y la
balanza básica que podría ser muy útil para países en vías de desarrollo, y al que podría
bautizarse como balanza de desarrollo. Bajo este criterio, se consideraría como medida
del desequilibrio exterior el saldo de la balanza corriente más las inversiones
extranjeras. Con respecto al criterio de la balanza básica , se excluyen los movimientos
de capital a largo plazo contractuales (préstamos y créditos), que pasan a colocarse por
debajo de la línea. Un equilibrio en esta balanza de desarrollo implica que aunque se
produzca un déficit corriente, se compensa con una inversiones extranjeras, y esta
situación sí sería sostenible indefinidamente, puesto que las inversiones extranjeras, al
contrario que los créditos o préstamos, no implican un compromiso de devolución a
plazo fijo ni una carga de intereses.
Este criterio resulta muy útil para países que, reciben un flujo bastante estable de
inversiones extranjeras, en los que un déficit corriente no resulta preocupante si se cubre
mediante inversiones extranjeras que no aumentan su endeudamiento contractual. Se le
objeta, no obstante, a este criterio que, con un equilibrio persistente de esta balanza de
2
Recuerde la nota 1
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desarrollo, el país podría estarse colocando gradualmente bajo el control del capital
extranjero a través de las inversiones extranjeras, si bien esto es algo que debe esperarse
de todo país que recurra, para su más rápido desarrollo, al capital extranjero.
El problema con el que nos encontramos desde que se puso en marcha el Quinto manual
es la imposibilidad de elaborar la balanza básica ante la pérdida creciente de significado
de la línea divisoria entre activos a largo y corto plazo, muy especialmente en valores
negociables. Por lo tanto, al no quedar desagregados todos los movimientos de capital a
largo plazo, este criterio ha quedado prácticamente desvirtuado.
PROBLEMAS
Se puede decir que un país tiene problemas en su balanza de pagos cuando la balanza
básica tiene un déficit o un superávit (los superávit de balanza de pagos, en muchos
casos, también plantean problemas importantes para los países) por un período largo de
tiempo en condiciones de libre comercio y de pleno empleo. El período de tiempo es
importante, ya que el déficit puede ser transitorio (debido a un hecho puntual como
puede ser una mala cosecha) en cuyo caso no plantea graves problemas, o bien puede
tener características de mayor persistencia, lo cual puede ser mas peligroso. También es
preciso insistir en las condiciones de libre comercio, ya que siempre es posible rectificar
un déficit a través de aranceles o contingentes u otras medidas administrativas. La
condición de pleno empleo también es importante ya que un déficit siempre puede ser
reducido por políticas que restrinjan el crecimiento de la actividad económica y del
nivel de empleo. Cuando se utiliza la protección o las políticas deflacionarias para
corregir un déficit de balanza de pagos entonces se produce un conflicto entre los
objetivos de crecimiento económico y pleno empleo por un lado, y equilibrio de la
balanza de pagos por otro. Precisamente, la tarea de la política económica consiste en
resolver estos conflictos hasta donde sea posible.
En teoría, resulta fácil saber si un país tiene o no problemas de balanza de pagos. Sin
embargo, en la práctica, el tema es más complicado. En primer lugar, hay que juzgar si
se trata de problemas transitorios o permanentes de balanza de pagos; segundo, existen
diversidad de opiniones sobre las definiciones de libre comercio y pleno empleo; y
tercero, existen dificultades estadísticas y problemas conceptuales en la definición de
balanza básica.
A esta tercera dificultad vamos a dedicarle cierta atención por los problemas que la
deuda externa está provocando en las balanzas de pagos de muchos países.
A la hora de analizar una balanza de pagos existen diferentes tratamientos para enjuiciar
la deuda externa. El incremento de deuda externa podría ser interpretado, por ejemplo,
como una consecuencia de la inversión debido a que dicha deuda ha sido contraída para
comprar bienes de equipo extranjeros. Es decir, el déficit de la balanza de pagos ha sido
causado por la decisión de pedir prestado al exterior con el fin de financiar los
programas de inversión. Un punto de vista distinto de éste, sería que el gobierno
necesitó endeudarse con el exterior para proteger las reservas de divisas debido a que
éstas disminuían como consecuencia de una serie de factores. Con la primera
interpretación, el préstamo exterior tiene carácter autónomo; con la segunda,
acomodaticio. En el primer caso, el criterio de balanza básica como instrumento de
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análisis de la balanza de pagos es correcto, en el segundo sería preferible utilizar el
criterio de balanza por cuenta corriente.
Por tanto, aunque la balanza de pagos, por definición, está siempre equilibrada,
dependerá del criterio que utilicemos para saber con exactitud si existen o no problemas.
La dificultad surge, por tanto, en saber en qué lugar de la balanza de pagos trazamos la
línea divisoria para diferenciar las transacciones autónomas de las acomodaticias. En
cualquier caso, la conexión entre operaciones por cuenta corriente y las operaciones por
cuenta financiera son de vital importancia. Pongamos un ejemplo, supongamos que una
compañía aérea nacional ha decidido comprar un avión por 200 millones de dólares. Las
importaciones de mercancías aumentarán, por tanto, en 200 millones. Ahora bien, según
la forma utilizada para pagar el avión conoceremos el concepto en que deberemos
apuntar la contrapartida. Supongamos que se pagó a través de un crédito a largo plazo.
En ese caso, anotaremos 200 millones en la cuenta financiera, en variación de pasivos, y
sería erróneo pensar que el déficit por cuenta corriente nos ha forzado a tomar prestados
200 millones de dólares del exterior. Las dos partidas son claramente interdependientes.
El principal problema radica, por tanto, en clasificar las transacciones entre autónomas y
acomodaticias.
Aparte de los problemas conceptuales, existen también limitaciones estadísticas en el
análisis de la balanza de pagos. Un ejemplo lo tenemos en los datos referidos a los
dividendos ganados por las empresas multinacionales y repatriados por las filiales a las
casas matrices. Estos dividendos suelen estar mal estimados, por lo que es bastante
probable que aparezcan errores en el saldo de la balanza por cuenta corriente. Como la
balanza de pagos está siempre equilibrada, los errores de la balanza por cuenta corriente
se tendrán que corresponder con errores en la balanza de capitales y/o en la partida de
errores y omisiones.
La partida de errores y omisiones recoge los movimientos económicos con el exterior
no registrados. Cuando estos movimientos desconocidos son pequeños, no preocupan
demasiado; sin embargo, cuando se trata de cifras importantes existen presiones lógicas
para mejorar los procedimientos estadísticos. Estos agujeros negros exigen una revisión
substancial de la recogida de datos estadísticos de la balanza de pagos y una mejor
identificación de los flujos con el exterior como, por ejemplo, los pagos por servicios y
los de beneficios que las empresas filiales realizan a sus casas matrices.
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INGRESOS
PAGOS
SALDO
B. MERCANCÍAS
B. SERVICIOS
Turismo y Viajes
Seguros, Transportes y Fletes
Comunicaciones y transportes
Servicios Financieros y Servicios Informáticos
Servicios prestados a empresas
Servicios personales, culturales y recreativos
Royalties y rentas de la propiedad inmaterial
B. RENTAS
Rentas del Trabajo
Rentas del Capital
- Rentas de Inversiones Directas
- Rentas de Inversiones de Cartera
- Rentas de Inversiones Excluidos Valores Negociables
- Rentas de Inversiones en Valores Negociables
- Intereses de Préstamos y Depósitos
B. TRANSFERENCIAS
Cuenta Corriente
Transferencias de Capital (recursos del subsuelo)
Adquisición Neta de Activos Inmateriales
Cuenta de Capital
V. Pasivos
INVERSIONES DEL PAÍS EN EL EXTERIOR
Inversiones Directas (acciones no cotiz. , inmuebles, etc.)
Inversiones de Cartera (acciones, fondos de inversión, bonos,
obligaciones, mercado monetario, etc.)
INVERSIONES DEL EXTERIOR EN EL PAÍS
Inversiones Excluidos Valores Negociables
Inversiones en Valores Negociables
OTRA INVERSIÓN (Crédito, depósitos, etc)
VARIACIÓN DE RESERVAS
CUENTA FINANCIERA
ERRORES Y OMISIONES
***
V. Activos
VP - VA
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