Impreso por Carolina Muñoz Pesquera. Propiedad de Unidad Editorial. Prohibida su reproducción. Viernes 28 febrero 2014 Expansión 29 ECONOMÍA / POLÍTICA El Supremo prohíbe cambiar las condiciones laborales del readmitido NUEVO CONTRATIEMPO PARA LA REFORMA LABORAL/ El Alto Tribunal ordena a una empresa dar a una trabajadora la indemnización por despido más elevada porque pretendía readmitirla en otra ciudad. El Tribunal Supremo acaba de romper con uno de los mitos de la reforma laboral que entró en vigor definitivamente en julio de 2012. El que defienden los sindicatos y muchos expertos en derecho y economistas de izquierdas de que la empresa puede cambiar las condiciones de trabajo de forma unilateral sin que al empleado le quede otro remedio que aceptarlas, o salir de la compañía con la indemnización más baja. El Tribunal Supremo obliga a las empresas a compensar al trabajador con la indemnización por despido improcedente –la más alta– si, tras perder el juicio, no pueden reintegrar al empleado en las mismas condiciones que tenía antes. Incluso, la compañía debe pagar al trabajador el denominado salario de tramitación. Es decir, el abono de los días que transcurren desde que el trabajador es despedido hasta que se notifica la sentencia. Así falla el Alto Tribunal en una sentencia que difundió ayer y que resuelve un conflicto planteado por una trabajadora de la compañía Contratas y Obras Empresa Constructora. La mujer fue despedida en 2011 cuando la empresa tuvo que cerrar un centro de trabajo en Zaragoza. Tras ser condenada en primera instancia, la empresa ofreció a la empleada la readmisión en uno de sus centros de Barcelona, Madrid, Melilla y Tarragona. Es decir con “una modificación sustancial de las condiciones de trabajo”. Indemnización Con el objetivo de recibir una indemnización por despido improcedente, la trabajadora recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que le quitó la razón. Contra esa sentencia opuso ante el Tribunal Supremo otra del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que fallaba en sentido contrario. Finalmente, ante el contraste de dos sentencias que se contradicen sobre casos similares, el Tribunal Supremo falla en casación y respalda la petición de la trabajadora. Incluso, condenando a la empresa a abonarle una indemnización por despido improcedente, equivalente a los 45 días de salario por año de trabajo. Es decir, la compensación más alta que la reforma laboral ha condenado a su paulatina extinción. El Supremo estima el recurso de la mujer, porque su reingreso en cualquiera de los centros que ofrecía la empre- Efe M.Valverde/M.Serraller. Madrid La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. sa “comportaba un cambio de residencia y, en consecuencia, una modificación sustancial de las condiciones de trabajo”. Es más, la sentencia dice que, de hecho, las nuevas condiciones ofrecidas por la empresa “conllevan una transformación de los aspectos fundamentales de la relación jurídica y laboral e implicaría para la trabajadora una onerosidad (sic) mayor con un perjuicio comprobable”. También hay que tener en cuenta que los cambios sustanciales en las condiciones de trabajo son los que afectan, además, a los siguientes puntos: la remuneración de los trabajadores; el horario y la distribución del tiempo de trabajo o el régimen de trabajo a turnos. En este punto, hay que recalcar que la sentencia es muy importante también porque “sienta doctrina” sobre la interpretación de los artículos 53.5 y 56.1 del Estatuto de los Trabajadores sobre la opción que tiene la empresa de readmitir al empleado despedido cuando pierde en los tribunales. En este punto, y sobre el caso citado, el fallo considera “irregular la readmisión del trabajador en condiciones [laborales] distintas a las que regían antes de producirse el despido”. En consecuencia, la empresa debe indemnizar al empleado. Contra esta sentencia los magistrados Luis Fernando de Castro y José Manuel López García de la Serrana presentaron un voto particular. Ambos magistrados consideraron justificado el despido de la trabajadora con una indemnización de 20 días por año de trabajo, porque el centro de trabajo ya no tenía actividad. Una vía para reducir la litigiosidad OPINIÓN Carmen R. Pareja/ Eduardo Peñacoba L a sentencia dictada por el Tribunal Supremo, en unificación de doctrina, condena a la empresa al pago de la indemnización por despido improcedente y a los salarios de tramitación devengados, al considerar que la opción de readmisión ejercitada por la empresa no se ajustaba a Derecho, al no efectuarse ésta en las mismas condiciones que regían antes de producirse el despido. En el caso analizado, la empresa demandada llevó a cabo el despido objetivo de los dos trabajadores que eran de Zaragoza, especificándose, a su vez, en la propia comunicación efectuada, que con el despido de ambos empleados se procedería al cierre del centro de trabajo. Impugnado el despido por uno de los trabajadores, se consideró improcedente por incumplimiento del procedimiento formal del despido objetivo, declarando la sentencia de instancia la posibilidad de la empresa de optar, entre el pago de la indemnización por despido improcedente o a la readmisión de la demandante “en las mismas condiciones que regían antes de producirse el despido”. La empresa optó por la readmisión ofreciendo a la actora reincorporarse a cualquiera de los centros de trabajo existentes en la empresa, (Barcelona, Tarragona, Madrid o Melilla), debido a que el centro de trabajo de Zaragoza, y en el que la empleada había prestado servicios hasta su despido, se encontraba cerrado. Promueve la trabajadora incidente por readmisión irregular al considerar que el reingreso empresarial rea- lizado escondía un “traslado ilegal”. Pues bien, el Tribunal Supremo citando la doctrina existente en la Sala desde el año 1987 explica que en aras a la tutela judicial efectiva, es preciso que se produzca una “restitución íntegra del status precedente” considerando que lo contrario supondría una novación del contrato de trabajo llevada a cabo por la empresa eludiendo el preceptivo procedimiento y requisitos. Sentado lo anterior el Tribunal recuerda que por modificación sustancial de las condiciones de trabajo debemos entender las que “alteren y transformen los aspectos fundamentales de la relación laboral”, exceptuando las que se traten de meras modificaciones fruto del poder de dirección y del “ius variandi empresarial”, afirmando que el cambio de centro de trabajo que supone la necesidad del empleado de cambiar de domicilio se entiende como una modificación sustancial al ser una medida que índice sobre el mismo de manera intensa e incluso gravosa. La sentencia aporta seguridad jurídica ante los supuestos de cierre, en los despidos declarados improcedentes. Así, se ve limitada la opción del empresario, al pago de la indemnización, en aquellos supuestos en los que tras el cierre del centro de trabajo la readmisión no se produzca mediando acuerdo en otro de los centros. Evitándose con ello y para el futuro, los incidentes de readmisión irregular, descargando a los tribunales de volumen litigioso innecesario y restringiendo el uso de la readmisión en distintas condiciones laborales como elemento vulnerador de la tutela judicial efectiva. Asociada y socio del Departamento Laboral de Simmons & Simmons. Madrid cubre todos sus vencimientos y acorta distancia con el FLA B. García. Madrid La Comunidad de Madrid terminó de cubrir ayer todas sus refinanciaciones para este año, que ascienden a 3.635 millones de euros. El Ejecutivo regional hizo este anuncio y aprovechó para señalar que el coste de estas operaciones no se vería abaratado si la autonomía hubiese acudido al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) del Estado, eterna pugna entre ambas administraciones. “El FLA nunca ha resultado más barato para la Comunidad de Madrid, en media de todas las colocaciones realizadas, pero ahora, con el estrechamiento de diferenciales respecto al Tesoro, ni siquiera abarataría el coste realmente sobre la cantidad colocada, lo que significa que Madrid se financia a un precio similar en todas las colocaciones que ha hecho”, señala un comunicado del Gobierno regional. La Comunidad de Madrid ha realizado en el último mes las dos mayores emisiones públicas de una autonomía, según indica en su nota. La primera alcanzó los 1.400 millones de euros, mediante una colocación a cinco años con un tipo de interés del 2,875%, que supone 49 puntos por encima del coste del Tesoro. El FLA financia a las CCAA a 10 puntos básicos sobre Tesoro, aunque antes era a 30 puntos. El Ministerio de Hacienda fijó hace unas semanas un límite de “prudencia financiera” más estricto para 2014 que en 2013. Esto significa el límite de coste que pueden aceptar las autonomías cuando se endeudan, básicamente las que se encuentran fuera del mecanismo de rescate del FLA. En enero pasado, el Gobierno fijo este límite en 75 puntos básicos por encima del coste del Tesoro. El ministerio de Cristóbal Montoro afeó a Madrid que el año pasado había incurrido en un sobrecoste de 32 millones de euros por no haberse acogido al FLA, que ascienden hasta los 45 millones si se tiene en cuenta también la negativa al Plan Proveedores. Debido a la buena condición de los mercados, la Comunidad de Madrid aprovecha para pedir a Hacienda que autorice el resto de sus necesidades financieras, que corresponden a la cobertura del nuevo déficit, del 1% del PIB, casi 2.000 millones.