Responsabilidad subjetiva y eficacia terapéutica María Alejandra

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Responsabilidad subjetiva y eficacia terapéutica
María Alejandra Porras
Quiero compartir y trasmitirles los inconvenientes que surgen en relación al
tema que estoy investigando. Para ello voy a mostrarles algunas citas que me
generaron preguntas. En primer lugar quiero hacerles llegar algunas citas del
filósofo Italiano Giorgio Agamben sobre el término responsabilidad, para
después intentar ubicar el concepto bajo las coordenadas del psicoanálisis:
“Uno de los equívocos más comunes… es la …confusión de categorías éticas y categorías
jurídicas.” “Casi todas las categorías que nos servimos en materia de moral o de religión están
contaminadas de una u otra forma por el derecho: culpa, responsabilidad, inocencia, juicio..”.(1)
Agamben sostiene que el termino responsabilidad proviene del derecho y
que en este campo no tiene valor la verdad.
Es conocido que en la experiencia psicoanalítica se utilizan estos
términos, así se le imputa al análisis que el sujeto es el responsable o culpable
de todo cuanto le pasa…
Libertad y determinismo
Cito a Lacan:
“El efecto de lenguaje es la causa introducida en el sujeto. Gracias a ese efecto no es
causa de sí mismo, lleva en sí el gusano de la causa que lo hinde. Pues su causa es el
significante sin el cual no habría ningún sujeto en lo real. Pero ese sujeto es lo que el
significante representa, y no podría representar nada sino para otro significante…” (2)
Como entender esta cita a la luz de aquella tan repetida del mismo autor
que
sostiene
que
“De
nuestra
posición
de
sujeto
somos
siempre
responsables.”(3) ¿Un sujeto que no es libre podría ser responsable? ¿Cómo
pensar que si el sujeto es efecto del significante, pueda ser responsable? En la
cita precedente queda claro que el sujeto desde su constitución está del lado
del efecto y no de la causa. El sujeto no es causa de sí.
El concepto de responsabilidad debemos circunscribirlo dentro de un
campo semántico. Si lo pensamos desde el psicoanálisis no podemos dejar de
articularlo a la idea de causa que para el psicoanálisis difiere del
determinismo.(4) Lacan avanza hasta llegar a la pregunta sobre el azar del
inconsciente. Y termina por postular al determinismo en relación al estatuto del
inconsciente, y no en relación a la causación del sujeto. “En el juego del azar
va a jugar sin duda su suerte, pero también leerá en él su destino. Advierte que
allí se revela algo que es propio…”(5) En este Seminario Lacan marca la
primacía del significante y resalta la autonomía de lo simbólico, ya que la
cadena significante insiste en el sujeto.
En el Seminario 11. y en el texto Posición del inconsciente la noción de
causa y determinismo, divergen. Aparece una dimensión que pone en juego a
la causa más allá de las leyes del significante, es una idea de causa que se
localiza por el significante, pero la causa no es el significante. Así, exhorta en
“Posición del inconsciente” a diferenciar determinación de causa. El gusano
que lleva dentro el sujeto será el lenguaje. Sólo como instancia del inconsciente
freudiano se capta la causa, es decir: la retroacción del significante en su
eficacia.
Situamos al sujeto en el campo del deseo inconciente, a esta noción se
refiere Lacan cuando dice “Posición de sujeto”. Idea que difiere de pensar
nociones relativas al individuo o a la idea de persona. Punto que habilita
controversias, ya que desde aquí la responsabilidad subjetiva puede
entenderse como un empuje superyoico.
La eficacia terapéutica”
…es grande la ganancia si conseguimos mudar su miseria histérica en un infortunio
ordinario.”(6)
La pregunta por la eficacia terapéutica no es una pregunta moral, es para
cuestionar la práctica. ¿Cuáles son los alcances clínicos del análisis? Es un
método de tratamiento que se fundamenta en la palabra. Trabajamos con la
palabra, es una palabra que alcanza al inconciente en su eficacia. Eficacia de
la palabra, lejos de una terapia sugestiva, ya que la palabra cobra su estatuto
en relación al bien decir.
Es nuestra tarea apostar al viraje de la entrada en análisis. El sujeto
viene con una pregunta (problema), esperando una respuesta (solución). El
analista con sus maniobras deberá torcer este recorrido, generando que el que
tenga que responder sea el analizante, movimiento que Lacan llamó
rectificación subjetiva. Acerca del “caso Dora” y de la tan repetida pregunta de
Freud, cuyo interrogante decía “¿Qué tiene que ver usted en el desorden del
cual se queja?” nos da la pista de cómo opera el analista. El analista parte de
los decires del sujeto para regresar a ellos.
Hay una paradoja en la idea de responsabilidad subjetiva. Los analistas
no esperamos que un sujeto sea responsable a priori, sino que el ingreso al
dispositivo bajo la regla analítica fundamental lo introduzca en un punto de
imposibilidad llevándolo al límite con el saber. Así sostenemos la asociación
libre como la regla analítica fundamental, lo hacemos responder por su
padecer, sosteniendo que el sufrimiento es interpretable. ¿Qué quiere decir
esto? Que pensamos a un sujeto responsable por su padecimiento. El mensaje
que surge del dispositivo freudiano, es que la causa no está afuera, sino que es
interna, inherente al sujeto.
Para Freud el acontecimiento externo traumático no puede ser
representado en el aparato psíquico. Pero está ligado al mismo, una variable
de cantidad que por su exceso de excitación fracasa en la inscripción psíquica
bajo las leyes del proceso primario, y repite. Una pregunta que no podemos
entonces dejar de hacernos como analistas es que lugar damos a eso real, sin
perder la singularidad.
Es condición excluyente del psicoanálisis para que haya analizante que
este pueda responder por su sufrimiento. Si el paciente no da este paso queda
fuera del campo del análisis.
Las dificultades a las que las personas están expuestas aparece como
desencadenante de algunos malestares y a la vez dificulta la implicación
subjetiva, ya que el paciente halla en el fenómeno externo su escondite.
¿Dónde encontrar la articulación entre el discurso de lo social y el discurso del
síntoma? Como dar lugar en el análisis a estos fenómenos que podríamos
llamar traumáticos, sin caer en desresponabilizar al sujeto. Cuestionarnos de
que manera con estos escenarios es posible traer al sujeto al centro de la
experiencia analítica. El psicoanálisis debe llevar al síntoma al centro del
sujeto, ubicarlo en su causalidad inconsciente. La responsabilidad subjetiva
deja de tener peso cuando se le contrapone el peso del determinismo, donde el
sujeto no es libre y todo lo que le acontece “esta escrito”, “marcado” o
“sentenciado.”
Las determinaciones (tanto psíquicas como sociales) no le
quitan espacio para que el sujeto pueda responder por ellas, acompañar al
analizante a construir una respuesta singular sobre estos determinismos es
nuestra responsabilidad como analistas.
Bibliografía
1) AGAMBEN, G. Lo que queda de Auschwitz” Ed. Pre-textos Valencia, 2000,
Pág.16.
2)
LACAN, Escritos 2 Posición del inconsciente Ed. Siglo ventiuno,1987, Pág.
814.
3) LACAN, Escritos 2 La Ciencia y la verdad Ed Siglo ventiuno, 1987,Pág. 837.
4) LACAN, J. El Seminario, Libro 11 “Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoanálisis” (1964) Paidós, Buenos Aires, 1984.
5) LACAN, Jacques, El Seminario Libro 2 El yo en la teoría de Freud y en la
técnica psicoanalítica (1954-1955), Buenos Aires: Paidós, 1984. Pág. 443
6) FREUD, S. Estudios sobre la histeria (1893-95) Sobre la psicoterapia de la
histeria )
II p. 309
en “Obras completas” Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1998, vol.
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