REGIÓN CEFÁLICA DE LOS PECES F. Gil Cano, Mª.D. Ayala Florenciano y O. López Albors Anatomía Veterinaria, Facultad de Veterinaria, Universidad de Murcia En primer lugar, destacamos la situación de los orificios nasales situados sobre el labio superior y encargados de dirigir el agua hacia los órganos del olfato, contenidos en dos formaciones sacciformes. Los ojos presentan una anatomía similar a la de los mamíferos, aunque con algunas diferencias: córnea relativamente plana e irrelevante como superficie óptica y globo ocular incapaz de seguir la trayectoria de los objetos. No obstante, existen tres pares de músculos oculomotores que mantiene la posición del globo ocular. Al igual que en las aves, en la esclerótica se pueden describir pequeños huesecillos (osículos escleróticos). Al no ser necesarios para el medio acuático, no se describen ni párpados ni aparato lacrimal. El cristalino suele ser completamente esférico y sobresale a través del iris proporcionando un amplio campo de visión. La progresiva opacidad de la córnea y cristalino, junto con la depresión del globo ocular son signos claros de pérdida de frescura. La boca está delimitada por labios de distinta naturaleza (finos o carnosos, móviles o inmóviles, provistos o no de barbillas sensoriales). La cavidad bucofaríngea está revestida por un epitelio estratificado escamoso anclado a músculos y huesos subyacentes mediante una densa dermis. Excepto en algunas especies (lampreas), por lo general, no existen glándulas salivares, aunque sí son numerosas las glándulas secretoras de mucus. Aunque los movimientos masticadores no son habituales – sólo están perfeccionados en algunas especies herbívoras- con cierta frecuencia se presentan dientes (probablemente derivados de las escamas). Se describen tres tipos de dientes: mandibulares, bucales y faríngeos. Los dientes mandibulares presentan gran variedad de formas y están implantados en los bordes de las mandíbulas y los maxilares. Son muy abundantes en los espáridos, perciformes y salmónidos. Los dientes bucales son más internos, situándose en el techo, paredes laterales y suelo de la cavidad bucofaríngea, e incluso sobre la superficie de la lengua. Los dientes faríngeos se disponen en relación con los arcos branquiales (en la carpa se encuentran a nivel de la última branquia); se les atribuye un papel protector de las estructuras branquiales. Área de Anatomía Veterinaria Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas Campus Universitario de Espinardo. 30100. Murcia T. 968 364694 – F. 968 364147 – www.um.es/anatvet El opérculo (inexistente en los peces cartilaginosos), se define como una tapa ósea articulada sobre el arco hioideo y que, dirigido caudalmente, cubre a las branquias de los teleósteos. Embriológicamente, las branquias derivan de los arcos branquiales y de las hendiduras que los separan, al no perder la conexión embrionaria con la faringe. Para entender la estructura de una branquia típica basta con recordar la forma embrionaria del mamífero durante el periodo branquiógeno. Normalmente se describen 4 pares. Cada branquia queda sostenida por un esqueleto óseo y se divide en dos hemibranquias divergentes, cuyos extremos libres se ordenan de forma que cada uno de ellos contacta con los de la branquia adyacente. Los filamentos finos y largos que vemos emerger de cada branquia, a modo de peine, se conocen como laminillas primarias, las cuales están fijadas a la branquia por un radio óseo. En las superficies dorsal y ventral de las laminillas primarias, se disponen en ángulo recto las laminillas secundarias (pliegues semicirculares de epitelio), lugar donde se produce el intercambio gaseoso. Las laminillas secundarias de branquias vecinas se interdigitan unas con otras constituyendo un tamiz a cada lado de la faringe por el que pasa el agua deglutida. Área de Anatomía Veterinaria Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas Campus Universitario de Espinardo. 30100. Murcia T. 968 364694 – F. 968 364147 – www.um.es/anatvet El flujo del agua a través de las branquias es unidireccional y continuo. La apertura y cierre coordinados de la boca y del opérculo establecen un doble sistema de bombeo que crea una corriente de agua desde la boca a los opérculos. Las laminillas son estructuras muy vascularizadas (capilares procedentes de los arcos arteriales aórticos) y en su epitelio se produce el intercambio de gases. El oxígeno captado se incorpora a la sangre de los capilares eferentes, que confluyen hacia la aorta dorsal, la cual, distribuye la sangre oxigenada por todo el cuerpo. En la base de las laminillas primarias se proyectan, en dirección craneal, las llamadas branquioespinas. Estas espículas sirven para evitar el paso de partículas sólidas provenientes de la boca hacia las branquias. Están muy desarrolladas en las especies que se alimentan mediante filtración del plancton. En la relación con la inspección veterinaria, hay que señalar que la palidez de las branquias y el apelmazamiento de las laminillas son indicadores de pérdida de frescura. En la zona dorsal de la cara interna del opérculo pueden observarse unas branquias modificadas conocidas con el nombre de pseudobranquias (ausentes en algunas especies de anguilas). No se conoce bien su función, aunque se sabe que están bañadas por sangre oxigenada procedente del primer arco branquial, y que podría ser derivada hacia la retina. También se les atribuye un papel sensorial, al recibir inervación del nervio glosofaríngeo. Área de Anatomía Veterinaria Departamento de Anatomía y Anatomía Patológica Comparadas Campus Universitario de Espinardo. 30100. Murcia T. 968 364694 – F. 968 364147 – www.um.es/anatvet