Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 Punción transeptal vs. Acceso arterial retrógrado para la ablación de las vías accesorias izquierdas. Luis Molina, Susana Gómez, Alex Pacheco, Jaime Sánchez. Laboratorio de Arritmias, Universidad Nacional Autónoma de México. Servicio de Cardiología, Hospital General de México. Resumen Antecedentes: La ablación con radiofrecuencia de vías accesorias izquierdas a través de la punción transeptal es una buena alternativa al acceso arterial femoral retrógrado. Puede ser mejor que el acceso arterial femoral retrógrado debido a: 1.- El catéter de ablación tiene un solo pliegue para acceder al anillo mitral. 2.- No hay riesgo de hematoma femoral. 3.- No hay problemas de manejo de la punción arterial periférica. 4.- No hay riesgo de canular o lesionar las arterias coronarias. Objetivo: Informar la experiencia de un centro de entrenamiento en electrofisiología clínica. Es un estudio retrospectivo, descriptivo y comparativo entre dos grupos de pacientes con taquicardia paroxística supra ventricular debida a un haz accesorio izquierdo. Material y método: Se consideraron dos grupos de pacientes: A) en los que el catéter de ablación se introdujo por la arteria femoral, hasta el ventrículo izquierdo y plegado hacia al surco mitral. B) los pacientes en quienes se hizo una punción transeptal atrial para colocar el catéter de ablación al lado atrial de la inserción de la vía accesoria de Kent. El diagnóstico de Kent izquierdo se hizo basándonos que la conducción retrógrada no era “decremental” y que era “excéntrica”. La secuencia atrial de activación era idéntica a la observada durante la taquicardia recíproca. El éxito de la ablación se fundamentó en la desaparición de la onda delta y el bloqueo de la conducción V-A. En los pacientes sin onda delta en ritmo sinusal, el único criterio fue el bloqueo de la conducción V-A. Resultados: Se han estudiado 210 pacientes con taquicardia supra ventricular (TSV) debida a una vía accesoria izquierda. De éstos, el 49.7% eran ocultos. La edad promedio fue de 30.2 ±17, y el 46.8% fueron hombres. No hubo diferencias significativas entre los grupos. En 107 (56%) –grupo A–, la ablación se hizo por vía arterial, mientras que en los restantes 83 (grupo B), a través de una punción transeptal. En el grupo A, el éxito de la ablación fue del 95.4%. En el grupo B (94 enfermos), fue de 95.1%. En este grupo, la fluoroscopia se utilizó un promedio de 21 minutos y 16 segundos. Hubo 6 perforaciones del atrio izquierdo y 5 (6%) de ellos tuvieron tamponade. No hubo punción de la aorta. En ninguno de los grupos ha habido recidivas. No hubo diferencias respecto de la edad ni género. Conclusiones: La punción transeptal es un procedimiento cada vez más común en electrofisiología. La ablación de las vías accesorias izquierdas puede ser más fácil y rápida con la punción transeptal. El 49.7% de los pacientes con vías accesorias izquierdas no tienen onda delta en el ECG en ritmo sinusal. Palabras clave: Taquicardia supra ventricular, vías accesorias izquierdas, ablación con radiofrecuencia, punción transeptal. Correspondencia: Prof. Luis Molina M.D. Ph.D. Juventino Rosas #70-202. Co. Guadalupe Inn. México DF Lab.: +52 (55) 5623 2691 Office: 5662 8007 Mobile:+521(55) 5413 8711 E-mail: lmolina@unam.mx www.ria-online.com 281 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 Transeptal vs. arterial retrograde access to ablate left accessory pathways. empezó a utilizarse como procedimiento terapéutico con balón para valvulotomías en (5) algunos pacientes con estenosis mitral. La ablación con radiofrecuencia de las vías accesorias izquierdas a través de punción transeptal empezó a realizarse desde los (6) albores de a principios de los años noventa. La frecuencia y tipo de complicaciones de la ablación realizada a través de punción transeptal o a través de la vía arterial (7) retrógrada son semejantes, aunque la primera puede ser más rápido. El ecocardiograma transesofágico ha demostrado ser de utilidad (8) para guiar la punción transeptal con un 96% de éxito en la punción del septo inter-atrial a través de la fosa oval. De igual manera, los riesgos inherentes a la punción transeptal pueden ser disminuidos con el uso de el eco (9, 10) (11) transesofágico, o intracardiaco aunque puede haber complicaciones de diferentes (12-14) tipos. La punción transeptal puede ser de gran utilidad en algunos casos en que la vía (15, 16) arterial sea difícil o imposible Abstract Background: Transeptal access to ablate left accessory pathways can be an excellent alternative to transaortic rout to ablate left accessory pathways. With one catheter bend, it can be positioned along the mitral annulus. Objective: To compare transeptal to transaortic access to ablate left accessory pathways. It is a retrospective comparative study in patients with supraventricular tachycardia due to a left accessory pathway. Material and methods: Transaortic access was used in group A, and in group B ablation was trough a transeptal stick. Left accessory bundle was diagnosed when the retrograde atrial activation was eccentric, non decremental and identical as during reciprocating tachycardia. Ablation was considered successful when delta wave disappeared and no retrograde conduction was observed. For those patients with no preexcitation, only the latter was considered. Results: One hundred and ninety patients were studied with a mean age of 30.2 ±17 y.o., 46.8% were males and 49.4% had no delta wave during sinus rhythm. No significant differences between groups. Group A consisted of 107 patients (56%) and B had 83 (44%). Successful ablation was achieved in 94.5% and 95.1% respectively. There was a left atrial perforation with tamponade in 5 cases and one had non significant pericardial effusion. Conclusion: Transeptal puncture becomes more common in electrophysiology. It can help reducing ablation time in left accessory pathways. Half of these patients do not have delta wave in sinus rhythm. MATERIAL Y MÉTODOS Es un estudio descriptivo, retrospectivo, comparativo entre dos vías diferentes de acceso a los haces de Kent izquierdos. Pacientes: Se analizaron los pacientes que fueron sometidos a estudio electrofisiológico y ablación con radiofrecuencia debido a la presencia de un haz accesorio atrio-ventricular izquierdo, ya sea manifiesto (síndrome de Wolff-Parkinson-White o W-P-W) u oculto (sin onda delta en ritmo sinusal). Fueron divididos en dos grupos: A) en los que el catéter de ablación se introdujo por la arteria femoral derecha, colocado dentro del ventrículo izquierdo y plegado para tener acceso al surco atrio ventricular en el sitio de la inserción ventricular del haz de Kent. B) lo conformaron los pacientes en quienes se hizo una punción transeptal atrial para colocar el catéter de ablación a través de una funda de Mullins y acceder al lado atrial de la inserción de la vía accesoria de Kent. ANTECEDENTES Las punciones transeptales empezaron (1) (2, 3) a realizarse, por Cope y Ross en 1959 y (4) su técnica fue modificada por Brockenbrough en 1960, inicialmente para medir presiones de cavidades izquierdas. Tres décadas más tarde www.ria-online.com 282 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 · Desaparición de la onda delta. · Bloqueo de la conducción retrógrada (V-A). En los pacientes con haz de Kent oculto izquierdo (KOI) –sin onda delta en ritmo sinusal– el único parámetro de éxito fue el segundo: el bloqueo de la conducción V-A. El diagnóstico de recidiva fue clínico: que el paciente no hubiera vuelto a tener paroxismos de palpitaciones rápidas, rítmicas y regulares de más de cinco minutos de duración. En los enfermos con W-P-W, la reaparición de la onda delta se consideró una recidiva. Método: Estudio electrofisiológico y ablación: En todos los pacientes de ambos grupos se colocaron los siguientes catéteres para el estudio electrofisiológico: · Tetrapolar en atrio derecho para estimulación y registro. · Tetrapolar en ventrículo derecho para estimulación y registro. · Tetrapolar en el vértice del triángulo de Koch para el registro del electrograma del haz de His. · Decapolar dentro del seno coronario para registro de los electrogramas del atrio izquierdo. Punción transeptal: Lo peculiar de la técnica utilizada consiste en no utilizar un catéter “cola de cochino” en la raíz de la aorta como referencia radiológica. Partimos del principio que el haz de His está justo por debajo de la válvula aórtica, entonces el catéter que registra el electrograma del haz de His en el vértice del triángulo de Koch, está justo debajo de la válvula (Figura 1). La secuencia es la siguiente: 1. El “sistema” que forman la funda de Mullins, el dilatador y la aguja de Brockenbrough debe “purgarse” con solución salina, asegurándose que esté totalmente libre de burbujas. Por medio de una bomba de infusión, deberá mantenerse fluyendo líquido todo el tiempo. 2. Se coloca una guía en la vena innominada izquierda a través de la vena femoral derecha. Se avanza el dilatador con la funda de Mullins hasta casi el extremo de la guía (Figura 2). 3. Se extrae la guía y se coloca la aguja de Brockenbrough hasta un par de milímetros de la punta (que se midió previamente). 4. Acto seguido, se empieza a extraer todo el “sistema” (aguja, dilatador y funda) lentamente, manteniendo permanentemente la orientación de la aguja hacia la porción posterior y lateral de la vena (lo que serían las 5 en un cuadrante horario). Se observa Los catéteres tetrapolares fueron introducidos a través de las venas femorales tanto derecha como izquierda. El catéter del seno coronario podía ser colocado indistintamente por vía femoral o subclavia izquierda en el grupo A, y siempre por vía subclavia izquierda en el grupo B. El diagnóstico de Kent izquierdo se hizo basándonos en dos criterios: · La conducción retrógrada no era “decremental” –característica de la conducción nodal–. Sin prolongar el intervalo ventrículo-atrial (V-A), la conducción retrógrada obedecía a la ley del “todo o nada:” o conducía a la misma velocidad (mismo intervalo V-A), o no conducía. · La activación atrial retrógrada era “excéntrica”, donde el primer auriculograma en aparecer después del complejo QRS estimulado, era uno del seno coronario, antes que el electrograma atrial perinodal. Esta secuencia atrial de activación era idéntica a la observada durante la taquicardia recíproca. El éxito de la ablación se fundamentó en dos criterios en los casos del síndrome del W-P-W: www.ria-online.com 283 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 OAD FO Aó His SC Figura 1: Esquema en proyección oblicua anterior derecha (OAD) del perfil derecho de la porción superior del corazón. En la imagen queda claro cómo el electrodo que sirve para registrar el electrograma del haz de His (His) se encuentra justo por debajo de la válvula aórtica. En líneas se representa el catéter del seno coronario (SC). La línea oscura ligeramente curva, representa el “sistema” de la funda de Mullins con el dilatador y la aguja de Brockenbrough apoyado sobre el foramen oval (FO). 5. 6. 7. 8. una primera caída de la punta cuando ésta entra en el atrio derecho. Se sigue tirando el sistema hasta observar una segunda caída mucho más pronunciada. Es el sitio del foramen oval (Figura 2). En este sitio se verifica la posición de la punta del dilatador –con la aguja dentro– que en proyección oblicua anterior derecha (OAD), debe ser paralela al catéter del seno coronario (Figura 3A) y ser la mediatriz del ángulo que forman el catéter del atrio derecho y el del electrograma de His (Figura 3B). Una vez ahí, en proyección oblicua anterior izquierda (OAI), se inyecta una pequeña cantidad de medio de contraste, para confirmar el sitio adecuado donde estamos. Se debe tatuar una especie de “tienda de campaña” con el contraste (Figura 4). Se empuja la aguja hasta que por la presión, el dilatador entra en el atrio izquierdo (Figura 5). Se extrae inmediatamente la aguja y se empuja la funda hasta que entre en el atrio izquierdo. www.ria-online.com Aspiramos sangre que deberá ser de color rojo por su origen arterial, e inyectamos contraste para comprobar que se trata de la aurícula izquierda antes de empujar el resto del sistema. RESULTADOS Empezamos a hacer punciones transeptales de manera sistemática desde abril del 2007 y se utilizan para el estudio y ablación de todas las vías accesorias izquierdas, fibrilación atrial y arritmias atriales izquierdas. Desde el 2003 hasta diciembre del 2011, se han estudiado 201 pacientes con TSV debida a una vía accesoria izquierda, 98 de éstos (49.7%) no tenían onda delta en ritmo sinusal. La edad promedio fue de 30.2 ±17, y el 46.8% fueron hombres. No hubo diferencias significativas entre los grupos. En 107 (56%) de ellos (grupo A), la ablación se hizo por vía arterial “retrógrada”, mientras que en los restantes 94 (grupo B), a través de una punción transeptal. 284 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 Figura 2: Representación de las posiciones del “sistema funda de Mullins con el dilatador, sin la aguja”. Inicialmente se encuentra la guía en la vena innominada izquierda y se introduce el “sistema” hasta quedar en la vena. En seguida se cambia la guía por la aguja de Brockenbrough manteniendo la punta de ésta a unos milímetros de la punta. Con el “sistema” completo, se empieza a retirar orientando la punta hacia atrás y medial (a las 5 de un cuadrante horario) hasta que “cae” una primera vez en el atrio (flecha chica), y unos milímetros más, cae la segunda vez –más pronunciado– al foramen oval (flecha grande). OAD FO Aó His SC Figura 3A: El mismo esquema que la figura 1, en donde se señala que la punta del “sistema” (línea negra) debe estar paralela al catéter del seno coronario (SC). Señalado por las dos líneas punteadas. www.ria-online.com 285 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 OAD FO Aó His SC Figura 3B: El mismo esquema que el anterior, pero en donde se subraya que la punta del “sistema” debe ser la mediatriz del ángulo que forman el cuerpo del catéter del seno coronario, que está en el atrio derecho y el catéter del haz de His. El grupo A (punción arterial) lo integraron 107 pacientes de una edad promedio de 33.9 ±16. De ellos, 45 con W-P-W y 62 (59%) con Kent oculto. El éxito de la ablación fue del 95.4%. No se midió el tiempo de fluoroscopia. El grupo B (punción transeptal) estuvo compuesto por un total de 94 enfermos. El porcentaje de éxito en este grupo fue de 95.7%. Desde marzo del 2007 hasta diciembre del 2011, se han hecho 133 punciones transeptales, de las cuales 94 corresponden al pacientes con vías accesorias izquierdas. El resto han sido para el estudio y ablación de arritmias atriales izquierdas. En este grupo, la fluoroscopia se utilizó un promedio de 21 minutos y 16 segundos. Hubo 6 perforaciones del atrio izquierdo y 5 (6%) de ellos tuvieron tamponade. La perforación sucedió durante la ablación en 3 pacientes, y en 3, durante la punción. En 4 casos el tamponade se resolvió con punción pericárdica sub xifoidea y un paciente tuvo que ser sometido a toracotomía por laceración del ventrículo derecho durante la punción pericárdica. www.ria-online.com El diagnóstico de perforación fue inicialmente clínico en los pacientes con taponamiento y en todos, se hizo un ecocardiograma de rutina inmediatamente después de la ablación y al día siguiente. Hubo un solo fracaso de ablación en el grupo B (3.2 %) en que el operador no entrenado, decidió hacer la ablación exitosa por vía arterial retrógrada. En ninguno de los grupos ha habido recidivas. No hubo diferencias respecto de la edad ni género. DISCUSIÓN La punción transeptal para acceder al atrio izquierdo es una técnica cuya utilidad ha quedado confirmada desde hace muchos años. Es también muy evidente que el acceso al atrio izquierdo es cada vez más del dominio del electrofisiólogo, así como lo es la canulación del seno coronario. Creemos que el 2.2% de perforaciones directamente relacionadas con la (17) punción es semejante a lo informado, y obedece a una curva normal de aprendizaje. El porcentaje de éxito con ambas vías de acceso es idéntico y aceptable, lo que no justifica el uso de una u otra. 286 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 Si bien no informamos las complicaciones observadas con la punción arterial debido a que no fueron anotadas en la base de datos, no hubo perforaciones o daños de consideración. Es evidente que cuanto más se utiliza una técnica, mejor será su dominio y mayor su utilidad. Lo que demostramos en este artículo es que no hay diferencias significativas a favor de hacer las ablaciones por vía arterial retrógrada, y que sí las puede haber a favor de la punción transeptal, tales como: · Evitar las punciones arteriales que en un momento dado pueden representar el peligro o inconveniente de sangrado. · Si la punción transeptal se puede hacer – como descrito– sin punción o referencia arterial, todo el procedimiento queda dentro de las cavidades de baja presión. · Si para la ablación de todas las arritmias atriales izquierdas estamos obligados a hacerlo a través de una punción transeptal, creemos prudente llegar a dominar la técnica. · Como todos estos procedimientos, tienen una curva de aprendizaje, es conveniente que hagamos el mayor número posible de procedimientos, lo que redundará en el beneficio de nuestros pacientes. Se debe tener en cuenta que estos resultados son de un centro de enseñanza y que por lo tanto las punciones transeptales las hacen los residentes en entrenamiento bajo la supervisión estrecha y directa del médico adscrito. En ningún caso hubo perforación aórtica. Con un catéter registrando el electrograma del haz de His, se tiene la posición anatómica de la raíz aórtica, así que no es necesario poner un catéter arterial como referencia. Cabe recalcar, que la mitad de los pacientes (49.7%) con vías accesorias izquierdas no tienen onda delta en el ECG en ritmo sinusal, lo que aumenta la atención que debe prestarse a estos casos. De manera totalmente subjetiva, las ablaciones por vía transeptal son más expeditas y rápidas que utilizando el acceso www.ria-online.com arterial. Existe una explicación para esto: el paso por la arteria femoral implica que el catéter tendrá una vuelta de 180° en el cayado aórtico y otra de igual magnitud pero en mucho menor espacio dentro del ventrículo izquierdo. Ambas en dirección opuesta. Para asegurar que el catéter está orientado hacia la parte posterior donde está el anillo mitral, la proyección de los rayos X debe ser la oblicua anterior derecha, y una vez así, con la vista oblicua anterior izquierda, se puede tratar de colocar en el sitio ideal del anillo mitral, lo que no siempre resulta fácil. Existe una agravante más. La curva dentro del ventrículo izquierdo es tan forzada –y la fuerza de contracción tan intensa–, que es muy común que se rompa el mecanismo de plegar el catéter, lo que puede repercutir seriamente en los costos del procedimiento. Con la punción transeptal, el catéter se pliega una sola vez dentro del atrio izquierdo de baja presión y es muy fácil el desplazamiento sobre el anillo mitral. Las perforaciones del atrio izquierdo son letales sólo si no se diagnostican a tiempo. Si bien la confirmación eco cardiográfica es el método más confiable y certero, el diagnóstico clínico de tamponade es suficiente para hacer una punción pericárdica sub xifoidea. Ésta es sencilla y segura para hacer con control fluoroscópico. El deterioro hemodinámico es rápido y el tamponade sobreviene por lo general durante el procedimiento. Los derrames pericárdicos pequeños y sin repercusión hemodinámica pueden pasar desapercibidos y sin consecuencias. Las ablaciones desde el ventrículo izquierdo son –por lo general– lesiones que se hacen por debajo de la válvula mitral desde el lado ventricular. Esto implica que la lesión se hace desde debajo de los velos de la válvula mitral donde el flujo sanguíneo es bajo y por lo tanto se alcanzan temperaturas útiles de ablación con poca energía. Desde el lado atrial sucede lo contrario, flujos altos y más energía. 287 Mar 12 Vol. 1 No. 2 Revista Iberoamericana de Arritmología – ria Artículos originales DOI: 10.5031/v1i2.RIA10175 CONCLUSIÓN transcatheter ablation of anomalous left atrioventricular pathways: the role of the transseptal approach]. G Ital Cardiol. 1992 Nov;22(11):1255-64. 7. Law IH, Fischbach PS, LeRoy S, Lloyd TR, Rocchini AP, Dick M. Access to the left atrium for delivery of radiofrequency ablation in young patients: retrograde aortic vs transseptal approach. Pediatr Cardiol. 2001 May-Jun;22(3):204-9. 8. Tucker KJ, Curtis AB, Murphy J, Conti JB, Kazakis DJ, Geiser EA, et al. Transesophageal echocardiographic guidance of transseptal left heart catheterization during radiofrequency ablation of left-sided accessory pathways in humans. Pacing Clin Electrophysiol. 1996 Mar;19(3):272-81. 9. Sorbera C, Dhakam S, Cohen M, Woolf P, Agarwal Y. 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