Llegamos a la única petición que tiene una formulación negativa. Conscientes de nuestra debilidad, pedimos al Padre ayuda y fuerza para no caer en el pecado. Pero debemos entender bien la petición: no le suplicamos que nos libre de las tentaciones diarias, sino que no nos deje caer en la tentación radical y definitiva de rechazar el Reino de Dios y abandonar la fe en Jesucristo. Sería el pecado contra el Espíritu Santo. El hecho de que Jesús incluya esta oración que transmite a sus que la tentación no es en la vida pasajero. Tiene que tratarse, más bien, de una situación verse el cristiano a lo largo de su vida. petición en el modelo de discípulos, nos lleva a pensar cristiana algo ocasional y permanente, con la cual ha de La Biblia, mundo espiritual de Jesús, destaca sobremanera este aspecto de riesgo y de lucha que tiene la vida y la fidelidad del creyente. La respuesta del hombre al Dios de la salvación no es una respuesta fácil, no es una respuesta pacífica. El hombre es probado en su fe, tiene que resistir y superar tentaciones, no puede dejarse vencer por los enemigos de su salvación, por los engaños y astucias del enemigo (Mc 4,13-20). En esta petición suplicamos a Dios que no nos permita tomar el camino que conduce al pecado. Se implora el espíritu de discernimiento y de fuerza. Pedimos la gracia de la vigilancia y la perseverancia final. Dios no tienta, no se le puede atribuir responsabilidad en nuestras tentaciones. “Dios ni es tentado por el mal, ni tienta a nadie” (St 1,13). Esta formulación es complicada. Tanto el griego como el latín apuntan a que no nos induzca a pecar el mismo Dios, lo cual no tiene ni pies ni cabeza. Pensar que Dios puede dejarnos caer o puede hacer que no caigamos es ridículo. La única manera de no caer es precisamente “la oración”, la toma de conciencia (conocimiento) de lo que verdaderamente soy y lo que es Dios. 6ª y 7ª petición: 1) PETICIONES O DESEOS: NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION Y LIBRANOS DEL MAL 2) COMPROMISO: Vigilar y orar con la firme confianza de que el bien triunfará sobre el mal 3) VIRTUD: a cultivar la FORTALEZA (uno de los 7 dones del Espíritu Santo) 4) VALOR que conseguimos cuando resistimos con fortaleza al mal: LA LIBERTAD, liberación. 1. NUESTRA DEBILIDAD El ser humano es libre y, a pesar de las circunstancias, tiene un margen para decidir la orientación de su vida. También al mismo tiempo somos débiles, amenazados desde COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014 dentro y desde fuera, expuestos a toda clase de peligros y riesgos que pueden arruinar su proyecto de vida. En todas personas conviven dos tendencias profundamente contradictorias. La tendencia a hacer el bien, por una parte, a buscar lo justo, a amar, a vivir en comunión, de manera fraterna. Por otra, la tendencia a dejarse arrastrar por el mal, a vivir encerrado en el egoísmo y la insolidaridad, a actuar de manera injusta y violenta. San Pablo hablaba de las obras que hacemos movidos por la carne y las que brotan del espíritu (Ga 5, 19-22). El misterio del mal nos amenaza siempre. En cualquier momento podemos caer en el egoísmo y la infidelidad: “Quiero hacer lo bueno, pero me encuentro fatalmente con lo malo”, decía San Pablo. Los hombres, respecto de Dios, vivimos en este mundo en una continua situación de prueba. Prueba que proviene, radicalmente, de nuestra misma naturaleza humana. Tanto las dificultades adversas como las favorables, ponen a prueba nuestra fe en Dios, nuestra fidelidad. El sufrimiento, la soledad, las persecuciones o la simple incomprensión y, por encima de todo, la muerte nos ponen en situaciones difíciles, en las que resulta arduo creer de verdad que Dios, el Dios padre y misericordioso de Jesús, está a nuestro lado. De siempre el dolor humano ha sido una tentación para el hombre contra la bondad, la providencia y la misma existencia de Dios (Job, 10). 2. LA TENTACIÓN La palabra griega que se encuentra en el original puede significar “prueba”, es decir, una experiencia que, incluso siendo dura y difícil, puede ayudar a crecer en el bien. En la tradición bíblica se habla con frecuencia de estas pruebas. Los creyentes de Israel lo consideran algo positivo: “Sondéame, Señor, y ponme a prueba, examina mi corazón y mis entrañas” (Sal 26,2). También puede significar “tentación”, es decir, incitación al mal. Sería una experiencia o situación encaminada a hacer caer en el pecado. En el Padrenuestro se está pensando en esta tentación de índole maligna. Por eso unimos estas dos últimas peticiones en una: no nos dejes caer en la tentación y líbranos del maligno. No pedimos a Dios que nos evite la tentación, sino que nos ayude a no caer en ella. Pedimos que no nos deje solos, a merced de nuestras débiles fuerzas. “No te pido que los quites del mundo, sino que los guardes del maligno” (Jn 17,15) Nada impide que cuando pedimos ser liberados “del mal”, incluyamos también todos los males, pasados, presentes y futuros. Así nos expresamos, después del Padre nuestro, en la celebración eucarística. Esta plegaria nos brinda el lado positivo: “concédenos la paz en nuestros días, para que vivamos siempre libres de pecado, esperando su venida”. Vencido el Mal, llegará el Reino, los cielos y la tierra nueva. COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014 Es la tentación de rechazar a Dios, de cerrarnos al amor, a su Reino y a su justicia, para sustituirlo por nuestro propio egoísmo. Jesús habla de la tentación final, de carácter escatológico, que se hace realidad para cada individuo en su propia vida concreta. La vivió Jesús en el momento de su pasión, al experimentar el rechazo del pueblo, la infidelidad de los discípulos e incluso el abandono de Dios. A lo largo de esta exposición las palabras prueba y tentación fácilmente se intercambian. Y es que la prueba se convierte fácilmente en tentación. Y la tentación es también prueba. Pero para ser finos en nuestros pensamientos tendríamos que decir que Dios prueba, solamente el demonio tienta. Dios permite situaciones dolorosas o difíciles donde tengamos que recurrir a El afianzando y manteniendo nuestra fe contra todas las apariencias, porque El quiere nuestro crecimiento en la comunicación con El, verdaderamente libre y amorosa. Pero estas situaciones se convierten o se pueden convertir en positivas inducciones al mal, al pecado y a la perdición. 3. NO NOS DEJES CAER Dios es el que, en medio de las pruebas, da fuerzas para que las superemos.” Podéis confiar en que Dios no permitirá que seáis puestos a prueba por encima de vuestras fuerzas; al contrario, junto a la prueba, os proporcionará fuerzas suficientes para superarlas (1 Cor 10, 13)”. No es Él quien nos hace entrar en la tentación: “Cuando uno se vea tentado, no diga que Dios lo tienta, porque Dios ni es tentado por el mal ni tienta a nadie. “A cada uno le viene la tentación cuando su propio deseo lo arrastra y seduce” (Sant 1, 13-14)”. El mal aparece como un negro pozo sin fondo: mal físico, moral, social, los peligros, las angustias… toda esa cara oscura de nuestra condición humana, hasta que, libres del mal, “ya no haya lágrimas, ni muerte, ni luto, ni llanto, ni pena” (Ap 1,4). Esto es lo que pedimos a Dios. Le pedimos que no nos deje ceder a la tentación. No suplicamos no ser tentados sino no ceder o sucumbir cayendo en la trampa que se nos tiende en la tentación. Que la tentación se resuelva con éxito por nuestra parte. Así lo decía Jesús en su oración: “No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del Maligno (Jn 17, 15)”. Rezando el Padrenuestro seguimos la invitación de Jesús: “Velad y orad para que no caigáis en tentación, que el espíritu está pronto, pero la carne es débil (Mc 14, 38)”. Somos conscientes de la fuerza del mal, que amenaza siempre nuestra fe pequeña y frágil, pero acudimos confiados a Dios para pedir su protección bondadosa. Aun en medio de la tentación y del mal podemos contar con Dios, nuestro Padre querido, y con su fuerza poderosa frente al mal. Pedimos que no nos deje caer—o entrar— en la tentación, que nos libre del mal. Y El nos libra ya mientras estamos haciendo esta súplica, porque nuestra misma oración es antídoto contra la tentación y contra el mal. Somos fuertes cuando invocamos a Dios como Padre, sintiéndolo cerca de nosotros acogedor, misericordioso, fuente y garantía de nuestra vida: Padre mío y Padre de todos mis hermanos, de todos los demás hombres que son hermanos míos a la sombra del mismo Padre. Somos fuertes, cuando lo sentimos y lo proclamemos santo, es decir diferente y vivo, sólido y auténtico, permanente y definitivo. Porque El es santo, podemos nosotros ser COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014 también santos; o, por lo menos, no resignarnos al pecado, no sucumbir al engaño del pecado. 4. COMPROMISO: VIGILAR Y ORAR “Velar y orar” significa tomar conciencia de nuestra propia debilidad. No caer en el orgullo o la autosuficiencia ni tampoco en la inconsciencia. Necesitamos vigilar y orar, es decir, mantener activa nuestra LIBERTAD PERSONAL y CONFIAR en la gracia de Dios, nuestro Padre. Vigilar significa ser lúcidos, mantenerse despiertos, vivir atentos. Jesús llama “velar constantemente”, con responsabilidad. Vigilar con responsabilidad, no como aquél que fue a visitar al maestro espiritual y le dice: “Tengo tanta confianza en Dios que he dejado afuera el camello sin atar”. -“Pues vete a atar tu camello, so idiota, porque Dios no se ocupa de lo que nosotros podemos hacer”. Hemos de vivir sin relajarnos nunca ante el mal, combatiendo con todas nuestras fuerzas, reafirmándonos una y otra vez en la fe. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará (Mc 13, 13)”. Esta actitud vigilante debe ir acompañada por la oración. Así lo entendía el P. Luis Amigó con estas palabras: “Rogamos a los padres de familia que no dejen de rezar el rosario con sus hijos diariamente para que, a la vez que les den este buen ejemplo que nos legaron nuestros padres, atraigan sobre sí y sus hijos la divina misericordia y las gracias necesarias para su santificación y salvación, de la que es depositaria y dispensadora la Santísima Virgen”1. Nuestra debilidad es grande. Solo con la fuerza de Dios en nosotros podemos vencer. De esta confianza brota nuestra oración. El mal no tiene la última palabra ya que permanece subordinado a un plan superior, que es el de nuestro Padre. El mal no es tan poderoso que Dios no lo pueda dominar. El bien vence al mal. Tarde o temprano. El Espíritu del Bien es más poderoso. “Nada más claro que el lenguaje de las Sagradas Escrituras cuando quieren demostramos la necesidad que tenemos de la oración para salvamos: "Es menester orar siempre y no desmayar"... "Vigilad y orad para no caer en la tentación". "Pedid y se os dará"... Está bien claro que las palabras es menester, orad, pedid significan y entrañan un precepto y grave necesidad». San Alfonso María de Ligorio, advierte “el gran medio de la oración sobre la actitud de aquéllos que menosprecian la oración como medio salvífico”: «El impío Wicleff, según su errado entender, nos dice que “orar no es otra cosa que obrar bien. Fue éste un error que expresamente condenó la santa Iglesia». A fin de cuentas, «la gracia de la salvación eterna no es una sola gracia; es más bien una cadena de gracias, y todas ellas unidas forman el don de la perseverancia. A esta cadena de gracias ha de corresponder otra cadena de oraciones, si es lícito hablar así, y, por tanto, si rompemos la cadena de la oración, rota queda la cadena de las gracias que han de obtenernos la salvación y estaremos fatalmente perdidos». Ciertamente, Nuestro Señor Jesucristo advierte que en el Juicio Final seremos juzgados por la caridad ejercida: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de 1 OCLA (Obras Completas de Luis Amigó), n. 324 COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014 todos sus ángeles... pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre.... porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme"... Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a Mí me lo hicisteis"» (Mt 25, 31-40). Los de la izquierda, lo sabemos, irán a la condenación eterna por negarse a realizar buenas obras en favor de sus hermanos. Entonces, si la Biblia enseña que la salvación está ligada a la actuación humana, ¿por qué habría de ser necesaria la oración? Porque la misma Escritura nos presenta a Jesucristo advirtiéndonos: «Sin Mí nada podéis hacer» (Jn 15, 5). Y es cierto: sin orar no podemos permanecer mucho tiempo sin pecado. Dice el doctor Leonardo Lessio, sacerdote del siglo XVII: «No se puede negar la necesidad de la oración a los adultos para salvarse sin pecar contra la fe, pues es doctrina evidentísima de las Sagradas Escrituras que la oración es el único medio para conseguir las ayudas divinas necesarias para la salvación eterna». 5. LIBRANOS DEL MALIGNO, DEL MALO Tiene gran relación con la petición anterior. No le pedimos a Dios que nos libere de los males, problemas y dificultades de cada día, para poder vivir de manera tranquila y despreocupada. Lo que pedimos al Padre es que nos libre del Maligno que nos puede alejar del Reino de Dios y de la vida. En los evangelios se habla con frecuencia del Maligno, que lucha contra el reinado de Dios. Se le llama el tentador (Mt 4, 3), el enemigo (Mt 13, 39), homicida y mentiroso (Jn 8, 44), jefe del mundo (Jn 12, 31). Es el que siembra cizaña entre el trigo del Reino (Mt 13, 25). Por una parte Jesús lo ve “Caer del cielo como un rayo” (Lc 10, 18), luego su poder está vencido. Por otra, está entre nosotros, “aunque le queda poco tiempo (Ap 12, 12)”. Tiene sentido la petición, pero su pudiera librarnos del mal y no lo manera de librarnos del mal es el de Jesús está encaminado a engaño, del error, de la mentira. mal sin el conocimiento del bien. malo para mí, nunca elegiría el significado está más allá. Si Dios hiciera, no sería Dios. la única conocimiento. Todo el mensaje librarnos del mal, es decir, del No hay manera de librarnos del Si yo supiera lo que es bueno o mal. Se puede entender la petición de que nos libre del Maligno pero también que los libre del mal, del pecado, de lo que se opone al Reino de Dios. La creación nació buena de las manos de Dios (Gn 1, 31). Pero constatamos con dolor la presencia del mal: el pecado, la injusticia, el hambre, las desgracias, la enfermedad, la muerte… A Dios rogando y con el mazo dando: “Penitencia y oración. Ved aquí, amados hijos, las dos alas con que nos hemos de remontar hasta el trono de la misericordia de Dios, para implorar el perdón de nuestros pecados y de los del mundo con la seguridad de conseguirlo”2 –diría el P. Luis Amigó. 6. NUESTRA LUCHA CONTRA EL MAL 2 OCLA, 656 COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014 ¿Por qué este mal? ¿De dónde proviene? ¿Qué sentido puede tener? Esta pregunta no sabe responderla el ser humano así que en el Padrenuestro decimos: Líbranos del mal. Pedimos a Dios que manifieste su victoria sobre el Mal, venciendo a Satanás que se opone a su plan de salvación. Esta petición conecta directa y expresamente con otra de Jesús, después de la Ultima Cena: “no te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal” (Jn 17,15). Sabemos que somos responsables del mal del mundo, pero también víctimas. El pecado no solo está dentro del corazón de las personas sino en las estructuras y en la historia humana. En las instituciones, en los sistemas injustos, en las culturas y en las costumbres inmorales. Es lo que llama San Juan el “pecado del mundo” (Jn 1, 29). Cuando le pedimos a Dios que nos libre del mal, le pedimos que nos arranque del mal que nos acecha, que nos salve a tiempo del peligro, que no nos abandone al poder de ese mal que parece invadir la historia y penetrarlo todo. Ante el mal la actitud del creyente no es de miedo sino de confianza grande en el Padre. “Nos arrancó del dominio de las tinieblas, para trasladarnos al reino de su Hijo querido, por quien obtenemos la redención, el perdón de los pecados” (Col 1, 13). Aunque el mal no tenga la última palabra, sigue actuando. La creación sigue “aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios”, vivimos con la esperanza de que un día “se verá liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Rom 8, 19-21). La libertad es el valor que indicamos que se consigue practicando la virtud de la fortaleza, don del Espíritu Santo. Aquí está la base de la Teología de la Liberación que hará frente. Quien pide la liberación del mal ha de estar dispuesto a hablar contra él con todas sus fuerzas, siguiendo a Jesús, que se entregó a hacer el bien y a liberar a las gentes del sufrimiento, de la injusticia y del pecado. Para San Pablo solo hay una forma de luchar contra el mal, es “hacer el bien”: “No te dejes vencer por el mal, vence el mal a fuerza de bien (Rom 12, 21); “mirad que nadie devuelva mal por mal; al contrario, procurar siempre haceros el bien unos a otros y a todos” (1 Tes 5, 18). “El Señor nos previno que, si queríamos seguirle, empezásemos por negarnos a nosotros mismos, que amásemos a nuestros enemigos e hiciésemos bien a los que nos odian y calumnian; que velásemos y orásemos para no caer en la tentación; que no quisiéramos atesorar los bienes de la tierra, que son caducos y perecederos” 3 en palabras de Luis Amigó. El creyente lucha contra el mal con la confianza puesta en Dios Padre. Él es el que libra de todo mal (Sab 16, 8)”. El que reza el Padrenuestro lo hace con esta convicción: “si Dios está a favor nuestro, ¿quién podrá estar en contra?” (Rom 8, 31). La primera palabra del Padre nuestro es “Padre”; la última el “mal”. El Padrenuestro es la oración confiada de un hijo que eleva su plegaria al Padre al verse amenazado por el mal. “Padre, líbranos del mal”. Jesús concibió esta oración para ser pronunciada diariamente por sus discípulos, pues recoge y expresa el espíritu con el que ha de vivir su verdadero seguidor. 3 OCLA, 857 COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014 Ya casi en el último instante de nuestra oración, tensamos el arco, tensamos los músculos… y lanzamos hacia Dios este grito-súplica, mientras nos enfrentamos ante el problema del mal, las raíces del mal y las fuerzas del mal. La plegaria es corta, pero es densa, intensa… Tradicionalmente terminamos el Padrenuestro con la palabra “amén”, que no aparece en el texto original de los evangelios. Esta palabra que se utilizaba en el culto de la sinagoga, viene de una raíz hebrea que sugiere la idea de verdad, seguridad, firmeza, confianza. Significa algo así como “ciertamente”, “verdaderamente”, “así es”, “así ha de ser”. Es como decir así quiero orar siempre. Así quiero vivir. Que nuestra oración sea siempre escuchada, por nosotros, por nuestro mundo y por la Iglesia que te suplicamos conceda plena comunión. Que nos esforcemos en recorrer el camino que nos queda, deseando la unidad tal como Tú la quieres y por los caminos que Tú quieras. Tenemos que respirar, decir un Amen confiado y seguro porque nos sentimos y estamos en las manos de Dios, Padre nuestro. 1) VEO, VEO… palabras que empiezan por T de Tentación 2) Compromiso: VIGILAR Y ORAR. Elegir un don del Espíritu Santo y averiguar su significado. 3) Concretar qué vamos a aportar a la Asamblea después del año recorrido. COOPERADORES AMIGONIANOS - NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN - Tema SEPTIMO CURSO 2013-2014