10 La gaceta 10 de mayo de 2010 MARTHA EVA LOERA N icolás Maquiavelo es conocido por una frase que jamás escribió: “El fin justifica los medios”. Sin embargo, ésta resume su punto de vista plasmado en El Príncipe, un tratado cuyo objetivo es orientar a los soberanos sobre cómo conquistar el poder y mantenerse en él. La falta de escrúpulos y carencia de compasión son dos de las características que debe tener un gobernante. Según Maquiavelo, el príncipe debe hacer a un lado los principios religiosos, que tiene como base el cristianismo, y actuar de acuerdo a sus intereses. El autor renacentista parte del principio de que los hombres son malos por naturaleza y nunca van a cambiar. Las frases y calificativos que reflejan este pesimismo en torno al ser humano están presentes en su obra. Destaca que los hombres “son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro”. Señala que “se comportarán siempre mal, mientras la necesidad no los obligue a lo contrario”. Los hombres, de acuerdo a El Príncipe, deben ser conquistados o eliminados. El soberano, entonces, debe echar mano al engaño y la hipocresía cuando convengan. No debe cumplir una promesa si hacer lo contrario le perjudica. Para que el príncipe sea fuerte y mantenga a raya a los enemigos, nada mejor que ser temido. Esto es más seguro que ser amado. La crueldad es un buen recurso para conservar el poder. Sin embargo, tiene que hacer buen uso de la ignominia. Todo usurpador que se apodera de un estado —aconseja Maquiavelo— debe reflexionar sobre los crímenes que necesita cometer e incurrir en todos a la vez. En cambio, los beneficios debe otorgarlos poco a poco para que sean más apreciados por el pueblo. Este autor italiano consideraba como muy importante el no atentar jamás contra la propiedad —a no ser que se mate al propietario—, porque siempre habrá por parte de la persona afectada el deseo de venganza. El código de crueldad para Maquiavelo está sujeto a razones de Estado. El Hombre que al describió PODER Nicolás Maquiavelo escribió El Príncipe en una época convulsa. Hoy su tratado sigue siendo vigente, sobre todo en lo que refiere a la manipulación de los discursos y a los eufemismos de los gobernantes 3 Maquiavelo, una estatua, en Italia. Foto: Archivo Maquiavelo no inventa nada nuevo. Es un escritor que se basa en la realidad italiana de finales del siglo XV y primera mitad del siglo XVI. Simplemente observa y retrata el ambiente de su época donde la tiranía señorial destruyó la autonomía municipal y donde el asesinato era un medio cotidiano para obtener el poder. De las victorias y fracasos de diversos príncipes, reyes y conquistadores contemporáneos y del pasado, Maquiavelo saca conclusiones que lo ayudan a establecer normas de libro Sin descubrir el hilo negro conducta a seguir por el príncipe. Señala el caso de Luis XII de Francia, quien ocupó Milán, pero perdió la ciudad; el caso de Alejandro Magno, quien logró instalarse en el reino de Darío sin que los sucesores de éste se sublevaran después de su muerte; de Agatocles, que a pesar de su origen plebeyo logró convertirse en rey de Siracusa, entre otros. En la obra exalta como modelo a seguir a César Borgia, el hijo del Papa Alejandro VI, personaje que se caracterizó por su sed de poder, defecto que lo llevó a cometer numerosos crímenes. Son bien conocidos los métodos que utilizaba. En cierta ocasión ofreció una comida de amistad, en su castillo de Sinigaglia, a sus enemigos políticos Vitelozzo Vitelli, Oliverotto da Fermo y dos señores de la familia Orsini. Aparentó que quería reconciliarse con ellos, pero cuando los tuvo en su poder los apresó y los mandó estrangular. Otro incidente narrado por Maquiavelo es el que protagonizó Messer Ramiro del Orco, hombre cruel en quien César se apoyó para pacificar por los medios que fueran la Romaña, pero una vez alcanzado ese objetivo y queriendo congraciarse con el pueblo lo mandó abrir en canal. Su cadáver fue exhibido en plaza pública. Cambio constante de chaqueta En 1494, la república fue reactivada en Florencia y la familia Médicis perdió el poder. Durante su mandato, Nicolás Maquiavelo sirvió en la burocracia y siguió desempeñando cargos públicos después de su caída. En 1498 fue elegido secretario de la segunda cancillería de Florencia y encargado por ello de diversas misiones diplomáticas. En una de ellas conoció a César Borgia. Por voluntad del Papa Julio II, el poder en Florencia volvió a manos de los Médicis en 1512. Este cambio no benefició a Nicolás Maquiavelo. Como ex servidor de la república era sospechoso. Fue acusado de conspiración contra los Médicis y torturado, pero no hizo confesión alguna. Entre agosto y diciembre de 1513, Maquiavelo escribió El Príncipe. El libro fue dedicado a Lorenzo Piero de Médicis, quería ganar su simpatía. Once años después cayeron de nuevo los Médicis, entonces Maquiavelo trata de congraciarse con la nueva república, pero ésta no aceptó sus servicios. Nicolás Maquiavelo muere en 1527. Su libro fue leído por Benito Mussolini, (1883-1945), quien lo consideró un teórico del Estado totalitario. Federico II de Prusia calificó a Maquiavelo como consejero de políticos ladrones y asesinos y Sir Walter Raleigh (1552-1618), uno de los principales consejeros de la reina Isabel I de Inglaterra, inspirado en Maquiavelo escribió The Prince, or Maxims of State [