PRIMER MANDAMIENTO La Virtud de la religión

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PRIMER MANDAMIENTO
La Virtud de la religión: “Es la virtud que postula y exige que se dé a Dios el culto debido”
(Santo Tomas de Aquino, Suma Teológica II-II, q. 81, a. 5).
La razón para dar culto a Dios es doble:
Por parte de Dios: a causa de su inmensa grandeza (se manifiesta en la creación). El culto es el
reconocimiento de la majestad creadora divina.
Por parte del hombre: el culto es la aceptación agradecida hacia esa inmensa grandeza. Lleva
a constatar que nuestra existencia es don de Dios al cual retornaremos al final de la vida terrena.
Triple etimología de la palabra “religión”, según los autores, Esa triple etimología permite ver
hasta qué punto la religión da sentido a la vida del hombre.
Religare (atar): el hombre religioso es un ser estrechamente unido (“religado”) a Dios.
Reeligere (re-elegir): el hombre religioso es aquel que en su existencia siempre elige a Dios, al
cual ama sobre todas las cosas.
Relegere (re-leer): la condición racional del hombre le permite interpretar (“leer”) las
incógnitas de la existencia desde Dios.
Actos de la virtud de la religión: adoración, desagravio, acción de gracias y petición.
Adoración: El AT abunda en invitaciones a que se adore al Señor y se le dé culto. Para Jesús,
los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad (Jn 4, 23-24). Invita a sus
discípulos a que adoren al Padre (Lc 4, 8), y Él mismo es adorado por sus discípulos (Lc 5, 89). Los Apóstoles confiesan la gloria de Dios (1 P 4, 11: “En todo sea Dios glorificado por
Jesucristo. Para Él es la gloria y el poder por los siglos de los siglos”). El Apocalipsis rememora
el culto a Dios y a Jesucristo en términos solemnes (Ap 15, 3-4).
Desagravio: Al reconocer la grandeza de Dios y adorarle, el hombre reconoce sus pecados y
siente la necesidad de desagraviar por ellos. El desagravio por los propios pecados es una
práctica generalizada en el AT y el NT. Jesús inicia su predicación con la llamada a la
conversión y a la penitencia (Mt 4, 17). El Bautista le presenta como “el cordero de Dios que
quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29). Jesús advierte a menudo acerca de la necesidad de hacer
penitencia. Encarga a los Apóstoles que “prediquen en su nombre la penitencia para la remisión
de los pecados a todas la naciones” (Lc 24, 47).
Acción de gracias: Cuando el hombre descubre la grandeza de Dios, se reafirma en que todas
sus cosas son un don divino, por lo que entona un himno de acción de gracias. En el AT
frecuentes acciones de gracias: cánticos de Moisés (Ex 15, 1-20), de Débora y Baraq (Jue 5), de
David (2 Sam 22, 2-51), etc. En el NT: Magníficat, cántico de Simeón... están las diversas
acciones de gracias de Jesús: resurrección de Lázaro (Jn 11, 41), al Padre que “haya ocultado
aquellas cosas a los sabios y prudentes y las haya revelado a los humildes” (Lc 10,21)... También
acciones de gracias en los escritos de los Apóstoles. Eucaristía.
Oración de petición: Mt 7, 7: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.
Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre”. Hay muchos
testimonios de oración de petición en el AT (Abraham a favor de Sodoma y Gomorra, Moisés
por el pueblo, Salmos, etc.). Jesús pide al Padre que envíe el Espíritu Santo (Jn 14, 16), “que les
guarde en mi nombre” (Jn 17, 6-9), “que sean uno como nosotros” (Jn 17, 11), etc.
La llamada de Dios es individual y la respuesta del hombre es personal. Pero se expresan
también con manifestaciones públicas: porque el hombre es un ser social por naturaleza, y por la
índole propia de la religión que se manifiesta en ritos, costumbres, instituciones, fiestas, etc., que
atañen a la entera sociedad. Esta dimensión social de la religión requiere que sea aceptada y
protegida por el poder político. Cabe que la Constitución de una nación se declare “laica” (no
reconoce oficialmente ninguna religión concreta), pero el estado debe acoger, favorecer y
ayudar a que los individuos puedan desarrollar sus derechos, entre ellos el de dar culto a Dios
también públicamente. Defender la “libertad religiosa”.
El Estado laico no profesa oficialmente ninguna religión, pero debe favorecer el culto privado
y público de los ciudadanos, bien se manifieste individualmente o en grupo. El Estado laicista
suele adoptar posturas beligerantes e incluso hostiles contra los grupos religiosos, lo cual se
opone a los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Pecados contra la virtud de la religión:
Por defecto (no se cumplen los preceptos relativos al culto debido a Dios): ateísmo,
agnosticismo, apostasía, herejía, dudas voluntarias, indiferentismo, alistarse a la masonería
(recordado en 1983 por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe).
Por exceso (se hace un uso indebido del culto divino): idolatría, superstición, adivinación,
magia.
Para evitar el riesgo de politeísmo de los pueblos vecinos, Dios prohibió que se le representase
con cualquier tipo de imagen (Dt 4, 15-16). Pero desde que Dios se encarna y se hace hombre,
tal peligro desaparece. La Iglesia admite y fomenta que los misterios cristianos se representen en
imágenes. La herejía iconoclasta que apareció en el siglo VIII fue condenada por el II Concilio
de Nicea (787), que propone que los fieles veneren las imágenes de la Trinidad, Cristo, la Virgen
y los Santos. Decía san Basilio: “el honor de la imagen se dirige al original” (De Spiritu Sancto
18, 45, PG 32, 149).
Ante la majestad divina, el hombre se postra en actitud de profunda y total adoración. Pero
sólo adora el que admira, y sólo son capaces de descubrir la admiración las personas humildes
(pobres o ricos): buscan respuesta a las preguntas últimas de la existencia humana y concluyen
que sólo en Dios se encuentra la respuesta adecuada. Después de descubrir el camino, es preciso
recorrerlo: la humildad debe acompañar la obediencia.
1.- ¿en qué consiste la virtud de la religión, según Santo Tomas de Aquino?
Es la virtud que postula y exige que se dé a Dios el culto debido.
2.- ¿Cuáles son los actos propios de la virtud de la religión?
Adoración, desagravio, acción de gracias y petición.
3.- ¿si un país se declara “laico”, quiere decir que en ese lugar no puede haber ningún tipo
de culto?
No, el estado debe acoger, favorecer y ayudar a que los individuos puedan desarrollar sus
derechos, entre ellos el de dar culto a Dios también públicamente.
4.- ¿Cuáles son los pecados contra la virtud de la religión?
Por defecto: ateísmo, agnosticismo, apostasía, herejía, dudas voluntarias, indiferentismo,
alistarse a la masonería (recordado en 1983 por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la
Fe).
Por exceso: idolatría, superstición, adivinación, magia.
5.- ¿Cuál era el sentido de prohibir imágenes al pueblo de Israel?
Para evitar el riesgo de politeísmo de los pueblos vecinos, Dios prohibió que se le representase
con cualquier tipo de imagen (Dt 4, 15-16).
6.- ¿Qué opinas de la frase de san Basilio: “el honor de la imagen se dirige al original?
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