2 S ECCIÓN TRIBUTARIA INFORME • Criterios generales para la deducción de gastos ................................................................................................ 5 OPERATIVIDAD TRIBUTARIA • Tratamiento tributario y contable de los contratos de colaboración empresarial ................................................. • ¿A partir de cuándo se aplica el saldo a favor del Impuesto a la Renta del Ejercicio 2010? ................................. 9 13 PRÁCTICA TRIBUTARIA • Sobre los sistemas de pagos adelantados del I.G.V ............................................................................................. 15 CONSULTORIO TRIBUTARIO • Impuesto Temporal a los Activos Netos – ejercicio 2011 ................................................................................... 19 JURISPRUDENCIA TRIBUTARIA • ¿Qué condiciones deben cumplirse para que la presentación de un recurso de reclamación contra una orden de pago suspenda la cobranza coactiva? ............................................................................................................ 23 LEGISLACIÓN COMENTADA AL DÍA ................................................................................................................... 25 SUMILLAS INFORMES SUNAT • Aplicación del saldo a favor del Impuesto a la Renta .......................................................................................... 26 SÍNTESIS JURISPRUDENCIAL • ¿A partir de cuándo se aplica el saldo a favor del Impuesto a la Renta? .............................................................. 26 INDICADORES TRIBUTARIOS .............................................................................................................................. 27 Informe Tributario Criterios generales para la deducción de gastos C.P.C. Fernando Effio Pereda / Maestría en Política y Administración Tributaria / Asesor y Consultor Contable Tributario / Miembro del Staff de la Revista Asesor Empresarial. 1. CUESTIONES GENERALES Comenzando un nuevo ejercicio, las personas vinculadas con el quehacer contable, tienen nuevamente la preocupación de verificar si los gastos que están considerando en el 2011 cumplen con las condiciones para su deducción. Estas condiciones tienen que ver con criterios generales, los cuales son aplicables a todos los gastos de manera general, y en criterios específicos, los cuales son aquellos que regulan la deducción de cada gasto de manera particular. Sobre el particular, y tratándose de los primeros (criterios generales), podemos citar como ejemplo al principio de causalidad, a la acreditación fehaciente de las operaciones, o a la obligación de bancarizar. En tanto, tratándose de los segundos, podemos poner como ejemplo al límite cuantitativo del 0.5% sobre los ingresos brutos previsto para los gastos de representación. Como se observa de lo anterior, a efectos de deducir los gastos, resulta importante conocer estos criterios, pues ello redunda en la seguridad para la deducción de los mismos. Más aun debemos recordar que ello también tiene incidencia en el Impuesto General a las Ventas (IGV) pues recordemos que para utilizar el IGV de adquisición como crédito fiscal se debe cumplir entre otros requisitos que los bienes o servicios adquiridos, sean deducibles para efectos del Impuesto a la Renta. En ese sentido, si éstos no son deducibles (por que no cumplen con los criterios para su deducción), no podría tomarse crédito fiscal alguno. Considerando lo antes señalado, y mostrada la importancia del tema, a continuación desarrollamos cada uno de los criterios generales que se deben considerar para la deducción de gastos, señalándose además diversa jurisprudencia relacionada con cada uno de ellos. 2. PRINCIPIO DE CAUSALIDAD El Principio de Causalidad ha sido desarrollado en el primer párrafo del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta, señalándose que son deducibles como gastos aquellos que cumplan con dos requisitos fundamentales: • Que sean necesarios para producir la renta • Que sean necesarios para mantener la fuente PRINCIPIO DE CAUSALIDAD Los gastos deben ser necesarios para producir la renta Los gastos deben ser necesarios para mantener la fuente Bajo este principio, sólo son deducibles aquellos gastos que guarden una relación causal directa con la generación de la renta o con el mantenimiento de la fuente en condiciones de productividad. Es decir, no es necesario que se cumplan las dos condiciones, sino que basta que se cumpla con una de ellas para poder deducir el gasto. En relación a este criterio, el Tribunal Fiscal en diversa jurisprudencia, tales como en la RTF Nº 9473-5-2001 (28.11.20001) ha definido a este criterio como “… la relación que debe existir entre los gastos incurridos y la generación de renta o mantenimiento de su fuente, el mismo que debe analizarse – en cada caso particular – considerando los criterios de razonabilidad y proporcionalidad, atendiendo a la naturaleza de las operaciones realizadas por cada contribuyente, el volumen de éstas, etc, elementos que pueden llegar a determinar que mientras la adquisición de un mismo bien si constituya un gasto deducible para una empresa, para otra no lo sea”. De la misma forma en la RTF Nº RTF Nº 00835-3-1999 (28.10.1999) el ente resolutor señaló que “De acuerdo a la naturaleza del Impuesto a la Renta aplicable a las empresas, tal como está regulado en nuestra legislación dicho impuesto debe recaer sobre las ganancias efectivamente obtenidas al final de un ejercicio, las que se determinan deduciendo del total de ingresos netos obtenidos por la empresa, los gastos y/o costos que éstos hubieran incurrido y que sean necesarios para producir dicha renta y para mantener su fuente. Estas definiciones se fundan en el Principio de Causalidad, el que se puede definir como SEGUNDA QUINCENA - MARZO 2011 5 SECCIÓN TRIBUTARIA la relación que debe existir entre los gastos y/o costos incurridos en la generación de rentas y en el mantenimiento de la fuente productora”. No obstante estas afirmaciones, es importante considerar que los gastos deducibles no sólo son aquellos que ayudaron a generar renta sino también aquellos que estuvieron dirigidos a tal objetivo, aun cuando no la hayan generado. En efecto, también cumplirían con el principio de causalidad, aquellos gastos dirigidos a generar determinada renta que no se concluyó, pues este principio implica que el gasto se dirija a un negocio del cual potencialmente se obtendrá ingresos, no siendo relevante si efectivamente éstos se generaron o no. 3. CRITERIOS PARA OBSERVAR LA CAUSALIDAD DE UN GASTO El último párrafo del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta prescribe que para efecto de determinar que los gastos cumplen con el Principio de Causalidad, los mismos deben cumplir con los siguientes criterios: a) Normalidad b) Razonabilidad c) Generalidad para los gastos d) Otros PRINCIPIO DE CAUSALIDAD Para acreditar este principio Esto último también ha sido considerado por el Tribunal Fiscal en variada jurisprudencia tales como en la RTF Nº 5355-12002 (13.09.2002) en donde resolvió que “Resulta razonable que una empresa evalúe a través de un informe técnico arquitectónico, si la inversión destinada a adquirir un local es adecuada o favorable para sus intereses, por lo que el gasto efectuado con ese fin cumple con el principio de causalidad, siendo irrelevante que dicha inversión se haya realizado”. Asimismo en la RTF Nº 03942-5-2005 (24.06.2005) el ente resolutor consideró que “Es insuficiente el sustento de la Administración Tributaria referido a que los gastos efectuados (desembolsados a una empresa que le presta servicios secretariales, de mensajería, de gestiones de compra y cobranzas) no son necesarios para las actividades de la recurrente (basándose sólo en que tales gastos no son razonables pues el único negocio concretado por la recurrente en el período acotado había sido el alquiler de su planta), pues el hecho que la recurrente no haya efectuado mayores negocios, no significa que no haya realizado actividades dirigidas a procurarse mayores ingresos aunque éstas no se concreten, siendo los montos razonables”. Es importante mencionar que el criterio de causalidad debe necesariamente acreditarse, pues de no ser así, inhabilitaría la deducción del gasto. Esto también ha sido expuesto por el Tribunal Fiscal en la RTF N° 4379-2-2002 (02.08.2002) en la que resolvió que “La recurrente indica que las adquisiciones reparadas se efectuaron para realizar trabajos de mantenimiento y refacción fuera del domicilio fiscal, sin embargo, no identifica el lugar donde tales labores se realizaron ni si correspondía a un establecimiento o instalación utilizado en el desarrollo de sus actividades comerciales generadores de renta gravada, en consecuencia, al no haberse acreditado la relación de causalidad del gasto, procede mantener el reparo”. 6 ASESOR EMPRESARIAL Deben ser normales Deben ser razonables Deben ser generales (cuando corresponda) Otros En ese sentido, de lo anterior resulta relevante analizar cada uno de estos criterios, verificando cuándo se cumple con ellos. a) Normalidad El primer criterio a observar para el cumplimiento del principio de causalidad, es el de Normalidad. Según este criterio, los gastos deben ser normales para la actividad que genera la actividad gravada. En relación a este criterio, es muy importante señalar que la normalidad dependerá de cada caso en particular, pues lo que podría ser normal para una empresa, no lo podría ser para otra. Un ejemplo ilustrará mejor este criterio. En la extracción pesquera, es normal que los grifos que proveen de combustible a las empresas que extraen los recursos hidrobiológicos, se comprometan a trasladarlo directamente a las embarcaciones de ésta, en alta mar, para lo cual, utilizan embarcaciones menores denominadas “chatas”, las que podrían ser de propiedad del grifo o alquiladas de terceros. En ese caso, el gasto por el alquiler de las chatas será normal para la actividad gravada1. El Tribunal Fiscal también ha considerado importante este criterio, pues en la RTF N° 1215-5-2002 del 06.03.2002) consideró que “La labor realizada por los promotores y vendedores de la recurrente 1 Esta situación también fue considerada por el Tribunal Fiscal, quien en la RTF Nº 02726-5-2003 (23.05.2003) señaló respecto de un caso similar que resultaba razonable que para la prestación del servicio pactado, la recurrente necesitara de una embarcación como la “chata” para transportar la carga desde mar adentro hasta tierra firme. exige que los trabajadores se movilicen de un lugar a otro constantemente y se mantengan comunicados con la empresa en todo momento (…), de lo que se concluye que tales pagos constituyen condición de trabajo en tanto, se trate de montos entregados al trabajador para el desempeño de sus funciones y no constituye beneficio o ventaja patrimonial directa para el trabajador”. Asimismo, en la RTF Nº 06392-2-2005 (20.10.2005) decidió que “A fin de analizar la razonabilidad y proporcionalidad de un gasto, deben considerarse criterios adicionales, como que los gastos sean normales de acuerdo con el giro del negocio, o que éstos mantengan cierta proporción con el volumen de las operaciones, entre otros, cuando la propia norma no disponga parámetros distintos ni los límite, criterios en función a los cuales es posible que pueda ocurrir que ante un gasto similar efectuado por dos empresas, éste no sea deducible para una de ellas y sí para la otra”. b) Razonabilidad La razonabilidad de un gasto está vinculada estrechamente a la proporcionalidad del mismo. Esto es así, pues para que un gasto sea deducible, el mismo debe ser razonable en relación con los ingresos del contribuyente, lo que debería implicar que exista una proporcionalidad con estos últimos. En relación con estos criterios, el Tribunal Fiscal en reiterada jurisprudencia ha confirmado este criterio. Así por ejemplo en la RTF Nº 9473-5-2001 (28.11.20001) resolvió que “El principio de causalidad es la relación que debe existir entre los gastos incurridos y la generación de renta o mantenimiento de su fuente, el mismo que debe analizarse – en cada caso particular – considerando los criterios de razonabilidad y proporcionalidad, atendiendo a la naturaleza de las operaciones realizadas por cada contribuyente, el volumen de éstas, etc, elementos que pueden llegar a determinar que mientras la adquisición de un mismo bien si constituya un gasto deducible para una empresa, para otra no lo sea”. Así también en la RTF Nº 014651-2005 (08.03.2005) tuvo similar criterio al resolver que “La legislación del Impuesto a la Renta recoge el Principio de Causalidad como regla general para admitir la deducibilidad o no de los gastos y así determinar la renta neta de las empresas, debiendo merituarse si el monto del gasto corresponde al volumen de las operaciones del negocio correspondiendo examinar la proporcionalidad y SECCIÓN TRIBUTARIA razonabilidad de la deducción así como el “modus operandi” de la empresa”. Como se observa de lo anterior, a efecto de deducir un gasto, se debe verificar si el mismo es razonable de acuerdo al nivel de ingresos del contribuyente. Ello significa por ejemplo que si un determinado gasto cumple con el principio de causalidad, pero el monto del mismo, no es razonable en relación con los ingresos del contribuyente, el gasto sólo sería deducible hasta lo que se entienda por razonable. Sin embargo, debe recordarse que además de la razonabilidad, los gastos deben guardar cierta proporción entre el monto de estos conceptos y el volumen de operaciones, es decir deberían ser proporcionales. c) Generalidad Los incisos l) y ll) del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta señala que son deducibles de la Renta Bruta de tercera categoría, a fin de determinar la Renta Neta, entre otros gastos: • Los aguinaldos, bonificaciones, gratificaciones y retribuciones que se acuerden al personal, incluyendo todos los pagos que por cualquier concepto se hagan a favor de los servidores en virtud del vínculo laboral existente y con motivo del cese. • Los gastos y contribuciones destinados a prestar al personal servicios de salud, recreativos, culturales y educativos; así como los gastos de enfermedad de cualquier servidor. Adicionalmente, serán deducibles los gastos que efectúe el empleador por las primas de seguro de salud del cónyuge e hijos del trabajador, siempre que estos últimos sean menores de 18 años, a menos que éstos se encuentren incapacitados. Tratándose de estos gastos, el último párrafo del artículo 37º de la Ley del Impuesto a la Renta establece que a fin de deducirlos debe evaluarse si los mismos, además de ser normales y razonables (y proporcionales) en relación con la actividad del contribuyente y los ingresos del contribuyente, respectivamente, cumplen con el criterio de generalidad. Sobre el particular debe indicarse que el criterio de generalidad, no implica otorgar los beneficios antes señalados a todos los trabajadores, sino que el contribuyente debe determinar quiénes son los beneficiarios, tomando en consideración la especial posición o condición que tuvieran dentro de la empresa. Así por ejemplo, si una empresa desea otorgar una gratificación extraordinaria por aumento en la utilidad a determinados trabajadores, se cumplirá con el criterio de generalidad si éstos, desde su especial posición o condición contribuyeron efectivamente a generar los mayores beneficios para la empresa. Así también lo considera el Tribunal Fiscal. Así, en la RTF 01752-1-2006 (31.03.2006), resolvió que “Las Gratificaciones Extraordinarias para que cumplan con el principio de generalidad tienen que haber sido otorgadas con carácter general a todos los trabajadores que se encuentren en condiciones similares, para lo cual deberán tomarse en cuenta entre otros, la jerarquía, nivel, antigüedad, rendimiento, área, zona geográfica”. No obstante esto, debe entenderse que en razón de estos criterios (jerarquía, nivel, antigüedad, rendimiento, área, zona geográfica, entre otros), es posible que el beneficio corresponda a un solo trabajador. Esto también ha sido observado por el Tribunal Fiscal quien en su RTF 02230-2-2003 (15.04.2005) señaló que “La generalidad del gasto observado debió verificarse en función al beneficio obtenido por funcionarios de rango o condición similar, dentro de esa perspectiva, bien podría ocurrir que dada la característica de un puesto, el beneficio corresponda sólo a una sola persona, sin que por ello se incumpla con el requisito de generalidad”. 4. EL DEVENGO Otra de las condiciones que debe cumplirse para que un gasto sea deducible, es que el mismo se haya devengado. Así lo señala, el artículo 57º de la Ley del Impuesto a la Renta según el cual, las rentas así como los gastos de la tercera categoría se imputan en el ejercicio en que se devengan. Sobre el particular, debe considerarse que la norma tributaria, no ha efectuado una definición de este concepto. No obstante lo anterior, es preciso considerar que la norma contable si efectúa una definición del término “devengado”. Así según el párrafo 22 del Marco Conceptual para la Preparación y presentación de los estados Financieros, se señala que por el devengo, “los efectos de las transacciones se reconocen cuando ocurren y no cuando se cobran o se pagan, asimismo se registran en los libros contables y se informa sobre ellos, en los estados financieros de los ejercicios con los cuales se relacionan”. Para efectos tributarios, la definición de devengado no varía mucho, pues se toma como criterio de devengo al momento en que nace la obligación a un pago, aunque no se haya hecha efectiva, es decir, la sola existencia de una obligación a efectuar el pago de una renta, lleva a considerarla como devengada y por ende imputable a ese ejercicio. Lo anterior significa que tratándose de gastos, el principio de lo devengado se aplica considerándoseles deducibles cuando nace la obligación de pagarlos, aunque no se hayan pagado ni sean exigibles. Así también lo ha definido el Tribunal Fiscal en variada jurisprudencia. Así por ejemplo en la RTF Nº 04032-1-2005 (28.06.2005) resolvió que “Según el criterio de lo devengado, los ingresos, los costos y los gastos se reconocen cuando se ganan o se incurren y no cuando se cobran o se pagan”. Igual posición tuvo en la RTF Nº 01652-5-2004 (19.03.2004) “El concepto de devengado supone que se hayan producido los hechos sustanciales generadores del ingreso o del gasto y que el compromiso no esté sujeto a condición que pueda hacerlo inexistente”. Es más en la RTF Nº 1652-5-2004 (19.03.2004) hizo una definición mucho más amplia al resolver que “Doctrinariamente, se ha señalado que el concepto del devengado reúne las siguientes caracteristicas: a) Requiere que se hayan producido los hechos sustanciales generadores del ingreso o del gasto. b) Requiere que el derecho al ingreso o compromiso no esté sujeto a condición que pueda hacerlo inexistente al momento de cumplirse lo comprometido; c) No requiere actual exigibilidad o determinación o fijación, en término preciso para el pago, ya que puede ser obligación a plazo y de monto no determinado”. Conforme lo anterior, para deducir un gasto de la tercera categoría, es necesario que éste se encuentre devengado en el ejercicio, vale decir cuando se haya incurrido en el mismo, ello independientemente al pago de la obligación. 5. LA FEHACIENCIA DE LAS OPERACIONES Además de los criterios antes señalados, durante un proceso de fiscalización, la Administración Tributaria exige para la deducción de los gastos, el que éstos sean “fehacientes”. Sobre el particular debe considerarse que la fehaciencia de un gasto tiene que ver con elementos que prueben que efectivamente el gasto fue consumido o utilizado por la empresa. Estos elementos pueden incluir desde comprobantes de pago y demás documentos pertinentes, guías de remisión, contratos, hasta informes internos o externos respecto del efectivo consumo o utilización de ese gasto. SEGUNDA QUINCENA - MARZO 2011 7 SECCIÓN TRIBUTARIA La aplicación de este criterio, también lo ha reconocido el Tribunal Fiscal en variada jurisprudencia. Así por ejemplo en la RTF Nº 5732-1-2005 (20.09.2005) esta entidad observó que “Para deducir gastos, no basta con acreditar que se cuenta con comprobantes de pago que respaldan las operaciones realizadas, ni con el registro contable de las mismas, sino que debe mostrarse que estas operaciones se han realizado. Para observar la fehaciencia de las operaciones, la Administración debe investigar todas las circunstancias del caso, actuando los medios probatorios pertinentes siempre que sean permitidos en el ordenamiento tributario valorando en forma conjunta y con apreciación razonada”. De igual forme en la RTF Nº 120-5-2002 (11.01.2002) resolvió que “Para sustentar el crédito fiscal en forma fehaciente y razonable, el adquirente no sólo debe cumplir con tener comprobantes de pago por adquisiciones que en teoría cumplan con los requisitos sustanciales y formales establecidos en la Ley del IGV, sino que fundamentalmente es necesario que dichos comprobantes correspondan a operaciones reales”. Un aspecto importante que debe considerarse en relación a este punto, es verificar quién debe acreditar esta fehaciencia. Pues bien, en principio la misma debe corresponder a la propia Administración Tributaria, entidad que debe agotar todos los medios que permitan demostrar tal situación. Así también lo ha considerado el Tribunal Fiscal, como por ejemplo en la RTF Nº 3723-97 (28.04.1997) en la que resolvió que “Corresponde a la Administración efectuar la inspección, investigación y control de las obligaciones tributarias, con el objeto de determinar la certeza de las operaciones que desarrollan el supuesto de hecho previsto en la norma”. Igual criterio tuvo en la RTF Nº 0667-32002 (06.02.2002) en donde señaló que “No cabe duda que siendo el tema de las operaciones no reales uno sumamente delicado y de implicancias graves, en la medida que ello involucra simulación absoluta del acto jurídico, corresponde probar al ente administrativo que no se ha efectuado la operación, agotando todos los medios que permitan demostrar tal situación, es decir que la carga de la prueba le compete exclusivamente al órgano administrador de tributos y no al contribuyente”. 6. LA BANCARIZACIÓN Como se ha señalado en las cuestiones generales de este informe, además de todos los criterios antes desarrollados, la normatividad tributaria obliga a que, para que un gasto sea deducible, debe haber cumplido con las normas de bancarización, en caso corresponda, pues de no ser así, el gasto no será deducible. 8 ASESOR EMPRESARIAL Sobre el particular, debe recordarse que según estas normas, la obligación de utilizar medios de pago, es aplicable cuando las obligaciones (que se cumplan mediante el pago de sumas de dinero), sean superiores a S/. 3,500 ó US$ 1,000. En ese sentido, de no haberse cumplido con este requisito, el costo o gasto no será deducible, lo que implicará de por sí que el IGV que haya gravado la operación, tampoco podrá ser tomado como crédito fiscal para efectos del este impuesto, aun cuando el desembolso haya cumplido con el requisito de causalidad, y con los demás criterios antes señalados. Esta consecuencia, ha sido confirmada por el propio Tribunal Fiscal quien en su RTF Nº 04131-1-2005 (01.07.2005) resolvió que “el recurrente se encontraba obligado a utilizar cualquiera de los medios de pago señalados en la Ley N° 28194, a fin de cancelar las adquisiciones realizadas en el periodo abril a julio de 2004, dado que sus importes superaban el monto a que hace referencia el artículo 4° de la Ley N° 28194 y al no haber cumplido con ello, el desconocimiento del crédito fiscal de tales adquisiciones se encuentra arreglado a ley”. Igualmente, la Administración Tributaria ha sentado su posición sobre esta obligación en los siguientes informes: Obligación de Utilizar Medios de Pago 1. En caso que un sujeto domiciliado pague una obligación a favor de un sujeto no domiciliado cumpliendo válidamente con la exigencia legal de utilizar Medios de Pago contenida en el artículo 3° de la Ley N° 28194, el mencionado pago tendrá efectos tributarios en el Perú; siempre que, adicionalmente, se cumplan con todos los requisitos que exigen las normas que regulan cada uno de los derechos mencionados en el artículo 8° de dicha Ley. (…) 3. En tanto se haya cumplido válidamente con la exigencia legal de utilizar Medios de pago -independientemente que el supuesto se encuentre gravado o no con el ITF o que se hubiera cumplido o no con la obligación de pagar este impuesto-, el mencionado pago tendrá efectos tributarios, siempre que, adicionalmente, se cumplan con todos los requisitos que exigen las normas que regulan cada uno de los derechos mencionados en el artículo 8° de la Ley. En caso contrario, de haberse efectuado un pago incumpliendo con la obligación de utilizar los Medios de Pago, no dará derecho a deducir gasto, costo o créditos, a efectuar compensaciones ni a solicitar devoluciones de tributos, saldos a favor, reintegros tributarios, recuperación anticipada, restitución de derechos arancelarios; independientemente de si se hubiera cumplido con la obligación de pagar el ITF, de corresponder. Informe Nº 096-2004-SUNAT/2B0000 Utilización de medios de pago en pagos parciales - Tratándose de una obligación que se cumple con pagos parciales y que genera la exigencia legal de utilizar medios de pago, si el sujeto obligado omite usar dichos medios en uno o más de los pagos, no tendrá los derechos tributarios a que hace referencia el artículo 8° de la Ley respecto de tales pagos, manteniendo dichos derechos respecto de los pagos que se efectúen utilizando los referidos medios. - En el caso de una obligación, para cuyo pago se ha pactado una cuota única, que es cancelada mediante la realización de, al menos, dos pagos, uno en el que se utiliza un Medio de Pago y otro que se hace en efectivo, podrán ejercerse los derechos que se mencionan en el artículo 8° de la Ley por el monto de la obligación que se paga utilizando un Medio de Pago, mas no podrán ejercerse respecto del saldo de dicha obligación pagado en efectivo. Informe Nº 041-2005-SUNAT/2B0000 IMPORTANTE La obligación de utilizar Medios de pago no implica necesariamente cancelar la obligación al emisor del comprobante de pago, sino que puede ser cancelado a un tercero designado por éste. En efecto ni la Ley ni el Reglamento de la Ley de bancarización prevén que la cancelación deba ser realizada obligatoriamente al acreedor de la deuda. Esto también ha sido reconocido por la Administración Tributaria quien en el numeral 6 del Informe N° 282-2005SUNAT/2B0000 señalo que: 6. Cuando en virtud de una instrucción del proveedor, se cancele total o parcialmente una obligación mediante la transferencia del monto respectivo a la cuenta de una tercera persona abierta en una ESF, se cumple con la exigencia legal de utilizar Medios de Pago contenida en el artículo 3° de la Ley. Igualmente, en el Informe Nº 048-2009SUNAT/2B0000 se ratificó esta posición al señalar que “Se considera depósito en cuenta, y por ende cumplida la obligación de utilizar Medio de Pago, cuando a fin de cancelar las obligaciones se emiten cheques sin las cláusulas “no negociables”, “intransferibles”, “no a la orden” u otra equivalente. a) Los cheques son depositados por el emisor del cheque en las cuentas bancarias del proveedor, o de un tercero designado por este último”.