PAÍS | 3/31/2016 12:00:00 AM Esquemas de seguridad biométrica se ponen de moda Un artículo del Plan Nacional de Desarrollo permite utilizar la base de datos de la Registraduría para implementar esquemas de seguridad biométrica en muchos sectores. A las notarías ahora se les quieren sumar los bancos. Uno de los asuntos centrales para garantizar la seguridad de las transacciones en muchos sectores es el de “autenticación”; es decir, el procedimiento mediante el cual se verifica que el titular de una operación o trámite sea quien realmente se hace presente. Las nuevas tecnologías ofrecen mecanismos ideales para cumplir con estos procedimientos. A esto se le conoce como ‘autenticación biométrica’, que podría definirse como el mecanismo que permite, mediante el uso de huellas digitales y reconocimiento de iris, rostro o voz, entre otros, dar completa certeza de que quien realiza un trámite, una operación financiera o un registro notarial no haya sido suplantado. El tema no es indiferente para los colombianos. El más reciente caso de implementación de este tipo de tecnologías se dio en el registro notarial del país, donde ya es regla tener identificadores de huella digital con el objetivo de garantizar la seguridad en los procesos notariales como escrituración, traspasos, autenticación de firma y registros civiles o de matrimonio. Igualmente, ocurrió con el Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT) que implementó este tipo de técnicas de verificación. La novedad es que ahora el sector financiero quiere subirse a este bus tecnológico. El Plan Nacional de Desarrollo vigente les abrió las puertas a estas tecnologías no solo a las entidades financieras, sino a empresas privadas que cumplan funciones públicas. El procedimiento es aparentemente sencillo: utilizar la base de datos de la Registraduría del Estado Civil con el objetivo de cotejar las huellas digitales de los usuarios con el registro de documentos de identidad. La Registraduría cuenta con la que es, quizás, la más completa base de datos sobre los colombianos. Según información suministrada por la entidad, se ha venido recopilando información de varios tipos: registros civiles de nacimiento, matrimonio y defunción, así como toda la base de datos de cédulas. “Esta información es una de las más completas del mundo, porque vincula al registro civil con la cédula de ciudadanía. Se trata de por lo menos 45 millones de registros con las ‘minucias dactilares’ de todos los colombianos”, explica una fuente de la entidad. Lo más importante de esta base de datos, dice la Registraduría, es que pasa por un proceso de verificación y calidad permanente, desde cuando son capturados los datos iniciales hasta cada actualización que se realiza periódicamente. Estas actualizaciones son necesarias, pues hay cancelaciones de registros por muerte, suplantaciones o intentos de doble cedulación y llegan nuevos datos todos los días. Por la robustez de este sistema de datos, el Gobierno y el Congreso de la República abrieron la posibilidad de que no solo las entidades públicas, sino también las entidades privadas con funciones públicas puedan usar la información de la Registraduría con el fin de implementar procedimientos de verificación biométrica. El proyecto de la banca De acuerdo con Marco Espinosa, director de nuevos negocios de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (ASOBANCARIA), el proyecto busca conformar el sistema de servicios de autenticación biométrica de usuarios del sistema financiero. El proyecto se encuentra actualmente en estudio de viabilidad técnica y jurídica. El mecanismo puede resultar toda una revolución para los servicios que ofrece el sistema financiero a sus usuarios. Lo primero que destaca Espinosa es el alto volumen de transacciones que realiza la banca colombiana cada año, pues puede superar los 3.000 millones de operaciones, entre monetarias y no monetarias. Allí se encuentran firmas de pagarés, aperturas y cierres de cuentas, pagos de cheques, desembolsos de créditos, retiros, consignaciones y giros. En una primera etapa, el proyecto busca agilizar algunos procesos a través del canal presencial: es decir, las oficinas de los bancos que operan en Colombia. Así, solo digitando la cédula de ciudadanía y poniendo la huella en un verificador digital se podrá ratificar que el titular de una operación es quien realiza la transacción. De esta manera se podrán realizar aperturas de cuentas o de mecanismos de inversión como CDT, desembolsos y entrega de medios de pago como tarjetas débito o crédito. Posteriormente, el objetivo es ampliar estos mecanismos de verificación a servicios más complejos de banca electrónica como, por ejemplo, cajeros automáticos o datáfonos. Menos fraude, más eficiencia El objetivo general de estos procedimientos biométricos es impedir fraudes, garantizar el cumplimiento de las obligaciones por parte de los clientes financieros y aumentar las eficiencias en los servicios bancarios. “El primer impacto es que se genera mayor rapidez en la colocación de crédito. Pero el más importante es que el fraude se minimiza”, explica Espinosa. Según las cuentas de la ASOBANCARIA, actualmente al año se pierden cerca de $33.000 millones por cuenta de los fraudes presenciales, mediante mecanismos como falsificación de documentos para la solicitud de créditos o la presentación de cédulas falsas y suplantación al momento de los desembolsos en las oficinas bancarias. De otra parte, la mayor agilidad en los procesos y los menores gastos asociados a trámites le podrían ahorrar al sistema financiero alrededor de $61.000 millones; así, tanto la banca como los usuarios se estarían ahorrando, en un primer momento, $94.000 millones, gracias a la implementación de esta nueva tecnología. Hoy, otras instituciones ya están haciendo uso de la base de datos de la Registraduría, como Certicámara, el RUNT, Thomas Greg, la AEROCIVIL, la Cancillería e inclusive el DANE. ¿Esta clase de procesos no genera interrogantes? Es probable que estas nuevas tecnologías pongan en evidencia dificultades con el manejo de la información personal. Las autoridades y las compañías que hagan uso del sistema tienen que garantizar el buen manejo de los datos personales de los ciudadanos, que actualmente se encuentran protegidos por ley. Según la Registraduría, la seguridad de estos procedimientos está completamente garantizada contra eventuales ataques cibernéticos y fraudes, pues además de que se cuenta con réplicas de la base de datos, los usuarios del sistema pueden hacer consultas pero no manipular la información contenida en el sistema, que únicamente es administrado por la Registraduría. Las nuevas tecnologías se están abriendo espacio en sectores que hasta el momento estaban al margen. La verificación biométrica podría ser una revolución para el sistema financiero y los usuarios.