1 CAPITULO I “GENERALIDADES DE LA MONOGRAFÍA” I.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Las restricciones que la legislación mercantil vigente ha señalado para considerar a las ventas como compraventas mercantiles, en relación a las compraventas civiles. I.2. OBJETIVOS I.2.1 OBJETIVO GENERAL: Estudiar sistemáticamente la compraventa, en general desde sus tiempos mas remotos hasta la actualidad, exponiendo su evolución y desarrollo. I.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS. Desarrollar teóricamente la compraventa en general para conocer sus características y requisitos generales. 2 Estudiar teórica y prácticamente la compraventa mercantil, para poderlos diferenciar de la compraventa civil. Identificar las semejanzas y características propias de la compraventa mercantil para diferenciarla de la compraventa civil. I.3. HIPOTESIS. ¿En qué medida el poco campo de acción operativo de la compraventa mercantil la nulifica? 3 I.4. MARCO HISTÓRICO. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. En el Derecho Romano el Contrato de Compraventa no era traslaticio de dominio, el vendedor únicamente estaba obligado a la entrega de la cosa y garantizar la posesión pacífica y útil de la cosa contra terceros, como también de los vicios ocultos. Esta obligación del vendedor de garantizar la posesión pacífica y útil al comprador, revestía de validez el contrato, aún cuando recaía sobre cosas ajenas; quiere decir, que la venta de cosa ajena era válida en tanto se garantizara la posesión del comprador, lo que significó que la obligación del vendedor no consistía en transmitir el dominio. Posteriormente, se tuvo que recurrir a ciertas figuras jurídicas que se nominaron MANCIPATIO, IN JURE CESSIO O TRADITIO, ya que el contrato de compraventa por sí solo, no era suficiente para transferir y en unión de estas figuras jurídicas se operaba la traslación de la propiedad. 4 El efecto del contrato en estudio, era entonces conceder una posesión apta para adquirir el domino por “prescripción”, que constituía una forma de posesión eficaz, para que a través del tiempo se convirtiera en dominium. El primitivo contrato de cambio o permuta evolucionó hasta que se llegaron a emplear metales como mercancía común y efectuar así, las distintas operaciones mercantiles, de ahí que el objeto de cambio se denominó entonces “merx” y al metal “pretium”, que hoy en día conocemos los términos de “mercancía” y “precio”. Así decimos, que el contrato de compraventa mercantil se presenta como una permuta perfeccionada y evolucionada, por que en lugar de cambiar una cosa por otra, se utiliza una medida común, de fácil circulación y empleo que es la moneda y que sustituye al trueque. Las figuras jurídicas como las Mancipatio y la In Jure Cessio, fueron sustituídas por la traditio, elemento necesario para la transmisión de la propiedad. 5 En el Código de Napoleón de 1804, queda asentado que cuando se tratara de cosas ciertas y determinadas, la transmisión de la propiedad es un efecto del contrato. En las legislaciones latinas el contrato de compraventa, además de los efectos (obligatorios) tratados anteriormente, no tiene el efecto directo e inmediato de transmitir la propiedad en todos los contratos traslaticios de dominio; operando así ipso jure la tradición con la sola celebración del contrato, y es por lo tanto, necesario la tradición real o simbólica. La definición que nos da el Art. 1639 del Código Civil, al consagrar la responsabilidad que tiene el vendedor de responder por la evicción, ésta supone la obligación de transferir la propiedad; asimismo expresa que cuando la venta se reputa perfecta, la cosa objeto del contrato pertenece al comprador y el precio al vendedor. RESUMEN DE LA EVOLUCIÓN LEGISLATIVA DE LA COMPRAVENTA MERCANTIL. El contrato de compraventa fue regulado únicamente por disposiciones civiles y se consideraba al principio, suficientes dichas disposiciones para regular el comercio, hasta que en 1859 la Comisión Revisora del Código de 6 Civil, argumentó que por el adelanto de los pueblos se desarrolla y se explota la industria, la internacionalización del comercio o sea, el tráfico mercantil exige movilidad y simplicidad en la contratación, sintiéndose la necesidad, argumentaron de “ensanchar la legislación hasta el alcance de nuestras necesidades sociales”. Es así como el Código Civil de 1860, Título XXIII contempló el contrato de compraventa que rigió todas las operaciones civiles y mercantiles, hasta que se decretó el primer Código de Comercio, en mayo de 1882 y cuyo Art. 226 establecía la mercantilidad del contrato en las compras de cosas muebles, con ánimo de adquirir sobre ellas algún lucro revendiéndolas en la misma forma que se compraron o en otra diferente, y las reventas de éstas mismas cosas”. Asimismo, este Código de Comercio reguló las compras que no se consideraron mercantiles: Art. 227. “Las compras de bienes raíces… aunque sean muebles… los destinados al consumo del comprador… las ventas de los labradores y ganaderos de los frutos… y finalmente la reventa que haga cualquier persona que no profese habitualmente el comercio, del resíduo de sus acopios que hizo para su propio consumo”. 7 El Código de Comercio de 1904 que sustituyó al de 1882, contempló en su Art. 3 los Actos de Comercio y en forma concreta, la permuta y el arrendamiento; no obstante, siguió la orientación del Código anterior, cuando enumera las ventas que no se reputan mercantiles, o sea las compras de objetos destinados al consumo y las ventas que se efectuaren por labradores y ganaderos de los frutos o productos de sus cosechas y ganados, o de especies en que se les paguen las ventas, lo mismo con las realizadas por Artesanos en sus talleres o la reventa hecha por cualquier persona no comerciante y de los acopios que fueron para su consumo. CODIGO DE COMERCIO DE 1971. La compraventa mercantil en nuestro actual Código, sigue la teoría del acto masivo realizado por empresa, aunque no contempla un concepto de compraventa mercantil, el Art. 1013 nos dice que compraventa deberá considerarse mercantil: “I. Las que se realizan dentro del giro de explotación normal de una empresa mercantil. II. Las de cosas mercantiles (Art. 5 C. Com.)” 8 Es de observar, que siguió manteniendo la misma orientación de los Códigos anteriores, cuando expresa que “no son mercantiles las ventas hechas por los agricultores o ganaderos de los frutos o productos de sus cosechas y ganados, o de las especies que se les den en pago, cuando no tengan almacén o tienda para su expendio, ni las que hicieren los artesanos en sus talleres de los objetos fabricados en ellos”.