-1- Escuela de padres Educación de la fortaleza Educación de la fortaleza La virtud de la fortaleza Evaluación personal y familiar Planes de acción educativa La fortaleza es la gran virtud: la virtud de los enamorados; la virtud de los convencidos; la virtud de aquellos que por un ideal que vale la pena son capaces de arrastrar los mayores riesgos; la virtud del caballero andante que por amor a su dama se expone a aventuras sin cuento; la virtud, en fin, del que sin desconocer lo que vale su vida —cada vida es irrepetible— la entregaría gustosamente, si fuera preciso, en aras de un bien más alto (José Antonio GALERA, Sinceridad y fortaleza) -2- -3- La virtud de la fortaleza Una persona vive la fortaleza cuando en situaciones ambientales perjudiciales para la mejora personal, resiste las influencias nocivas, soporta las molestias y se entrega con valentía en caso de poder influir positivamente para vencer las dificultades y para acometer empresas grandes. Hacer de lo de cada día algo grande porque lo que nos mueve a esforzarnos es el amor a los demás. -4- La virtud de la fortaleza Tradicionalmente se han distinguido dos aspectos de la virtud de la fortaleza: ●Capacidad de resistir lo que desagrada. ●Capacidad de acometer el esfuerzo para alcanzar lo propuesto. La virtud de la fortaleza está íntimamente relacionada con la generosidad. Cuando se buscan las propias satisfacciones, no existen motivos que empujen al esfuerzo. -5- La virtud de la fortaleza Facilitar motivos que ayuden a entender que merece la pena el esfuerzo. Crear un clima familiar de exigencia. Dar a los hijos responsabilidades que les lleven a ilusionarse con el esfuerzo. Acostumbrar a los hijos a resistir ante situaciones desagradables. -6- La virtud de la fortaleza Aceptar a los hijos como son sin ilusionarnos con irreales metas inalcanzables. Encauzar los grandes ideales adolescentes proponiendo fines adecuados. Evitar delante de los hijos las reacciones de desagrado y las quejas ante los contratiempos. -7- La virtud de la fortaleza Educar para que sepan resistir influencias nocivas y soportar molestias Situaciones familiares Acciones superficiales como solución inmediata Acciones que hacen pensar ¿Cómo es posible si te lo sabías muy bien? Tienes que pensar en lo que ha fallado Los hombres no lloran… Te tienes que curar… No quiero ver la pelota en casa… María acaba de dormirse y así me ayudáis… -8- La virtud de la fortaleza Educar para que sepan acometer el esfuerzo que exige alcanzar metas Objetivos familiares Motivaciones superficiales Motivaciones profundas Beneficios materiales. Posición dominante. Obligación ingrata. Adquirir virtudes. Servicio a los demás. Satisfacción personal. Requisito convivencia. Ser servido en el futuro. Situación humillante. Fuente de alegría. Amor a los demás. Satisfacción personal. -9- Evaluación personal y familiar Habitualmente intento definir lo que puede considerarse bueno en cada circunstancia. Busco situaciones en que los chicos pueden entusiasmarse con algo que vale la pena. Intento lograr que los chicos superen sus propias dificultades o problemas. Animo a los pequeños para que resistan diferentes tipos de dificultades. Consigo que los pequeños vayan enfrentándose poco a poco con las cosas que les dan miedo. Organizo actividades que suponen algún tipo de esfuerzo físico por parte de los chicos. Exijo a los hijos regularmente en las reglas establecidas con el fin de que desarrollen su voluntad. Busco maneras para que los jóvenes tengan iniciativas, para que se entusiasmen con algún proyecto y para que realicen las acciones correspondientes hasta terminarlas. Ayudo a los jóvenes a tomar una postura respecto a temas importantes en la vida y a defender su opinión con sus compañeros a pesar de lo que pueden pensar. Ayudo a decir que sí y a decir que no con valentía. (cfr. David ISAACS, La educación de las virtudes humanas) -10- Planes de acción educativa Razono con los hijos para que vayan descubriendo lo que significa el bien en cada cosa. Intento superar la pereza, la rutina y la imitación ciega para centrar mi atención en el bien. Habitualmente centro mi atención en lo que es bueno para los demás aunque cueste esfuerzo. Me esfuerzo habitualmente en realizar las pequeñas cosas de cada día con cuidado y con cariño. Resisto las tentaciones que invaden la vida como consecuencia de la sociedad de consumo. Aguanto las molestias físicas sin quejarme. Tomo decisiones con iniciativa para hacer cosas de auténtico valor para los hijos. Me esfuerzo habitualmente en no dejarme acostumbrar a lo que está mal. Intento no quejarme de las cosas malas que veo en mí alrededor y, en cambio, me esfuerzo en hacer algo positivo para contrarrestar la influencia negativa. Supero el miedo, la indiferencia o la seguridad con el fin de realizar acciones de auténtico valor. (cfr. David ISAACS, La educación de las virtudes humanas)