R20 b E N UNA de sus contadas visitas Chile -a fines de 2010-, la entonces ex Presidenta Michelle Bachelet conoció el “proyecto estrella” del Area de Jóvenes de la Fundación Dialoga, el que se esperaba fuera el semillero de los nuevos liderazgos políticos tras su salida de La Moneda. La cita, una reunión de directorio de la entidad, efectuada el 27 de diciembre, se llevó a cabo en las oficinas de calle Bilbao 1461, y la directora ejecutiva Clarisa Hardy, ante la atenta mirada de la ex Mandataria, anunció la creación de una página web llamada Sentidos Comunes y el desarrollo de una escuela de formación política para jóvenes. El proyecto fue rápidamente visado por el directorio de Fundación Dialoga, que estaba constituido por Víctor Maldonado, Ernesto Ottone, Patricia Poblete y Carolina Tohá. Por ese entonces, otros históricos del bacheletismo, como María Angélica Alvarez -“la Jupi”-, Paula Narváez, Paula Walker y Fernanda Villegas, rondaban las oficinas del think tank. Pero fueron dos jóvenes quienes se llevaron un especial reconocimiento del LATERCERA Domingo 26 de julio de 2015 equipo integrado por el entorno más cercano a la Presidenta, según se lee en el acta del directorio: Miguel Crispi, hoy asesor del Ministerio de Educación, y Nicolás Valenzuela, directivo de la Municipalidad de Providencia. Ambos -meses más tarde- darían vida a Revolución Democrática, movimiento ligado al diputado Giorgio Jackson. Por ese entonces, sin embargo, su labor en los denominados “diálogos intergeneracionales” -inaugurados por la misma Bachelet a mediados de ese añolos pusieron en la primera fila para ser nominados coordinadores del Area de Jóvenes y Nuevos Liderazgos, tras el primer año de funcionamiento de Fundación Dialoga. Los vínculos de Crispi -quien además es hijo de la ex ministra Claudia Serrano, ex militante del PS y ex presidente de la Feuc- y Valenzuela -también ex dirigente estudiantil- con una generación de jóvenes identificados con las ideas de la centroizquierda, pero alejados de las tradicionales filas de las juventudes de los partidos, fueron clave para su ascenso en la órbita de influencia del “bacheletismo”. Giorgio Martelli vinculó tres pagos de Asesorías y Negocios a la otrora área de jóvenes de la Fundación Dialoga. Tras el desembarco de Peñailillo en Chile, los ex líderes estudiantiles dejaron la entidad vinculada a Bachelet. El otro misil de Martelli En su declaración ante la fiscalía, el ex operador afirmó haber financiado actividades de Sentidos Comunes, proyecto que se gestó en la Fundación Dialoga y que hizo converger a los futuros líderes de Revolución Democrática -hoy vinculado a Giorgio Jackson- y figuras emblemáticas del “bacheletismo”, quienes, en todo caso, niegan las conexiones. TEXTO: Francisca Miranda y Andrés Muñoz ILUSTRACIÓN: Luis Grañena Y lo que empezó como una página web se transformó en un proyecto más ambicioso, al que se fueron sumando el arquitecto Nicolás Rebolledo y el diseñador Marcos Chilet, además de dos mujeres clave del círculo de Bachelet a mediados de 2011: Paula Walker y María Angélica Alvarez, “la Jupi”. Todos ellos constituyeron en junio de ese año la empresa Sentidos Comunes S.A., con $ 14 millones de inversión, los que reunieron a través de aportes personales. Es a las actividades vinculadas a esta entidad y sus colaboradores que apuntó el ex operador político y hombre clave en el financiamiento de la campaña de Michelle Bachelet, Giorgio Martelli, en una de sus declaraciones ante el Ministerio Público. El misil tuvo todos los elementos para generar movimientos no sólo en el “bacheletismo”, sino que también en Re-