El Mercosur: ¿Relaciones de cooperación e interdependencia económica asimétrica? Resumen . Este trabajo se centra en la evolución económica y comercial que han encabezado en los últimos años los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Esto como parámetro al impulso de nuevos proyectos de integración que propicien el desarrollo económico de los países latinoamericanos. Se retoma como marco explicativo las teorías de la integración regional e Interdependencia. Abstract This work focuses on economic and trade developments that have accomplished in recent years to the countries of the Southern Common Market (MERCOSUR). This as a parameter to the promotion of new integration projects that promote economic development in Latin America countries. It takes as explanatory framework theories of regional integration and interdependence 1 El Mercosur: ¿Relaciones de cooperación e interdependencia económica asimétrica? L as últimas décadas del siglo XX y el despertar del siglo XXI, se han caracterizado por el aceleramiento de diversas dinámicas, entre las que destacan las interrelaciones, que permiten entre otras cosas, dinamismos económicos. La fórmula pareció ser aceptada y aplicada, el modelo neoliberal de los 80´s se implantó y ejecutó al pie de la letra por la mayoría de los países latinoamericanos; el Consenso de Washington1, los condicionamientos estructurales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, la creación de la Organización Mundial del Comercio; los tratados y acuerdos comerciales; ¿multilateralismo?; ¿bilateralismo?; ¿regionalismo? ¿Cuál es la receta, dinámica o proceso correcto, que lleve o aporte al crecimiento económico de un país? Han llamado a todo este proceso de transformaciones, que ha cambiado nuestro sistema de relaciones, globalización; y existen procesos que surgen en dirección paralela, a contracorriente, o simplemente como consecuencia de ella y la han definido como integración regional o regionalización. Esto supone; la unión de países de una región en un mismo ente, con el objetivo de acelerar el crecimiento y desarrollo2 del área integrada (Carmago, 2000, pág. 72) y que converge como un proceso que ha protagonizado con gran actividad y alcance en las últimas décadas. Este trabajo se secciona en tres apartados, el primero busca vincular la integración económica con las relaciones de dependencia e interdependencia que se pudieran estar generando en el Mercosur con sus cuatro integrantes: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Esto marca las pautas explicativas para el segundo apartado que explica a grandes rasgos el flujo, crecimiento y destino de las exportaciones de cada uno de estos países; tratando de vincular el grado de interdependencia o dependencia en el ámbito comercial. 1 Modelo que entró con vigor en la década de los 90´s y que pregonaba: “la apertura unilateral de la economía, la libre circulación de los capitales, el achicamiento del Estado, la desregulación, la privatización de las empresas públicas, la búsqueda de la inversión extranjera directa y en endeudamiento externos como forma de financiamiento de los déficits comerciales” (Lafferriere, 2000, pág. 3). 2 Desarrollo implicaría un análisis más profundo y estructural que ya está en la mesa de debate, pero nos quedamos en el ideal “Crecer, después, distribuir”. “El desarrollo es un proceso complejo que comprende elementos biológicos, económicos, políticos y culturales que deben analizarse desde una perspectiva sistémica” (Tortosa, 2011, pág. 2). 2 Un tercer apartado intenta describir los principales mecanismos y estrategias en materia de cooperación económica dentro del bloque Mercosur. Integración Regional En el contexto latinoamericano se desarrollaron diferentes esquemas de integración, que fueron desde una simple unificación económica en cualquiera de sus rubros, hasta una integración más compleja, que además de la económica, abarcará las dimensiones políticas y sociales (Rocha Valencia, 2003:132). El concepto de integración en sí mismo denota la “conjunción o unificación de varias partes o entidades” pero en su sentido económico podría ser la de un “componente parcial de los flujos comerciales y de capital en el plano internacional” (Filippo, 2001, pág. 13). La integración regional puede ser comprendida como sinónimo de regionalización, según GuerraBorges (2002), que entiende este proceso como el recurso de “conjugar potencialidades”, es decir, de unir fuerzas para hacer una especie de frente al desafío internacional un desafío bajo el nombre de globalización. Esta unión de potencialidades es lo que a través de las diversos proyectos de integración latinoamericanas han tratado de hacer para conformar un “frente” a los desafíos de la globalización, que individualmente sería más difícil; por lo menos ese es el estandarte discursivo que utilizan quienes promueven la integración regional. La regionalización hace referencia a procesos de vinculación de países, y puede ser el resultado de diversos factores como la proximidad, las inversiones, el comercio, aspectos culturales o la convergencia de las políticas. En el diseño de proyectos de integración en la región latinoamericana más consistentes tal vez sea necesario el aprovechamiento de las proximidades y características históricas y culturales que las identifican. Por ejemplo Lourdes Regueiro (1995) propone desde el enfoque económico, que una región mundial puede caracterizarse por los siguientes elementos a) “La proximidad geográfica; b) la 3 interdependencia existente, medida por los flujos internos de comercio, de inversión, migratorios y tecnológicos; c) la existencia de cierto nivel de convergencia macroeconómica y por el potencial existente para la formación de economías de escala, para lo cual son criterios definitorios el tamaño de la población y, sobre todo, el ingreso percápita”. (Regueiro, 1995, pág. 87) Por su parte Rosales Saldaña (2003), clasifica las etapas de la integración económica desde la reducción arancelaria en un área geográfica hasta la unificación monetaria de las economías 3, entendiendo a cada nivel, como una modalidad más compleja e integral de integración. Para Balassa (1979) la integración “es un proceso que incluye varias medidas para abolir la discriminación entre unidades económicas” (Balassa, 1980, pág. 35) como un “prototipo ideal” y hasta discursivo a alcanzar. En este trabajo se cree que la integración no implica que los intereses regionales puedan sobreponerse a los intereses nacionales, sin embargo en la medida que se apuesta por la integración, también se favorece a una visión más integral del desarrollo económico. Alfredo de la Lama y Marcelo del Castillo (2008) responden ante el cuestionamiento de si la competencia económica global es producto de los free marquets o de los bloques económicos, concluyendo que “se asiste a una reparación de políticas proteccionistas entre los diferentes bloques económicos, incluso impulsadas por el mismo EEUU adalid del programa neoliberal” (Estay, 2008, pág. 38). Es decir, la integración económica no evita las implicaciones hegemónicas de reafirmación del modelo económico neoliberal, prueba de ello lo encontramos en tratados o áreas de libre comercio (como el TLCAN) donde se prioriza la libertad comercial y sus subyacentes ante programas o acuerdos que impliquen la movilidad de mano de obra4 o capitales, medio ambiente sustentable, educación, erradicación de la pobreza etc. 3 i) “Áreas preferenciales, en la que los países acuerdan ciertos derechos arancelarios y ventajas preferenciales. ii) Zonas de libre comercio, cuando dos o más países eliminan entre sí las trabas al comercio de mercancías, inversiones y/o servicios, pero mantienen su autonomía ante terceros. iii) Unión aduanera, que implica la adopción de un arancel externo común y que al menos en el terreno arancelario actúa como unidad frente al resto del mundo. Se ve a este tipo de unión como la forma perfecta de integración ya que paralelamente se tienen que armonizar otros elementos como el sistema monetario, fiscal y el transporte. iv) Mercado Común, que se forma cuando una unión aduanera asume también la libre circulación de factores productivos, capital y trabajo dentro del área integrada. v) La armonización de políticas micro y macroeconómicas, así como la adopción de una moneda única. Integración con fuertes implicaciones políticas por la cesión de soberanía” (Rosales Saldaña, 2003, pág. 221). 4 Que según Estay (2008) contradice un principio básico del mercado libre: la libertad de mano de obra (Estay, 2008, pág. 42) 4 Incluso, algunos esquemas de integración latinoamericana están permeados del modelo de mercado, priorizando la movilidad de mercancías y capitales ante la movilidad de factores humanos o la creación de políticas y programas de corte más educacional, cultural y ambiental. Sin embargo también se han propuesto desde una visión más integral y con características más allá de una integración económica-comercial. Rosales Saldaña (2003) distingue la integración regional vertical como alternativa a la regionalización horizontal. En la primera clasificación se identificarían los casos de las economías pequeñas que se asocian con otras grandes potencias para evitar quedar marginadas y beneficierse del flujo de capitales, tecnologías y mercados. Como lo ejemplifica el Tratado de Libre Comercio norteamericano o el fallido proyecto de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); en la segunda, estarían los proyectos que asocian a economías menos asimétricas, como los mercados conformados por el MERCOSUR y la Comunidad Andina, que responden a visiones distintas y en oposición al verticalismo norteamericano. En América Latina estos procesos de integración se han venido gestando desde el siglo pasado bajo tendencias de desarrollo y dependencia tras el ejemplo europeo. En una primera etapa, se buscaba construir la región con un enfoque hacia adentro bajo el esquema cepalista de Raúl Prebisch y su modelo sustitutivo de exportaciones, para compensar la debilidad de las economías periféricas (Valencia, 2003, pág. 135). Ejemplos de ello, la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) años después convertida en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI); el Pacto Andino o incluso el mismo Mercado Común Centroamericano (MCC) (José Briceño Ruíz, 2006) . Ya en un segundo periodo desde finales de los ochenta y principios de los noventa los procesos de integración se ven fuertemente influenciados por las tendencias neoliberales y globalizadoras o conocido desde el enfoque latinoamericano como Regionalismo Abierto (Valencia, 2003, pág. 148) donde se crean, reestructuran y consolidan diversos acuerdos, aunque en muchas ocasiones bajo una heterogeneidad de economías independiente de la identidad cultural y la aparente afinidad de intereses lo que propicia disgregación subregional y nacional. (Coronado, 2001, pág. 49). Interdependencia 5 Entendiendo la dinámica mundial y globalizada como un fenómeno que ha provocado que los habitantes y naciones del mundo sean más interdependientes entre sí y cuyas mediciones pueden ser los flujos globales del comercio, la inversión y el capital, así como la degradación inherente del ecosistema (Lodge, 1996, pág. 6) nos centramos en la idea de las evidentes relaciones económicas y comerciales que los países han venido encabezando en la búsqueda de acuerdos, mitigan o incrementan el grado de vulnerabilidad y sensibilidad en su relación con países externos a los países firmantes o incluso al interior de los que lo conforman. En la búsqueda de la relación entre los procesos de integración ya antes definidos y mencionados, con la interdependencia que puede generarse en un proceso de integración; retomamos los escritos de Keohane y Nye (2009) sobre interdependencia, que estructuraron en el ámbito de las relaciones internacionales un tipo ideal en contraposición a la teoría realista. Afirmando que entre países existen costos y efectos recíprocos en los intercambios aunque no necesariamente simétricos esto, denominado como interdependencia (Keohane, 2005, pág. 102). Esta tesis de asimetría es la que creemos plausible en el marco de integración del Mercosur, sin dejar de reconocer su amplitud e importancia tomada en los últimos años. Desde la dimensión económica el incremento del nivel de interdependencia, es definida como “el grado de influencia de una economía respecto a otra” (CEI, 2005). Bajo esta visión, entonces la integración económica regional dependiendo de su escala de integración como zona de libre comercio, unión aduanera, mercado común y unión monetaria; es generadora de distintos grados de interdependencia entre los países que conforman el acuerdo. Los postulados tanto de interdependencia como de integración en la dimensión económicacomercial, pueden crear dinámicas de dependencia mutua y cuyos costos y beneficios no tienen que ser ni iguales ni similares, como se evidenciará mediante el análisis de la variable comercial. Así, el establecimiento de una unión puede llegar a fomentar el desarrollo económico gracias al incremento del poder de negociación que pueden tener los países y de esta manera reducir la vulnerabilidad externa de sus miembros; “la integración se planea para mitigar las fluctuaciones cíclicas e incrementar el crecimiento del ingreso nacional” (Balassa, 1980, pág. 6). En términos generales, se dice que existe interdependencia económica cuando entre dos países o agrupaciones, las políticas aplicadas tienen repercusiones sobre las economías de ambas partes y cuando “los resultados económicos en un determinado país son función no sólo de sus políticas 6 nacionales, sino también de factores externos determinados en el ámbito de las políticas internas de los principales socios” (CEPAL, 1992) Comercio y Mercosur Entre la gama de esquemas de integración que se dieron en Latinoamérica está el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), que fue concebido por algunos analistas como un “mecanismo para continuar en el nivel regional la estrategia de sustitución de importaciones” (José Briceño Ruíz, 2006, pág. 80). La convergencia del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) tiene sus antecedentes en 1991 con la firma del Tratado de Asunción donde cuatro países La República Argentina, la República Federativa de Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay en la que acordaron: i) “la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos; ii) el establecimiento de un Arancel Externo Común (AEC) y la adopción de una política comercial común; iii) la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales; y iv) la armonización de legislaciones en las áreas pertinentes” (Mercosur, 2011). La idea que se planteó en un principio era el establecer un área de mercado común y fundaron su institucionalización a través del protocolo de Ouro Preto (1995) mismo año en que se creó el Arancel Externo Común (AEC) para los países que no forman parte del acuerdo donde se encuentran el 85% del total de los productos. El 15% restante son productos sujetos al régimen de excepciones de la AEC y los bienes del régimen de adecuación final; bienes de capital, informática y telecomunicaciones y bienes sujetos a políticas comerciales especiales. 5 Así el origen Mercosur se dio bajo la idea de regionalismo abierto, es decir; la “liberalización comercial en un marco de interdependencia generado por la integración económica” (Eugenia, 2010, pág. 7). La propuesta establecida a partir de la firma de este tratado fue la puesta en marcha de una unión aduanera; que algunos autores definen como Unión Aduanera Imperfecta ya que se establecieron excepciones al tráfico de bienes y servicios (Saldaña, 1997, pág. 249). El arancel externo común iría desde 0% hasta 20% con un promedio del 14% y los productos que quedaron excluidos desde un principio son los productos del sector azucarero y las mercaderías 5 En este apartado se encuentran contemplados las industrias azucareras la textil y automotriz (Sitio Oficial del Mercosur). 7 originadas en las zonas francas (Saldaña, 1997, pág. 257).Estas excepciones que de alguna manera fijan trabas e intereses unilaterales. En este sentido, la medición de algunos flujos comerciales intrarregional, puede servir en la búsqueda de algunas causales que definan las relaciones de interdependencia que se han forjado entre estas naciones a partir de su proceso de integración. El comercio es entendido por algunos autores, como elemento primordial para determinar el grado de interrelación; como así se asegura en el estudio realizado por el Centro de Economía Internacional considerando tres elementos que constituyen las principales fuentes de interdependencia: i) el comercio,; ii) flujos de capitales internacionales,; y iii) tipo de cambio real (CEI, 2005, pág. 7) Para objeto de este análisis se tiene que establecer, bajo algunos parámetros de medición, que las cuatro naciones que conforman el Mercosur distan de ser economías similares. Lo que se intenta en este apartado es hacer un acercamiento al posicionamiento y representación que estos países tienen en la región, tomando en consideración el flujo y crecimiento de las exportaciones en los últimos cinco años, sin desconsiderar las características de los principales productos que se están exportando y hacía dónde van dirigidos; para llegar a una conclusión que nos permita determinar el nivel de interdependencia que tienen estos países en la región. Cabe señalar que aunque este análisis puede pensarse como sesgado y limitado ante la única y exclusiva medición de un aspecto comercial; nos brinda un panorama general de las relaciones económicas entre los integrantes del Mercosur, sin embargo no se desvalora la limitación de este análisis y la necesidad de elaborar futuros estudios que contemplen más a profundidad esas relaciones de interdependencia que se están forjando en el cono sur. De cualquier forma se intentará examinar algunos aspectos comerciales sentando algunas de las bases para el objetivo que se persigue en este trabajo. El siguiente cuadro (tabla 1) nos muestra la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos cinco años, así como el número de habitantes al 2010 y lo correspondiente al PIB per cápita en ese mismo año. Tabla 1. Producto Interno Bruto y Per cápita de los miembros del Mercosur Población en millones de habitantes 8 PIB en Millones de dólares corrientes PIB per cápita en dólares corrientes País Población PIB PIB PIB PIB PIB PIB PIB per cápita 2005 2006 2007 2008 2009 2010 (2010) Paraguay 6.5 7,505 9,289 12,260 16,874 14,255 17,628 2,733 Uruguay 3.4 17,478 19,810 23,953 31,178 31,528 40,577 12,089 Argentina 40.5 Brasil 193.3 8,493 881,753 1,089,300 1,366,220 1,635,521 1,574,039 1,910,495 9,886 Fuente: Elaboración propia con datos del Centro de Estudios Internacionales (CEI) y el Sistema de Informaciones de Comercio Exterior (SICE) de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) Se puede observar que la economía brasileña en términos del PIB es la más fuerte de la región, siguiéndole la de Argentina, Uruguay y en último lugar la de Paraguay. Sin embargo el PIB per cápita más alto en la región es el de Uruguay; entendiendo que la densidad poblacional de este país es bastante baja, incluso por debajo de la de Paraguay. En esta misma tabla, se percibe que en los últimos cinco años ha habido un crecimiento del PIB en todos los casos. Estos datos servirán como base para hacer la relación con los siguientes cuadros en relación con las exportaciones. La tabla 2, nos indica el total de exportaciones de cada uno de los países en los últimos cinco años, en la que hubo un crecimiento progresivo en todos los casos a excepción del 2009 en la que se refleja una caída en el flujo de las exportaciones expresadas en dólares y que puede ser explicada por la “relativa intensidad que la crisis internacional ha tenido hasta el presente sobre los países del Mercosur” (Jorge Lucángeli, 2009, pág. 39) Tabla 2. Total de Comercio Exterior Exportaciones 2005-2010 Montos expresados en miles de dólares FOB Año Argentina 2005 39,737,805 2006 45,756,509 2007 55,025,174 2008 68,590,962 2009 54,775,025 2010 66,893,204 Brasil 116,127,986 134,853,690 157,265,358 193,120,771 150,198,461 198,864,982 Uruguay 3,402,373 3,978,114 4,512,547 5,946,872 5,383,065 6,739,669 9 Paraguay 1,808,996 1,903,530 2,730,951 4,383,473 4,553,879 4,531,210 Fuente: Elaboración propia con datos de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) Si tomamos los datos más vigentes de la tabla 2 se puede destacar una diferenciación exponencial sobre todo entre Uruguay en comparación con Brasil con respecto al nivel de exportaciones totales en los últimos años. Argentina por ejemplo creció un 63% en sus exportaciones del 2000 al 2010; Uruguay en un 193%; Paraguay en un 425% y por su parte Brasil en 268%; lo que nos habla de una notable asimetría comercial entre ellos. Ahora bien, en el análisis de cuál es el principal destino de las exportaciones de estos países, para una medición a grosso modo del grado de interdependencia de las exportaciones de cada uno de estos países intrarregional. Para ello se elaboró un cuadro donde se concentra el monto de las exportaciones entre los socios del Mercosur al 2010. En ella es notable el fuerte flujo comercial entre Brasil y Argentina siendo el más importante, las exportaciones de Brasil hacía este país. Tabla 3. Diversificación de las Exportaciones Montos expresados en millones de dólares FOB Exportaciones 2010 País Brasil Argentina Uruguay Paraguay 660 538 995 Uruguay 1,422 570 Argentina 14,419 Brasil 18,523 Paraguay 157 1,551 1,154 1,531 2,548 10 Fuente: Elaboración propia con información Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y Centro de Estudios Internacionales (CEI) Sin embargo si hacemos el análisis de la representación porcentual del destino de sus exportaciones con respecto al total de ellas, podemos ver (considerando que esto depende en gran medida del tamaño de las economías) que el mayor porcentaje intrarregional lo tiene Paraguay con casi la mitad del total de sus exportaciones destinadas al bloque, siguiéndole Uruguay. Para Brasil esto solo representa el 11% del total de sus exportaciones. El destino principal de los productos paraguayos son hacía Uruguay y en segundo término Brasil. Tabla 4. Representación % del total de las exportaciones al 2010 a cada uno de los países del Mercosur Total Brasil Argentina Uruguay Paraguay Mercosur Paraguay 14% 11% Uruguay 21% 8.5% Argentina 21% Brasil 21% 9.3% 48% 2.3% 31% 2.3% 1.7% 25% .7% 1.2% 11% Fuente: Elaboración propia con base a los datos de la tabla 1 y 2 Tabla 5. Valor de las exportaciones sobre el PIB PIB en Millones de dólares corrientes 2005 2006 2007 2008 2009 2010 Exp 22.5 20.5 23.0 26.5 22.4 25.7 Imp 43.3 56.5 45.2 50.4 45.6 53.3 19.6 20.1 18.8 19.1 17.1 16.6 22.2 24.3 23.5 29.1 21.9 21.2 Exp 22.0 21.7 21.3 21.3 18.0 19.8 Imp. 15.7 15.9 17.0 17.5 12.5 16.4 13.4 12.7 11.8 12.1 9.7 10.6 8.3 8.4 8.8 10.6 8.1 9.5 País Paraguay Uruguay Argentina Brasil Fuente: Elaboración propia con información del Centro de Estudios Internacionales (CEI) La tabla 5 contempla el valor de las exportaciones en el PIB desde el 2005 hasta el 2010 en el que se evidencia un fuerte déficit en la balanza comercial de Paraguay y Uruguay en todos los años. No siendo así para Argentina y en menor medida para Brasil, quienes muestran un superávit en su balanza. 11 Y finalmente la tabla 6 que muestra la evolución de las exportaciones dentro del bloque y hacía el resto del mundo, en cuyos datos podemos ver un incremento en los últimos cinco años en el interior como al exterior. Es importante destacar que las exportaciones hacia el exterior del Mercosur representan una suma importante con respecto a las exportaciones totales, tomando en cuenta que buena parte de esas exportaciones emanan de Brasil. Tabla 4. Evolución de las exportaciones intra Mercosur Tomando como parámetro solo el año 2010 del monto de las exportaciones Millones de dólares Exp. Intra Mercosur 2005 2006 2007 2008 2009 2010 21,108 25,750 32,429 41,565 32,714 43,902 142,697 164,499 191,531 236,807 184,526 237,413 163,805 190,249 223,960 278,372 217,240 281,315 Exp. Resto del Mundo Exp. Totales Fuente: Centro de Estudios Internacionales (CEI) Habiendo analizado el flujo, representación y destino de las exportaciones, resulta importante señalar algunas de las características de los productos que se exportan. Por ejemplo, las exportaciones argentinas al bloque de productos alimenticios ha disminuido, aumentado el volumen de las exportaciones de manufacturas; las exportaciones de Brasil son manufacturas seguidas de minerales y metales, mientras que Paraguay y Uruguay exportan tanto al Mercosur como al resto del mundo principalmente productos alimenticios (CEI, 2005, pág. 23). Lo que nos da un panorama del nivel de industrialización de estos países, siendo Paraguay y Uruguay exportadores de productos primarios y Argentina y Brasil de productos con mayor valor agregado. En definitiva las exportaciones y el comercio intrarregional en el Mercosur desde 1992 ha ido en incremento, no solo con los datos de los últimos cinco años aquí recolectados; sino ya desde 1995 de los US$18.398 millones a los US$19.921 millones en 1999 hasta los US$289 201 en 2006 (Integración, Comercio y Ambiente en el Mercosur, 2008). Hemos visto como la economía de la región ha intensificado las relaciones comerciales que se fijaron en el acuerdo marco, pero que sin embargo son evidencia de una disparidad económica entre los países que lo conforman. 12 Brasil representa más de un 70% del territorio, alberga casi un 80% de la población y genera un 73% del PIB de la región (Terra, 2008, pág. 2); Tenemos tres economías, Argentina, Paraguay y Uruguay, que dependen potencialmente del mercado brasileño y al comercio en intrarregional; dos países, Uruguay y Paraguay, con un déficit en su balanza comercial y en sí, una fuerte dependencia de sus economías a las exportaciones. Esto nos lleva a deducir que las relaciones de interdependencia económica en el ámbito comercial son completamente asimétricas y dispares y que se tendría que evolucionar a una restructuración que implicará el desarrollo homogéneo de las cuatro economías, pero esto implicaría restarle poder hegemónico regional a Brasil, asunto que no sería tan fácil de llevar a cabo. Prueba de ello son los mecanismos y programas de cooperación económica que en el marco del Mercosur se han implementado y que se mencionan en el siguiente apartado y que distan de una real y tangible coordinación para el incremento solidario de sus economías. Conclusión Hay quienes afirman que una “mayor integración crea las condiciones para una mejor cooperación y una mejor cooperación fortalece la integración” (Quiroga, 2010, pág. 26). El mayor avance de cooperación al interior del Mercosur no se ha dado ni en aspectos estratégico-militares, financieros o ambientales; se ha dado precisamente, en el ámbito económico y más sesgadamente en el aspecto comercial con el desvanecimiento de barreras arancelarias y el establecimiento de un arancel externo común, lo que no precisamente se ha visto reflejado es en planes sustanciales y sólidos que advengan a una mayor integración. Desde antes de la conformación del Mercosur, existían iniciativas de cooperación y coordinación económica que llevaron a concretar algunos convenios y dar los primeros pasos de institucionalización bajo la “estrategia de acuerdos intersectoriales de la visión desarrollista” 6.Pero esto quedó soslayado ante la posición ideológica de los nuevos gobiernos de aquel entonces, que adoptaron el modelo neoliberal y abandonaron el desarrollo sectorial por estrategia de eliminación 6 Como el convenio Argentino-Uruguayo de Cooperación Económica (CAUSE) llevada a cabo mediante el Consejo Ministerial de Coordinación y Consulta; o el Programa de Integración y Cooperación Económica (1986) que dio en la relación bilateral y que se estructuró en torno a la negociación de acuerdos sectoriales desde la producción agrícola a hasta los bienes de capital, incluyendo las finanzas, las industrias del hierro y el acero, nuclear y automotriz, así como la cooperación tecnológica. En 1988 el Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo entre Argentina y Brasil (José Briceño Ruíz, 2006, pág. 22). 13 lineal de aranceles que resultaba mucho más simple en su aplicación que la armonización y coordinación de políticas industriales y comerciales (Eugenia, 2010, pág. 6). La misma creación del acuerdo del Mercosur llevaba la firme intención de incrementar la competitividad y la cooperación de los países participantes de tal manera que llevarán a su creciente desarrollo económico. Los esquemas de integración regional se han asociado precisamente a estrategias de desarrollo y como la instrumentación para esa cooperación económica; en el caso de los países que integran el Mercosur faltaría mucho por hacer en este tema, sin menospreciar las buenas intenciones proyectadas a través de estos programas antes mencionados por lograrlas. Esto de ninguna manera implica que esas relaciones sean equitativas y benéficas para los países que están participando en esta dinámica. Se ha visualizado como existe una relación de interdependencia asimétrica entre los cuatros países, es decir, existe una mayor dependencia económica (por lo menos en este ámbito) para Uruguay y Paraguay con un alto flujo comercial hacía la región y es especial hacía Brasil; que han denotado un menor crecimiento económico en términos de su PIB en los últimos años; países con una menor extensión territorial y poblacional y que actualmente realizan las menores aportaciones económicas al bloque (como el caso del FOCEM). Esto no significa que el proyecto en sí mismo sea o visualice un fracaso rotundo; al contrario, aun con esas asimetrías y disparidades sobre todo económicas, el Mercosur se ha vuelto un proyecto relevante que incluso pueda dar pie a la consolidación de esquemas de integración que impliquen la participación de más países del cono sur y que se vean reflejados en el impulso de otros proyectos tales como la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR) o Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). De cualquier forma es clara la potencialidad de Brasil en la región, que evidencia su control y notado liderazgo del bloque; esa potencialidad lleva implicado el sesgo y vulnerabilidad de los países más pequeños como Paraguay y Uruguay, que pueden ver al proyecto del Mercosur como plataforma de proyección al exterior o como una de las pocas alternativas para su desarrollo económico, mientras que Argentina pero sobre todo Brasil van generando toda un posicionamiento 14 desde el Mercosur, pero también en su rol regional sudamericano, e inclusive Brasil líder, con una proyección importante en el contexto internacional. La demostración comercial analizada en este trabajo, es solo un panorama de esa importante diferenciación en la dinámica y rol de los países que conforman el Mercosur, y que además es símbolo de lo que conocemos como relaciones interdependendientes asimétricas, en el contexto de un proceso de integración que fue planeado en la búsqueda (por lo menos de jure) del desarrollo económico de los países que lo conformarían. Sin embargo tras el ejemplo de la crisis económica que se vive en Europa o el mismo estancamiento de este proyecto en miras de concretar el mercado común o tal vez las mismas asimetrías económicas y desacuerdos políticos; exijan el replanteamiento y la búsqueda de nuevas estrategias con proyecciones más integrales y en el esquema de una cooperación horizontal más evidenciable. Aluden algunos analistas que el costo de la credibilidad constituye quizás el peor problema con el que pueden tropezar los países miembros en su proceso de integración económica; y como “poner en marcha un plan de integración como el Mercosur y otros claros ejemplos, es más fácil que mantenerlo” (Paíva & Gazel, 2001). El interés nacional sigue preponderando ante los regionales, sin embargo en esa búsqueda del propio interés es posible ceder recursos, tiempo y disposición en la búsqueda de interés colectivo que a largo plazo lleve a un mayor beneficio que si no se hubiera cooperado. Finalmente hay fuertes razones identitarias en la región que pueden llegar a consolidar proyectos interesantes con protagonismo internacional. Pero queda claro que esto no podrá lograrse mientras las diferencias entre uno y otro país sean tan divergentes. 15 Referencias Bibliográficas (2008). Integración, Comercio y Ambiente en el Mercosur. Montevideo: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. 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