capitulo iv clasificación de los sistemas éticos

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Lic. Rocío Pomasunco Huaytalla
ropohuayta
19/10/2011
 Solemos
llamar sistemas éticos o teorías éticas
(ambas expresiones prácticamente sinónimas) a
doctrinas filosóficas de carácter global, que
pretenden exponer el sentido último de los juicios
morales, y ofrecer en consecuencia un criterio de
su legitimidad. Ejemplos de tales sistemas o
teorías son el eudemonismo, el hedonismo, el
utilitarismo, etc.
19/10/2011
ropohuayta

Esta doble denominación apunta al intento de
asimilar la estructuración del discurso ético a las
dos grandes formas de estructuración del discurso
teórico: el sistema y la teoría, características
respectivamente de las ciencias formales y de las
empíricas. En su forma ideal el sistema parte de
ciertos principios o axiomas establecidos sin
discusión y procede de manera deductiva a
establecer ciertas proposiciones; la teoría intenta,
por
medio
del
procedimiento
hipótesis/comprobación,
reducir
diversas
regularidades observadas de los hechos, y
regularidades más extensas, menos observables,
pero en cierta manera más comprensibles.
19/10/2011
ropohuayta
 En
su aplicación al discurso teórico, ambas
formas de estructuración han tenido sus
practicantes y sus teóricos conocidos. En el
caso del discurso práctico, sin embargo, la
situación es más confusa. Tan sólo en el caso
de Spinoza encontramos una voluntad
consciente de elaborar una ética more
geometrico, a la manera de un sistema
formal.
19/10/2011
ropohuayta

Si las consideramos de manera superficial, podría también
pensarse que las éticas de la antigüedad clásica, en la
medida en que adoptan el modelo aristotélico de theoria,
constituyen, o intentan constituir, sistemas deductivos, en
cuanto en apariencia no pretenden sino extraer de manera
deductiva las exigencias prácticas de la idea de la
naturaleza racional del hombre: la ley natural, en
consecuencia, no sería sino un conjunto de teoremas
deducibles de la idea de racionalidad humana. En realidad,
las cosas han sido muy diferentes. El pensador antiguo
tiene en el punto de partida una idea muy clara de quae
erant demonstranda, a saber, las normas e ideales morales
vigentes en la sociedad antigua (incluida la desigualdad), y
su apelación a la naturaleza racional del hombre, tiene más
de realzamiento retórico que de establecimiento de un
principio o axioma teórico.
19/10/2011
ropohuayta

Un caso opuesto es el de la ética
anglosajona, a partir de Shaftesbury. La idea
que se hace sobre su propia metodología es
registrada memorablemente por Hume: se
trata de registrar las valoraciones que están,
por así decir, encarnadas en el lenguaje con
que describimos las conductas y caracteres
de los hombres, y encontrar el factor o los
factores comunes a esas valoraciones. Ese
factor común constituirá el criterio con que
podremos enjuiciar ya, desde un punto de
vista moral, las acciones, los caracteres y las
instituciones humanas reales.
19/10/2011
ropohuayta

Si, por ejemplo, hallamos que la utilidad
social es el factor único o completamente
dominante
en
nuestras
valoraciones,
tendremos la piedra de toque para examinar,
teniendo en cuenta por supuesto los
elementos
histórico-culturales
que
intervienen en la idea de utilidad social, la
legitimidad o ilegitimidad de nuestras normas
sociales o juicios de valor. Una norma social
que no condujera a la mayor utilidad (/
felicidad) social posible quedaría ipso facto
deslegitimada.
19/10/2011
ropohuayta

Desde luego, con este intento de
asimilación de las teorías éticas a las
teorías científicas (aparte las dificultades
suscitadas recientemente por la idea
misma de teoría científica), el problema
es que su punto de partida no son un
conjunto
de
hechos
objetivos
e
independientes de nuestros deseos y
valoraciones, sino una clase de hechos, los
juicios morales (o, si preferimos, las
normas
morales),
que
consisten
precisamente en esas valoraciones
19/10/2011
ropohuayta

Por lo tanto, afectados al menos de una doble
relatividad:
Relatividad individual, en el sentido que es posible
(seguramente dentro de ciertos límites) la discrepancia
entre individuos pertenecientes a la misma /cultura o
época histórica acerca de la legitimidad de ciertas normas
o juicios de valor;
◦ La aún más importante relatividad cultural o histórica,
que aun teniendo sin duda los límites de los prerrequisitos
funcionales de cualquier sociedad, alcanza límites tan
considerables como para sostener razonablemente que
ninguna teoría ética puede considerarse como intemporal,
por encima de cualquier cultura.
◦
19/10/2011
ropohuayta

Una clasificación detallada de las teorías (o
sistemas) éticas podría prolongarse de
manera indefinida hasta coincidir, de manera
casi completa, con los distintos pensadores.
Es usual agrupar estas teorías en dos grandes
grupos: deontologistas y teleologistas. La
terminología varía aquí mucho: por
deontologistas es frecuente emplear hoy
contractualistas,
mientras
que
por
teleologista se usa hoy generalmente
consecuencialista o –species per genus–
utilitarista.
19/10/2011
ropohuayta

Los matices implícitos en la elección de la
terminología son, naturalmente, importantes; pero se
nos permitirá que los pasemos por alto. La distinción,
que si se examinan sobre todo las formas más
moderadas de ambas tendencias puede parecer fútil,
puesto que, en los casos concretos, suelen llevar a las
mismas conclusiones, tiene, sin embargo, importancia
no sólo lógica, sino cultural y casi antropológica. Una
visión deontologista de la moral está estrechamente
ligada con las ideas de derecho y de democracia: la
doctrina popular de los derechos humanos es
precisamente el mejor ejemplo de doctrina
deontologista.
19/10/2011
ropohuayta

Por el contrario, el punto de vista teleologista en la
moral, guarda gran semejanza (como lo muestra la
historia del utilitarismo) con el del hombre práctico,
el que busca resultados, el hombre de la actividad
económica. No es conveniente pasar por alto estas
homologías de las actitudes éticas con las
instituciones centrales de nuestras sociedades, la
democracia y el mercado competitivo, puesto que
resultan reveladores de la naturaleza compleja de la
reflexión filosófica. Se nos permitirá, sin embargo,
puesto que de esto se trata aquí, que nos ciñamos a
los aspectos lógicos de la distinción.
19/10/2011
ropohuayta

Las teorías deontologistas señalan la obediencia a la
ley como elemento esencial de la acción moral: sólo
obramos moralmente cuando obedecemos a la ley y
porque obedecemos a la ley. Naturalmente los
deontologistas no toman la palabra ley en el sentido
del derecho positivo, pero tampoco en el sentido de
la antigua ley natural, cargada de contenidos
concretos. En la forma más simple, la propuesta por
Kant, la obediencia se debe a aquellas normas que
puedan resultar universalizables, es decir, que
reúnan las condiciones formales (imparcialidad,
utilidad general...) para ser leyes.
19/10/2011
ropohuayta

El deontologismo kantiano era indudablemente demasiado
abstracto; el actual suele expresarse en un estilo
contractualista. De acuerdo con él, son malas aquellas
acciones que resultarían rechazadas bajo un sistema de
regulación de la conducta, que nadie, en situación de
igualdad y libertad, rechazaría como base de común
acuerdo. Como esa situación de igualdad y libertad
completas sólo puede darse en una situación hipotética, la
de estado de naturaleza, los (hipotéticos) acuerdos en el
estado original de naturaleza constituían así las leyes o las
instituciones morales.
19/10/2011
ropohuayta

Las teorías deontológicas son particularmente
populares entre juristas, que favorecen por
razones
obvias
los
comportamientos
de
obediencia a la ley (basadas, en última instancia,
en los derechos humanos). Sin embargo, no hay
ninguna razón para adoptarlas como definitivas.
Aunque recogen bien el elemento de
imparcialidad que, sin duda, es parte esencial del
juicio y del comportamiento morales, prescinden,
o al menos desconsideran, la idea de
consecuencias en términos de bien humano que
puede suponer la observancia a ultranza de las
leyes.
19/10/2011
ropohuayta

Por ello cualquier teoría deontologista necesita ser
completada, y en cierto modo fundada, en una teoría
consecuencialista (no diremos utilitarista, porque el
utilitarismo sensu
stricto presenta notables
problemas de definición). Es la mejora de la
condición humana lo que constituye el sentido último
de lo que desde el siglo XVIII llamamos la moral: son
las consecuencias en términos de felicidad humana
las que, en último término, definen la calidad moral
de una acción. Las leyes morales son útiles como
señalizadores del camino, que normalmente
conducen al mayor bienestar humano.
19/10/2011
ropohuayta

Algunos autores han señalado que, aunque
teóricamente las leyes no sean sino medios para el
bien humano, en la práctica han de considerarse
inviolables, pues nunca podremos estar seguros de
que su violación no engendrará males mayores que
los derivados de su cumplimiento. Pero tal
consideración es exagerada si pensamos en casos
verdaderamente extremos. Hay posturas intermedias
que prácticamente coincidirán a efectos de la
práctica. La consideración de los casos extremos, sin
embargo, es interesante, no sólo como instrumento
de análisis cultural de la época, sino como
alternativa de solución de problemas graves.
19/10/2011
ropohuayta

Estas consideraciones elementales sugieren la
idea de que no puede existir la teoría ética
verdadera, en el sentido de la apelación a un
principio (la felicidad, la utilidad social, el
cumplimiento del deber...) que explicara por
completo la legitimidad de todos aquellos juicios
de valor morales que estamos dispuestos a
respaldar. Muy probablemente la adopción (sea
individual o colectiva) de una determinada
teoría ética entrañe necesariamente la pérdida o
la desestima de ciertos conceptos de valor que
pueden ser muy importantes para la vida moral.
19/10/2011
ropohuayta
 No
todo tiene que ser ganancia en el
progreso moral, individual o social (si es que
se da tal progreso). Puede ser incluso dudoso
que haya de haber una ganancia neta. En
todo caso, la adopción de una teoría implica
dar preeminencia a ciertos valores, dentro
de los que conforman la vida individual y las
relaciones sociales.
19/10/2011
ropohuayta

Es esencial, en mi opinión, tener siempre
presente este carácter necesariamente
incompleto del discurso y de las teorías
éticas, que –no hace falta decirlo– poco
tiene que ver con el relativismo estricto. Sin
duda, es conveniente, por razones políticas
y culturales, que los valores realzados por
determinadas teorías sean subrayados en
una
determinada
situación
histórica
(pensamos, por ejemplo, en la teoría de los
derechos humanos).
19/10/2011
ropohuayta

Desde otro punto de vista, hay que tener en
cuenta la diferencia de realizabilidad de las
teorías éticas4, y ello no sólo por razones de
práctica
política,
sino
también
por
coherencia
teórica.
Pero
estas
consideraciones no sugieren la idea de que
exista una teoría definitiva. Incluso aquellas
teorías que, como el intuicionismo, resultan
definitivamente pobres desde el punto de
vista teórico, recogen seguramente ciertos
aspectos del discurso moral que sería
imprudente subvalorar.
19/10/2011
ropohuayta

Por todas estas razones es dudosa la
interpretación de las teorías o sistemas
éticos como códigos morales, a la manera
de códigos jurídicos. Las relaciones de
principios y reglas en las teorías éticas no es
la relación de lo general (no hacer daño) a
lo particular (no matar), sino más bien la
relación entre el sentido y la expresión
lingüística. Un mismo principio moral (hacer
el bien) puede expresarse en reglas y
decisiones muy distintas, según las
circunstancias.
19/10/2011
ropohuayta

Las teorías éticas no sólo pueden diferir por
sus conclusiones prácticas, sino que también
pueden ofrecer explicaciones muy distintas
de lo que sea la razón práctica (compárense,
por ejemplo, la explicación de la racionalidad
práctica que ofrece Kant con la que ofrece
Hobbes) y de aquello en que consista la
mejora global del hombre. En ambos puntos
están sumamente influenciadas por lo que
constituye el horizonte cultural de la época.
19/10/2011
ropohuayta

Es imposible, por ejemplo, que un pensador antiguo,
sumergido en una concepción biologista y
organicista de la realidad humana, ofrezca una
interpretación instrumentalista de la razón, ni una
visión liberal de lo que constituye el bien del
hombre. Ello justifica que, en principio,
establezcamos una cesura entre el discurso ético de
la antigüedad clásica y el de la modernidad, lo que
no entraña, desde luego, que no existan entre ellos,
en cuestiones importantes, grandes homologías, ni
mucho menos que las ideas antiguas, por ejemplo
acerca de la felicidad o la excelencia humanas,
resulten irrelevantes para el pensamiento moderno.
19/10/2011
ropohuayta

Nos centraremos, por tanto, en los sistemas éticos
característicos de la modernidad. Restringiremos aún
más la cuestión, adoptando (y adaptando) una
definición de B. Williams: una teoría ética (o un
sistema ético) es una explicación teórica de en qué
consisten el pensamiento y la práctica morales,
explicación que implica un criterio general para
establecer la legitimidad de las creencias y
principios éticos básicos. Esta definición, que no
hace sino explicitar la noción ética de sistema, que
hemos venido utilizando, deja fuera del campo de
nuestro estudio las llamadas teorías meta-éticas,
tales como el objetivismo, el subjetivismo y sus
diversas variantes: descriptivismo, emotivismo, etc.
19/10/2011
ropohuayta

No creemos, desde luego, que las cuestiones
a las que tales teorías meta-éticas intentan
responder
sean
completamente
independientes de aquellas que provocan el
surgimiento de las teorías éticas normativas,
ni tampoco que sea posible un tratamiento
completo de la ética que no aborde aquellas
cuestiones y que no examine aquellas teorías.
Sin
embargo,
existe
una
relativa
independencia entre los campos de estudio
de la meta-ética y de la ética normativa; y
ello, unido a la limitación de espacio,
justifica nuestra restricción.
19/10/2011
ropohuayta

Aristóteles ( y después de él muchos, han pensado
así) creyó que el bien que el ser humano persigue
debe ser una bien importante, supremo, último y
consideró que este bien era la felicidad.
Posiblemente todos estemos de acuerdo con
Aristóteles y creamos que todo ser humano lo que
en definitiva pretende es ser feliz y que en
consecuencia será bueno lo que nos haga ser
felices.
◦
◦
◦
◦
◦
◦
◦
¿Cómo debemos entender la felicidad?
¿Todos la entendemos de la misma manera?
¿Nos hacen felices la mismas cosas?
¿Qué tipo de bienes pueden hacernos más felices?
¿Qué principios y normas son los más adecuados?
¿Para obrar correctamente y conseguir la felicidad?
¿Quién debe establecer las normas?
19/10/2011
ropohuayta
 Los
diversos sistemas o escuelas éticas intentan
dar respuesta a estas y a otras muchas cuestiones
relacionadas con los bienes, valores, principios y
normas que deben regular nuestra conducta
moral. Entre las muchas clasificaciones que
pueden hacerse para distinguir unas teorías de
otras, quizá, la más clásica y aceptada es la que
diferencia entre éticas materiales y formales
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS FORMALES
 No tienes esa pretensión. Entienden que es muy difícil
definir el bien y mucho menos pretender que todos lo
entendamos de la misma manera. Y que tengamos el mismo
concepto de felicidad. Por ellos prefieren tratar de
encontrar una formula, un procedimiento para saber como
debemos construir nuestras normas morales. Ese principio o
formula establecida por la razón será universal. Podrá ser
utilizado por todos los seres humanos, puesto que todos
somos racionales. Y convertirá en un deber para nosotros
aquello que establezca como lo correcto o lo más justo
para todos
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
 Aquellas que tratan de concretar de
‘’materializar’’ lo que es el bien. Debemos hacer
todo lo que nos acerca al bien y nos permita
conseguirlo. En eso consistirá la virtud.








Sofistas
Sócrates
Platón
Aristóteles
Epicúreos
Estoicos
Etilutarismo ( fuera de lo clásico)
Ética de los valores
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Sofistas: Para los Sofistas la ley positiva es un producto
humano dependiente de casa, pueblo y cultura y por lo
tanto mutable. A diferencia (fisis) que es eterna e
inmutable. Por eso ellos no pretenden establecer normas
objetivas basadas en una verdad necesaria.
La ley natural se reduce para ellos a dos principios:


La búsqueda del placer
El dominio del más fuerte, tal como se puede observar en la
conducta del niño o animal. Esta ley es la única que acepta a
todos los hombres por igual.
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Sócrates: Está en contra del relativismo y el utilitarismo de
los sofistas y hace de su actividad una constante
búsqueda de la verdad objetiva y universal. El bien, la
justicia, la verdad.... no pueden ser lo que a cada uno le
parezca o le convenga, sino algo único e igual para todos
los seres humanos. Por ello entiende la filosofía como una
búsqueda colectiva y en dialogo de un fundamento
racional, universalmente verdadero, de una verdad
absoluta e inmutable que permita superar el relativismo
moral.
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Sócrates: Para Sócrates la virtud se desvinculará del éxito
político y se convertirá en algo interior
(la virtud del
alma) que solo se alcanza con el auto conocimiento. En el
conocimiento de uno mismo está el secreto de la virtud,
pues en el alma de cada hombre en su razón o conciencia
se encuentra la verdad, el conocimiento del bien
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Platón: Discípulo de Sócrates, va a seguir la misma línea.
Cree en la existencia de los valores absolutos ( ideas), el
bien, la verdad, la belleza, la justicia...existen, son algo
real que el ser humano puede conocer por medio de la
razón.
Algo no es bueno porque a mi me lo parezca sino al
contrario porque algo es bueno me lo ha de parecer.
◦ El ser humano con su razón puede descubrir ese mundo
de realidades supremas objetivas que nos permite
entender el mundo en el que nos movemos
cotidianamente
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Platón: Para Platón el conocimiento sensible es
inseguro, no todos ven la misma cosa de la misma
manera y está comprobado que los sentidos nos
engañan con frecuencia. La gente de la verdad hay
que buscarla en el alma, en la razón, ella se mueve
hacia lo puro, lo que siempre es, lo esencial, lo
inmutable, la verdad y el bien.
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Aristóteles: Discípulo de Platón, cuenta entre sus grandes
éxitos el haber organizado y sistematizado el
conocimiento anterior a él. Se puede decir por ello que
es el verdaderos iniciador de la disciplina ética.
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Estoicismo: Es la escuela fundada en Atenas por
Zenón, maestro de origen Chipriota, en la
primera mitad del siglo III antes de Cristo. Se
introdujo en Roma, donde tuvo importantes
continuadores como Séneca y Marco Aurelio. Se
caracterizó por relacionar la naturaleza cósmica
con la naturaleza humana. Para ellos, los
estoicos, Dios es el alma del mundo, la razón
universal, el ‘’logos’’ que lo ordena, es decir, vivir
razonadamente.
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Hedonismo: La virtud es el camino para conseguir el
estado de placer que consiste en el equilibrio más que en
el placer en sí; el hombre virtuoso posee el arte o la
técnica para conseguir el máximo placer con el mínimo
dolor. Epicúreo consideraba que una vida austera sin
necesidades ni ambiciones es la mejor forma de vivir
feliz. Sus ambiciones cultivaran virtudes sociales, como la
amistad, la amabilidad, la dulzura... .
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
Utilitarismo: Surge en Inglaterra en el siglo XVIII y
XIX, dentro del marco de la ilustración y de
acuerdo con las ideas de progreso científico, social
y político, que representa la corriente positiva. Es
un intento de aplicar al terreno de la conducta
moral los principios establecidos en el campo de la
ciencia natural y de la economía. Se busca la
producción de bienes útiles y se relaciona con ellos
el placer y la felicidad.
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES
◦
Ética de los Valores: en el siglo XX Max Scheler(+)
presenta una nueva visión del bien, de lo que
apreciamos
como
bueno.
En
principio
consideramos que una realidad es un ‘’bien’’
cuando tiene tiene valor, cuando lo apreciamos
como algo valioso; pero buena o mala le estamos
atribuyendo un valor. Esto quiere decir que el
bien no es la realidad última que han de servir
de referencia a la ética, sino a los valores.
(+) Filosofo Alemán que se dedicó al estudio de los valores
19/10/2011
ropohuayta
ÉTICAS MATERIALES

Ética de los Valores: Los valores son
cualidades objetivas que están en las cosas,
pero sin independientes de ellas, como
también son los del hombre, que no los crea
sino que los descubre. Para que el ser humano
pueda descubrir y captar los valores no basta
ni los sentidos ni la razón, si se necesita una
especie de sentimiento del valor; una facultad
a la que llama ‘’intuición afectiva o
emocional’’. Para esta corriente lo deseable
sería vivir prefiriendo y eligiendo los valores
superiores por encima de los inferiores
19/10/2011
ropohuayta
Fin de la Presentación
ropohuayta
19/10/2011
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