LOS PAGOS INTERNACIONALES Y EL MERCADO DE CAMBIOS 1. CARACTERISTICAS GENERALES DEL MERCADO DE CAMBIOS Las operaciones internacionales en el régimen capitalista ordinaria mente son llevadas a cabo por los individuos, las empresas y ciertas instituciones del gobierno y no por los países como tales. Dichas operaciones son computadas en dinero y se diferencian de las operaciones internas no porque se paguen en otro lugar y de preferencia por compensación, sino porque tienen que ser liquidadas en otra moneda. La existencia de sistemas monetarios independientes en economías que comercian hace necesario el tipo de cambio, hecho que da lugar a un mecanismo sui generis y a la transmisión de las fluctuaciones económicas de los países, debido a que los pagos al exterior y los ingresos recibidos de él -al concretarse en transferencia de fondos determinan cambios en la reserva, en el circulante y el ingreso nacional, en la demanda y en los precios domésticos. No obstante la complejidad de estas operaciones, derivada de la necesidad de hacer pagos en diferentes monedas y a mayores distancias, tanto los importadores como los exportadores realizan sus operaciones y reciben o pagan su importe en la moneda de su propio país. Es decir, el importador paga con su propia moneda y el exportador recibe el importe de la venta también en la suya. Esto es posible gracias a la intervención de los bancos, los cuales asumen derechos y obligaciones en monedas extranjeras contra moneda nacional y solamente el saldo final de estas operaciones es pagado en efectivo (ya sea en oro, en divisas o acreditado en depósito). El importe de este saldo, aun cuando sólo sea contablemente abonado o cargado a través de los bancos que intervienen, de todas maneras afecta el monto de la reserva monetaria, tanto del país que recibe el saldo como el del que lo paga. El diagrama que sigue da una idea de la estructura de pagos entre países. El mercado de cambios resuelve el problema de los que reciben divisas y tienen que proveerse e moneda nacional, y de los que necesitan cambio exterior y sólo disponen de ésta. El problema de la conversión de moneda se soluciona a través de un mercado que negocia con estas mercancías especiales que están sujetas a un mecanismo de pagos, bilateral o multilateral, y con las cuales se forma un mercado con características singulares que finalmente se unifica alrededor de un precio común, debido a las siguientes circunstancias: a) homogeneidad del bien que se negocia, b) bajos costos relativos de la transferencia de fondos, c) transferencia casi instantánea de la información y de los fondos. Es decir la mercancía negociada (divisa) sujeta a las condiciones normales es transferible perfecta y rápidamente a bajo costó y es homogénea en calidad, no obstante las diferentes procedencias (exportación de distintas mercancías y variedad de los servicios, diversos documentos en los que se expresa el movimiento de capitales) y los variados fines para los que se ofrecen y demandan las divisas. Un alto grado de movilidad y una gran cantidad de compradores y de vendedores bien informados zanjan las dificultades derivadas de gran número de monedas utilizadas en diferentes tipos de transacciones y que se demandan para los más variados menesteres. En concreto, el mercado de cambios puede describirse mediante relaciones recíprocas de oferta y demanda que expresen ofertas y demandas de divisas en función del tipo de cambio. 2. ORIGEN DE LA OFERTA Y LA DEMANDA DE DIVISAS Los importadores, al igual que todas aquellas personas físicas o morales que tienen necesidad de hacer pagos o de transferir fondos al exterior cualquiera que sea el origen de dichos pagos y transferencias, recurren al mercado de cambios en demanda de divisas, o sea de poder adquisitivo extranjero, generalmente bajo cualquier forma de giro. Por otro lado, los exportadores concurren al mercado a ofrecer poder adquisitivo extranjero. Ambos, oferentes y demandantes, integran el mercado de cambios de un país. Ordinariamente, es en los bancos y en las casas de cambio donde se concentra la oferta y demanda de divisas: que no es sino la oferta y la demanda de poderes de compra expresados en distintas monedas. Los renglones que originan oferta y demanda de divisas en el mercado de cambios de cada país son todos los comprendidos en la balanza de pagos y que, en forma resumida se pueden reducir a cuatro de oferta y a cuatro de demanda en la siguiente forma: Oferta dé divisas provenientes de: l] la exportación de mercancías, 2] la prestación de servicios al exterior, 3] el ingreso de capitales, 4] los ingresos por concepto de donativos y otras transferencias unilaterales. Demanda de divisas originada por: 1] la importación de mercancías, 2] el pago de servicios recibidos del exterior, 3] La salida de capitales, 4] los egresos por concepto de donativos y otros renglones de naturaleza semejante. Este intercambio de bienes y servicios representa una corriente real que da origen a otra corriente financiera en valores a corto y a largo plazo, de documentos a la vista o de efectivo y de cualquier movimiento de títulos. Sin embargo, suelen ocurrir movimientos de la balanza sin que se realice a través del mercado de cambios en cuyo caso el pago es efectuado mediante un movimiento de oro o de depósitos a través de las cuentas recíprocas de los bancos centrales o de movimientos de depósitos entre bancos comerciales; las utilidades reinvertidas de las compañías extranjeras tampoco originan transferencia de fondos. Algo similar acontece con las inversiones directas. 3. EL MERCADO DE CAMBIOS En el mecanismo de pagos internacionales se necesitan dos elementos para hacer pagos entre países, o sea para efectuar transferencias de poder adquisitivo a través de las fronteras de una moneda a otra: un instrumento (ej.: una letra de cambio o giro bancario) y la intervención de una institución tanto en el país que paga como en el que recibe el pago. Cuando las compras y ventas se nivelan surge un sistema de compensación (clearing) casi automático sin necesidad de recibir o enviar divisas y otros medios de pago en cada operación realizada, excepto por la diferencia al efectuar la liquidación del saldo neto. Instituciones que intervienen en el mercado de cambios. El mercado de cambio está formado o constituido por un conjunto de instituciones que se dedican a comprar y a vender divisas: 11 El Banco Central cumbre y base de este mercado en cuanto que es proveedor en último extremo de divisas y comprador final de ellas. 2] Los bancos comerciales, las casas de cambios y los cambistas en general, llámense corredores, agentes, comisionistas o corresponsales. 3] Otras instituciones o agencias oficiales. Estas instituciones no operan en un solo lugar como sucede con las bolsas de valores, sino en sus propios establecimientos. Además proporcionan los servicios necesarios para la transferencia. Según la cuantía del costo de esta transferencia, el tipo ele cambio variará, independientemente del tipo de interés del dinero invertido en cada operación, de acuerdo con las condiciones de entrega en cuanto al plazo y riesgo. Así, el tipo de cambio puede variar para una sola moneda, en el mismo mercado y para el mismo día, debido a las variaciones en las condiciones mencionadas, en cuanto a la fecha de entrega o a que sean monedas transferibles o sujetas a determinados controles. Las instituciones que intervienen en el mercado de cambios son un eslabón o nexo necesario en el engranaje del mercado internacional de cambios porque poseen fondos en determinados centros financieros estratégicos, y los proporcionan para hacer pagos en cualquier lugar, en diferentes monedas y por cualquier cantidad. Así, París, Londres y Nueva York son centros financieros internacionales que actúan como cámaras de compensación, además de otros centros financieros de menor importancia. También otorgan crédito para financiar las mercancías durante el lapso en que están en tránsito o por el vencimiento del documento o giro. La importancia de los centros financieros internacionales se origina en el hecho de que casi todos los países, en sus operaciones comerciales con el resto del mundo, liquidan sus compraventas a través de esos centros. Resultaría incosteable, para cada nación, sostener relaciones de corresponsalía con los bancos de todos los países con los que comercio. La cuantía, el número y la dispersión de saldos exteriores que habrían de tenerse ocasionarían un costo mayor. Esta complejidad se resuelve por la vía de hacer uso de los centros financieros mencionados. Por otra parte, en vista de que resultaría arriesgado comerciar con monedas inestables o cuya cotización se desconoce, sólo hasta con disponer de saldos en los principales centros financieros. Estos pueden hacer el financiamiento y la compensación de una gran parte del comercio, y ofrecen múltiples y experimentados servicios bancarios y financieros (fondos para el descuento de documentos). Además, pueden ser refugio para capitales a corto plazo o para la inversión. A) Las funciones: a) La más importante consiste en la transferencia de poderes adquisitivos entre las distintas monedas, mediante diferentes instrumentos de cambio a través de los bancos. b) También actúan como mecanismos de compensación, al con. centrar la oferta y la demanda de divisas y compensar la compra- venta de divisas hasta el límite en el cual se nivelan los ingresos y los pagos mutuos, Y realizar periódicamente la transferencia de los saldos finales. c) Facilitan las operaciones de futuros, tanto de compra como de venta, con la consiguiente función crediticia, así como las de cobertura o de protección contra riesgos. d) Nivelan todas las monedas alrededor de un tipo de cambio a cierto nivel común, mediante las operaciones de arbitraje, independientemente del estado de las balanzas entre países. B) Ventajas: Por su parte, la intervención de los bancos y de los cambistas en la compraventa de divisas facilita el mecanismo de la transferencia a las empresas y a los particulares, con las siguientes ventajas: a) El exportador cobra de inmediato, en su país y en su propia moneda, en tanto que el banco que interviene sólo anota un saldo a su favor en divisas, contra un banco de otro país. b) El importador pagará a plazo, en su moneda y en su propio país. c) Al final, los bancos se transfieren fondos, por el importe del saldo neto únicamente. Más bien sólo suelen efectuar anotaciones de crédito a de débito. En concreto. la función esencial de los mercados de cambios consiste, como quedó asentado, no tanto en relacionar deudas pagaderas en diferentes lugares, como en relacionar obligaciones en diferentes monedas. Este mercado tiene características especiales derivadas del mecanismo especial de los pagos internacionales y del cual surge un fenómeno nuevo: el tipo de cambio, que no es sino el precio de una moneda extranjera (divisa) expresado en moneda nacional. De este intercambio de monedas o de poderes de compra suele resultar en último extremo una compensación de las operaciones hasta cierto límite y únicamente el saldo se transfiere en efectivo, usualmente a través de transferencias de saldos interbancarios. 4. OPERACIONES DE FUTUROS Estas operaciones consisten en la compra o venta de divisas cuya entrega y liquidación final se efectúa al vencer el plazo estipulado. Estas operaciones tienen dos finalidades: la especulativa y la de protección contra futuras variaciones en los tipos de cambio. En ambos casos, la diferencia entre el tipo de cambio actual y el concertado en la operación a futuro estará influida por: el precio probable de la moneda de que se trate en la fecha estipulada, el tipo de interés del dinero empleado y el plazo, y la comisión de la institución que asume la obligación. La diferencia entre la operación de futuros con fines de cubrimiento o cobertura y la que conlleva fines especulativos consiste en que la primera obedece al propósito de evitar un riesgo y, en su caso, los perjuicios económicos que resultarían de una variación adversa del tipo de cambio. Desde luego se supone que quien la promueve renuncia también a la obtención de cualquier ganancia derivada de la variación futura del tipo de cambio." Estas operaciones suelen ser promovidas por empresas o particulares que han contraído obligaciones en moneda extranjera y que, mediante la compra a futuro, quedan a salvo de cualquier pérdida que les acarrearía una variación en la paridad cambiaría. Las instituciones que aceptan las operaciones generalmente se cubren y de hecho reducen su intervención a un mero papel de intermediarios. Por el contrario, las operaciones especulativas se caracterizan por no tener contrapartida, es decir, el especulador no compra futuros porque tenga necesidad de liquidar obligaciones en moneda extranjera, ni vende futuros porque vaya a tener en su poder divisas. sino que exclusivamente opera en el mercado cuando considera que puede obtener una ganancia derivada de una variación en el tipo de cambio, vendiendo divisas a futuros si cree que el tipo de cambio bajará y comprando futuros cuando estima que subirá. En cualquier casó, la operación tiene fines lucrativos, lo que naturalmente incluye un riesgo, a diferencia del primer caso, que representa una operación comercial con fines de seguridad frente a una posible fluctuación cambiaría y que sólo pretende evitar un riesgo. Las operaciones de futuro son más cuantiosas en aquellos países donde la cotización de la moneda nacional está sujeta a variaciones frecuente, a diferencia de cuando la fluctuación del cambio es menor y resulta de escasa utilidad cubrirse contra futuras fluctuaciones, sobre todo en las de corto plazo. Estas operaciones de cubrimiento o de cobertura suelen efectuarse con el apoyo del crédito bancario. Los compradores de futuros generalmente hacen estas operaciones mediante depósito en efectivo que sirve de garantía -un porciento del precio de compra- al vendedor, usualmente un banco, de cualquier variación. El resto se financia con crédito del propio vendedor de futuros o de una tercera institución. En el caso de una operación de futuros a la inversa, o sea, no de compra sino de venta, también suele efectuar a base de recibir parte de] importe y liquidar el resto al vencimiento del plazo, convenido. Cuando los compradores a futuro, para evitar un riesgo o para especular, ejercitan una demanda de divisas semejante en cuantía a la de los que efectúan operaciones en sentido contrario, estas operaciones no influirán al tipo de cambio. Esto es, los alsistas y los bajistas contrarrestarán mutuamente sus demandas y ofertas y el tipo de cambio tenderá a permanecer estable. En consecuencia, cualquier fuerza que aumente o disminuya la magnitud de algún renglón de la balanza de pagos, sin dar lugar a un aumento o disminución compensando en el lado opuesto o en el mismo lado del balance perturbará su equilibrio y exijirá una modificación automática del tipo de cambio, excepto cuando la autoridad monetaria abastezca las demandas y absorba las ofertas, en forma ilimitada. Las perturbaciones de la balanza de pagos, como se vio, pueden provenir de cualquier alteración en el renglón de las mercancías, de los servicios o en la corriente de capitales. Su origen puede deberse a un desequilibrio de la economía nacional o del extranjero, esto es, a causas internas o externas. Las operaciones de futuro son parte del mercado de cambios y no un mercado diferente, pero tienen sus propias características, dado que su función consiste en ligar la cotización actual con la cotización futura, mediante el tipo de interés corriente en los dos mercados (arbitraje de intereses) y el grado de inestabilidad del tipo de cambio. Si el tipo de cambio es fijo y estable en ambos mercados, el tipo de cambio a futuro será casi igual al que rija en el mercado. Las operaciones a futuro no son la causa del desequilibrio de la balanza, sino que es el estado de ésta lo que provoca a estas operaciones. Empero, las operaciones de futuros sí influyen para aumentar o disminuir el desequilibrio, aunque sean en última instancia, consecuencia del estado de la balanza de pagos. Por tal motivo, estas operaciones suelen aligerar o acentuar las alteraciones de la paridad cambiaría. Cuando ésta es estable, como en el patrón oro, y no se prevé un cambio en la paridad, las operaciones de futuro, desaparecen o se reducen a un mínimo. Pero cuando los países se rigen por patrones libres, la naturaleza misma de estos sistemas implici variaciones en los tipos de cambio, a menos que la autoridad monetaria estabilice el precio de las divisas. En consecuencia, las operaciones de futuros serán tanto más voluminosas cuanto mayor sea la frecuencia en la variación del tipo de cambio. Por esta circunstancia, a menudo dichas operaciones influyen anticipadamente en la alteración de su nivel. 5. OPERACIONES DE ARBITRAJ E Arbitraje es el mecanismo por medio del cuál dos mercados que se encuentran separados por la distancia se vuelven uno solo en el sentido económico. Si este mecanismo funciona libremente, el tipo de cambio adquiere un nivel para todo el mundo, porque impide que haya diferentes cotizaciones para cada moneda según el estado de la balanza de pagos frente a cada país en particular. Las operaciones de arbitraje obedecen a diferencias en la cotización de una moneda en dos mercados y su función consiste en demandar las monedas donde están baratas e incrementar la oferta donde son caras. Debido a estas operaciones, varios mercados físicamente. separados hacen uno solo en cuanto que tienden a unificar el precio. Ello es posible dada la homogeneidad de la mercancía, los bajos costos de envío debidos al volumen de las operaciones y la transferencia casi instantánea. No obstante que la balanza de pagos de un país esté equilibrada frente al resto del mundo, seguramente que cada relación de país a país acusará desequilibrio, positivo o negativo. A pesar de estos desequilibrios bilaterales, los tipos de cambio se conservan dentro de una paridad común. Por ejemplo podría pensarse que si la balanza externa de México resulta desfavorable con Estados Unidos e Inglaterra y favorable con Francia y Japón, los tipos de cambio con los dos primeros países resultarían desventajosos para el peso mexicano y los correspondientes a los dos últimos, ventajosos. Esto es, que habría varios tipos de cambio: alto frente a cada uno de los países con los que nuestra balanza fuera favorable y bajo en los casos contratos. Pero esto no sucede en virtud de las operaciones de arbitraje, las cuales evitan la existencia de disparidades entre las diferentes monedas v nivelan los tipos de cambio alrededor de un nivel común. Gracias a las operaciones de los árbitros, todas las monedas tienden a nivelarse en todos los mercados de cambio en tomo a cierta paridad común. Los cambistas v en general las instituciones de crédito efectúan las operaciones de arbitraje en la medida en que la diferencia en la cotización de dos monedas en términos de otra, que sirve como base de comparación, es de tal magnitud que deja una utilidad aceptable. Por ejemplo, tanto el sol peruano como el peso mexicano guardan una determinada relación con el dólar y a través de esta divisa mantienen entre sí, el sol y el peso, una relación determinada. Cuando esta paridad se desvía más allá de ciertos límites (determinados por la tasa de interés, la comisión de la institución que interviene, cte.), los cambistas efectúan operaciones de arbitrajes comprando la moneda en el mercado donde se abarata y vendiéndola en el mercado donde se encarece. En general, cuando la disparidad del tipo de cambio de dos monedas, respecto a un nivel común, se desvía más allá del interés por arbitraje y de la comisión usual en el mercado, entonces los cambistas operan comprando la moneda barata para venderla al mercado en cuya cotización es mayor. Es así como no obstante que las balanzas bilateralmente estén desequilibradas no surgen diferentes cotizaciones, según el estado relativo de cada mercado en particular, sino que debido a las operaciones de los árbitros, la paridad de las monedas tiende hacia determinado nivel. Si una moneda vale la mitad de otra y el doble de una tercera, esta última valdrá obviamente la cuarta parte de la segunda. En resumen, si las operaciones de futuros ligan el presente con el futuro y dan origen a fenómenos diversos y a la vez se usan para resolver problemas diferentes respecto a las operaciones de arbitraje, éstas ligan unos mercados con otros casi al instante, estableciendo entre las cotizaciones de las diferentes monedas un precio alrededor de un nivel común, independientemente del estado de cada relación bilateral. Si las primeras son resultado de ciertas perspectivas en las variaciones del tipo de cambio, el arbitraje, por su parte, tiene efectos niveladores, al evitar que las variaciones de las paridades intermonetarias se desvíen fuera de ciertos límites. En este sentido, las operaciones de arbitraje tienen influencia sobre el tipo de cambio actual, al aumentar la demanda o la oferta según el sentido de la desviación del tipo de cambio respecto de su paridad normal.