De Brujas y Monstruos. El Analista y sus Demonios

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De Brujas y Monstruos
El Analista y sus demonios
Lic. Laura Mejorada de la mora
Grupo Psicoanalítico de Guadalajara (Grupo de estudios)
mejoradalaura@hotmail.com
Organiza
Federación Psicoanalítica de America Latina
Septiembre 23 AL 25 de 2010
Bogotá - Colombia
De Brujas y Monstruos. El Analista y sus Demonios
Eje temático: 3 La contratransferencia en la clínica
“cuando descubráis la esperada estrella fugaz para pedir un deseo,
Cuidaos bien de lo que pedís, puesto que las Brujas aparecen por un igual,
descendiendo de la noche y montadas en ardientes escobas,
Urdiendo el engaño para atrapar el deseo y maldeciros de por vida”
Quisiera compartir y relatar mi experiencia acerca de ciertas cosas que me
han ocurrido durante mi labor como analista, en donde el flujo de afectos que
me provoco el encuentro con cierta paciente, me llevó al no poder contenerlos
a cometer muchos errores, sobre todo a actuar, impulsada por el miedo a
perder mi narcisismo que entre su demanda y mi deseo desataron mis
demonios.
“Úrsula” llego a mi consultorio enviada por su madre, había estado en
tratamiento con una colega que hace tiempo deserto durante largos años de su
infancia y adolescencia, época durante la cual no conseguía salir de la cama
aquejada de una depresión intensa de la cual se compone cuando abandona el
tratamiento, alegando que ella tenía que cuidar a su ex_ terapeuta y por lo
tanto se canso de cargarla.
Lo que
llamo mi atención el primer día que la vi como paciente, fue que
recostada en el diván, lo que sobresalía eran sus zapatitos negros de punta
pronunciada que parecían botines, pensar que era el falo resultaba muy
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sencillo, entonces, acudió a mi mente la imagen de la bruja del norte, una de
aquellas aplastadas por la casa de Dorita que fue arrancada de la tierra por un
tornado, en la película del mago de Oz.
Esta bruja sobrevivió pero trato de vengarse por ese accidente dirigiendo todo
su odio hacia Dorita.
Por alguna razón aun desconocida, lo que acudía a mi mente, era la imagen de
los zapatitos negros puntiagudos de la bruja, que yacía tirada entre los
escombros, ¡extraña relación!, ¿porque me evocaba esta paciente esa imagen?
no lo se.
Lo cierto era que día tras día sus zapatitos me hacían pensar en la bruja del
Norte. Su relato me horrorizaba, sesión tras sesión solo había espacio para
hablar de su intenso odio por la madre, “Hablé con mi mamá, para decirle que
la odio y que si estoy sola es por su culpa” pero no se extinguía ahí también le
alcanzaba para los hermanos, los compañeros de trabajo y hasta para una ex
seudo “pareja”, puesto que nunca existió una relación formal con él, salían,
platicaban , por ahí algún beso y nada mas, a sus 37 años no había podido
tener pareja ni mucho menos relaciones sexuales, el la pretendía al principio,
pero desistió, lo trataba como el gato al ratón, solo era una presa a la que no
había que dejar ir del todo, nada mas soltarla y atraparla, en un juego sádico
que repetía con todos los personajes de su vida, incluyéndome a mi. Justo el
único motivo de consulta fue que él comenzó un noviazgo con otra chica,
ambos eran sus compañeros de trabajo y los tenía bien vigilados.
“Me dan ganas de arrancarle la cabeza a Fabi y a Beto, una miradita que
tienen, como que ella lo tiene todo y yo no tengo nada, y
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ella se ve tan
radiante” Me impresionaba el que no parecía tenerle cariño a nada ni a nadie,
su único lazo, su punto de partida y fin de toda relación era el odio, la
necesidad y la demanda, la cual sentí con tal intensidad pesando sobre mi, que
al comunicarme lo sola y deprimida
que se sentía, pues con nadie podía
hablar, le ofrecí verla cuando ella lo necesitara, ¡grave error motivado por mi
narcisismo!, claro que no había pasado ni siquiera una sesión después de mi
propuesta cuando ella me llamo para que la viera “urgentemente”, acepté,
pero en el fondo me molestó tremendamente tener que dejar de asistir a un
seminario que me encantaba, además yo sabia que lo que ella no toleraba era
el malestar y exigía que yo estuviera ahí para vomitarlo, no era que estuviese
atravesando por un momento desorganizarte ni enloquecedor, cosa que me
incomodó aun mas, pero accedí a su demanda, ¿actúe la contratransferencia?
No, yo creo que me angustiaba el decir no y poner así un limite a su narcisismo
y al mío, pero lo peor fue que no todo paro ahí, durante toda esa sesión se
dedico a quejarse de lo mal que se sentía y de lo poco que la ayudaba, “ahorita
siento que tu me vas a decir, ya no te puedo ver mejor si toma medicamento”, “
desde que estoy viniendo contigo me siento peor, antes ni me acordaba de que
mi mamá se avergonzaba de mi cuando se iba a casar mi hermana y por eso
no me invitaron a su despedida, no tengo remedio, no me voy a curar” y como
resultado
al despedirnos en lugar de pronunciar su nombre, por mi boca
salieron monstruos y pronuncie el de Fabi, la chica que era novia de su ex
supuesta pareja, mi impacto, preocupación y sufrimiento al escucharme fue tan
tremendo que al día siguiente lo lleve a análisis, lo único que me consolaba
era que por lo menos tendría otro tema mas que elaborar, mis demonios fueron
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convocados. Por supuesto que en ese instante me di cuenta que ese lapsus
fue una agresión de mi parte a esa paciente, ¿en respuesta a que? Tal vez a
que deje de ir a mi seminario favorito y quizá también al enojo que me producía
la manera tan despreciativa con que se refería toda la gente que la rodeaba. En
ese entonces habían transcurrido ya 15 sesiones, la veía dos veces por
semana y no encontraba en ella el más mínimo indicio de culpabilidad, por
todas las atrocidades que cometía: Los reclamos a la madre eran una
verdadera tortura, el hermano menor se iba a casar y ella ya le había
anunciado que no asistiría, y claro que la culpable de que se le hubiesen
desatado los odios y se jodiera todo mundo era yo,
así que a la sesión
siguiente cual debe de ser abrí con ella al inicio el tema de mi lapsus agresivo
reconociéndolo con profundo dolor, ella se mostraba sumamente enojada y
ofendida, había decidido que yo no la ayudaba y que de todos modos dejaría la
terapia, “ estoy cansada de ver que me estén viendo la cara de estupita todo el
tiempo, esto nada mas me ha servido (en un tono burlesco) para darme cuenta
de que vivo agrediendo y alejando a la gente, que no soy una persona buena,
soy rencorosa y odio a todos” Bien dice Freud (1850 [1895] ) en el proyecto que
del dolor no hay memoria, porque yo no recuerdo las palabras, solo recuerdo la
sensación tan terrible de devaluación, de maltrato y desprecio que viví en esa
sesión, se había ido de la misma manera de la que se fue con mi
excompañera, solo que con ella estuvo varios años, ¿Se vino a vengar? No lo
se, sin embargo esta reflexión la quiero conducir sobre mi persona, sobre el
impacto que me provoco el darme cuenta que los miedos a mis brujas y
demonios me impidieron renunciar a mis impulsos para poder sentir e
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interpretar en lugar de actuar esta agresión compartida y así no expulsar yo
también el malestar que me provocaba su trato y su discurso.¿Porque el
nombre de su rival en mi lapsus? ¿Tendría que ver con el odio que ella le
colocaba a esa chica que escenificaba en lo actual el personaje de su madre a
quien odiaba apasionadamente?, nunca pudo discriminarse de ella aun cuando
viva sola y tenia un buen trabajo, acudía diariamente a comer con su madre y
aprovechaba la ocasión para el reclamo, de esta manera yo la herí en su
narcisismo, ella no quería parecérsele ni necesitarla, pues la consideraba tonta
y sumisa con su padre pero paradójicamente la necesitaba desesperadamente
por eso la odiaba ¿Por qué tome a esta paciente en tratamiento aun cuando no
veía yo muchas posibilidades? Tal vez porque en ese tiempo no tenia yo la
capacidad para renunciar a mi narcisismo, necesitaba pacientes, no importaba
que no lo fuesen, lo cual resultaba sumamente desgastante, ¿y porque no?
también quizás representaba un poco de masoquismo, porque justo es el tipo
de pacientes que maltratan y desprecian y que harán lo imposible para que
fracase el tratamiento, dejando al analista con la sensación de fracaso e
impotencia. Hasta llegue a sentir que no debería cobrarle, que no lo merecía y
obviamente no me pago la última sesión, creo que yo se la pague.
L. Francischelli (2008) a quien citare porque me encanta como desarrolla la
relación paciente analista, dice que el trabajo de instalar el tratamiento en el
paciente tiene que coincidir con el trabajo del analista para elaborar sus propias
resistencias despertadas por el paciente debidas a sus puntos ciegos, como
me ocurrió a mi, por eso pienso que por lo menos tenia un tema nuevo de
análisis para elaborar y así ir tejiendo en mi cabeza ese espacio analítico del
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que habla este autor donde
se da la transferencia, y la relación analítica
albergando y acogiendo al paciente que lo permita, como si fuera un huésped
este espacio es producto del
encuentro que dará lugar al nacimiento de la
relación mas intima del paciente consigo mismo a partir de la persona del
analista y por ello es diferente y mas profunda que cualquier relación incluso la
que se da con la madre o el padre o con el esposo y hasta con el amante, y
como dice Freud (1912)consiste en convocar los demonios y yo pienso que no
solo los del paciente sino también los del analista, nuestros monstruos y brujas
derivados de nuestra fragilidad y desamparo, de los momentos tempranos
donde deseábamos poseerlo todo, época del narcisismo que se instala en un
inicio y que nunca se va del todo. Creo que construir ese espacio del que
habla Francischelli (2008) en la mente del analista equivale a la ensoñación de
la madre mencionada por Green (1990) y otros autores, y es en ese espacio
donde puede nacer a partir de la elaboración de las propias resistencias,
pulsiones y pasiones la interpretación que ayudará al paciente a acceder a su
inconsciente, la relación que se teje entre paciente y analista es muy profunda
y estrecha, no puede ser de otra forma, por eso la ruptura abrupta y violenta
del tratamiento nos duele tanto.
Moraleja: para que este espacio surja el analista tiene forzosamente que limitar
su narcisismo continuamente, porque el narcisismo no se acaba, es como la
maleza, que invade el espacio del pensamiento, se poda y crece, impide la
interpretación y favorece la actuación.
El analista al limitarse puede
encontrarse en posición de realizar su trabajo limitando
el narcisismo del
paciente, el narcisismo siempre tiene un costo, tanto para el paciente como
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para el analista, por lo tanto: Cuando veas el Narcisismo de tu vecino recortar,
hecha el tuyo a remojar.
Resumen:
relato de mi experiencia en mi labor como analista, de un caso clínico en donde el flujo de
afectos que me provoco el encuentro con cierta paciente, me llevó al no poder contenerlos a
actuar, impulsada por el miedo a perder mi narcisismo que entre su demanda y mi deseo
desataron mis demonios.
Bibliografía:
Eduardo Blanco Relatos y Cuentos depredadores, San Juan, la noche mas corta del año, la
noche de las brujas” http://eduardblanco.wordpress.com.
Francischelli Leonardo A. ¡Mañana Psicoanálisis!, El trabajo de instalar el tratamiento en el
paciente. Editorial Biblos. Buenos Aires, Argentina 2008.
Freud Sigmund: Obras Completas, Standar Edition, Ordenamiento James Strachey, Amorrortu,
Buenos Aires Argentina1978
Volumen I: 1850 [1895] Proyecto de Psicología
Volumen XII1912 Sobre la dinámica de la transferencia
Green Andre: De Locuras Privadas, Amorrortu Buenos Aires, Argentina 1990
Descriptores. RELACION PSICOTERAPEUTICA_03.01.01,CONTRATRANSFERENCIA-_03.01.04,CUENTOS
INFANTILES_05.04.01DESEO DEL ANALISTA_01.07.03,DESEO INCONSCIENTE_ 01.04.05.
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