UN PRECIO DEMASIADO ELEVADO: ADAMA TURAY “Las mujeres en general necesitan oportunidades para mejorar su situación económica y asumir así el control sobre estos asuntos y no depender de otros para el dinero con que cuidar su salud.” Sarah Kabbia, hermana de Adama Turay. El 3 de diciembre de 2008 comenzaron las contracciones de Adama. Decidió ir a una asistente de partería tradicional pese a que le habían aconsejado que fuese a un hospital para que la practicasen una cesárea porque el feto era muy grande. A las 5 de la mañana del 4 de diciembre dio a luz a una niña. Inmediatamente después de dar a luz comenzó a vomitar y se quejó de que tenía frío. Después comenzó a sangrar, y la familia empezó a buscar dinero para llevarla al hospital. El esposo de Adama era jornalero ocasional y ganaba en torno a 10.000 leones al día (3 dólares estadounidenses). Sin embargo, cuando Adama estaba embarazada de seis meses, cayó enfermo y dejó de trabajar. Adama tampoco tenía un empleo estable. En estas circunstancias no podían ahorrar para casos de emergencia. Su hermana Sarah dijo a Amnistía Internacional: “Después de buscar el dinero durante varias horas, pudimos reunir 200.000 leones (67 dólares). Al principio el taxi cobraba 70.000 leones (23 dólares), pero lo rebajamos a 40.000 (13 dólares). Pensábamos gastar el resto del dinero en el hospital”. Hassan, su esposo, y Sarah acompañaron a Adama en el trayecto de 40 minutos en el taxi hasta el hospital. Murió en el estacionamiento del hospital. Eran más o menos las 8 de la mañana, sólo tres horas después de haber dado a luz. Tuvieron que pagar al taxista 40.000 leones (13 dólares) para que llevara el cuerpo al depósito de cadáveres. Sarah dijo a Amnistía Internacional: “Creo que murió porque no teníamos dinero y por eso no llegamos al hospital a tiempo. La llevamos a la asistente de partería tradicional para que diera a luz porque su esposo no tenía dinero para llevarla al hospital”. Buena parte de las muertes derivadas de la maternidad que se producen en Sierra Leona están relacionadas con el elevado coste de la atención médica y con el propio temor a ese coste, que no pocas veces provoca demoras a la hora de decidir buscar ayuda, demoras en el traslado a los lugares donde se proporciona tratamiento, y demoras en el tratamiento en esos lugares. El 23 de septiembre de 2009, el gobierno de Sierra Leona anunció que, a partir de abril de 2010, aplicaría una política de atención a la salud gratuita para las mujeres embarazadas. Escribe al presidente de Sierra Leona y: Relata el caso de Adama Turay como ejemplo de cómo el coste de la prestación de servicios de atención a la maternidad vital y que salva vidas queda fuera del alcance de muchas mujeres; Comunica al presidente que Amnistía Internacional tiene previsto asegurarse en la medida de sus posibilidades de que los donantes cumplen su promesa de asistir al gobierno de Sierra Leona en la prestación de atención gratuita a la salud; Alienta al presidente a: Garantizar que la política de atención gratuita a la salud de las mujeres embarazadas se aplica en todas los establecimientos de salud; Promover que el gobierno asigne el 15 por ciento del presupuesto nacional al sector de la salud, tal y como se comprometió en la Declaración de Abuja de 2001; Fomentar la sensibilización entre la población sobre la política y la necesidad de abordar las demoras para las mujeres embarazadas en el acceso a la atención a la salud. Envía la carta a: Presidente de la República His Excellency Ernest Bai Koroma President of the Republic of Sierra Leone State House, Independence Avenue Freetown, Sierra Leona Envía copia de la carta a: Amnesty International Sierra Leone P.O. Box 1021 Freetown Sierra Leona Sarah Kabbia con su sobrina de dos meses Maya en su casa de Kroo Bay, Freetown. Índice: AFR 51/016/2009 Amnistía Internacional, noviembre de 2009