La historia natural del Cocodrilo Americano Crocodylus acutus en el

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Sigler / Rev. Lat. Cons. Vol. 1 (2): 73 - 82
REVISTA LATINOAMERICANA DE CONSERVACIÓN
LATIN AMERICAN JOURNAL OF CONSERVATION
ISSN 2027-3851
Artículo de revisión
La historia natural del Cocodrilo Americano Crocodylus acutus en el
Parque Nacional Cañón del Sumidero, Chiapas, México
Luis Sigler¹*
1
The Dallas World Aquarium, Dallas, Texas, 75202, U.S.A.
Resumen
La población de cocodrilos americanos en el Parque Nacional Canon del Sumidero fue estudiada de 1993 a 2003,
detallándose su historia natural. El hábitat de esta especie fue modificado en 1980 cuando se construyó una presa
hidroeléctrica. Al inicio del estudio sólo se localizó un nido activo, pero al final, anidaban más de diez hembras. Los nidos
fueron de tipo hoyo. Las crías nacen tras 80 días de incubación con crecimiento de 0.1 mm/día durante los primeros años.
Los juveniles se alimentan de insectos y peces, posteriormente, incrementan el tamaño de sus presas. Las crías tienden a
desplazarse más activamente que los adultos, los que pueden verse durante todo el año en el mismo territorio. Las
actividades humanas que amenazan a esta especie en este sitio son: cacería, pesca incidental en redes de trasmallo y
campamentos ubicados en los sitios de anidación.
Palabras Clave: Chiapas, Cocodrilo americano, Crocodylus acutus, Historia natural, Parque Nacional Cañón del Sumidero.
American crocodile Crocodylus acutus natural history in Cañon del Sumidero National Park, Chiapas, Mexico
Abstract
The population of the American crocodile was studied at the Sumidero Canyon National Park from 1993 to 2003 detailing
the natural history. The habitat of this species was changed in 1980 when a hydroelectric dam was built. At the beginning of
the study, only one active nest was located but in the end there were more than ten nesting females. The nests type was hole
and the hatchlings hatch after 80 days of incubation; the growth during the first years is 0.1 mm / day. Juveniles feed on
insects and fish, and then increase the size of their preys. The young tend to move more actively than adults, which can be
seen throughout the year in the same territory. Human activities that threaten the species in this site are hunting, incidental
catch in gillnets and camping on the nesting sites.
Key words: American crocodile, Chiapas, Crocodylus acutus, Natural history, Sumidero Canyon National Park.
Introducción
El cocodrilo americano Crocodylus acutus, es conocido
en Chiapas como Lagarto real en la zona costera del
Pacifico. En la depresión central, que es donde está el
Parque Nacional Cañón del Sumidero (PNCS), es
conocido como Cocodrilo de río (Álvarez del Toro y
*Autor para correspondencia: cocodriloblanco@yahoo.com
Editores/Editors:
AH Escobedo-Galván, Fabio Cupúl-Magaña & JF González-Maya
Recibido/Received: 12 de mayo de 2009
Aceptado/Accepted: 4 de septiembre de 2010
Sigler, 2001). En la zona costera de Michoacán,
Jalisco y Colima le nombran caimán (Guzmán, 1973)
y en la zona costera del Caribe mexicano en Yucatán
y Quintana Roo, le conocen como cocodrilo de ría
(Lazcano, 1996; Merediz, 1996).
En el territorio mexicano, Sigler (1997) indica tres
macroregiones donde la especie se distribuye:
1) Planicie costera del Pacifico desde el norte de
Sinaloa hasta el Sur de Chiapas; 2) rías, bahías, islas
y bancos arrecifales de la costa del Mar Caribe
desde el Norte de Yucatán hasta el sur de Quintana
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Historia natural del Cocodrilo Americano en Chiapas, México
Roo y 3) cuenca del río Grijalva, desde las zonas
limítrofes con Guatemala en el río Lagartero hasta la
frontera con Tabasco, a altitudes menores a los 600
msnm.
Las experiencias de trabajo con el cocodrilo de río
dentro del PNCS, que a continuación se exponen y se
comparten en este ensayo, resultaron de más de una
década de estudios continuos de monitoreo y manejo
de la población silvestre (1993-2003).
uno y dos años de edad en 1995 y años posteriores
por el autor y su equipo de trabajo.
Desde 1995 hasta 2003 se realizaron monitoreos
anuales durante los años 1995 a 1996, 1998, 2001
y 2003 (Sigler, 1996, 1999, 2002; Okamoto y
Sigler, 2003). También se estudiaron los nidos en el
momento de su elaboración, postura de huevos y
eclosión durante todos los años de este periodo. Se
realizó colecta de crías neonatas para desarrollarlas
en cautiverio por 12 y 24 meses en varios años.
Antecedentes
La única información científica que se conoce para el
cocodrilo de río en el PNCS, antes de la construcción
en 1980 de la presa hidroeléctrica Manuel Moreno
Torres (PHMMT) o "Chicoasén", es la publicada por
Álvarez del Toro (1974). Aunque también existen
datos anecdóticos sobre su abundancia y ubicación
(Peterson, 1969; Lee, 1995; Ross y Ross, 1997).
La construcción de la PHMMT en 1980 creó un cambio
enorme en la fisonomía y ecología del río Grijalva
dentro del PNCS, ya que al retener sus aguas, el nivel
ascendió hasta 200 m creando un embalse de aguas
quietas en el 60% del río dentro del parque nacional
(Colmenero, 1978). También, desaparecieron zonas
de anidacion, sitios de asoleamiento y refugios
históricos de la fauna silvestre.
El acceso al Cañón del Sumidero fue entonces más
fácil por lo que empezó la intervención humana a
afectar a la población de cocodrilos con cacería y
captura incidental en redes de pesca.
Se asume que la población se adaptó a todos los
cambios en su hábitat de una manera lenta y
paulatina. En 1992 y 1993 sólo un nido producía
crías; no obstante, se apreciaban varias hembras en
otros sitios que no contaban con playas de anidación,
y que estaban localizados a las orillas de los riscos
inundados. Una visita rápida para inspeccionar zonas
de anidacion en 2009, reveló la presencia de por lo
menos 10 nidos activos para esa temporada (Sigler
obs. pers.), lo que indica una tendencia ascendente en
el número de nidos activos debido al reclutamiento de
hembras en edad adulta liberadas como juveniles de
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Además se colectaron huevos recién puestos para
incubación artificial. Se liberaron 293 cocodrilos
durante el periodo comprendido entre 1995 a 2003.
Se realizaron capturas de animales silvestres y
recapturas de ejemplares marcados previamente
(silvestres y liberados).
Se evaluó el crecimiento de ejemplares recapturados
y la alimentación de cocodrilos capturados por
observación en el campo, lavados estomacales o a la
necropsia cuando se encontraron animales muertos
(Okamoto y Sigler, 2003).
Hábitat
Los cocodrilos del Cañón del Sumidero habitan, desde
luego, en el río Grijalva, así como en el río Sabinal, el
río Osumacinta y, una franja de tierra cuando la hay,
la cual no excede de 50 metros de ancho.
El río Grijalva (Figura1) tiene un caudal aproximado
de 400 m³/segundo y es considerado el segundo río
más caudaloso en México. Tiene una profundidad que
oscila entre los 10 y 20 m en la zona donde no hay
efecto por la presa y de hasta 200 m en la zona
donde se construyó la cortina de la presa
hidroeléctrica. El agua tiene una temperatura
promedio de 26° centígrados. Hacia el río Grijalva
fluyen todas las aguas que se colectan en la cuenca
(más de 400 km lineales) y, en la temporada de
crecientes, el río puede fluir con gran fuerza. La
vegetación asociada a las riveras del río Grijalva
dentro del PNCS, está conformada principalmente
por selva baja caducifolia, bosque de galería y
vegetación riparia.
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Un componente importante en este ecosistema es el
mismo Cañón, con paredes rocosas que están en
contacto con el río y con altitudes que exceden en
promedio los 300 m. Esta condición genera efectos de
sombra hacia el interior, lo que se traduce en un
hábitat que no está totalmente expuesto a la radiación
solar por más de 10 horas, contrario a lo que ocurre en
otros sitios típicos de la distribución de esta especie.
Figura1. Vista Aérea del Río Grijalva dentro del Parque Nacional Cañón del Sumidero, Chiapas (INEGI 1991, Escala 1:75
000). Zona Nor-Poniente de Tuxtla Gutiérrez, capital del estado en el extremo inferior izquierdo y Vista panorámica del Río
Grijalva en el PNCS.
En algunos sitios existen depósitos de sedimentos que
el río acumuló después de la construcción de la
PHMMT y que son usados por las cocodrilas para
anidar (Figura2). Estos depósitos han sido más
evidentes después de las grandes crecientes del río
asociadas a huracanes, como en los años 1997 y
2005.
Los niveles que guarda el río durante todo el año
obedecen más a un manejo técnico, relacionado con
la generación de energía eléctrica, que a una
situación natural de crecidas en época de lluvias y
bajadas en las secas. La fluctuación que se ha
observado es de hasta 4 m, siendo los meses de lluvia
los más bajos y los de estiaje los más altos. Como la
anidación ocurre en febrero y marzo, cuando el nivel
está en el máximo, es de suponerse la reducción de
playas para anidar. Si los niveles fueran bajados
durante la anidación de las cocodrilas y mantenidos
hasta la eclosión de los neonatos, se esperaría el
aumento en el número de nidos.
La variación en los niveles del agua también afecta la
disponibilidad de escondites para los neonatos, ya
que cuando el nivel desciende después de julio, la
orilla del río queda alejada de los arbustos y de las
rocas que normalmente son empleados como refugios.
Los avistamientos de cocodrilos en censos nocturnos
durante los meses lluviosos se incrementan, ya que el
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Historia natural del Cocodrilo Americano en Chiapas, México
nivel bajo del río impide que los cocodrilos se
escondan en las orillas del rio.
encontrar los nidos recientes en el lapso de estas tres
semanas.
Época reproductiva
El cortejo inicia en los meses de diciembre y enero. Se
han observado parejas que permanecen juntas
durante todo el año y congregaciones de uno o dos
machos que cortejan y se aparean con un grupo de
hasta seis hembras. Este grupo es el que habita
dentro de la desembocadura del río Sabinal.
Los nidos de esta especie, generalmente, se
construyen en bancos arenosos a las orillas de los
cuerpos de agua donde habitan (Figura2). Existen
variaciones ecológicas y adaptativas que permiten
que en algunos sitios las hembras aniden en una
especie de montículo (Campbell 1972); sin embargo,
en el PNCS siempre se observaron nidos del tipo
“hoyo” excavados en la arena o tierra en la orilla del
cuerpo de agua y a una altura mínima de un metro
sobre el nivel del agua.
Figura2. Zona de Anidación del Cocodrilo de río
Crocodylus acutus en el P.N.C.S.
Los territorios de los machos están bien establecidos,
ya que se les observa de manera continua durante
todo el año en los mismos sitios, lo que nos permitió
reconocerlos con nombres propios durante todos los
años del estudio. Por su parte, las hembras se
trasladaron más cuando no era la época de
apareamientos y, durante la anidación y eclosión,
fueron vistas cerca de los nidos.
La rivalidad entre machos durante la época
reproductiva no fue apreciada durante nuestras
observaciones, aunque un animal muy viejo fue
lastimado durante la época de apareamiento por
otro macho que le fracturó el fémur izquierdo,
causándole la muerte varios meses después.
Anidación
La anidación inicia a finales de febrero y se prolonga
hasta principios de marzo. Es posible que el periodo
de anidación se alargue conforme se recluten más
hembras; sin embargo, durante el periodo que
duraron nuestras observaciones, fue casi riguroso
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La profundidad de la cámara de los donde se alojan
los huevos es de 30 a 40 cm. y existe una relación
entre la profundidad del hoyo con el tamaño de la
hembra; esto es, cuando más grande es la hembra,
más profundo será el nido. Esto se debe a que la
hembra excava el hoyo con las patas traseras. El
diámetro de la cámara de los donde se alojan los
huevos es de 35 cm. La distancia del nido a la orilla
del cuerpo de agua oscila entre dos y seis metros. En
2004 se registró un nido ubicado a 34 m de la orilla
del agua y a una altura sobre el nivel del río de 10
m; por cierto, este nido fue depredado por carnívoros
silvestres (posiblemente prociónidos o mustélidos).
Figura3. Colecta de huevos para Incubación artificial en el
ZooMAT.
A lo largo de los años de esta investigación se
colectaron 197 huevos para incubarlos artificialmente
en el ZooMAT (Figura3 y 4), éstos midieron de 74 a
86.5 mm de largo por 44 a 49 mm de ancho. El peso
osciló entre 92 y 115 g. Los huevos son blancos, de
cascarón duro y con poros evidentes.
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Al inicio del proyecto en 1993 sólo se encontró un
nido activo.
Tres nidos fueron encontrados
anualmente en 1994, 1995 y 1996 y tuvieron un
comportamiento “colonial”, ya que estaban en la
misma zona de anidación a distancias de entre 2 y 15
m.
En una muestra de 330 neonatos, éstos midieron entre
247 y 284 mm de longitud total (Media: 282.5 y D.S.
13.5) y pesaron entre 50 y 72 g (Media 69 y D.S.
9.7). Generalmente, la apertura ventral está muy
cerrada y mide menos de 3 mm de ancho. Si el ancho
de esta apertura es mayor o si se aprecia el saco
vitelino, entonces se trata de una cría en eclosión
prematura. (Figura6).
Figura4. Crías de Crocodylus acutus eclosionando por la
técnica de Incubación artificial.
En 1998, posterior a la inundación provocada por los
huracanes que azotaron Chiapas en 1997, se
detectaron seis nidos en una zona que se enriqueció
de arena y limo depositados por el río. La anidación
en esta zona conocida como “Tomatal” fue de manera
colectiva, habiendo nidos muy cercanos entre si
(alrededor de 5 m) y otros más lejanos (30 m). Esta
característica del “Tomatal” se mantuvo hasta el final
de nuestras observaciones en el año 2004. En el año
2009, la cantidad de nidos se ha incrementado a más
de 10.
Según Thorbjarnarson (1989) esta especie puede
anidar de manera colonial. Cuando esta actividad no
es evidente, indica que posiblemente exista una
densidad baja de hembras anidadoras. Según
observaciones hechas en Monte Cabaniguán, Cuba,
cuando se encuentran anidaciones coloniales, esto se
asocia a factores como déficit de hábitats de
anidación (Alonso y Rodríguez 1998, Alonso et al
2000, Rodríguez et al 2002).
Eclosión
La eclosión de las crías (Figura5) ocurre desde la
segunda semana de mayo hasta la primera de junio,
dependiendo del calor durante este período y el
inicio de la temporada de lluvias. La duración de la
incubación natural se ha registrado entre 70 y 80
días.
Figura5. Nido de Crocodylus acutus en actividad de
eclosión en el P.N.C.S.
Cuidados maternales
La presencia y asistencia de la madre es necesaria
para la eclosión de las crías. Cuando la hembra no
está presente, las crías pueden morir dentro de los
huevos ya que están debajo de 30 cm. o más de
arena compactada por las primeras lluvias, lo que
representa una barrera difícil de atravesar. Se
apreció que la eclosión ocurre en las primeras horas
de la mañana, siempre antes de las 6 a.m. Las últimas
crías en eclosionar corren el riesgo de quedar
abandonadas si ya hay luz de día, ya que empieza a
haber actividad de lanchas turísticas en el río y la
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Historia natural del Cocodrilo Americano en Chiapas, México
madre no se expone a ser descubierta sobre el nido.
Estas últimas crías son generalmente presas de
hormigas rojas, aves herpetófagas o pueden morir
por insolación.
Dispersión de crías
Esta actividad inicia el mismo día del nacimiento, y
puede ser de algunos metros hasta doscientos, ya que
las crías se dejan llevar por la corriente río abajo. En
2003 se apreció una notable dispersión de 10 km en
10 días por cuatro crías marcadas posterior a la
eclosión. Lo sorprendente fue que pertenecían a dos
nidos diferentes y cruzaron al menos 5 km de aguas
quietas en donde ya no hay corriente. Se ha
apreciado también dispersión río arriba (Sigler,
2000; Okamoto y Sigler, 2003).
Crecimiento
El crecimiento diario de ejemplares recapturados
estuvo entre 0.13 mm y 0.98 mm/día, coincidiendo
con lo apreciado por otros autores de 0.135 y 0.137
cm. /día (Thorbjarnarson, 1989; Moler, 1991); el
mejor crecimiento/día se obtuvo de una cría silvestre
nacida por incubación artificial y fue de 46 mm en 47
días (0.98 mm/día) y resultó de agosto a octubre,
cuando la temperatura del agua fue más alta: 26.45
a 28º C (Sigler, 2004).
Aunque no se conocen los días de crecimiento a lo
largo del año, es muy posible que coincidan con los
275 días citados por Moler (1991), en donde refiere
que los cocodrilos no crecen en 90 días debido a las
condiciones de temperatura baja en el ambiente
(diciembre, enero y febrero).
Figura6. Cría de Crocodylus acutus en nido silvestre al
momento de eclosionar.
Se ha observado que la cocodrila realiza ciertos
cuidados manteniéndose cerca de sus crías. En las
zonas de anidación colectivas, se apreció que las crías
de diferentes nidos se concentran y son cuidadas por
una de las hembras, que generalmente es la
dominante. Esto fue apreciado al recapturar crías
previamente marcadas y de las cuales se conocía su
nido. La hembra se mantiene a distancia cuando se
hace la colecta y marcaje de sus crías y no se
manifestó agresión.
Una vez que las crías llegan a los 40 días de edad,
la madre no las cuida tan de cerca por que estas ya
están dispersas.
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Alimentación
Las crías inician a comer a los 3 o 4 días de edad y
buscan capturar insectos nocturnos voladores y peces
pequeños.
Durante los muestreos nocturnos se observó a varios
juveniles alimentándose de peces de diferentes
especies pero que tienen tallas que los hacen fáciles
de tragar. Un cocodrilo juvenil de 80 cm de longitud
encontrado muerto tenía en su estómago un pedazo
de tela y varios insectos voladores y acuáticos.
Mediante lavados gástricos de juveniles (menores de
1.20 m de longitud) se encontraron peces, plumas de
aves pequeñas y pelo de mamíferos (Okamoto y
Sigler, 2003).
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Un cocodrilo juvenil de 60 cm. de longitud cazó un
sapo Bufo valliceps y lo estaba tragando cuando fue
capturado por nosotros, la maniobra hizo que el
cocodrilo liberara al sapo. En los estómagos de dos
cocodrilos adultos que se encontraron muertos, se
hallaron bagres y cangrejos de río (Sigler, 2004).
Algunos adultos fueron vistos capturando peces del
género Tilapia en la noche. No se ha notado la
alimentación a partir de cadáveres de animales
domésticos arrojados al río.
De acuerdo con
informantes locales, los cocodrilos del río Sabinal
buscan a los perros para alimentarse de ellos, a los
que cazan cuando éstos se descuidan.
Madurez sexual
Según Thorbjarnarson (1989), las hembras de esta
especie alcanzan la edad reproductiva a los 12 años
y los machos después de los 16. Durante nuestras
investigaciones se liberaron principalmente hembras.
De acuerdo con informantes del PNCS, algunas de las
hembras con marca de nacimiento en 1993 iniciaron
actividades de anidación en el año 2003, lo que
indica que fueron maduras sexualmente a los 9 años
y seis meses de edad, y realizaron su primera postura
un par de meses antes de cumplir 10 años. La talla
que se les calculó fue de 2.4 m de longitud total.
No contamos con información referente a la madurez
sexual de machos en el PNCS. Los machos que
permanecen reproductivamente activos son machos
grandes de entre 3 y 4 m de longitud total y que
deben de tener más de 25 años de edad.
Mortandad
La mortandad de cocodrilos en el PNCS obedece a
causas naturales y otras relacionadas con la presencia
humana. Dentro de las causas naturales, hay muerte
de cocodrilos desde la etapa embrionaria dentro de
los huevos; por depredadores naturales como
mapaches (Procyon lotor), tejón (Nasua nasua), zorrillo
espalda blanca (Conepatus mesoleucus) y zorrillo
listado (Mephitis macroura). Cabe hacer mención que
los depredadores naturales del nido sólo toman los
huevos que van a comer, dejando el resto de la
nidada intacta; pero se ha observado que en nidos
de cocodrilo depredados por perros domésticos, el
contenido es destruido en su totalidad y no comido
(Sigler, 2004).
Al momento de eclosionar, las crías vuelven a ser
vulnerables por que el nido ha sido destapado por la
madre. Hormigas rojas y aves herpetófagas se han
observado devorando crías.
Desde luego, los
depredadores de huevos pueden también comer crías
mientras estas rompen su cascarón o se encuentran
fuera del agua.
Dentro del agua, las crías no están del todo seguras.
Garzas de varios tipos merodean los nidales. En la
zona de anidación “Tomatal” se apreciaron dos
pedretes (Nycticorax nycticorax) perchados sobre las
ramas debajo de las cuales se encontraba un grupo
de neonatos. Los cormoranes (Phalacrocorax
brasilianus) suelen acercarse también a los sitios
donde hay crías e incluso algunas rapaces como el
águila pescadora (Pandion haliaetus) y el zopilote
negro, han sido vistas en la cercanía de las crías.
No hemos detectado presencia de tortugas o peces
que puedan representar un riesgo para las crías de
cocodrilo, pero en el sitio hay bagres de gran
tamaño.
Conforme las crías empiezan a crecer, sus
depredadores naturales disminuyen, quedando sólo
la posibilidad de que otros cocodrilos de tallas más
grandes los depreden, sin embargo, no observamos
canibalismo.
Los cocodrilos adultos ya no tienen a su depredador
natural que era el jaguar (Pantera onca). El ultimo
avistamiento de un jaguar en el sitio fue a mediados
de la década de los ochenta del siglo pasado (Sigler,
2004).
Todas las clases de edad de los cocodrilos tienen
riesgo de morir, debido a las actividades humanas
como la depredación y destrucción de nidadas,
colecta de crías con fines de venta ilegal o
taxidermia, así como cacería y captura incidental en
redes de pesca.
Crecimiento poblacional
Entre 1995 y 1996 se observaron desde 14 hasta 39
ejemplares, sin incluir neonatos ni ejemplares
liberados en esos años por el Zoológico Regional
Miguel Álvarez del Toro (ZOOMAT). Las fechas de
mayor conteo fueron 18 de mayo y 6 de septiembre
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Historia natural del Cocodrilo Americano en Chiapas, México
de 1995 y 2 de septiembre de 1996. Se observó que
el 64.1 % de la población contabilizada estaba
formada por "adultos" (2 m ó más); el 2.27 % por
"sub adultos" (1.5 -1.99 m); el 2.27 % por "cinco
añeros" (1.2 a 1.5 m); el 18% por "tres añeros"; el
5.12 % por "dos añeros" y el 7.7 % por "añeros". En
otros muestreos se contabilizaron cinco ejemplares
diferentes de la clase del 92, “cuatro añeros”, pero
no se contabilizaron en el muestreo más grande del 2
de septiembre de 1996, que fue el que aquí se
analizó (Sigler, 1996).
Para los estudios subsecuentes, empleamos una
clasificación internacional para la especie en clases
con longitudes totales cada 60 cm. (Thorbjarnarson,
1989). La clase I (CI) incluyó ejemplares menores a 60
cm.; la clase II (CII) a ejemplares entre 60 y 120 cm.;
la clase III (CIII) entre 120 y 180 cm.; la clase IV (CIV)
entre 180 y 240 cm.; la clase V (CV) entre 240 y 300
cm. y la clase VI (CIV)a ejemplares mayores a los 300
cm.
En 1998, la estructura de la población del Cañón del
Sumidero, se estimó del promedio de las clases
detectadas en los dos mayores censos; que fueron los
del 15 de julio (n=34) y del 18 de agosto (n=38). Los
resultados, expresados en porcentaje fueron los
siguientes CI: 11.11%, CII: 20.83%, CIII: 19.44%, CIV:
11.11%, CV: 23.61% y CVI: 13.88%. Los sub adultos,
que estuvieron representados en las clases III y IV,
sumaron 11 ejemplares y, proporcionalmente,
conformaron el 30.5 % de la población, quedando
ligeramente por debajo de lo informado por Mazzotti
(en Thorbjarnarson, 1989). Las clases V y VI (mayores
de 2.4 m de Longitud total) formaron el grupo de
adultos, por lo que se obtuvo una proporción de
37.5%. Esta cifra de la población de adultos es
superior a la señalada por Thorbjarnarson (1989) de
24.5% para Everglades, 25% para Turkey Point,
15.7% para Etang Saumatre y 11.9% para
Venezuela. Es posible que esta cantidad refleje la
poca cacería en épocas pasadas,
aunque es
alarmante la pérdida de adultos en los últimos años
debido al vandalismo que se dio en el Parque
Nacional por la deficiente vigilancia.
Los estudios realizados en el 2001 contabilizaron 42
cocodrilos sin incluir neonatos. La tasa de encuentro
80
fue de 2.8 cocodrilos /km (42 avistamientos en 15
km).
En 1998, los ejemplares recapturados que pudieron
sexarse (n=5) guardaron una proporción 1:1.5
machos: hembras. De estos, dos se desarrollaron por
incubación artificial y los otros tres por incubación
natural. Una cantidad importante de ejemplares
recapturados (n=11) no pudo sexarse por la talla
presentada a la captura (muy pequeños), sin
embargo, se cree que seis de ellos son hembras, ya
que durante su incubación artificial en el ZOOMAT, se
les mantuvo con temperaturas que favorecen el
desarrollo de este género.
Aprovechamiento turístico de la especie
La conservación del Parque Nacional "Cañón del
Sumidero" genera una captación importante de
divisas extranjeras, ya que su recorrido en lancha
tiene un costo de 80 dólares estadounidenses o su
equivalencia a 1000 pesos mexicanos.
Las
cooperativas turísticas que operan en el sitio tienen
una flota de 100 embarcaciones.
Las dependencias oficiales involucradas en la
administración de este importante parque nacional,
deberán de formalizar su manejo para proveerle de
vigilancia, evitando la depredación de sus recursos
naturales y asegurando su continuidad.
Temporadas de año y áreas prioritarias para la
conservación del cocodrilo
Las temporadas que se consideran como cruciales
para la protección de los cocodrilos en el PNCS son la
anidación (febrero a marzo) y la eclosión de crías
(mayo a junio). Estas son temporadas en que la
hembra reproductora es muy vulnerable, ya que se
puede perder toda la efectividad reproductiva si son
perturbadas y no anidan adecuadamente o no asisten
a sus crías al momento de la eclosión.
Tan sólo la presencia de pescadores ribereños
acampando en las playas de anidación en dicha
época o en la de eclosión, evita que la hembra salga
del agua a depositar sus huevos o a ayudar a sus
crías a salir del cascarón y emerger del nido. Esto
trae consigo la pérdida total de la puesta y la muerte
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de las crías dentro del huevo y su consiguiente
momificación.
Amenazas y consideraciones finales
1. Efecto de la presa: es posible que los cocodrilos
se hayan adaptado a los serios daños
ecológicos causados por la construcción de la
Presa Hidroeléctrica Manuel Moreno Torres (o
“Chicoasén”) y que la población de estos
reptiles esté encontrando su equilibrio.
Indudablemente,
las
posibilidades
de
intercambio génico con las poblaciones de
cocodrilos río abajo de la cortina de la presa
“Chicoasén” se ha interrumpido, por lo que se
considera ahora como una población aislada en
la que la consanguinidad a largo plazo puede
presentarse. En la época fuerte de lluvias (julioseptiembre) el embalse de la presa
hidroeléctrica es bajado de nivel hasta 4 m más
del normal, lo que hace que los ejemplares
queden desprovistos de escondites durante el
conteo, pero también ante sus depredadores
(Sigler, 1997). El oleaje que se registra en la
zona de aguas embalsadas es fuerte y además
de incomodar a los cocodrilos cuando están en
el agua erosiona de manera importante bancos
de limo y arena, derribando árboles y arbustos
y dejando orillas donde abundan las rocas.
2. Cacería: la muerte de seis cocodrilas adultas
durante el periodo de estudio (1993 a 2004),
lamentablemente indica una gran pérdida
reproductiva y el retardo en la recuperación de
la población en el parque.
3. Pesca ribereña: esta actividad debe de
prohibirse, ya que trae consigo la depredación
indiscriminada de recursos, el uso y descuido de
fogatas y la perturbación de las zonas de
anidación.
4. Pesca clandestina con redes: esta actividad es
ilegal y no es selectiva, trayendo consigo la
captura incidental y ahogamiento de cocodrilos
y aves.
5. Contaminación:
aún
no
evaluada
en
profundidad, esta amenaza debe de estudiarse
ya que el uso de agroquímicos y el derrame de
aguas industriales y domésticas en los ríos de la
cuenca del Grijalva se concentran en el PNCS.
Los cocodrilos, al ser depredadores en la
cúspide de la cadena trófica, no muestran signos
de intoxicación hasta que estos se han
acumulado en cantidades letales.
Agradecimientos
Todo el trabajo aquí presentado se realizó durante más de diez años y no hubiera sido posible sin la entregada
participación del siguiente personal técnico del ZOOMAT: Jacqueline Gallegos, Alejandro Morales, Carlos Cervantes,
Reynol de la Cruz, Juan Gumeta, Marco Antonio Salas, Antonio Domínguez, Augusto Muench, Oscar Mendoza y Romeo
Morales. Las sociedades cooperativas de paseos turísticos de Cahuaré y Chiapa de Corzo siempre brindaron apoyo
logístico e información veraz. Tres financiadores aportaron recursos económicos en tres ocasiones para la realización de las
investigaciones: Idea Wild (1995-1996), Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, A.C. (1998), y El Servicio
de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos “USFWS” (2001). A todas estas personas e instituciones, el autor les está
infinitamente agradecido.
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Citar como: Sigler L. 2010. La historia natural del Cocodrilo Americano Crocodylus acutus en el Parque Nacional Cañón del Sumidero,
Chiapas, México. Revista Latinoamericana de Conservación 1(2): 73 – 82
82
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