El sonido y la música: La música en los medios audiovisuales En este tema vamos a hablar de la relación de la música y el sonido con las imágenes. También hablaremos de la relación de la música con internet. ¿Vivimos en una hegemonía de lo visual? ¿Una imagen vale más que 1000 palabras? ¿Un sonido transmite más emoción que todos los cuadros de un museo? ¿La música se muere con internet? Algunas de estas preguntas tienen opiniones y son fuente de controversias aquí vamos a hablar de algunas de ellas. Aire, Sonido y Poder. Imagen del colectivo Escoitar con Licencia Creative Commons Existe una cierta preponderancia de lo visual frente a lo sonoro en los medios audiovisuales. Algunos avances tecnológicos han intentado suplir estas diferencias, como los equipamientos de sonido digital en los cines o los sistemas domésticos de audio con difusión Dolby Surround (home cinema), pero recordemos que la propia naturaleza “perezosa” de la percepción sonora hace que los efectos de lo sonoro en nuestra experiencia sensorial sean mucho menos conscientes. Vamos por lo tanto a reflexionar un poco sobre la relación que se establece entre imágenes y sonidos en los medios audiovisuales, y a estudiar las diferentes expresiones que encontramos en dichos medios, así como las nuevas paradojas que el mundo digital y globalizado ha generado en la distribución y el consumo de los productos audiovisuales y musicales. La audiovisión El término audiovisión (propuesto por el compositor y estudioso del sonido Michel Chion) hace referencia al tipo de percepción que se da en los medios audiovisuales, fundamentalmente cine y TV, aunque a menudo también en la vida cotidiana, y que consiste en una experiencia perceptiva en la que la imagen es el núcleo consciente de nuestra atención, pero en la que el sonido aporta en todo momento informaciones, efectos y significados, de modo que se modifica nuestra “imagen mental” de esa “imagen real” por efecto del sonido. La teoría de Chion es que el sonido tiene más poder del que aparentemente le damos. Tenemos la experiencia de ver/oír secuencias en el cine en las que el sonido que escuchamos no se corresponde con los sonidos que se producirían en la realidad y, lejos de molestarnos, nos ayudan a hacer más intensa la escena: es el caso de muchas secuencias de acción, en las que los puñetazos o los silbidos de las espadas suenan de un modo absolutamente irreal, pero que intensifican la acción. Experimenta un poco con la Audiovisión. Es muy sencillo, se trata de que veas una misma imagen con diferentes sonidos, hemos preparado este player con un video en silencio y tres músicas diferentes: 1. Música e Imágenes en movimiento La relación entre el cine y el sonido se remonta al año 1927, con el estreno de The Jazz Singer, la que es considerada primera película (parcialmente) sonora. Pero muchos años antes ya se habían realizado experiencias de reproducción de imágenes y sonidos grabados de manera simultánea. En 1895 ya se proyectaron varios filmes cortos de manera simultánea con sus grabaciones sonoras en gramófono. E incluso mucho antes, las proyecciones eran acompañadas por pianistas, por orquestas o por el popular órgano Wulitzer, capaz de hacer además muchos efectos de ruido. Pero es a partir de los años 30 cuando el cine sonoro impone su autoridad frente al cine mudo, extendiendo su primacía hasta nuestros días. En el año 2011 una película, The Artist, está arrasando en festivales, taquillas y premios, porque precisamente recupera el placer de esas películas "sin sonido" y diálogos. Tienes el trailer de la película arriba. ¿Es correcto llamar “cine mudo” al cine anterior a los años 30? ¿Fue ese cine alguna vez mudo? No, nunca fue mudo el cine, el sonido ha sido una pieza importante dentro del cine, lo que pasa es que su fijación en el mismo soporte para que sean totalmente sincrónicos tardó unos años. Pero la proyección de cine ha sido siempre sonora. 1.1 Música diegética vs extradiegética Hemos asumido como natural el hecho de que cuando va a ocurrir algo emocionante en una película, por muy realista que esta sea, empiece a sonar una música que acentúe esa emoción, importándonos poco el hecho de que sea completamente imposible (o al menos bastante improbable) que suene esa música en la vida real. Este tipo de música se designa como extradiegética, ya que no podemos establecer una relación directa entre lo que vemos y lo que oímos (¿Dónde están los violinistas de Psicosis? ¿Dentro de la ducha?). Es lo que comúnmente llamamos Banda Sonora Original. En cambio, hay escenas en las que, al entrar la protagonista a un bar, vemos a un pianista tocando y, como es natural, lo escuchamos. Hablamos entonces de música diegética, es decir, aquella que queda justificada por la imagen, y entendemos cuál es su origen (el protagonista entra a una discoteca, o pone música en el coche, o canta). Las películas musicales serían un buen ejemplo de mezcla entre música diegética y extradiegética. Aquí van algunos ejemplos de música diegética y extradiegética, señala si las afirmaciones que acompañan a los vídeos son verdaderas o falsas. Esta música es diegética Verdadero Falso Verdadero Falso La banda sonora es claramente diegética. La música no es diegética porque los que están en la fiesta no la conocen. Verdadero Falso Verdadero El principio es diegético pero la orquesta no es diegética. Falso 1.2 Cine y Música Pero a menudo ocurre que la música, lejos de ser un elemento más, se convierte en el eje central de la película, bien porque sea parte del argumento propiamente dicho (Películas sobre Música) o, más habitual, porque se convierta en el lenguaje comunicativo empleado por los personajes para desarrollar la narración (Películas Musicales). En las películas sobre música el empleo de lo sonoro se instala de manera lógica en el desarrollo dramático de la trama, y se convierte, a menudo, en un elemento imprescindible para su comprensión. Se trata, en su mayoría, de música diegética, pues solemos visualizar su origen y procedencia. Muy a menudo, esa música diegética se combina con total continuidad y coherencia con la no diegética, quedando esta segunda mucho más integrada en el discurso sonoro de la película. La escena de la película Amadeus que puedes ver arriba es un ejemplo magistral de esta mezcla entre música diegética y extraediegética. Los musicales son todo un género en la historia del cine y su origen lo podemos encontrar en los propios musicales teatrales que triunfaron en Broadway en los felices años 20. Así, ya en 1929, y coincidiendo con la gran depresión económica, la película "La melodía de Broadway" se convertía en la favorita del público estadounidense, deseoso de consumir agradables historias que contrarrestaran su malograda situación. A partir de ese momento el género no dejará de producir títulos inolvidables, de la mano de Fred Astaire y Ginger Rogers, Gene Kelly, Vincente Minelli o Bob Fosse. Si bien los musicales sufrieron una breve etapa de decadencia, la factoría Disney jamás dejó de lado dicho filón comercial, empezando por el interesantísimo trabajo pionero de Fantasía, y siguiendo por sus títulos más conocidos, dirigidos principalmente al público infantil. En los últimos años el género ha vuelto a renovarse, con apuestas más comerciales (Moulin Rouge, Mamma Mia, High School Musical, Nine) o acercamientos más alternativos y diferentes (Dancer in the dark, Hedwig and the Angry Inch). Además de estos dos grupos ya explicados, encontramos películas que, sin ser necesariamente de temática musical, colocan en la música uno de sus puntos de apoyo, adquiriendo casi tanta importancia como el propio argumento. Intenta analizar esta secuencia de Marie Antoniette de Sofia Coppola, y describe la relación entre las imágenes y la música. 1.3 Espectáculos Audiovisuales ¿Has ido a alguna discoteca con grandes pantallas de plasma o televisores? ¿Has ido a un concierto multitudinario o a un festival de verano y había imágenes al ritmo de la música? ¿Has visto cómo un edificio se convierte en muchas cosas al mismo tiempo gracias a proyectores? ¿Has estado en alguna presentación de una marca o en una feria de muestras con proyecciones, luces, y demás? Pues todos esos "visuales" han sido elaborados por Videojockeys conocidos como VJ. Imagen de Carriergates en Wikipedia El origen de los VJ está íntimamente conectado con el principio del cine y con la música. Han habido inventos como el Color Organ que convierte las teclas de un órgano en luces de diferentes colores. Pero la popularización de los mismos se hace gracias al desarrollo de los videosintetizadores y posteriormente a la estandarización de los reproductores VHS y DVD y siempre ligado al auge de la cultura de los DJ de música electrónica. El mundo de los VJ es muy nuevo y está en plena experimentación. Ahora los VJ usan ordenadores y otros instrumentos audiovisuales que les permiten hacer remezclas y utilizar fuentes audiovisuales de muy diversos tipos. Por otro lado hay una corriente, conocida como mapping, que está desarrollando espectáculos visuales para arquitectura real, por ejemplo, este realizado en Córdoba por el colectivo Telenoika. En este pequeño documental se resumen algunos de los aspectos importantes del mundo de los VJ Existe una activa comunidad en España sobre el mundo del VJ en su web www.vjspain.com puedes encontrar actualidad, vídeos y tutoriales para empezar. Y en esta web del colectivo andaluz ZEMOS98 www.culturavj.org puedes encontrar muchos artículos y reflexiones sobre esta cultura emergente. Dos de los VJs activos andaluces con mayor interés son Carlos Mejías también conocido como KVJ y Malaventura. Otro colectivo interesante es el formado en Granada por el colectivo Miga. 2. Música en Internet Foto de Tim Britton en Flickr con Licencia Creative Commons El CD padre de la música digital Su nombre es difícil de recordar pero sin su mayor invento no estaríamos hablando hoy de música e Internet como dos conceptos tan unidos. Se llama Kees A. Schouhamer Immink y nació en Rotterdam. Este ingeniero, trabajador de la Philips, creó el CD en el año 1979. Hasta ese año en el que Philips y Sony se aliaron para crear un nuevo soporte, la música era analógica. Solo las fábricas y los grandes estudios de grabación podían realizar copias de calidad, si poseían el máster (el original). Con la llegada del CD ya no habrá másteres y copias sino que cualquier duplicado digital de una obra original será exactamente igual al anterior. El segundo gran invento en la historia que hoy nos interesa lo ingenió otro europeo, el alemán Karlheinz Brandenburg en 1993. Ya desde años atrás este ingeniero de sonido venía registrando patentes de un sistema que permitiría reducir el tamaño de esos archivos musicales sin perder excesiva calidad. Esa técnica se llama compresión y Brandenburg bautizó esos nuevos archivos como MP3. Todo buen viajero sabe que cuanto más ligero es el equipaje más lejos se llega en el camino. En este caso, el camino es una autopista de la información —Internet— y el equipaje es una maleta que pesa poco: una canción de tres minutos codificada en MP3 puede pesar unos 7 megas. Hoy por hoy, muy poca cosa. 2.1 La revolución P2P Sauce Babilonia en Flickr con licencia Creative Commons Compartir música era, antes de los respectivos inventos de Immink y Brandenburg, una tediosa labor que mermaba la calidad del original. Recordemos viejos tiempos: una persona compraba un disco de vinilo, lo reproducía en su tocadiscos mientras una pletina grababa en cinta de cassette esas canciones. Otra persona, en otro lugar, se había comprado otro disco y realizaba esta misma operación. Unas horas después, en un parque cercano, en el recreo del colegio, en el descanso del bocadillo o en la barra del bar, ambas personas se encontraban y se intercambiaban las cintas. Eso era una red P2P, no muy diferente a las actuales. P2P es un acrónimo que responde a Peer To Peer, en inglés “de igual a igual”. Es decir, una relación entre pares, entre tú y yo. Una red P2P es un tejido como el de cualquier malla que tiran los pescadores al mar, por ejemplo, con hilos que van de punto a punto sin confluir en ningún otro punto —o nodo, también llamado— central. Una red P2P permite la comunicación entre particulares y también el intercambio de archivos. Algunas de las redes P2P más populares se han creado dependiendo de un punto central que coordina las comunicaciones, por tanto no son redes P2P puras, ya que están centralizadas, aunque los contenidos intercambiados se encuentren en los ordenadores de los usuarios. Napster Napster fue la primera gran red de comunicación P2P, creada por Shawn Fanning en 1999. No estaba descentralizada, pues existía un servidor principal que mostraba qué usuarios estaban conectados y permitía las búsquedas entre los archivos disponibles para el intercambio. Las grandes discográficas demandaron a Napster por permitir el intercambio de música sujeta a derechos de autor, a pesar de que este software no era más que un motor de búsqueda. Napster perdió el juicio, sus servidores fueron desenchufados y sus propietarios condenados a indemnizar a los sellos discográficos. El juez encontró a Napster responsable indirecto de las infracciones de las leyes de copyright que cometían sus usuarios, según la normativa estadounidense Digital Millenium Copyright Act. Pero Napster no era un software usado exclusivamente en Estados Unidos. Su popularidad fue mundial y en estados como el español, donde el intercambio de archivos sin ánimo de lucro es legal, también gozó de una amplia aceptación. La curiosidad y la necesidad de expandir la cultura musical, de conocer la música del pasado y la del presente es lo que lleva a las personas a intercambiarse discos, por la tarde en la plaza o por la noche de un ordenador a otro. El cierre de Napster sencillamente sustituyó un software por otro, por lo que surgieron otras redes como Audiogalaxy, Morpheus, Gnutella, Kazaa, eMule, eDonkey o BitTorrent, entre otras muchas. A su vez, estas redes de intercambio coexisten con otros servicios de distribución (venta o escucha, gratuita o de pago) de música digital. ¿Por qué es legal en España el intercambio de archivos? El abogado David Bravo escribió y publicó en 2005 Copia este libro, una interesante y amena obra sobre la propiedad intelectual en los tiempos digitales. En el capítulo dedicado a La ley y las redes P2P nos dice: “El derecho a la copia privada es tan desconocido como practicado. Es ese derecho que ejerces cuando te grabas una película de la televisión, el casete de un amigo o la música que pone la radio. Sabiendo el legislador que su función no es la de frenar el agua que atraviesa una canasta de baloncesto, decidió no hacer ilegal lo que en la práctica resultaba imposible de frenar. Y no solo eso, consideró también que ese derecho era importante porque protegía el acceso a la cultura de los ciudadanos”. El derecho a la copia privada recogido en la Ley de Propiedad Intelectual permite la copia si la obra está divulgada, no se use de manera colectiva ni lucrativa y el copista sea un usuario legítimo de la obra. Para ampliar estos conceptos puedes descargar libremente el libro de David Bravo desde este enlace. 2.2 Nuevas perspectivas de la distribución Streaming una ilustración de Tom Bojarczuk en Flickr con Licencia Creative Commons Aquella formidable idea de la compresión, que lo mismo sirve para que quepan más cosas en una maleta que para decir lo mismo en menos tiempo y espacio, propició otra manera de hacer que se escuche la música: el streaming. Escuchar en streaming es reproducir una canción que no está descargada en nuestro ordenador, sino que está guardada en cualquier otra máquina del mundo. Internet es un gran armario, un gran archivo. Puede ser, si entre todos contribuimos a ello, la gran mediateca universal que custodie nuestra cultura. Cada año entran en el dominio público nuevas obras musicales, unas vienen de los derechos de autor caducados y otras de autores contemporáneos que han decidido que sus obras sean dominio público. Estas obras se alojan en webs accesibles para todos como, por ejemplo, Archive.org. La música guardada allí se puede escuchar o descargar una copia en nuestro ordenador. No toda la música que se graba se publica en un CD o un vinilo. Cada vez más y más música va directamente de la grabación a la publicación digital, una manera de trabajar propia de los netlabels o sellos digitales. Desde la aparición de MySpace —donde los propios autores de la música subían sus canciones para que fueran escuchadas, pero no descargadas— muchos músicos han tomado las riendas de su obra y han prescindido de los sellos discográficos como intermediarios. Actualmente los grupos usan menos MySpace y más otros servicios de publicación musical que permiten las descargas y el uso de diferentes licencias (copyright, Creative Commons...) como Bandcamp o Soundcloud. En Archive.org puedes encontrar mucha música libre que puedes usar para tu disfrute. Por ejemplo estas digitalizaciones de canciones interpretadas por Ruth Etting en los años 20 del siglo pasado, registrada en viejos discos de vinilo que se reproducían a 78 revoluciones por minuto: Estas canciones puedes descargarlas aquí, en formato Ogg Vorbis o MP3. Ogg es otro formato de compresión que, a diferencia de MP3, no está sujeto a patentes sino que es libre y cualquiera puede saber cómo está hecho o ayudar a mejorarlo técnicamente. 2.3 Acceso vs Copia Fragmento de una foto de Manuel Gonzalez en Flickr con Licencia Creative Commons La industria discográfica ha demostrado su poca capacidad para transformarse rápidamente a los cambios en las tecnologías. No supo ver que el cambio del vinilo al CD, que con tanta pasión insertaron en el mercado, supondría una popularización de la copia digital —exacta, idéntica— y, con ella, un descenso en la cantidad de copias vendidas de cada disco. Las redes P2P han prestado un servicio que la industria estaba desatendiendo. Como respuesta al uso masivo de estas plataformas han aparecido diferentes modelos de comercialización de la música en formato digital. Los antiguos distribuidores, encargados de transportar los discos a las tiendas, se llaman ahora agregadores, y se dedican a insertar las canciones en formato digital en diferentes plataformas que generen rendimientos. Estos rendimientos se consiguen porque ha sido descargada mediante un pago —por lo general, 0,99 € la canción— o haya sido escuchada sin descargar —lo que se conoce como streaming— bien porque hemos hecho la intención de escuchar esa canción en concreto y no otra —bajo demanda— o porque nos ha salido aleatoriamente en una radio online. El streaming genera rendimientos bien porque tiene usuarios premium que pagan por un servicio de mayor calidad o porque son gratuitos pero se acompañan de publicidad. Los artistas se plantean si en el actual cambio de modelo de negocio podrían vivir de los rendimientos de la música escuchada por streaming en servicios como Spotify. Un dato significativo: en el año 2009, un millón de escuchas de la canción Poker face de Lady Gaga en Spotify le reportó 113 euros. Comprueba si has entendido las diferencias entre las diferentes opciones de escucha o descarga de música en Internet: Una red P2P de intercambio de música entre particulares tiene ánimo de lucro. Verdadero Falso Solo existen dos tipos posibles de distribución online remunerada de una canción: streaming o radio online. Verdadero Falso Hay dos tipos de distribución online remunerada de una canción: descarga de pago o streaming. Verdadero Falso Hay dos tipos de streaming: bajo demanda o radio online. Verdadero Falso