El continuum entre la zona temporal y la zona concesiva

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Capítulo 21: 179-189
El continuum entre la zona temporal y la zona concesiva
de las formas todavía / aún
Sonia Baldasso de Fiocchetta
En Víctor M. Castel y Liliana Cubo de Severino, Editores (2010)
La renovación de la palabra en el bicentenario de la Argentina.
Los colores de la mirada lingüística.
Mendoza: Editorial FFyL, UNCuyo.
ISBN 978-950-774-193-7
La renovación de la palabra / 180
El continuum entre la zona temporal y la zona concesiva
de las formas todavía / aún *
Sonia Baldasso de Fiocchetta
Facultad de Filosofía y Letras UNCuyo
Mendoza, Argentina
sonia_baldasso@yahoo.com.ar
Resumen
El presente trabajo es parte de una investigación en proceso que intenta describir, desde el punto de
vista semántico- funcional, los valores temporales, intensificadores, aditivos y concesivos de las
unidades lingüísticas todavía / aún a partir del análisis sincrónico de un corpus de textos
académico-científicos contemporáneos. El estudio se enmarca en el Enfoque Cognitivo-Prototípico
que parte del presupuesto de que la ‘forma’ nunca se entiende como totalmente independiente del
‘significado’ y de la ‘función’. Se plantean las siguientes preguntas: ¿las formas todavía / aún tienen
función y significado propios?; ¿estas formas, en contextos de temporalidad, son intercambiables?;
¿las funciones intensificadoras, aditivas y concesivas, mantienen el valor semántico de
temporalidad? Bajo el presupuesto de la existencia de una gradación entre la zona temporal y la
zona concesiva se evalúa el tipo de predicación (Kovacci 1992: 190-193), el aspecto léxico del verbo
(Elena de Miguel 1999: 2977- 3060) y el tipo de articulación entre los miembros discursivos (Kovacci
1999, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro 1999). En respuesta al Enfoque seleccionado, y por la
naturaleza de la información que se obtiene se emplea una metodología mixta (cuantitativa y
cualitativa). Se realiza el análisis a partir de ejemplos extraídos de un corpus textual; se considera
discreta la variable independiente, se le asignan valores numéricos enteros a las ocurrencias y,
luego, con un análisis estadístico, se generalizan los resultados obtenidos de la muestra al universo
discursivo. Además, se efectúa un análisis cualitativo para describir y explicar los datos obtenidos.
Introducción
Cualquiera que escuche atentamente en un medio nativo, lea en escritos cotidianos o en textos
académico-científicos no tarda en preguntarse qué diferencia hay entre los siguientes enunciados1:
1. T-C47-P1255 Los resultados que se exponen son provisorios, ya que forman parte de una investigación todavía
en curso.
2. Los resultados que se exponen son provisorios, ya que forman parte de una investigación []2 en curso.
3. A-C23-P123 En la primera fase la matriz de la configuración discursiva no está aún completa […]
4. En la primera fase la matriz de la configuración discursiva no está [] completa…
Tal vez, los hablantes, espontáneamente, dirán que la diferencia reside en la presencia / ausencia
de todavía o de aún (en adelante T/A), pero que la situación es la misma: en (2) “[…] forman parte de
una investigación [] en curso” y en (4) “la configuración discursiva no está [] completa”. No
obstante, a los que observan este fenómeno dentro del marco teórico de la Gramática Cognitiva
consideran que estos enunciados no se construyen de manera aleatoria y entonces, antes de dar
respuestas, se plantean una serie de interrogantes: ¿Qué motiva al hablante a producir estos
mensajes? ¿Qué quiere transmitir? ¿Cuáles son las razones que justifican la elección de las formas
T/A? ¿Entre los enunciados hay una diferencia de conceptualización o simplemente es un fenómeno
estilístico?
Además de estos cuestionamientos, se plantean otros como los siguientes: ¿Las formas T/A tienen
el mismo significado en 1 a 4 que en 5 y 6? ¿Se podría considerar que en 5 y 6 dichas formas tienen
otros significados además del temporal?
5. T-C25-P801 Para completar la evaluación todavía habría que analizar la verdad o aceptabilidad de las premisas
[…]
6. A-C194-P1116 Es así como muchos narradores, por ejemplo, justifican aun las conductas más autoritarias o
injustas de sus padres en base a la educación o crianza poco agraciada de la que fueron objeto.
En algunos contextos temporales T/A podrían ser formas intercambiables y, cuando el hablante las
usa, se comportan como un tipo de instrucción pragmática (o de acto de habla), como guías de
procesamiento de la información, que permiten activar o suprimir inferencias que se pudieran deducir
de los enunciados en que aparecen. Desde un punto de vista cognitivo, de acuerdo con el presupuesto
teórico de la naturaleza simbólica del lenguaje, los signos son motivados, es decir “no arbitrarios”.
También, se podría responder que además de la propiedad de ‘temporalidad’ (valor prototípico) las
formas expresan otros significados que se manifiestan como un continuum. Por lo tanto, si se mantiene
el valor de temporalidad, se trataría de un caso de extensión semántica, de polisemia y no de
homonimia.
Según la Semántica de los Prototipos “[…] De las categorías denominadas lógicas, definidas por
una lista de condiciones necesarias y suficientes, se pasa a un análisis de categorías naturales, que
Castel y Cubo, Editores (2010)
181 / El continuum entre la zona temporal y …
tiende ante todo a describir su organización interna y externa en relación con su funcionalidad.”
(Kleiber 1995:17). Se entiende por funcionalidad “las relaciones de los constituyentes entre sí y con la
construcción en la que están incluidos.” (Barrenechea, 1969: 12)
Estado de la cuestión
En el análisis de la bibliografía, se atiende especialmente a los valores semántico-funcionales que
las formas T/A adquieren en entornos lingüísticos específicos, a qué clase de palabras pertenecen y
qué relación sintáctica se les asigna. A su vez, metodológicamente se observa si respetan o no el
principio: a una forma/un significado -no sinonimia-, la misma forma/distintos significados –
polisemia-. Se hace referencia sólo a algunos de los autores que muestran la complejidad del problema
de categorización y subcategorización de los adverbios.
La Gramática de la Real Academia Española (1931: 119-122) define los adverbios desde el punto de
vista morfológico por su invariabilidad; desde el punto de vista sintáctico, por su función de calificar o
determinar la significación del verbo o la del adjetivo, y a veces la de otro adverbio y, desde el punto de
vista semántico, por sus diferentes significaciones: calificativos y determinativos. Dentro del grupo de
los determinativos de naturaleza pronominal aparecen los de lugar y tiempo. Todavía y aún se
encuentran entre los adverbios de tiempo. Aunque en el caso de T/A no se puede usar esta prueba
gramatical de reconocimiento, en § 169d), p. 121 señala que “al interrogativo cuándo corresponden
los demostrativos de tiempo hoy, ayer, anteayer, todavía, aún...”. En §332, p. 300, indica que “cuando
una de las oraciones unidas a otra con y o con ni se ofrece al entendimiento como término de una
gradación de conceptos, se refuerzan aquellas conjunciones con aun, que pierde su naturaleza
adverbial.” Esto último resulta interesante porque además del significado temporal se señalan otros
valores semántico-funcionales que responden a la idea de continuum.
Bello (1941: 16, 99) define los adverbios sintácticamente y semánticamente. Sintácticamente,
modifican al verbo, al adjetivo y a otro adverbio. No menciona otras funciones sintáctico-semánticas.
Semánticamente, ubica las formas T/A dentro del grupo de los adverbios de tiempo.
Roca Pons (1960: 95-105) retoma la definición tradicional de adverbio, “definición realmente
funcional”. Luego, menciona la teoría de los tres rangos de Jespersen, para asignarle una función
terciaria. Lo clasifica en tres grandes grupos. En una advertencia preliminar reconoce las dificultades
para la categorización: “Como siempre, existe una innegable relación entre las formas internas y las
ideas expresadas, pero no puede partirse de estas últimas para establecer categorías.” Entre los
ejemplos de las tres clasificaciones de los adverbios no aparecen las formas T/A.
Alarcos Llorach (1970: 221) desde el punto de vista funcional, define el adverbio como una clase
de signos o sintagmas autónomos nominales, caracterizados por funcionar como aditamento y
presentar inmovilidad genérica y numérica. “La función de aditamento puede ser desempeñada por
unidades autónomas mínimas (que serían los verdaderos adverbios), o bien por cualquier sintagma o
grupo sintagmático conmutable por aquéllas (en ocasiones acompañado por ciertos indicios
funcionales)”.
Pottier (1970: 119) aporta datos interesantes al tema de la relación del adverbio con el aspecto
verbal: “En experiencia, se tiene la secuencia: “pasado  presente  futuro” (si se toma por señal el
presente) o “pasado  presente  futuro” (si se toma el dinamismo según el cual todo futuro llega a
ser presente, y todo presente llega a ser pasado).” En lugar de las frases verbales (Pedro sigue
durmiendo), los hablantes suelen usar emplear morfemas gramaticales especiales: aún, todavía.
(Pedro todavía está durmiendo)
La Gramática de la Real Academia Española (1973: 1.5.4. b y en 1.6.9. b) aborda la problemática de
la acentuación3 de aun/ aún4. Además de los temporales, señala otros valores semántico-funcionales,
como preposición, y como conjunción de aún. En 3.22.7 lo ubica entre las conjunciones concesivas:
“La conjunción concesiva más frecuente es aunque. Se usan con menos frecuencia: así, si bien, aun
cuando, como, siquiera, ya que, a pesar de que, bien que, mal que [...]”
Alcina Franch y Blecua (1982: 700-702 y 723) plantean las dificultades de la clasificación y la
multiplicidad de valores funcionales de los adverbios: “Dificultan la fijación de un inventario coherente
y bien delimitado la abundancia de rasgos particularizadores de unos elementos dentro de la clase y la
enorme posibilidad de ser utilizados con el mismo valor funcional secuencias de palabras que han
llegado a gramaticalizarse plenamente”. Dentro de las cuatro clasificaciones de los adverbios5, T/A
aparecen junto con siempre, nunca, jamás y ya bajo la denominación “otros adverbios”. Más adelante,
señalan que además del valor temporal, T/A –[aún] cuando es tónico- pueden tomar valor concesivo.
Moliner (1977) en el Diccionario de uso del español considera que aún y todavía son equivalentes6,
es decir que pueden ser intercambiables. Consigna el valor temporal, intensificador y adversativo de la
forma todavía.
Bosque (1980: 19-24) señala que T/A, aparecen con verbos durativos, dentro de los ‘términos de
polaridad negativa’. El autor define los ‘términos de polaridad negativa’ como “aquellas construcciones
cuyo funcionamiento está condicionado a que en la oración aparezca una negación; sin ella, la
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La renovación de la palabra / 182
secuencia resulta a todas luces agramatical”, por ejemplo: Juan *(no) ha llegado todavía. Indica que el
uso de las piezas léxicas está motivado por las condiciones aspectuales del predicado al que modifican.
Kovacci (1999: 707) ubica todavía y aún, junto con ya, en el grupo de adverbios pronominales
cuantitativos aspectuales. No explica por qué los denomina adverbios pronominales cuantitativos
aspectuales, para ello reenvía al §48.5.1 de la Gramática Descriptiva de la Lengua Española (1999),
parágrafo que no se refiere específicamente a los cuantitativos aspectuales sino al conector temporal
de simultaneidad cuando. Es en el §48.1.2 (García Fernández, 1999: 3134 y ss.) donde se explica el
significado de cuantitativos: “la relación entre el aspecto gramatical y el aspecto léxico es muy
estrecha” [...]. “Los complementos adverbiales que inciden sobre el aspecto del predicado son los de
duración, de localización, de fase y de frecuencia.” En su estudio, García Fernández dedica un espacio
considerable a los adverbios de fase todavía y ya y presta especial atención a los factores pragmáticos
que permiten hacer inferencias a partir del uso de adverbios de fase ya, todavía, ya no y todavía no.
Este autor da ejemplos muy claros que pueden ser recuperados como modelo para el análisis del
corpus de este trabajo. Además, la consideración de cómo el hablante-oyente construye mentalmente
la situación que se predica en la oración es lo destacado entre los demás autores citados
anteriormente.
Girón Alconchel (1991:22) estudia la relación entre tiempo, modalidad y adverbio, ocupándose
especialmente del significado y la función del adverbio ya. Hace un análisis sintáctico y empírico para
explicar el funcionamiento de ya en un corpus del español actual, en su amplia gama de variedades
internas: lengua hablada, lengua escrita, literaria y periodística. Considera que ya y todavía forman
“un paradigma dentro de los adverbios de tiempo” considera que aún es una variante de todavía.7.
Flamenco García (1999: 3811) indica la relación entre el significado temporal y el concesivo de la
forma aún: “las construcciones concesivas no sólo se han nutrido a lo largo de la historia de dominios
nocionales como la temporalidad o la condicionalidad, sino que en su constitución han jugado
también un papel decisivo algunos patrones de tipo cuantificacional y la presencia de determinadas
partículas, como el adverbio aun en el caso del español”8.
Yllera (1999:3408) plantea el tema de las implicaturas que genera el uso T/A: “Los adverbios
todavía y aún destacan que la acción no ha llegado a término (lo que suele implicar que se deseaba,
temía, esperaba, etc. que lo hiciera), […]”. Además establece una clara diferencia entre T/A y ya
tomando como parámetro el aspecto verbal.
Desde una perspectiva gramatical, ampliada y renovada respecto de las citadas anteriormente,
haciendo un abordaje mucho más complejo y abarcador y poniendo el foco en un análisis pragmáticodiscursivo, Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999:4057 y ss.) tratan la forma aún como marcador
discursivo. Llama la atención que no aborden la forma todavía. Definen el concepto de ‘marcadores del
discurso’ del siguiente modo: [Los marcadores del discurso] “son unidades lingüísticas invariables, no
ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional –son, pues, elementos
marginales– y poseen un cometido coincidente en el discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas
propiedades morfosintácticas, semánticas y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la
comunicación. [...] sólo serán marcadores del discurso aquellos signos que no contribuyen
directamente al significado conceptual de los enunciados, sino que orientan y ordenan las inferencias
que cabe obtener de ellos. Esto es, el significado de los marcadores contribuye al procesamiento de lo
que se comunica y no a la representación de la realidad comunicada.”
Por último, la Real Academia Española en la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009: 22862335) señala la gran versatilidad sintáctica del adverbio y la considerable heterogeneidad que
presentan sus variedades. Atribuye esta situación a un posible defecto de la distribución de las clases
de palabras heredadas de la tradición. Dedica especial atención al adverbio todavía. Lo ubica entre los
adverbios de fase y agrega que posee también una interpretación semejante a los adverbios de foco.
Más adelante, indica que tiene, además, valor concesivo equivalente a ‘aunque’ y que puede ser
parafraseado por ‘encima de que’ (p. 2334). Esta situación permite reconocer los valores escalares de
todavía y que “aunque los usos sean diferentes entre sí, existe un punto de unión entre ellos, ya que
se obtiene –directa o indirectamente- en todos los casos la persistencia de cierta situación”. Por su
parte, “el adverbio aún comparte con todavía todas las interpretaciones mencionadas” (p. 2335).
El problema y la propuesta teórica
En el panorama general que presenta la bibliografía consultada se observa que la mayoría de los
autores coinciden en señalar las dificultades de categorización que presentan los adverbios,
particularmente las formas T/A. Considerando que casi todas las categorías lingüísticas poseen más
de un significado, entre las cuales no es sencillo establecer relaciones, es en especial el carácter
heterogéneo de la categoría “adverbio” lo que se expresa de manera constante en todas las gramáticas
de la lengua española, ya Antonio de Nebrija (1989:210) lo agrupa con la “interjección” porque
considera que una de las funciones del adverbio es manifestar “alguna pasión del ánima”9. En
adelante, la mayoría de los especialistas lo siguen definiendo, con mayores o menores detalles,
compartiendo un espacio con otras clases de palabras. Si bien se advierten dificultades para
categorizar el adverbio y se señalan las diferencias y semejanzas con otras clases de palabras, estos
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183 / El continuum entre la zona temporal y …
estudios no ofrecen una explicación del porqué de la multiplicidad de valores semántico-funcionales
de T/A.
Metodología
Las unidades de análisis son las formas T/A, como variables dependientes, y el entorno
lingüístico, como variable independiente, es decir, que es el uso el que va a determinar el valor
semántico-funcional de las unidades. El análisis se realiza a partir de un corpus formado por textos
académicos escritos en lengua española, seleccionados para este propósito. Dado que en estos textos
aparecen secuencias consideradas no académicas: citas de entrevistas formales, conversaciones
espontáneas, textos literarios y usos metalingüísticos, se
seleccionan aleatoriamente sólo las
secuencias textuales académicas.
Por la naturaleza de la información que se obtiene, se emplea una metodología cuantitativa,
cualitativa y ejemplar. Se considera discreta la variable independiente, se le asigna valores numéricos
enteros de acuerdo con el número de ocurrencias y, luego, se generalizan los resultados obtenidos de
la muestra al universo discursivo. Además, se emplea el análisis cualitativo para describir los datos
obtenidos.
En cuanto al análisis del corpus, se procede del siguiente modo: Dentro del límite de las oraciones
en contexto se analizan tres casos:
1. Presencia / ausencia de T/A
2. Oposición paradigmática T/A en contextos temporales
3. Extensiones semántico-funcionales de las formas T/A
1. Las formas T/A se comportan como un tipo de instrucción pragmática (o de acto de habla), como
guías de procesamiento de la información que permiten activar o suprimir inferencias, es decir, que
cuando el hablante decide emplearlas es porque desea dejar marcas lingüísticas que hagan más
transparente lo que quiere comunicar. Se aplica la prueba gramatical de la supresión para observar si
la ausencia de estas formas producen cambios semánticos significativos y si dan como resultado
secuencias gramaticalmente mal formadas.
2. En algunos contextos ‘temporales’, cuando modifican al verbo, T/A podrían ser formas
intercambiables. Desde un punto de vista cognitivo, de acuerdo con el presupuesto teórico de la
naturaleza simbólica del lenguaje, los signos son motivados, “no arbitrarios”. Es decir, que si bien se
podrían intercambiar, T/A son “formas diferentes” a ellas corresponden significados diferentes. Dada
la naturaleza simbólica del lenguaje, se busca la evidencia de los principios de iconicidad y de
cantidad (Delbecque 2002: 24-30) en el análisis del entorno lingüístico10 de cada unidad para
comprobar si la oposición T/A es arbitraria o si está semánticamente motivada, es decir si es
operativa.
3. Además de los valores puramente ‘temporales’ que las formas T/A adquieren cuando acompañan
al verbo, hay significados que surgen de la relación con otros constituyentes oracionales. Entre los
valores semántico-funcionales más frecuentes en este corpus se encuentran la ‘intensificación’, la
‘adición’, la ‘adversatividad’ y la ‘concesión’. Para analizar esta multiplicidad de valores semánticofuncionales, se parte de la descripción de las posibilidades combinatorias de las formas T/A, es decir,
se hace un estudio sintáctico y empírico. Por este camino se llega al establecimiento de sus rasgos
contextuales, es decir, a su significado.
Se busca evidencia en la relación que T/A mantiene con los elementos constitutivos de la oración,
es decir, si se relaciona con el verbo, con el adjetivo, con otro adverbio o, también, si puede establecer
vinculación semántica y pragmática entre dos o más elementos discursivos.
Hipótesis
Para la Gramática Cognitiva, los adverbios en general y, en particular, los que presentan algunas
dificultades para trazar sus límites categoriales, pueden mostrarse especialmente interesantes para la
aplicación de sus principios fundamentales (teoría de los prototipos, metáforas, gramaticalización).
Por este motivo, se sustenta la hipótesis general de que aplicando algunos principios teóricos de la
Gramática Cognitivo-Prototípica a un corpus de datos se podría llegar a dar una explicación de las
causas de multiplicidad de los valores semántico-funcionales de las unidades léxico-gramaticales T/A.
Análisis y discusión de los resultados
En la tabla 1 se registra la totalidad de ocurrencias de T/A en tres tipos de discursos: académicos,
no académicos y metalenguaje. Se observa que en discursos no académicos el uso de todavía es
notablemente mayor que el de aún. Ocurre lo contrario en el uso metalingüístico (aún tiene un
porcentaje mayor que todavía). Estos datos son representativos para responder al interrogante de si el
uso de una forma u otra se debe a una diferencia de estilo.
Sonia Baldasso de Fiocchetta
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TODAVÍA
AÚN
SEC. TEXTUAL
casos
porcentaje
casos
porcentaje
discurso académico
43
81,13%
237
91,15%
discurso no académico
9
16,98%
9
3,46%
Metalenguaje
1
1,89%
14
5,38%
TOTAL
53
100,00%
260
100,00%
Tabla 1: Totalidad de ocurrencias de T/A en el universo discursivo.
La tabla 2 y su correspondiente gráfico 3 registran las ocurrencias de T/A sólo en textos
académicos. Se observa que el hablante, en este tipo de textos, selecciona preferentemente aún.
Aunque el tema de la relación entre el uso de las formas T/A y la clase de discurso no se aborda en
este trabajo, los datos obtenidos de la muestra resultan interesantes para decir que, entre algunas de
las razones, la elección de una u otra forma se podría deber a la diferencia de estilo de los discursos
caracterizados por el uso reflexivo de la lengua.
MUESTRA
CASOS
%
TODAVÍA
43
15,36%
AÚN
237
84,64%
TOTAL
280
100,00%
Tabla 2: Total de ocurrencias de T/A en textos académicos.
Gráfico 3: Porcentaje de ocurrencias de T/A en textos académicos.
Presencia / ausencia de T/A en contextos temporales
En el cuerpo de datos se encuentran casos en que las formas T/A, en contextos temporales,
modifican a verbos. Estos verbos representan hechos que hasta el presente no han ocurrido o que han
comenzado pero no han concluido. En ambos casos, el hablante espera que en el futuro esos eventos
ocurran o cesen. Esta ‘expectativa’ del hablante se ve reflejada en una marca lingüística, la presencia
de T/A, por ejemplo, en (7) y (8) donde se describen procesos intelectuales: investigaciones, estudios,
análisis, etc.
7. T-C3-P139 Este trabajo es de carácter exploratorio y creemos que todavía queda mucho por hacer en este
campo.
8. A-C217-P1229 La restricción del corpus, sumada a la cantidad de publicidades analizadas, no habilita aún
conclusiones generales.
Si en las mismas oraciones se suprimen las formas T/A, las secuencias resultantes están bien
formadas gramaticalmente y son igualmente válidas:
9. Este trabajo es de carácter exploratorio y creemos que  queda mucho por hacer en este campo.
10. La restricción del corpus, sumada a la cantidad de publicidades analizadas, no habilita  conclusiones
generales.
Desde el punto de vista semántico, las secuencias de (7) y (8) implican las de (9) y (10), es decir, de
(7) “[…] todavía queda mucho por hacer en este campo” y de (8) “La restricción del corpus, sumada a
la cantidad de publicidades analizadas, no habilita aún conclusiones generales”, se sigue lógicamente
que (9) “[…] queda mucho por hacer en este campo” y que (10) “La restricción del corpus, sumada a la
cantidad de publicidades analizadas, no habilita conclusiones generales”. Esta propiedad indica que,
en los casos citados anteriormente, T/A funcionan como «modificadores facultativos»11 (en términos de
Kovacci, 1999:707), como «aditamentos»12 (Alarcos Llorach, 1970:221) o como «términos terciarios»
(Alcina Franch, y Blecua, 1982:700-701).13
Castel y Cubo, Editores (2010)
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Ahora bien, aunque la supresión de T/A no da como resultado secuencias gramaticalmente mal
formadas, sin embargo, al suprimirlos, se enuncian contenidos diferentes de los que se comunican
con T/A14. El contenido representativo o dictum es el mismo; lo que cambia, cuando el hablante usa
T/A, es su visión personal frente al dictum, es decir, cambia la modalidad. A propósito de la
‘modalidad’ Bohumil Zavadil (1968:57) expresa: «En la oración, la actitud del sujeto hablante ante la
realidad enunciada siempre encuentra una expresión formal. Este aspecto semántico y formal de la
enunciación constituye la esencia de la categoría lingüística de la modalidad». También Nuyts Jan
(2001: 21) se refiere a la ‘modalidad’ en estos términos: “(la) ‘modalidad’ a veces se usa para cubrir
cualquier clase de calificación del hablante de un estado de asuntos, incluyendo actitud emocional,
evidencialidad, e incluso tiempo y aspecto.”
Oposición paradigmática de T/A en contextos temporales
La pregunta ahora es si las formas T/A, en contextos temporales, tienen el mismo significado. Para
comprobar si existe o no diferencia, se contrastan los siguientes casos y se describe el entorno
lingüístico.
11. T-C48-P1270 El estudio de este tipo de operatorias resulta de interés, me parece, para fomentar el
acercamiento analítico al comportamiento figural en los discursos visuales y audiovisuales, territorio todavía, a mi
entender, no suficientemente explorado en relación con la gran complejidad que presenta. (El subrayado es mío)
12. A-C223-P1262 Mientras el estudio del discurso científico en inglés ha tenido un gran desarrollo en las últimas
décadas, la investigación en castellano, en especial la referida a los artículos de investigación, es aún escasa. (El
subrayado es mío)
La tabla 4 muestra las diferencias y semejanzas que surgen del contraste del entorno lingüístico de
(11) y (12).
predicación
todavía
aún
argumento 1
verbo de estado
(elidido): es
paciente: territorio
verbo de estado: es
paciente: investigación
en castellano, en
especial la referida a
los artículos de
investigación
argumento 2
atributo
obligatorio: no
suficientemente
explorado
argumento 3
optativo
modalizador:
a mi entender
atributo
obligatorio:
escasa
Tabla 4: Entorno lingüístico de las formas T/A.
En el entorno lingüístico de todavía (11) hay un verbo de estado elidido: es, un paciente: territorio,
un atributo obligatorio: no suficientemente explorado15. Por su parte, en el entorno lingüístico de aún
(12) hay un verbo de estado: es, un paciente: la investigación en castellano, en especial la referida a
artículos de investigación y un atributo obligatorio: escasa. Se observa que, en ambos casos, el tipo de
predicación (verbos de estado) y los argumentos verbales (pacientes y atributos obligatorios) son los
mismos, sin embargo, los esquemas semánticos de las predicaciones (Kovacci 1992: 190 y ss.) son
diferentes en el siguiente sentido: en (11) ‘territorio’ tiene una extensión semántica más amplia que en
(12) ‘investigación en castellano’, además, la aclaración de (12) ‘en especial la referida a los artículos
de investigación’, delimita el significado del tipo de investigación. Estos datos evidencian que la zona
temporal de todavía es más extensa que la de aún y que si bien, en estos contextos temporales, ambas
formas podrían ser intercambiables, la selección de cada una de ellas en los entornos lingüísticos
analizados favorece la transparencia de lo que el hablante quiere comunicar, es decir, que usa todavía
para relacionarlo sintagmáticamente con constituyentes cuya extensión semántica es más amplia que
la de los constituyentes sintácticos de aún.
Estos datos del corpus podrían avalar los principios de iconicidad y de cantidad según los cuales
existe una tendencia a asociar una gran cantidad de forma a una gran cantidad de significado (en este
caso, más forma  más tiempo) y, por el contrario, una menor cantidad de forma se asocia a una
menor cantidad de significado (menos forma menos tiempo). En contextos temporales, todavía
podría ser concebido como un período “más amplio”, “más lejano” al presente del hablante y aún como
un período temporal “más limitado”, “más cercano” al tiempo del hablante.
También se encuentran usos como (13) en el que las formas parecen ser utilizadas como recurso de
cohesión para evitar la repetición, es decir que podrían ser intercambiables:
13. A-T-C2-P123 En la primera fase la matriz de la configuración discursiva no está aún completa dado que todavía
no existe el vector semántico.
Sonia Baldasso de Fiocchetta
La renovación de la palabra / 186
Extensiones semántico-funcionales de las formas T/A
Además de los valores puramente ‘temporales’, las formas T/A adquieren otros significados que se
podrían considerar como extensiones semántico-funcionales. Los más frecuentes en este corpus son:
(a) ‘intensificación’ ─cuando modifican a adjetivos, adverbios o sintagmas equivalentes─; (b) ‘adición’ y
(c) fusión de valores: ‘adición’ / ‘adversatividad’ / ‘concesividad’ ─cuando funcionan como nexos─.
Intensificación
T/A son intensificadores cuando se relacionan con adjetivos y/o adverbios o construcciones
equivalentes. La intensificación “se refiere a la gradación cuantitativa o cualitativa del contenido léxico
del adverbio o del adjetivo que admiten modificación” (Kovacci 1999: 779).
En los casos (14), (15) y (16) T/A intensifican a construcciones en grado comparativo de
superioridad. Los datos demuestran que la forma preferida para intensificar es aún, especialmente en
grado comparativo de superioridad 27,21% contra un 3,7% en comparativos de inferioridad.
También es interesante destacar que todavía aparece sólo en 2 casos, 3,84%, intensificando a
adjetivos. Si bien adquieren otros significados, se podría decir que mantienen el valor de temporalidad
ya que es como si estuvieran relacionando dos tiempos, ‘antes’ menos intenso; ‘después’, más intenso’.
14. T-C-46-P1247 Esa mejor información va acompañada de algo todavía más importante e inexistente en sus
textos comentados con anterioridad: la valoración del saber tradicional. (El subrayado es mío)
15. A-C133-P 826 A estos alumnos les resultó más sencillo ubicarse como enunciadores a través del uso de
diversas definiciones. En estos casos es evidente que el distanciamiento que ponen con el tema tratado, es mayor
aún que el que lograron otros chicos que sólo modalizaron. (El subrayado es mío)
16. A-C227-P1266 De manera más profusa aún que en el caso anterior, observamos evaluaciones y planteamiento
de nuevas propuestas. (El subrayado es mío)
Adición
Los casos (5) y (17) tienen el significado de ‘adición’.
El enunciado (5) se refiere a un docente que tiene como objetivo hacer que el alumno comprenda
sus criterios de corrección: “al producir un texto argumentativo se deben dar fundamentos válidos
para asegurar la verdad de la conclusión y si alguna de las premisas resultara objetable, el texto no
podría considerarse como bueno”:
5. T-C25-P801 Para completar la evaluación todavía habría que analizar la verdad o aceptabilidad de las premisas
[…]
Todavía en (5) “Es un marcador discursivo que funciona como conector aditivo”, −es equivalente a
además−. “vincula dos miembros discursivos con la misma orientación argumentativa” (Martín
Zorraquino y Portolés Lázaro 1999:4094). En este caso, el miembro discursivo A es: “los fundamentos
válidos para llegar a la conclusión” y el miembro B es: “la verdad o aceptabilidad de las premisas”. Si
suprimimos la forma todavía, el enunciado es igualmente válido, lo que demuestra que hay un
significado que se añade a la adición, es el de ‘focalización’ del miembro B, según Kovacci (1999:774)
es un ‘matizador aditivo’.
En (17) aún es equivalente a incluso. “Relaciona argumentos que conducen a la conclusión.
Además, el significado de incluso indica que el segundo miembro discursivo es más fuerte
argumentativamente que el primero, y por tanto se sitúa en una posición más alta en una escala
argumentativa” (Martín Zorraquino 1999:4093). Este significado adicional de “resaltar” el segundo
miembro discursivo lo diferencia de (17).
También, como en (18), “el adverbio aun […] puede compartir semánticamente “con incluso la
expresión de noción ‘contrario a una expectativa’”. (Montolío 1999:3722).
16. A-C134-P826 E.G.B3, en todas sus producciones, delineó una postura y la defendió con vocabulario apropiado,
aún los alumnos menos expertos para escribir.
Al significado de adición de (18) se le agrega el valor concesivo. Haciendo una paráfrasis se
comprueba en la forma aún esta fusión de valores:
19. Aunque los alumnos sean menos expertos para escribir, delinearon una postura y la defendieron con
vocabulario apropiado.
Fusión de valores: ‘adición’ / ‘adversatividad’ / ‘concesividad’
Por último, completando su recorrido semántico-funcional las formas T/A pueden tener fusión de
valores: ‘adición’ / ‘adversatividad’ / ‘concesividad’.
Si en (20) aplicamos la prueba de la conmutación, todavía podría ser equivalente al nexo concesivo
“a pesar de…”:
20. T-C9-P306 Pensamos, al igual que Vallejo Campos, que la concepción tradicional de racionalidad platónica no
está presente en los mecanismos persuasivos que tratamos. De esta manera, no nos encontraríamos ante
argumentos deductivos. Sin embargo, todavía sostenemos que podría defenderse cierta racionalidad.
Castel y Cubo, Editores (2010)
187 / El continuum entre la zona temporal y …
La cercanía sintáctica entre las formas sin embargo y todavía de (20) muestra la cercanía nocional
que existe entre la ‘adversatividad’ y la ‘concesividad’. “[…] la adversatividad, desde un punto de vista
genético, es una noción más básica y general que la concesividad, tanto en la evolución histórica de
las lenguas como en el proceso de adquisición del lenguaje. Ello explica que la propiedad más
característica de una relación adversativa –el contraste- entre a formar parte también de la definición
semántica de cualquier expresión concesiva […]” (Flamenco García 1999:3811)
En casos como (21) es posible que exista una fusión de valores ya que aun / aun cuando se pueden
interpretar de dos modos: (a) equivalente a incluso y (b) equivalente a aunque:
21. A-C145-P848 Aun cuando el debate fuera un “torneo” para triunfar mediante la palabra, el ejercicio de la
escucha, investigación, aplicación perseverante en las ideas, movilización de la conciencia en pro y en contra de la
propia postura, suponen un previo provechoso entrenamiento en la concentración.(El subrayado es mío)
Compartiendo la opinión de Flamenco García (1999: 3833), se podría considerar que (21) tiene una
interpretación temporal si la partícula aun posee ámbito sobre toda la cláusula subordinada
introducida por cuando (AUN (↑) cuando el debate fuera un torneo […] / Incluso cuando el debate
fuera un torneo) o una interpretación concesiva si la partícula aun no tiene autonomía fónica, sino que
forma una unidad con cuando ( Aun cuando ()16 el debate fuera un torneo […] / Aunque el debate
fuera un torneo […]. Esta fusión de los valores demuestra la idea del continuum entre tiempo, adición y
concesión.
Síntesis de los valores semántico-funcionales de T/A
En la tabla 5 y en los gráficos 6 y 7 se registra una síntesis del análisis realizado. Se trata de
demostrar cuáles son las diferencias y las semejanzas entre ambas formas. Se observa que en el caso
de todavía predomina el valor temporal (modificador del verbo), mientras que en el caso de aún
predomina fusión de valores: ‘adición’ / ‘adversatividad’ / ‘concesividad’. Con respecto al valor de
intensificación aún supera el porcentaje de todavía.
TODAVÍA
AÚN
VALORES
CASOS
%
CASOS
%
1. Mod. del verbo
34
79,07%
36
12,86%
2. Mod. de adjetivo y/ o adverbio
2
4,65%
77
27,50%
3. Nexos aditivo y concesivo
7
16,28%
167
59,64%
TOTAL
43
100,00%
280
100,00%
Tabla 5: Síntesis de los valores semántico-funcionales de T/A.
El gráfico 6 representa la síntesis de los valores semántico-funcionales de T/A El color verde hace
referencia al valor temporal (cuando modifican al verbo); el amarillo, a la intensificación (cuando
modifican al adjetivo, al adverbio o a sintagmas equivalentes) y el rojo, al valor aditivo, adversativo y
concesivo (cuando funcionan como nexos).
La primera barra que representa el 15% de ocurrencias de todavía con respecto al total de la
muestra, se observa que todavía recorre un 79,07% de su continuum en la zona temporal, un 4,65%
en la zona de intensificación, y en el último tramo, un 16,28%, en la zona de adición, adversatividad y
concesión, un 16,28%
La segunda barra representa el 85% de ocurrencias de aún, porcentaje que completa el total de la
muestra. Se observa que aún recorre un 12,86% en la zona temporal, 27,50% en la zona de
intensificación y un 59,64 % en la zona de adición, adversatividad y concesión
Gráfico 6: Síntesis de los valores semántico-funcionales de T/A.
Comparando las dos barras, se puede observar que, en este corpus de datos, todavía se usa más
en contextos temporales que con otros valores, sucede lo contrario con aún que muestra porcentaje
Sonia Baldasso de Fiocchetta
La renovación de la palabra / 188
mucho mayor como nexo aditivo, adversativo y concesivo que como temporal. Esto podría dar cuenta
de que a ‘formas’ diferentes, corresponden ‘significados’ diferentes.
Conclusiones
El análisis realizado en este corpus de datos demuestra que la presencia / ausencia de T/A es
significativa, que si bien al suprimirlas, las oraciones quedan igualmente bien formadas, cuando el
hablante las usa reflexivamente es porque quiere dejar una marca de subjetividad y hacer más
transparente lo que quiere decir.
Por su parte, en contextos temporales, el entorno lingüístico podría aportar evidencia de que las
formas T/A son diferentes. Pero, también se encuentran casos en podrían ser intercambiables ya que
están usadas como recursos de cohesión textual para evitar la repetición. A ello se suma el elevado
porcentaje de ocurrencias que la forma aún tiene en este corpus, lo que podría demostrar una
diferencia de estilo impuesto por la clase textual o, también, a la diversidad de valores semánticos que
esta forma ofrece. La multiplicidad de valores semántico-funcionales, este continuum o progresión
semántica, −que se observa más en la forma aún que en todavía− es como una especie de red
conceptual que parte de la noción de temporalidad y se extiende por las de intensificación, adición,
adversatividad y concesión. En este continuum semántico, se pueden apreciar zonas más prototípicas,
como es el caso de todavía, y también otras zonas en que estos valores se superponen, como es el
caso de aún. Frente a estos datos, se podría considerar que la forma todavía representa mejor a la
categoría adverbio temporal, mientras que aún se ubicaría entre el margen de la categoría ‘adverbio’ y
el margen de la categoría ‘conjunción’.
Es importante señalar que la restricción impuesta por la clase textual seleccionada, no permite
asegurar estas conclusiones de manera taxativa. Sería interesante hacer un análisis contrastivo entre
dos o más clases textuales y dejar abiertas varias líneas de investigación que han quedado
inconclusas todavía.
Notas
*
Esta ponencia ha sido presentada de manera más resumida en el I Simposio de la Asociación de Lingüística Cognitiva, realizado
en la FFyL de la UNCuyo, los días 12 y 13 de noviembre de 2009.
1 Los enunciados de este trabajo pertenecen a un corpus de textos escritos en lengua española, extraídos de las ponencias de las
Actas del Congreso Internacional LA ARGUMENTACIÓN. Lingüística, retórica, lógica, pedagogía, realizado del 10 al 12 de julio de
2002, en la Ciudad de Buenos Aires.
La convención de citación del corpus es la siguiente: En primer lugar, se consigna la letra inicial de la forma, ‘T’ para todavía y ‘A’
para aún. En segundo lugar, precedido por la letra inicial ‘C’, el número de caso que corresponde al orden de aparición en las
Actas. Por último, precedido de la letra inicial ‘P’, el número de página de las Actas. Por ejemplo: T-C42-P1166 (todavía, caso 42,
página 1166) A-C42-P244 (aún, caso 42, página 244). Los enunciados que no registran dicha convención, no pertenecen al corpus,
se consignan sólo con el objetivo de resaltar las diferencias de sentido que se producen.
2 El signo [] indica elipsis de alguna de las formas en estudio T/A
3 No se abordará en este trabajo la problemática de la acentuación, tema que sería interesante investigarlo desde la perspectiva
de la gramática de la acentuación.
4 (1.5.4. b): 71 “Aun / aún: Voces normalmente inacentuadas se hacen acentuadas en determinados contextos, por razones
sintácticas o melódicas, a veces con cambio de categoría gramatical […] Se distinguen por el acento de intensidad el adverbio de
tiempo aún y la partícula aun. Pero esta partícula vacila algunas veces entre acentuación e inacentuación, especialmente cuando va
seguida de no, con la significación de ni siquiera: Aun en la tórrida zona / no estará seguro de mí (Lope de Vega, Barlaán y Josafat,
v. 1587). En 1.6.9. b) 3º “aun, partícula inacentuada, procedente del adverbio aún. Es siempre monosilábica y se coloca siempre
delante de la palabra o de la frase de que depende. Unas veces significa ‘hasta’, ‘incluso’: Que aun /aun/ el cielo, en algún modo /
es de disfrazes (sic.) capaz (Lope de Vega, El castigo sin venganza, I, en Obras sueltas, VIII, pág. 386). Otras veces tiene significación
adversativa o hipotética (de donde las conjunciones compuestas, también inacentuadas, aunque y aun cuando): Pero, aun /aun/
fusilando a Rosas, la campaña no habría carecido de representantes (Sarmiento, Facundo, cap. IX)”
5 Alcina Franch y Blecua clasifican los adverbios del siguiente modo: (a) adverbios de base lexemática (sinsemántica):
cualificativos: (bien, mal, cuidadosamente) y proporcionales (pronto, temprano, tarde), (b) prepositivos (cerca/ lejos, delante/detrás,
dentro/fuera, arriba/abajo, antes/después, etc.), (c) pronominales: locativos espaciales (aquí) y locativos temporales (hoy, ahora),
cuantitativos, identificativos (pueden aludir a todo un enunciado confirmándolo, negándolo o poniéndolo en duda) y (d) otros
adverbios: siempre, nunca, jamás, ya, aún, todavía. (pp. 702-704)
6 Aun y aún (Der. Del lat. “adhuc”, hasta ahora, aún; la “n” se debe probablemente al influjo de otras partículas, como en el caso
del vulgarismo “asín”.) 1. (adv). Se escribe y se pronuncia con acento, equivale a “todavía” y expresa persistencia en el momento en
que se habla o de que se habla de cierta acción o estado: ‘Aún no han llegado’.
7 Es interesante lo que señala Girón Alconchel (1991:26) con respecto a la diferencia entre ya y todavía: “Lo que ya expresa en ese
sentido del proceso entre dos acciones, una que, al cumplirse, da paso a la otra, que empieza (pero que puede continuar para
siempre, es decir, ser un resultado de la otra). Y, además, expresa que esa orientación del proceso es la ‘esperable’ por parte del
hablante. Por eso no se puede decir, por ejemplo, *Es muy temprano ya ni *Es muy tarde todavía, pero sí Es muy temprano todavía
y Es muy tarde ya. En este sentido se confirma que ya mira al pasado y todavía, al futuro (F. Lázaro Mora, 1987:259)
8 En Nota 48 a pie de página, Flamenco García (1999:3832) expresa: “ De su función básica temporal, cuando pasó a marcar
desde los primeros tiempos de la lengua, si bien de un modo ocasional, relaciones de tipo causal o hipotético, derivando de estas
últimas los valores concesivos. Posteriormente, lo habitual es encontrarlo reforzado con la partícula aun. Se trata de un fenómeno
similar al experimentado por aunque, pero sin haber llegado todavía al grado de integración léxica experimentado por aquella
conjunción.”
9 Señala Antonio de Nebrija (1989:210) […] Los latinos, como diximos en otro lugar, pusieron la interjección por parte de la
oración, distinta de las otras; pero nos otros, a imitación de los griegos, contamos la con los adverbios. Assí, que será interjectión
Una de las significaciones del adverbio, la cual significa alguna passión del ánima, con boz indeterminada, como ai, del que se
duele; bababa, del que se ríe; tat tat, del que vieda; assí de las otras partezillas, por las cuales demostramos alguna passión del
ánima.” (1989: 210)
10 Dentro del límite de la oración, entiendo por entorno lingüístico todos los constituyentes oracionales que se relacionan con las
formas T/A.
Para analizar el entorno lingüístico se siguen los esquemas semánticos de las predicaciones de Kovacci (1992: 191): Acción y
agente, proceso y paciente, estado y paciente, procesos y estados, acción + proceso, causantes, completantes y otros tipos de
Castel y Cubo, Editores (2010)
189 / El continuum entre la zona temporal y …
predicación: experimentante, beneficiario, locativo, predicaciones atributivas e identificadoras, circunstantes, participantes
encubiertos.
11 Según Kovacci (1999: 707) «los circunstanciales pueden ser obligatorios cuando realizan papeles semánticos exigidos por la
estructura argumental del verbo. Pero en la mayoría de los casos se trata de modificadores facultativos, no exigidos por el
significado del verbo: no son argumentales y suelen denominarse “adverbios internos al sintagma verbal».
12 En términos de Alarcos Llorach (1970: 221) «La gramática funcional define al adverbio como una clase de signos o sintagmas
autónomos nominales, caracterizados por funcionar como aditamento y presentar inmovilidad genérica y numérica. “La función de
aditamento puede ser desempeñada por unidades autónomas mínimas (que serían los verdaderos adverbios), o bien por cualquier
sintagma o grupo sintagmático conmutable por aquéllas (en ocasiones acompañado por ciertos indicios funcionales)”. Según esta
definición, todavía y aún son adverbios que tienen la función de aditamento».
13 ALcina Franch y Blecua (1982:700-701) definen al adverbio como la clase de palabra que «tiene justificada su existencia
funcionalmente por estar constituida por palabras que actúan como términos terciarios con relación a verbos o adjetivos (términos
secundarios), y a otros adverbios […] Sin embargo dificultan la fijación de un inventario coherente y bien delimitado la abundancia
de rasgos particularizadores de unos elementos dentro de la clase y la enorme posibilidad de ser utilizados con el mismo valor
funcional secuencias de palabras que han llegado a gramaticalizarse plenamente».
14 Tal vez la relación entre modalidad y adverbio es lo que podría explicar por qué la gramática tradicional ubicó a las
interjecciones junto con los adverbios:
«El estudio de las partes de la oración se inicia en Grecia y el primer tratado gramatical que se conserva es de hacia el año 100 a. de
C.: es el Arte de la gramática. Se le atribuye a Dionisio de Tracia, discípulo de Aristarco de samotracia, y es muy principalmente un
estudio de las partes de la oración del griego clásico. Dionisio de Tracia recoge los conocimientos de los gramáticos estoicos y
alejandrinos y establece ocho clases de palabras: nombre, verbo, participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio (que incluía
las interjecciones) y conjunción, por este orden. En su obra, cada parte viene definida, antes que nada, por sus características
morfológicas… pero también, aunque secundariamente, se introducían apelaciones a la significación…» Tusón, J. (1984: 91)
15 Un constituyente interesante del entorno lingüístico de (5) es el modalizador: “a mi entender”.
16 El signo (↑) significa “entonación ascendente” y (), bloque nexual (Flamenco García 1999: 3833)
Referencias
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CORPUS de DATOS:
ACTAS DE CONGRESO EN SOPORTE ELECTRÓNICO
Congreso Internacional La Argumentación: Lingüística, Retórica, Lógica, Pedagogía. Buenos Aires, 10-12 de julio de
2002. Editora M. M. García Negroni, Universidad de Buenos Aires, Argentina. ISBN 950-29-0714-0.
Sonia Baldasso de Fiocchetta
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