1 EVENTOS RELEVANTES DURANTE LA PRESIDENCIA DEL GRAL. MAXIMILIANO HERNÁNDEZ MARTÍNEZ 1932 – 1944 FUENTES CONSULTADAS EN LA ELABORACIÓN: Estudios Sociales y Cívica. Primer año de bachillerato. Samour C. Héctor J. 2010. Estudios Sociales y Cívica. 1 bachillerato. Editorial Santillana, 2011. Estudios Sociales y Cívica 1 bachillerato. Colección Cipotas y Cipotes, Ministerio de Educación (MINED), 2011. Historia de El Salvador. Tomo II. Ministerio de Educación. 1994 ______________________________________________________________________________________________________________________________________________ Durante la emergencia de la crisis, ocupó el cargo de forma provisiona el que fuera vicepresidente del gobierno derrocado. La Asamblea Legislativa hizo excepción tras casi tres décadas de no reconocer un gobierno golpista y lo declaró Presidente constitucional en febrero de 1932, tras la insurrección campesina ocurrida en el mes anterior. Se convocaron elecciones presidenciales y se aseguró un clima de libertades. Las elecciones se llevaron a cabo en 1935, en ellas resultó ganador sin oposición alguna. Una vez finalizado su primer periodo constitucional, se apoyó en la formación de una Asamblea Constituyente que lo eligió en 1939 dentro de un marco excepcional, según el Artículo 91 de la nueva Constitución. En 1944, usó la misma vía para reelegirse mientras que en sus discursos manifestaba que en el país aún no estaban asegurados el orden, el bien y la democracia. En más de una ocasión, grupos dentro del ejército intentaron derrocarlo. Dos meses después de la reelección, comenzó un movimiento dentro del ejército, tomando varios puntos clave de la capital, pero no lograron la captura del Presidente, quien declaró ley marcial. En mayo se configuró una red de conspiración conformada por estudiantes, médicos, empleados públicos y del sector privado, que se fueron sumando en huelgas hasta paralizar completamente el país. En menos de diez días de estas acciones y ante la presión por el asesinato de un ciudadano estadounidense durante los disturbios, el 8 de mayo pronunció un discurso radiofónico, su renuncia al poder. La Fuerza Armada en el momento de ascenso de Martínez no era una institución plenamente consolidada y profesional. Si bien se había hecho esfuerzos en su profesionalización durante las tres primeras décadas del siglo XX, de hecho era una fuerza rudimentaria, compuesta de tres ramas: el ejército, la Guardia Nacional y la Policía Nacional. Las tres ramas juntas sumaban 3500 efectivos. Las unidades individuales eran muy pequeñas. Por ejemplo el primer regimiento de infantería asentado en San Salvador, que tuvo un rol importante en el golpe de estado que llevó al poder a Martínez, tenía solo 120 efectivos. De las tres fuerzas, la Guardia Nacional, formaba y modelada al estilo de la Guardia Civil Española, era la fuerza “elite” en el sentido que sus miembros eran tres veces mejor pagados que el resto de soldados del ejército, así como los mejor equipados y armados. Lo mismo se puede decir de la Policía Nacional, aunque estaba menos equipada que la Guardia. Las diferencias entre el ejército y las fuerzas de seguridad llegaron a ser evidentes en el momento de la rebelión campesina, cuando algunos oficiales del ejército tuvieron que desarmar a sus tropas para evitar que se pasaran al lado de los comunistas. De las tres fuerzas, la Guardia Nacional fue la más alineada con los poderosos grupos cafetaleros. Formada en 1912, la Guardia sirvió particularmente para apoyar el código agrario de 1907, que prohibía la organización sindical entre los trabajadores del campo. También tomó parte en varias funciones administrativas para auxiliar a los terratenientes locales. 1° Año Bach. 2 EL ASCENSO DEL GRAL. MAXIMILIANO HERNÁNDEZ MARTÍNEZ Y LA INSURRECCIÓN DE 1932 Desde octubre de 1929 como consecuencia de la caída de la bolsa de valores de Wall Street, en Nueva York, la demanda del café bajó tanto que su precio se fue al suelo. En El Salvador, el café llegó a su precio más barato e inclusive ni aun así lo compraban los tradicionales compradores, pues la crisis fue tan intensa, que era mínima la cantidad comparada. Obviamente al disminuir los precios del café, había menos dinero en circulación, con lo que el poder adquisitivo de la población bajó considerablemente. Algunas haciendas, al tener fuertes deudas con los financistas y al no obtener ganancias en la producción del café y en algunos casos ni sacar el costo de la producción fueron a la quiebra. Pasando la hacienda a manos del financista, como pago de la deuda. Otra consecuencia de la crisis fue la despedida de los trabajadores, especialmente del área rural. Por otra parte, el gobierno vio disminuido el ingreso fiscal, pues al bajar la exportación del café, también bajan los impuestos provenientes de éste. Esta situación llevó al Estado casi a la bancarrota económica. Los países más débiles, no pudieron resistir la crisis y se desataron conmociones sociales que produjeron gran inestabilidad en los gobiernos, principalmente por falta de efectivo para pagar salarios y cubrir las necesidades sociales básicas. Antes de que llegará al poder, Arturo Araujo (febrero de 1931), existía una fuerte agitación social en el país, pero se consideró que con él, como jefe de gobierno, todo esto quedaría superado. A los nueve meses, la inestabilidad política en el país, se hace nuevamente cuando se da el golpe de Estado (2 de diciembre de 1931). Araujo fue victima del mismo, una de las razones que incentivaron a los militares al golpe era el retraso en el pago de sus sueldos. Los golpistas, luego de intensas reuniones, decidieron nombrar al general Maximiliano Hernández Martínez, quien había fungido en el gobierno de Araujo, como Ministro de Guerra. Desde antes de este golpe de Estado, existían algunos tratados internacionales mediante los cuales los países firmantes acordaban no reconocer a ningún gobierno surgido por la fuerza, ni mucho menos, si sus gobernantes tuvieron participación en el golpe o fueron parte del gobierno depuesto. Estos tratados eran, el de Washington de 1907 y el Tratado de Paz y Amistad de los países centroamericanos de 1923. Uno de los principales auspiciadores de estos tratados eran los Estados Unidos. El gobierno de Hernández Martínez pasó mucho tiempo aislado internacionalmente. Pero éste demostró astucia y audacia como presidente de la República al detener, al alzamiento comunista de 1932. Este aislamiento, Hernández lo supo enfrentar hábilmente, lo que le generó mayores simpatías al ser considerado como un hombre con carácter firme e inteligente. La idea de presidente firme e inteligente y de valor la fueron tomando los gobiernos de otros países, con lo que los tratados internacionales fueron poco a poco ignorándose, al ir reconociendo al gobierno de Hernández. Costa Rica fue el primero en reconocerlo en diciembre de 1932, luego el resto de países de Centroamérica y EE.UU. en 1934. Un acontecimiento que le hizo ganar la simpatía de otros gobiernos (antipopulares de la época) a Hernández Martínez, fue la forma cómo éste detuvo el alzamiento comunista del 22 de enero de 1932. LA INSURRECCIÓN DE ENERO DE 1932 El Partido Comunista salvadoreño se fundó hacia 1928, en el contexto de la crisis económica y la aceptación de sus ideas. Participó por primera vez en los comicios para diputados y alcaldes celebrados a principios de enero de 1932. Como era costumbre, el nombre de la persona y su voto oral quedaban registrados en listas elaboradas para cada partido. Durante los eventos ocurrieron incidentes y en algunos casos se anularon los comicios y otros fueron boicoteados al partido. A mediados de ese mes, el gobierno descubrió en la capital planes de un levantamiento. Fueron capturados los líderes, entre ellos Farabundo Martí, y fueron 1° Año Bach. 3 neutralizados los posibles apoyos dentro del ejército. Los dirigentes y partidarios entraron en divergencias en torno a la continuación con los planes originales. Hacia la medianoche del 22 de enero, campesinos armados con machetes, piedras y fuego atacaron casi simultáneamente varios pueblos cafetaleros del occidente con la idea de tomar alcaldías, cuarteles y puestos de comandancia. Tomaron represalias contra aquellos con quienes tenían conflictos laborales. Otros marcharon hacia la capital que se encontraba en zozobra, pero el ejército tomó rápidamente el control en las zonas alzadas. Con el restablecimiento del orden, una fuerte persecución policial se extendió por varios días y fusilaron a un número incalculable de campesinos, principalmente indígenas. Desde hacía buen tiempo, las condiciones de los trabajadores, específicamente de los campesinos, habían sido malas; pero la crisis económica de 1929 las había agudizado, al bajar el precio del café, pues se elevó el desempleo, los salarios bajaron y el costo de la vida se incrementó. En la zona occidental principalmente, para cosechar grandes áreas de café, se había dejado sin tierra a los campesinos, por lo que los campesinos, sin tierra de a zona occidental, eran los que más sentían la crisis, al no tener donde sembrar para su subsistencia. Todo esto permitió que las ideas comunistas penetraran fácilmente en la población, y que por lo tanto, miles de campesinos pasaran a incorporarse a las filas comunistas. El 3 de enero de 1932 hubo en el país elecciones municipales y del 10 al 12 de enero, fueron las elecciones legislativas. En ambas participaron los comunistas, pero se detectó fraude, por lo que se intentó negociar con el gobierno, pero no hubo resultados. Entonces la insurrección se inició a la medianoche del 22 de enero de 1932. En regiones del occidente del país se alzaron miles de campesinos armados, principalmente de machetes, atacando poblados, haciendas e instalaciones militares en algunas partes como Juayúa, Nuahuizalco, Izalco y Tacaba, lograron controlar la totalidad de la población, todos dirigidos por Farabundo Martí. El gobierno por su parte, mediante el uso de armamento muy superior a de los indígenas, se impuso a ellos, propinándoles una derrota, en la que se habla de más de 25,000 muertos. Los principales líderes comunistas en la insurrección del 32 son: Farabundo Martí, Mario Zapata y Alfonso Luna, capturados días antes de la revolución, fueron fusilados el 1 de febrero de 1932. La mayor parte de la violencia estuvo dirigida contra los símbolos de la opresión local (los ricos y sus viviendas, alcaldes y edificios municipales). Los insurrectos mataron a cerca de 35 civiles y policías locales. Cinco policías de aduana fueron asesinados en el ataque a Sonsonete, y la Policía Nacional perdió un total de 10 en Sonsonate y Santa Tecla. Nueve guardias nacionales fueron asesinados y 10 heridos; el ejercito regular perdió entre 20 y 40 soldados. En respuesta, la Guardia Nacional y contingentes del ejército de Ahuachapán, Sonsonate, Santa Ana y San Salvador marcharon hacia los pueblos tomados por los rebeldes y los derrotaron sistemáticamente. Eliminada la amenaza militar, las tropas gubernamentales, con la Guardia Nacional jugaron un rol principal, procedieron a masacrar a cualquiera que fuera sospechoso de haber participado en la revuelta. En la práctica los sospechosos incluían a cualquiera que pareciera “indio” o tuviera aspecto campesino o llevara machete. Los sospechosos fueron asesinados en masa por pelotones de fusilamiento y por ametralladoras montadas sobre camiones. En muchos casos, los habitantes de las zonas rebeldes fueron llamados a reportarse al puesto de la Guardia Nacional más cercano para recibir salvoconductos. Cuando llegaban, eran apresados y ejecutados en masa. A pesar de que el número exacto de asesinados en la matanza es desconocido, en parte porque el gobierno destruyó los documentos que podrían haber provisto de datos, al menos entre ocho o diez mil personas fueron asesinadas. 1° Año Bach. 4 Otros investigadores que realizaron entrevistas en el área de las masacres establecen el número alrededor de 25,000. Las estimaciones más altas podrían llegar al equivalente del 2% de la población de El Salvador de esa época. Cualquiera que haya sido el número de muertos, la matanza creó un terror tal que eliminó vestidos, lenguas y otras expresiones culturales indígenas de la zona occidental del país. La gente de la zona todavía siente miedo, 40 años después de lo sucedido, cuando algunos investigadores intentaron realizar entrevistas en el área. La matanza no sólo se realizó en el área rural, aunque ahí fue más intensa. Numerosas ejecuciones fueron llevadas a cabo en San Salvador y otras ciudades, donde las fuerzas gubernamentales capturaron a cualquier sospechoso de ser izquierdista. Hacia finales de enero el número de muertos había elevado a un punto tal que se hacía impráctico su enterramiento, por lo que los jefes de los operativos ordenaban la cremación masiva de los cadáveres. Cada noche San Salvador era estremecido por el ruido de los transportes militares y los disparos de las ametralladoras. Estos asesinatos indiscriminados se realizaron para romper la base social del movimiento comunista, desde el momento en que el gobierno tenía la lista completa de los miembros del Partido Comunista, quienes se habían registrado como tales con ocasión de las elecciones municipales y legislativas de 1932. La insurrección en El Salvador fue uno de los levantamientos campesinos más importantes del período en América latina. La insurrección presentó una gran influencia y orientación del movimiento proletario internacional de la época siendo el Partido Comunista, a escasos dos años de fundado, el que trató de imponer la vanguardia al movimiento. De acuerdo a testimonios de los dirigentes comunistas de la época, el movimiento campesino no se circunscribía únicamente a la recuperación de tierras, como otros movimientos campesinos del continente, sino que consideraba la toma directa del poder y la puesta en práctica de programas con perspectivas socializantes. La organización del levantamiento descansó en las asociaciones religiosas llamadas “cofradías” y en las relaciones de las comunidades indígenas que, aunque ya habían desaparecido legalmente como tales, mantenían una existencia social real. De esta manera el levantamiento campesino tuvo además características étnicas que se confundían con las sociales. RESUMEN DE LAS INTERPRETACIONES SOBRE EL LEVANTAMIENTO DE 1932 Teoría de la conspiración Señala al Partido Comunista y a su trabajo de conspiración entre las masas indígenas, campesinas y en sectores del ejército. Teoría de la provocación La dictadura del general Hernández Martínez se negó a reconocer el triunfo electoral del Partido Comunista. Situación económica Plantea el descontento de los campesinos por la concentración de tierras en una economía campesina, y las difíciles condiciones laborales agravadas por la crisis internacional. Conflicto étnico Se trata de resentimientos entre indígenas, ladinos (no indígenas) y propietarios blancos por motivos culturales y económicos. Varios levantamientos Se conducen movimientos con diferentes grados de organización, donde previamente tuvieron participación los comunistas. LA PERSONALIDAD DEL GRAL. MARTÍNEZ Y EL CARÁCTER REPRESIVO DE SU GOBIERNO. A partir de sus actuaciones, comentarios y uno que otro escrito, se puede deducir un poco como fue la personalidad del General Maximiliano Hernández Martínez. Primeramente como militar que fue, se puede decir que fue alguien de carácter fuerte, pues tradicionalmente ese ha sido el estilo de los militares, en el tiempo en que Martínez estuvo en el poder, estuvo en boga del fascismo y el nazismo (doctrinas políticas totalitarias o sea que propugnaban por la 1° Año Bach. 5 existencia de un Estado fuerte con poderes totales), por lo que su estilo de ser, se vio influenciado por las ideologías y estilos de éstos, lo que determinó en él una personalidad dictatorial, que él fácilmente asimiló y puso en práctica con su gobierno de carácter autoritario, represivo antipopular. Algunos escritores de ese tiempo dicen que al hablar con él, era una persona muy tranquila, El General Martínez, como militar de carácter fuerte fue influido por las doctrinas del fascismo y el nazismo por lo que hizo a su gobierno, con un carácter represivo antipopular. Hernández Martínez era llamado “el brujo de las aguas azules” ya que él curaba todas las enfermedades con aguas y estas eran todas azules”. Tenía creencias esotéricas y creía en el más allá. Pero no cabe duda que en él habla una vocación de tirano, con una personalidad autoritaria y autocrática, a veces paternalista; pero muchas otras, drástico sobre todo con sus enemigos, convirtiéndose en un verdadero déspota. LAS PRINCIPALES POLÍTICAS NACIONALISTAS DE MARTÍNEZ (EL NUEVO PAPEL DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA). A causa de la gran crisis económica que se estaba dando, el Estado (presidido por Martínez) pasó a tomar un papel más activo en la economía, a fin de buscar mejorar un poco la situación económica grave del país y de los sectores bajos, así como de los cafetaleros. Anteriormente a la crisis, con el auge del liberalismo, la intervención del Estado en la economía era muy mínima, pero luego de esto, el Estado toma algunas medidas que como ya se dijo van destinadas a aliviar el problema económico, como por ejemplo tenemos: declaró una moratoria sobre las deudas, o sea que el que debía iba a tener más tiempo para pagar. Algunas políticas nacionalistas de Martínez, a pesar de que posteriormente probaron ser efectivas para estabilizar la economía, fueron inicialmente recibidas con escepticismo por los cafetaleros. Las políticas de Martínez en última instancia favorecieron a los productores de café a expensas de los banqueros. El 27 de febrero de 1932, Martínez acordó no seguir pagando el empréstito norteamericano. Los banqueros norteamericanos protestaron ante su gobierno por tal medida y pidieron una intervención más enérgica contra la nación deudora. El gobierno norteamericano contestó a los banqueros que no podía hacer nada pues no tenía relaciones reconocidas con El Salvador. Otra medida de Martínez fue decretar la Ley Moratoria, que era un golpe a los banqueros y los beneficiadores que tenían en su poder la mayor parte de la propiedad territorial del país. Los terratenientes ahora se apoyaban en el gobierno y no en los acreedores para mantener la propiedad de sus tierras y para tener acceso a los créditos. Con la Ley de Moratoria se permitía a los que tenían sus propiedades hipotecadas pagar únicamente los intereses, que por ese mismo acuerdo habían sido disminuidos hasta el 6% anual. Otro de los decretos importantes fue La Ley de Prenda Agraria, que obligaba a los bancos a realizar préstamos a los caficultores con una serie de protecciones que nunca antes se habían establecido. Posteriormente se les prohibió a los bancos que siguieran emitiendo la moneda y, con ayuda de los banqueros ingleses, se creó el Banco Central de Reserva que centralizó la función emisora. Este banco comenzó a hacer préstamos a los caficultores, con lo cual entró en competencia con los bancos comerciales. Con la creación del Banco Hipotecario, que se forma con acciones de la Asociación de Cafetaleros y la Asociación de Ganaderos de El salvador, se buscaba que los propietarios con deuda hipotecaria no estuvieran permanentemente encadenados a los bancos y beneficiadores o exportadores que poseían hipotecas. Este nuevo banco adquirió la deuda de los propietarios anteriores a la Ley Moratoria, con lo cual los bancos perdieron una gran entrada de intereses. Todas estas medidas y otras que se 1° Año Bach. 6 implementaron tuvieron como resultado el que los productores se orientaran más hacia la actividad estatal que al sistema bancario y crediticio comercial privado. Otro aspecto que caracterizó al régimen de Martínez fue la oposición que enfrentó por parte de los Estados Unidos. En un primer momento los militares que derrotaron a Araujo se vieron obligados a entregar el poder al Gral. Maximiliano Hernández Martínez, en ese momento Vice-Presidente constitucional, debido a las presiones de los Estados Unidos que, con base a los tratados de Washington de 1923, negaba el reconocimiento a los gobiernos centroamericanos surgidos de golpes de estado o que hubieran tomado el poder por la fuerza. Posteriormente los Estados Unidos le negaron el reconocimiento a Martínez, ya convertido en presidente, porque éste tampoco reunía las condiciones que estipulaba el tratado de Washington. Estados Unidos presionó al nuevo gobierno para que dejara el poder, pero éste resistió la presión norteamericana y se mantuvo casi dos años en contra de la voluntad norteamericana que había logrado que el resto de países centroamericanos y los países europeos más importantes, también le negaran su reconocimiento al “régimen de facto”. Un hecho crucial que influyó en el acceso y consolidación de Martínez en el poder fue precisamente el levantamiento popular de 1932. Cuando por presión de los Estados Unidos los oficiales del ejército se habían puesto de acuerdo para ceder la presidencia al coronel Ascencio Menéndez, quien había ocupado un cargo durante el gobierno anterior, pero que s encontraba en Europa cuando se realizó el golpe de Estado en contra de Araujo, la insurrección campesina se manifestó en todo su apogeo. Esto tuvo un efecto político inmediato. En el segundo día de levantamiento, el Directorio Militar, a la cual los diplomáticos de Estados Unidos, habían estado presionando para remplazar a Martínez, le transfirió totalmente el poder ejecutivo. Por su parte, los Estados Unidos retiraron sus esfuerzos para desalojarlo, ya que removerlo podría minar la unidad de los militares. Con el aplastamiento de la rebelión, Martínez logró aglutinar al grupo social dominante de los cafetaleros en torno al Estado. También unificó a los militares, quienes abandonaron el propósito de instaurar un nuevo régimen y a los grupos humanos que vieron aterrorizados la entrada de los campesinos a la ciudad. La base de apoyo de Martínez se amplió, pero Estados Unidos mantuvo su posición de no reconocimiento. Después de la matanza las élites empresariales realizaron una defensa cerrada del derecho de Martínez para ocupar constitucionalmente la Presidencia de la República y orquestaron una campaña internacional para presionar a los Estados Unidos a reconocer el nuevo gobierno. Publicaron manifiestos con cientos de firmas, en los que aparcarían los más destacados hombres de negocios salvadoreños en apoyo a Martínez. El ejército hizo pública se adhesión incondicional. Se contrataron abogados internacionalistas para que expusieran ante el congreso norteamericano la legalidad del gobierno salvadoreño. Inglaterra, en contra de los deseos de Estados Unidos, terminó el 17 de septiembre de 1932 reconociendo a El salvador, justo unos días antes de que terminara un contrato comercial entre ambos países. Martínez, apoyado por los caficultores, los exportadores, beneficiadores y banqueros ingleses, anunció que se mantendría en el poder no obstante la oposición de los norteamericanos. Los manifiestos públicos de los sectores empresariales hacían énfasis en que no había necesidad de tener el reconocimiento norteamericano. En 1933 creó el Instituto de Mejoramiento Social con el objetivo de buscar mejorar los niveles de vida de los pobres a través de mejoras a las viviendas y redistribución de las tierras. Esta última fue una medida que ya el Presidente anterior (Araujo) y fue continuada por Martínez El 1° Año Bach. 7 gobierno compraba tierras y se las vendía a un buen precio a los pequeños agricultores, los cuales irían pagando mensualmente. El 9 de junio de 1934 se creó el Banco Central de Reserva, el cual se encargaría de regular la emisión de moneda y controlar el funcionamiento de los bancos privados. El 8 de enero de 1935 se había creado el Banco Hipotecario, el cual brindaría créditos a pequeños y medianos empresarios. Así como cajas de crédito rural para campesinos, creadas en 1943. Con la creación del Banco Hipotecario que se forma con acciones de la Asociación de Cafetaleros y la Asociación e Ganaderos de El Salvador, se buscaba que los propietarios con deuda hipotecaria no estuvieran permanentemente encadenados a los bancos y beneficiadores o exportadores que poseían hipotecas. Este nuevo banco adquiere la deuda de los propietarios anteriores a Ley Moratoria, con lo cual los bancos pierden una gran entrada de dinero. Otro aspecto que caracterizó al régimen de Martínez fue la oposición que enfrentó por parte de los estados Unidos. A pesar de que Estados Unidos continuo hasta 1934 sosteniendo su posición de no reconocimiento, en tono de sus comunicaciones con el Gral. Martínez cambió y Estados Unidos suspendió medidas activas para derrocar al gobierno salvadoreño. El éxito de Martínez en evitar una intervención directa de los Estados Unidos reforzó sus credenciales con la élite civil salvadoreña y contribuyó a un aspecto de la ideología política de la derecha salvadoreña, además del anticomunismo exacerbado que la caracteriza: el nacionalismo. A pesar de que Martínez tenía dotes de caudillo, él representaba a los militares como institución. El creciente control del Estado por parte de Martínez, significó al mismo tiempo una expansión del militarismo y un rol activo de las fuerzas armadas en las políticas de la nación. El éxito de Martínez en evitar una intervención directa de los Estados Unidos reforzó sus credenciales con la elite civil salvadoreña, además del anticomunismo exacerbado que la caracteriza: el nacionalismo. La permanencia y las consecuencias de los eventos de 1932 como base del militarismo resultaron en parte de la naturaleza de la rebelión y de las elecciones que las elites civiles aprendieron de ella. A partir del 32, la oligarquía cafetalera manifestó un repliegue político delegando a los militares la conducción del aparato estatal. El Estado, bajo el control de los militares, realizó una serie de cambios en las instituciones y en los procedimientos de gobierno e implementó una serie de medidas económico-sociales modernizadoras, con el fin de conservar la dominación cafetalera. A través de los aliados dentro de la Fuerza Armada, la elite derrocó al régimen de Martínez, bloqueó las aperturas políticas y las reformas económicas en los sesenta y setenta, y contribuyó a una política de asesinatos masivos contra opositores políticos, ejecutada por las fuerzas armadas a finales de los setenta y principios de los ochenta. Todas estas medidas muestran el abandono que se va haciendo de la doctrina liberal para ir adaptando una forma de más intervención del Estado en la economía (estatismo). Se debe tener claro que el liberalismo no se fue abandonando sólo por que sí. Si no que más bien se fue interviniendo la economía por la necesidad que la crisis no siguiera. Para el año de 1939 se introduce en la constitución que el Estado puede intervenir en la economía para proteger a la pequeña empresa. Con el aplastamiento de la rebelión, Martínez logró cohesionar al grupo social dominante de los cafetaleros en torno al Estado. También cohesionó a los militares, quienes abandonaron el propósito de instaurar un nuevo régimen y a los grupos urbanos que vieron aterrorizados la entrada de los campesinos a la ciudad. Después de la matanza, las elites empresariales realizaron una defensa cerrada del derecho de Martínez para ocupar constitucionalmente la presidencia de la república y orquestaron una campaña internacional para presionar a 1° Año Bach. 8 Estados Unidos a reconocer el nuevo gobierno. Publicaron manifiestos con cientos de firmas, en las que aparecían los más destacados hombres de negocios salvadoreños, apoyando a Martínez. Se contrataron abogados internacionales para que expusieran ante el congreso norteamericano la legalidad del gobierno salvadoreño. LAS NUEVAS RELACIONES ENTRE LAS ÉLITES MILITARES Y CIVILES. El hecho que un militar llegue a los más altos grados militares le permite obtener una situación económica muy buena, por lo que no es nada raro que pase a tener coincidencias económicas con las élites civiles. La elite militar (militares de más alto rango) llegan a tener los mismos intereses con la elite civil (los más ricos de los ricos). Uno de estos intereses comunes es el de mantener siempre un sistema capitalista, pues es el sistema en el cual ellos son ricos, otro interés es el de mantenerse en el poder para manejar la política de manera que favorezca a sus intereses económicos. De tal forma que desde tiempos de Martínez se estableció esa alianza entre elite militar y elite civil la cual duró unos 50 años, en los cuales la oligarquía cafetalera dejó el poder político, en manos de los militares para que gobernaran, pero siempre manteniendo una estrecha relación. EL MARTINATO: LA TRANSICIÓN DEL LIBERALISMO AL CENTRALISMO El régimen del general Martínez, también conocido como el martinato en referencia a su segundo apellido, es recordado en la actualidad por el papel que jugó en el manejo de la crisis y por sentar las bases de un nuevo rol del Estado en la economía nacional. Se trató de una transición paulatina a un gobierno que asumirá mayor responsabilidad en las actividades económicas, producto del consenso con los grupos económicos en medio de la crisis económica internacional. Durante su mandato obtuvo aciertos tales como la organización de la banca, mediante la creación del Banco Central de Reserva y el Banco Hipotecario entre 1934 y 1939, la eliminación momentánea de la deuda externa, la creación de instituciones de crédito para el campesinado (Federación de Cajas de Crédito Rural), la ejecución de proyectos de construcción de vivienda asequible para obreros, el saneamiento de la tesorería nacional, el respaldo a los productores de café, de azúcar y de algodón mediante medidas económicas favorables para dichos rubros y la reducción de las deudas de pequeños y medianos propietarios de tierras que estaban en proceso de embargo. 1° Año Bach.