AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. QUEJOSA: **********. PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS. SECRETARIA: ANA CAROLINA CIENFUEGOS POSADA. México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día dieciséis de enero de dos mil trece. V I S T O S; Y R E S U L T A N D O: 1. PRIMERO. Demanda de amparo. Por escrito presentado el cinco de diciembre de dos mil once, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en el Estado de México, con sede en Nezahualcóyotl, **********, por su propio derecho, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de las autoridades y por los actos que enseguida se mencionan: III. AUTORIDADES RESPONSABLES: a) LIII Legislatura del Estado de México; b) Gobernador Constitucional del Estado de México; c) Secretario General de Gobierno del Estado de México; d) Primera Sala Unitaria Penal del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de México; e) Juez Cuarto Penal de Primera Instancia con residencia en Chalco, Estado de México. AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. IV. ACTOS RECLAMADOS: a) De la Legislatura del Estado de México, se reclama: 1) Los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, vigente en el mes de enero de dos mil nueve, mediante el cual se faculta a los jueces penales para enviar al Procurador o Subprocurador las conclusiones del Ministerio Público, cuando fueren hechas en términos no acusatorios, o si fueren contrarias a las constancias procesales, mismos que determinaran si se confirman, revocan o modifican las conclusiones.--- 2) El decreto 166, de diecisiete de marzo de dos mil, a través del cual se crearon, el Código de Procedimientos Penales, que contiene los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, vigente a partir del año dos mil, que por esta vía se tildan de inconstitucionales y los transitorios primero, segundo y tercero del mismo decreto. b) Del Gobernador del Estado de México, la promulgación, sanción y publicación del decreto señalado con anterioridad, a través de los cuales se crean y emiten los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, vigente a partir del año dos mil, que por esta vía se tildan de inconstitucionales. c) Del Secretario General de Gobierno, el refrendo del decreto señalado con anterioridad, mediante el cual se le da la validez correspondiente. d) De la Primera Sala Unitaria Penal, la sentencia de quince de noviembre de dos mil once, dictada en el Toca de Apelación 396/2011, en la que se resolvió el recurso de apelación que interpuse en contra de la sentencia definitiva dictada en la causa número **********, relativo al delito de USURPACIÓN DE FUNCIONES PÚBLICAS, en contra de la suscrita, mediante la cual 2 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. se ordenó la reposición del procedimiento penal, para subsanar deficiencias de acusación del Ministerio Público. e) Del Juez Cuarto Penal de Primera Instancia con residencia en Chalco, Estado de México, el cumplimiento que pretende darle a la resolución señalada. 2. La quejosa señaló como garantías violadas, las consagradas en los artículos 14, 16, 17 y 21 de la Constitución Política de los Estados Mexicanos; señaló los antecedentes del caso y expresó los conceptos de violación que estimó pertinentes. 3. SEGUNDO. Trámite del Juicio de Amparo. Por auto de siete de diciembre de dos mil once, el Juez Quinto de Distrito en el Estado de México, con residencia en Ciudad Nezahualcóyotl, a quien correspondió conocer del asunto, admitió la demanda de amparo y ordenó su registro con el número 1209/2011-VI. 4. Posteriormente, en proveído de treinta de enero de dos mil doce, determinó declinar la competencia por razón de turno a favor del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en el Estado de México, por conocimiento previo. 5. En fecha primero de febrero de dos mil doce, el Juez Décimo Segundo de Distrito en el Estado de México, aceptó la competencia planteada y mediante auto de tres de febrero de dos mil doce, ordenó continuar con el trámite respectivo, así como registrarlo con el número 92/2012-P.J.-5; seguidos los trámites de ley celebró la audiencia constitucional y acto seguido dictó 3 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. sentencia el quince de marzo de dos mil doce, cuyo punto resolutivo es el siguiente: “ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a **********, contra los actos de las autoridades y por los actos señalados en el resultando primero de esta ejecutoria, por los motivos expuestos en el último considerando de la misma”. 6. Interposición y trámite del recurso de revisión. Inconforme con la anterior sentencia, la parte quejosa, interpuso recurso de revisión, el cual fue remitido al Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, para la sustanciación del recurso interpuesto. 7. Mediante acuerdo de dieciséis de abril de dos mil doce, el Presidente del Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, lo admitió y registró con el número R.P. 260/2012. 8. Por escrito presentado el veintitrés de abril de dos mil doce, ante la Oficina de Certificación Judicial y Correspondencia de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, **********, solicitó a este Alto Tribunal que ejerciera la facultad de atracción para conocer del amparo en revisión 260/2012, del índice del Tribunal Colegiado del Segundo Circuito. 9. Ante la falta de legitimación de la quejosa, en sesión de veintitrés de mayo de dos mil doce, el Ministro Guillermo I. Ortíz Mayagoitia hizo suya la solicitud de ejercicio de la facultad de atracción. 4 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 10. Mediante auto de catorce de junio de dos mil doce, el Presidente de la Primera Sala admitió a trámite la solicitud de ejercicio de la facultad de atracción y ordenó turnar el asunto a la ponencia del Ministro Guillermo I. Ortíz Mayagoitia, a fin de elaborar el proyecto de resolución correspondiente; el cual se resolvió el veintidós de agosto de dos mil doce, cuyos puntos resolutivos son los siguientes: “PRIMERO.- No ha lugar a ejercer la facultad de atracción. SEGUNDO.- Esta Primera Sala determina reasumir la competencia originaria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para conocer del amparo en revisión a que este toca se refiere. TERCERO.- Devuélvanse los autos a la Presidencia de la Primera Sala para efectos de que se forme el recurso de revisión que corresponda.” 11. Mediante acuerdo de dieciocho de octubre de dos mil doce, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, reasumió la competencia originaria para conocer del recurso de revisión que hace valer la parte quejosa y turna el expediente para su estudio a la Ministra Olga María Sánchez Cordero de García Villegas, integrante de la Primera Sala de este Alto Tribunal; asimismo ordenó dar vista a las partes y al Procurador General de la República para que formulara el pedimento correspondiente. 12. Por auto de veinticinco de octubre de dos mil doce, el Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de 5 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. la Nación, ordenó el avocamiento del asunto y designó como ponente a la señora Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, para el efecto de la elaboración del proyecto de resolución correspondiente. 13. El Agente del Ministerio Público de la Federación, no formuló pedimento alguno al respecto. C O N S I D E R A N D O: 14. PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo; 21, fracción XI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y conforme a lo previsto en los puntos segundo y cuarto, del Acuerdo General Plenario 5/2001, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintinueve de junio de dos mil uno, toda vez que se interpuso en contra de una sentencia dictada por un Juez de Distrito en un juicio de amparo en materia penal y que por razones de su especialidad le corresponde su conocimiento y resolución. 15. SEGUNDO. Oportunidad del Recurso. El presente recurso se interpuso oportunamente, ya que la sentencia recurrida se notificó a la parte quejosa por medio de lista, el dieciséis de marzo de dos mil doce, y surtió efectos el día hábil siguiente, conforme al artículo 34, fracción II, de la Ley de Amparo, esto es, el 6 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. diecinueve de marzo siguiente, por lo que el término de diez días que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo, para interponer el recurso de revisión, transcurrió del veintidós de marzo al nueve de abril dos mil doce, con exclusión de los días veintiuno, veinticuatro, veinticinco, treinta y uno de marzo, cuatro, cinco, seis, siete y ocho de abril, por ser inhábiles de conformidad con los artículos 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, 74 de la Ley Federal del Trabajo y la Circular 13/2012 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal. 16. Por tanto, si el recurso se presentó el treinta de marzo, es inconcuso que se presentó en tiempo. 17. TERCERO. Elementos necesarios para resolver el asunto. A continuación se señalan las cuestiones necesarias para resolver el asunto. 18. El acto reclamado lo constituye la resolución de segunda instancia de quince de noviembre de dos mil once, emitida en los autos del toca penal 396/2011, del índice de la Primera Sala Unitaria Penal de Texcoco, Estado de México, mediante la cual se ordenó al juez natural dejar sin efecto el auto de diecisiete de junio de dos mil once, dictado en la causa **********, en donde se dio vista con el pliego acusatorio a la inculpada y a su defensa, así como todo lo actuado con posterioridad incluyendo la sentencia condenatoria, y se repusiera el procedimiento, sólo por lo que hacía a la procesada **********, para el efecto de que el juzgador de primera instancia se ajustara al procedimiento 7 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. previsto en los artículos 259 y 260, del Código de Procedimientos Penales del Estado de México, y diera vista al Procurador o Subprocurador, con el proceso y pliego de conclusiones emitido deficientemente por el Ministerio Púbico. 19. Conceptos de violación. En la demanda de amparo, en lo que es materia de esta revisión, el quejoso planteó, como conceptos de violación, lo siguiente: 19 a. Que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales del Estado de México del año dos mil, son inconstitucionales porque violan los numerales 14, 16, 17 y 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues permiten y obligan a los órganos jurisdiccionales penales a intervenir en el ejercicio de la acción penal, cuando el Ministerio Público presente conclusiones de no acusación o lo haga en forma deficiente, ya sea porque sus conclusiones sean contrarias a las constancias o exista una deficiencia técnica. 19 b. Que el Ministerio Público al ser parte de la estructura del Estado y ser especializada, no puede ser suplida por el juzgador y que debe limitarse al ejercicio de la acción penal y el juzgador debe concretarse a desarrollar el proceso penal y la imposición de las penas, por lo que los artículos que se tildan de inconstitucionales, contravienen la esencia del artículo 21 constitucional, toda vez que los juzgadores no pueden ser juez y parte. 8 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 19 c. Que los artículos 259 y 260, del Código de Procedimientos Penales del Estado de México del año dos mil, contravienen el artículo 17 constitucional, pues al facultar al órgano jurisdiccional para que subsane la deficiencia de la acusación del Ministerio Público, rompen con el equilibrio procesal que se debe observar. 19 d. Que los preceptos impugnados violan el artículo 14 constitucional, pues su redacción hace que el proceso se desarrolle con violación a lo dispuesto en el artículo 21 constitucional, al desatenderse las formalidades esenciales del procedimiento, en relación con la figura jurídica de la representación social. 19 e. Que la Legislatura del Estado, carece de facultades para expedir leyes contrarias a lo estipulado en la Constitución Federal, por cuanto hace al numeral 21, al dar competencia al juez para subsanar las deficiencias del Ministerio Público. 20. Sentencia recurrida. El Juez de Distrito del conocimiento, con relación a lo anterior sostuvo, en síntesis, lo siguiente: 20 a. Que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México, no contravienen los artículos 14, 16, 17 y 21 constitucionales, sino que por el contrario, confirman los principios que rigen la actuación de la institución del Ministerio Público, entre los cuales se encuentra el principio de unidad ministerial. 9 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 20 b. Que la existencia de los preceptos impugnados, que ordenan la revisión de conclusiones acusatorias se encuentra justificada, pues de otro modo resultaría incontrolada la actividad de los funcionarios inferiores que podrían de manera arbitraria, sin freno alguno, ejercer o no su función específica de persecución de los delitos, mientras que al establecerse esa revisión, precisamente se confirma la unidad del Ministerio Público. 20 c. Que lo anterior, se sustenta en la tesis de la Primera Sala de rubro “CONCLUSIONES NO ACUSATORIAS, REVOCACIÓN DE LAS”.1 20 d. Que los preceptos impugnados no son contrarios a la Constitución, porque precisamente como el juez no puede fungir o convertirse en parte dentro del procedimiento penal, es por eso que no debe subsanar los errores de fundamentación y motivación de que adolecen las conclusiones de la representación social en donde se puntualiza la acusación, lo que haría el juez en la sentencia definitiva, si con esos vicios, las toma en cuenta para su emisión, sin antes enviarlas para su revisión al Procurador o Subprocurador en los términos referidos por las normas que se tildan de inconstitucionales, con lo cual se estarían subsanando los errores de la acusación. 1 Sexta Época.- Registro: 264648.- Instancia: Primera Sala.- Tesis Aislada.- Fuente: Semanario Judicial de la Federación.- Volumen IV, Segunda Parte.- Materia(s): Penal.- Página: 26 CONCLUSIONES NO ACUSATORIAS, REVOCACION DE LAS.- Es cierto que la Suprema Corte ha sostenido que el Ministerio Público es una institución única, por lo que, una vez abandonado el ejercicio de una acción por parte de uno de sus miembros, no puede reanudarse por otro, sin vulnerarse el principio de unidad y responsabilidad de la misma institución. Pero la existencia de un precepto que ordene la revisión de las conclusiones inacusatorias, no contraría dicha jurisprudencia, sino que, por el contrario, la confirma, pues de otro modo resultaría incontrolada la actividad de los funcionarios inferiores que podrían arbitrariamente, sin freno alguno, ejercitar o no ejercitar libremente su función especifica de persecución de los delitos, mientras que, al establecerse esa revisión, precisamente se confirma la unidad del Ministerio Público. 10 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 20 e. Que por tanto, es necesario que la acusación quede bien establecida a efecto de que el juez esté en posibilidad de fijar correctamente la litis que se resolverá en la sentencia, con lo cual además se respetaría el principio de adecuada defensa del acusado, al no colocarlo en estado de indefensión por obligarlo a dar contestación a conclusiones acusatorias deficientes. 21. Agravios. El recurrente en sus agravios, esencialmente expuso lo siguiente: 21 a. Que es ilegal la negativa del Juez de Distrito para otorgar el amparo ya que realizó una errónea apreciación e interpretación de los agravios expuestos. 21 b. Que el juez de Distrito omitió realizar un estudio pormenorizado del agravio expuesto, pues lo realizó tomando como punto medular el principio de unidad que rige la actuación del Ministerio Público, lo cual nunca fue planteado en la demanda. 21 c. Que no obstante, resulta ilegal la consideración del a quo en el sentido de que el objeto de enviar las conclusiones al Procurador o Subprocurador para su revisión, es que la acusación quede bien establecida a efecto de que el juez esté en posibilidad de fijar correctamente la litis que se resolverá en la sentencia. 21 d. Que el hecho de que el juez penal mande revisar las conclusiones acusatorias deficientes, hace que éste forme parte de la acusación, pues para ello deberá, de manera previa, 11 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. analizarlas para determinar la irregularidad que se tiene que corregir. 21 e. Que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales del Estado de México son violatorios del artículo 21 constitucional, el primero porque impone al juzgador la obligación de revisar si las conclusiones del Ministerio Público reúnen los requisitos del artículo 258 del mismo código; el segundo, porque la revisión que nuevamente haga el titular de la acción penal respecto a las conclusiones acusatorias deficientes, la confirmación, modificación o revocación, tomará como punto de partida el análisis que en forma previa hizo el juzgador con base en el señalamiento de irregularidades, por lo que dicha actuación necesariamente estaría influenciada por los señalamientos del juzgador. 21 f. Que los preceptos legales combatidos son violatorios del artículo 14 constitucional, porque con la aplicación de los mismos, ya no puede existir un debido proceso, ya que se viola el principio general de equidad, porque el juzgador al revisar las conclusiones, considerarlas deficientes y ordenar la remisión para que el titular del órgano ministerial pueda perfeccionar el ejercicio de la acción penal, se convierte en parte del proceso y por tanto deja de haber equidad procesal, lo que también viola las formalidades del procedimiento al dejar de existir la trilogía procesal. 21 g. Que dichos preceptos legales son violatorios del artículo 17 constitucional, conforme al cual la justicia debe impartirse de manera imparcial, es decir, el juzgador debe limitarse a resolver lo 12 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. que las partes han planteado, sin otorgar privilegios a alguna, y con lo establecido en los artículos impugnados, el juez coadyuva al Ministerio Público quien es una de las partes en el proceso penal. 21 h. Que los preceptos tachados de inconstitucionales también violan el artículo 16 de la Carta Magna, ya que la legislatura del Estado, el Gobernador y el Secretario General de Gobierno carecen de facultades para crear, expedir, promulgar y refrendar los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales del Estado de México, convirtiendo al juzgador penal en órgano revisor del ejercicio de la acción penal y órgano ejecutor para requerir el perfeccionamiento del ejercicio de la acción penal; que además la creación de dichos preceptos se hizo en forma contraria al mandato de división de facultades previsto en el artículo 21 constitucional. 21 i. Que es ilegal el argumento del juez de Distrito de que el perfeccionamiento de la acción penal es para que se respete el principio de adecuada defensa del acusado al no colocarlo en estado de indefensión, por obligarlo a dar contestación a conclusiones acusatorias deficientes. 21 j. Que el acusado en todo tiempo y en todo caso tiene derecho de atacar cualquier deficiencia o irregularidad que notara en las conclusiones acusatorias del Ministerio Público, además que corresponde al juzgador decidir en cuanto al pliego acusatorio. 13 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 22. CUARTO. Análisis de los agravios. Son fundados los agravios antes referidos, pues los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, publicado el veinte de marzo de dos mil, efectivamente resultan inconstitucionales como se pasa a demostrar. 23. La presente ejecutoria se sujetará a la siguiente metodología: Marco conceptual de los modelos del sistema procesal penal. El principio de imparcialidad judicial como eje del debido proceso penal en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Análisis estructural de las normas tildadas de inconstitucionales. Análisis de constitucionalidad de los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México. 24. La metodología asumida tiene el propósito de explicar a detalle las razones por las cuales se determina que las normas procesales impugnadas son inconstitucionales. En este aspecto, se reproducen en lo conducente, por ser exactamente aplicables al caso concreto, las consideraciones sustentadas por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver por unanimidad de votos, el Amparo Directo en Revisión 14 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 1603/2011 y el Amparo en Revisión 167/2012 bajo las ponencias del Ministro José Ramón Cossío Díaz y de la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, respectivamente. 25. Marco conceptual de los modelos de sistema procesal penal. La adopción de un sistema procesal penal, permeado de determinadas características, constituye un factor trascendental para evaluar si el Estado que lo inserta a su sistema jurídico se inclina por asumir la ideología del modelo democrático de derecho. De ahí la importancia de establecer el paradigma procedimental penal por el que se decanta un Estado, porque el ejercicio de la facultad de ius puniendi, en el marco del principio de mínima intervención, adquiere validez y justificación en la medida en que el juzgamiento es realizado por medio de normas procesales que permiten el pleno ejercicio de los derechos de los actores del proceso penal.2 La tutela efectiva de las garantías judiciales confirma el carácter predominante del derecho humano del debido proceso. 26. Históricamente se han reconocido dos modelos puros de sistema procesal penal: inquisitivo y acusatorio. Los cuales presentan variantes que derivan de la posición indeterminada o 2 Una mayor explicación respecto a la trascendencia del derecho procesal penal como parámetro de medición de constitucionalidad, la proporciona el Doctor Claus Roxin, quien destaca la importancia de la afectación generada por la pena como resultado de la instrucción del proceso constituye una intervención estatal que incide en el ámbito de libertad del individuo y que representa la medida más grave y, por ello, también la más problemática. Explica que a menudo, su imposición significa un menoscabo total del interés por la libertad del autor penal en favor del interés de seguridad de la generalidad. Es por ello que, en el procedimiento penal entran en conflicto los intereses colectivos e individuales entre sí con más intensidad que en ningún otro ámbito. De ahí que la ponderación de esos intereses, establecida por la ley, resulta sintomática para establecer la relación entre Estado e individuo genéricamente vigente en una comunidad. Por la razón expresada califica al Derecho procesal penal como el sismógrafo de la Constitución del Estado, que refleja la actualidad política del Estado. Por tanto, cualquier cambio esencial en la estructura política (sobre todo una modificación de la estructura del Estado) también se traduce en transformaciones del procedimiento penal. Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto, segunda reimpresión a la edición en castellano, realizada por Gabriela E. Córdoba y Daniel R. Pastor, Buenos Aires, 2003, de la traducción a la vigésimo quinta edición alemana de la obra titulada originalmente Strafverfahrensrecht; página 10. 15 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. no definida hacia uno de ellos, lo que ha dado lugar a la identificación de sistemas mixtos, con mayor inclinación a alguno de los modelos generales. Esta última postura ha adquirido mayor aceptación, ante el consenso de que la mayoría de los sistemas, no obstante que se decanta por afirmar que están configurados de acuerdo a uno de los modelos matriz, lo cierto es que en mayor o menor medida tienen elementos compartidos que los posicionan como eclécticos o no puros. 27. Y ello es más factible reconocerlo en los sistemas que a pesar de asimilarse de corte inquisitivo, no han soportado la influencia de la corriente renovadora que reconoce derechos de los intervinientes en el proceso, de tal manera que los ordenamientos procesales denotan la incorporación de elementos particularmente característicos del modelo acusatorio. Y en los sistemas en transición, que pugnan por el reconocimiento del modelo acusatorio, se identifica la influencia de elementos propios del inquisitivo pero que para mantener la vertiente de transformación se ven obligados a proscribirlos. 28. Ahora bien, a diferencia de la generalidad de los modelos procesales, en los que las acciones requieren necesariamente ejercerse por el actor contra el demandado, la persecución de los delitos3 está sujeta a las reglas procedimentales de naturaleza penal determinadas por los sistemas inquisitivo o acusatorio. 29. Al referirnos al sistema inquisitivo, el elemento esencial que lo caracteriza se refiere a la concentración de funciones en una 3 Derivada del ius puniendi que consiste en la facultad del Estado para sancionar acciones ilícitas de carácter penal. 16 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. autoridad del Estado, quien es la encargada de investigar, acusar y juzgar. Así, el modelo procesal penal inquisitivo, propiamente dicho, propugna el amplio protagonismo del juzgador, a quien se confieren amplias facultades de intervención, para investigar, recabar elementos de prueba para introducirlos al proceso y determinar la condena del acusado. El modelo original expulsa del ámbito protagónico a los sujetos que por su posición frente a la acción criminal son receptores de afectación en su esfera jurídica, de tal manera que no existe el reconocimiento y permisión de instar por parte del acusador privado y acusado, solamente existe la actividad del juez inquisidor, quien investiga y juzga, así como el objeto de su actividad que recae en el procesado. 30. Esta forma de prosecución ha otorgado, históricamente, contenido al principio de oficiosidad, en el que la ausencia de imparcialidad y objetividad del juzgador lo postula como un órgano de persecución penal y coloca al imputado como simple objeto de investigación, carente de ejercicio de defensa adecuada, frente a un sistema procesal adverso, justificado en la concepción del ius puniendi Estatal oficioso, que le niega el reconocimiento del ejercicio de derechos para refutar la potencial amenaza de afectación en su esfera jurídica, materializada por la pena. 31. En contraposición, el modelo de sistema procesal penal acusatorio se caracteriza por la clara división de funciones de los actores esenciales del proceso; la acusación y el juzgamiento son actividades diferenciadas y ejercidas por entes diversos. Lo que implica que la actuación del juzgador deba tener como 17 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. parámetros de referencia la imparcialidad y la objetividad frente al juicio que se somete a su conocimiento por quienes son parte en el proceso. De tal manera que no tiene un interés coadyuvante en la persecución del delito, sino de aplicación de la ley penal en el margen de respeto al principio de contradicción al que tienen derecho las partes involucradas. 32. En resumen, al margen de las particulares características que diferencian cada uno de los modelos, el aspecto de mayor relevancia, por la notoriedad con que se aprecia, recae en la determinación del órgano que ejerce la acción persecutoria de las acciones criminales y la que juzga el caso concreto. 33. Mientras que el sistema inquisitivo, permite la concentración de funciones en el juzgador, facultándolo para investigar, obtener pruebas y juzgar. Característica que también es identificable aún en los sistemas que asumen una posición mixta, pero con inclinación al modelo inquisitivo. Es decir, podrán tener configurada una división de funciones, a fin de que la acción penal sea ejercida por un órgano especializado, al que podrá denominarse Fiscalía o Ministerio Público, pero esta división únicamente tendrá efectos formales si el juzgador mantiene facultades para realizar acciones ajenas a la actividad de juzgamiento que le corresponde, como la posibilidad de incidir en la dirección de la investigación criminal, ordenar oficiosamente la producción de pruebas para integrarlas al proceso y guiar la acusación por la que juzgará al procesado. 4 4 Las características que imperan en cada uno de los modelos son identificadas por Luigi Ferrajoli en los términos siguientes: 18 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 34. El modelo propuesto por el sistema procesal penal acusatorio no vacía de contenido el papel que ha de desempeñar el juzgador, por el contrario, lo dota de funciones específicas y que son propias de la actividad de juzgamiento, las cuales no son compatibles con las que pertenecen al órgano estatal facultado de investigación, persecución del delito y de ejercer la acción penal. 35. El sistema acusatorio reconoce en la actividad del juzgador elementos esenciales que se identifican con los principios de imparcialidad y objetividad. La actuación del juzgador está orientada a la verificación de: a) la protección de los derechos básicos de imputado; b) el respeto de los derechos de la víctima en el proceso penal; c) el control del órgano encargado de la acción persecutoria penal, a fin de incentivar el uso razonable de las facultades que la ley le concede; y, d) la resolución del conflicto entre las partes –acusador, víctima, imputado y defensa– . 5 36. Son éstas las directrices que colocan al juzgador en una posición central frente a las partes, otorgándole el rol de vigilar el debido cumplimiento al derecho humano de debido proceso penal, reconocido con tal carácter por la Constitución Política de El modelo inquisitivo es todo sistema procesal en el que el juez procede de oficio a la búsqueda, recolección y valoración de pruebas, llegándose al juicio después de una instrucción escrita y secreta de la que están excluidos o, en cualquier caso, limitados la contradicción y los derechos de la defensa. Y por modelo acusatorio debe entenderse el sistema procesal que concibe al juzgador como un sujeto pasivo rígidamente separado de las partes y al juicio con una contienda entre iguales iniciada por la acusación, a la que le compete la carga de la prueba, enfrentada a la defensa en un juicio contradictorio, oral y público, que resolverá el juez según su libre convicción. Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, quinta edición, Editorial Trotta, Madrid, 2001, página 564. 5 El rol del juez en el modelo acusatorio se analiza ampliamente en el proyecto de investigación que, con motivo de las reformas constitucionales que establecen un sistema penal oral y acusatorio en México, realizado por el Centro de Justicia de las Américas (CEJA), contenido en la obra: El sistema penal acusatorio en México: Estudio sobre su implementación en el Poder Judicial de la Federación, publicado por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación en coedición con el Consejo de la Judicatura Federal, México, 2010, páginas 57 a 68. 19 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. los Estados Unidos Mexicanos y la Convención Americana sobre 6 Derechos Humanos . 7 37. Lo anterior no significa que deba rechazarse el reconocimiento del principio de oficiosidad en el ejercicio de la acción persecutoria de las acciones delictivas. Es posible la conformación de un sistema procesal en el cual se mantenga el principio de oficiosidad y los postulados del modelo acusatorio. En opinión del Doctor Claus Roxin, la coexistencia de ambas configuraciones es posible en la medida en que se aprovechan las ventajas de la persecución penal estatal con las del proceso, en un esquema en el que el juez y el acusador no son la misma persona. Se trata de la configuración de funciones que se ejercen por dos autoridades estatales distintas. Lo cual no compromete la 8 imparcialidad y objetividad con que debe conducirse el juzgador, siempre que las funciones que cada uno desempeñe estén claramente identificadas a fin de respetar los mencionados principios. 38. El principio de imparcialidad judicial como eje del debido proceso penal en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El derecho humano de debido proceso es garantizado a través de las garantías judiciales contenidas en la Carta Magna, entre las que destaca el principio de imparcialidad 6 Comprensión que se desprende del contenido de los artículos 1, 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22 y 23 de la Constitución Federal, en los que se establece la protección de los derechos humanos reconocidos a nivel constitucional y en los tratados internacionales, así como los postulados en los que se estructura el sistema jurídico nacional que se sustenta en la previsión de garantías judiciales. 7 México se adhirió a la Convención Americana de Derechos Humanos el 2 de marzo de 1981 y realizó depósito respectivo el día 24 siguiente. La referencia a esta afirmación se amplía en los párrafos subsecuentes del proyecto. 8 Op. cit., página 86. 20 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. judicial, cuyo alcance es posible determinarlo a través del estudio de los antecedentes legislativos que le dieron origen. 39. La inicial premisa que debe cuestionarse recae en la concepción de que el modelo de sistema procesal penal originalmente esquematizado en la Constitución Federal, adoptó el modelo 9 inquisitivo puro –en estricto sentido–. Una revisión puntual del proceso legislativo de creación de la Carta Magna de mil novecientos diecisiete, da cuenta del equívoco de la afirmación y permite advertir la previsión de un conjunto de elementos que garantizaran el respeto de los derechos de quienes intervienen en un proceso penal. Durante el proceso legislativo el constituyente 10 tuvo presente las razones expresadas por el Poder Ejecutivo en la exposición de motivos del proyecto de constitución, en el cual propuso un sistema procesal penal que identificara la separación de funciones de las instituciones estatales encargadas de la persecución de los delitos y la administración de justicia, en aras de promover la imparcialidad judicial. Característica que es claramente definitoria del modelo de proceso penal de corte acusatorio. Ello, con independencia de que el modelo estructurado adoptara una posición mixta, al conjugar elementos innatos a los sistemas procesales originales –inquisitivo y acusatorio–. 9 Previo a la reforma constitucional de 18 de junio de 2008, que introduce el modelo procesal penal de corte acusatorio y oral. 10 Al margen de que la operatividad del sistema se regule por normas secundarias que permiten afirmar lo contrario; es decir, que denotan preferencia por proponer un sistema mixto con inclinación al modelo inquisitivo. Este tema se abunda en la ejecutoria. 21 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 40. Analicemos lo anterior. Luego de haber convocado a la conformación del congreso constituyente, el uno de diciembre de 11 mil novecientos dieciséis, Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, presentó el proyecto de Constitución Federal. En el discurso de presentación del proyecto constitucional, el promovente expuso las razones ideológicas y motivadoras del cuerpo normativo, cuya trascendencia es históricamente importante para el tema materia de análisis en la presente ejecutoria. 41. El discurso de exposición de motivos contiene argumentaciones trascendentales que reflejan una clara ideología de delimitar las funciones estatales de procuración y administración de justicia, como presupuesto de la previsión del principio que garantiza la imparcialidad del juzgador. Razones que se sustentaron en circunstancias históricas que justificaban la necesidad de fijar la separación de facultades de dichos órganos del Estado. La parte relativa del texto establece: “Ciudadanos Diputados: Una de las más grandes satisfacciones que he tenido hasta hoy, desde que comenzó la lucha que, en mi calidad de gobernador constitucional del estado de Coahuila, inicié contra la usurpación del gobierno de la república, es la que experimento en estos momentos, en que vengo a poner en vuestras manos, en cumplimiento de una de las promesas que en nombre de la revolución hice en la heroica ciudad de Veracruz al pueblo mexicano: el proyecto de 11 En septiembre de 1916, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista convocó a elecciones de diputados para integrar el Congreso Constituyente, las cuales se verificaron el 22 de octubre siguiente. Las sesiones del Congreso se inauguraron el 21 de noviembre de ese año. Y la sesión inaugural de los trabajos del Congreso Constituyente se celebró el 1 de diciembre de 1916, con la apertura y entrega del Proyecto de Constitución, a través de un informe que contenía los motivos en los que se sustentó la redacción de los principales artículos. 22 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. Constitución reformada, proyecto en el que están contenidas todas las reformas políticas que la experiencia de varios años, y una observación atenta y detenida, me han sugerido como indispensables para cimentar, sobre las bases sólidas, las instituciones, al amparo de las que deba y pueda la nación laborar últimamente por su prosperidad, encauzando su marcha hacia el progreso por la senda de la libertad y del derecho; porque si el derecho es el que regulariza la función de todos los elementos sociales, fijando a cada uno su esfera de acción, ésta no puede ser en manera alguna provechosa, si en el campo que debe ejercitarse y desarrollarse, no tiene la espontaneidad y la seguridad, sin las que carecerían del elemento que, coordinando las aspiraciones y las esperanzas de todos los miembros de la sociedad, los lleva a buscar en el bien de todos la prosperidad de cada uno, estableciendo y realizando el gran principio de la solidaridad, sobre el que deben descansar todas las instituciones que tienden a buscar y realizar el perfeccionamiento humano. La Constitución Política de 1857, que nuestros padres nos dejaron como legado precioso, a la sombra de la cual se ha consolidado la nacionalidad mexicana; que entró en el alma popular con la guerra de Reforma, en la que se alcanzaron grandes conquistas, y que fue la bandera que el pueblo llevó a los campos de batalla en la guerra contra la intervención, lleva indiscutiblemente, en sus preceptos, la consagración de los más altos principios, reconocidos al fulgor del incendio que produjo la revolución más grande que presenció el mundo en las postrimerías del siglo XVIII, sancionados por la práctica constante y, pacífica que de ellos se ha hecho por dos de los pueblos más grandes y más poderosos de la tierra: Inglaterra y los Estados Unidos. Mas, desgraciadamente, los legisladores de 1857 se conformaron con la proclamación de principios generales que no procuraron llevar a la práctica, 23 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. acomodándolos a las necesidades del pueblo mexicano para darles pronta y cumplida satisfacción; de manera que nuestro código político tiene en general el aspecto de fórmulas abstractas en que se han condensado conclusiones científicas de gran valor especulativo, pero de las que no ha podido derivarse sino poca o ninguna utilidad positiva. […] En tal virtud, la primera de las bases sobre la que descansa toda la estructura de las instituciones sociales, fue ineficaz para dar solidez a éstas y adaptarlas a su objeto, que fue relacionar en forma práctica y expedita al individuo con el estado y a éste con aquél, señalando sus respectivos límites dentro de los que debe desarrollarse su actividad, sin trabar de ninguna especie, y fuera de las que se hace perturbadora y anárquica si viene de parte del individuo, o despótica y opresiva si viene de parte de la autoridad. Mas el principio de que se acaba de hacer mérito, a pesar de estar expresa y categóricamente formulado, no ha tenido, en realidad, valor práctico alguno, no obstante que en el terreno del derecho constitucional es de una verdad indiscutible. Lo mismo ha pasado exactamente con los otros principios fundamentales que informan la misma Constitución de 1857, los que no han pasado, hasta ahora, de ser una bella esperanza, cuya realización se ha burlado de una manera constante. […] Tampoco ha tenido cumplimiento y, por lo tanto, valor positivo apreciable, el otro principio fundamental claramente establecido por la Constitución de 1857, relativo a la división del ejercicio del poder público, pues tal división sólo ha estado, por regla general, escrita en la ley, en abierta oposición con la realidad, en la que, de hecho, todos los poderes han estado ejercidos por una sola persona habiéndose llegado hasta el grado de 24 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. manifestar, por una serie de hechos constantemente repetidos, el desprecio a la ley suprema, dándose sin el menor obstáculo al jefe del poder Ejecutivo la facilidad de legislar sobre toda clase de asuntos, habiéndose reducido a esto la función del poder Legislativo, el que de hecho quedó reducido a delegar facultades y aprobar después lo ejecutado por virtud de ellas, sin que haya llegado a presentarse el caso, ya no de que reprobase, sino al menos de que hiciese observación alguna. […] La historia del país que vosotros habéis vivido en buena parte de estos últimos años, me prestaría abundantísimos datos para comprobar ampliamente las aseveraciones que dejo apuntadas; pero aparte de que vosotros, estoy seguro, no las pondréis en duda, porque no hay mexicano que no conozca todos los escándalos causados por las violaciones flagrantes a la Constitución de 1857, esto demandaría, exposiciones prolijas del todo ajenas al carácter de una reseña breve y sumaria, de los rasgos principales de la iniciativa que me honro hoy en poner en vuestras manos, para que la estudiéis con todo el detenimiento y con todo el celo que de vosotros espera la nación, como el remedio a las necesidades y miserias de tantos años. En la parte expositiva del decreto de 14 de septiembre del corriente año, en el que se modificaron algunos artículos de las adiciones al plan de Guadalupe, expedidas en la heroica Veracruz el 12 de diciembre de 1914, expresamente ofreció el gobierno de mi cargo que en las reformas a la Constitución de 1857, que iniciaría ante este Congreso, se conservaría intacto el espíritu liberal de aquélla y la forma de gobierno en ella establecida; que dichas reformas sólo se reducirían a quitarle lo que la hace inaplicable, a suplir sus deficiencias, a disipar la obscuridad de algunos de sus preceptos, y a limpiarla de todas las reformas que no hayan sido inspiradas más que en la idea de poderse servir de ella para entronizar la dictadura. 25 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. No podré deciros que el proyecto que os presento sea una obra perfecta, ya que ninguna que sea hija de la inteligencia humana puede aspirar a tanto; pero creedme, señores diputados, que las reformas que propongo son hijas de una convicción sincera, son el fruto de mi personal experiencia y la expresión de mis deseos hondos y vehementes porque el pueblo mexicano alcance el goce de todas las libertades, la ilustración y progreso que le den lustre y respeto en el extranjero, y paz y bienestar en todos los asuntos domésticos. Voy, señores diputados, a haceros una síntesis de las reformas a que me he referido, para daros una idea breve y clara de los principios que me han servido de guía, pues así podréis apreciar si he logrado el objeto que me he propuesto, y qué es lo que os queda por hacer para llenar debidamente vuestro cometido. Siendo el objeto de todo gobierno el amparo y protección del individuo, o sea de las diversas unidades de que se compone el agregado social, es incuestionable que el primer requisito que debe llenar la Constitución Política tiene que ser la protección otorgada, con cuanta precisión y claridad sea dable, a la libertad humana, en todas las manifestaciones que de ella derivan de una manera directa y necesaria, como constitutivas de la personalidad del hombre. La Constitución de un pueblo no debe procurar, si es que ha de tener vitalidad que le asegure larga duración, poner límites artificiales entre el Estado y el individuo, como si se tratara de aumentar el campo a la libre acción de una y restringir la del otro, de modo que lo que se da a uno sea la condición de la. protección de lo que se reserva el otro; sino que debe buscar que la autoridad que el pueblo concede a sus representantes, dado que a él no le es posible ejercerla directamente, no pueda convertirse en contra de la sociedad que la establece, cuyos 26 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. derechos deben quedar fuera de su alcance, supuesto que ni por un momento hay que perder de vista que el gobierno tiene que ser forzosa y necesariamente el medio de realizar todas las condiciones sin las cuales el derecho no puede existir y desarrollarse. Partiendo de este concepto, que es el primordial, como que es el que tiene que figurar en primer término, marcando el fin y objeto de la institución del gobierno, se dará a las instituciones sociales su verdadero valor, se orientará convenientemente la acción de los poderes públicos y se terminarán hábitos y costumbres sociales y políticas, es decir, procedimientos de gobierno que hasta hoy no han podido fundamentarse, 'debido a que si el pueblo mexicano no tiene la creencia en un pacto social en que repose toda la organización política ni en el origen divino de un monarca, señor de vidas y haciendas, sí comprende muy bien que las instituciones que tiene, si bien proclaman altos principios, no se amoldan a su manera de sentir y de pensar, y que lejos de satisfacer necesidades, protegiendo el pleno uso de la libertad, carecen por completo de vida, dominados como han estado por mi despotismo militar enervante, y por explotaciones inocuas, que han arrojado a las clases más numerosas a la desesperación y a la ruina. Ya antes dije que el deber primordial del gobierno es facilitar las condiciones necesarias para la organización del derecho, o, lo que es lo mismo, cuidar de que se mantengan intactas todas las manifestaciones de libertad individual, para que desarrollándose el elemento social, pueda, a la vez que conseguirse la coexistencia pacífica de todas las actividades, realizarse la unidad de esfuerzos y tendencias en orden a la prosecución del fin común: la felicidad de todos los asociados. Por esta razón, lo primero que debe hacer la Constitución política de un pueblo es garantizar, de la manera más amplia y completa posible, la libertad 27 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. humana, para evitar que el gobierno a pretexto del orden o de la paz, motivos que siempre alegan los tiranos para justificar sus atentados, tenga alguna vez de limitar el derecho y no respetar su uso íntegro, atribuyéndose la facultad exclusiva de dirigir la iniciativa individual y la actividad social, esclavizando al hombre y a la sociedad bajo su voluntad omnipotente. La Constitución de 1857 hizo, según antes he expresado, la declaración de que los derechos del hombre son la base y objeto de todas las instituciones sociales; pero, con pocas excepciones, no otorgó a esos derechos las garantías debidas, lo que tampoco hicieron las leyes secundarias, que no llegaron a castigar severamente la violación de aquéllas, porque sólo fijaron penas nugatorias, por insignificantes, que casi nunca se hicieron efectivas. De manera que sin temor de incurrir en exageración, puede decirse que a pesar de la Constitución mencionada, la libertad individual quedó por completo a merced de los gobernantes. El número de atentados contra la libertad y sus diversas manifestaciones, durante el período en que la Constitución de 1857 ha estado en vigor, es sorprendente; todos los días ha habido quejas contra los abusos y excesos de la autoridad, de uno a otro extremo de la república; y sin embargo de la generalidad del mal y de los trastornos que constantemente ocasionaba, la autoridad judicial de la federación no hizo esfuerzos para reprimirlo, ni mucho menos para castigarlo. La imaginación no puede figurarse el sinnúmero de amparos por consignación al servicio de las armas, ni contra las arbitrariedades de los jefes políticos, que fueron, más que los encargados de mantener el orden, los verdugos del individuo y de la sociedad; y de seguro que causaría, ya no sorpresa, sino asombro, aún a los espíritus más despreocupados y más insensibles a las desdichas humanas, si en estos momentos pudieran contarse todos los 28 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. atentados que la autoridad judicial federal no quiso o no pudo reprimir. La simple declaración de derechos, bastante en un pueblo de cultura elevada, en que la sola proclamación de un principio fundamental de orden social y político, es suficiente para imponer respeto, resulta un valladar ilusorio donde, por una larga tradición y por usos y costumbres inveterados, la autoridad ha estado investida de facultades omnímodas, donde se ha atribuido poderes para todo y donde el pueblo no tiene otra cosa que hacer más que callar y obedecer. A corregir ese mal tienden las diversas reformas que el gobierno de mi cargo propone, respecto a la sección primera del título primero de la Constitución de 1857, y abrigo la esperanza de que con ellas y con los castigos severos que el código penal imponga a la conculcación de las garantías individuales, se conseguirá que los agentes del poder público sean lo que deben ser: instrumentos de seguridad social, en vez de ser lo que han sido, los opresores de los pueblos que han tenido la desgracia de caer en sus manos. Prolijo sería enumerar una por una todas las reformas que sobre este particular se proponen en el proyecto que traigo a vuestro conocimiento; pero séame permitido hablar de algunas, para llamar de una manera especial vuestra atención sobre la importancia que revisten. […] Sin embargo de esto, hay que reconocer que en el fondo de la tendencia a dar al artículo 14 una extensión indebida, estaba la necesidad ingente de reducir a la autoridad judicial de los estados a sus justos límites, pues bien pronto se palpó que convertidos los jueces en instrumentos ciegos de los gobernadores, que descaradamente se inmiscuían en asuntos que estaban por completo fuera del alcance de sus atribuciones, se hacía preciso tener un 29 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. recurso, acudiendo a la autoridad judicial federal para reprimir tantos excesos. El artículo 20 de la Constitución de 1857 señala las garantías que todo acusado debe tener en un juicio criminal; pero en la práctica esas garantías han sido enteramente ineficaces, toda vez que, sin violarlas literalmente, al lado de ellas se han seguido prácticas verdaderamente inquisitoriales, que dejan por regla general a los acusados sujetos a la acción arbitraria y despótica de los jueces y aún de los mismos agentes o escribientes suyos. Conocidas son de ustedes, señores diputados, y de todo el pueblo mexicano, las incomunicaciones rigurosas, prolongadas en muchas ocasiones por meses enteros, unas veces para castigar a presuntos reos políticos, otras para amedrentar a los infelices sujetos a la acción de los tribunales del crimen y obligarlos a hacer confesiones forzadas, casi siempre falsas, que sólo obedecían al deseo de librarse de la estancia en calabozos inmundos, en que estaban seriamente amenazadas su salud y su vida. El procedimiento criminal en México ha sido hasta hoy, con ligerísimas variantes, exactamente el mismo que dejó implantado la dominación española, sin que se haya llegado a templar en lo más mínimo su dureza, pues esa parte de la legislación mexicana ha quedado enteramente atrasada, sin que nadie se haya preocupado en mejorarla. Diligencias secretas y procedimientos ocultos de que el reo no debía tener conocimiento, como si no se tratase en ellos de su libertad o de su vida; restricciones del derecho de defensa, impidiendo al mismo reo y a su defensor asistir a la recepción de pruebas en su contra, como si se tratase de actos indiferentes que de ninguna manera podrían afectarlo y, por último, dejar la suerte de los reos casi siempre entregada a las maquinaciones fraudulentas y dolosas de los escribientes, que por 30 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. pasión o por vil interés alteraban sus propias declaraciones, las de los testigos que deponían en su contra, y aún las de los que se presentaban a declarar en su favor. La ley concede al acusado la facultad de obtener su libertad bajo fianza durante el curso de su proceso; pero tal facultad quedó siempre sujeta al arbitrio caprichoso de los jueces, quienes podían negar la gracia con sólo decir que tenían temor de que el acusado se fugase y se substrajera a la acción de la justicia. Finalmente, hasta hoy no se ha expedido ninguna ley que fije, de una manera clara y precisa, la duración máxima de los juicios penales, lo que ha autorizado a los jueces para detener a los acusados por tiempo mayor del que fija la ley al delito de que se trata, resultando así prisiones injustificadas y enteramente arbitrarias. A remediar todos esos males tienden las reformas del citado artículo 20. El artículo 21 de la Constitución de 1857 dio a la autoridad administrativa la facultad de imponer como corrección hasta quinientos pesos de multa, o hasta un mes de reclusión en los casos y modo que expresamente determine la ley, reservando a la autoridad judicial la aplicación exclusiva de las penas propiamente tales. Este precepto abrió una anchísima puerta al abuso, pues la autoridad administrativa se consideró siempre en posibilidad de imponer sucesivamente y a su voluntad, por cualquier falta imaginaria, un mes de reclusión, mes que no terminaba en mucho tiempo. La reforma que sobre este particular se propone, a la vez que confirma a los jueces la facultad exclusiva de imponer penas, sólo concede a la autoridad administrativa castigar la infracción de los 31 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. reglamentos de policía, que por regla general sólo da lugar a penas pecuniarias y no a reclusión, la que únicamente se impone cuando el infractor no puede pagar la multa. Pero la reforma no se detiene allí, sino que propone una innovación que de seguro revolucionará completamente el sistema procesal que durante tanto tiempo ha regido en el país, no obstante todas sus imperfecciones y deficiencias. Las leyes vigentes, tanto en el orden federal como en el común, han adoptado la institución del ministerio público, pero tal adopción ha sido nominal, porque la función asignada a los representantes de aquél, tiene carácter meramente decorativo para la recta y pronta administración de justicia. Los jueces mexicanos han sido, durante el período corrido desde la consumación de la independencia hasta hoy, iguales a los jueces de la época colonial: ellos son los encargados de averiguar los delitos y buscar las pruebas, a cuyo efecto siempre se han considerado autorizados a emprender verdaderos asaltos contra los reos, para obligarlos a confesar, lo que sin duda alguna desnaturaliza, las funciones de la judicatura. La sociedad entera recuerda horrorizada los atentados cometidos por jueces que, ansiosos de renombre, veían con positiva fruición que llegase a sus manos un proceso que les permitiera desplegar un sistema completo de opresión, en muchos casos contra personas inocentes y en otros contra la tranquilidad y el honor de las familias, no respetando, en sus inquisiones, ni las barreras mismas que terminantemente establecía la ley. La misma organización del ministerio público, a la vez que evitará ese sistema procesal tan vicioso, restituyendo a los jueces toda la dignidad y toda la respetabilidad de la magistratura, dará al ministerio público toda la importancia que le corresponde, 32 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. dejando exclusivamente a su cargo la persecución de los delitos, la busca de los elementos de convicción, que ya no se hará por procedimientos atentatorios y reprobados, y la aprehensión de los delincuentes. Por otra parte, el ministerio público, con la policía judicial represiva a su disposición, quitará a los presidentes municipales y a la policía común la posibilidad que hasta hoy han tenido de aprehender a cuantas personas juzgan sospechosas, sin más méritos que su criterio particular. Con la institución del ministerio público, tal como se propone, la libertad individual quedará asegurada; porque según el artículo 16, nadie podrá ser detenido sino por orden de la autoridad judicial, la que no podrá expedirla sino en los términos y con los requisitos que el mismo artículo exige. […] Si, por una parte, el gobierno debe ser respetuoso de la ley y de las instituciones por la otra debe ser inexorable con los trastornadores del orden y con los enemigos de la sociedad: sólo así pueden sostenerse las naciones y encaminarse hacia el progreso. Los constituyentes de 1857 concibieron bien el poder Ejecutivo: libre en su esfera de acción para desarrollar su política, sin más limitación que respetar la ley; pero no completaron el pensamiento, porque restaron al poder Ejecutivo prestigio, haciendo mediata la elección del presidente, y así su elección fue, no la obra de la voluntad del pueblo, sino el producto de las combinaciones fraudulentas de los colegios electorales. El gobierno de mi cargo cree haber cumplido su labor en el límite de sus fuerzas, y si en ello no ha obtenido todo el éxito que fuera de desearse, esto debe atribuirse a que la empresa es altamente difícil y exige una atención constante que me ha sido 33 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. imposible consagrarle, solicitado, como he estado constantemente, por las múltiples dificultades a que he tenido que atender. Toca ahora a vosotros coronar la obra, a cuya ejecución espero os dedicaréis con toda la fe, con todo el ardor y con todo el entusiasmo que de vosotros espera vuestra patria, la que tiene puestas en vosotros sus esperanzas y aguarda ansiosa el instante en que le deis instituciones sabias y justas.”12 42. El proyecto constitucional propuso la redacción del artículo 21 en los términos siguientes: “Artículo 21.La imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. Sólo incumbe a la autoridad administrativa el castigo de las infracciones de los reglamentos de policía y la persecución de los delitos, por medio del Ministerio Público y de la policía judicial, que estará a la disposición de éste.” 43. La división de funciones, basada en la exclusión de concentración de facultades y empoderamiento de los juzgadores para investigar y sancionar los delitos, fue explicitada en la norma del proyecto constitucional. El único facultado para perseguir los delitos debía ser la autoridad administrativa, a través del Ministerio Público y la policía judicial, esta última a disposición de aquél. La aprobación legislativa de este enunciado normativo es el antecedente original de la facultad reservada del ejercicio de la 12 El texto íntegro se puede consultar en Félix F. Palavicini, Historia de la Constitución de 1917, tomo I, colección Clásicos del Derecho Mexicano, Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, páginas 144 a 161, citado en Derechos del pueblo mexicano. México a través de sus constituciones. Tomo II, debate legislativo, Congreso Constituyente 1916 – 1917, sección primera. Coedición Cámara de Diputados, Senado de la República, ambos de la LIX Legislatura, Poder Judicial de la Federación - Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tribunal Federal Electoral, Instituto Federal Electoral y Miguel Ángel Porrúa, páginas 9 a 25. También consultable en Los Presidentes de México ante la Nación: informes, manifiestos y documentos de 1821 a 1966. Editado por la XLVI Legislatura de la Cámara de Diputados. 5 tomos. México, Cámara de Diputados, 1966. Tomo 3. Informes y respuestas desde el 1 de abril de 1912 hasta el 1 de septiembre de 1934. 34 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. acción penal. En tanto que las facultades de la autoridad judicial estarían restringidas a la aplicación de las penas, lo que dio origen a la inserción constitucional del principio de imparcialidad judicial. 44. Las razones aducidas en la exposición de motivos se basaron en la falta de definición de las funciones de la autoridad judicial en la Constitución de mil ochocientos cincuenta y siete, que al no contemplar un órgano estatal que debiera encargarse de la investigación de los delitos, permitió interpretar que la concesión de facultad para que la autoridad judicial se encargara de imponer penas, tenía el alcance de permisión de la investigación criminal, como presupuesto necesario para cumplir con su función.13 La falta de acotación de los alcances de la función propia de la autoridad judicial, en opinión del representante del Poder Ejecutivo en el proyecto constitucional de mil novecientos diecisiete, con anterioridad generó los vicios siguientes: La inclusión de la institución del Ministerio Público, en las legislaciones federal y estatal, con carácter nominal o decorativo para la recta y pronta administración de justicia. Las funciones de investigación que le correspondían eran ejercidas por las autoridades judiciales. La falta de claridad en la norma constitucional, desde la independencia, se interpretó como una permisión para que 13 El texto del artículo 21 de la Constitución Política de la República Mexicana de 1857 señalaba: “Artículo 21. La aplicación de las penas, propiamente tales, es exclusiva de la autoridad judicial. La política y administrativa sólo podrá imponer, como corrección, hasta quinientos pesos de multa o hasta un mes de reclusión, en los casos y modo que expresamente determine la ley.” 35 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. los jueces actuaran en los mismos términos que lo hacían sus homólogos de la época colonial. La actividad judicial no se limitó a la aplicación de penas, se extendió a la averiguación los delitos y la obtención de pruebas. Las funciones de los jueces, ejercidas con tal amplitud, se consideró como una autorización para violar los derechos de los reos, lo cual desnaturalizaba las funciones de la judicatura. La actuación inquisitiva y protagonista de los juzgadores había generado un sistema completo de opresión, en muchos casos contra personas inocentes, en perjuicio de la tranquilidad y el honor de las familias. Actividad que se ejercía sin respeto a las limitaciones establecidas terminantemente en la ley. 45. Así, la propuesta de división de funciones en materia de procuración y administración de justicia se planteó como objetivos: Proponer una preexistente, transformación en atención del sistema las imperfecciones a procesal y deficiencias que había demostrado. Confirmar que la facultad de imposición de penas era propia y exclusiva de la autoridad judicial. 36 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. La definición normativa, evitaría vicios en el sistema procesal; restituiría a los jueces la dignidad y respetabilidad de la magistratura; y, dotaría al Ministerio Público de la importancia que le correspondía, al tener la facultad exclusiva de perseguir los delitos y buscar los elementos de prueba necesarios. 46. La intención de delimitar las funciones en los ámbitos de procuración y administración de justicia imperó en el procedimiento legislativo, de ello da cuenta el diario de debates del constituyente de 1916-1917. En la 31° sesión ordinaria, celebrada el cinco de enero de mil novecientos diecisiete, al intervenir el diputado Múgica expresó: “[…] El artículo 21 del proyecto del Primer Jefe, dice así: ‘Artículo 21. La imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. Sólo incumbe a la autoridad administrativa el castigo de las infracciones de los reglamentos de Policía y la persecución de los delitos, por medio del Ministerio Público y de la policía judicial que estará a la disposición de éste.’ Como lo puede ver su señoría, de la redacción misma del artículo se desprende que para perseguir un delito, para hacer perseguir un delito por la autoridad judicial, se puede hacer por conducto de la autoridad administrativa y que en este caso la autoridad administrativa dictará sus órdenes al Ministerio Público y a la policía judicial; esto se desprende claramente de la redacción del artículo sin ningún género de duda.[…].”14 14 Consulta: Marván Laborde. Ignacio, Nueva edición del Diario de Debates del Congreso Constituyente de 1916-1917, Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, 2006, p. 888. 37 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 47. La iniciativa adoptada por el constituyente fue ampliamente clarificada con la intervención del diputado Macías, en cuanto señaló: “[…] Ha habido una confusión en la que es natural que haya incurrido la muy respetable 1a. Comisión, y para desvanecerla, voy a hacer una explicación sencilla del organismo jurídico que se trata de establecer en el proyecto del ciudadano Primer Jefe, cuando México se hizo independiente -tomo la cuestión desde allí para que esta respetable Cámara pueda darse cuenta exacta del asunto-, entonces se encontró con que la autoridad judicial no era más que una parte del Poder Ejecutivo, porque no había entonces la división de poderes que existe en el derecho moderno, del Poder Legislativo, del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial, sino que todos los poderes que había en la nación los ejecutaba la corona, de manera que era la que legislaba, la que aplicaba leyes y perseguía a los delincuentes, de manera que todos los poderes estaban confundidos en uno solo. Se hizo México independiente y este poder, de hecho, quedó en esa misma forma: Se estableció la soberanía del pueblo, pero de hecho los poderes, quedó en esa misma forma; se estableció la soberanía del pueblo, pero de hecho los poderes quedaron enteramente concentrados en una misma mano, y aunque nominalmente se hizo la división de poderes, de hecho quedaron confundidos y el Poder Judicial se consideraba facultado no sólo para imponer la pena para decidir en el caso concreto sujeto a su conocimiento, sino que se consideraba con facultades para perseguir el mismo Poder Judicial, a los delincuentes, y por eso entonces se estableció la policía judicial, es decir, los agentes que no eran jueces sino empleados que estaban a su servicio para buscar pruebas, para averiguar los detalles con los cuales se había cometido un delito y estaban enteramente dependientes de él. Si los señores diputados se toman el trabajo de leer cualquier diccionario de legislación correspondiente a esa época, verán comprobado con toda exactitud lo que acabo de manifestar. Vino después en México la institución del Ministerio Público; pero como se han 38 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. adoptado entre nosotros todas las instituciones de los pueblos civilizados, como se han aceptado y se aceptan, de una manera enteramente arbitraria y absurda, se estableció el Ministerio Público y Ministerio Público no pudo ser, como dice el ciudadano Primer Jefe en su epígrafe, más que una entidad decorativa, porque en lugar de ser el que ejerciese la acción penal, el que persiguiese a los delincuentes acusándolos y llevando todas las pruebas, no hacía más que cruzarse de brazos para que el juez practicara todas las diligencias y él, estar pendiente en todos estos actos. El Código de Procedimientos Penales actualmente vigente en el Distrito Federal, está tomado del Código de Procedimientos de Francia, y allí se dice: La policía judicial está comprendida por tales y cuales funcionarios; pero se cometió el error de hacer policía judicial al Ministerio Público, y el Ministerio Público no es la policía judicial; de manera que éste fue el error. Se hizo una amalgama enteramente confusa e imposible. De allí resultó que era policía judicial el Ministerio Público. La policía judicial propiamente dicha, la policía judicial y la policía preventiva que es cosa enteramente distinta, es lo que quiero aclarar para evitar la confusión. El ciudadano Primer Jefe en este artículo tiene que adoptar precisa y necesariamente, porque se trata de una obra científica, el tecnicismo científico empleado en toda la Constitución. La Constitución le dice en uno de sus artículos: "El poder público de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial" de manera que no existen más que tres poderes: El Legislativo, que es el que da la ley; el Ejecutivo que hace que se cumpla, y el judicial que es el que va a resolver los casos concretos en que haya contienda y que sea precisa su intervención para aplicar la ley al caso de que se trate. Ahora bien, como hay que deslindar, porque se trata de hacer una implantación definitiva de las instituciones libres, viene este problema: El poder va a perseguir a los delincuentes ¿a qué ramo pertenece? desde luego no puede pertenecer al Legislativo, porque indudablemente no va dar la ley; tampoco puede pertenecer al Judicial, porque él va a aplicarla. Entonces, lo lógico, lo jurídico, es lo que acaba de decir el señor Machorro Narváez, 39 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. viene la institución del Ministerio Público y el Ministerio Público no es más que un órgano del poder administrativo, es decir, del Ejecutivo. Por eso tienen ustedes que en todos los países en que existen las instituciones libres, es decir, en donde está dividido el poder en tres ramas, el Ejecutivo acusa en nombre de la nación de que se trate. Por eso es que en Estados Unidos, por ejemplo, se dice: ‘El procurador general de la nación en nombre del presidente de la República...’ Porque él es representante del presidente de la República en materia penal. En los Estados, el procurador general del Estado es el representante del gobernador del Estado porque es él quien va a perseguir. Ahora, ¿cómo persigue? Pues persigue de una manera muy sencilla. La policía judicial en los países libres está dividida en dos clases: La policía preventiva y la policía inquisitiva, que se llama la policía judicial, que es el nombre técnico con que se le designa. La policía preventiva es el gendarme que está en cada esquina cuidando el orden; éste no se preocupa de si se va a cometer un delito o no; sus atribuciones se reducen únicamente a cuidar que no se altere el orden público o que los reglamentos de policía en toda la circunscripción que le corresponde, se cumplan debidamente siempre que estén a su vista. Esto es lo que en los Estados Unidos se llama police - man y lo que entre nosotros se llama el gendarme; de manera que todavía en el interi de la República se le designa con el nombre de ‘policía’ y por las noches con el ‘sereno’; pero todos son la policía preventiva, que es la que trata de evitar que se cometa un delito, pero ésta no es la policía judicial. La policía judicial la forman los agentes que el Ministerio Público tiene a su disposición para ir a averiguar dónde se cometió el delito, qué personas pudieron presenciarlo, etcétera. Es una cosa parecida a los que entre nosotros ha estado muy mal establecido con el nombre de policía de seguridad, porque en ésta, los individuos que la forman, no andan vestidos de policía; en los Estados Unidos éstos traen una placa con la cual se revelan inmediatamente que tratan de ejercer sus 40 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. funciones; antes nadie los conoce como agentes de la autoridad. Un ejemplo claro: Se encuentra un cadáver en una plaza pública, por ejemplo, y la policía preventiva, que no supo cómo se cometió el delito, se limita únicamente a dar cuenta de que hay un cadáver; no se vuelve a ocupar de otra cosa la policía preventiva. Entonces el agente del Ministerio Público, que es el que representa al Gobierno, es decir, a la autoridad administrativa, entonces toma conocimiento del hecho y manda a sus agentes, quienes van al lugar de los sucesos y allí averiguan a qué horas apareció el cadáver allí, qué personas pudieron presenciar el hecho; toman todos los datos conducentes para aclarar la averiguación, y de esa averiguación puede resultar: ‘pues este delito lo cometió una persona que tenía tales y cuáles señas’; se llega a saber el nombre del asesino y el lugar en que se oculta; da cuenta inmediatamente, y el Ministerio Público presenta la acusación ante el juez, diciendo: ‘Tal día, a tal hora, se cometió un delito de tal clase y el cual cosiste en esto; el policía judicial fulano de tal, ha tomado todos los principales datos; vengo, pues, a acusar a don fulano de tal, bajo la protesta de que es cierto el hecho que se le atribuye, y el cual se encuentra escondido en tal parte.’ Entonces el juez, en vista de esto, libra orden de aprehensión y la policía judicial la recibe, hace la aprehensión y pone al reo a la disposición de la autoridad, de manera que, como ven ustedes, la policía preventiva es enteramente distinta de la policía judicial; la policía judicial la forman los auxiliares mediante los cuales el Ministerio Público ejerce sus funciones, y el Ministerio Público es el representante de la sociedad, el representante del Gobierno; ésta es la función que le corresponde. Por esto verán los señores diputados que lo que el ciudadano Primer Jefe dice en su discurso, está enteramente conforme con lo que expresa el artículo. La policía, el Poder administrativo, persigue a los delincuentes mediante su órgano, que es el agente del Ministerio Público; el agente del Ministerio Público desempeña esa función con los auxiliares que tiene al efecto o sea la policía judicial. La reforma consiste en acabar con esa amalgama que había hecho las leyes anteriores conservando el Poder Judicial enteramente 41 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. independiente del Poder administrativo, y por otra parte, descentralizando al Poder Judicial de sus funciones, al convertirse en el inquisidor de todos los hechos que ameriten la aplicación de una ley penal. Esta es la explicación que tenía que dar a ustedes. (Aplausos.) […].”15 48. Inclusive, la voluntad del legislador constituyente por determinar el órgano a quien le correspondía la función persecutora de los delitos, ajeno al poder judicial, se reflejó en el texto del artículo 102, que estableció las facultades asignadas en el orden constitucional al Ministerio Público de la Federación, concernientes a la persecución de los delitos, la solicitud de órdenes de aprehensión, la búsqueda y presentación de pruebas y concluir la acción persecutoria mediante el pedimento de aplicación de las penas aplicables al caso concreto. 16 49. La idea original de división de funciones del Ministerio Público y de los juzgadores, fue plasmada a nivel constitucional a fin de excluir la conjunción de poderes en un mismo órgano del Estado. 50. Así, se tiene que las facultades para investigar los delitos y para imponer las sanciones penales no son compatibles en un mismo órgano de Estado, porque atenta contra el derecho 15 Idem, páginas 895 a 999. “Artículo 102. La ley organizará el Ministerio Público de la Federación, cuyos funcionarios serán nombrados y removidos libremente por el Ejecutivo, debiendo estar presididos por un procurador general, el que deberá tener las mismas calidades requeridas para ser magistrado de la Suprema Corte. Estará a cargo del Ministerio Público de la Federación la persecución, ante los tribunales, de todos los delitos del orden federal; y, por lo mismo, a él le corresponderá solicitar las órdenes de aprehensión contra los reos; buscar y presentar las pruebas que acrediten la responsabilidad de éstos; hacer que los juicios se sigan con toda regularidad, para que la administración de justicia sea pronta y expedita; pedir la aplicación de las penas e intervenir en todos los negocios que la misma ley determinare. El procurador general de la República intervendrá personalmente en todos los negocios en que la Federación fuese parte; en los casos de los ministros, diplomáticos y cónsules generales, y en aquellos que se suscitaren entre dos o más Estados de la Unión, entre un Estado y la Federación o entre los Poderes de un mismo Estado. En los demás casos en que deba intervenir el Ministerio Público de la Federación, el procurador general podrá intervenir por sí o por medio de alguno de sus agentes. El procurador general de la República será el consejero jurídico del Gobierno. Tanto él como sus agentes se someterán estrictamente a las disposiciones de la ley, siendo responsables de toda falta, omisión o violación en que incurran con motivo de sus funciones.” (Lo remarcado no corresponde al texto original, se realiza en atención al interés de la ejecutoria). 16 42 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. humano de debido proceso penal y los principios procesales de imparcialidad judicial y contradicción. 50. El actual texto del artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 17 determina la prevalencia de la protección de los derechos humanos reconocidos tanto en ese cuerpo normativo como en los tratados internacionales. Y el debido proceso penal constituye un derecho humano universalmente reconocido, cuyo concepto ha sido definido por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos como el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado del Estado que pueda afectar sus derechos. 18 51. Ahora bien, un análisis sistemático de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos permite advertir la existencia de garantías judiciales, consagradas en los artículos 14, 16, 17, 19, 20, 21, 22 y 23, que tutelan la protección del derecho humano de debido proceso, en el contexto de las garantías de seguridad “Artículo. 1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.” 18 Concepto retomado de los precedentes: Garantías Judiciales en Estados de Emergencia. Opinión Consultiva OC-9/87, del 6 de octubre de 1987, párrafo 27; y, Caso Tribunal Constitucional, sentencia del 31 de enero del 2001, párrafo 69. 17 43 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. jurídica y de legalidad. La comprensión de principios que tutelan 19 el debido proceso en el ámbito penal no es un tema novedoso. La Constitución Federal ha mantenido un esquema de protección que resulta importante destacar, previo a la reforma constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho –por la que se incorpora la implementación del sistema procesal penal acusatorio y oral–, en atención a que bajo este esquema serán analizadas las normas adjetivas que se tildan de inconstitucionales. 20 52. El artículo 14 de la Constitución Federal contiene un bloque frontal de protección a las garantías de irretroactividad de la ley, audiencia y legalidad, que comprende la exigencia de juicio previo frente a toda determinación que implique un acto privativo – libertad, propiedades, posesiones o derechos– que deberá seguirse ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y de conformidad con las normas legales preexistentes al hecho que se juzga. Además, comprende la garantía de exacta aplicación de la ley penal. 21 19 La clasificación de las garantías está definida desde la perspectiva doctrinal, en donde se ubican las previsiones contenidas en los artículos 14, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22 y 23 de la Constitución Federal. Un análisis relativo es posible consultarlo en la obra Las Garantías Individuales, Parte General, de la colección Garantías Individuales. Segunda edición, México, 2005, Suprema Corte de Justicia de la Nación, páginas 73 a 82. 20 En este apartado cabe hacer la aclaración que la reforma constitucional de 18 de junio de 2008, insertó un cambio paradigmático en el sistema procesal penal, porque el legislador directamente reconoció en el artículo 20 constitucional la adopción del modelo acusatorio. Sistema procesal que deberá aplicarse con la adición de la característica de oralidad, una vez cumplidos los términos establecidos para la vigencia de la disposición, a nivel federal y en las entidades federativas, de conformidad con los principios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e inmediación. No obstante, como se enfatiza, en el caso el análisis de constitucionalidad se realizará en términos de la disposición constitucional previa a la reforma, en virtud de que en la entidad federativa a la que pertenece la norma adjetiva cuestionada no se ha realizado la declaratoria legislativa para la aplicación del sistema procesal penal acusatorio delineado por la Constitución Federal. 21 “Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna. Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho. En los juicios del orden criminal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata. En los juicios del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de ésta se fundará en los principios generales del derecho.” 44 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 53. Disposición legal que se complementa con párrafo primero del artículo 16 constitucional, en cuanto establece como imperativo presupuestal de todo acto de molestia para el gobernado, la exigibilidad de competencia en la actuación de la autoridad y el cumplimiento fundamentación y motivación de la causa legal del procedimiento. 22 54. En lo relativo al artículo 17, se consagra la garantía de acceso a la justicia, a través de tribunales expeditos para impartirla en los plazos y términos legales, mediante la emisión de resoluciones de manera pronta, completa, imparcial y gratuita. Además impone la previsión legal de mecanismos alternativos de solución de controversias, garantiza la independencia de los tribunales y la plena ejecución de las resoluciones. Además, prevé la prohibición de encarcelamiento por deudas de carácter civil. 23 55. En los artículos 19 y 20 de la Constitución Federal se expone el 24 catálogo amplio los derechos que deben observarse en los “Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. […]” 23 “Artículo 17. Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales. Las leyes federales y locales establecerán los medios necesarios para que se garantice la independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones. Nadie puede ser aprisionado por deudas de carácter puramente civil.” 24 “Artículo 19. Ninguna detención ante autoridad judicial podrá exceder del plazo de setenta y dos horas, a partir de que el indiciado sea puesto a su disposición, sin que se justifique con un auto de formal prisión en el que se expresarán: el delito que se impute al acusado; el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución, así como los datos que arroje la averiguación previa, los que deberán ser bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer probable la responsabilidad del indiciado. Este plazo podrá prorrogarse únicamente a petición del indiciado, en la forma que señale la ley. La prolongación de la detención en su perjuicio será sancionada por la ley penal. La autoridad responsable del establecimiento en el que se encuentre internado el indiciado, que dentro del plazo antes señalado no reciba copia autorizada del auto de formal prisión o de la solicitud de prórroga, deberá llamar la atención del juez sobre dicho particular en el acto mismo de concluir el plazo y, si no recibe la constancia mencionada dentro de las tres horas siguientes, pondrá al indiciado en libertad. 22 45 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. Todo proceso se seguirá forzosamente por el delito o delitos señalados en el auto de formal prisión o de sujeción a proceso. Si en la secuela de un proceso apareciere que se ha cometido un delito distinto del que se persigue, deberá ser objeto de averiguación separada, sin perjuicio de que después pueda decretarse la acumulación, si fuere conducente. Todo maltratamiento que en la aprehensión o en las prisiones, toda molestia que se infiera sin motivo legal; toda gabela o contribución, en las cárceles, son abusos que serán corregidos por las leyes y reprimidos por las autoridades.” “Artículo 20. En todo proceso de orden penal, el inculpado, la víctima o el ofendido, tendrán las siguientes garantías: A. Del inculpado: I. Inmediatamente que lo solicite, el juez deberá otorgarle la libertad provisional bajo caución, siempre y cuando no se trate de delitos en que, por su gravedad, la ley expresamente prohíba conceder este beneficio. En caso de delitos no graves, a solicitud del Ministerio Público, el juez podrá negar la libertad provisional, cuando el inculpado haya sido condenado con anterioridad, por algún delito calificado como grave por la ley o, cuando el Ministerio Público aporte elementos al juez para establecer que la libertad del inculpado representa, por su conducta precedente o por las circunstancias y características del delito cometido, un riesgo para el ofendido o para la sociedad. El monto y la forma de caución que se fije, deberán ser asequibles para el inculpado. En circunstancias que la ley determine, la autoridad judicial podrá modificar el monto de la caución. Para resolver sobre la forma y el monto de la caución, el juez deberá tomar en cuenta la naturaleza, modalidades y circunstancias del delito; las características del inculpado y la posibilidad de cumplimiento de las obligaciones procesales a su cargo; los daños y perjuicios causados al ofendido; así como la sanción pecuniaria que, en su caso, pueda imponerse al inculpado. La ley determinará los casos graves en los cuales el juez podrá revocar la libertad provisional. II. No podrá ser obligado a declarar. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda incomunicación, intimidación o tortura. La confesión rendida ante cualquier autoridad distinta del Ministerio Público o del juez, o ante éstos sin la asistencia de su defensor carecerá de todo valor probatorio. III. Se le hará saber en audiencia pública, y dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a su consignación a la justicia, el nombre de su acusador y la naturaleza y causa de la acusación, a fin de que conozca bien el hecho punible que se le atribuye y pueda contestar el cargo, rindiendo en este acto su declaración preparatoria. IV. Cuando así lo solicite, será careado, en presencia del juez, con quien deponga en su contra, salvo lo dispuesto en la fracción V del Apartado B de este artículo. V. Se le recibirán los testigos y demás pruebas que ofrezca, concediéndosele el tiempo que la ley estime necesario al efecto y auxiliándosele para obtener la comparecencia de las personas cuyo testimonio solicite, siempre que se encuentren en el lugar del proceso. VI. Será juzgado en audiencia pública por un juez o jurado de ciudadanos que sepan leer y escribir, vecinos del lugar y partido en que se cometiere el delito, siempre que éste pueda ser castigado con una pena mayor de un año de prisión. En todo caso serán juzgados por un jurado los delitos cometidos por medio de la prensa contra el orden público o la seguridad exterior o interior de la Nación. VII. Le serán facilitados todos los datos que solicite para su defensa y que consten en el proceso. VIII. Será juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa. IX. Desde el inicio de su proceso será informado de los derechos que en su favor consigna esta Constitución y tendrá derecho a una defensa adecuada, por sí, por abogado, o por persona de su confianza. Si no quiere o no puede nombrar defensor, después de haber sido requerido para hacerlo, el juez le designará un defensor de oficio. También tendrá derecho a que su defensor comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo cuantas veces se le requiera; y, X. En ningún caso podrá prolongarse la prisión o detención, por falta de pago de honorarios de defensores o por cualquiera otra prestación de dinero, por causa de responsabilidad civil o algún otro motivo análogo. Tampoco podrá prolongarse la prisión preventiva por más tiempo del que como máximo fije la ley al delito que motivare el proceso. En toda pena de prisión que imponga una sentencia, se computará el tiempo de la detención. Las garantías previstas en las fracciones I, V, VII y IX también serán observadas durante la averiguación previa, en los términos y con los requisitos y límites que las leyes establezcan; lo previsto en la fracción II no estará sujeto a condición alguna. B. De la víctima o del ofendido: I. Recibir asesoría jurídica; ser informado de los derechos que en su favor establece la Constitución y, cuando lo solicite, ser informado del desarrollo del procedimiento penal; II. Coadyuvar con el Ministerio Público; a que se le reciban todos los datos o elementos de prueba con los que cuente, tanto en la averiguación previa como en el proceso, y a que se desahoguen las diligencias correspondientes. Cuando el Ministerio Público considere que no es necesario el desahogo de la diligencia, deberá fundar y motivar su negativa; III. Recibir, desde la comisión del delito, atención médica y psicológica de urgencia; IV. Que se le repare el daño. En los casos en que sea procedente, el Ministerio Público estará obligado a solicitar la reparación del daño y el juzgador no podrá absolver al sentenciado de dicha reparación si ha emitido una sentencia condenatoria. La ley fijará procedimientos ágiles para ejecutar las sentencias en materia de reparación del daño; 46 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. procesos penales, a fin de salvaguardar las garantías judiciales de los imputados y las víctimas. 56. El artículo 21 de la Constitución Federal, 25 como se ha precisado, establece un esquema de división de funciones: 1) administrativas del órgano encargado de la persecución de los delitos, que recae en el Ministerio Público y la Policía Judicial, que estará a su cargo; y, 2) administración de justicia, que recae en el Poder Judicial. 57. El enunciado contenido en el artículo 22 de la Carta Magna, 26 reitera los cambios que han motivado su reforma, a fin de comprender los supuestos de las penas erradicadas constitucionalmente. Y en el artículo 23 de la Constitución Federal, se establecen reglas de debido proceso que prohíben 27 extender el juicio criminal a más de tres instancias; el principio de non bis in idem, para evitar el doble juzgamiento de una persona por el mismo delito; y, la prohibición de la práctica de absolución de la instancia, que condiciona la resolución definitiva de un proceso, al proscribir la existencia de causas sin resolución jurídica de modo indeterminado. V. Cuando la víctima o el ofendido sean menores de edad, no estarán obligados a carearse con el inculpado cuando se trate de los delitos de violación o secuestro. En estos casos, se llevarán a cabo declaraciones en las condiciones que establezca la ley; y VI. Solicitar las medidas y providencias que prevea la ley para su seguridad y auxilio.” 25 “Artículo 21. La imposición de las penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. La investigación y persecución de los delitos incumbe al Ministerio Público, el cual se auxiliará con una policía que estará bajo su autoridad y mando inmediato. […].” 26 “Artículo 22. Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes, los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. […].” 27 “Artículo 23. Ningún juicio criminal deberá tener más de tres instancias. Nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le condene. Queda prohibida la práctica de absolver de la instancia.” 47 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 58. El sistema de garantías judiciales salvaguardadas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –en términos del texto anterior a la reforma constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho–, ha garantizado la protección del derecho humano al debido proceso penal y, al mismo tiempo, es compatible con el contenido que le es otorgado por el artículo 8 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos. 28 59. Los antecedentes constitucionales expuestos son determinantes para concluir que en el sistema jurídico penal desde la perspectiva de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –conforme al texto anterior a la reforma constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho–, al establecer la división las facultades del Ministerio Público y de la autoridad judicial, indefectiblemente pugna por la salvaguarda del principio de imparcialidad judicial. Éste es el contexto en el que deben analizarse las normas adjetivas cuya inconstitucionalidad es denunciada por la parte quejosa, actual recurrente. “Artículo 8. Garantías judiciales: 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. 2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada; c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa; d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley; f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos; g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior. 28 3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos. 5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia.” 48 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 60. Análisis estructural de las normas tildadas de inconstitucionales. El Capítulo I Conclusiones, del Título Sexto Juicio, del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, contiene los preceptos relativos a la etapa de presentación de alegatos finales de las partes en el proceso penal, de ellos conviene reproducir los siguientes: “Artículo 257.- El órgano jurisdiccional, una vez que declare cerrada la instrucción, y siempre que no exista medio de impugnación alguno pendiente de resolución, mandará poner la causa a la vista del Ministerio Público por diez días para que formule conclusiones por escrito. Sus conclusiones se harán conocer al inculpado y a su defensor, dándoles vista de todo el proceso, para que dentro del término de diez días contesten el escrito de acusación y formulen a su vez las conclusiones que crean procedentes. Cuando los inculpados fueren varios, el término será común. Si el Ministerio Público no formula conclusiones, el juez dará cuenta de la omisión al procurador general de justicia o al subprocurador que corresponda, para que las presente dentro del término de cinco días; y si no lo hiciere, se tendrán formuladas como de no acusación, operando el sobreseimiento del proceso de oficio y el inculpado será puesto en libertad absoluta. 49 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. Si no presentaren conclusiones el inculpado y su defensor, se tendrán por formuladas de inculpabilidad, sin perjuicio de que el órgano jurisdiccional imponga al defensor una multa equivalente de diez a treinta días de salario mínimo general vigente en la región.” “Artículo 258.- El Ministerio Público, al formular conclusiones acusatorias, motivará y fundará la comprobación del cuerpo del delito, las modificativas y la responsabilidad penal, así como las sanciones, incluyendo concurso y reparación del daño. Al final de las mismas se precisarán esos aspectos y la acusación, en proposiciones concretas. El Ministerio Público podrá, inclusive, variar la clasificación típica contenida en el auto de formal prisión o de sujeción a proceso, siempre que se trate de los mismos hechos materia del proceso o impliquen un grado típico. En caso de conclusiones inacusatorias, también se motivará y fundará el inacreditamiento del cuerpo del delito o de la responsabilidad penal; la extinción de la pretensión punitiva o cualquier otra causa. El inculpado y su defensor podrán formular sus conclusiones sin sujetarse a regla alguna.” 50 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. “Artículo 259.- Si las conclusiones formuladas fueren de no acusación o no comprendieran algún delito por el cual se hubiere dictado el auto de formal prisión o sujeción a proceso; si fueren contrarias a las constancias procesales; o si en ellas no se observare lo ordenado en el artículo anterior, el juez las enviará, junto con el proceso al procurador general de justicia o al subprocurador que corresponda, señalando cuál es la irregularidad.” “Artículo 260.- El procurador general de justicia o el subprocurador de que se trate, oirán el parecer de los agentes auxiliares y dentro de los cinco días siguientes al de la fecha en que se haya recibido el proceso decidirán si son de confirmarse, revocarse o modificarse las conclusiones. Devuelta la causa, el juez decretará de oficio el sobreseimiento o dará vista al acusado y a su defensor para los efectos del artículo 258 de este código, según corresponda.” 61. Las normas procesales transcritas ilustran el método al que debe ajustarse la actuación del Ministerio Público en la formulación de alegatos concluyentes a la instrucción del proceso penal. Las formalidades que deben observarse y los supuestos hipotéticos que podrán actualizarse, se resumen de la forma siguiente: 51 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. En la tramitación del proceso penal, una vez cerrada la instrucción, el juzgador mandará poner la causa a la vista del Ministerio Público por diez días para que formule sus conclusiones por escrito. Si el Ministerio Público no formula conclusiones, el juez dará cuenta al Procurador General de Justicia o al Subprocurador que corresponda para que las presente dentro del término de cinco días y si no lo hiciere se tendrán como formuladas de no acusación, operando el sobreseimiento del proceso de oficio y poniendo al inculpado en libertad absoluta. El Ministerio Público al formular conclusiones acusatorias deberá motivar y fundar la comprobación del cuerpo del delito, las modificativas y la responsabilidad penal, así como las sanciones, incluyendo concurso y reparación del daño; y podrá variar inclusive la clasificación típica contenida en el auto de formal prisión o de sujeción a proceso siempre que se trata de los mismo hechos materia del proceso o impliquen un grado típico. En caso de conclusiones de no acusación o que no comprendieran algún delito por el que se haya dictado el auto de formal prisión o de sujeción a proceso, si fueren contrarias a las constancias procesales o no estuvieren motivadas y fundadas, el juez las enviará junto con el proceso al Procurador General de Justicia o al Subprocurador que corresponda, señalando cuál es la irregularidad. 52 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. De acuerdo a lo anterior, el Procurador o el Subprocurador de que se trate, oirán el parecer de los agentes auxiliares y dentro de los cinco días siguientes al de la fecha en que se hubiere recibido el proceso decidirán si son de confirmarse, revocarse o modificarse las conclusiones. 62. Como se observa, las conclusiones no acusatorias y aquéllas acusatorias que no comprendan algún delito por el que se haya dictado el auto de formal prisión o de sujeción a proceso, que fueren contrarias a las constancias procesales o que no estuvieren motivadas y fundadas, darán lugar al envío de las mismas al Procurador o Subprocurador que corresponda, para que determinen si se confirman, revocan o modifican. 63. El detallado procedimiento de enmienda de la acusación es objeto de cuestionamiento por la parte recurrente, al considerar que vulnera los principios de igualdad e imparcialidad judicial como eje rector del debido proceso penal tutelado en la Constitución Federal. 64. Antes de entrar al estudio de la constitucionalidad de los artículos 259 y 260, del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, conviene precisar las razones por las que tal estudio se realizará al tenor del texto constitucional existente hasta antes de la reforma constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho, que introduce la obligatoriedad de la aplicación del sistema procesal penal acusatorio y oral en toda la República Mexicana. 53 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 65. En las reglas de vigencia del Decreto de reformas constitucionales publicado el dieciocho de junio de dos mil ocho, se estableció que el sistema procesal penal acusatorio entraría en vigor al día siguiente de la publicación del Decreto en las entidades federativas que ya lo hubieren incorporado en sus ordenamientos vigentes; pero para las entidades que no estuvieren en ese supuesto, se condicionó el inicio de vigencia a lo establecido en el artículo segundo transitorio, en el sentido de que el sistema procesal penal acusatorio entraría en vigor cuando lo estableciera la legislación secundaria correspondiente, para lo cual la Federación, los Estados y el Distrito Federal, deberían expedir y poner en vigor las modificaciones u ordenamientos legales necesarios para incorporar dicho sistema procesal, emitiendo, asimismo, una declaratoria expresa.29 29 Ilustra las reglas de aplicación de vigencia verificar el contenido de los tres primeros artículos transitorios de la reforma, los cuales señalan: “Primero. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, con excepción de lo dispuesto en los artículos transitorios siguientes. Segundo. El sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor cuando lo establezca la legislación secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años, contado a partir del día siguiente de la publicación de este Decreto. En consecuencia, la Federación, los Estados y el Distrito Federal, en el ámbito de sus respectivas competencias, deberán expedir y poner en vigor las modificaciones u ordenamientos legales que sean necesarios a fin de incorporar el sistema procesal penal acusatorio. La Federación, los Estados y el Distrito Federal adoptarán el sistema penal acusatorio en la modalidad que determinen, sea regional o por tipo de delito. En el momento en que se publiquen los ordenamientos legales a que se refiere el párrafo anterior, los poderes u órgano legislativos competentes deberán emitir, asimismo, una declaratoria que se publicará en los órganos de difusión oficiales, en la que señale expresamente que el sistema procesal penal acusatorio ha sido incorporado en dichos ordenamientos y, en consecuencia, que las garantías que consagra esta Constitución empezarán a regular la forma y términos en que se substanciarán los procedimientos penales. Tercero. No obstante lo previsto en el artículo transitorio segundo, el sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19, 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor al día siguiente de la publicación del presente Decreto en el Diario Oficial de la Federación, en las entidades federativas que ya lo hubieren incorporado en sus ordenamientos legales vigentes, siendo plenamente válidas las actuaciones procesales que se hubieren practicado con fundamento en tales ordenamientos, independientemente de la fecha en que éstos entraron en vigor. Para tal efecto, deberán hacer la declaratoria prevista en el artículo transitorio Segundo. […].” 54 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 66. En el caso del Estado de México, el treinta de julio de dos mil nueve, se expidió el ordenamiento adjetivo penal a través del cual se incorporó en dicha entidad el sistema procesal penal acusatorio, adversarial y oral, estableciéndose en el artículo sexto transitorio, las fechas en que iniciaría la vigencia de tal sistema para cada distrito judicial: “ARTÍCULO SEXTO.- El nuevo Sistema de Justicia Penal entrará en vigor el día uno de octubre del año dos mil nueve en los Distritos Judiciales de Toluca, Lerma, Tenancingo y Tenango del Valle. El día uno de abril del año dos mil diez entrará en vigor en los Distritos Judiciales de Chalco, Otumba y Texcoco. El día uno de octubre del año dos mil diez entrará en vigor en los Distritos Judiciales de Nezahualcoyótl, El Oro, Ixtlahuaca, Sultepec y Temascaltepec. El día uno de abril del año dos mil once entrará en vigor en los Distritos Judiciales de Tlalnepantla, Cuautitlán y Zumpango. El día uno de octubre del año dos mil once entrará en vigor en los Distritos Judiciales de Ecatepec de Morelos, Jilotepec y Valle de Bravo.” 67. No obstante lo anterior, en el artículo cuarto transitorio del propio ordenamiento, se estableció: 55 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. “ARTÍCULO CUARTO.- Todos los procesos y recursos que ante los órganos jurisdiccionales se encuentren radicados al iniciar su vigencia el nuevo sistema de justicia penal, se sujetarán hasta su conclusión definitiva a las disposiciones del Código de Procedimientos Penales que se abroga.” 68. Conforme a lo anterior, es de considerarse que el proceso penal en donde se aplicaron los artículos 259 y 260 que se tachan de inconstitucionales, tiene su origen en hechos acontecidos antes de la entrada en vigor del nuevo sistema penal acusatorio. 69. En efecto del capítulo de antecedentes de la demanda se lee lo siguiente: “1.- En fecha ocho de enero del año dos mil nueve se inició averiguación previa por el delito de USURPACIÓN DE FUNCIONES PÚBLICAS hechos que fueron denunciados por la señora **********, en contra de **********, dicha averiguación fue consignada en fecha diez de enero de dos mil nueve por el Agente del Ministerio Público adscrito a la Mesa de Responsabilidades de Amecameca, Estado de México, al Juzgado Cuarto Penal de Primera Instancia, con residencia en Chalco, Estado de México, el cual fue radicado en la misma fecha con número de causa **********.” 56 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. 70. En tales condiciones, resulta claro que el estudio de la constitucionalidad de los preceptos legales impugnados debe hacerse a la luz del texto constitucional anterior a la señalada reforma de dieciocho de junio de dos mil ocho. 71. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, considera que los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, son inconstitucionales. En consecuencia, los agravios que expresó el recurrente para denunciar la inconstitucionalidad de las citadas normas procesales son esencialmente fundados, suplidos en la deficiencia de su expresión. 72. En efecto, esta Sala advierte que los artículos 259 y 260 impugnados, mediante los cuales se faculta al juzgador para verificar la corrección de la formulación de las conclusiones del Ministerio Público y en caso de advertir alguna irregularidad enviarlas al Procurador General de Justicia del Estado o al Subprocurador que corresponda, señalando la irregularidad, para que éstos determinen lo procedente (confirmar, revocar o modificar el planteamiento de la acusación); es contraria a los artículos 1, 14, 16, 17 y 21, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 73. En efecto, tal como lo afirma la recurrente, las normas procesales que tilda de inconstitucionales permiten que el juzgador instructor del proceso penal desarrolle una doble función, como juzgador y auxiliar del órgano ministerial. Circunstancia que se materializa al momento en que el juez 57 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. decreta la irregularidad de la acusación, para que ésta sea perfeccionada por el Ministerio Público. 74. El principio de imparcialidad jurisdiccional tutelado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, impera en las garantías judiciales consagradas en los artículos 14, párrafo segundo, 17, párrafo segundo y 21, párrafos primero y segundo, constitucionales mismas que son enfáticas en destacar la inexcusable separación de las funciones que desempeñan el Ministerio Público y el juzgador, como órganos del Estado, en el proceso penal. 75. El debido proceso constituye un derecho humano cuya observancia y efectividad exige el respeto de una serie de garantías judiciales; entre ellas, el juzgamiento por un juez imparcial y objetivo, así como respeto al derecho de igualdad de partes en el proceso y contradicción, las cuales forman parte de la observancia de las formalidades esenciales del procedimiento. Y éstas son las garantías que se encuentran tuteladas en las normas constitucionales citadas, mismas que son vulneradas por los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México. Un sistema procesal penal que toma en serio la adopción de los principios que tutelan el derecho humano de debido proceso penal no tiene por qué admitir la realización de actos que fusionen o conjunten las funciones del ente acusador y del juzgador. 76. En otras palabras, es inadmisible afirmar la imparcialidad del juzgador y el respeto al principio de igualdad de partes, cuando 58 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. las normas procesales impugnadas facultan al juez del proceso para decretar la corrección de la acusación. El seguimiento de un proceso penal debe tener claramente identificadas y delimitadas las facultades de quienes intervienen en el mismo. El juzgador, como órgano del Estado que depende del Poder Judicial, no comparte facultades con otro poder estatal; desempeña la actividad de juzgamiento de un caso concreto, con pleno respeto y vigilancia de la observancia de las directrices que conforman el derecho de debido proceso penal. Así, se coloca como eje central, ante quien las partes hacen valer sus pretensiones, vigila la instrucción legal del proceso y resuelve el caso a través de las normas aplicables al caso concreto. 77. En una posición independiente del juzgador y en franca contradicción mutua se ubican los intereses del Ministerio Público y la defensa. El órgano encargado de materializar el interés del Estado por perseguir las acciones delictivas está representado por el Ministerio Público, dependiente del Poder Ejecutivo, quien detenta esta facultad constitucional y el denominado ejercicio de la acción penal. 78. La persecución delictiva, en atención a los parámetros de significación que le otorga el artículo 21 de la Constitución Federal, no puede ser otra que la investigación de los hechos que motivan el señalamiento de que se ha cometido una conducta considerada como delito en las leyes penales; actividad a la que está adherida la facultad para buscar las pruebas que afirmen el efectivo acontecimiento del hecho investigado, las cuales podrá presentar al juicio respectivo. En tanto que por ejercicio de la 59 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. acción penal, se define la función por la que dicho órgano insta a la autoridad judicial para que conozca del asunto relacionado con la investigación, misma que inicia con la consignación, la cual representa el primer sometimiento de los hechos al conocimiento de la autoridad judicial y alcanza su máxima expresión con la acusación formal que deriva de la conclusión del proceso penal. 79. Por otra parte, la actuación de la defensa se expresa en el ejercicio pleno del derecho de defensa y el principio de contradicción, frente a la imputación que se le formula. En este rubro, el defensor y el imputado comparten un interés común: tener el debido conocimiento de la imputación, defenderse de la misma y solicitar la exacta aplicación de la ley penal. 80. Ahora bien, la etapa conclusiva de la instrucción representa el momento en el que las partes exponen al juzgador el sentido de sus pretensiones finales, las cuales derivan de la tramitación de la instrucción, en la que se ofrecieron y desahogaron pruebas, tanto para sustentar la acusación como para rebatirla. En consecuencia, constituye una circunstancia fundamental, que presenta al juzgador el resumen de las perspectivas que tuvo cada una de las partes con el desarrollo de la instrucción del proceso penal. Y es con estas pretensiones con las que el juzgador pasa a la etapa de juzgamiento para decidir lo que en derecho corresponda. 81. Tratándose del Ministerio Público, por constituir un órgano técnico del Estado, en quien recae la facultad constitucional al investigar los hechos delictivos y, en principio, el ejercicio de la 60 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. acción penal, salvo la previsión de excepciones legales, la presentación de las conclusiones está matizada de cierto rigor de exposición. Ello obedece a la trascendencia de su actuación. Las conclusiones del Ministerio Público, constituyen la presentación final de la acusación, luego de que el procesado tuvo oportunidad de conocer y responder la imputación. Por este motivo, es necesario que se formulen en forma clara y precisa, mediante la precisión de los datos fácticos relevantes para la acusación y que generan consecuencias jurídico penales, así como la invocación de los preceptos legales y jurisprudencia aplicables. 82. Y, en atención al carácter de acusador que detenta, las conclusiones que presente el Ministerio Público deben presentar al juzgador los razonamientos necesarios que, en caso de proceder, resulten suficientes para sustentar una sentencia condenatoria. El carácter independiente del Ministerio Público, que ejerce las facultades de investigación del delito y de ejercicio de la acción penal, no admite intromisiones por otro órgano del Estado. Y toda determinación penal que implique afectación a la esfera jurídica del sentenciado debe ser precedida de la acusación ministerial. 83. Por ende, el juzgador debe mantener una posición imparcial frente a las partes del proceso penal; lo que implica la prohibición de interferir de tal manera que asuma la representación o defensa de alguna de ellas. Por explicarlo de alguna manera, la posición que incidiera en la actividad que es propia de una de las partes podría actualizarse cuando el juzgador se involucra al grado de proponer, obtener y presentar en el proceso pruebas con la 61 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. finalidad de respaldar la posición que pretende sostener y demostrar alguna de las partes. 84. Connotación que de ninguna manera debe confundirse con el deber del juzgador de custodiar, en el marco del debido proceso penal, el respeto de los derechos constitucionales del imputado y de la víctima. La intervención de tutela que realiza el juzgador en estos términos, no solamente constituye una intervención en la que detenta o ejerce facultades que le corresponden, sino de ocupar el rol de vigilar el debido cumplimiento al derecho humano de debido proceso penal. 85. La problemática que plantean los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, recae en la facultad que le otorga al juzgador para intervenir en la formulación de corrección de las conclusiones acusatorias, de tal manera que lo involucra para que asuma facultades que son propias del Ministerio Público. 86. Aspecto que evidentemente trastoca la división de funciones competenciales de los órganos del Estado, pertenecientes al poder ejecutivo y judicial, en quienes recaen las facultades diferenciadas de persecución del delito y ejercicio de la acción penal –Ministerio Público–, que es plenamente diferenciado de la relativa a la administración de justicia –autoridad judicial–. 87. Los efectos facultativos que las normas procesales analizadas confieren a la autoridad judicial, que son propios del órgano ministerial, son los siguientes: 62 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. Autorizan al órgano judicial, encargado de la instrucción del proceso penal, a realizar una revisión oficiosa de las conclusiones acusatorias formuladas por el Ministerio Público, aún sin necesidad de realizarse la audiencia de vista, para que verifique si fue correcta su elaboración. Las hipótesis que podrían actualizarse: a) que no se concretice la pretensión punitiva b) omisión de comprender algún delito por el que se haya instruido el proceso penal; c) que haya contradicción con las constancias procesales; d) que no se observe lo ordenado en el artículo 258 del propio ordenamiento. Supuestos que, sin lugar a dudas, generan que el juzgador esté en posibilidad de realizar una revisión de comprobación, a priori, respecto de la pretensión punitiva del ilícito por el que no formuló acusación el Ministerio Público y verificar la congruencia de la acusación con las constancias que integran la causa penal. Al actualizarse cualquiera de los supuestos anteriores, la posibilidad de que el juzgador interfiera en el proceso, con acciones que son propias de la autoridad ministerial, se materializa porque las normas procesales tildadas de inconstitucionales lo facultan para iniciar el procedimiento de enmienda de la acusación. Para ello, luego de detectar la actualización de alguna de las hipótesis previamente identificadas, enviará las conclusiones con las constancias procesales, al Procurador General de Justicia del Estado o al Subprocurador que corresponda y señalará cuál es la irregularidad. La revisión que hace el juzgador de la acusación, indudablemente implica un análisis de verificación correctiva que 63 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. permitirá subsanar las deficiencias de la acusación ministerial, en un esquema coadyuvado que indudablemente resultará en beneficio de su perfeccionamiento. 88. La observación así realizada permite al Procurador o Subprocurador, que determine lo procedente e informe su decisión a la autoridad judicial. Método de corrección que otorga al juzgador la oportunidad de solicitar el perfeccionamiento de la acusación. 89. Sin duda, esta situación representa que el juzgador ejerza acciones de supervisión y autorización para instar el perfeccionamiento de la acusación ministerial. Actuación que es contraria al postulado de división de funciones competenciales contenido en la Constitución Federal, caracterizado por la tutela de división de facultades de los órganos estatales de persecución y ejercicio de la acción penal propias del Ministerio Público, frente a las correspondientes al ámbito de administración de justicia que competen a la autoridad judicial; además, se opone a los principios de igualdad de partes en el proceso, que incide en el ejercicio de los derechos en plena equidad de los involucrados, y de juzgamiento por autoridad judicial imparcial y objetiva. 90. Lo anterior no significa que el juzgador deba colocarse como simple espectador y sujetar sus determinaciones al estricto acatamiento de las peticiones de las partes, en estricta interpretación de la forma en que lo realizan, sin tener oportunidad de solicitar aclaraciones; éstas podrán realizarse, si el pedimento no proporciona claridad, en la audiencia de vista, con presencia 64 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. de la contraparte, quien tendrá oportunidad de ejercer el derecho de defensa respectivo. 91. La limitación que genera la declaratoria de inconstitucionalidad de los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, que implica la proscripción del método de enmienda de la acusación, por declaratoria de irregularidad de las conclusiones del Ministerio Público, a favor de la quejosa; es acorde a la división de funciones competenciales que respaldan la tutela del principio de imparcialidad judicial, exigible por el artículo 21 de la Constitución Federal y rompe la dependencia que tiene el órgano de acusación con el juzgador, respecto a la verificación y corrección de la acusación. Y, en contrasentido, es un incentivo para el órgano ministerial a fin de modificar los medios internos de control institucional respecto a la formulación y corrección de la acusación, acorde a las constancias de autos, y generar mayor atención profesional de las acusaciones que se pretenden sostener. 92. En las relatadas condiciones, ante la inconstitucionalidad de los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, en la materia de la revisión, procede revocar la sentencia recurrida y conceder el amparo solicitado respecto de los referidos preceptos legales. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recurrida. 65 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a **********, en contra de los artículos 259 y 260 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de México, publicado en la Gaceta del Gobierno de dicho Estado, el veinte de marzo de dos mil, en términos del último considerando de esta ejecutoria. Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos a su lugar de origen y, en su oportunidad archívese el toca como asunto concluido. Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortíz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (Ponente) y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo. Firman el Ministro Presidente de la Primera Sala y la Ministra Ponente, con el Secretario de Acuerdos quien autoriza y da fe. PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA MINISTRO JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO 66 AMPARO EN REVISIÓN 636/2012. PONENTE MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES. En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos. 67