V CONGRESO INTERDISCIPLINARIO VIRTUAL LATINOAMERICANO DE COMPETITIVIDAD DE EMPRESAS Y DESTINOS TURÍSTICOS “Posicionamiento y competitividad a partir de factores de éxito empresariales y sociales” Documento de Base Nº 2: Factores sociales que afectan la competitividad de destinos y empresas turísticas Autor: Lic. Agueda Fernández / Lic. Mariano Calgaro INTRODUCCIÓN Medir la competitividad implica "determinar los componentes o factores que la generan y definir el grado o impacto de los mismos. Cualquiera que sean los índices de competitividad adoptados, se refiere en todo caso al posicionamiento y desempeño en el mercado, bien sea de las firmas, de los productos o de los sectores. La selección de indicadores depende del ángulo del problema alrededor del cual se quiera enfatizar"1. Los factores sociales, es decir aquellas variables que afectan a los seres humanos en su conjunto, sea en el lugar y en el espacio en el que se encuentren, hoy día son determinantes de la competitividad de empresas y destinos turísticos. No hay una conciencia colectiva sobre los factores sociales que afectan la competitividad de destinos y empresas turísticas y podemos decir también que hay un rechazo consciente o inconsciente del prestador de servicios al análisis del tema. Los componentes sociales son muchos, pero en esta oportunidad queremos hacer hincapié en tres de ellos: la inclusión social, los derechos humanos y la seguridad. Analicemos un poco estos tres factores. 1 Bejarano, J. (1995). Elementos para un enfoque de la competitividad en el sector agropecuario. Colección de documentos IICA, Serie competitividad. Santa Fe de Bogotá, Colombia. Cuaderno Técnico Nº 3. 72 p LA INCLUSIÓN SOCIAL La inclusión como un indicador de competitividad asume la defensa de una sociedad para todos (Mank, 2000), razón por la que debería ser asumida por toda la ciudadanía, incluso las empresas. Este planteo se sustenta en la premisa que la comunidad toda debe satisfacer las necesidades de todos independientemente de sus particularidades y condiciones. La inclusión como principio de actuación nace en el ámbito educativo, en la actualidad se aplica a otros ámbitos y a la comunidad en general. Este mismo autor afirma que "la inclusión es un proceso en tres niveles: el primero es la presencia, lo que significa, estar en la sociedad. El segundo nivel, es la participación, para ello deben darse las condiciones necesarias para que la persona pueda realmente participar. El tercero es el desarrollo de potencialidades, donde se deben identificar y superar las barreras que impiden el desarrollo personal"2. Considerando la inclusión social como un sistema de indicadores en el marco de la actividad turística, se identificaron cinco indicadores de inclusión social: accesibilidad al medio físico, accesibilidad en la comunicación e información, accesibilidad en los medios de transporte, el buen trato y calidad de atención, información y prevención en viajes y turismo. La plena inclusión supone: "una dinámica social que implica cambios en el entorno y en los participantes y las interacciones entre todas las personas, deben estar basadas en un verdadero interés del uno por el otro, con objetivos comunes y en términos de igualdad y sentido de pertenencia, relaciones duraderas, oportunidades de compromiso social, y en un clima de comunicación sin juicios ni prejuicios. Cada persona es valorada de acuerdo a sus capacidades y decisiones adoptadas3". Apuntando a un determinado segmento de mercado como son las personas con capacidades restringidas, seleccionamos el conjunto de personas con discapacidad y decimos que diversos informes arrojan que "más de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento. En los próximos años, la discapacidad será un motivo de preocupación mayor, pues su prevalencia está aumentando4". 2 Mank, D. (2000). “Inclusión, cambio organizacional, planificación centrada en la persona y apoyos naturales”, en Integra vol.3, nº 8, mayo, 1-4. 3 Compton, D. (2003). La Disyuntiva de la inclusión: crear una inclusión plena con ayuda de actividades recreativas y de estructuras sociales ostensibles para personas con discapacidad, Boletín ADOZ. Revista de Estudios de Ocio, nº 26, 9-20. 4 Organización Mundial de la Salud –OMS- y Banco Mundial, (2011), “Informe mundial sobre la discapacidad”, Ediciones de la OMS, Suiza. La inclusión es el principio rector que pauta “las acciones encaminadas a que todas las personas formen parte real de la sociedad de la que son miembros, destaca especialmente la idea de la responsabilidad que tiene el entorno de generar acciones y prácticas que fomenten la plena aceptación y participación de los colectivos distintos en el mundo que les rodea5". Este principio está ligado a dos procesos, uno de ellos es la participación, y el otro es la equiparación de oportunidades. Participar es estar presente. La participación activa es tomar parte, ser organizador/gestor, implicándose a diferentes niveles en una propuesta determinada, y la participación pasiva es actuar como espectador/receptor, en una propuesta de otros. La Equiparación de Oportunidades (ONU, 1993) significa el proceso mediante el cual el sistema general de la sociedad -tal como medio físico y cultural, la vivienda y el transporte, los servicios sociales y sanitarios, las oportunidades de educación y trabajo, la vida cultural y social, incluidas las instalaciones deportivas y de recreo- se hace accesible para todos. Asumir este principio implica diferentes niveles de actuación (Gorbeña y otros., 2002) con objeto de alcanzar el máximo grado de inclusión en el ámbito del ocio. Establecer niveles de inclusión, física, comunicativa y social es una manera de operativizar y poder definir la totalidad de los elementos que dotan de contenido a la plena inclusión desde una visión global que pretende responder a todas las necesidades dándoles la misma importancia y desde las mismas estructuras. Se trata, por tanto, de asegurar que los equipamientos, infraestructuras, servicios y programas de ocio permiten, a toda persona, acceder, comunicarse y participar plenamente de todas las oportunidades de disfrute existentes. A continuación, se describen los contenidos de cada uno de los niveles de inclusión establecidos. a) La inclusión física viene definida por los elementos facilitadores de las infraestructuras y equipamientos de ocio que permiten a toda persona acceder, entrar o salir y utilizar los espacios. b) La inclusión comunicativa define las condiciones facilitadoras tanto en aspectos cualitativos y cuantitativos de la información (folletos, videos y web) como en la señalización (paneles, directorios, señalización general de equipamiento). c) La inclusión social define elementos de gestión que facilitan la plena participación y las relaciones interpersonales entre todos los participantes. Este nivel incluye el fomento de actitudes sociales positivas; el desarrollo de 5 Gorbeña, S. (1999). Prácticas de ocio de las personas con discapacidad. En M. Cuenca (Coord.). Ocio y equiparación de oportunidades, Actas de las III Jornadas de la Cátedra de Ocio y Minusvalías (pp. 23-33), Documentos de Estudios de Ocio, 6, Bilbao: Universidad de Deusto. una programación incluyente que responda a las necesidades de todos los usuarios; el establecimiento de una política de publicidad y marketing que incluya la diversidad como valor; la cualificación y formación de los profesionales que atienden los servicios y programas; y el análisis de los programas ofertados en general y aquellos desarrollados de forma específica para colectivos concretos. Según Gobeña asumir este principio implica diferentes niveles de actuación con objeto de alcanzar el máximo grado de inclusión en el ámbito del turismo. Establecer niveles de inclusión, física, comunicativa y social es una manera de poder definir la totalidad de los elementos que dotan de contenido a la plena inclusión desde una visión global que pretende responder a todas las necesidades, dándoles la misma importancia y desde las mismas estructuras. Se trata de asegurar que los equipamientos, infraestructuras, servicios y programas de ocio y turismo permitan, a toda persona, acceder, comunicarse y participar plenamente de todas las oportunidades de disfrute existentes. La puesta en marcha de la inclusión plantea entonces el reconocimiento de que todas las personas tienen derecho a participar desde la base de igualdad y respeto a la diversidad. El ámbito del ocio y turismo debe proporcionar diversidad de situaciones para que los distintos participantes puedan intervenir plenamente. La sociedad inclusiva debería caracterizarse porque respeta, conoce y asume la diferencia, promueve la igualdad de derechos, permite la plena participación en la vida comunitaria, evita situaciones discriminatorias y define nuevas fórmulas de participación desde la óptica de una sociedad para todos. LOS DERECHOS HUMANOS Desde diversas disciplinas se afirma que nos dirigimos hacia una civilización del ocio donde la correcta utilización del tiempo libre del hombre adquiere una importancia fundamental para su desarrollo psíquico y social. Este proceso se inicia en el año 1948 cuando fue proclamada por la Asamblea de las Naciones Unidas la Declaración de los Derechos del Hombre que dispone que en su Artículo 24 que “...Toda persona tiene derecho al descanso y al ocio, especialmente a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones pagas...”.este derecho internacional fue evolucionando y en la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo se adoptó, en su 13ª reunión celebrada en Santiago de Chile en 1999, el Código Ético Mundial para el Turismo, reconociéndose en él la importante dimensión y el papel del turismo como un instrumento positivo para aliviar la pobreza y mejorar la calidad de vida de todas las personas; su potencial para contribuir al desarrollo económico y social, especialmente en los países en vías de desarrollo y su papel de fuerza vital para la promoción del entendimiento, la paz y la prosperidad a nivel internacional. El Código considera diversos ámbitos de aplicación, entre ellos la protección al consumidor, la responsabilidad corporativa, la protección de la infancia y de los grupos de población más vulnerables, la sostenibilidad cultural y medioambiental, el diálogo entre culturas, así como su visión del turismo como potenciador del desarrollo y de los derechos humanos fundamentales. En el marco del XX Congreso Interamericano de Ministros y Altas Autoridades de Turismo realizado en la ciudad de Quito, en 2012, se ha establecido como un eje de trabajo el Turismo como Impulsor de los Derechos Humanos y la Inclusión Social. Se considera que través de la actividad turística se puede contribuir para que los segmentos de la sociedad más vulnerables, excluidos y discriminados accedan a una vida digna y para que sus derechos sean respetados. Además, el turismo permite crear un entorno propicio para generar una plena inclusión social y un verdadero ejercicio de los derechos humanos. Considerando los Derechos Humanos como un sistema de indicadores en el marco de la actividad turística, se identificaron siete indicadores de Derechos Humanos en viajes y turismo: Trata de Personas, Explotación Sexual de niños, niñas y adolescentes en viajes y turismo, turismo sexual, Trabajo y servicios forzados, Esclavitud, Servidumbre y Explotación de la mendicidad ajena. Las mujeres, los jóvenes y los niños son las principales víctimas de este sistema perverso, en donde la trata, la explotación sexual y el trabajo forzado son las modalidades más visibles. Ello no puede ser ignorado por los actores en la industria turística y por la sociedad en general que tiene que proteger sus derechos. El Código Ético Mundial para el Turismo manifiesta que “la explotación de seres humanos, en cualquiera de sus formas, especialmente la sexual, y en particular cuando afecta a los niños, vulnera los objetivos fundamentales del turismo y constituye una negación de su esencia”. La Declaración de San Salvador para un Desarrollo Turístico Sostenible reconoce “que el turismo debe promoverse con responsabilidad ética y social, tomando en cuenta las medidas necesarias para prevenir, combatir y erradicar la trata de personas en todas sus modalidades, especialmente la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes”. La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas establece que “Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles. Los derechos humanos universales están a menudo contemplados en la ley y garantizados por ella, a través de los tratados, el derecho internacional consuetudinario, los principios generales y otras fuentes del derecho internacional. El derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tienen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos”. LA SEGURIDAD TURÍSTICA El siglo XXI se inicia en el sector de turismo, con un primer gran conflicto global de seguridad mundial en el año 2001, el atentado terrorista del 11 de septiembre; posteriormente se presento el alza de los precios internacionales del petróleo y desde mediados del año 2008 se produce un proceso continuo de crisis que involucra entre otros los siguientes temas: - La crisis económica, inmobiliaria y financiera de los Estados Unidos junto a la de los mercados de valores que se globaliza inmediatamente - El constante cambio climático y sus acciones destructivas - Pandemias como la Gripe A - El terrorismo permanente - La actual crisis económica europea. Que se suma a hechos de carácter local o regional como el Dengue, los desastres naturales como los huracanes y otros. La crisis a su vez en esta década y media, se diferencia de otras por la extrema velocidad con que se precipitan los acontecimientos y la amplitud del espacio geográfico de distribución. Prácticamente ningún mercado queda afuera de la crisis. Así el sector turístico se encuentra con una situación de "incertidumbre permanente" observándose desde el sector de la demanda una progresiva y constante retracción del consumo, un deterioro de las expectativas y por ende una reducción del gasto, lo que implica para el sector de los prestadores de servicios una disminución en la rentabilidad de los negocios y por ende, entre otras cosas el desempleo. La seguridad es una de las pautas principales de valoración del hombre en la elección de un destino durante el tiempo libre destinado al turismo y la recreación y debe ser interpretada como un estado objetivo y subjetivo que nos permite percibir que nos desplazamos en un espacio exento de riesgos reales o potenciales. La Organización Mundial del Turismo ha definido la seguridad turística como la protección de la vida, de la salud, de la integridad física, psicológica y económica de los visitantes, prestadores de servicios y miembros de las comunidades receptoras. La Declaración sobre Seguridad en las Américas de la Organización de los Estados Americanos -OEA- establece que la concepción de seguridad es de alcance multidimensional e incluye amenazas de diversa índole, y que la misma contribuye a la consolidación de la paz, al desarrollo integral y a la justicia social. Asimismo establece que las condiciones de seguridad humana mejoran mediante la promoción del desarrollo económico y social, la inclusión social, la educación y la lucha contra la pobreza, las enfermedades y el hambre. Considerando la seguridad turística como un sistema de indicadores en el marco de la actividad turística, se identificaron diez indicadores de seguridad turística: Seguridad pública, Seguridad social, Seguridad y salud, Seguridad informativa y de facilitación turística, Seguridad económica, Seguridad en la recreación y en eventos, Seguridad vial y del transporte, Seguridad ambiental y ante desastres naturales, Seguridad de los servicios turísticos, Derechos humanos e inclusión social. La seguridad debe ser interpretada como un estado subjetivo que nos permite percibir que nos desplazamos en un espacio exento de riesgos reales o potenciales. La falta de seguridad genera un conflicto, un choque o lucha de valores y derechos. La seguridad es un bien intangible que sólo se materializa en toda su dimensión cuando falla. Al fallar se orientan las miradas hacia las normas existentes o ausentes en vez de definir estrategias de prevención. En el transcurso normal de la actividad turística, la prevención se convierte en una práctica tediosa, con costos fijos altos y acciones rutinarias que se pierden con el paso del tiempo. Así la percepción de la inversión en prevención de la seguridad es entendida como un costo y no como una inversión, por lo que las empresas tienden a evitar la misma. Pero podemos afirmar que los ahorros iniciales se transforman en perdidas extraordinarios y en costos muy altos por la improvisación de salir del problema al no prevenir adecuadamente el servicio. El objetivo de la seguridad es actuar anticipadamente para evitar que algo ocurra de manera diferente a lo que deseamos. Si interpretamos que la seguridad es el conjunto de acciones destinadas a la reducción de la probabilidad de un acontecimiento posible no deseado, es importante como principio fundamental comprender que no se puede proteger todas las personas y bienes, en cualquier momento y contra cualquier circunstancia que se presente. Es importante entender que adoptar toda protección concebible contra toda amenaza posible nos llevaría a una empresa operativa y económicamente inviable. La seguridad turística debe ser analizada desde dos dimensiones: - Una dimensión objetiva, basada en parámetros cuantitativos representada por la presencia de delitos, los denominados no delitos como los decesos naturales, turista extraviado o extravío de pertenencias entre otros y los accidentes. - Una dimensión subjetiva, basada en parámetros cualitativos y determinada por la sensación de incertidumbre y de riesgo potencial que tiene el ciudadano. El objetivo de la seguridad es actuar anticipadamente para evitar que algo ocurra de manera diferente a lo que deseamos y la demanda de seguridad ha dado lugar a dos tipos de respuestas por parte de las instituciones, una es la política reactiva por ejemplo el modelo “tolerancia cero”. Son medidas aplicadas a espacios geográficos en riesgo que impactan comunicacionalmente y benefician de inmediato a los grupos sociales y áreas de los destinos con mayor visibilidad de la inseguridad y la segunda es la política preventiva, término que significa ver venir, a su vez significa prever - esto es ver anticipadamente las cosas-, pero también significa predecir, o sea imaginar lo que puede ocurrir, basado en nuestros conocimientos y experiencias. CONCLUSIÓN Latinoamérica carece de un diagnóstico global sobre las necesidades y motivaciones de las personas cuando hacen turismo y recreación en las temáticas de la seguridad, inclusión social y derechos humanos. Salvo algunos datos cualitativos y estadísticos primarios que describen aspectos parciales de algún segmento de la demanda, no existe a nivel de los organismos públicos, organismos no gubernamentales ni en las instituciones privadas relacionadas con el sector turístico y recreativo un análisis o diagnóstico en cuanto a las necesidades, hábitos y costumbres al viajar, incidencia de la seguridad, prevención en salud, accesibilidad y protección de adultos, niños, niñas y adolescentes en los viajes y turismo ni como impactan sobre la imagen del destino y la calidad de vida de los visitantes y residentes de las poblaciones receptoras. También es importante resaltar específicamente que la actividad turística en relación a las temáticas de seguridad, inclusión social y derechos humanos se viene desarrollando en forma espontánea y los prestadores de servicios desconocen las variables conceptuales y operativas de las temáticas en estudio. Existe una falta de capacidad técnica en general para afrontar el tema del desarrollo de las tres temáticas con estándares de calidad adecuados. No hay en cantidad suficiente recursos humanos calificados para desarrollar la accesibilidad en la actividad turística. Los destinos no cuentan con planes de desarrollo de las temáticas en estudio orientados a la gestión competitiva y sustentable de la actividad turística. Se ha establecido que el Turismo actúa como una actividad impulsora de los Derechos Humanos y la Inclusión Social. Se considera que a través de la actividad turística se puede contribuir a que los segmentos de la sociedad más vulnerables, excluidos y discriminados accedan a una vida digna y a que sus derechos sean respetados. En este sentido, se deben desarrollar acciones continuas de información, prevención, concientización y formación a fin de gestionar una mejora continua de la seguridad, los derechos humanos y la inclusión social en empresas y destinos turísticos a fin de mejorar la calidad de vida del visitante y del residente en situación de vulnerabilidad individual y social durante el tiempo libre. Tenemos un componente común en el marco de estos factores sociales que afectan la competitividad de destinos y empresas turísticas que es la falta de solidaridad. Podemos afirmar que la inclusión social, los derechos humanos y la seguridad son principalmente un problema de solidaridad, que simplemente es solo pensar en el otro y la solidaridad es el único camino para resolver los problemas de un futuro cada vez más complejo. Dice la Organización de las Naciones Unidas que “la palabra "solidaridad" viene del latín "solidus" (sólido), aunque no fue utilizada con el significado actual hasta finales del siglo XVII en Francia. Durante el siglo XVII comienza a emplearse como sustituto del término cristiano caridad. En los siglos XIX y XX se extiende su uso y su significado evoluciona hasta el actual, que enfatiza el valor ético. La solidaridad es uno de los valores fundamentales y universales en que deberían basarse las relaciones entre los pueblos en el siglo XXI. Según destacan las Naciones Unidas “la solidaridad es un pilar central de la cooperación internacional. La globalización y la creciente interdependencia suponen un cambio en nuestra forma de cooperar. En un mundo globalizado se pueden presentar oportunidades para lograr un desarrollo económico y social más amplio y más rápido, pero es necesario que los beneficios de la globalización sean equitativos y estén guiados por el principio de solidaridad”. Tenemos un problema importante que es que la solidaridad no es justamente una variable que se destaque en los prestadores de servicios en la actividad turística. La inclusión y los derechos humanos junto a la seguridad como indicadores de esta competitividad asumen la defensa de una sociedad para todos, razón por la que debería ser asumida por toda la ciudadanía, incluso las empresas. Este planteo se sustenta en la premisa que la comunidad toda debe satisfacer las necesidades de todos independientemente de sus particularidades y condiciones. Se requiere una conciencia colectiva en la comprensión de estas temáticas que permita transitar sin barreras por la vida a todos aquellos que intervienen en la actividad turística –visitantes y residentes- a fin de mejorar la calidad de vida de todos, donde la educación tiene un importante papel a desarrollar en la difusión de la existencia de las barreras sociales. Creemos que la erradicación de las barreras sólo se logrará con la participación de todas las disciplinas, ya que sería infructuoso un análisis del tema que solo describiera soluciones técnicas, pues el verdadero problema -la falta de solidaridad y concientización de la sociedad- seguirá enmascarado. Hasta aquí hemos tratado de ayudar a comprender el marco teórico de los factores sociales que afectan la competitividad de las empresas y destinos turísticos. A continuación esperamos contar con su participación aportando sus opiniones y recomendaciones: PREGUNTAS DISPARADORAS A partir de los conceptos expuestos, nos interesan sus opiniones a fin de elaborar las conclusiones del Congreso por lo cual le pedimos que nos den sus opiniones a las siguientes preguntas: Opiniones ¿Cuáles son los problemas y beneficios que observa en la gestión de los factores sociales planteados para la competitividad de las empresas y destinos turísticos? Recomendaciones ¿Qué recomendación realizaría para potencializar la gestión de los factores sociales a fin de lograr una mejora la competitividad de las empresas y destinos turísticos? IMPORTANTE USTED PUEDE INCLUIR SU APORTE INGRESANDO EN EL FORO Y ESCRIBIENDO SUS OPINIONES Y RECOMENDACIONES O ENVIÁNDOSELOS A LA COORDINADORA Maria Dennehy AL CORREO ELECTRÓNICO congresos@turismoparatodos.org.ar