Sobre el contrato indefinido de emprendedores y extensión a los trabajadores a tiempo parcial: Más inestabilidad en el empleo Hilda Irene Arbonés Lapena. Abogada CC.OO. Doctorando en Derecho del trabajo y de la seguridad social. La pasada semana, con motivo de su visita al Foro de Emprendedores y Autónomos, organizado por la Federación de Autónomos ATA, el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy anunció que próximamente abriría la posibilidad a que el contrato para emprendedores se pudiera celebrar también en el caso de trabajadores a tiempo parcial. No especificó el ínclito Señor Presidente si la posibilidad se extendía sólo a los autónomos o a todas las PYMES por debajo de 50 trabajadores, pero dados los antecedentes nos tememos lo peor. Este peculiar contrato indefinido de apoyo a emprendedores, surgido con la Reforma Laboral de 2012, a partir del Real Decreto Ley 3/2012, de 10 de Febrero, tiene como principales peculiaridades, que sólo puede suscribirse con PYMES de menos de 50 trabajadores, y que el periodo de prueba será, en todo caso, de un año, independientemente del contenido de la prestación y de los límites recogidos en Convenio Colectivo aplicable. Se altera, pues, el contenido histórico y clásico del artículo 14 del Estatuto de los Trabajadores, que regula la institución del periodo de prueba, remitiendo su duración a los convenios colectivos y en su defecto a seis meses para técnicos titulados, dos meses para el resto de trabajadores, con el límite de tres meses para las empresas de menos de 25 trabajadores. Hay, pues, una correlación legal entre el tipo de trabajo y la cualificación del trabajador por una parte y la duración máxima del periodo de prueba, que el Tribunal Supremo ha mantenido incluso declarando “contra legem” clausulas convención ales en las que se preveían periodos de prueba superiores a seis meses “ad exemplum” Sentencias del Tribunal Supremo de 12 de Noviembre de 2007 Rcud. 4341/2006 o 20 de Julio de 2011 Rcud. 5607/2006. Y los vientos de la Reforma Laboral de 2012, se llevaron, entre otras cosas, esta correlación entre contenido de la prestación y duración del periodo de prueba, en éste contrato a jornada completa, creando en la práctica un “despido libre y gratuito” durante el primer año para las PYMES y Autónomos con menos de 50 trabajadores. La idea de extender legalmente el periodo de prueba no es nueva, ya la legislación francesa lo hizo hace unos años con un determinado contrato, y la tibia reacción de la Organización Internacional del Trabajo que vino a admitir la posibilidad de que los periodos de prueba superiores a seis meses no contravinieran el Convenio 158 de la OIT, ha animado a los Gobiernos que, como el español, creen que el desmantelamiento de derechos laborales es fuente de creación de empleo. No han faltado las voces críticas contra este aspecto, ni tampoco su denuncia de atentar contra el derecho a la igualdad recogido en el art. 14 de la Constitución Española en el recurso de inconstitucionalidad que algunos grupos políticos han interpuesto contra la Reforma. Tampoco puede decirse que, a la luz de los datos publicados, el contrato para emprendedores haya tenido un resultado espectacular, pues según Las estadísticas del propio Ministerio, hasta el 30 de septiembre de 2013, se habían suscrito aproximadamente 143.000. contratos de esta modalidad. No se han hecho publico, al menos hasta donde he sido capaz de buscar, el numero de despidos, perdón, no superación de periodos de prueba de estos contratos, y desde mi experiencia en consultas y estrados, lo cierto es que contra lo que hubiera podido pensarse, no ha sido una cuestión problemática... quizá porque salvo en los supuestos de nulidad, la exigua indemnización por despido improcedente y la inexistencia de salarios de tramitación, no anima al trabajador a tratar de defender sus derechos. Además, la mayoría de las decisiones judiciales, y como la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de 6 de Junio de 2013, Rec. 4031/2013, ratificando la de instancia, desestimó el recurso del trabajador (un fregaplatos) negando que en el periodo de prueba de un año existiera un abuso de derecho. En fin, si el Tribunal Constitucional no lo remedia, parece que la correlación entre prestación laboral y periodo de prueba está herida de muerte, y una hipotética ampliación de este contrato al trabajo a tiempo parcial (donde el género femenino es mayoritario), que es un mal menor para la mayoría de trabajadores, solo puede conducir a una mayor inestabilidad en el empleo de los colectivos más desfavorecidos. Si ahora existe un incentivo (esto es el despido libre y gratuito durante un año), para que, el empresario opte por ofrecer un contrato a jornada completa, una reforma en el sentido anunciado será un acicate para todo lo contrario. Ya sé que es ponerse antes la venda que haya herida, pero desde mi experiencia no me cabe duda de que si ve la luz, y más si se extiende a todo tipo de empresarios y no solo a los autónomos, el contrato de emprendedores tendrá mucho más éxito… a cambio de una precarización mayor si cabe de los que ya están precarizados. Me viene a la memoria aquellas palabras de Marco Tulio Cicerón en el Senado de Roma que decían algo así como “¿Hasta cuando vas a estar abusando de nuestra paciencia”? que, en nuestro caso, no van referidas a Catilina sino a la Mariano Rajoy.