I _ . ..., h ___) La United Fruit Conipanf y la Atlantic INFüRMACION HISTORICA BOGorA Impranta de Carteles, carrera 7,' , númaros 1109 Y1100 a lICllX l1 r 1\ ¡ I l ' Lo United Fruit Compony y la Atlantic IN 1~Ü R lVI ACIüN HISTüRICA BOGOrÁ Imprenta de Cartllas, carrera 7,", númsros Il C ~ Xll ~09 y ~Og a LA UNITED FRUIT COMPANY y LA ATLANTIC INFORM ACIO N HISTOR ICA Muy poco conocida es la labor civilizadora y progresista em prendida por la United Fruit Cornpany en esta comarca; labor llevada a cabo con la tenaz insistencia inglesa, peculiar de sus Directores y Gerentes, hasta culminar en la flo reciente prosperidad comercial que hoy reina en toda la extensión desde esta ciu dad y San ] uan del Córdoba hasta Fundación. Y se comprenderá cómo, a causa de esa ignorancia, de una parte, y por la ausencia de anuncios y referencias encomi ásticas, que es el rec urso más eficaz que emplean las empresas nu evas para atraerse simpatías y llamar la atenci ón del público, se comprenderá, decimos, cómo y por qu é han venido tomando au ge las calum nias que desde aquí hasta Bogotá se hacen circular con tra esa Compañía. Deber de justicia y de patriotismo es, por tanto, hacer un recuento de la actuación de esa Compañía desde que se estableci6 en esta ciudad ; y a ese objeto va encaminado el presente escrito. 4 I La United Fruit Cornpany es una anti gua y respetable Sociedad Comercial radicada en Bastan y dedicada, como su nombre lo indica, al negocio de frutas. Tiene sucursales en varios países, especialmente en las Repúblicas americanas del Centro y en Colombia, Jamaica y Cuba. Goza de gran crédito mundial por la honorabilidad de sus Directores, por su cuantioso capital saneado de que hace parte una considerable flota de buques de vapor, en la cual transporta con regulariddd los propios fru tos por ella cosechados o comprados, y al pro pio tiem po los que se le confían a flete por otras empresas, con el aditamento del servicio de pasajeros establecido con todas las ca modidades modernas. Y en cuanto a los cheques o giros , siempre a la vista, que ella expi de, gozan en todas las plazas comerciales de crédito indiscutible, y son estimados como oro en paño hasta en el extremo Oriente y Palestina. Aquí en Santamarta estableci6 esta Compañía, hace 12 años, una Sucursal o Divisi6n que contribuyó gradualmente a darle valor a la tierra, enantes erial, propendiendo al cultivo del banano, para lo cual facilit6 a varios agricultores sumas considerables de dinero a m6dicos intereses (6 por 100 anual " y sin extorsiones usurarias l1amadas en comercio Des cuento inicial ; fomentando de este modo, el progreso en toda h regi6n hoy cultivada y contribuyendo así , poderosamente, al gran valor adquirido por estas tierras y demás bienes raíces que antaño casi nada valían. ..3.. En el transcurso del último lustro fue en aumento ese progreso, fo mentado sie mpre IJar cuantiosas sumas de dinero faci litadas por esta Compañía a los du eños de tierras incultas para que las cultivaran de bananos, bajo la única natural con dición de venderle a ella la fruta pro· ducida, a los precios racionales que entonces se fijaron de mutuo acuerdo. Y en tal virtud se celebraron contratos escriturados de compra- venta, el último de los cuales fue reformado en definitiva aumentando los precios de la fr uta fijados anteriormente; todo esto de acuerdo con los agricultores o sus representantes en general y después de bien meditada por ellos esa reforma, que aceptaron, no por fuerza sin o porque les satisfizo lo acordado. Dedicados, como se ve, todos los agri. cultores de esta región al cultivo del banano, por lo fácil de em prenderlo y por la brevedad con que se obtiene su fru to, era para ellos de vital importancia tener la seguridad de vender ese fruto en toda época y en toda la cantidad qu e cada cual produjera; y dedicada por su parte la United Frui t Company a ese negocio de compras, el acuerdo entre los unos y la otra era consiguiente, y de ahí el que se establecieran , tanto el mencionado contrato primitivo de compra-venta, como los que sucesivamente lo han modificado despu és, siempre en favor de los agricul tores en cuan to a mejora de precios, hasta llegar al que está vigente hoy, el cual fue aceptado y reafirmado por escritura pública. Las condiciones que se establecieron respecto de clasificación de lafruta , forma y modo de manejarla hasta ser entregada en las respectivas estaciones, era indispensable estable' 6 cerlas, porque a nadie se le ocurrirá pretender que el comprador de un artículo (y menos de bananos), debiera obligarse a recibir el de ma 'a calidad o maltratado. y en cuanto a la condición de venderle a la United Fruit Corn pany el producto de todas las fincas contrata las e.i un lapso de tiempo determinado, era también indispensable establecerla. desde luego que así obtenían los agrio cultores la deseada seguridad de vender sus productos en toda época y en toda la cantidad que produjeran; y la Compañía. al contraer la obligación de comprar. debía saber a qué atenerse, tanto para calcular la cantidad de fondos que necesitaba man tener disponible para esas compras, cuanto para pro porcionar los vehículos de transporte necesarios semanalmente para conducir la fruta al puerto de embarque y a los puertos de su expendio. No obstante, aun cuando la Compañía, según contrato. no estaba obligarla a recibir racimos de guineo de tercera clase, nunca (en beneficio de los agricultores) los rechazó, como tampoco rechazó la fruta qne en ocasiones coro taran en demasía de la que se les pidiera para cada embarque, prefiriendo la Compañía perder ella esa fruta , abonando siempre su valor a los que incurrían en tales excesos. Y más aún: al embarcar los cargamentos aquí, resulta considerable cantidad de fruta de mala calidad e inexportable, la cual también se le paga a los agricultores perdiendo la Compañía su valor. Contraída por la United Fruit Company la obligación de comprar la fruta que produjeran las fincas de los agricultores en toda época durante el término de vigencia del contrato, natural era que ellos se obligaran a su vez a 1- venderla exclusivamente a ella dentro del mismo término, pues habría sido supremamente injusto que la Compañía contrajera aquella obligación, quedando los agricultores en libertad de vender a quien mejor les pareciera. En ocasiones, y por circunstancias especiales, la United Fruit Company se ha visto obligada a comprar fincas bananeras de particulares, compras celebradas a satis/acción de éstos por el buen precio que obtenían; y por esas circunstancias la Compañía es dueña hoy de una quinta parte de las hectáreas ubicadas en toda la región. No ha sido, pues, aC:lpara · dora de terrenos ni propiamente fundadora de fincas, sino que, como queda dicho, seha visto forzada a comprar algunas de las existentes, pagándolas al contado. Resulta de todo lo dicho, que un 80 por 100 de esa región pertenece a particulares; y que la Compañía ha sido amparadora de tos que por cualquier causa vendieron sus fincas, derivando buena uti lidad de esas ventas, Hasta aquí la actuación verídica de la United Fruit Company respecto del asunto bananos; y como se verá por lo expuesto, ella ha procedido siempre correctamente y con franqueza, resaltando en esa actuación el mé rito indiscutible de haber sido ella la que vino a darle impulso a esa industria, propendiendo al cultivo de tierras sin valor apreciable. cotizadas hoya precios que le han creado a sus dueños inesperadas fortunas, y ayudando a grandes y pequeños poseedores de esas tierra.s v demás bienes raíces, ya directamente con dio nero efectivo para su cultivo, ora C00 t)(~ randa, por la ¿i í1~ ¡llica del negocio mismo, a la valorización ventajosa de sus propiedades en ge o neral. Aparte de todo eso, la Compañía fertiliza mensualmente esta región con el contingente de más de 300.000 dólares, porsolo el' pago de la fruta que recibe, su flete férreo, muellaje, peonaje, etc. etc., en lo cual participa también el Tesoro Nacional, por derechos dé toneladas y de faros que no alumbran. II Contra esa actuación de la United Fruit Company, principió a desarrollarse de algún tiempo a esta parte la inquina y maledicencia de individuos que han sido, unos, y continúan siendo otros, de los favorecidos por ella en distintas formas. Y no parecerá raro que esto sucediera, porque existen no pocos caracteres aviesos y por ende desleales e ingratos, dispuertos siempre a morder la mano generosa que les prodiga favores. Como causales para esa inquina y maledicencia, se aducen por sus autores, las siguientes razones: r ," Que por falta de competencia en las compras del guineo. los agricu ltores se han visto obligados a firmar contratos de perpetua servidumbre, según los cuales debían entregar sus fru tos a precios ruinosos. Esto sin tener en cuenta que el contrato vigente tiene un término fijado prudencialmente para que los agrio cultores y la Compañía cumplieran sus respec. tivos com promisos y no quedaran en descubierto respecto de las mutuas obligaciones de vender los unos y comprar la otra todo el gui neo prod ucido durante ese término, cumplido el cual qu edan ambas partes en li bertad; 2 a Oue las condiciones de selección de la fruta, constituye una imposición d-presi va y perj ud icia l para el agricultor. Esto, sin tener en cuenta que sin esa condición vendría a ser la Compañía la perjudicada si se pretendiera qu e ella debía recib ir fr uta fuera de sazón o madura y maltratada; 3.a Que la Com pañía se negaba a comprar fincas en producción, prefirie ndo dedicarse al acaparamiento de terrenos para fundar las que pusee. Lo cual es completam entefals o, puesto que, como ya se ha dicho, esas fincas las ha comprado la Compañía a particulares, COI1 muy buen pro vecho para éstos; 4.a Que la Compañía es dueña en gran parte del Ferrocarril de Santa.narra. por cuyo medio, aunado al de su acción absorbente so bre la fru ta q1Ie se prod uce en la región bananera, impide la competencia y está preparando el terreno para que el yanqui ponga planta firme en el país. Esto, haciéndose maliciosamen te olvidadizos de que el Ferrocarril de Santamarta es una Empresa netamente inglesa radicada en Londres, y que la misma United Fruit Company, aun cuando radicada en Boston, está constituída por socios y directores, muchos de los cuales no son norteamericanos, sino ingleses de otras nacionalidades, y por la misma naturaleza de su constitución y direc.. lo ción, no tiene ni puede tener nexos con el lla mado yanquismo, porq le su actuación, netamente comercial, resultaría perjudicada con semejante postulación yanquisista, III Todas esas maledicencias propaladas entre los agricultores en són de patriotismo, han ido desarrollando odiosidad de ellos contra la United Fruit Company, y a esa propaganda vino a coaligarse la que emprendió una Misión que con el nombre de Atlantic Fruit & S. S. Company, se presentó hace tres meses en Ciénaga y esta ciudad, con el propósito de campeiir con la United Fruit Company, y desde sus primeras gestiones se ofreció como reden, tora y propulsora del estancado progreso de la región bananera. Como base de esa redención se anunció que la Atlantic establecería, cercano a Ciénaga. un costosísimo muelle, a objeto de eludir así el transporte a Santamarta de los carga· mentos de guineo. Se ofreció también pagar el guineo a mayor precio del que paga la Uni. 1I ted Fruit Corn pany, elimi nando las con diciones de selección y clasificación de racimos. Y final mente. que compraría fincas en producción y terrenos culti vables a mu y buenos precios, todo ello al contado sonante; operaci ones que se ve rificarían en la ofi cina central que se establecería en Ciénaga. Desde luego se com prenderá, dado el trabajo de zapa qu e se había anticipado para extraviar la opinión entre los agricu ltores, y la inconscienci a del púb lico en general inR uído por esas maqu inaciones, cuál sería el entusiasmo que ellas produjeron , Il eg:lndo a trascender hasta las autoridades subalternas y supe riores. y sembradas ta es simientes en tan feraz terreno. ellas germinaron y crecieron, a modo de esas plantas enfe rmas que flo recen fuera dé la estación que la Naturaleza les tiene señalada, y cuya inusitada florescencia vie ne a ser signo seguro de inm ediata decaden cia y próxima muerte. Eu efecto: esa Misión competidora que ofreció al principio 45 centavos por racimo de guinto sin fijar clasificación, en defi nitiva abrió compras a cuarenta centavos por racimo computado de I. " . para obten er los cuales contrató en Barranquilla por 20,000 dólares un afamado jurisconsul to que vino a encargarse de inducir a los agricultorEs contratados con la United Fruit Company, a violar su contrato, substrayendo sus frutos para venderlos a la Atlantic por el incentivo de 5 centavos más en precio, y bajo la seguridad de que dicho abogado anularía aquel contrato. Del propio mod o, al tropezar con la difi · cultad de que los dueñ os de fi ncas, al venderlas, estaban obligados a insertar en las respec- I~ tivas escrituras la cláusula de que el compra· dar debía vender sus frutos a la United Fruit Cornpany, el afamado jurisconsulto, de acuerdo con la Misión competidora, idearon que se verificarian las ventas con la cláusula citada . a testaferros u hombres de paja, para que estos a su vez hicieran sus ventas a dicha Misión, excluyendo de las escrituras la consabida cláusula; con lo cual los primitivos dueños quedarían libres de responsabilidad, viniendo ésta a recaer sobre los testaferros. de quienes no sería posible obtener ninguna reparación pecu· nisria aun cuando asumiendo sí la tacha de en, tes inmorales. Así se verifi có todo por medio de esos procedimientos clandestinos y subrepticios, sin que para ello se emplearan disimulos de ningún género, sino que antes bien se hizo alarde de ellos anunciándolos casi públicamente días an tes. Y como ropaje atrayente que pudiera no encubrir, sino cohonestar tales procederes, a bombo y clarín se hacían circular pomposas re· ferencias acerca de la poderosa constitución de esa Compañía, cuyo capital disponible era considerado veinte veces más fuerte que el de la Uni led Fruit Company, al parque aquella contaba con el apoyo que decididamante le prestaba la respetable Compañía de Navegaci6n Hamburg Amerika Linie, Sinembargo, no todos veían esas cosas al través de prismas tan facinadores, pues algu nos conceptuaban que una Compañía tan po derosa como se anunciaba por la referida Misión, habría de estar dirigida por personas honorables respetuosas de su posición, y que no era posible, si ello fuera así, que aceptaran sin repugnancia los medios desdorosos empleados .!! aquí por sus agentes para obtener tan viciosos resultados en relación con el gran capital y la respetabilidad que se le atribuían . y por otro lado no era creíble que la Hamburg Amerika Linie, dejara envolver su bien sentada heno rable reputación en esos manejos, que carecían de todo en todo de correcta limpieza. IV Como algunos lo presumían, no han transcurrido tres meses completos para que haya principiado a descorrerse el velo que cubría toda esa trama. En efecto, resulta hoy que las fincas vendidas, no lo fueron por dinero contante y so' nante, silla por giros a treinta días, los cuales han sido PROTESTADOS TODOS POR FALTA DEFuN" DOS; y es de presumir que igual suerte correrán todos los demás giros y cheques del mismo ongen. y corno complemento, resulta también que en defecto de esos pagos. se le propone a los dueños de las fincas vendidas ,pagarles aho ra un 30 por 100 Yel resto a tres años de pla- 14 . zo: propuesta que no ha sido aceptada, y en definiti va, la flam an te y poderosa Atlantic ha tenido que devolve rles esas finca s a sus dueños, pero entre tan to sus ;lgentes aquí pretendían resistir la entrega, y cont inúan explotando las fincas no pagadas, sin pagar tampoco la fruta que de ellas extraen. Por cualquier faz qu e se contem ple esa actuación de la Atlantic, de cada una de ellas se desprende la evidencia de que tales manejos son el planteamiento de un audaz timo organizado en New York por unos señores Di Giorgio, Pringle, Gidion & C.", y llevado a cabo aquí con la eficaz colaboración del famoso abo gado. director efic iente de toda la trama ejecutada contra los mismos a quienes indujo a pasar por encima de los solemnes compromisos que tenían contraídos con la Un ited Fruit Cornpany. v La United Fruit Campan)', como era na. tural, solicitó de las autoridades ci viles y judiciales el am paro a que cree ten er derecho para que se le reintegrara la fruta contratada que clandestinamente o por compra viciada se ha substraído y continúa substrayéndose y embar- cándose por cuenta de la At1antic. Mas, como era de suponer, atend ida la ceguedad en que todos estaban, tal solicitud fue negada, fu ndándose en leyes interpretables e interpretadas por autoridades y jueces, con eladitamento de citas de especialistas en asuntos forenses . Es de suponer que la United Fruit Company no dejar á ahí las cosas; y que, entre tan to. proseguirá su acción en el amplio campo estrictamente comercial en el que usar á los medios lícitos que acostumbra en todos sus actos. Por lo demás, es soberana estulticia tratar de cobijarla con el odio que se profesa en el país contra el yanquismo, por causas que a ella le son totalmente extrañas y que por ningún lado se rozan con la United Fruit Cornpany; armas que se esgrimen locamente en són de patriotismo, sin parar mientes en que esta Com pañía durante 12 años ha realizado en Colombia la prosperidad positiva de esta región, sin ningún apoyo oficial directo ni indirecto; lo cual, traducido en buen romance, significa que ella ha ejecutado una obra patriótica en favor de este país, cosa que no alcanzará ninguna otra que hoy se presente con elcarácter de redentora, y mu cho me nos cuando tal redención se plantea ejecutando procederes inmorales y corruptores, que son, por el contrario, elementos de perversión interna, más temible que el yanquismo. Nadie será osado a discu tir la con veniencia de destruír por medio de una bien organizada y decente competencia el exclusivismo comercial que redunda en perju icio de la ge· neralidad. Pero cuando esa competencia se establece a costa de la moral profundamen te herida por corruptores procederes, ella deja de ser beneficiosa para quedar convertida en un tejido tenebroso de hechos punibles, cuyos efectos deletéreos trascienden de los individuos a los Gobiernos y de éstos a la sociedad, porque temprano o tarde sobrevienen las funestas consecuencias que traen consigo las transgre· siones de las inmutables leyes que rigen los sanos principios sobre que reposa el orden social bien entendido y mejor practicado. Justiniano Santamarta, julio 19 de 1912.