La Subordinación y la Dependencia como centro de Imputación del Derecho del Trabajo. Dr. Roberto José Domínguez I. Introducción: El instituto de la subordinac ión o la dependenc ia laboral c omo elemento esenc ial de las relac iones laborales, en los últ imos años ha sido t rat ado por est udiosos laboralist as y mat eria de disc usión y análisis en dist int os ev ent os ac adémic os nac ionales e int ernac ionales 1, pués ha susc it ado debat e en el mundo del derec ho del t rabajo la c ont enc ión de nuev as c ondic iones de prest ac ión de t rabajo dent ro de su c onc ept ualizac ión c lásic a, generando c ontroversias no solo en los sec tores de la produc c ión y el trabajo, c omo sujetos del c ontrato de trabajo, sino también en el ámbito judic ial que tiene en reiteradas oportunidades que dec idir sobre su existenc ia o ausenc ia para c alific ar el trabajo subordinado o autónomo dada la multiplic idad de situac iones que plantea la realidad laboral y por lo tanto su inc lusión o exc lusión de la protec c ión por parte del ordenamiento laboral. 2 Esta situac ión ha tenido mayor relevanc ia a la luz de los c ambios o transformac iones ec onómic as, tec nológic as y produc tivas que plantean nuevas modalidades de vinc ulac iones en la relac ión de empleo que dific ulta su enc uadre dentro del c onc epto tradic ional de dependenc ia y por lo tanto, obliga - tal vez - a reflexionar sobre éste instituto a los fines de analizar si es nec esario proyec tar o elaborar instrumentos para abarc ar esas transformac iones y de alguna manera evitar la desprotec c ión legal. Al dec ir de la OIT , posibilitar nuevos standards regulatorios tendientes al amparo de situac iones difíc ilmente c arac terizables dentro de la c onc epc ión c lásic a de la dependenc ia 3. Realizaremos a través de este trabajo una breve reseña de la temátic a en nuestro país, y para ello, seguiremos div ersos est udios realizados por prest igiosos juslaboralist as para luego t rat ar de sint et izar algunas ref lexiones finales. II. La Dependencia laboral en nuestro Derecho Positivo: El ordenamiento laboral argentino no define la dependenc ia laboral, no obstante, ya c on anterioridad a la ley de c ontrato de trabajo (L.20.774) ésta era c onsiderada en doc trina y jurisprudenc ia c omo la nota distintiva fundamental para tipific ar una relac ión de trabajo subordinada 4. De est a manera se daba una respuest a a la nec esidad históric a de protec c ión del derec ho del trabajo Este instituto de la dependenc ia o subordinac ión es ilustrado por Adrian O. Goldín c omo "la llave maestra" que habilita la aplic ac ión efec tiva de las normas del derec ho del trabajo a las relac iones c onc retas que lo c ontienen 5. En general, la doc trina latinoameric ana ac epta la subordinac ión c omo un elemento fundamental para la existenc ia del c ontrato de trabajo y, c onsec uentemente, para la determinac ión del ámbito de aplic ac ión del Derec ho Laboral. T ambién, buena parte de ella, aún reafirmando el c arác ter esenc ial de la subordinac ión, c onsidera que ésta no es un fac tor exc lusivo para tal determinac ión, sino que debe estar ac ompañada de otros, tales c omo el c arác ter personalísimo, la voluntariedad, la ajenidad y la onerosidad del trabajo 6. Así, la ley de c ontrato de trabajo definió el c ontrato de trabajo (arts. 21 L.C.T .) c omo "un ac uerdo de voluntades mediante el c ual una persona físic a (trabajador) se obliga a prestar servic ios a favor y bajo la dependenc ia de otra (empleador), a c ambio del c obro de una remunerac ión", y luego c onc eptualizó a la relac ión de trabajo (art. 22 L.C.T .) c omo "la efec tiva prestac ión de servic ios por parte del trabajador de manera dependiente, voluntaria y a c ambio del pago de una remunerac ión"7. En c onc ordanc ia, entre otros, c on los artíc ulos n° 4 (c onc epto de trabajo), n° 5 (c onc epto de la empresa- empresario), n° 25 (c onc epto del trabajador), n° 26 (c onc epto de empleador), n° 27 (la figura del soc io- empleado), nuestra legislac ión laboral mantiene la "subordinac ión o dependenc ia" c omo c entro del c ontrato de trabajo y la relac ión de trabajo (bien por tiempo indeterminado o determinado). Ahora bien, esta "dependenc ia o subordinac ión" c omo nota determinante de la existenc ia del c ontrato de trabajo, se 8 (direc c ión y c ontrol del trabajo), 9 presenta a través de una distinc ión tripartita: subordinac ión jurídic a téc nic a (fac ultad de organizac ión de la empresa, explotac ión o establec imiento, que está a c argo del empleador) y ec onómic a 10 (c ontraprestac ión remunerativa), aunque esta triología en algunas situac iones se c omplic a y la dist inc ión se diluy e, sea porque se at enúan las not as t ípic as de la subordinac ión, sea porque una t iene pref erenc ia sobre las ot ras que c asi desaparec en, o bien porque pert enec en en est ado de hibernac ión. 11 En definitiva, nuestro ordenamiento laboral, no se aparta del c onc epto tradic ional de subordinac ión entendido éste c omo la obligac ión del trabajador de sujetarse al poder direc tivo del empleador, quién, en ejerc ic io de su fac ultad de organizar y dirigir la empresa, puede dar órdenes al trabajador, fisc alizar su c umplimiento y tomar medidas disc iplinarias por inc umplimiento 12. Roberto Garc ía Martinez 13 sostiene que el c onc epto c lásic o de la subordinac ión, c arac terizado por las notas de dependenc ia jurídic a, téc nic a y ec onómic a, ha sido superado por el Derec ho del T rabajo, prevalec iendo un c onc epto objetivo, fundado en las notas de partic ipac ión empresaria ajena y la falta de disponibilidad del produc to o del servic io efec tuado por el trabajador. Los autores Rodriguez Manc ini y Beatriz Fontana 14 nos dic en que la ley de c ontrato de trabajo argentina para c onc eptualizar la subordinac ión o dependenc ia toma c omo modelo el basado en la existenc ia de la empresa de gran tamaño c on un proc eso produc tivo fordista. En ese marc o la instituc ión básic a del ordenamiento era la estabilidad en el empleo no sólo c omo téc nic a de protec c ión en el nivel individual sino también c omo polític a laboral de objetivo de pleno empleo. T odo ello, en un esquema ec onómic o representado por un merc ado c errado y protec c ionista. Lo ejemplific an c omo: el empleo estable, dentro de un c ontrato de trabajo por tiempo indeterminado, c on prestac iones c ontinuas y jornadas c ompletas, c umplidas dentro de un establec imiento. Esta c onc epc ión, si se quiere denominarla "tradic ional o c lásic a", en nuestro país, quedó de alguna manera c uestionada por la ley nac ional de empleo 15 que permitió c ierto margen de "flexibilizac ión" en c uanto a la "determinac ión c ontrac tual" por modalidades c ontrac tuales promovidas (arts. 43 a 46 de la ley 24.013 y 3 de la ley 24.465, hoy derogados por el art. 21 de la ley 25.013), pero c on la nota de la "subordinac ión o dependenc ia"c omo c entro del c ontrato de trabajo (y sus modalidades). Ac tualmente, el ordenamiento laboral vigente, nos presenta un c ontrato de trabajo preferentemente por tiempo indeterminado (art. 90 L.C.T .), c on un periódo de prueba los primeros tres meses (art. 2 Ley 25.877), c on modalidades c ontrac tuales laborales de plazo fijo, temporada y eventual, a tiempo parc ial y de aprendizaje 16, dist int os est at ut os espec iales 17 (normas espec iales que regulan algunas relac iones jurídic as de ac uerdo c on las modalidades propias de c iertas ac tividades), modalidades c ontrac tuales no laborales c omo los regímenes de pasant ías y bec as 18, fleteros 19, produc t ores asesores de seguros 20, c orredores 21, soc ios de c ooperat iv as de t rabajo 22, etc ) y los llamados "c asos dudosos o zonas grises" en c uanto a la dific ultad de la determinac ión de la tipific ac ión c ontrac tual (profesiones liberales, remiseros, c hangarines, vendedores ambulantes,etc ) 23 que la jurisprudenc ia resuelve de ac uerdo a los elementos fác tic os dentro de la "disc rec ionalidad judic ial". III. Diferentes posiciones sobre el tem a: Dec íamos que si bien es de antiguo el debate ac erc a del ámbito de aplic ac ión subjetivo del derec ho del trabajo, los distintos c ambios - ec onómic os, tec nológic os, modos de produc c ión, etc .- hac en que tenga c ierta prioridad su tratamiento al menos en el nivel ac adémic o en la nec esidad de disc utir el marc o de tutela de los trabajadores que por su f orma de t rabajo han quedado marginados o desprot egidos del c onc ept o t radic ional de la subordinac ión o dependenc ia. A sí, dist inguidos juslaboralist as han dado algunas paut as t endient es a av anzar sobre la t emát ic a, pero no t raduc idas en c onc lusiones definitivas que ponga fin al debate. Para A nt onio V azquez V ialard 24, se establec ió un solo tipo c ontrac tual aplic able aún a relac iones c on modalidades distintas, siendo la subordinac ión jurídic a lo esenc ial de la relac ión de trabajo ( la puesta de trabajo a disposic ión de otro c on presc indenc ia de la naturaleza de la tarea desarrollada: trabajo dirigido). Estima, que en razón de un adec uada prec isión del c onc ept o ( t rabajo dependient e) , ese t ipo de relac ión c ont rac t ual que t iene una espec ific idad propia, traza un ámbito de demarc ac ión que no es nec esario modific ar, al c ontrario, es de gran utilidad. Ante las nuevas c irc unstanc ias c ontrac tuales c onsidera c onveniente que el derec ho del trabajo adopte otras téc nic as a fin de brindar protec c ión al "trabajo dirigido", admitiendo la variedad de tipos c ontrac tuales adec uados a las c arac terístic as que presenta la realidad ac tual c on distintos niveles de protec c ión, y de ser posible por medio de la disc usión c olec tiva. Cita c omo ejemplo; nuevas modalidades c ontrac tuales para la generac ión de empleo. T ambién, c onsidera que debe admitirse la existenc ia de nuevas formas c ontrac tuales c uyo objeto ac umula una prestac ión laboral y otra pedagógic a (pasantías, residenc ias médic as, aprendizaje, prác tic a laboral, etc .), y t ener present e las nuev as modalidades operat iv as del merc ado empresario de c ooperac ión y c olaborac ión para los c asos de subc ont rat ac ión ( responsabilidad del empleador) . A modo de aproximac ión sobre el tema, Jorge Rodriguez Manc ini y Fontana Beatriz 25, aportan c omo c onc lusiones, las siguientes: 1.- que deben detec tarse aquellas relac iones de servic ios, que por la legislac ión o la jurisprudenc ia, aparec en en el t erreno de los aut ónomos aún c uando soc iológic a y ec onómic ament e es pat ent e su sit uac ión de dependenc ia ( soc ios de c ooperat iv as de t rabajo, promot ores libres, produc t ores de seguros, repart idores c on vehíc ulo propio, c orredores, etc .); 2.- prec isarse legalmente una menor intensidad protec toria (sin perjuic io de que resulte de la negoc iac ión c olec tiva) para aquellas relac iones laborales que han sido inc luidas en el c ampo del derec ho del trabajo por la jurisprudenc ia expansiva (relac iones de transportes c omo remiseros y taxis a porc entaje, los médic os que prest an serv ic ios en c ent ros de salud y los que at inden en sus propios c onsult orios deriv ados por aquellos c entros o por obras soc iales, el trabajo artístic o, etc .); y 3.- revisarse la legislac ión estatutaria (aún vía negoc iac ión c olec tiva) para ubic ar c orrec tamente las relac iones que aparec en reguladas c omo subordinadas, c uando en realidad de ac uerdo a las c arac t eríst ic as de la ac t iv idad se asemeja a las f iguras de la "parasubordinadas o de asalariados asimilados". En uno de sus medulosos estudios, Adrian O.Goldin 26 se expresa sobre la nec esidad de un c uidadoso seguimient o del instituto de la dependenc ia o subordinac ión laboral. Dic e que habrá que ver qué c orrespondenc ia guarda c on los modos dominantes en los que hoy y en los inmediatos tiempos por venir se c ontrata y se despliega el trabajo humano, si todos ellos tiene c abida en aquel molde tradic ional y, en c onsec uenc ia, si enc uentran respuesta a sus espec ífic as nec esidades de regulac ión y amparo; si, en todo c aso, la c ategorizac ión universalizadora del c onc epto tradic ional de la dependenc ia, deja espac io sufic iente para la diversific ac ión regulatoria que demanda la c rec iente heterogeneidad produc tiva. Desc ribe distintas situac iones de hec ho o fác tic as sobre el tema y c onc luye de manera preliminar c on algunas hipótesis : 1.- si la idea de dependenc ia es una "matriz" de referenc ia de la figura del trabajador subordinado típic o, la generalizac ión de otros modos de prestac ión de trabajo "deslegitima" al c onc epto que se c onstruyera "a su imagen y semejanza". Deja éste de inc luir c on c omodidad a la mayoría de los vínc ulos, y la c ontingente nec esidad de "estirar" el c onc epto para involuc rar situac iones asimilables (parámetros de aproximac ión). Esto produc e deformidades en el c onc epto, privándole de rigor y utilidad. En esta hipótesis, podría pensarse que la c risis o insufic ienc ia del tradic ional c onc epto de dependenc ia laboral, podría derivar en un ordenamiento de regulac ión del t rabajo de base más anc ha ( abarc at iv a de dist int as prest ac iones de t rabajo) aunque de c ont enido nomativa tutelar o protec torio menos intenso y diversific ado según las variantes c ontrac tuales; 2.- En sentido c ontrario, podría postularse un c onc epto de subordinac ión esenc ialmente flexible y adaptable a las prestac iones de trabajo atípic as, y en este c aso, no sería nec esario sustituir el c onc epto de dependenc ia sino c ontinuar administrando la aptitud que han demostrado la jurisprudenc ia y legislac ión para sostener ese proc eso de adec uc ión permanent e. Otros autores, c omo Ermida Uriarte y Hernández Alvarez 27 dic en que la sustituc ión total o parc ial de la subordinac ión jurídic a puede c onduc ir a un redimensionamiento del Derec ho del T rabajo que puede darse en muy diversas direc c iones, tales c omo: la extensión simple del derec ho laboral; su extensión modulada, frac c ionada o diferenc iada; y la reduc c ión o extinc ión del mismo. En el primer supuesto, se trata de extender el ámbito de aplic ac ión del derec ho laboral traspasando el límite burlado de la subordinac ión jurídic a. Así, a través de los c riterios de la subordinac ión ec onómic a o soc ial, de la parasubordinac ión, de la protec c ión de todo trabajo o de toda ac tividad, se produc iría una extensión monolític a, en bloque, del Derec ho del T rabajo, c onviertiéndose éste c omo el ordenamiento jurídic o regulardor de todo trabajo humano (subordinado y autónomo). El segundo supuesto, trata de extender el derec ho del t rabajo a las sit uac iones "esc apadas" y aún ot ras que nunc a est uv ieron dent ro de su ámbit o de aplic ac ión (trabajo independiente, informal, etc .) establec iendo diversas c ategorías c on distintos niveles o umbrales de prot ec c ión respec t o al t rabajo subordinado c lásic o. S e t rat a se "nuev as" c at egorías que el derec ho del t rabajo abarc aría pero no resultaría aplic able in totum sino alguno de sus institutos. El terc er supuesto, la reduc c ión o aún la extinc ión del derec ho del trabajo, alternativa esgrimida por alguna esc uela neoliberal no puesta en prác tic a, ya que aún las reformas más radic almente neoliberales mantuvieron la legislac ión laboral c on normas de orden públic o. Luego, Ermida Uriarte y Hernández Alvarez, c onc luyen c on las reflexiones siguientes: c onsideran que la subordinac ión y la ajenidad son dos de las c arac terístic as más esenc iales del tipo de trabajo regulado por el derec ho laboral, pero que es nec esario señalar que el c onc epto de subordinac ión requiere ser examinado a la luz del marc o que plantean las nuevas realidades laborales, revisándose los c riterios que la doc trina y la jurisprudenc ia han venido empleando tradic ionalmente para determinar los supuestos de hec ho que la c onfiguran. Como primera c onc lusión resaltan la validez de la subordinac ión c omo uno de los c riterios determinantes de la aplic ac ión de la tutela laboral c lásic a, a c ondic ión de que aquella sea interpretada c on amplitud, agresividad y c reatividad, de modo de alc anzar las hipótesis de simulac ión, irrealidad y fuga (interpretada c on la amplitud dimanante del princ ipio protec torio y primac ía de la realidad) ; y c omo segunda c onc lusión, c onstataría el interés de las propuestas de extensión de la t ut ela laboral a los t rabajadores aut ént ic ament e aut ónomos o independient es pero nec esit ados de c iert as garant ías. Esta extensión, no podría c onsistir en el trasplante mec ánic o y masivo de los institutos de derec ho individual del trabajo, sino en su rec onstruc c ión o adaptac ión, la que debería apoyarse en el derec ho c olec tivo de trabajo y en la seguridad soc ial. A sus vez, Osc ar J. Birgin y Lelio A. Freidenberg 28, c ritic an la posibilidad de la existenc ia de figuras laborales c on una menor protec c ión, pués estiman que más allá de la dific ultad que representa su delimitac ión, tiende a c rear una t erc era c at egoría de t rabajadores c uy o únic o objet o es el de deslaborizar las relac iones t ípic ament e subordinadas, c onfundiendo los límites entre trabajo autónomo y en relac ión de dependenc ia. Est a posic ión J uan Rasso Delgue 29 la ejemplific a c on la "teoría de c írc ulos" sobre la base de c írc ulos c onc éntric os de mayor a menor protec c ión donde el núc leo c entral c orrespondería a la protec c ión integral y rec onoc ida en las ac t uales normas del derec ho del t rabajo t radic ional para los t rabajadores subordinados y en las suc esiv as áreas ( o c írc ulos) se proyec tarían las distintas c ategorías de personas que si bien c umplen c on las c arac teríastic as básic as, no ac túan en una relac ión subordinada plena y que por lo tanto c onservan su c arác ter de autónomo, c on una protec c ión legal restringuida, de alguna manera, similar a los "parasubordinados" en el derec ho italiano, y "c uasiasalariados" en el derec ho alemán 30. En nuestro ordenamiento laboral, a modo de ejemplo; podemos c itar, el régimen de aprendizaje 31 que est ablec e una relac ión dependiente c on c arac terístic as propias (c ontrato por esc rito, tiempo determinado, c on jornada laboral espec ífic a, sin indemnizac ión por antigüedad, etc .), y algunos de los estatutos espec iales c omo el que regula el trabajo del c ontratista de viñas y frutales 32. IV. Nuestra Reflexión: En princ ipio, debo manifestar, que el trabajo en sus diversas formas goza de la protec c ión de las leyes (art. 14 bis C.N.), y en el supuesto del trabajo dependiente le c orresponde su "protec c ión" al Derec ho del T rabajo. El trabajo no dependient e o aut ónomo debe ser prot egido por ot ras normat iv as legales ( o laborales apropiadas o adapt adas, c omo por ejemplo, de la seguridad soc ial). S ignif ic a ent onc es, a nuest ro ent ender, que debemos t ener present e las not as c arac t eríst ic as de la dependenc ia laboral para tipific ar una prestac ión de trabajo c omo subordinada y amparada por el derec ho del trabajo; y las nuevas realidades o formas laborales (que no negamos ni desc onoc emos) debemos interpretarlas - a los fines de dec idir su tutela laboral - c on un c riterio amplio dentro de los princ ipios protec torio y primac ía de la realidad. 33 Y c omo bien lo señala Roberto Garc ía Martinez, 34 debemos ac eptar una c onc epc ión objetiva de la relac ión de dependenc ia, que va más allá de las c arac terístic as de subordinac ión jurídic a, téc nic a y ec onómic a, en el c ual prevalec en las notas de partic ipac ión empresaria ajena y la falta de disponibilidad del produc to o del servic io efec tuado por el trabajador. Lo que interesa, es la existenc ia de una relac ión entre un empresario y un trabajador 35. Así, debemos estudiar si existe una organizac ión empresaria, es dec ir, si existe una organizac ión instrumental de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados bajo una direc c ión para el logro de fines ec onómic os y benéf ic os. Demost rada la exist enc ia de esa organizac ión, c ualquiera sea sus t amaño ( grandes, pequeñas o c hic as) y probado que se han prestado servic ios para ella en forma personal, relac ionados c on los fines mediatos o inmediatos que persigue la empresa, nos enc ontraremos c on un trabajador en relac ión de dependenc ia, c ualquiera sea el grado de part ic ipac ión que t enga en esos f ines, y c ualquiera sea la denominac ión que se le asigne a esa gest ión. La realidad soc iolaboral, nos muestra, en nuestro país, desde muc hos años, un agobiante desempleo ( promedio 16%, período 1995/2003); una tradic ional c onduc ta de evac ión laboral ( 40% de trabajo no registrado); una mora c ontributiva importante a la seguridad soc ial ( 20 %); un altísimo grado de fraude laboral ( entre otros ejemplos: intermediac ión de mano de obra por c ooperativas de trabajo, extensión horaria de los c ontratos a tiempo parc ial, registro de media jornada c uando se trabaja jornada c ompleta, uso inc orrec to de las modalidades de aprendizaje, pasantías y bec as, etc .); una insufic ienc ia - en algunos c asos ausenc ia- de c ontrol fisc alizador del c umplimiento de la legislac ión laboral por parte de las autoridades del trabajo; una imposibilidad de c ontar c on modalidades flexibles de trabajo por su aplic ac ión fraudulenta (la ley 25.013 derogó las modalidades promovidas y de fomento de empleo de las leyes 24.013 y 24.465); debilitadas organizac iones sindic ales; una pobreza c erc ana a 16 millones de personas (33 millones de habitantes) 36. Evidentemente, ante las ac tuales c irc unstanc ias, nos parec e que adoptar c ualquier postura "revisionista" ( de menor o may or int ensidad) del c onc ept o de subordinac ión o dependenc ia o de est at ut os espec iales ( en est e c aso al margen de la negoc iac ión c olec tiva) se c orre el riesgo c ierto de c aer en la "deslaborizac ión"de las relac iones laborales. Es por ello, que estimamos, que toda posibilidad de c ambio en materia laboral debe realizarse previo a un amplio debate y c on la partic ipac ión de los sec tores involuc rados. 1 RODRIGUEZ MANCINI Jorge y FONT ANA Beatriz. Sobre el objeto del derec ho del trabajo. Se detalla en la nota n° 1 en forma amplia autores, jornadas y c ongresos sobre el tema. D.T .2001- B- 1061. T ambién en el trabajo de URIART E Osc ar Ermida y HERNANDEZ ALVAREZ Osc ar. Crític a de la subordinac ión. D.T . 2003- B- 1168. MONT OY A MELGAR Alfredo. Sobre el trabajo dependiente c omo c ategoría delimitadora del derec ho del trabajo. T ySS- 1999- 581. 2 ALIMENT I Jorgelina Fulvia. Perfiles y perspec tivas de la dependenc ia laboral. Relac iones Laborales y Seguridad Soc ial, año I, n° 12, pag.1353. 3 La OIT ha generado en los últimos años numerosos estudios sobre el tema. Uno de ellos, el informe preparado para la Unión Europea c oordinado por el profesor Alain Supiot, algunas c onc lusiones podemos sintetizarlas en las siguientes: 1.- Hay distintas transformc iones en el modo de produc ir en las empresas que superan al modelo fordista; 2.- El nuevo modelo de produc c ión no supone la desaparic ión de los esquemas anteriores sino que tiende a c arac terizarse por una pluralidad de mundos de produc c ión; 3.- Se destac a la importanc ia y la extensión de los f enómenos de la subc ont rat ac ión o ext ernalizac ión de las f unc iones ejec ut ables, siendo el ret o de los iuslaboralist as en diferenc iar los supuestos de simulac ión y fraude a la ley de aquellos c asos de proc esos produc tivos nec esarios de éstas modalidades; 4.- En síntesis, el informe sugiere la c onvenienc ia de ampliar el c ampo del derec ho del t rabajo, v olc ando su t ut ela, c on las adapt ac iones nec esarias, hac ia nuev as modalidades de prest ac ión de serv ic ios que no enc ajen el c onc epto del trabajo subordinado típic o; 5.- Finalmente, ante la desc omposic ión del modelo fordista de estatuto profesional, el informe propone redefinirlo de forma que garantic e a partir de un c onc epto amplio del derec ho del trabajo abarc ar los derec hos de los trabajadores (inc luyendo los derec hos de los t rabajadores asalariados, los derec hos c omunes de la ac t iv idad prof esional y los derec hos basados en el t rabajo no profesional). 4 PERUGINI Eduardo E. Algunas c onsiderac iones sobre la dependenc ia laboral. D.T . 1974, pag.225. 5 El c onc epto de dependenc ia laboral y las transformac iones produc tivas. Relac iones Laborales, año II, N°14, pags. 131. T ambién en "Las fronteras de la dependenc ia". D.T . 2001- B- 2039. 6 URIART E Ermida Osc ar y HERNANDEZ ALVAREZ Osc ar. Crític a de la subordinac ión. D.T . 2003- B- 1170. Se c ita entre otras las legislac iones de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Ric a, Chile, Guatemala, Ec uador, Méxic o, Uruguay, Paraguay, Perú, Venezuela. Bolivia se aparta de la tendenc ia general y al definir los c onc eptos de empleado y obrero dic e que es tal "quién traba por c uenta ajena" sin hac er referenc ia a la subordinac ión. 7 El art. 21 de la LCT dispone textualmente: " Habrá c ontrato de trabajo, c ualquiera sea su forma o denominac ión, siempre que una persona físic a se obligue a realizar ac tos, ejec utar obras o prestar servic ios a favor de la otra y bajo la dependenc ia de ést a, durant e un periódo det rminado o indet erminado de t iempo, mediant e el pago de una remunerac ión...". El art. 22 de la LCT expresa: "Habrá relac ión de trabajo c uando una persona realic e ac tos, ejec ute obras o preste servic ios a favor d otra, bajo la dependenc ia de ésta en forma voluntaria y mediante el pago de una remunerac ión, c ualquiera sea el ac to que le dé origen". 8 La dependenc ia jurídic a se manifiesta a través de la fac ultad del empleador de ordenar y de adec uar las prestac iones c onc retas del trabajador a los fines de la empresa y por la obligac ión de éste de ac eptar el ejerc ic io de dic ha fac ultad. Es el ejerc ic io del poder de direc c ión de organizar el trabajo y de dar ordenes a sus trabajadores (art. 65 L.C.T .). 9 La dependenc ia téc nic a implic a la fac ultad del empresario de organizar en c onc reto las prestac iones c omprometidas por el trabajador, dando indic ac iones y órdenes ac erc a de la forma de realizar la tarea (art. 64 L.C.T .). Esta fac ultad en los c asos que se requiere un servic io c on una formac ión espec ial (alto grado de profesionalismo) en parte se limita o se exc luye. 10 La dependenc ia ec onómic a c onsiste en que el trabajo se realiza por c uenta y a riesgo de otro por una retribuc ión (arts. 21 y 103 L.C.T .) 11 GARCIA MART INEZ Roberto. La relac ión de dependenc ia en la ley de c ontrato de trabajo. L.T .XXV- 687. 12 URIART E Ermida Osc ar nos c omenta que los distintos autores ensayan definic iones diferentes de subordinac ión, pero que en su esenc ia no se apartan del modelo original de la definic ión de Ludovic o Barassi que definió la subordinac ión c omo la sujec ión plena y exc lusiva del trabajador al poder direc tivo y de c ontrol del empleador. Ob. Cit ada not a n° 6. 13 Ob. c itada nota n°11. T ambién en c omentario a un fallo "La relac ión de dependenc ia". DT 1996- B- 2368. 14 Sobre el objeto del derec ho del trabajo. D.T . 2001- B- 1061. 15 La L.E. nº 24.013 c reó las modalidades promovidas de c ontratac ión laboral por tiempo determinado c on la finalidad de alentar el empleo y dando respuesta a la c orriente de flexibilizac ión laboral de la époc a (1990). Así, c reó c uatro figuras c ontrac tuales (arts. 43/57 L.E.): .- 1 c ontrato de trabajo de tiempo determinado c omo medida de fomento del empleo; 2.- c ontrato de trabajo de tiempo determinado por lanzamiento de una nueva ac tividad; .- 3 c ontrato de prác tic a laboral para jóvenes; y.-4c ontrato de trabajo- formac ión. Luego la ley 24.465 inc orpora una modalidad laboral c ont rac t ual espec ial de f oment o del empleo para t rabajadores may ores de 40 años, de personas c on disc apac idad, de mujeres y de exc ombatientes de Malvinas (art. 3). T ambién la ley para la pequeña y mediana empresas (art. 89 de la ley pymes nº 24.467) inc orporó las modalidades de la L.E. para las pequeñas empresas, c on algunas modific ac iones respec to del régimen general. T odas éstas modalidades de promoc ión o generac ión de empleo tendían a reduc ir el llamado c osto laboral c on deduc c iones de c ontribuc iones a la seguridad soc ial y la reduc c ión o eliminac ión de rubros indemnizatorios al c ese del c ontrato de trabajo. Fue amplio el debate sobre si las modalidades flexibles laborales c umplieron c on el objetivo propuesto (reduc ir el desempleo), más allá de su utilizac ión fraudulenta en muc hos c asos, merec iendo una profunda c rític a del sec tor trabajador. Fue así, que por la ley 25.013 se derogaron todas las modalidades c ontrac tuales menc ionadas (art. 21). 16 Contrato de trabajo a plazo fijo limitado a que las modalidades de las tareas o de la ac tividad, razonablemnte aprec iadas, lo justifiquen (art.90 LCT ); temporada (art. 96 LCT ); eventual (art.99LCT ); a tiempo parc ial (art.92 ter LCT ); aprendizaje (art. 1 ley 25.013). 17 Régimen de la c onstruc c ión, ley 22.250; T rabajo agrario, ley 22.248; Periodista profesional , ley 12.908; Enc argados de c asas de rentas, ley 12.981; Contratista de viñas y frutales, ley 20.589; Viajante de c omerc io, ley 14.546; servic io doméstic o, dec - ley 346/56; trabajo a domic ilio, ley 12.713; Jugadores de futbol profesional, ley 20.160; etc . 18 Lorenzo P. Gnec c o define a la pasantía c omo la efec tivizac ión de una ac tividad prác tic a o de prác tic as que se desarrollan en un establec imiento o c entro de trabajo durante un determinado y razonable lapso y c uya finalidad es estric tamente educ ativa. Consiste en la implementac ión o c omplementac ión de c onoc imientos teóric os previamente adquiridos, en una faz de ejec uc ión prác tic a. Las normas que regulan los sistemas de pasantía, c on distintas c arac terístic as y modalidades, son: Dec reto nº 340/92 ( para estudiantes del sistema educ ativo nac ional exc epto educ ac ión superior), Dec reto nº 1547/94 ( programa nac ional de pasantías para la Administrac ión Públic a), Ley 25.013 ( formac ión profesional, reglamentado por el dec reto 1227/01), Ley 25.165 ( para estudiantes del sistema educ ativo nac ional de educ ac ión superior). En todos los c asos la situac ión de pasantía no genera relac ión jurídic a laboral alguna entre la empresa y el pasante, salvo situac iones de fraude laboral (T ySS 1999- 1021). Los c ont rat os de bec as son los c elebrados ent re empresas y ent idades o inst it uc iones generalment e educ at iv as c on el objeto de brindar c apac itac ión y formac ión al bec ario para un futuro empleo. El c ontrato debe formalizarse por esc rito y debe c ontener el programa de c apac itac ión y entrenamiento y el sistema de evaluac iones. Dada su nat uraleza no laboral - salv o supuest os de f raude - no genera ningún t ipo de responsabilidad indemnizat oria al c ese del mismo. 19 La ley 24.653 en su art. 4 inc .h) define al fletero c omo "transportista que presta el servic io por c uenta de otro que ac túa c omo princ ipal, en c uyo c aso no existe relac ión laboral ni dependnc ia c on el c ontratante". 20 Ley 22.400 (DT .1981- A,283). 21 Ley 25.028. 22 Ley 20.337. 23 FERNANDEZ MADRID Juan Carlos. T ratado Prác tic o de Derec ho del T rabajo. T omo I - pag. 673 y sgtes. Ed. La Ley. T ambién, RODRIGUEZ MANCINI Jorge y FONT ANA Beatriz. Sobre el objeto del derec ho del trabajo. D.T . 2001- B, pag. 1074. 24 Ob. Citada nota n° 3. 25 Ob.c itada nota n° 13. 26 Las fronteras de la dependenc ia. D.T . 2001- B- 2039. 27 Ob. c it. nota n° 6, pag. 1182. 28 Conc epto y problemátic a del teletrabajo. DT . 2004, pag.341. 29 Derec ho del trabajo y la seguridad soc ial y relac iones laborales: hac ia una teoría de los c írc ulos, pag.592. Dentro esta teoría, se ubic a primero el trabajo subordinado (c on protec c ión plena), luego el trabajo semi- autómomo dependiente ec onómic amente ( c on un piso mínimo de protec c ión: salud, seguridad soc ial, derec ho a la negoc iac ión c olec tiva, sometimiento de sus c ontroversias al fuero del trabajo po sus gratuidad y espec ialidad); y despúes el t rabajo aut ónomo. 30 Ermida Uriarte nos c omenta de la existenc ia de personas que sin estar sujetas a una relac ión de trabajo subordinado, prestan una c olaborac ión c ontinua y c oordinada a la empresa y que, por razones fác tic as y de desnivel ec onómic o, c ontratan sus servic ios c on ésta en c ondic iones de inferioridad (c ontratos c iviles o merc antiles, prestac ión de servic os profesionales, mandato, agenc ia,, etc .). Esta debilidad c ontrac tual de los trabajadores autónomos que ejerc en una c olaborac ión c ontinua y c oordinada c on la empresa, ha sido tratada por la doc trina it aliana que ha desarrollado el c onc ept o de "parasubordinazione", c onsiderando may orit ariament e que para est os trabajadores no debe aplic arse toda la normativa del derec ho del trabajo sino sólo algunas de ellas (aplic ac ión parc ial: princ ipalmente en materia de proc edimiento c ontenc ioso y de higine y seguridad). Los trabajadores "c uasi asalariados" son aquellos que trabajan en el marc o de un c ontrato de servic ios libre (profesiones liberales) o de un c ontrato de empresa (trabajos c omerc iales), pero para un empresario princ ipal del que dependen ec onómic amente. Est as persona son juridic ament e t rabajadores aut ónomos, pero la ley les aplic a algunas disposc iones del Derec ho del trabajo, en materia de vac ac iones, de c ontenc iosos laborales o de c onvenios c olec tivos. 31 El c ontrato de trabajo de aprendizaje es el c elebrado por esc rito entre un empleador y un joven sin empleo c on la finalidad o c ausa de su formac ión. La ley 25.013 deroga el anterior régimen de aprendizaje ( art. 4 de la ley 24.465 y dec reto reglamentario nº 738/95 ) y le asigna c arác ter de c ontrato de trabajo (antes la relac i ón c ontrac tual espec ial era no laboral ). 32 La relac ión laboral del trabajador c ontratista de viña y frutales ac tualmente se rige por la ley 23.154, que reestablec e la vigenc ia de la ley 20.589. La regulac ión jurídic a de esta figura ha sufrido a través del tiempo distintas modific ac iones: en 1946, se dic tan normas a nivel provinc ial ( leyes 1578 y 1031 de las provinc ias de Mendoza y San Juan, respec tivamente); 1973, se sanc iona la ley 20.589, que regula la c ontrac ión a nivel nac ional c omo c ontrato espec ial; 1980, por la ley 22.163, se estruc tura la figura c omo trabajador autónomo, y por último, en 1984, la ley 23.154 que reestablec e la vigenc ia de la ley 20.589, c on algunas modific ac iones, pero c onsiderando al c ontratista de viñas y frutales c omo trabajador dependiente.Se define al c ontratista de viñas y frutales c" omo la persona que en forma individual o en su núc leo familiar, trabaja personalmente en el c uidado y c ultivo de dic has espec ies perc ibiendo c omo c ontraprestac ión una remunerac . Se ión" exc luye del estatuto la aplic ac ión del preaviso, c on un sistema propio en c aso de despido, c on derec ho a los benefic ios previsionales, asignac iones familiares y ley de riesgos del t rabajo. 33 ERMIDA URIART E O. Y HERNANDEZ ALVAREZ O. .Crític a de la subordinac ión. DT . 2003- A, pag.1184. Nos dic en: A sí, c reemos que en c uant o a los nuev os f enómenos que se present an y , en espec ial, a las denominadas "f ugas" del Derec ho del T rabajo, la subordinac ión jurídic a de siempre, interpretada c on la amplitud dimanante del princ ipio protec tor (espec ialmente de la regla indubio pro operario), del princ ipo de la primac ía de la realidad (espec ialmente de las reglas de la indiferenc ia de las formalidades y de la inc ompetnc ia de las partes para c alific ar el vínc ulo que las ligas), basta para soluc ionar el sentido favorable a la tutela la mayor parte de estos c asos, siempre que se le interprete c on tal amplitud. 34 La relac ión de dependenc ia. DT . 1996- B- 2368. 35 Nos dic e el autor: Empresario es quién dirige la empresa, por sí o por medio de otros, y c on el c ual se relac ionan jerárquic amente los trabajadores, c ualquiera sea la partic ipac ión que las leyes asignen a estos en la gestión y direc c ión de la empresa (art.5 LCT ). Ese empresario será el empleador, es dec ir, la persona físic a o jurídic a - tenga o no una personalidad jurídic a propia- que requiera los servic ios de los trabajadores (art. 26 CT ). T rabajador es la persona físic a que se obliga a prestar un servic io en las c ondic iones previstas en los arts. 21 y 22 de la LCT , c ualquiera sea las modalidades de la prestac ión (art. 25 LCT ). 36 Enc uesta Permanente de Hogares, Indec y Ministerio de T rabajo. Public ado Diario Ambito Financ iero, 28/07/04.