¿Tiene el Hombre un Alma Inmortal?

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¿Tiene el Hombre un Alma Inmortal?
Anotaciones
¿Tiene el Hombre un Alma Inmortal?
Dios, después de cinco días en
el proceso de la creación, revisó Su
obra y “vio que era bueno” (Gén.
1:25). Al día siguiente después de
haber completado Su labor creadora por medio de crear al hombre,
Dios “vio que era bueno en gran
manera” (Gén. 1:31). ¿Cuál fue
la diferencia? Estamos seguros
de que el hombre y los animales
fueron creados del polvo de la
tierra (Gén. 2:7; 1:24, etc.) y que
ambos volverían al polvo (Ec.
12:7; 3:19-20). No hay duda de
que Dios sopló aliento de vida en
el hombre y se convirtió en un alma viviente (Gén. 2:7 – cfr. VM; RV2000), y
en este respecto, fue traído a la existencia un cierto parentesco con los animales.
Por lo tanto, puede ser admitido fácilmente un acuerdo entre aquellos que aceptan
la deidad que Dios creó al hombre y los animales y que la animación o la fuerza
de la vida es referida en cuanto al alma (nephesh en hebreo y psuche en griego).
Surge desacuerdo cuando hay una afirmación de que el hombre es nada más que
un animal, o en el mejor de los casos, solamente un miembro más avanzado del
reino animal.
La respuesta a la pregunta “¿Tiene el hombre un alma inmortal?” es hallada
cuando uno encuentra la respuesta a la implicación de la diferencia en Gén. 1:25 y
31 con respecto a lo que era “bueno” y eso que era “bueno en gran manera”. Por
tanto, para establecer la validez de la respuesta, estas definiciones son pertinentes:
1. Hombre (Griego: Anthropos): “Un ser humano, ya sea varón o hembra
... de manera que un hombre es distinguido de los animales, las plantas, etc.”
(Thayer, pág. 46).
2. Inmortal (Griego: Aphthartos): “Incorrupto, no sujeto a la corrupción o
descomposición, imperecedero” (Thayer, pág. 88). Esta características es atribuida a Dios en 1 Tim. 1:17.
3. Alma (Griego: Psuche): (1) Aliento—a. “El aliento de la vida; la fuerza
vital de la vida que anima al cuerpo”. (2) a. “La sede de los sentimientos, deseos,
afectos, aversiones, etc., b. El alma (humana) en la medida en que conforma eso
por el uso correcto de las ayudas ofrecidas a ella por Dios puede obtener su más
alto fin y bendito seguro eterno, el alma considerada como un ser mortal destinado
para vida eterna. c. El alma como una esencia que es diferente al cuerpo y no
desaparece con la muerte” (Thayer, pág. 677).
De las consideraciones dadas arriba, la pregunta puede volverse a plantear como
sigue: “¿El hombre (un ser humano distinguido de los animales) posee eso que
es semejante a Dios, un alma que es imperecedera, no sujeta a la descomposición
o decaimiento, inmortal, diferente del cuerpo y no desaparece con la muerte?”
La Teoría de la Aniquilación
Una de las doctrinas antiguas con respecto al hombre es que al morir deja de
existir. Los Saduceos de los días de nuestro Señor eran materialistas que negaban
la resurrección de la muerte y fueron los proponentes al menos de una parte de la
teología aniquilacionista de nuestros días. Su doctrina acorde a Josefo era:
“Que el alma perece con el cuerpo” (Antigüedades de los Judíos, Tomo 3,
¿Tiene el Hombre un Alma Inmortal?
Libro 18, Cap. 1, Párr. 4, pág. 227; Libros CLIE).
“La segunda orden es la de los saduceos, ... niegan generalmente las honras
y penas de las ánimas, y no les dan ni gloria ni tormento” (Las Guerras de
los Judíos, Libros CLIE; Tomo 1, Libro Segundo, Cap. 7, Pár. 15, Pág. 224).
“Los saduceos enseñan que el alma muere junto con el cuerpo ...” (Josefo:
Los Escritos Esenciales; Editorial Portavoz, pág. 248).
“También quitan la creencia de la duración inmortal del alma y el castigo
y recompensas en el Hades” (Guerras de los Judíos, Libro 2, Cap. 8; Pár.
14, Pág. 478; Kregel Publications, versión en Inglés).
En tiempos más modernos los Testigos de Jehová son los defensores más fuertes del aniquilacionismo. En su libro, La Verdad Que Lleva a Vida Eterna (págs.
34-40), es hecho un intento por destruir la enseñanza bíblica con respecto a la
naturaleza del hombre por medio de la mala aplicación, afirmación, y omisión de
pasajes relativos al asunto. Su doctrina es expuesta en las respuestas que dan a
las siguientes preguntas:
“¿Qué le sucede a una persona cuando muere? Su respuesta: “Declarado
sencillamente, la muerte es lo contrario a la vida. Al sentenciar al primer
hombre, Adán, por su desobediencia voluntariosa, Dios dijo: ‘Que vuelvas
al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás’
(Génesis 3:19)” (La Verdad Que Lleva a Vida Eterna, Pág. 34).
De esto, ellos razonan como sigue:
“¿Dónde estaba Adán antes de que Dios lo formara del polvo y le diera
vida? Pues, sencillamente no existía. Al morir, Adán regresó al mismo estado inanimado e inconsciente. No fue ni a un infierno de fuego ni a dicha
celestial, sino que murió ... como Dios dijo” (La Verdad Que Lleva a Vida
Eterna, Pág. 34).
Para corroborar su argumento se refieren a Ec. 9:5,10; sin embargo, convenientemente pasan por un lado del v.6 el cual explica la parte del hombre referida en
los versículos anteriores (cfr. Luc. 16:19-31; Mat. 10:28).
Con respecto al alma, preguntan:
“Pero, ¿qué hay acerca del alma? ¿No es ésta una parte del hombre que se
separa del cuerpo cuando sobreviene la muerte y sigue viviendo?” (La Verdad
Que Lleva a Vida Eterna, Pág. 35).
De aquí en adelante, a fin de sustentar su argumento de que el hombre es completamente mortal, los Testigos de Jehová niegan todas las definiciones del hebreo
nephesh y del griego psuche, excepto “el aliento de vida”. Insisten que “el alma
humana es el hombre mismo” (cfr. Pág. 35-36), y niegan que pueda existir aparte
de la persona y concluyen “que el alma humana es la persona misma, y cuando la
persona muere, es el alma humana lo que muere” (cfr. Pág. 37). A fin de sustentar
más allá su doctrina declaran lo siguiente con respecto al espíritu:
“Mientras que el alma humana es la persona viva misma, el espíritu es sencillamente la fuerza de vida que hace posible que esa persona esté viva” (cfr.
Pág. 39).
Un artículo por el hermano Clinton Hamilton, titulado “Alma y Espíritu”, demuestra claramente la falsedad de su teología. En vista de que no puedo mejorarlo,
note las siguientes citas:
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Anotaciones
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Anotaciones
¿Tiene el Hombre un Alma Inmortal?
“Una persona honesta no puede negar que alma significa vida animal. Pero
la persona honesta también debe admitir que puede y significa algo más
en algunos pasajes. La palabra alma en nuestro idioma significa lo que la
palabra espíritu significa en la Biblia cuando es usada con referencia a la
parte interna del hombre. La forma en que usamos alma es algunas veces
su uso en la Biblia ... Un resumen de los usos de la palabra alma y espíritu
nos ayudará a aclarar en nuestras mentes su significado. Nephesh (Heb.),
Psuche (Gr.), y alma (Esp.), son usadas para representar, (1) la vida animal, (2) una persona viva, y (3) algunas veces el espíritu humano. Por otro
lado, la palabra espíritu (Esp.), Ruach (Heb.), y Pneuma (Gr.) representan
en relación con el hombre, solamente la naturaleza racional o moral. Esta
parte del hombre no deja de existir ...”
Por consiguiente, una consideración correcta del uso y definición de las palabras
usadas en relación al tema aniquilará la falsa doctrina del aniquilacionismo.
Entre Bueno y Bueno en Gran Manera
Los versículos entre Gén. 1:25 y 31 nos dan la razón para la diferencia. “26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias,
en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27Y creó Dios
al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó ... 31Y
vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera ...”
(Gén. 1:26-27,31). En consecuencia, vemos que lo que Dios creó era bueno a sus
ojos, y se volvió bueno en gran manera solamente después de que algo fue creado
a Su imagen; ese algo era el hombre — el acto de coronación del trabajo Divino.
¿Qué Es Dios?
El vista de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, esta pregunta
debe ser considerada. La respuesta de Jesús es que, “Dios es espíritu” (Jn. 4:24);
el apóstol Pablo dice que Dios es “inmortal” (1 Tim. 1:17) y “el único que tiene
inmortalidad” (1 Tim. 6:16). El Señor afirma demás que los espíritus no tienen
carne ni huesos (Luc. 24:39). Por tanto, debemos concluir que la semejanza no
es la física y mortal; más bien es una semejanza espiritual que no desaparece con
la muerte. Dios es inmortal y el hombre es Su descendencia (linaje) (Hch. 17:28;
Heb. 12:9). Esta es la respuesta de Dios, a pesar de lo que dicen los Testigos de
Jehová. Uno no necesita volúmenes de argucia intelectual para entender que la
parte del hombre creada a la imagen de Dios debe tener una semejanza a esa Su
persona, y en vista de que el hombre no es deidad y la deidad no es carne y sangre,
la única semejanza posible está en la inmortalidad del espíritu. “Sea Dios veraz,
y todo hombre mentiroso” (Rom. 3:4).
[Truth Magazine, Vol. 19, Pág. 405, Ray Smallridge].
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