Fertilizantes N y acidez de los suelos

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Efecto de los fertilizantes nitrogenados en la acidez del suelo.
Experiencias realizadas en suelos trumaos acidificados de la IX región.
Hernán Pinilla Quezada. Universidad de La Frontera.
1. INTRODUCCION.
Uno de los principales problemas que enfrentan los suelos derivados de cenizas volcánicas
de la zona sur de Chile es la pérdida gradual y progresiva de su fertilidad natural, situación
que se ha producido, entre otros factores, por la labranza excesiva que genera lixiviación de
las bases del suelo incrementada por la alta pluviometría de la zona; por el uso intensivo de
los suelos agrícolas, la introducción de especies de mayor potencial productivo; por
fertilizaciones que no satisfacen la demanda de todos los nutrientes extraídos por los
cultivos; y por el uso frecuente de fertilizantes de reacción ácida, tales como la urea y los
fosfatos de amonio, que contribuyen en forma importante a incrementar la acidez de los
suelos.
El uso de este tipo de fertilizantes ha sido una alternativa que ha adoptado el agricultor por
el menor costo que representan por unidad de nutriente, lo que, unido a una fertilización
basada tradicionalmente en nitrógeno y fósforo, ha terminado por configurar a fines de la
década de los años 80 y principios de la década del 90 un cuadro preocupante sobre los
niveles de fertilidad y productividad de los suelos de la región sur de Chile.
Si bien es cierto que la alternativa tradicional para corregir la acidez de los suelos ha sido la
aplicación de enmiendas calcáreas, tales como el carbonato de calcio y la dolomita; la
Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad de la Frontera
estableció, a partir del año 1985 una línea de trabajo tendiente a evaluar en qué medida el
uso de fertilizantes nitrogenados de reacción alcalina y las mezclas fertilizantes pueden
contribuir a disminuir el proceso de acidificación de los suelos. Esta alternativa no se
contrapone a la aplicación de enmiendas, sino que es complementaria a ella. Este enfoque
diferente al manejo tradicional de los suelos ácidos se sustenta en que Chile posee fuentes
naturales de nitrógeno, como el nitrato de sodio de reconocido efecto neutralizador de la
acidez.
En Chile, la tonelada de carbonato de calcio tiene un costo aproximado de 70 dólares la
tonelada, y en promedio los suelos de la zona sur del país requieren de una tonelada de
enmienda para subir su pH en aproximadamente 0,1 unidad. Por el costo que ello significa
y el volumen de aplicación, se consideró importante establecer un programa de
investigación de largo plazo que permitiera evaluar en qué medida el uso de fertilizantes de
reacción alcalina y de mezclas fertilizantes puede reducir el proceso de acidificación
progresiva de los suelos.
2
Los resultados que se darán a conocer en la presente publicación corresponden a trabajos
realizados durante doce años de investigación, utilizando para ello diferentes técnicas de
evaluación en laboratorio, invernadero y en campo, con distintos cultivos. La metodología
utilizada en campo tiene la particularidad de ser realizada en rotaciones de cultivo que van
desde tres hasta once años de aplicaciones consecutivas de fertilizantes a un mismo suelo.
3
2. CARACTERISTICAS QUE AFECTAN LA PRODUCCION DE LOS SUELOS
ACIDIFICADOS DEL SUR DE CHILE.
Los suelos derivados de cenizas volcánicas ocupan en Chile un área aproximada a los 4
millones de hectáreas, de las cuales una superficie cercana al millón es arable. Estos suelos
se caracterizan por poseer una estructura bien desarrollada, alta capacidad total de
intercambio catiónico, alto porcentaje de retención de humedad a 1/3 atm. y baja densidad
aparente (Espinoza, 1973; Bernier, 1977; Ellies, 1991; Pinilla, 1993). Además, presentan
alta capacidad de retención de fosfato, bajo porcentaje de saturación de bases, altos
contenidos de Al+ de intercambio y niveles de pH moderadamente ácidos a fuertemente
ácidos (Sadzawka, 1991). Cerca del 38% de los suelos andisoles se encuentra en las
categorías de medio a alto en cuanto a saturación de aluminio, lo que significa valores que
oscilan entre 5 y 30% (Mora, 1993).
El contenido de materia orgánica es alto, con valores promedios de 6% en los ultisoles y de
16% en el caso de los andisoles. Este nivel alto se debe posiblemente al gran contenido de
aluminio extractable de estos suelos, el cual formaría complejos órgano-metálicos, humusalofán estables, poco accesible de ser mineralizado por la biomasa microbiana (Sierra,
1991).
La baja fertilidad de los suelos ácidos se debe principalmente a la baja disponibilidad de
nutrientes y a la presencia de niveles tóxicos de Al, Mn y Fe (Makaya y Bishnoi, 1990).
2.1 Acidez del suelo.
La acidez de los suelos limita el crecimiento de los cultivos debido a una combinación de
factores, entre los cuales está la toxicidad por aluminio y manganeso (Sadzwka y Campillo,
1993), los que son liberados debido al incremento de la concentración de ion hidrógeno
(H+), el cual tiene a su vez un efecto per sé sobre los cultivos (Borie et al, 1995), y la
deficiencia de nutrientes esenciales, especialmente calcio, magnesio, potasio, sodio, fósforo
y molibdeno (Suárez, 1991). La liberación de aluminio en el complejo de intercambio,
producto de la mayor concentración de iones hidrógeno, se debe a que el suelo tiende a
buscar el equilibrio, en este caso particular, entre los coloides y la solución del suelo,
pasando el aluminio a formar parte de las bases de intercambio (Mora, 1993).
El proceso de acidificación a que se ven expuestos los suelos responde a una serie de
factores que condicionan la magnitud de este proceso. Entre las causas naturales se destaca
la pérdida de bases (Ca, K, Mg y Na) por lixiviación, producida por la alta pluviometría
existente en la zona sur de Chile y el proceso de mineralización de la materia orgánica, a
partir del cual se generan iones hidrógeno que contribuyen a aumentar los índices de
acidificación de los suelos. No obstante, los niveles de acidez en que se encuentran los
suelos derivados de cenizas volcánicas en la actualidad se deben, sin duda, a que este
proceso provocado por causas naturales, se ha visto fuertemente acelerado por el uso de
fertilizantes acidificantes y la alta extracción de bases producida por la intensificación de la
agricultura (Mora 1993; Pinilla, 1993; Suárez, 1993).
4
Es común referirse a los suelos volcánicos chilenos como suelos de carga variable. Esto
significa que son suelos en los cuales una proporción significativa de la carga eléctrica de la
superficie de las partículas, que es responsable de la retención de los cationes, es
dependiente del pH. Por ello, cuando disminuye el pH, aumenta la carga positiva y se
produce una disminución de la capacidad del suelo para retener cationes, los cuales podrán
perderse fácilmente por lixiviación. A la inversa, cuando aumenta el pH de la solución del
suelo, aumenta la carga negativa, y puede retener una mayor cantidad de cationes que
estarán disponibles para las plantas (Sadzawka y Campillo, 1993). Como consecuencia de
la disminución de bases y el aumento de iones hidrógeno en la solución del suelo, se
solubiliza aluminio que se encuentra en la superficie de las arcillas o formando complejos
con la materia orgánica, elemento que llega a valores que provocan toxicidad para las
plantas (Mora, 1994).
2.2 Aluminio en el suelo.
En los suelos ácidos, la toxicidad por aluminio es un factor limitante para la agricultura
(Huang, 1988; Wright, 1989; Dinev y Stancheva, 1993; Pinilla, 1993). El porcentaje de
saturación de aluminio, es un parámetro muy importante y es uno de los más usados para
definir la intensidad de la acidez de los suelos. (Hargrove y Thomas, 1981; Campillo,
1994).
El aumento de los niveles de aluminio en el suelo baja la eficiencia de la fertilización,
debido al escaso desarrollo radical que alcanza la planta; con ello la capacidad de captar
nutrientes del suelo disminuye. Además, la capacidad del suelo para fijar el fósforo
aumenta, porque se establecen fuertes enlaces con el aluminio, lo que impide la absorción
de este nutriente esencial para las plantas (Mora, 1994).
El nivel de aluminio intercambiable ha sido propuesto como básico para la determinación
de los requerimientos de encalado en los suelos ácidos, y la cal es aplicada para reducir la
saturación de Al en el complejo de intercambio (Aitken, Moody y McKinley, 1990).
Kamprath (1984) señala que cuando la saturación de aluminio es superior a 46%, los
rendimientos se limitan a menos de la mitad. Fassbender y Bornemisza (1987)
recomiendan reducir el aluminio intercambiable a menos de 10% de saturación.
2.3 Efecto de la toxicidad de aluminio en los vegetales.
El aluminio interfiere con la división celular, se acumula en los espacios intersticiales y
dentro de las células de la raíz se asocia con el ADN en el núcleo (Haynes, 1985).
La interferencia en la división celular provocada por el exceso de aluminio origina raíces
engrosadas y disminución en la formación de raíces laterales (Foy y Fleming, 1982;
Fageria, Baligar y Wright, 1988), lo que reduce el volumen de suelo explorado
(Domínguez, 1984; Fageria, Baligar y Wright, 1988) haciéndose ineficiente la absorción de
5
agua (Domínguez, 1984) y nutrientes tales como P, Ca, Mg, K, Fe, Zn, Cu y Mn (Fageria y
Carvalho, 1982; Godbold, Fritz y Huttermann, 1988).
A nivel de planta, el Al+3 interactúa con el P en una reacción de adsorción-precipitación,
que ocurre probablemente en la superficie de la raíz y en la pared celular de las células del
ápice radical (Wagatsuma y Kaneko, 1987), que reduce el transporte de P desde la raíz al
follaje, por lo que la toxicidad por Al+3 se manifiesta con una sintomatología de deficiencia
de P en la parte aérea (enanismos, hojas verde oscuro, manchas moradas, amarillamiento y
muerte del ápice foliar) (Wagatsuma y Kaneko, 1987; Domínguez, 1984). Altas
concentraciones de Al+3 en el suelo también inducen deficiencias de Ca+2 (Marschner,
1986) y Mg+2 (Grime, 1982).
3. EFECTO DE LA APLICACIÓN DE NITRATO DE SODIO Y UREA SOBRE LA
CAPACIDAD PRODUCTIVA DEL SUELO, EN UNA SUCESION DE CULTIVOS
ANUALES.
Con el objeto de determinar el efecto de una aplicación sucesiva de nitrato de sodio y de
urea sobre un suelo agrícola, se realizó un experimento de campo de once años
consecutivos en un suelo andisol de la IX Región de Chile, de buenas aptitudes
agronómicas (Cuadro 1), utilizando para ello una rotación de cultivos anuales de primavera.
Cuadro 1. Características químicas del suelo andisol utilizado, previo al ensayo.
Característica
pH (al agua)
Materia orgánica (%)
P-Olsen (ppm)
K (meq/100 g)
Ca (meq/100 g)
Mg (meq/100 g)
Na (meq/100 g)
Suma de bases (meq/100 g)
Contenido
5.8
12.0
18.0
0.51
12.8
1.9
0.25
15.46
El experimento consistió en evaluar el efecto de la aplicación sucesiva de diferentes
cantidades de Nitrato de Sodio y Urea, en dosis equivalentes a 0, 50, 100, 150, 200 y 250
kg N/Ha, con el principio de aplicar en forma permanente a cada parcela experimental, la
misma dosis y fuente definida para cada una al inicio del ensayo.
La fertilización de base se realizó durante los primeros 6 años solamente con fósforo,
agregándose posteriormente potasio en dosis que variaron entre 50 y 75 kg de K2O/Ha.
En cada temporada se realizaron muestreos de suelo previo a iniciar el ensayo y
transcurridos 10, 15, 30, 60, 90, y 120 días después de la siembra, con el objeto de
determinar el pH al agua y el contenido de bases de intercambio para cada época de
6
muestreo. Finalmente se realizó la cosecha de los respectivos cultivos, determinándose el
rendimiento de grano por hectárea.
3.1 Suma de bases.
Como consecuencia de esta rotación de cultivos anuales, realizada durante los 11 años en el
suelo ensayado, se han podido determinar pérdidas de bases superiores a 5 meq/100 g en la
suma de éstas (figura 1), registrándose una pérdida menor en la rotación fertilizada con
nitrato de sodio, por el aporte de sodio y por los niveles más altos de pH que permiten en
este tipo de suelos de carga variable, incrementar los sitios con carga negativa, lo que
favorece la retención de cationes.
16
14
15,46
15,46
Testigo
15,46
Nitrato de sodio
Urea
12
10,97
meq/100 g
10
9,56
8
8,88
6
4
2
0
AÑO 0
Años 9-11
Figura 1. Efecto del uso continuo de nitrato de sodio y urea sobre la suma de bases en un
suelo andisol sometido a una rotación de cultivos intensiva.
3.2. pH del suelo.
Al analizar la evolución de los niveles de pH de la experiencia, se aprecia que durante los
primeros años la disminución del pH por efecto del fertilizante amoniacal fue menor y que
este efecto se fue incrementando sostenidamente a través del tiempo por el uso secuencial
de la urea, pasando de –0,13 unidades de pH al término de temporada en el promedio de los
3 primeros años a –0,23 entre los años 4 y 8, y a –0,43 entre los años 9 y 11 respecto del
testigo. Por otra parte, se observa que los menores niveles de pH se producen 30 días
después de la aplicación (Figuras 2, 3 y 4). Este efecto acidificante, producto de la
transformación de la urea ha sido señalado por diferentes autores (Covarrubias, 1988;
Campillo, 1982, 1984; Pinilla y Bocaz, 1990).
7
Del mismo modo, el efecto alcalinizante del nitrato de sodio se fue acentuando,
produciéndose incrementos que variaron de +0,18 a +0,32 y +0,44 unidades de pH para las
mismas épocas de muestreo y períodos considerados anteriormente. Tomando en cuenta el
efecto combinado de ambos productos, las diferencias corresponden a 0,32, 0,55 y 0,87
unidades de pH, respectivamente.
Resulta difícil valorizar económicamente las potencialidades productivas de uno y otro
suelo debido a las diferentes relaciones que existen entre pH y la disponibilidad de los
diversos elementos nutritivos en el suelo, así como la influencia que pueda tener este
parámetro sobre la masa microbiana y procesos tan relevantes como la mineralización del
nitrógeno, fijación simbiótica de nitrógeno, ciclo del azufre y degradación de agroquímicos,
por señalar algunos procesos relacionados con la actividad de los microorganismos del
suelo. Un intento simple de valorización podría ser a través de la dosis de carbonato de
calcio necesario para elevar el pH en las 0,87 unidades observadas al término de la
experiencia. De acuerdo a la capacidad tampón promedio de este tipo de suelos de 0,1
señalada por Suárez (1991), se necesitarían aproximadamente 8,7 toneladas de carbonato de
calcio considerando la siguiente ecuación:
pH a alcanzar – pH inicial
Dosis de cal =
Capacidad tampón del suelo
Si se asume que el valor actual de un carbonato de calcio de buena calidad es del orden de
US$ 70/TM, esta diferencia se podría valorizar en 600 dólares la hectárea, sin considerar su
costo de aplicación. Además habría que incluir las diferencias de rendimiento que se
producen a través del tiempo a favor de los tratamientos con nitrato de sodio, los cuales
varían entre un 12% y 16% (Pinilla 1993).
6,40
Testigo
Nitrato de sodio
6,20
Urea
6,00
pH
5,80
5,60
5,40
5,20
5,00
0
30
60
90
120
Días después de la siembra
Figura 2. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el pH al agua, promedio años 1 al 3.
8
6 ,4
T es tigo
N itrato de s odio
6 ,2
U re a
6
pH
5 ,8
5 ,6
5 ,4
5 ,2
5
0
30
60
90
1 20
D ías des pu és de la s iem bra
Figura 3. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el pH al agua, promedio años 4 a 8.
6,4
Testigo
Nitrato de sodio
Urea
6,2
6
pH
5,8
5,6
5,4
5,2
5
0
30
60
90
120
Días después de la siembra
Figura 4. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el pH al agua, promedio años 9 al 11.
3.3. Rendimiento de algunos cultivos anuales.
En las figuras 5 y 6 se observa que durante los dos primeros años de la rotación los
rendimientos de trigo y avena no se vieron afectados por las diversas fuentes nitrogenadas.
Esto se debería a que en estos años el efecto de las variaciones de pH provocadas tanto por
el nitrato de sodio como por la urea fueron leves, debido a la alta capacidad tampón del
suelo del ensayo, no afectándose las diversas relaciones de disponibilidad de los nutrientes
para los cultivos.
En los años sucesivos (promedio de 5 temporadas), y producto del mayor grado de
acidificación del suelo por la urea, se produjeron diferencias de rendimiento a favor del
nitrato de sodio y que para ambos cultivos alcanzó a un 12%. Estas diferencias se
tradujeron en 5,4 qqm/ha más de rendimiento en trigo y de 6,4 qqm/ha en avena.
9
Testigo
120
Nitrato de sodio
Urea
112
100
Rdto. relativo (%)
100
100
100
80
77
60
47
40
20
0
Años 1 y 2
Promedio 5 años
Figura 5. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el rendimiento en trigo.
T estigo
120
Nitrato de sodio
Urea
112
100
Rdto. relativo (%)
100
80
100
100
91
60
40
47
20
0
Años 1 y 2
Promedio 5 años
Figura 6. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el rendimiento en avena.
En el caso de cebada y raps, cultivos que fueron incorporados en la rotación a partir de los
años 5 y 6 del estudio, cuando las diferencias de pH eran notorias entre ambas fuentes
nitrogenadas, se presentaron claras diferencias de rendimiento. En ambos cultivos las
diferencias fueron muy similares, pues los rendimientos por efecto del nitrato de sodio
superaron en 15 y 16% los obtenidos con urea en raps y cebada, respectivamente. Cabe
destacar, que estas diferencias significaron un rendimiento de 8,6 qqm/ha más en cebada y
de 3,4 qqm/ha en raps, al utilizar nitrato de sodio como fertilizante nitrogenado (Figuras 7 y
8).
10
120
116
100
Rdto. relativo (%)
100
80
60
60
40
20
0
Testigo
Nitrato de sodio
Urea
Figura 7. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el rendimiento en cebada, promedio
de tres temporadas.
120
115
100
Rdto relativo (%)
100
80
60
59
40
20
0
Testigo
Nitrato de sodio
Urea
Figura 8. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el rendimiento de raps, promedio de
dos temporadas.
La magnitud del impacto sobre el rendimiento va a depender, entre otros factores, del pH
inicial del suelo, suma de bases, porcentaje de saturación de aluminio, dosis de nitrógeno y
tolerancia de la especie vegetal a H+ y Al. Es así como existen distintos grados de
sensibilidad y tolerancia a las condiciones de acidez del suelo y la toxicidad por aluminio
que difieren entre especies, e incluso entre cultivares, hecho que ha sido comprobado a
través de diferentes investigaciones llevadas a cabo por Alvear et.al. (1995) en lupino y
avena, Borie et. al. (1995), Gallardo, Riquelme, y Borie (1995) y Concha et. al. (1995) en
trigo, Gallardo, von Baer y Borie (1995) en cebada y Prado et. al. (1995) en raps, estudios
11
tendientes a seleccionar cultivares en base a su grado de tolerancia o sensibilidad a la
presencia de aluminio y H+.
El pH de suelo óptimo para el crecimiento y desarrollo del trigo se encuentra entre 5,5 y
7,0; para la avena entre 5,2 y 6,8; para el raps entre 5,8 y 7,0 y entre 5,8 y 7,5 para la
cebada (Venegas, 1993). De acuerdo con estos antecedentes, la cebada y el raps son menos
tolerantes a la acidez del suelo que el trigo y la avena, hecho que coincide con las
diferencias relativas de rendimiento promedio de todas las temporadas entre fuentes
nitrogenadas para cada especie (Figura 9), que son 27 y 28% superior con nitrato de sodio
respecto a la urea en cebada y raps, y 11 y 12% en avena y trigo, respectivamente.
Nitrato de sodio
Diferencia Nitrato
de Sodio v/s Urea,
respecto del testigo
Urea
76
T rigo
88
12%
78
Avena
11%
89
68
Cebada
96
28%
70
Raps
97
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
27%
100
Incremento relativo (%)
Figura 9. Efecto del nitrato de sodio y la urea sobre el incremento porcentual del
rendimiento respecto al testigo.
3.4. Aspectos agronómicos y fisiológicos de la relación de nitrato y amonio en la
nutrición y producción de las plantas.
Numerosos autores han señalado que las plantas requieren para su nutrición de un adecuado
balance de nitrato y amonio, y que la producción se ve afectada si las plantas reciben
exclusivamente amonio o nitrato (Malhi et al 1988; Sandoval et al, 1992; Smicklas y
Below, 1992; Reddy y Reddy, 1993; Gill y Reisenauer, 1993; Sandoval, et al, 1995; Rabb y
Terry, 1995; Wang y Below, 1996; Gerandás et al, 1997; Wiesler, 1997).
En la mayoría de los suelos agrícolas de alta fertilidad predomina el nitrato como forma
nitrogenada, sin embargo, en suelos de bajo pH, de bajos niveles de oxígeno y con
aplicaciones de fertilizantes amoniacales puede producirse un aumento importante de
amonio.
12
La absorción de nitrato por parte de la planta requiere de un mayor gasto de energía debido
a que se absorbe en forma activa contra un gradiente de membrana de 100 mV. Este
nitrato, una vez absorbido, puede acumularse en las raíces en grandes cantidades al nivel de
las vacuolas y actuar como un osmorregulador o ser transportado como nitrato a la parte
aérea, para ser usado posteriormente en la síntesis de proteínas. La absorción de nitratos al
nivel radical genera la liberación de grupos OH- y de iones HCO3- generando un
incremento del pH en la rizósfera, favoreciendo de esta manera la absorción y transporte a
la parte aérea de cationes como calcio, potasio, magnesio y sodio. A la vez, niveles altos de
nitratos pueden limitar la absorción de aniones como sulfatos, fosfatos y cloruros.
A diferencia del nitrato, la absorción de iones amonio se realiza en forma pasiva,
requiriendo por lo tanto de un bajo gasto de energía. Sin embargo, las plantas no pueden
acumular este ion a nivel de sus tejidos radicales por su efecto fitotóxico, debiendo
transformarlo a un compuesto orgánico, para de esta forma transportarlo a la parte aérea.
Para este proceso de asimilación del ion amonio, se requiere de carbohidratos producidos
en la parte aérea de la planta, de enzimas específicas, y de altas tasas de fotosíntesis y
respiración de la planta. Si los suministros de amonio son altos, la capacidad de
asimilación de este puede ser excedida, produciéndose una acumulación en las raíces, con
el consiguiente efecto de toxicidad y daño al sistema radical. La absorción del ion amonio
produce una excreción al medio de iones H+, que permiten mantener el equilibrio de carga,
produciéndose como resultado una disminución del pH en la rizósfera. La absorción del
amonio limita la absorción del calcio, potasio, magnesio, y sodio y favorece la absorción de
fósforo, azufre y cloro.
Numerosas investigaciones realizadas en soluciones nutritivas tamponadas, utilizando lino,
tomate, maíz, raps, trigo y remolacha como plantas testigos, han mostrado que durante los
primeros estados de crecimiento se producen diferencias significativas en la absorción de
cationes (calcio, potasio, magnesio y sodio) cuando las soluciones nutritivas son en base a
nitratos en lugar de amonio (Gill y Reisenauer, 1993; Gerandás et al, 1997; Wiesler, 1977).
Además, se han observado diferencias significativas en la concentración de carbohidratos
en plantas de lino, trigo y remolacha por efecto de la nutrición con nitrato (Raab y Terry,
1995; Wiesler, 1977).
La nutrición con soluciones nutritivas tamponadas a base de nitrato, amonio, y mezclas de
nitrato y amonio ha generado diferentes respuestas en el rendimiento de materia seca,
proteína, componentes de rendimiento y rendimiento de grano en raps y trigo. Malhi et al
(1988), han encontrado que la absorción de nitrógeno y producción de materia seca en raps,
en suelos con diferente pH es altamente favorable a la nutrición nitrogenada basada en
mezclas de nitrato y amonio o nitrato solo, en comparación con la nutrición basada
exclusivamente en amonio. Wang y Bellow (1966), y Sandoval, et al, (1992, 1995),
Wiesler (1977), trabajando con soluciones nutritivas, han publicado resultados que indican
mayores producciones de peso seco en trigo y mayores niveles de proteína, cuando la
nutrición de las plantas se ha realizado con una solución nutritiva basada en una mezcla de
nitrato y amonio.
Wiesler (1977) ha demostrado además, que el trigo responde de manera diferente a la
nutrición nitrogenada según el período fenológico en el cual se apliquen las diversas formas
13
de nitrógeno. Sus investigaciones indican que las plantas de trigo se ven favorecidas en su
producción de grano cuando se utiliza nitrato en los primeros estados de desarrollo y
amonio en los estados fenológicos más avanzados. Relaciones inversas generan
rendimientos significativamente inferiores.
En la gran mayoría de las investigaciones citadas anteriormente se demuestra que la
nutrición basada exclusivamente en amonio produce los menores rendimientos, y que este
efecto no está relacionado con factores de acidez en el suelo o en las soluciones nutritivas,
sino con aspectos fisiológicos relacionados con la nutrición de las plantas. Estos
antecedentes permitirían explicar, adicionalmente los mejores rendimientos alcanzados por
los cultivos fertilizados con nitratos en la rotación de once años, comentada anteriormente.
4. CARACTERIZACION Y EVALUACION DE OTRAS ALTERNATIVAS DE
FERTILIZANTES NITROGENADOS EN SUELOS VOLCANICOS.
Hasta hace unos años la fertilización nitrogenada de los cultivos anuales en Chile se basaba
sólo en el uso de nitrato de sodio y urea, fertilizantes ampliamente estudiados en cuanto a
sus efectos sobre las características químicas del suelo y productividad de los cultivos. Sin
embargo, a partir del año 1991 se incorporaron al mercado nacional los nitratos de amonio
cálcico (CAN), con diferentes contenidos de nitrógeno, y las mezclas nítrico-amoniacales.
En consideración a lo anterior, la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la
Universidad de La Frontera, desarrolló una línea de investigación con el propósito de
evaluar los efectos que cada una de estas fuentes podría tener sobre la productividad del
recurso suelo.
4.1. Caracterizacion de los principales fertilizantes nitrogenados, según su reacción en
el suelo.
De acuerdo con la reacción que presentan en el suelo, en el período en que estos
fertilizantes ejercen su acción como tales, es posible clasificarlos como fertilizantes
nitrogenados de reacción ácida, neutra o alcalina.
4.1.1. Acidos. La urea y el nitrato de amonio son fertilizantes de reacción ácida, debido a
que en su transformación en el suelo producen un saldo neto de dos iones hidrógeno, que
contribuyen a aumentar la concentración de protones en el suelo y a disminuir, por lo tanto,
el valor del pH. La reacción de estos fertilizantes se puede resumir de la siguiente forma,
donde se observa que ambos tienen exactamente la misma magnitud en su efecto
acidificante:
14
Hidrólisis de la urea
CO (NH2)2 +2H2O
(NH4) 2 CO3
2 NH3 + 2 H2O
Hidrólisis nitrato de amonio.
(NH4) 2CO3
NH4 NO3 + H2O
NH4 OH + HNO3
2 NH3 + CO2 + H2O HNO3
H+ + NO-3
2 NH4+ + 2 OHNH4 OH
NH+4 + OH-
Nitrificación de la urea
2 NH4+ + 3 O2
2 NO-2 + O2
Nitrificación del nitrato de amonio
2 NO-2 +2 H2O + 4 H+ NH+4 + 1,5 O2
2 NO-3
N0-2 + 0,5 O2
NO-2 + H2O + 2 H+
NO-3
Balance neto de la urea
Balance neto del nitrato de amonio
2 OH - + 4 H+
3 H + + OH-
2H2O + 2 H+
2 H + + H2O
4.1.2. Acidos a moderadamente ácidos. Los nitratos de amonio cálcico (CAN), que
básicamente son nitrato de amonio más carbonato de calcio o carbonato doble de calcio y
magnesio, en el período de su acción como fertilizante nitrogenado, se comportan igual que
el nitrato de amonio puro. En el largo plazo, éstos pueden cambiar su condición a
moderadamente ácidos o neutros, dependiendo de las proporciones de carbonatos que
contengan.
Del punto de vista de la neutralización teórica de los iones hidrógenos liberados por la
mineralización del nitrato de amonio se requiere que 62 kilos de este fertilizante sean
mezclados con 38 kilos de carbonato de calcio. Bajo esta condición, y si la velocidad de la
reacción de la cal fuera la misma que la del nitrato de amonio, se podría obtener un
fertilizante neutro. Esta mezcla física de nitrato de amonio puro con 33% de nitrógeno y la
cantidad de carbonato de calcio indicada tiene que dar un fertilizante con 21% de nitrógeno.
Si la concentración de nitrógeno es mayor significa que el fertilizante no es neutro, sino que
moderadamente ácido. A nivel comercial un fertilizante que se fabrica de esta manera es el
nitrato calcáreo, con 27% de nitrógeno.
Si en vez de utilizar carbonato de calcio se incorpora al nitrato de amonio dolomita, la
proporción debería ser 65 kilos de nitrato de amonio y 35 kilos de dolomita, para dar un
fertilizante con 22% de nitrógeno. A nivel comercial existe el nitromag y el nitrodoble con
un 27% de nitrógeno, lo cual indica que este fertilizante es de reacción moderadamente
ácida. El nitroplus y el nitroneutro contienen un 22% de nitrógeno, por lo que desde el
punto de vista de su fabricación, serían neutros.
15
Sin embargo, en este tipo de fertilizantes es necesario señalar que su reacción está
relacionada con la forma de aplicación, y con el tiempo transcurrido después de aplicado.
En aplicaciones en cobertera o sobre el suelo se produce una reacción inicial dependiente
exclusivamente del efecto del nitrato de amonio, el cual penetra con mucha facilidad en la
primera estrata del suelo generando en ella, desde el punto de vista de la acidificación, el
mismo efecto que la urea. El efecto neutralizador del carbonato de calcio o dolomita se
produce en un plazo de tiempo mucho mayor, dada la baja solubilidad y movilidad de las
enmiendas calcáreas en el perfil del suelo. Bernier (1991) y Escobar (1993) han señalado
que aplicaciones en cobertera de carbonato de calcio ejercen durante el primer año de
aplicadas, un efecto corrector que no supera en profundidad a 5 cm de suelo.
4.1.3. Neutros. Corresponde a mezclas de fertilizantes nítricos (nitrato de sodio) y
amoniacales (urea) en una proporción tal que la mitad de las unidades de N provienen de
cada fertilizante. Una mezcla física de 74 kilos de nitrato de sodio con 26 kilos de urea
daría un fertilizante neutro con un 24 % de nitrógeno. A nivel comercial existe el
supernitro con un 25% de nitrógeno.
4.1.4. Alcalinos. Existen varios fertilizantes nítricos que contribuyen a aumentar el pH del
suelo y la suma de las bases. El efecto alcalino de estos fertilizantes se debe,
principalmente, al efecto de alcalinidad fisiológica. Pertenecen a este grupo el nitrato de
calcio, el nitrato de sodio, el nitrato sódico potásico y el nitrato de potasio.
En el Cuadro 2 se resumen las principales características de los fertilizantes nitrogenados.
Cuadro 2. Composición química básica y reacción de los principales fertilizantes
nitrogenados.
Fertilizante
Reacción corto Reacción largo
plazo
plazo
NaNO3
Alcalino
Alcalino
NaNO3 – KNO3
Alcalino
Alcalino
KNO3
Alcalino
Alcalino
CaNO3
Alcalino
Alcalino
CO(NH2)2 + NaNO3
Neutro
Neutro
NH4 NO3 + CaCO3
Acido
Moderad. ácido
NH4 NO3 + CaCO3-MgCO3
Acido
Moderad. ácido
NH4 NO3 + CaCO3-MgCO3
Acido
Neutro
CO(NH2)2
Acido
Acido
NH4 NO3
Acido
Acido
Composición
Nitrato de sodio
Nitrato sódico potásico
Nitrato de potasio
Nitrato de calcio
Supernitro
CAN 27 (1)
CAN 27 (2)
CAN 22 (3)
Urea
Nitrato de amonio
Nombres comerciales: (1) Nitrato calcáreo; (2) Nitromag, Nitram Mg, Nitrodoble; (3) Nitroplus, Nitroneutro.
16
4.2. Evaluación de los principales fertilizantes nitrogenados, basada en una rotación
de cultivos anuales realizada durante tres años sucesivos.
El principal objetivo de la presente investigación fue evaluar el efecto de las diferentes
fuentes nitrogenadas sobre las características químicas de un suelo acidificado de origen
volcánico.
El suelo utilizado correspondió a un andisol de lomaje suave, cuyas principales
características químicas se indican en el Cuadro 3.
En la experiencia en campo, se utilizó una rotación de avena – trigo – avena. A la siembra
se aplicó una fertilización igual para todas las parcelas experimentales a base de 160 kg
P2O5, 110 kg K2O, 44 kg S, 30 kg N y 36 kg MgO por hectárea. A la macolla se aplicaron
150 kg de N en cobertera, utilizando para ello cinco fertilizantes nitrogenados (Cuadro 4),
con lo cual se completó una dosis de 180 kg de nitrógeno con cada fuente nitrogenada. En
cada tratamiento se evaluó el nivel de pH al agua, suma de bases y contenido de aluminio
intercambiable 30, 60 y 90 días después de aplicados los fertilizantes.
Cuadro 3. Principales características químicas del suelo utilizado en el ensayo en
campo.
Característica
pH al agua (ppm)
P-Olsen (ppm)
K (meq/100 g)
Ca (meq/100 g)
Mg (meq/100 g)
Na (meq/100 g)
Al (meq/100 g)
Suma de bases (meq/100 g)
Saturación de Al (%)
Cuadro 4.
estudiados.
Contenido
5.44
15.0
0.18
1.67
0.30
0.16
0.50
2.31
17.80
Composición química de los diferentes fertilizantes nitrogenados
Fuente nitrogenada
Nitrato de sodio
Nitrato de calcio
Supernitro (*)
Nitrato de amonio cálcico
Urea
% N-NO3
16.0
14.5
12.0
13.5
% N-NH4+
% Na
% CaO
% MgO
26.0
1.0
13.0
13.5
46.0
27.0
18.0
7.0
4.0
* Corresponde a una mezcla nítrico-amoniacal fabricada con nitrato de sodio, cuyo nombre registrado en
Chile es Supernitro.
17
4.2.1. Efecto sobre el pH al agua.
La Figura 10 muestra el pH al agua promedio de 3 temporadas en un andisol, por efecto de
las distintas fuentes nitrogenadas evaluadas. El mayor nivel de pH se consiguió con el
nitrato de sodio, fertilizante de reconocido efecto alcalinizante. La urea a su vez fue uno de
los fertilizantes con valores de pH más bajos, debido a la liberación neta de 2 iones H+ que
se producen al transformarse a nitrato. La mezcla nítrico-amoniacal o supernitro, no
produjo variaciones importantes de pH, respecto al testigo, debido a que este tipo de
producto corresponde a una mezcla química de urea (índice de acidez de -1,80) y nitrato de
sodio (índice de alcalinidad de +1,80). Por tal motivo, al realizarse una mezcla de manera
tal que la mitad de las unidades de nitrógeno provengan de cada fertilizante, se obtiene un
producto neutro.
6
5,5
5,32
5,14
pH
4,92
5
4,73
5,01
4,73
Nitrato de sodio
Testigo
Supernitro *
Nitrato de calcio
CAN
4
Urea
4,5
Figura 10. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el pH al agua de un suelo
andisol. Valores promedios de 3 épocas de muestreo y 3 temporadas.
Asimismo, el nitrato de amonio cálcico se comportó tan ácido como la urea, alcanzando
ambos un nivel de pH de 4,73. Este resultado se debe por una parte, a que la cantidad de
carbonato de calcio que contiene este tipo de producto, no alcanza a neutralizar los iones
hidrógeno que se liberan producto de la nitrificación del ion amonio, y porque la velocidad
de reacción del carbonato de calcio es mucho más lenta que la velocidad de transformación
del nitrato de amonio que contiene este fertilizante. Es importante destacar, a la vez, que la
aplicación de los fertilizantes nitrogenados es en cobertera. En tales circunstancias la
dolomita, de baja solubilidad permanece en la superficie del suelo y, en cambio, el nitrato
de amonio del CAN penetra rápidamente en la primera estrata del suelo.
18
Respecto a la fabricación del CAN, está claro que para alcanzar la proporción mínima de
neutralización, el porcentaje de nitrógeno del producto no puede ser superior al 22%; por lo
tanto, productos con mayores porcentajes de nitrógeno que los señalados reflejan que no se
ha alcanzado la cantidad mínima de encalado de neutralización en la mezcla y son en
consecuencia, por fabricación, de efecto acidificante. En el caso del nitrato de amonio
cálcico, (CAN) su formulación incluye 27% de nitrógeno.
Los resultados presentados en la Figura 10 son muy similares a aquellos en que la
evaluación se realizó en condiciones de invernadero en la cual los fertilizantes son
finamente molidos e incorporados al suelo. Al utilizar esta metodología de estudio el
carbonato de calcio y magnesio es incorporado dentro del suelo lo cual facilita su posterior
reacción.
La Figura 11 presenta el pH al agua promedio de dos suelos y dos mediciones realizadas en
diferentes etapas de crecimiento de las plantas de ballica en invernadero.
6
5,75
5,41
pH
5,5
5,43
5,56
5,54
5,28
5
Nitrato de
sodio
Supernitro *
Nitrato de
calcio
Testigo
CAN
4
Urea
4,5
Figura 11. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el pH al agua, valor promedio
de dos suelos (andisol y ultisol) cultivados con Lolium multiflorum cv. tama en
invernadero y dos mediciones
En forma muy similar al trabajo realizado en condiciones de campo, los menores niveles de
pH fueron obtenidos por la urea y el nitrato de amonio cálcico con valores de 5,28 y 5,41;
respectivamente, y el mayor pH correspondió al logrado con nitrato de sodio con un nivel
de 5,75. Por otra parte, nuevamente la mezcla nítrico-amoniacal y el nitrato de calcio
presentaron un comportamiento similar, con un valor de pH levemente superior al testigo.
19
4.2.2. Efecto sobre el magnesio intercambiable.
Con respecto al efecto de las fuentes nitrogenadas sobre el contenido de magnesio
intercambiable, se presentan en la Figura 12 los resultados promedios de las tres
temporadas evaluadas en terreno. Se aprecia que la única fuente que aporta este nutriente,
es decir el CAN, alcanzó niveles similares al testigo y al nitrato de sodio con 0,38 meq/100
g, lo que se explica por el bajo aporte de Mg que realiza este fertilizante y por la baja
solubilidad de los carbonatos de magnesio. Por debajo de estos valores, se encontraron la
fuente nítrico amoniacal, la urea y el nitrato de calcio con 0,34; 0,33; y 0,29 meq/100 g,
respectivamente. Igualmente, el menor contenido de Mg que presenta el tratamiento que
consideró la aplicación de nitrato de calcio, se debería a un efecto antagónico del calcio,
aportado por este fertilizante, sobre el magnesio. Este resultado concuerda con lo señalado
por Bartlett y Mc Intosh (1969) en relación a los efectos negativos de la aplicación de
calcio sobre la disponibilidad de magnesio en el suelo.
0,6
0,5
0,38
Mg (meq/100 g)
0,38
0,4
0,38
0,34
0,33
0,29
0,3
0,2
Nitrato de sodio
CAN
Testigo
Supernitro *
Urea
0
Nitrato de calcio
0,1
Figura 12. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el contenido de Mg
intercambiable de un andisol. Valores promedios de tres épocas de muestreo y tres
temporadas.
4.2.3. Efecto sobre el contenido de calcio intercambiable.
En relación al efecto de las fuentes nitrogenadas sobre el nivel de calcio intercambiable, la
Figura 13 presenta los resultados promedio de las tres temporadas de evaluación en terreno.
El mayor contenido de calcio correspondió al tratamiento que consideró la aplicación de
nitrato de calcio, el que superó en 0,57 meq/100 g de suelo al testigo. Este incremento se
explica por los altos contenidos de calcio del fertilizante y por su alta solubilidad en agua.
El resto de las fuentes nitrogenadas, incluyendo al nitrato de amonio calcáreo, presentaron
contenidos de calcio muy similares entre sí y levemente inferiores al testigo, producto de la
mayor extracción de calcio de estos tratamientos.
20
1 ,9 3
2
1 ,8
Ca (meq/100 g)
1 ,6
1 ,2 9
1 ,4
1 ,1 9
1 ,2
1 ,3 6
1 ,2 2
1 ,2
1
0 ,8
0 ,6
0 ,4
calcio
Nitrato de
Testigo
sodio
Nitrato de
Urea
CAN
0
Supernitro *
0 ,2
Figura 13. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el contenido de calcio
intercambiable de un andisol. Valores promedios de tres épocas de muestreo y tres
temporadas.
4.2.4. Efecto sobre el contenido de sodio intercambiable.
Respecto a los contenidos de sodio intercambiable, la Figura 14 presenta los valores
promedios de sodio de las tres temporadas en estudio. Los resultados son congruentes con
el aporte de sodio que realizan los diferentes fertilizantes nitrogenados. De esta manera, el
mayor contenido de sodio correspondió al nitrato de sodio, el que contiene un 26% de este
nutriente en su formulación, seguido por la mezcla nítrico-amoniacal con 18%, superando
el contenido de sodio del testigo en 0,59 y 0,2 meq/100 de suelo, respectivamente. El resto
de las fuentes nitrogenadas presentó valores similares al testigo fluctuando entre 0,09 y
0,12 meq Na/100 g de suelo.
0,8 0
0 ,6 9
0,7 0
Na (meq/100 g)
0,6 0
0,5 0
0,4 0
0 ,3 0
0,3 0
0,2 0
0 ,0 9
0 ,09
0 ,1 2
0 ,1 0
sodio
Nitrato de
Supernitro *
CAN
Testigo
calcio
Nitrato de
0,0 0
Urea
0,1 0
Figura 14. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el contenido de sodio
intercambiable de un andisol. Valores promedios de tres épocas de muestreo y tres
temporadas.
21
4.2.5. Efecto sobre el contenido de bases de intercambio.
El mayor contenido de bases de intercambio correspondió al tratamiento con nitrato de
sodio con 2,65 meq/100 g (Figura 15) seguido por el nitrato de calcio con 2,59 meq/100 g,
resultado que se explica por el aporte correspondiente de sodio y calcio que realizan estos
fertilizantes. El resto de las fuentes nitrogenadas presentó niveles de bases inferiores al
testigo, destacando el nitrato de amonio cálcico, el que a pesar de realizar un aporte de
magnesio y calcio, obtuvo un valor inferior a la urea.
3
2,59
S. de bases (meq/100 g)
2,5
2,2
2,16
1,94
2,65
1,97
2
1,5
1
Nitrato de
sodio
Nitrato de
calcio
Testigo
Supernitro *
CAN
0
Urea
0,5
Figura 15. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre la suma de bases de un andisol.
Valores promedios de tres épocas de muestreo y tres temporadas.
4.2.6. Efecto sobre el contenido de aluminio de intercambio.
Con respecto al efecto de las diferentes fuentes sobre el contenido de aluminio
intercambiable, promedio de las tres temporadas (Figura 16), los resultados indican una
disminución del aluminio de intercambio por efecto de los nitratos de calcio y sodio, siendo
mayor en este caso la reducción provocada por este último. Consecuentemente, los
mayores niveles de aluminio correspondieron al nitrato de amonio cálcico y a la urea,
fertilizantes que presentaron los pH y suma de bases inferiores al resto de los fertilizantes
evaluados.
22
1,12
1,2
0,96
1
0,84
0,79
0,75
0,85
Al (meq/100 g)
0,8
0,6
0,4
Urea
CAN
Supernitro *
Testigo
Nitrato de
calcio
0
Nitrato de
sodio
0,2
Figura 16. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el contenido de aluminio
intercambiable de un andisol. Valores promedios de tres épocas de muestreo y tres
temporadas.
4.2.7. Efecto sobre el porcentaje de saturación de aluminio.
Finalmente, y en concordancia con los niveles de aluminio y bases antes analizados, los
menores porcentajes de saturación de aluminio promedio de las tres temporadas,
correspondieron a los nitratos de sodio y calcio (Figura 17) y los mayores al nitrato de
amonio cálcico y a la urea. Además, nuevamente la mezcla nítrico amoniacal presentó un
comportamiento similar al testigo.
40
33,13
35
% Saturación Al
30
27,98
23,49
34,19
28,26
24,7
25
20
15
10
Urea
CAN
Supernitro *
Testigo
Nitrato de
calcio
0
Nitrato de
sodio
5
Figura 17. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre la saturación de aluminio (%)
de un andisol. Valores promedios de tres épocas de muestreo y tres temporadas.
Resultados muy similares y coincidentes con los anteriores se produjeron cuando estas
evaluaciones se realizaron en condiciones de laboratorio. En la Figura 18 se presenta el
23
efecto de las fuentes nitrogenadas sobre la saturación de aluminio como valor promedio de
dos suelos incubados en invernadero y tres mediciones realizadas en diferentes períodos.
Los valores más elevados, al igual que la experiencia realizada en campo, corresponden a la
urea y al nitrato de amonio cálcico con 17 y 15%, respectivamente, mientras que los
menores niveles de saturación de aluminio fueron obtenidos con el nitrato de sodio y el
nitrato de calcio con 9,18 y 9,80%, respectivamente. Por su parte, la mezcla nítricoamoniacal presentó nuevamente un comportamiento neutro.
17,1
18
15
16
12,7
% Saturación Al
14
12
9,18
12,9
9,8
10
8
6
4
Urea
CAN
Testigo
Supernitro *
Nitrato de calcio
0
Nitrato de sodio
2
Figura 18. Efecto de diferentes fuentes nitrogenadas sobre el % de saturación de aluminio,
promedio de dos suelos incubados (andisol y ultisol) y tres mediciones.
Todos los parámetros evaluados permiten señalar que desde el punto de vista de la
conservación de la capacidad productiva del recurso suelo existen fertilizantes nitrogenados
que de utilizarse en forma continua, pueden mejorar la fertilidad natural del suelo, no
afectarla, o limitar la capacidad productiva del recurso, afectando por lo tanto la
sustentabilidad de los sistemas productivos. Especial importancia alcanzan estos
fertilizantes en sistemas continuos de cero labranza sin quema, en que por procesos de
mineralización de la materia orgánica se produce un gradual proceso de acidificación del
suelo.
24
5. MEZCLAS FERTILIZANTES Y SUS EFECTOS SOBRE EL SUELO.
En la medida que se ha intensificado el uso de los suelos y se han incrementado los
rendimientos de los cultivos anuales y especies forrajeras, producto de los mayores
potenciales de rendimiento de las nuevas variedades y de los mejores niveles tecnológicos
de los productores, se ha ido produciendo un cambio gradual y sostenido en la fertilización
de los cultivos y praderas, que hasta fines de la década del 80 era básicamente con
nitrógeno y fósforo. A partir de la década del 90 se han detectado, cada vez con más
frecuencia carencias de otros nutrientes tales como potasio, magnesio, calcio, azufre, y
microelementos como boro y zinc, que varían en magnitud según el tipo de suelo, y grado
de erosión. A la vez se ha incrementado en muchos suelos la presencia de elementos
fitotóxicos como el aluminio de intercambio, elemento que adquiere más importancia a
medida que disminuye el pH de los suelos y la suma de los cationes como calcio, magnesio,
potasio y sodio.
El uso de las mezclas fertilizantes es la forma correcta de enfrentar la fertilización de los
cultivos si se quiere conservar la productividad del recurso suelo a través del tiempo. El
uso cada vez más intensivo de los suelos, las altas extracciones de nutrientes que realizan
las nuevas variedades de más alto rendimiento, así como las pérdidas de nutrientes por
lixiviación y erosión, justifican el uso creciente de las mezclas fertilizantes. Al respecto, la
Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de la Universidad de la Frontera ha
realizado numerosas investigaciones con el objeto de evaluar el impacto que tienen estos
productos sobre los principales parámetros químicos de suelos acidificados en el
microambiente que se produce en el surco de siembra durante las primeras etapas de
establecimiento de los cultivos (Pinilla, 1994).
En las investigaciones realizadas se han utilizado diversas mezclas de siembra, utilizando
para ello distintas combinaciones de diferentes fertilizantes simples y complejos, cuyo
detalle se indica en el Cuadro 5.
Cuadro 5. Fertilización a la siembra para las diferentes mezclas evaluadas.
Dosis de nutrientes por hectárea u/Ha
Tratamientos
Fosfato Monoamónico
Superfosfato triple + salitre
Mezcla 100 % amoniacal
Mezcla 50% Nit.-50% amoniacal
Mezcla 100 % Nítrica
N
P2O5
K2 O
MgO
S
CaO
% N Nítrico
36
36
36
44
43
180
180
180
180
180
0
0
50
50
52
0
0
16
20
18
0
0
20
13
22
0
78
5
87
77
0
100
0
50
100
25
Se utilizó un suelo trumao de lomaje de la serie Pemehue, cuyas principales características
químicas se presentan en el cuadro 6.
Cuadro 6. Principales características químicas del suelo utilizado en el ensayo en
campo. Estrata 0 – 20 cm.
Característica
pH al agua (ppm)
P-Olsen (ppm)
K (meq/100 g)
Ca (meq/100 g)
Mg (meq/100 g)
Na (meq/100 g)
Al (meq/100 g)
Suma de bases (meq/100 g)
Saturación de Al (%)
Contenido
5.49
15.0
0.29
2.75
0.52
0.11
0.58
3.67
13.64
En la investigación se realizaron muestreos de suelos al surco transcurridos 30 y 60 días de
la siembra, utilizando para ello un tubo de PVC de 5 centímetros de diámetro y de 10
centímetros de profundidad.
5.1. Acidez del suelo.
En la Figura 19 se presenta el efecto producido por las diferentes mezclas sobre algunos
parámetros químicos en la zona de la rizósfera de un cultivar de raps.
De los resultados presentados en la Figura 19 se puede concluir que el pH del suelo se eleva
notoriamente a medida que aumenta el porcentaje de nitrógeno nítrico en la mezcla
fertilizante aplicada en el surco de siembra. Este aumento del pH es de una magnitud
significativamente mayor que el producido por el carbonato de calcio aplicado al voleo e
incorporado al suelo previo a la siembra. Así, por ejemplo, considerando el promedio de
las dos dosis de cal (1000 y 2000 kilos/ha) se producen incrementos de 0,12 unidades de
pH por cada mil kilos de cal; en cambio, las diferencias promedio de pH entre fosfato
monoamónico y superfosfato triple + salitre sódico alcanza a 0,68 unidades de pH,
equivalente a 5,7 veces.
El aumento del pH trajo como consecuencia una disminución significativa de los valores de
aluminio de intercambio y del porcentaje de saturación de aluminio, que también resultó
mucho más importante que la provocada por la aplicación de carbonato de calcio.
A nivel de la rizósfera se puede señalar que el incremento de la suma de las bases por
aplicaciones de 1000 kilos de cal fue de 1,71 meq/100g y de 3,19 meq/100g al comparar el
26
efecto de la aplicación de fosfato monoamónico con una mezcla fertilizante con 100% de
nitrógeno nítrico.
La localización de los fertilizantes en el surco de siembra, las diferentes velocidades de
reacción de éstos y la cal aplicada a toda la superficie, así como las propias características
de los fertilizantes respecto a sus índices de acidez o basicidad, explican estas diferencias.
40
5,7
%Sat.Alum. Sin Cal
35
36,60
5,63
%Sat.Alum. 1000 kg Cal
5,5
%Sat.Alum. 2000 kg Cal
pH Sin Cal
5,39
5,40
5,3
pH 1000 kg Cal
25
23,80
20
15
15,85
5,22
5,23
pH 2000 kg Cal
5,12
20,05
16,7
5,07
5,1
5,11
pH
% Sat. Aluminio
30
4,98
4,98
4,9
14,25
10
4,85
4,85
4,77
5
12,53
12,08
10,55
9,20
4,71
8,10
6,40
3,95
4,62
4,7
6,30
3,65
0
4,5
FMA
100%
Amoniacal
50%
Amoniacal
100% Nítrica Superfosfato
Triple+Salitre
27
2,0
12
Alun. de Inter. 1000 kg Cal
Alum.de Inter. 2000 kg Cal
Suma de Bases Sin Cal
Suma de Bases 1000 kg Cal
Suma de Bases 2000 kg Cal
Aluminio de inter. Meq/100g
1,6
1,4
7,7
8
1,35
1,2
1,0
9,01
8,24
7,99
1,41
10
9,63
8,98
1,12
1,11
6,45
7,02
1,14
6,02
6,05
6
6,21
5,28
0,8
5,06
0,84
4,96
0,73
0,6
0,75
0,57
0,4
4
0,73
0,69
0,56
0,53
2,8
0,37
0,2
Suma de Bases Meq/100g
1,8
Alun. de Inter. Sin Cal
2
0,3
0,0
0
FMA
100%
Amoniacal
50% Amoniacal 100% Nítrica
Superfosfato
Triple+Salitre
Figura 19. Efecto de diferentes alternativas de fertilización, con y sin cal, sobre
parámetros de acidez en un suelo andisol sembrado con raps. Valores promedios de
dos muestreos de suelos realizados en el surco de siembra y de dos temporadas.
Considerando que existen variados antecedentes de la pérdida sostenida de cationes del
suelo producto de la erosión física, del arrastre a capas profundas del suelo producto de la
lixiviación, del incremento de iones hidrógeno en los suelos acidificados, y de la propia
extracción de los cultivos, es importante diseñar una estrategia de fertilización que tienda a
conservar y mejorar la disponibilidad de calcio, magnesio, potasio y sodio del suelo. Al
respecto, en la Figura 20 se presentan el efecto de diferentes alternativas de fertilización
sobre los cationes del suelo, producido en torno al surco de siembra.
28
2.5
Mezcla sin Potasio
Ca meq/100g
Sin calcio (Base FMA)
Con 81 u CaO (Base Triple)
6.0
4.3
8.9
6.4
4.4
Mezcla con 51 u de K2O
1.5
1.8
1.8
1.7
1
0.5
2.4
0.5
0.4
0.4
0
Sin Cal
1000 Kg de
Cal
2000 Kg de
Cal
1000 Kg de
Cal
2000 Kg de
Cal
1.2
Mezcla sin magnesio
Mezcla con 18 u de MgO
Mezcla sin Sodio
Mezcla con 55 u de Sodio
1.5
1.7
1.6
1.5
1
1.1
0.5
Sin Cal
0.7
0.8
Na meq/100g
2
Mg meq/100g
2
K meq/100g
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
0.8
0.9
0.8
0.4
0.5
0.1
0
0.1
0.1
0
Sin Cal
1000 Kg de
Cal
2000 Kg de
Cal
Sin Cal
1000 Kg de
Cal
2000 Kg de
Cal
Figura 20. Efecto de diferentes alternativas de fertilización, con y sin cal, sobre los
contenidos de calcio, potasio, magnesio y sodio en un suelo andisol sembrado con raps.
Valores promedios de dos muestreos de suelos realizados en el surco de siembra.
Para cada uno de los cationes se observan diferencias muy relevantes al comparar el efecto
de una mezcla con o sin determinado nutriente. En relación al contenido de calcio se
observa que el incremento promedio de calcio de intercambio fue de 2,0 meq/100g al
comparar una mezcla que no consideraba este nutriente (FMA) con una mezcla que
contenía 81 u CaO producto de la utilización del Superfosfato Triple. A su vez, el efecto de
la aplicación de 1 tonelada de cal se tradujo en un incremento promedio de calcio de
intercambio equivalente a 2,15 meq/100g.
El incremento de potasio en la rizósfera del suelo alcanzó a un 409% al incluir 51 u K2O en
la mezcla; el de MgO fue de 186% al aplicar 18 unidades de este nutriente y, el de sodio fue
de 733%, debido a la aplicación de 55 unidades de este último.
29
5.2. Rendimiento.
Diversos ensayos de mezclas confirman el impacto que produce el tipo de nitrógeno de la
mezcla sobre el rendimiento de los cultivos. En relación con el efecto de las distintas
mezclas sobre el rendimiento de grano en raps (Figura 21), se observa que los mayores
rendimientos se obtuvieron con la mezcla 100% nítrica y el tratamiento con superfosfato
triple y nitrato de sodio. Para estas alternativas de fertilización no se produjeron diferencias
de rendimiento al aplicar o no, carbonato de calcio. El menor rendimiento correspondió al
tratamiento fertilizado con fosfato monoamónico, que aumentó significativamente su
rendimiento con la aplicación de carbonato de calcio, pero sin lograr superar los
rendimientos obtenidos con mezclas fertilizantes, con y sin enmienda calcárea. En relación
a los tratamientos con mezcla y sin cal, la mezcla 100% nítrica superó a la mezcla 100%
amoniacal en 6 qqm/ha, y en 3 qqm/ha a la mezcla 50% amoniacal - 50% nítrica.
Cabe destacar, que el efecto de la aplicación de carbonato de calcio sólo aumentó el
rendimiento en los tratamientos fertilizados con fosfato monoamónico y con la mezcla
100% amoniacal, debido a los altos niveles de saturación de aluminio y bajos pH
presentados por estos fertilizantes.
4,5
SIN CAL
1000 kg/ha de cal
3,9 3,9
3,8
4
3,3
Rendimiento grano (ton/ha)
3,5
3,6
3,9
3,9
3,5
3,1
3
2,5
1,9
2
1,5
1
0,5
0
FMA
100%
amoniacal
50%
amoniacal
100% nítrica
Superfosfato
triple +
nitrato de
sodio
Figura 21. Efecto del encalado y alternativas de fertilización a la siembra sobre el
rendimiento de raps en un suelo andisol acidificado. Valores promedios de dos temporadas
de evaluación.
30
6. ENCALADO EN PRADERAS Y EN CERO LABRANZA.
El encalado es una técnica utilizada para corregir los problemas de acidez de los suelos.
Con la adición de carbonato de calcio se reducen los efectos tóxicos de los iones Al+, H+, y
Mn+ en la solución del suelo (Kamprath y Foy 1985, Bernier y Appel, 1990). El efecto
neutralizante del carbonato de calcio depende de la dosis aplicada, de su grado de finura, de
la pureza, y del tiempo de incubación (Bernier, 1991).
Los métodos convencionales de aplicación de carbonato de calcio consisten en la
distribución de ésta sobre la superficie del suelo, y su posterior incorporación y mezcla con
el suelo a través de los implementos utilizados en la preparación de éstos. A través de esta
tecnología se espera que el carbonato de calcio ejerza una acción mejoradora del suelo en la
capa arable. En suelos sembrados utilizando la labranza cero o siembra directa, así como
en las praderas mixtas permanentes no es posible incorporar la cal de acuerdo a los métodos
convencionales, desconociéndose en parte el efecto corrector de las enmiendas calcáreas
bajo estas condiciones de manejo de los suelos. La presente investigación, cuyos resultados
detallan a continuación, tuvo como principal objetivo evaluar el efecto corrector del
carbonato de calcio aplicado en suelos andisoles bajo cultivo tradicional, labranza cero, y
en aplicaciones en cobertera en praderas mixtas permanentes.
Se realizaron diferentes ensayos de campo en dos series de suelos andisoles con diferentes
grados de acidez inicial, correspondientes a la serie Sta. Bárbara, y serie Freire. En ambos
sitios se determinó el efecto corrector de una dosis de 2.000 kilos de CaCO3, aplicada en un
cultivar de trigo sembrado en forma tradicional, y con siembra directa; y en una pradera
mixta permanente.
Los principales antecedentes sobre la metodología utilizada en el estudio se presentan en el
Cuadro 7.
Cuadro 7. Metodología utilizada y evaluaciones realizadas en los estudios sobre
encalado de suelos bajo cultivos anuales y praderas permanentes.
Cultivo
Epoca
aplicación
Forma
aplicación
Profundidad
muestro (cm)
30 días antes Incorporada con
siembra
vibrocultivador
0–5
5 – 10
10 – 20
Trigo cero 30 días antes Al voleo sobre
siembra
el suelo
labranza
0–5
5 – 10
10 – 20
60 días previo Al voleo sobre
Pradera
el suelo
permanente fertilización
0 – 10
10 - 20
Trigo
tradicional
* Poder relativo de neutralización total.
Epoca
muestreo
PRN * Evaluaciones
78, 112 y 168
días después
aplicación
91,81
pH, Ca, K, Mg,
Na y Al
intercambiable.
78, 112 y 168
días después
aplicación
91,81
pH, Ca, K, Mg,
Na y Al
intercambiable
125 y 178
días después
aplicación
91,81
pH, Ca, K, Mg,
Na y Al
intercambiable
31
Los muestreos en los sitios cultivados con trigo se hicieron coincidir con los estados
fenológicos de macolla, elongación de tallo y floración. En praderas los muestreos se
realizaron después del primer y segundo corte de ésta.
6.1. Parámetros de acidez en un suelo sembrado en forma tradicional y con cero
labranza.
En la Figura 22 se presentan los valores de pH, calcio, aluminio de intercambio y
porcentaje de saturación de aluminio, en diferentes estratas del suelo bajo condiciones de
manejo tradicional y cero labranza. Los resultados corresponden al promedio de las
mediciones realizadas en diferentes etapas fenológicas del crecimiento del cultivo.
Los resultados demuestran claramente que los efectos de la aplicación de dos toneladas de
carbonato de calcio fueron muy similares cuando se incorporó al suelo con un
vibrocultivador (siembra tradicional) o cuando el carbonato de calcio fue aplicado en
cobertera sobre el suelo (siembra directa). En ambos casos el efecto corrector se produjo,
principalmente, en los primeros 5 cm del suelo, debido a que el vibrocultivador es un
equipo que remueve el suelo en forma superficial, sin invertirlo.
El efecto corrector del carbonato de calcio disminuyó notoriamente en las estratas más
profundas del suelo. En la Figura 22 se observan, por ejemplo, incrementos promedios de
pH, respecto al testigo, de 0,65 unidades en la estrata 0 – 5; de 0,25 unidades de pH en la
estrata 5 – 10 cm, y de 0 unidad de pH a la profundidad 10 – 20 cm. Un efecto similar se
produjo con el calcio de intercambio el cual subió 5,15 meq/100 g en los primeros 5
centímetros y 0,3 meq/100 g entre los 10 – 20 cm de profundidad. El aluminio de
intercambio y porcentaje de saturación de aluminio, disminuyeron notoriamente en los
primeros 5 centímetros del suelo, y no presentaron mayores variaciones en las estratas más
profundas del suelo. Numerosos autores señalados por Escobar (1993) han indicado los
fundamentos y reacción de hidrólisis del carbonato de calcio que permiten explicar el
incremento de pH, de calcio de intercambio y la disminución del porcentaje de saturación
de aluminio.
32
6
9
5,9
2 ton CaCO3 Tradicional
5,8
5,6
pH
2 ton CaCO3 Cero Labranza
5,4
5,5 5,5
5,5
5,2
Ca inter.meq/100g
5,8
5,2
5,5
5,4
5,2
5
2 ton CaCO3 Cero Labranza
7
2 ton CaCO3 Tradicional
8.0
6
6.7
5
4
4.4
3
3.6
3.3
2
1
2.2
2.3
0- 5 Cm
5 - 10 Cm
3.7 3.6
0
4,8
0- 5 Cm
5 - 10 Cm
10 - 20 Cm
10 - 20 Cm
6,0
0,2
0 ton CaCO3
0 ton CaCO3
0,19
% Sat. Aluminio
2 ton CaCO3 Tradicional
0,14
0,12
0,13
0,11
0,08
0,04
0,03
0,02
0,02
0,03
2 ton CaCO3 Cero Labranza
5,0
2 ton CaCO3 Cero Labranza
0,16
Al. inter meq/100g
0 ton CaCO3
8
0 ton CaCO3
2 ton CaCO3 Tradicional
5,0
4,0
3,0
3,7
3,0
2,3
2,0
1,0
0,03
0,4
0,2 0,3
0,6 0,5
0,0
0
0- 5 Cm
5 - 10 Cm
10 - 20 Cm
0- 5 Cm
5 - 10 Cm
10 - 20 Cm
Figura 22. Efecto de diferentes formas de aplicación de carbonato de calcio sobre el
pH, Ca, Al de intercambio y % de saturación de aluminio a diferentes profundidades
en un suelo andisol sembrado con trigo.
La baja solubilidad del carbonato de calcio, la cual alcanzaría los 50 miligramos por litro de
agua (Rodríguez, 1993), y su baja movilidad, explicarían el escaso efecto corrector en las
estratas más profundas del suelo. Resultados similares obtuvo Bernier (1991) en un suelo
de la serie Osorno quien no encontró diferencias de pH, calcio de intercambio y aluminio
de intercambio en dicho suelo, en la estrata 10 – 20 cm, al aplicar diferentes dosis de
carbonato de calcio.
33
6.2. Parámetros de acidez en un suelo con praderas permanentes.
En la Figura 23 se presenta el efecto de la aplicación de CaCO3 en una pradera permanente.
Los resultados señalan para el ensayo en praderas un comportamiento similar al obtenido
en un suelo sembrado con trigo, en el sentido que el efecto corrector del carbonato de calcio
se concentra en la primera estrata del suelo. En los primeros 10 cm se produjeron
incrementos promedios de pH, respecto al testigo de 0,10 unidades en la estrata 0 – 10; y de
0 unidades de pH en la estrata 10 – 20 cm. Un efecto similar se produjo con el calcio de
intercambio el cual se incrementó respecto al testigo en 2,99 meq/100 g en los primeros 10
centímetros; y en 0,29 meq/100g entre los 10 y 20 cm de profundidad. A su vez, el
aluminio de intercambio y porcentaje de saturación de aluminio disminuyeron en forma
importante en los primeros 10 centímetros, y permanecieron prácticamente iguales en la
estrata 10 – 20 cm.
5.7
8
0 ton CaCO3
5.65
5.66
pH
5.55
Ca Inter. Meq/100g
5.6
2 ton CaCO3
5.56
5.5
5.45
5.4
5.35
4.16
4
3
1.66
2
0 -10 Cm
1.95
10 - 20 Cm
35
0 ton CaCO3
30
0.94 0.95
0 ton CaCO3
2 ton CaCO3
2 ton CaCO3
% Sat. Aluminio
Al Inter. Meq/100g
5
10 - 20 Cm
1.0
0.7
0.6
0.5
0.4
0.2
2 ton CaCO3
0
0 -10 Cm
0.3
6
5.35
5.3
0.8
0 ton CaCO3
1
5.35
0.9
7.15
7
0.40
0.26
28.70
26.80
25
20
15
10
5
7.07
3.30
0.1
0
0.0
0 -10 Cm
10 - 20 Cm
0 -10 Cm
10 - 20 Cm
Figura 23. Efecto de diferentes formas de aplicación de carbonato de calcio sobre el
pH, Ca, Al de intercambio y % de saturación de aluminio a diferentes profundidades
en un suelo andisol con pradera permanente.
34
Estos resultados concuerdan con estudios realizados por Bernier (1991) en suelos similares.
Este mismo autor señala que en las praderas de trébol blanco y ballica, el 95% del sistema
radical se concentra en los primeros 5 cm, motivo por el cual las aplicaciones de carbonato
de calcio en cobertera mejorarían la productividad de estos cultivos en suelos acidificados.
Los resultados obtenidos tanto en suelos sembrados en forma tradicional, así como bajo
sistemas de cero labranza y aplicaciones de carbonato de calcio sobre praderas permanentes
permiten concluir que el efecto corrector de la enmienda, durante el primer año de
aplicación, se concentra principalmente, en los primeros 5 centímetros del suelo.
35
7. CONCLUSIONES Y COMENTARIOS.
•
Considerando las investigaciones realizadas, es posible concluir que los diversos
fertilizantes nitrogenados afectan de diferentes maneras las propiedades químicas de los
suelos. El efecto sobre la productividad del recurso suelo está relacionado con la
reacción del fertilizante, la dosis utilizada, y la frecuencia de uso en el suelo.
•
De los parámetros evaluados queda claramente demostrado que el nitrato de sodio es un
fertilizante que incrementa el pH del suelo, y que la urea lo disminuye. La magnitud de
tal aumento o disminución se hace más importante en la medida que la utilización de
ambos fertilizantes se prolongue en el tiempo. De igual modo es posible señalar que a
través del uso sucesivo de los fertilizantes se producen diferencias en la suma de bases
del suelo. En este caso, y considerando los resultados obtenidos entre los años nueve al
once, el suelo tratado con nitrato de sodio superó los valores de suma de bases del suelo
con urea en un 19%.
•
El uso sucesivo de nitrato de sodio y urea durante once años produjo diferencias
importantes en el rendimiento de todos los cultivos evaluados. En avena y trigo los
rendimientos promedios con nitrato de sodio superaron a los de la urea en un 12% y en
raps y cebada estas diferencias se elevaron a 15 y 16%, respectivamente.
•
De las diversas mediciones realizadas sobre el efecto de los diferentes fertilizantes
nitrogenados evaluados en una secuencia de uso sucesivo de tres años en campo, es
posible concluir que existen, según su composición química, cuatro tipos de
fertilizantes nitrogenados: los nitratos de reacción alcalina, la mezcla nítrico amoniacal
o supernitro de reacción neutra, los nitratos de amonio cálcicos de reacción ácida a
moderadamente ácida, y la urea de reacción ácida.
•
El comportamiento de estos fertilizantes nitrogenados es determinante en la reacción de
las diferentes mezclas de siembra que los contienen. En experiencias de campo,
realizadas durante dos temporadas, los mayores niveles de saturación de aluminio se
obtuvieron con una mezcla preparada con nitrógeno 100% amoniacal (15,6%). Este
parámetro disminuyó notoriamente al utilizar 100% de nitrógeno nítrico en la mezcla
(8,9%). Los rendimientos de raps canola obtenidos en tales estudios se relacionaron
estrechamente con el tipo de nitrógeno utilizado a la siembra. Los más altos
rendimientos se obtuvieron al utilizar 100% de nitrógeno nítrico.
•
Los resultados obtenidos, con aplicaciones superficiales de carbonato de calcio tanto en
suelos sembrados en forma tradicional, como en cero labranza y sobre praderas
permanentes, permiten concluir que el efecto corrector de la enmienda, durante el
primer año de aplicación, se concentra en los 5 centímetros iniciales del suelo.
•
De las diferentes investigaciones realizadas se concluye que la reacción de los distintos
fertilizantes nitrogenados pueden incrementar la acidez de los suelos, no influir en ella,
como también pueden contribuir a mejorar la capacidad productiva de los suelos ácidos.
Desde el de vista de la sustentabilidad de la capacidad productiva del recurso suelo, el
36
uso racional de los fertilizantes nitrogenados y de las mezclas fertilizantes es una
estrategia que se complementa muy bien con el uso de enmiendas calcáreas. Las
mezclas fertilizantes contribuyen en general a conservar y mejorar la fertilidad del
suelo, si se les compara con fertilizaciones tradicionales basadas solamente en nitrógeno
y fósforo. Sin embargo, es importante conocer el tipo de nitrógeno de la mezcla ya que
este nutriente, según sea su reacción, ejerce una fuerte influencia en las características
químicas del microambiente del surco de siembra. Las mezclas amoniacales afectan el
rendimiento del cultivo, y su magnitud dependerá de las características iniciales del
suelo, y de la tolerancia del cultivo y especie a la presencia de aluminio de intercambio.
•
Considerando que es evidente que un suelo que no presenta limitaciones en sus
diferentes parámetros de fertilidad es más productivo que uno que las presente, y que un
sistema sustentable es aquel capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones
presentes sin comprometer la capacidad para las futuras generaciones es entonces
importante que la decisión técnica de qué fertilizante aplicar al suelo no sea tan solo en
función del costo de la unidad del nutriente.
37
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