282 ABALES Ж quecer. í la patria con las mas exquisitas preciosida-i des..>/Kalm de Canadá Qsbeck! de/la*China,Hasselquist de Egipto, Toren de Surate, y Montin de-la Laponia. y D e Jas.'partes meridionales de Europa era poco ó onda lo que yo sabia á.tiempo que ya me eran c o nocidas las producciones naturales de las Indias mas remotas; Este fue:.el motivo por que solicité, mediante el influxo de mis amigos, introducirme con el Exc." Sr. Marques de Grimaldi, Embaxador de S. M . C a tólica: en nuestra corte, y suplicar"que me fuese per* mitido enviar uno:de mis discípulos á'recorrer JáEs* paña. N o bien, habia yo entablado mí pretensión^ quando el Señor Teniente Radbaud me dio á entender de. parte de S. E . q u e S. M . Católica deseábate-, ner á su servicio un Botánico qué hubiese estudia-» do conmigo; casualidad que al pronto me llenó de admiración. il $ q • \ .! Una cosa digna dé referirse aquí ,es que en este mismc tiempo algunos sabios ingleses considerando con quan-poco conocimiento, y casi' á ciegas se habían examinado las plantas mas especiales «de aquellas partes del mundo, que están situadas en urí clima benigno y apacible, habían formado el proyecto de salir juntos un verano á observar las maravillas de tan felices terrenos. Pusieron por fin en execucion su pensamiento^ y salieron á viajar por la Francia , España^ Italia;,, los Suizos., Alemenia, Suecia. y -Dinamarca. Uno. de: estos, el Caballero Roberto Moré', de la Sociedad. Real de Londres, vino también á U p s a l , y me contó .'que hallándose dichos sabios en Madrid, los convidó á su mesaíel Exc. Sr. D . Jóseph dé Carvajal, Secretario dé Estado, de S ; M . Católica , y preguntándoles qué, juicio formaban de Españarespondieron y : ; ;