VIII Reglas generales para la celebración de contratos

Anuncio
VIII
Área Derecho Empresarial
VIII
Contenido
VIII-1
Reglas generales para la celebración de
contratos
Ficha Técnica
Autor :Dr. Cristhian Northcote Sandoval
Título : Reglas generales para la celebración de
contratos
Fuente: Actualidad Empresarial Nº 274 - Primera
Quincena de Marzo 2013
1.Introducción
Para la celebración de un contrato existen
una serie de formalidades o requisitos que
se deben cumplir, dependiendo del tipo
de contrato que se celebre. Pero existe
también un conjunto de reglas generales
que son aplicables a todos los contratos,
y que funcionan como un marco general
de regulación previsto por el Código Civil.
En la medida que estas reglas generales
son aplicables a todos los tipos de contratos, es indispensable conocerlas para
reconocer sus efectos en las operaciones
que celebra una empresa, sin perjuicio de
las características o condiciones específicas de cada operación.
En el presente informe, desarrollaremos
algunas de las reglas generales más importantes que contiene el Código Civil
para regular los contratos.
2. Marco legal
Las reglas generales de contratos están
previstas a partir del artículo 1351º del
Código Civil.
3. Concepto de contrato
modificar o extinguir una relación jurídica
patrimonial”.
Así, un contrato tiene como efecto crear,
regular, modificar o extinguir obligaciones
entre las partes que lo celebran, pues no
podrían ser exigidas frente a una persona que no forme parte de la relación
contractual.
Es importante señalar que no debe confundirse al contrato con el documento
o documentos que se pueden suscribir
para darle una forma escrita. En efecto, si
nuestro contrato no requiere de ninguna
formalidad establecida por ley, puede celebrarse incluso de manera verbal, como
lo veremos más adelante. Y siendo así,
suscribir un documento escrito no sería
una condición esencial para la existencia
y validez del contrato y no debe confundirse al documento con el este.
Esta diferencia es de suma importancia
pues puede ocurrir, por ejemplo, que el
documento tenga una serie de errores o
defectos en su contenido. Estos errores
pueden generar que el documento no sea
comprensible, pero de ninguna manera
generarán la invalidez del contrato, pues el
documento no es un requisito de validez.
Para entender mejor estas consideraciones sobre la forma del contrato, veremos
lo que nos dice el Código Civil con respecto al perfeccionamiento.
4. Perfeccionamiento de contratos
El artículo 1351º del Código Civil define
al contrato de la siguiente forma:
Cuando hacemos mención al perfeccionamiento de contratos estamos refiriéndonos a lo que usualmente se denomina
como celebración del contrato. Es decir,
se considera que un contrato queda perfeccionado cuando se han reunido todos
los elementos necesarios para su validez.
“Noción de contrato
Artículo 1351º.- El contrato es el acuerdo
de dos o más partes para crear, regular,
Como regla general, el contrato queda
perfeccionado cuando se produce el
acuerdo de voluntades de las partes invo-
El primer punto que debemos aclarar es
el concepto de contrato, para establecer
cuándo un acto u operación constituye
en realidad un contrato.
N° 274
Primera Quincena - Marzo 2013
lucradas. Excepcionalmente, cuando una
norma legal lo requiera, será necesario
que el acuerdo de voluntades se exprese
en una forma determinada, como un documento escrito o una escritura pública.
Veamos lo que nos indica el artículo
1352º sobre el perfeccionamiento de
contratos:
Informe Especial
Reglas generales para la celebración de contratos
Informe especial
“Perfección de contratos
Artículo 1352º.- Los contratos se perfeccionan por el consentimiento de las partes,
excepto aquellos que, además, deben
observar la forma señalada por la ley bajo
sanción de nulidad”.
Nótese que las formalidades a las que
hace referencia este artículo, como condición adicional al consentimiento de las
partes, deben ser establecidas por una
norma legal que indique expresamente
que a falta de dicha formalidad, el contrato será nulo.
Veamos un ejemplo de esta situación.
El contrato de donación puede hacerse
sobre bienes muebles e inmuebles. Para
cada caso, el Código prevé una formalidad obligatoria, bajo sanción de nulidad,
como se precisa en los siguientes artículos:
“Donación por escrito de bienes muebles
Artículo 1624º.- Si el valor de los bienes
muebles excede el límite fijado en el artículo
1623º, la donación se deberá hacer por escrito de fecha cierta, bajo sanción de nulidad.
En el instrumento deben especificarse y
valorizarse los bienes que se donen”.
“Donación de bienes inmuebles
Artículo 1625º.- La donación de bienes
inmuebles, debe hacerse por escritura pública, con indicación individual del inmueble o
inmuebles donados, de su valor real y el de
las cargas que ha de satisfacer el donatario,
bajo sanción de nulidad”.
Como se puede observar, estos artículos
señalan expresamente una formalidad
Actualidad Empresarial
VIII-1
VIII
Informe Especial
para el perfeccionamiento del contrato
de donación para bienes, muebles e
inmuebles, disponiendo que, en caso de
inobservancia de las formalidades previstas, el contrato será nulo.
Es importante señalar también que la
nulidad del contrato no es subsanable, es
decir, que no puede considerarse que el
contrato es válido si se realizan otros actos
o formalidades distintas a las señaladas
por la ley, aun cuando las partes estén
de acuerdo.
De los artículos citados, podemos apreciar que las formalidades que contiene
el Código Civil consisten en mecanismos
de instrumentalización del contrato, es
decir, de formas que buscan darle a las
partes seguridad con respecto al contenido del contrato y de los acuerdos que
han adoptado.
Por ello, podemos establecer una suerte
de orden de jerarquía entre las distintas
formalidades previstas por el Código:
· La forma escrita. La forma escrita
es básicamente la suscripción de un
documento escrito por las partes intervinientes del contrato. Cuando esta
es una formalidad obligatoria bajo
sanción de nulidad para el contrato,
todas las partes intervinientes deben
suscribir el documento para considerar que ha sido perfeccionado.
· El documento de fecha cierta. Muchas
veces se confunde al documento de
fecha cierta con el documento con
firmas legalizadas por un notario. Sin
embargo, la legalización notarial de
las firmas es solo una de las formas
por las cuales un documento adquiere
fecha cierta.
La fecha cierta es una característica
de un documento en virtud de la cual
se tiene absoluta certeza de su fecha
de emisión o celebración, que no
necesariamente es la expresada en el
documento, sino la fecha cierta que se
configure a través de la circunstancia
prevista por ley. En este caso, la norma
legal que establece las circunstancias
que otorgan fecha cierta es el artículo
245º del Código Procesal Civil:
“Fecha cierta
Artículo 245º.- Un documento privado adquiere fecha cierta y produce eficacia jurídica
como tal en el proceso desde:
1. La muerte del otorgante;
2. La presentación del documento ante
funcionario público;
3. La presentación del documento ante
notario público, para que certifique
la fecha o legalice las firmas;
4. La difusión a través de un medio
público de fecha determinada o determinable; y
5. Otros casos análogos.
VIII-2
Instituto Pacífico
Excepcionalmente, el juez puede considerar como fecha cierta la que haya sido
determinada por medios técnicos que le
produzcan convicción”.
Como vemos, la legalización de las
firmas en el documento es solo una de
las circunstancias que le otorgan fecha
cierta. Incluso, ni siquiera estamos ante
un listado cerrado de condiciones, sino
que el propio artículo 245º señala que
el juez que resuelve sobre la certeza del
documento, puede atribuirle fecha cierta
por otras circunstancias no señaladas
expresamente por este artículo.
• La escritura pública. La escritura pública es un documento público, otorgado por notario como consecuencia
de la solicitud o minuta presentada
por las partes. Hay que señalar que
la escritura pública, como su nombre
lo indica, es un documento público y
es accesible a cualquier persona que
lo solicite al notario.
Ahora bien, para que se considere
otorgada la escritura pública, las
partes intervinientes en el contrato
deben suscribirla.
Tal vez se genere la duda de por qué no
se ha considerado como una forma de
perfeccionamiento de los contratos a la
inscripción en los Registros Públicos.
Esto es así porque la inscripción en los
Registros Públicos no constituye ningún
mecanismo que otorgue certeza o seguridad sobre la voluntad de las partes,
sino que se trata simplemente de un procedimiento administrativo que le otorga
publicidad a un acto.
En efecto, el objetivo de las formalidades
que se imponen para perfeccionar algunos contratos tiene que ver con la necesidad de darle certeza o mayor seguridad
a la voluntad de las partes otorgada sobre
un contrato. Así por ejemplo, una legalización de firmas o una escritura pública
no se cumplirían si es que las partes no se
someten a dicha formalidad, acudiendo
ante el notario para firmar.
Pero la inscripción en los Registros Públicos no requiere de ningún acto de las partes intervinientes en el contrato. Cualquier
persona puede solicitar la inscripción de
un acto a través del documento público
respectivo, como una escritura pública o
una sentencia judicial. Estos actos ya no
corresponden a la voluntad de las partes
y, por lo tanto, no tienen relevancia para
determinar el perfeccionamiento de un
contrato.
Como ya hemos dicho, el Código Civil
contiene un régimen general aplicable
a todos los contratos, sin perjuicio de
las reglas específicas que prevé el propio
Código u otras normas especiales para
determinadas operaciones.
Así lo señala el artículo 1353º del Código:
“Régimen legal de los contratos
Artículo 1353º.- Todos los contratos de
derecho privado, inclusive los innominados,
quedan sometidos a las reglas generales
contenidas en esta sección, salvo en cuanto
resulten incompatibles con las reglas particulares de cada contrato”.
Pero para ser precisos, este régimen general que contiene el Código, al igual que las
normas legales especiales sobre determinados contratos, serán aplicables siempre
que la legislación peruana sea la aplicable
al contrato. ¿Por qué decimos esto?
Lo que ocurre es que es posible que al
celebrar un contrato las partes acuerden
que esta relación contractual que están
creando no se regule por la legislación peruana, sino por una legislación extranjera.
El artículo 2095º del Código regula esta
posibilidad:
“Obligaciones contractuales
Artículo 2095º.- Las obligaciones contractuales se rigen por la ley expresamente elegida por las partes y, en su defecto, por la
ley del lugar de su cumplimiento. Empero,
si deben cumplirse en países distintos, se
rigen por la ley de la obligación principal
y, en caso de no poder ser determinada
esta, por la ley del lugar de celebración.
Si el lugar del cumplimiento no está
expresamente determinado o no resulta
inequívocamente de la naturaleza de la
obligación, se aplica la ley del lugar de
celebración”.
Puede darse el caso entonces, que las partes hayan acordado celebrar un contrato
regulado, no por las leyes peruanas, sino
por la legislación colombiana, solo por
poner un ejemplo.
En este sentido, prima la voluntad de las
partes al punto que, incluso las normas
imperativas aplicables al contrato serán
las contenidas en la legislación pactada y
no las de la legislación peruana.
5.Regulación legal de los contratos
Cuando no existe un acuerdo de las partes
al respecto, la legislación aplicable es la
del lugar de cumplimiento del contrato,
por la del lugar donde se ejecute la
obligación principal, si se deben ejecutar
obligaciones en países distintos o, en última instancia, por la legislación del lugar
de celebración del contrato.
Otro de los aspectos que resulta fundamental al celebrar un contrato es determinar el marco legal que será aplicable, pues
de ello depende que el contrato pueda
desplegar todos sus efectos, en la forma
en la que ha sido acordado por las partes.
En la práctica, casi la totalidad de contratos celebrados en el país se regulan por las
leyes peruanas, pues es muy raro que las
partes acuerden someterse a una legislación extranjera, sobre todo si se trata de
operaciones que se ejecutan en el país.
N° 274
Primera Quincena - Marzo 2013
Área Derecho Empresarial
Volviendo a la aplicación del artículo
1353º del Código Civil, habíamos señalado que las reglas generales del Código se
aplicaban a todos los contratos. Pero para
desarrollar esta idea, debemos analizar
lo que dispone el artículo expresamente.
El artículo 1353º dispone que las reglas
generales del Código se aplican a todos
los contratos, incluso a los innominados,
en tanto no contravengan las reglas específicas de determinados contratos.
¿A qué se refiere el artículo 1353º cuando
menciona a los contratos innominados?
¿Qué es un contrato innominado?
Doctrinariamente, se suele distinguir o
clasificar los contratos aplicando diversos criterios. Uno de estos criterios es el
que separa a los contratos típicos de los
atípicos, y a los nominados de los innominados. Veamos a continuación cuando
estamos ante una u otra clase:
• Contrato típico: Es aquel contrato
que cuenta con una regulación específica en la legislación. Por ejemplo,
tenemos al contrato de compraventa
regulado específicamente a partir del
artículo 1529º del Código Civil.
• Contrato atípico: Es aquel que no
cuenta con una regulación específica
en la legislación. Podríamos mencionar al contrato de franquicia.
• Contrato nominado: Es aquel contrato
que tiene una denominación o mención en la legislación, pero no una
regulación.
• Contrato innominado: Es aquel que
no cuenta con una denominación
señalada por una norma legal.
Entonces, las normas generales del Código Civil se aplican a todos los contratos,
típicos o atípicos, nominados o innominados, siempre que no contravengan
las normas especiales en el caso de los
contratos típicos.
También es importante establecer en la
regulación de los contratos si las normas
legales son aplicables a todos los aspectos de la operación ya sea que las partes
hayan pactado o no una regla particular
sobre dicho aspecto. En otras palabras, es
necesario establecer si las normas legales,
tanto las generales como las específicas,
son obligatorias o no.
El artículo 1354º del Código Civil señala
lo siguiente:
“Libertad contractual
Artículo 1354º.- Las partes pueden determinar libremente el contenido del contrato,
siempre que no sea contrario a norma legal
de carácter imperativo”.
Según este artículo, en materia contractual prima la voluntad de las partes sobre
las normas legales, salvo cuando se trata
de normas de carácter imperativo. ¿Qué
es una norma de carácter imperativo? En
N° 274
Primera Quincena - Marzo 2013
VIII
la legislación, se distingue a las normas
imperativas de las dispositivas.
función de las estipulaciones acordadas
por las partes:
Las normas imperativas son aquellas que
son de obligatorio cumplimiento y sobre
las cuales las partes no pueden establecer una regla distinta. Por ejemplo, son
de obligatorio cumplimiento las normas
sobre formalidades obligatorias del contrato de donación a las que hemos hecho
mención en este informe.
“Obligatoriedad de los contratos
Por otra parte, existen las normas dispositivas que son aquellas disposiciones
legales sobre las cuales las partes pueden
acordar una regla distinta, de forma tal
que la regla contenida en la norma legal
se aplica solamente cuando las partes así
lo hubieran decidido o en defecto de un
acuerdo distinto. Cabe señalar que la mayoría de disposiciones legales en materia
contractual son de carácter dispositivo.
De la mano con esta disposición, debemos
precisar que los efectos de los contratos
solo son aplicables a las partes del contrato, es decir, que las obligaciones que
emanan del contrato solo son exigibles
frente a las partes, de acuerdo a lo que
hayan asumido.
Artículo 1361º.- Los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos.
Se presume que la declaración expresada
en el contrato responde a la voluntad
común de las partes y quien niegue esa
coincidencia debe probarla”.
“Primacía de la voluntad de contratantes
Esto se explica por una cuestión legal,
pero también lógica. Pues en la medida
que el contrato nace de un acuerdo de
voluntades, no es posible que la voluntad
de una persona genere obligaciones a
cargo de otra persona.
Artículo 1356º.- Las disposiciones de la ley
sobre contratos son supletorias de la voluntad
de las partes, salvo que sean imperativas”.
Jurídicamente, esta regla la sustenta el
artículo 1363º del Código Civil:
“Efectos del contrato
6. Efectos de los contratos
Artículo 1363º.- Los contratos solo producen efectos entre las partes que los otorgan y
sus herederos, salvo en cuanto a estos si se trata de derechos y obligaciones no trasmisibles”.
El artículo 1356º del Código Civil contiene
una disposición en este sentido:
Ahora bien, hemos visto qué es un
contrato y cuál es su régimen legal.
Debemos establecer ahora qué efectos
tiene un contrato de manera general,
independientemente de sus características
o condiciones específicas.
En primer lugar, hay que tener en cuenta
que los efectos del contrato se despliegan
en la medida que este haya sido perfeccionado, lo que se logra con el consentimiento de las partes y con la formalidad
prescrita por ley, si fuera el caso. Así, el
artículo 1359º dispone que el contrato
existirá siempre que haya conformidad
de las partes sobre todos sus elementos,
principales y secundarios:
“Conformidad de voluntad de partes
Artículo 1359º.- No hay contrato mientras
las partes no estén conformes sobre todas
sus estipulaciones, aunque la discrepancia
sea secundaria”.
En la medida que exista la manifestación
de voluntad de las partes confirmando
su aceptación de las estipulaciones del
contrato, entonces quedarán obligadas
por todas estas estipulaciones. Hay que
recordar que los contratos pueden celebrarse incluso en forma verbal, en cuyo
caso se podría dificultar determinar cuáles
fueron las estipulaciones acordadas por
las partes. Por ello, es que la forma escrita es la más conveniente para que cada
una de las partes tenga certeza sobre las
estipulaciones del contrato y que luego
pueda exigir su contenido.
El artículo 1361º del Código Civil establece la obligatoriedad de los contratos en
Nótese que la norma hace referencia a la
transmisión de los derechos y obligaciones del contrato hacia los herederos de alguna de las partes. Esta regla se aplica solo
cuando se trata de una persona natural
y en la medida que los derechos y obligaciones del contrato sean transmisibles.
Cabe señalar que esta regla por la cual, el
contrato solo surte efecto entre las partes,
no impide que alguna de las partes se
obligue a que un tercero realice alguna
prestación o que alguna de las partes se
obligue a realizar una prestación en favor
de un tercero y no de su contraparte.
Estas posibilidades son conocidas como
la promesa de obligación de un tercero y
el contrato a favor de terceros, regulados
en los artículos 1457º y 1470º del Código:
“Contrato en favor de tercero
Definición
Artículo 1457º.- Por el contrato en favor
de tercero, el promitente se obliga frente
al estipulante a cumplir una prestación en
beneficio de tercera persona”.
El estipulante debe tener interés propio
en la celebración del contrato.
“Promesa de la obligación o del hecho
de un tercero
Artículo 1470º.- Se puede prometer la
obligación o el hecho de un tercero, con
cargo de que el promitente quede obligado
a indemnizar al otro contratante si el tercero
no asume la obligación o no cumple el hecho
prometido, respectivamente”.
Actualidad Empresarial
VIII-3
VIII
Informe Especial
Un aspecto importante para determinar
los efectos de un contrato es la aplicación
del criterio de la buena fe. Se trata de un
aspecto cuestionable en la medida que el
concepto de buena fe no ha sido desarrollado plenamente por nuestra legislación y lo
que existe es una serie de consideraciones
doctrinarias que pueden ayudar a darle
contenido a este concepto de la buena fe.
Pese a esta indefinición, el Código Civil le
asigna un peso importante a este concepto en el artículo 1362º:
“Buena fe
Artículo 1362º.- Los contratos deben
negociarse, celebrarse y ejecutarse según
las reglas de la buena fe y común intención
de las partes”.
Según este artículo, la buena fe constituye
un presupuesto de todo contrato, pues el
Código asume que las partes proceden en
la negociación, celebración y ejecución de
un contrato con buena fe.
Pero cabe preguntarse cuál es el alcance
de esta buena fe si al celebrar un contrato
ambas partes están tratando de sacar el
máximo beneficio a su favor, lo que, en
casi la totalidad de los casos, implica un
detrimento para la otra parte. Por ello,
podríamos incluso sostener que las partes
no actúan con buena fe, sino todo lo contrario, actúan con mala fe para obtener el
máximo provecho.
Si entendemos la buena fe como una
cuestión de transparencia en la actuación de las partes, entonces en ese caso
sí podemos darle una mayor coherencia
a la aplicación de este criterio en los
contratos, pues sí puede aceptarse como
presupuesto que las partes actúen sin la
intención de engañar a su contraparte.
Un efecto muy particular del cual se ocupa
el Código Civil en sus reglas generales, es el
concerniente a los gastos y tributos que puede generar la celebración de un contrato.
Así, el artículo 1364º dispone lo siguiente:
“Gastos y tributos del contrato
Artículo 1364º.- Los gastos y tributos
que origine la celebración de un contrato
se dividen por igual entre las partes, salvo
disposición legal o pacto distinto”.
Esta regla se refiere a los gastos y tributos
propios de la celebración del contrato y
no a los tributos que por ley o por su
naturaleza, le corresponden a cada una
de las partes como consecuencia de las
ganancias obtenidas por la operación
comercial, como sería por ejemplo el IR.
7.Plazo o duración de los contratos
Los contratos pueden celebrarse por
plazos determinados o indeterminados.
Cuando el contrato es a plazo determinado, su duración se extiende por todo
VIII-4
Instituto Pacífico
el plazo pactado. No existe, en este caso,
obligación alguna de renovar el plazo
contractual. Si no hay acuerdo, el contrato
no se renueva, sino que vence al término
del plazo pactado.
Cuando los contratos se celebran a plazo
indeterminado, entonces su término
depende de la voluntad de las partes. El
artículo 1365º regula como se pone fin
a estos contratos a plazo indeterminado:
“Fin de contratos continuados
Artículo 1365º.- En los contratos de ejecución continuada que no tengan plazo convencional o legal determinado, cualquiera
de las partes puede ponerle fin mediante
aviso previo remitido por la vía notarial con
una anticipación no menor de treinta días.
Transcurrido el plazo correspondiente el
contrato queda resuelto de pleno derecho”.
Si bien es una regla conveniente frente al vacío que puede producirse cuando un contrato se ha celebrado a plazo indeterminado,
es probable que el plazo de treinta días de
preaviso sea insuficiente en una operación
comercial diseñada para plazos largos.
¿A qué nos referimos con la insuficiencia
de este plazo? Cuando una operación
comercial ha generado una importante
inversión o gasto para las partes, es muy
probable que la operación esté diseñada
para que dicha inversión se recupere en un
determinado tiempo. Y si las partes no han
tenido el cuidado de pactar un plazo definido que les permita recuperar la inversión
o el gasto, puede ocurrir entonces que su
contraparte le ponga fin al contrato solo
dándole treinta días de preaviso.
Por ello, es una recomendación general
que en todos los casos se procure celebrar
los contratos a un plazo determinado, en
función de las necesidades de las partes.
8.Conclusiones
Estas son algunas de las reglas generales
sobre contratos que contiene el Código Civil. Es importante tenerlas en cuenta pues
serán aplicables ante la falta de acuerdo
expreso de las partes y, en algunos casos,
como las formalidades de celebración,
serán aplicables en forma imperativa.
Para tener una mejor idea de la forma en
que se puede elaborar un contrato, reproducimos a continuación un modelo de un
contrato de mutuo, que nos puede ayudar
a darle una estructura a nuestros contratos:
MODELO DE CONTRATO DE MUTUO DE DINERO
Conste por el presente documento, el Contrato de Mutuo de Dinero que celebran:
• De una parte EMPRESA DE TRANSPORTES FENIX S.A.C., con RUC Nº 20450028858, debidamente
representada por el señor Fernando Gonzáles Gálvez, identificado con DNI Nº 07789456, en su calidad
de Gerente General, según poderes que corren inscritos en la Partida Electrónica Nº 10506483 del
Registro de Personas Jurídicas de la Oficina Registral de Lima y Callao, con domicilio en avenida Bolívar
N° 1450, distrito de Pueblo Libre, a quien se le denominará EL MUTUANTE y, de la otra parte,
• COMPAÑÍA IMPORTADORA DE REPUESTOS S.A., con RUC Nº 20357745909, debidamente
representado por el señor Walter García Pérez, identificado con DNI Nº 12307798, en su calidad
de Gerente General según poderes que corren inscritos en la Partida Electrónica Nº 11589412 del
Registro de Personas Jurídicas de la Oficina Registral de Lima y Callao, con domicilio para estos efectos
en calle 2 de Mayo N° 355, distrito de Jesús María, a quien se le denominará EL MUTUATARIO,
bajo los términos y condiciones siguientes:
PRIMERA: ANTECEDENTES
1.1.EL MUTUANTE es una persona jurídica dedicada a prestar servicios de transporte de carga y de
pasajeros.
1.2.EL MUTUATARIO es una persona jurídica dedicada a la importación, distribución y comercialización
de repuestos para vehículos y otras maquinarias.
SEGUNDA:OBJETO DEL CONTRATO
2.1.Por el presente contrato EL MUTUANTE se obliga a entregar en mutuo a EL MUTUATARIO la
suma de dinero ascendente a US$ 100 000.00 (Cien mil y 00/100 Dólares Americanos).
2.2. Por su parte, EL MUTUATARIO se obliga a devolver a EL MUTUANTE la referida suma de dinero
en la forma y oportunidad pactadas en las cláusulas siguientes.
TERCERA: DEVOLUCIÓN DEL DINERO MUTUADO
3.1.EL MUTUATARIO se compromete a devolver la suma mutuada más un interés del 1% anual, el
3 de enero de 2014.
3.2.Las partes acuerdan que EL MUTUATARIO devolverá la suma de dinero objeto del mutuo en la
misma moneda recibida, o en todo caso, al tipo de cambio de la fecha de pago.
3.3.Las partes dejan constancia de que el lugar de pago será el domicilio de EL MUTUANTE u otro
que este designe mediante comunicación simple.
CUARTA: P
AGO DE INTERESES
Ambas partes convienen en que el presente contrato de mutuo se establece la obligación al pago de
intereses compensatorios del 1% anual a favor de EL MUTUANTE por parte de EL MUTUATARIO.
QUINTA: LEGISLACIÓN APLICABLE
En lo no previsto por las partes en el presente contrato, ambas se someten a lo establecido por las normas
del Código Civil Peruano de 1984 y demás del sistema jurídico que resulten aplicables.
En señal de conformidad, las partes suscriben este documento en la ciudad de Lima, el 2 de enero de 2013
EL MUTUANTE
EL MUTUATARIO
N° 274
Primera Quincena - Marzo 2013
Descargar