BEATOS JESUITAS Beato Julián Maunoir (1606 – 1683) Jaime Correa Castelblanco S.J. Bienaventurado Julián Maunoir (1606 – 1683) Misionero popular en Bretaña, Francia. Fue beatificado por Pío XII en 1952. Nació en St. Georges de Reintembault, Bretaña, el 1 de octubre de 1606 y murió en Plevin, también en Bretaña, el 28 de enero de 1683. Antes de entrar en la Compañía de Jesús estudió en el Colegio jesuita de Rennes donde su profesores le hablaron a menudo de los jesuitas misioneros de China, Japón y Canadá. Ingresó en el Noviciado de París el 16 de septiembre de 1625. Y terminado el Noviciado estudió Filosofía, desde 1627 a 1630 en el Colegio Henry IV en La Fleche. Tuvo como compañeros de curso a varios jesuitas que después fueron misioneros en Canadá, como San Isaac Jogues y San Gabriel Lalement. Con ellos cultivó una vocación misionera, pero él se sentía muy inclinado hacia los pobres de Bretaña a quienes sabía muy abandonados. Después enseñó latín y griego, desde 1630 a 1633, en el Colegio de Quimper, en la Bretaña francesa. Entonces se propuso aprender la lengua bretona para evangelizar mejor a los campesinos. Y en su segundo año de magisterio ya dominaba la lengua lo suficiente como para enseñar catecismo y visitar hospitales. Hizo un año más de magisterio en Tours adonde fue enviado por motivos de salud. Hizo la Teología en Bourges, desde 1634 a 1638. La decisión para no ir a las misiones extranjeras le pareció clara después de estar a punto de morir por una infección de gangrena en uno de sus brazos. Él prometió con voto dedicar su vida a los bretones si recuperaba la salud. Su curación le mostró el camino. Fue ordenado sacerdote en 1637. Enseñó en Nevers un año como profesor de Humanidades. Terminó su formación jesuita en Rouen con la Tercera Probación en el curso 16391640: Volvió a Quimper en 1640, y en la Cuaresma del año siguiente empezó su apostolado misionero en Bretaña, el que durará 43 años. Pero antes de emprender su primera misión, visitó a Michel Le Nobletz, antiguo misionero itinerante en la Baja Bretaña. Julián decidió seguir el método que ese misionero había utilizado con los campesinos y pescadores de la península. Al mismo tiempo, se convirtió en el heredero de la colección de himnos didácticos y de los carteles que tenía el misionero. Acompañado por el P. Pedro Bernard, Julián Maunoir empezó a visitar todos los lugares, pequeñas aldeas y ciudades, en tierra firme y en islas cercanas a la costa. Algunas de ellas no habían recibido la visita de un sacerdote en muchos años. Los dos jesuitas alargaban a veces a cinco o seis semanas una misión, para poder dar lo elemental a sus oyentes: el Principio y Fundamento de la doctrina cristiana, los pecados capitales, y los puntos fundamentales de la teología. Con el paso de los años, Julián añadió sus propios carteles a la serie de Le Nobletz y escribió muchos himnos y cantos nuevos, usando melodías populares. Julián dio aproximadamente 400 misiones en los 43 años, un término medio de diez al año. Y a menudo, cuando él llegaba para una misión se juntaban 10 mil, hasta 30 mil personas, que venían de las parroquias vecinas. Los párrocos lo ayudaban en las confesiones y en la enseñanza del catecismo. Y algunos de ellos obtuvieron permiso del Obispo para trabajar con Julián quien se encargó de su formación y llegó a organizarlos en una Asociación, conocida como los “Misioneros bretones”. Estos eran siete miembros en 1651, unos trescientos en 1665, y casi mil en 1683. 2 Después de su misión en Scrignac, fue a Plévin, adonde llegó muy cansado y con neumonía. Su compañero jesuita lo obligó a guardar cama mientras él se preocupaba de la gente. El P. Julián murió allí el 28 de enero de 1683, algunas semanas después, y la gente pidió que fuera sepultado en la iglesia parroquial. El Obispo de Quimper, Francisco Coetlogon, quiso hacerlo en la catedral, pero debió ceder ante los habitantes de Plevin que no quisieron entregar sus restos ni siquiera ante la amenaza de excomunión. El Papa Pío XII lo beatificó el 20 de mayo de 1951. Su memoria litúrgica se celebra el día 2 de julio. 3