Kuhn

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Kuhn
Introducción.
Científicos y filósofos cuya actividad estaba destinada a ejercer una enorme
influencia en el desarrollo de la filosofía de la ciencia fueron quienes dieron
comienzo al Círculo de Viena.
Los científicos y filósofos, en primer lugar, partieron de la convicción de que el
conocimiento científico sólo puede fundarse en la experiencia sensible.
Creyeron que la matemática, en tanto disciplina puramente formal, podía
reducirse en última instancia a la lógica. De este modo, sostuvieron que la
lógica en general y sus manifestaciones matemáticas, aunque no proporcionen
ninguna información acerca de la realidad, cumplen un papel esencial en la
organización del conocimiento que aporta la experiencia. Las ciencias,
entonces, quedaron divididas en ciencias formales y fácticas. Las primeras son
la lógica y las matemáticas, mientras que las segundas son aquellas que se
ocupan de la realidad física, biológica, psicológica y social.
Según los positivistas lógicos la tarea de los psicólogos debe centrarse en el
análisis de los modos de justificación del conocimiento científico, caracterizados
por su naturaleza lógica y racional. Establecieron una clara diferencia entre el
contexto de descubrimiento y el contexto de justificación. Consideraron que por
interesante que fuera la investigación del contexto de descubrimiento para la
psicología, la sociología o la historia de la ciencia, carecía de relevancia para sus
propios objetivos. Creían además que el proceso de descubrimiento conlleva
aspectos que no son susceptibles de un análisis lógico e incluye componentes
que pueden ser considerados irracionales.
En oposición a Kant sostuvieron que las verdades de las ciencias formales
tienen carácter analítico mientras que las proposiciones de las ciencias fácticas
son sintéticas y se fundan directa o indirectamente en la percepción.
Los enunciados que describen lo que se percibe directamente, llamados
cláusulas protocolarias, corresponden a una base empírica que permite la
confirmación o la refutación de las hipótesis científicas. En todos los casos, los
enunciados observacionales constituyen la piedra de toque para evaluar
empíricamente las teorías científicas. El significado de una proposición consiste
en su método de verificación.
Cuando una teoría más amplia o más precisa reemplaza a otra que había
merecido ser aceptada previamente, los éxitos de esta última se incorporan de
algún modo a la primera. El desarrollo de reducción supone pues que las
teorías ampliamente confirmadas son relativamente inmunes a una
disconfirmación posterior.
Poco antes de 1960, las obras de Kuhn y Feyerabend entre otros, cuestionan
casi todas las tesis sostenidas por los positivistas. Se rechaza la distinción entre
el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación y con ello el análisis
lógico como metodología apropiada para el examen del conocimiento científico.
Se expresan serias dudas acerca de la dicotomía analítico – sintético y se
esgrimen argumentos en contra de la distinción entre términos teóricos y
observacionales, de manera que se niega la existencia de una base empírica
neutral. En general, se dejan de lado los aspectos lógicos y se acentúa el
interés en los factores sociológicos e históricos. Los trabajos publicados en el
marco de esta orientación pasaron a conformar el corpus de una concepción
epistemológica alternativa conocida como la nueva filosofía de la ciencia.
Toulmin sostiene que las teorías científicas actúan como conjuntos de reglas
que indican modos de realizar inferencias y, como tales, no son ni verdaderas ni
falsas. Las teorías científicas son simplemente formas de representar los
fenómenos que pueden ser más o menos útiles, incluyen ideales de orden
natural, leyes e hipótesis. Las leyes dan cuenta de los modos establecidos en
que los fenómenos muestran desviaciones del ideal. Las hipótesis son
suposiciones que expresan regularidades naturales pero que aun no han
mostrado su fertilidad. La utilidad de una teoría y el significado de los términos
que integran su lenguaje varía de acuerdo con los cambios que necesariamente
se van produciendo en el marco intelectual que sirve de base.
Hanson considera que uno de los principales defectos de la concepción
ortodoxa es que limita su interés al producto acabado de la actividad científica,
sin atender al procedimiento racional por el cual las hipótesis, leyes y teorías
son propuestas por primera vez. Por otro lado presenta una tesis de que la
observación y los hechos incluyen una organización conceptual de modo tal que
no existe un lenguaje de observación que sea neutral.
Para Feyerabend la reducción y la explicación se alcanzan mediante la
deducción en el sentido lógico estricto (principio de deducibilidad). Para el autor
los términos observacionales dependen totalmente del contexto teórico.
La concepción Kuhniana del desarrollo de la ciencia
La génesis de sus ideas
Kuhn rápidamente se convenció de que la imagen tradicional de la ciencia no se
correspondía con la realidad. Las reconstrucciones epistemológicas le
parecieron ciegas a los hechos históricos.
Alrededor de 1958 es invitado a participar en el Centro de Estudios Avanzados
sobre las Ciencias de la Conducta. Las circunstancias de compartir su trabajo
con los científicos sociales lo llevó a observar cierto constraste entre el
comportamiento de estos últimos y la conducta que caracteriza las
comunidades de los científicos naturales entre quienes había recibido su
primera formación.
Durante aquellos años, tomó además conocimiento de los trabajos sobre
psicología de la percepción y de las investigaciones de Jean Piaget sobre el
desarrollo de la inteligencia del niño. Se interesó en el estudio de los escritos de
Whorf acerca del efecto del lenguaje sobre la percepción del mundo y en las
especulaciones de Quine referidas a los problemas relativos a la distinción
analítico – sintético. La consideración de todos estos aspectos, le llevaron a
adoptar un particular punto de vista acerca de la actividad científica y de la
evolución de la ciencia, diametralmente diferente de la concepción tradicional.
El período de la Estructura
En la Estructura Thomas Kuhn describe el desarrollo de la ciencia como un
proceso discontinuo, no acumulativo; un proceso señalado por la irrupción de
acontecimientos revolucionarios que determinan la ruptura con el curso anterior
de la investigación científica.
Paradigmas y ciencia normal
Kuhn describe a los paradigmas como realizaciones universalmente reconocidas
que proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica. Estas realizaciones constituyen logros que carecen de antecedentes y
atraen un grupo duradero de partidarios alejándolos, al mismo tiempo, de otras
discusiones. Los paradigmas son lo suficientemente incompletos como para
dejar muchos problemas a resolver por el grupo de científicos que trabajan bajo
su influencia. Un paradigma incluye tanto leyes y teorías como sus aplicaciones
y los instrumentos que los científicos acostumbran utilizar en ese momento.
Sólo con el surgimiento del paradigma puede decirse que una disciplina ha
alcanzado su madurez.
Kuhn denominó ciencia normal a las etapas durante las cuales la actividad
científica esta gobernada por un paradigma. Mientras que el paradigma
determina cuáles son las normas y los problemas de su resolución, la actividad
científica normal tiene por finalidad la articulación de los fenómenos y las
teorías proporcionados por el paradigma. La ciencia normal se caracteriza por la
resolución de enigmas. Kuhn describe los enigmas como un tipo especial de
problemas que tienen de antemano asegurada su solución “los enigmas son
aquella categoría especial de problemas que puede servir para poner a prueba
el ingenio o la habilidad para resolverlos”. Para que un problema sea
considerado como enigma debe tener más de una solución asegurada.
Asimismo, las posibles soluciones aceptables y los pasos que hay que dar para
obtenerlas están limitadas por las reglas del paradigma. Así, un paradigma
puede distanciar a la comunidad científica de un conjunto de problemas que,
aunque importantes desde otros puntos de vista, no pueden formularse de
acuerdo con las reglas proporcionadas por ese paradigma.
Así como un paradigma no puede reducirse tampoco puede completarse, el
paradigma tiene un estatus superior y no implica la existencia de un conjunto
completo de reglas; pueden ser de muy diferentes clases y en general no se
manifiestan explícitamente.
En síntesis, una actividad científica normal reside en que no tiende a producir
novedades importantes; quienes la practican se concentran en problemas que
sólo su falra de ingenio les impediría resolver. Podría decirse que el objetivo del
científico normal consiste en lograr lo esperado de una manera nueva, lo cual
requiere la solución de una serie de complejos enigmas instrumentales,
conceptuales y matemáticos.
Crisis y revoluciones científicas
En algunas oportunidades los científicos de enfrentan con anomalías, es decir,
con el reconocimiento de que, en cierto modo, la naturaleza ha violado las
expectativas creadas por el paradigma. Se produce entonces una exploración
más o menos prolongada de la anomalía, que concluye cuando la teoría del
paradigma ha sido ajustada de manera tal que lo anormal se convierte en lo
esperado. En ese caso, la anomalía habrá desaparecido. Si ello no ocurre, el
fracaso persistente en la resolución de ciertas dificultades, el fracaso en la
aplicación de las reglas del paradigma, conduce a una situación de crisis con el
consecuente sentimiento de pérdida de fe en el paradigma vigente. La crisis
debilita las reglas de resolución normal de enigmas de modo que se sientan las
bases para la instauración de un nuevo paradigma.
La transición a un nuevo paradigma da lugar a una revolución científica. El
proceso de revolución supone siempre una existencia de un paradigma rival.
Kuhn describe a las revoluciones científicas como aquellos episodios no
acumulativos en los cuales un antiguo paradigma es reemplazado,
completamente o en parte, por otro nuevo e incompatible.
Las revoluciones científicas comienzan con un sentimiento de que el paradigma
existente ha dejado de funcionar exitosamente en la investigación de un
determinado sector de la naturaleza.
Inconmensurabilidad
Después de una revolución, los científicos ven el mundo de manera diferente:
cuando la tradición científica normal se altera, la percepción que el científico
tiene de su medio ambiente debe ser reeducada; debe aprender a ver una
forma nueva. En consecuencia, el mundo de sus investigaciones parecerá en
algunos aspectos INCOMPARABLE con el que habitaba antes.
En el nuevo paradigma, los términos, los conceptos y los experimentos antiguos
varían sus relaciones y establecen otras que antes no existían.
Por otra parte, Kuhn vincula la inconmensurabilidad con un problema de
comunicación. La comunicación entre los defensores de paradigmas rivales sólo
es parcial, existe un malentendido entre las dos escuelas en competencia. Y por
otro lado, Kuhn refiere a la inconmensurabilidad en términos de
incompatibilidad: cómo dos teorías pueden ser incompatibles si la
inconmensurabilidad sugiere que no pueden comprarse entre sí. En general, el
fenómeno de la inconmensurabilidad se manifiesta en la incompatibilidad de un
par de paradigmas rivales y parece afectarlos globalmente.
El progreso científico
El progreso no se manifiesta exclusivamente en el marco de la ciencia normal.
Kuhn sostiene que la ciencia progresa a través de las revoluciones.
Kuhn considera que la ciencia avanza por etapas sucesivas que se caracterizan
por una comprensión cada vez más detallada y refinada de la naturaleza. Kuhn
también sostiene que el éxito de la ciencia no puede medirse en función de una
meta establecida de antemano por la naturaleza; por el contrario, su éxito debe
explicarse en términos de evolución a partir del estado de conocimientos que
una comunidad posee en un momento dado.
El progreso es entendido ahora como la capacidad de resolver problemas. La
pérdida de la confianza en un paradigma aparece cuando se muestra impotente
para resolver ciertos problemas. Pero aun en estas condiciones, los científicos
se resistirán a adoptar un nuevo paradigma a menos que éste cumpla dos
condiciones fundamentales. En primer lugar, debe presentarse como la única
manera de resolver algún problema extraordinario y universalmente reconocido
como tal, pero además debe prometer que conservará su virtud para solucionar
un conjunto importante de los problemas que habían sido resueltos por el viejo
paradigma.
Por último, Kuhn admite que la actividad científica intraparadigmática progresa
de manera acumulativa. Esta tarea acumulativa de resolución de enigmas,
tendiente a articular y extender del alcance de la precisión del paradigma, es
abiertamente reconocida por Kuhn en términos de progreso.
El concepto de mundo
Cuando cambian los paradigmas, el mundo mismo cambia con ellos.
Después de una revolución los científicos responden a mundos diferentes.
Aunque el mundo no cambie con un cambio de paradigma, el científico después
trabaja en un mundo diferente.
Sea lo que fuere que puede mirar el científico después de una revolución, está
mirando aún al mismo mundo.
En la obra de Kuhn aparece un uso ambiguo de la noción de mundo: por un
lado, desde un punto de vista metafísico, existe un mundo externo,
independiente de cualquier esquema conceptual pero, como tal, fuera del
alcance de la ciencia. Por el otro, en un sentido epistemológico, nos
encontramos con un mundo que depende esencialmente del contexto
paradigmático, un mundo creado a partir de este contexto e inteligible sólo
dentro de sus límites.
Críticas a Kuhn
Muchas de las críticas fueron por el concepto presentado por Kuhn sobre
paradigma.
Masterman señala que Kuhn utilizó por lo menos 21 sentidos diferentes de
considerar al paradigma.
D. Shapare considera que el concepto paradigma constituye un verdadero
obstáculo para la comprensión de la ciencia.
John Watkins cree que el nuevo paradigma no puede estar constituido por unas
pocas ideas suelas sino que debe ser lo suficientemente amplio y definido para
resultar atrayente a su inventor.
Para Popper, la caracterización que hace Kuhn del científico normal lo presenta
como una persona a quien habría que compadecer. En opinión de Popper, el
científico normal se le ha enseñado mal; se lo ha formado dentro de un espíritu
dogmático, ha sido víctima de un proceso de adoctrinamiento: aplica una
técnica sin preguntar por qué puede aplicarse. Popper considera que la actitud
del científico normal, tal como la describe Kuhn, constituye un verdadero
peligro para la ciencia. Lo que Kuhn llama “ciencia normal” no tiene nada de
normal. Por otra parte, según Popper, el esquema de períodos normales
alternados con periodos revolucionarios parece ajustarse bien a la astronomía,
pero no se ajusta en absoluto a la evolución de la teoría de la materia.
La afirmación de que la observación y los datos son siempre relativos a un
paradigma y que, en consecuencia, desde paradigmas diferentes el científico ve
mundos diferentes, ha llevado a algunos autores, entre ellos Scheffler, a objetar
que la posición de Kuhn deja a la ciencia desprovista de una base fáctica
objetiva ya que la realidad ha desaparecido como un factor independiente; cada
punto de vista crea su propia realidad.
El período de transición
Respecto de la noción de paradigma, Kuhn reconoce la necesidad de brindar
una elucidación. Distingue dos sentidos diferentes del término.
El primer sentido corresponde a lo que Kuhn propone denominar matriz
disciplinar e incluye cuatro tipos de elementos esenciales:
 Generalizaciones simbólicas, aquellos componentes formales o fácilmente
formalizables.
 Los modelos, que constituyen estructuras fácticas cuyas propiedades ya
han sido estudiadas y tienen un valor heurístico y metodológico.
 Los valores, que son de carácter muy general y se refieren a la función
de la ciencia. Otros valores señalan las características que deben tener
las teorías: deben permitir la formulación y solución de enigmas.
 Los compromisos metafísicos: una comunidad científica comparte ciertas
creencias que desempeñan un papel destacado en la orientación de la
investigación.
El segundo sentido de paradigma corresponde a lo que Kuhn denomina
ejemplares: soluciones concretas a problemas concretos que la comunidad
científica acepta como modelos. Al tomar contacto con estos modelos el
aprendiz de científico establece una analogía de manera que cuando se
encuentra con problemas nuevos, tiende a encararlos ensayando el mismo
tipo de soluciones adoptadas para resolver problemas ejemplares con los
que ya se ha encontrado.
Con respecto a la conmensurabilidad, comparabilidad y comunicabilidad
Kuhn establece una distinción de la persona “traducción e intrepetración”. A
diferencia de la persona que traduce, puede ocurrir que la que efectúe la
interpretación inicialmente domine sólo una lengua.
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