El nuevo Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF)

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El nuevo Impuesto sobre las Transacciones Financieras (ITF)
Propuesta de Directiva del Consejo sobre el Impuesto sobre las Transacciones
Financieras en el ámbito del procedimiento de cooperación reforzada
Marzo 2013
Antecedentes
El pasado 14 de febrero de 2013 la
Comisión Europea publicó su Propuesta de
Directiva relativa al Impuesto sobre las
Transacciones Financieras (ITF) (http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?u
ri=COM:2013:0071:FIN:ES:PDF)
en
el
ámbito del procedimiento de cooperación
reforzada, el cual permitirá la creación de
este impuesto en los 11 países adheridos
al mismo (Alemania, Austria, Bélgica,
España, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia,
Francia, Grecia, Italia y Portugal).
El origen de esta Propuesta de Directiva se
remonta a Septiembre de 2011, cuando la
Comisión Europea, cogiendo el testigo del
G-20 en la búsqueda de medidas
tributarias para someter a una imposición
adicional al sector financiero, publicó su
primera Propuesta de Directiva sobre el ITF
(“Propuesta de Directiva de 2011”)
aplicable al conjunto de la Unión Europea.
Si bien, tras las intensas discusiones
mantenidas en las sucesivas reuniones del
Consejo ECOFIN y ante la negativa de
países como Reino Unido, su adopción en
el conjunto de la Unión no fue posible
debido a la falta de unanimidad.
Ante esta situación, los países a favor de la
propuesta decidieron seguir adelante en
solitario, recurriendo al procedimiento de
cooperación reforzada previsto en los
Tratados de la Unión. Este procedimiento,
que nunca antes había sido utilizado en
materia tributaria, requería contar con el
respaldo de, al menos, 9 Estados
miembros y no debe suponer un obstáculo
ni
una
discriminación
para
los
intercambios de los Estados miembros ni
provocar distorsiones de competencia
entre ellos.
Una vez alcanzado el apoyo político
necesario, el Consejo ECOFIN celebrado el
22 de Enero de 2013 aprobó el
procedimiento de cooperación reforzada
para la implantación del ITF y, tras dicha
aprobación, la Comisión ha desarrollado
una nueva versión de la Propuesta de
Directiva inicial, ahora únicamente
aplicable a los países adheridos al
procedimiento.
Esta nueva Propuesta de Directiva, que
podrá sufrir modificaciones hasta su final
aprobación, será negociada durante los
próximos meses por los Estados miembros
y sometida a consulta por el Comité
Económico y Social Europeo y por el
Parlamento Europeo. Se espera que el
texto definitivo sea sometido a votación
para el verano de 2013, pudiendo
únicamente participar en la votación los
países adheridos al procedimiento, si bien
todos los Estados miembros podrán
participar en las discusiones técnicas y
debates.
La fecha prevista de entrada en vigor de la
actual Propuesta de Directiva ITF es el 1 de
Enero de 2014, debiendo los países
involucrados tener aprobados los textos
legales nacionales en trasposición de la
Directiva antes del 30 de septiembre de
2013. En el caso de que este ambicioso
calendario de implantación finalmente
llegue a materializarse, las entidades
financieras
afectadas
únicamente
dispondrán de un margen temporal de tres
meses para determinar el impacto de la
medida en sus modelos de negocio por lo
que sería aconsejable empezar a revisar las
estructuras y productos para tratar de
anticipar sus impactos y, en la medida de
lo posible, paliar sus efectos.
Elementos clave de la Propuesta
La nueva Propuesta de Directiva ITF ha
sido diseñada para dar cumplimiento a los
objetivos que sirvieron de base para su
configuración inicial y conserva gran parte
de los elementos definitorios incluidos en
la versión anterior.
Grava todas las transacciones financieras
en las que al menos una parte de la
operación esté establecida en alguno de
los Estados miembros acogidos al
procedimiento
(“Estados
miembros
participantes”) y, además, una entidad
financiera establecida en alguno de esos
Estados miembros sea parte de la
transacción, ya sea actuando por cuenta
propia, en nombre propio pero por cuenta
de terceros o en nombre de una parte de
la transacción.
No obstante, complementa el “principio de
residencia” que regía el ámbito de
aplicación territorial de la Propuesta de
Directiva de 2011 con algunos elementos
del “principio de emisión”, al objeto de
evitar la deslocalización de transacciones,
gravando también aquellas transacciones
sobre instrumentos financieros emitidos
en alguno de los Estados miembros
participantes o derivados cotizados en
alguno de estos Estados, cuando ninguna
de las partes se entienda establecida en
alguno de ellos bajo los criterios del
“principio
de
residencia”
y
con
independencia del lugar de cotización de
los instrumentos.
¿Qué Transacciones se encontrarán
gravadas?
Mantiene la definición de transacción
financiera de la Propuesta anterior,
entendiendo como tal:
i)
la compra o venta bruta de un
instrumento financiero, antes de
compensación o liquidación;
ii) los pactos de recompra y de
recompra inversa (“REPOs”) así como
los acuerdos de préstamo de valores
o de toma de valores en préstamos;
iii) la cesión entre entidades de un
mismo grupo de un instrumento
financiero cuando se transfiera el
riesgo asociado; y
iv) la
celebración
de
contratos
derivados.
Adicionalmente,
el
concepto
de
transacción financiera de la nueva
Propuesta especifica, en particular, que las
permutas de instrumentos financieros
darán lugar a dos transacciones distintas,
para evitar la elusión del impuesto.
Por su parte, la nueva Propuesta de
Directiva, a diferencia de la anterior,
considera que los pactos de recompra y de
recompra inversa y los acuerdos de
préstamo de valores, en principio, solo
darían lugar a una transacción.
Las
transacciones
anteriores
se
encontrarán sometidas al impuesto no solo
si se realizan en mercados regulados,
sistemas multilaterales de negociación o
internalizadores sistemáticos, sino que
también lo estará si se realizan a través de
mercados no organizados “Over The
Counter”.
¿A qué tipo de entidades resultará de
aplicación?
En línea con su anterior versión, recoge un
amplio concepto de entidad financiera,
que comprende:
empresas de servicios de inversión;
mercados organizados;
entidades de crédito;
empresas de seguros y reaseguros;
instituciones de inversión colectiva y
sus sociedades gestoras;
fondos de pensiones y sus gestoras;
fondos de inversión alternativos y
sus gestoras;
sociedades de cartera;
empresas
de
arrendamiento
financiero;
entidades
especializadas
en
titulizaciones; y
entidades de cometido especial que
realicen determinadas actividades
financieras (préstamos, leasing,
holding,
etc.),
siempre
que
representen más del 50% de la cifra
anual media de ingresos (de acuerdo
con la metodología de cálculo
establecida en la Propuesta de
Directiva).
-
Por lo que a la definición de este tipo de
entidades se refiere, la Propuesta de
Directiva recurre, en general, a las
definiciones contempladas en el derecho
comunitario a efectos regulatorios.
Para que resulte de aplicación a estas
entidades, es preciso que se encuentren
establecidas en un Estado Miembro
participante de acuerdo con los
siguientes criterios:
-
-
-
-
Haya recibido autorización en un
Estado miembro participante, o
tenga derecho a ejercer desde el
extranjero en un Estado miembro
participante.
Su domicilio social o dirección
permanente se encuentre situado
en un Estado miembro participante
Posea una sucursal en un Estado
miembro,
respecto
a
las
transacciones llevadas a cabo en
ese estado.
Sea parte en una transacción
financiera con una entidad
-financiera o no - establecida en un
Estado miembro participante.
En esta nueva Propuesta se clarifica que
el
término
“autorización”
hace
referencia a la concedida a la sede de la
entidad financiera.
La Propuesta prevé una clausula de
escape para aquellas entidades que, a
pesar de quedar atrapadas por los
criterios
de
atracción
del
establecimiento a un Estado miembro
participante de acuerdo con los puntos
anteriores,
pueda
demostrar
la
desconexión entre la realidad económica
de la transacción y el Estado miembro en
cuestión, siendo considerada en tal caso
no establecida en dicho Estado a efectos
de esa transacción. Si bien, es difícil
prever el alcance práctico de esta
clausula sin un desarrollo interpretativo
de la misma.
Los tipos anteriores resultan aplicables a
cada parte de la transacción por lo que los
efectos económicos del impuesto, en
general, podrían duplicarse.
¿Qué exenciones regula?
Las exenciones incluidas en la Propuesta
de Directiva son muy limitadas.
Únicamente quedan excluidas del ámbito
de aplicación del impuesto, las siguientes
transacciones:
-
¿Qué productos quedarán gravados?
Recae sobre los productos financieros y
productos derivados tal y como se
encuentran definidos en la Directiva
2004/39/CE (Directiva MIFID) e incluye
instrumentos del mercado monetario y de
capitales así como participaciones en
organismos de inversión colectiva (tanto
en OICVM como en FIA). También recae
sobre productos estructurados tales como
valores negociables u otros instrumentos
financieros ofrecidos mediante titulización
(hipotecas, préstamos, seguros, etc).
-
-
-
¿Cuáles serán los tipos impositivos
aplicables?
Los tipos impositivos mínimos se
mantienen en el 0,01% para las
transacciones relativas a derivados y del
0,1% para el resto de productos gravados.
Si bien, serán los Estados miembros
quienes fijarán el tipo definitivo aplicable.
-
las realizadas en los mercados
primarios. En esta nueva Propuesta,
se incluyen como operaciones de
este tipo las emisiones de
participaciones en OICVM y FIA ya
que se elimina la prevalecencia, en
caso de conflicto, de esta Directiva
sobre la Directiva 2008/7/CE, pues la
primera
únicamente
resultará
aplicable a los Estados miembros
participantes.
las realizadas con los bancos
centrales de los Estados miembros
participantes y con el Banco Central
Europeo.
Las de reestructuración llevadas a
cabo al amparo de la Directiva
2008/7/CE.
las de divisas al contado así como las
transacciones con materias primas,
aunque los contratos de derivados
sobre ambos tipos de activos si
estarían gravados.
las actividades financieras cotidianas
de los empresarios y ciudadanos,
tales como contratos de seguro, los
préstamos hipotecarios, los créditos
al consumo y los servicios de pago.
Por lo que respecta a los Fondos de
Pensiones, pese a la sugerencia realizada
en su día por el Parlamento Europeo a la
Propuesta anterior, finalmente no han sido
considerados exentos del impuesto.
La Propuesta de Directiva no regula
ninguna exención a la intermediación
financiera cuando las entidades operen
por cuenta propia pero en nombre de
terceros. Por ello, en estos casos, la
operativa de los mercados puede derivar
en el llamado “efecto cascada”, dando
lugar a un gravamen total de la operación
significativamente más alto (ver figura más
abajo), que previsiblemente se acabará
traspasando al inversor final.
¿Quién es el responsable de su pago y
cómo se recaudará?
Serán las entidades financieras que sean
parte en una transacción (por cuenta
propia o de terceros) las responsables de
su pago a las autoridades tributarias del
Estado miembro participante en que se
encuentren establecidas. No obstante, en
el caso de que actúen en nombre o por
cuenta de otra entidad financiera, será la
entidad financiera última la que deba
proceder a su pago.
Se
establece
un
principio
de
responsabilidad solidaria para cada parte
de la transacción (incluyendo personas o
entidades no financieras) en el caso de que
Ilustración del efecto cascada
Comprador
(no IF)
Entidad financiera
(Miembro del
mercado)
ITF
Depositario
Central
ITF
Ejemplo: Transacción con acciones ejecutada a través de bolsa
Entidad financiera
(Miembro del
mercado)
ITF
ITF
Entidad financiera
(No miembro)
ITF
ITF
Vendedor
(no IF)
la entidad financiera no ingrese la deuda
en plazo, lo que supone un incentivo a
cumplir para estas entidades al imponer el
riesgo comercial de derivación de
responsabilidad hacia los clientes en caso
de que éstas no cumplan su obligación.
En la práctica, la recaudación del impuesto
y la articulación del principio de
responsabilidad solidaria se anticipa de
especial complejidad cuando el gravamen
se produzca por aplicación del “principio
de emisión”.
Dado que la mayor parte de las
transacciones financieras se ejecutan a
través de medios electrónicos, el impuesto
que recaiga sobre éstas se recaudará por
esta vía en el momento de llevarse a cabo
la transacción. No obstante, para las
operaciones financieras que no se ejecuten
por esta vía, se establece un plazo de tres
días hábiles desde que tenga lugar la
transacción.
El hecho de que se utilicen los medios
electrónicos para recaudar el impuesto
puede dar lugar a la errónea asunción de
que los esfuerzos para gestionar la
información y la recaudación que deben
realizar las entidades financieras serán
razonables si se hace uso de las
infraestructuras de mercado existentes
(esto es, entidades de contrapartida
central, plataformas de negociación, etc.).
Pues bien, consideramos que los esfuerzos
necesarios para adaptar los sistemas de
recogida y distribución de la información
de las entidades financieras, de
identificación de operaciones sujetas y no
exentas, sujetos pasivos, responsables, así
como cualquier otro elemento del
impuesto de trascendencia para su
liquidación, no serán despreciables.
Por lo que respecta a las obligaciones
asociadas al pago del impuesto, la
Propuesta establece que los Estados
miembros participantes deberán aprobar
modelos de declaración para que las
entidades financieras reporten, con
carácter mensual, la información necesaria
para calcular el impuesto. Asimismo,
establece que dichos modelos deberán ser
presentados, como tarde, el día 10 del mes
siguiente al que hagan referencia.
La Propuesta también establece la
obligación de las Entidades financieras que
sean parte en una transacción, de
mantener toda la información relativa a las
mismas durante un plazo de, al menos, 5
años.
Normas anti-abuso
La Propuesta de Directiva regula una
disposición genérica sobre la necesidad de
que los Estados miembros participantes
adopten medidas para prevenir el fraude y
la evasión fiscal y la nueva Propuesta
desarrolla específicamente este punto
estableciendo determinadas asunciones
para determinar cuándo una operación
puede entenderse artificial y diseñada a los
solos efectos de evitar la tributación por el
impuesto.
En la práctica, el alcance de la nueva
norma anti-abuso puede generar no poca
incertidumbre sobre el status de
determinada operativa de exposición
sintética al riesgo sobre valores emitidos
en el ámbito territorial de los Estados
miembros participantes.
Adicionalmente, en un intento de evitar la
utilización de los ADRs y valores similares
al objeto de eludir el pago del impuesto
que tendría lugar en el caso de ejecutarse
la operación directamente sobre el
subyacente, se establece una nueva norma
anti-abuso para este tipo de productos.
Capacidad recaudatoria
De acuerdo con las primeras estimaciones
de la Comisión, la introducción del
impuesto conforme a la Propuesta de
Directiva de 2011, exclusivamente sobre
los 11 países adheridos al procedimiento,
supondría una recaudación de entre
30.000 y 35.000 millones de euros,
dependiendo de cómo los mercados
reaccionen a través de la adaptación de los
modelos de negocio, la sustitución de
productos y la deslocalización.
No obstante, tras la inclusión del principio
de emisión como medida contra la
deslocalización y la exclusión de la emisión
de participaciones en OICVM y FIA del
ámbito de aplicación del impuesto, la
estimación anterior quedará reducida en
torno a los 31.000 millones de euros.
El destino de los fondos recaudados con el
impuesto, se encuentra en la actualidad
pendiente de determinar. En el Consejo
europeo celebrado a principios de febrero
de 2013 se invitó a los estados a que
examinaran la posibilidad de que los
ingresos recaudados con el impuesto
formaran parte de un nuevo recurso
propio para el presupuesto de la Unión
Europea. Entendemos que sería en todo
caso reduciendo las contribuciones de
estos países, lo cual podría ser una opción.
Reacción de los mercados
Se espera que la introducción del impuesto
tenga un impacto significativo en los
mercados afectados al exponer tanto a las
instituciones financieras como a sus
clientes, a distintos niveles de tributación.
La propia Comisión asume que la
introducción del impuesto dará lugar a una
reacción en el comportamiento de los
mercados y que la rentabilidad de
determinadas transacciones se verá
afectada por la introducción del mismo.
En efecto, algunas de las prácticas
habituales de los mercados (como las
operaciones de alta frecuencia) pueden
resultar ineficientes desde un punto de
vista económico y otras requerirán
remodelaciones para su subsistencia.
Los volúmenes negociados sobre valores
emitidos
por
Estados
miembros
participantes
sufrirán
una
fuerte
contracción y ello se traducirá en una
reducción de la liquidez de los mercados.
Asimismo, el impuesto también supondrá
un impacto negativo en la rentabilidad
empresarial, al capturar las operaciones de
cobertura de la actividad desarrollada por
entidades no financieras. Los fondos de
pensiones y de inversión también se verán
fuertemente impactados por el impuesto,
lo que previsiblemente se traducirá en una
reducción de la gestión activa de las
inversiones de estos vehículos.
La medida en que el establecimiento del
impuesto impactará sobre las entidades y
sobre los distintos tipos de transacciones
debe ser analizada desde una múltiple
perspectiva, considerando tanto aspectos
regulatorios como de negocio y de pricing.
Algunas de las reacciones esperadas de los
distintos operadores de los mercados ante
la introducción del impuesto podría ser:
-
-
-
-
Las entidades financieras fuera del
ámbito de aplicación territorial del
impuesto evitarán operar con
contrapartes establecidas en Estados
miembros participantes y productos
emitidos en los mismos.
Se producirán modificaciones en los
términos y condiciones contractuales
de un gran número de operaciones.
La emisión de deuda (tanto pública
como privada) llevará implícitos los
costes del impuesto, lo que supondrá
una traslación hacia otras formas de
financiación.
Los fondos de inversión establecidos
en Estados miembros participantes
que inviertan en valores fuera del
ámbito de aplicación territorial del
impuesto se verán incentivados a
deslocalizarse.
¿Podría cuestionarse la Propuesta
a la luz de la normativa
comunitaria?
Pese a que tanto la Comisión como el
Consejo Europeo afirman con rotundidad
que la Propuesta de Directiva sobre el ITF a
través del procedimiento de cooperación
reforzada cumple con las exigencias
establecidas al respecto en los Tratados de
la Unión, podrían plantearse ciertas líneas
de argumentación en contra de esta
afirmación.
La medida en que el establecimiento del
impuesto por esta vía no afecta
negativamente al mercado interior ni a la
cohesión económica y social, provocando
distorsiones de competencia entre los
Estados miembros alberga cierta duda.
Como ejemplo de lo anterior cabe citar la
sujeción al impuesto de una entidad
financiera estadounidense que opere con
un cliente español frente a la no sujeción al
mismo si el cliente es residente en Reino
Unido.
Asimismo, el procedimiento debe respetar
los derechos de los Estados miembros que
decidan no adherirse al mismo. Pues bien,
el elemento extra-territorial del impuesto
podría considerarse que menoscaba este
derecho. En efecto, las entidades
financieras establecidas en Estados
miembros no acogidos al procedimiento,
pueden verse sometidas al impuesto por
aplicación de las clausulas de atracción de
la residencia.
En base a lo anterior, en la actualidad
cualquier Estado Miembro de la Unión
podría cuestionar la introducción de la
medida ante el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea (TJUE) y, una vez el
impuesto haya sido establecido, cualquier
entidad que se vea sometida al mismo
puede instar una reclamación ante los
tribunales
de
justicia
nacionales,
solicitando incluso el planteamiento de
una cuestión prejudicial al TJUE. Pese a lo
anterior, parece que los países no acogidos
al procedimiento no tienen a su
disposición mecanismos para bloquear la
introducción del impuesto por el
procedimiento de cooperación reforzada.
de negocio
organizativas.
En este sentido, dado el ajustado margen
de maniobra con el que contarán desde la
aprobación de los textos legales nacionales
hasta la fecha de entrada en vigor del
impuesto (en principio, de acuerdo con
calendario previsto en la Propuesta,
escasos tres meses), sería aconsejable
empezar a emprender acciones para tratar
de minimizar el impacto que su
introducción puede tener en los modelos
en
las
estructuras
Las acciones a considerar podrían dividirse
en dos fases claras de actuación:
-
-
En primer lugar, se debería
considerar la evaluación del impacto
que supondría la introducción del
impuesto, de acuerdo con los
requerimientos actuales de la
Propuesta de Directiva.
Una vez definido el impacto, se
debería incidir sobre el rediseño de
los modelos de negocio y estrategias
de pricing así como sobre el
desarrollo e implementación de
sistemas
adecuados
para
la
detección de operaciones sujetas y
gestión del impuesto.
Algunas de las acciones que, en relación
con estas fases, podrían empezar a
considerarse serían:
-
-
Acciones a considerar
Pese a que es posible que la Propuesta de
Directiva sea sometida a un nuevo proceso
de revisión, en el que se lleven a cabo
algunas modificaciones en su diseño e
incluso que se produzcan dilaciones en el
calendario previsto de implantación, las
instituciones financieras deberían empezar
a trabajar sobre la posibilidad de
introducción del impuesto en su versión
actual el 1 de enero de 2014.
y
-
-
Identificación de las líneas de
negocio que se pueden ver
negativamente afectadas por el
impuesto y analizar la posibilidad de
reestructurarlas de manera que se
reduzca la carga impositiva de las
mismas.
Análisis
de
las
implicaciones
regulatorias derivadas de cualquier
restructuración para evitar que los
costes asociados a la nueva
estructura superen los beneficios
derivados de la reducción de la carga
por ITF.
Evaluación de la necesidad de
introducir cambios en los términos y
condiciones contractuales para evitar
la traslación del coste derivado del
impuesto y la aplicación de la
responsabilidad subsidiaria.
Adaptación de los sistemas de
información para la detección de
operaciones sujetas y recolección de
datos necesarios para la liquidación
del impuesto que, en su caso,
proceda así como para su
declaración.
Contacto e información adicional
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EU FTT Core Team de KPMG en España:
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Socio
Tel. +34 91 456 34 88
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