NACE UN GENIO Todo hombre lleva consigo su novela (Pérez Galdós, Benito: Fortunata y Jacinta, 1887) Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de Mayo de 1843. Sus padres fueron el teniente coronel D. Sebastián Pérez y Dña. Dolores Galdós. Era el menor de 10 hermanos y su infancia fue feliz y tranquila, destacando su curiosidad y creatividad. Galdós adolescente (Archivo Casa-Museo Pérez Galdós. Cabildo de Gran Canaria) En el Colegio San Agustín, sus profesores ilustrados despertaron en él un espíritu crítico y una gran afición por la Historia, las Artes Plásticas y la Música. Casa natal (Archivo Casa-Museo Pérez Galdós) SÓLO LITERATURA El lector ideal es el escritor justo antes de que las palabras cobren forma en la página (Manguel, Alberto: Nuevo elogio de la locura) En 1867 Galdós visitó con su familia la Exposición Universal de Paris. Se empezó a interesar por la literatura francesa contemporánea y publicó en La Nación su traducción de Los papeles del Club Pickwick de Charles Dickens. Un año después abandonó definitivamente los estudios de Derecho, igual que había hecho años atrás Balzac, de quien fue un gran admirador. Se consagró enteramente a la literatura. En 1872 conoció al último superviviente de la batalla de Trafalgar y en 1873 comenzó la publicación de la primera serie de Los Episodios Nacionales. PRIMEROS PASOS Entre 1857 y 1862 Galdós da sus primeros pasos literarios en el periódico El Ómnibus de Las Palmas. En 1862 se trasladó a Madrid para comenzar sus estudios de Derecho. Descubrió la ciudad siguiendo los acontecimientos políticos y participando en tertulias de intelectuales y artistas en cafés y en el Ateneo. En 1865 empezó a escribir en el diario La Nación en las secciones “Revista Musical” y “Revista de la Semana”, publicando en este mismo diario un relato breve titulado Una industria que vive de la muerte. YO. Cuando la crítica no desciende a las personas es útil, conveniente y beneficiosa. Bartolo, tú vas a hablar a tus paisanos el lenguaje de la verdad: es preciso despertar la afición a las cosas públicas. (Pérez Galdós, Benito: Tertulia de El Ómnibus, 1862) LA CURIOSIDAD DE GALDÓS El andar en tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos (Miguel de Cervantes) Galdós fue un espíritu inquieto con una extraordinaria capacidad de observación y de reflexión sobre el ser humano. Aprendió de la lectura, del trato con los demás y de los viajes que le llevaron a recorrer España, Portugal, Francia, Suiza, Bélgica, Alemania, Italia, Norte de Europa y Marruecos. En sus ratos libres asistía a tertulias, pintaba acuarelas, tocaba el piano y paseaba con su perro. Plasmó su visión del mundo en las innumerables páginas que dejó como legado. En 1879 algunas de sus obras ya se habían traducido al inglés, francés, alemán, sueco, italiano, holandés, portugués y danés, lo que da idea de la universalidad de su obra. Galdós en el monte (Archivo Casa-Museo Pérez Galdós)